lunes, 5 de febrero de 2018

PAPA FRANCISCO CONVOCA JORNADA DE AYUNO Y ORACIÓN POR LA PAZ


El Papa Francisco convoca jornada de ayuno y oración por la paz
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media




El Papa Francisco convocó una jornada especial de oración y ayuno por la paz para el próximo 23 de febrero, viernes de la Primera Semana de Cuaresma, ante las trágicas situaciones de conflictos prolongados en diferentes lugares del mundo.

El Santo Padre, que realizó este anuncio tras el rezo del Ángelus este domingo 4 de febrero en la Plaza de San Pedro del Vaticano, señaló que la jornada de oración y ayuno se dedicará de forma especial “por la población de la República Democrática del Congo y de Sudán del Sur”, ambos países africanos duramente golpeados por conflictos civiles.

“Como en ocasiones anteriores similares –continuó el Pontífice– invito también a los hermanos y hermanas no católicos y no cristianos a unirse a esta iniciativa en la modalidad que consideren más oportuna”.

Francisco animó a confiar en el poder de la oración, porque “nuestro Padre celeste escucha siempre a sus hijos que le imploran en el dolor y en la angustia: ‘Sana los corazones rotos y sana sus heridas’”.

“Dirijo un cordial llamado para que también nosotros escuchemos este grito y que, cada uno en su propia conciencia, ante Dios, nos preguntemos: ‘¿Qué puedo hacer yo por la paz?’. Seguramente podamos rezar, pero no solo: cada uno puede decir concretamente ‘no’ a la violencia por cuanto de él o de ella dependa”.

El Papa finalizó asegurando que “la victoria obtenida con la violencia son falsas victorias, ¡trabajar por la paz hace bien a todos!”.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 5 DE FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Lunes de la 5ª Semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 5 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (8,1-7.9-13):

En aquellos días, Salomón convocó a palacio, en Jerusalén, a los ancianos de Israel, a los jefes de tribu y a los cabezas de familia de los israelitas, para trasladar el Arca de la Alianza del Señor desde la Ciudad de David (o sea Sión). Todos los israelitas se congregaron en torno al rey Salomón en el mes de Etanín (el mes séptimo), en la fiesta de los Tabernáculos. Cuando llegaron los ancianos de Israel, los sacerdotes cargaron con el Arca del Señor, y los sacerdotes levitas llevaron la Tienda del Encuentro, más los utensilios del culto que había en la Tienda. El rey Salomón, acompañado de toda la asamblea de Israel reunida con él ante el Arca, sacrificaba una cantidad incalculable de ovejas y bueyes. Los sacerdotes llevaron el Arca de la Alianza del Señor a su sitio, el camarín del templo, al Santísimo, bajo las alas de los querubines, pues los querubines extendían las alas sobre el sitio del Arca y cubrían el Arca y los varales por encima. En el Arca sólo había las dos Tablas de piedra que colocó allí Moisés en el Horeb, cuando el Señor pactó con los israelitas al salir del país de Egipto, y allí se conservan actualmente. Cuando los sacerdotes salieron del Santo, la nube llenó el templo, de forma que los sacerdotes no podían seguir oficiando a causa de la nube, porque la gloria del Señor llenaba el templo. Entonces Salomón dijo: «El Señor quiere habitar en las tinieblas; y yo te he construido un palacio, un sitio donde vivas para siempre».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 131, 6-7. 8-10

R/. Levántate, Señor, ven a tu mansión

Oímos que estaba en Éfrata, 
la encontramos en el Soto de Jaar: 
entremos en su morada, 
postrémonos ante el estrado de sus pies. R/.

Levántate, Señor, ven a tu mansión, 
ven con el arca de tu poder: 
que tus sacerdotes se vistan de gala, 
que tus fieles vitoreen. 
Por amor a tu siervo David, 
no niegues audiencia a tu Ungido. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,53-56):

En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos terminaron la travesía, tocaron tierra en Genesaret, y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza, y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.

Palabra del Señor.




Comentario al Evangelio de hoy lunes, 5 de febrero de 2018
 José Luis Latorre, misionero claretiano


Queridos amigos:

La vida de Jesús es una continua itinerancia, es un ir de un lugar a otro, y siempre al encuentro de las personas; siempre movido por el deseo de hacer el bien, de curar, de sanar, de liberar al que más lo necesita y más marginado está. Jesús está lleno del Espíritu de Dios Padre que ama a todos los hombres y quiere su bien. Jesús se pone al alcance de las personas para hacerse “tocar” por ellas.

Acudían a Jesús todos los que se reconocían menesterosos, “gente que tenía cualquier mal”, los que estaban enfermos física, moral o psicológicamente. El que acudía a Jesús era porque había intuido que Dios estaba con Él; el que, tocado por el mismo Dios, percibía que las palabras y las obras de Jesús eran superiores a las que cualquier hombre pudiera decir y hacer; el que se daba cuenta de que, después de haber sentido en sí el efecto del encuentro con Jesús, descubría que Dios está con nosotros y para nosotros. Como dice Pedro: “Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante vosotros con los milagros, prodigios y señales que Dios realizó por su medio, como bien sabéis” (Hch 2, 22).

Jesús curaba, así lo afirma insistentemente el Evangelio, pero también cura hoy. Pero la misión principal de Jesús es curar y sanar los corazones de los hombres de la hipocresía, el odio, el rencor, el orgullo, la avaricia, el fanatismo… de todos los males que corrompen al ser humano y le vuelven insensible e indiferente al sufrimiento de los demás y muy en especial al dolor de los más necesitados y marginados.

Marcos afirma “todos los que le tocaban quedaban curados” (Mc 6, 56). Acércate a Jesús para que Él cure y sane tu corazón de ese pecado que te inquieta, de esa debilidad que te hace caer, de esa adicción que poco a poco te destruye o al menos te aleja de tu familia y amigos. “Tú nos eres necesario, oh Cristo, oh Señor, oh Dios con nosotros” (Beato Pablo VI). Y sólo en Ti está la verdadera y plena paz y felicidad.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 5 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
5 de Febrero




Cuando nos encontremos con Cristo, solamente nos lamentaremos de no habernos encontrado antes con él.

! Cuánto tiempo perdido¡


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 4 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
4 de Febrero



Es cierto que no se puede hacer apostolado, si uno no vive lo que pretende comunicar. Pero no es menos valedero que el mejor medio para mantener y hacer crecer en nosotros la gracia y el fervor, es tratar de comunicarlo a los demás. Al pretender llevar a Jesús a los otros, sentimos la imperiosa necesidad de vivirlo nosotros y las palabras que dirigimos a los demás, son los mejores estimulantes para que seamos nosotros los primeros en vivir lo que decimos.


* P. Alfonso Milagro

BUENAS TARDES




sábado, 3 de febrero de 2018

PAPA FRANCISCO A CONSAGRADOS: SOIS EL AMANECER DE LA IGLESIA


El Papa Francisco a los consagrados: Sois el amanecer de la Iglesia
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




El Papa Francisco recordó la importancia que tienen para la Iglesia los consagrados y consagradas, que viven a contracorriente en un mundo que “rechaza fácilmente la pobreza, la castidad y la obediencia”. “Sois el amanecer de la Iglesia”, aseguró.

El Santo Padre ofreció esta enseñanza en la homilía de la Misa que presidió este viernes 2 de febrero en la Basílica de San Pedro del Vaticano, con motivo de la Fiesta de la Presentación del Señor y de la XXII Jornada Mundial de la Vida Consagrada.

A la celebración, que comenzó con la bendición de las velas y la procesión solemne, asistieron miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica.

En su homilía, el Papa explicó que la Fiesta de la Presentación del Señor, que conmemora la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén, se celebra 40 días después de la Navidad, cuando, “entrando en el Templo, va al encuentro de su pueblo”.

Francisco señaló que “en el Oriente cristiano, a esta fiesta se la llama precisamente la ‘Fiesta del encuentro’: es el encuentro entre el Niño Dios, que trae novedad, y la humanidad que espera, representada por los ancianos en el templo”.

Así, centró su reflexión en la importancia del encuentro y de mantener la memoria.

En concreto, reflexionó sobre el encuentro que se produce en el Templo entre María y José, y Simeón y Ana. Una pareja joven y una anciana.

“Los ancianos reciben de los jóvenes, y los jóvenes de los ancianos. María y José encuentran en el Templo las raíces del pueblo y esto es importante, porque la promesa de Dios no se realiza individualmente y de una sola vez, sino juntos y a lo largo de la historia”, señaló.

Además, en el Templo, María y José encontraron también “las raíces de la fe, porque la fe no es una noción que se aprende en un libro, sino el arte de vivir con Dios, que se consigue por la experiencia de quien nos ha precedido en el camino”.

De esa manera, “los dos jóvenes, encontrándose con los ancianos, se encuentran a sí mismos. Y los dos ancianos, hacia el final de sus días, reciben a Jesús, que es el sentido a sus vidas”. “En ese encuentro los jóvenes descubren su misión y los ancianos realizan sus sueños. Y todo esto porque en el centro del encuentro está Jesús”.

Francisco se dirigió a los consagrados y consagradas y les recordó que su vocación “comenzó gracias al encuentro con el Señor. De un encuentro y de una llamada nació el camino de la consagración”.

“Es necesario hacer memoria de ello. Y si recordamos bien veremos que en ese encuentro no estábamos solos con Jesús: estaba también el pueblo de Dios, la Iglesia, jóvenes y ancianos, como en el Evangelio”, afirmó.

El Papa dijo que “cuando uno se encuentra en el Señor no tardan en llegar las sorpresas de Dios. Para dejar que sucedan en la vida consagrada es bueno recordar que no se puede renovar el encuentro con el Señor sin el otro: nunca dejar atrás, nunca hacer descartes generacionales, sino acompañarse cada día, con el Señor en el centro”.

Ese encuentro entre jóvenes y ancianos también debe darse en el interior de los Institutos de Vida Consagrada, porque “la juventud de un instituto está en ir a las raíces, escuchando a los ancianos. No hay futuro sin este encuentro”.

“Si los jóvenes están llamados a abrir nuevas puertas, los ancianos tienen las llaves”, insistió.

Francisco lamentó que “la vida frenética de hoy lleva a cerrar muchas puertas al encuentro, a menudo por el miedo al otro. Que no sea así en la vida consagrada: el hermano y la hermana que Dios me da son parte de mi historia, son dones que hay que custodiar. No vaya a suceder que miremos más la pantalla del teléfono que los ojos del hermano, o que nos fijemos más en nuestros programas que en el Señor”.

Señaló que “la vida consagrada nace y renace del encuentro con Jesús tal como es: pobre, casto y obediente” y se mueve por una doble vía, que es por un lado la iniciativa amorosa de Dios, y por otro lado la respuesta de la persona, “que es de amor verdadero cuando se da sin peros ni excusas”.

“Mientras la vida del mundo trata de acumular, la vida consagrada deja las riquezas que son pasajeras para abrazar a Aquel que permanece”, afirmó.

Además dijo que “mientras la vida del mundo deja pronto con las manos y el corazón vacíos, la vida según Jesús colma de paz hasta el final”.

El Papa también aseguró a los consagrados y consagradas que “tener al Señor en las manos es el antídoto contra el misticismo aislado y el activismo desenfrenado, porque el encuentro real con Jesús endereza tanto al devoto sentimental como al frenético factótum”.

“Vivir el encuentro con Jesús es también el remedio para la parálisis de la normalidad, es abrirse a la cotidiana agitación de la gracia. Dejarse encontrar por Jesús, ayudar a encontrar a Jesús: este es el secreto para mantener viva la llama de la vida espiritual. Es la manera de escapar a una vida asfixiada, dominada por los lamentos, la amargura y las inevitables decepciones”.

Por último, el Santo Padre les animó a ir contracorriente, como las mujeres que encontraron vacío el sepulcro de Jesús: “También vosotros vais por el mundo a contracorriente: la vida del mundo rechaza fácilmente la pobreza, la castidad y la obediencia. Pero, al igual que aquellas mujeres, vais adelante, a pesar de la preocupación por las piedras pesadas que hay que remover”.

“Y al igual que aquellas mujeres, las primeras que encontraron al Señor resucitado y vivo, os abrazáis a Él y lo anunciáis inmediatamente a los hermanos, con los ojos que brillan de alegría. Sois por tanto el amanecer perenne de la Iglesia”, concluyó.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 3 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
3 de Febrero



Si tu hogar fuera inmensamente cristiano, sería contagioso de cristianismo, haría que los demás no pudieran menos de descubrir a Cristo en tu hogar y ese los movería a ellos a abrirle la puerta de sus propios hogares.

No se da lo que no se tiene. No se contagia la enfermedad que no se padece. No se transmite a Cristo, si no se lo vive en plenitud. No se es apóstol de Cristo, si antes no es uno enteramente de Cristo.


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 3 DE FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 4ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 3 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (3,4-15):

En aquellos días, Salomón fue a Gabaón a ofrecer allí sacrificios, pues allí estaba la ermita principal. En aquel altar ofreció Salomón mil holocaustos.
En Gabaón el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pídeme lo que quieras.»
Respondió Salomón: «Tú le hiciste una gran promesa a tu siervo, mi padre David, porque caminó en tu presencia con lealtad, justicia y rectitud de corazón; y le has cumplido esa gran promesa, dándole un hijo que se siente en su trono: es lo que sucede hoy. Pues bien, Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?»
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti. Y te daré también lo que no has pedido: riquezas y fama, mayores que las de rey alguno.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 118,9.10.11.12.13.14

R/. Enséñame, Señor, tus leyes

¿Cómo podrá un joven andar honestamente?
Cumpliendo tus palabras. R/.

Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe 
de tus mandamientos. R/.

En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti. R/.

Bendito eres, Señor,
enséñame tus leyes. R/.

Mis labios van enumerando 
los mandamientos de tu boca. R/.

Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,30-34):

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. 
Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 3 de febrero de 2018
Ciudad Redonda


Queridos amigos y amigas:

Hoy en evangelio anota de forma natural el regreso a casa de los discípulos anteriormente enviados por Jesús de dos en dos como misioneros por pueblos y ciudades. A su vuelta, cansados y contentos, comparten gozosamente con Jesús sus andanzas y desventuras. A continuación, el Maestro les propone retirarse a descansar juntos en un lugar apartado. Pero al intentarlo, se ven sorprendidos por un gentío inmenso e indigente que se lo impide. En este caso, vemos a Jesús tomando una decisión entre dos posibilidades legítimas: O despiden a la gente para descansar o se olvidan de sus merecidas vacaciones, para dedicarse a atender a la masa que les solicita. ¿Hacia dónde se inclina Jesús? ¿Por qué toma esa decisión? ¿Qué se nos enseña con ello?

Ante todo, hay que subrayar que el descanso es necesario. No lo olvidemos. No hemos sido creados como burros de carga. Sin descanso y sin una cierta soledad no podemos vivir con cierta calidad. El ruido y la confusión erosionan peligrosamente el equilibrio psicológico. Pero, atención, las mini-vacaciones fallidas que Jesús propone tienen dos peculiaridades: Se trata de estar a solas con Jesús y en un lugar apartado. 

Muchos de nosotros o nos sabemos descansar o nos cuesta respetar el clásico “descanso sabático”, tan imprescindible y vital. Ya conocemos las consecuencias de esa carencia: estrés, burn-out, agotamiento espiritual, aparición de una incapacidad progresiva para disfrutar del tiempo dedicado gratuitamente al Señor, sin el cual, quedamos psicológicamente como inconsistentes y espiritualmente como muertos, búsqueda de compensaciones tan falsas y peligrosas como las adicciones. Tomemos nota. Hay que descansar. Lo quiere el Señor.

Pero, por otra parte, el descanso sólo debe ceder ante la compasión. Ante la avalancha de aquel gentío que buscaba a Jesús “porque estaban como ovejas sin pastor”, El sintió lástima y, sin pensárselo dos veces, canceló sus vacaciones. El servicio a los necesitados, en esta ocasión, anuló el merecido reposo. La elección, según dice el texto evangélico, vino motivada por compasión. Compasión es una bellísima palabra. Significa sufrir juntos, padecer en común, sentir el dolor del otro como si fuera mío. Se ha dicho que la compasión es la primera manifestación de la vida religiosa, porque nos hace semejantes a Dios.

La conducta de Jesús nos ofrece un criterio claro de elección. No hay desprecio de ninguna de las dos posibilidades. Solo recto orden. Las cosas deben estar claras.

FELIZ SÁBADO




viernes, 2 de febrero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 2 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
2 de Febrero



En la vida hay muchas personas que se titulan maestros, guías, pedagogos, líderes, jefes y otras cosas parecidas.

Sin embargo, ninguno de ellos me sirve para calmar mis preocupaciones, ninguno responde a mis interrogantes, ninguno apaga mis dudas.

¿Por qué acudir a Cristo, que es el único que tiene respuestas que satisfacen, palabras que dan vida, consejos que orientan, gracia que fortalece?

En él hallaremos, y gozaremos. Cristo es el Camino, la Verdad, la Vida.


* P. Alfonso Milagro

JORNADA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA, 2 DE FEBRERO


Hoy 2 de febrero la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada
Redacción ACI Prensa




Hoy 2 de febrero, Fiesta de la Presentación del Señor, la Iglesia también celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que este 2018 tiene como lema “La Vida Consagrada, encuentro con el Amor de Dios”.

En su discurso pronunciado el pasado 21 de enero a las religiosas contemplativas en el Santuario de las Nazarenas en Lima, en el marco de su visita a Perú, el Papa Francisco indicó que “la oración es el núcleo” de la vida consagrada, especialmente de la contemplativa, y “es el modo de cultivar la experiencia de amor que sostiene nuestra fe”.

“¡Cuánto necesitamos de la unidad de la Iglesia! que todos sean uno. ¡Cuántos necesitamos que los bautizados sean uno, que los consagrados sean uno, que los sacerdotes sean uno, que los obispos sean uno! ¡Hoy y siempre! Unidos en la fe. Unidos por la esperanza. Unidos por la caridad”, expresó.

Por otro lado, en su mensaje a los sacerdotes, religiosos y consagrados durante su visita a Colombia en septiembre de 2016, el Santo Padre afirmó que “donde hay vida, fervor, ganas de llevar a Cristo a los demás, surgen vocaciones genuinas; la vida fraterna y fervorosa de la comunidad es la que despierta el deseo de consagrarse enteramente a Dios y a la evangelización”.

El Sumo Pontífice dijo que la fecundidad vocacional se logra manteniendo “una relación vital, existencial, de absoluta necesidad; es vivir y crecer en unión íntima y fecunda con Jesús, fuente de vida eterna”.

También señaló que la “alegría contagiosa” de la vida consagrada “tiene que ser el primer testimonio de la cercanía y del amor de Dios. Somos verdaderos dispensadores de la gracia de Dios cuando transparentamos la alegría del encuentro con Él”.

Además, Francisco los alentó a “callejear la fe” con alegría y a recordar que, a pesar de todo, "Dios sigue llamando".

Aquí algunos datos importantes sobre aquellas personas que decidieron consagrar sus vidas al servicio de Dios.

La vida consagrada está conformada por todos los bautizados que se consagran a Dios a través del rito de profesión o el de consagración de vírgenes. Estos fieles se comprometen a vivir la pobreza, castidad y obediencia, a través de emisión de votos o promesas.

Entre las ramas de la Iglesia Católica que hacen este ofrecimiento se encuentran los institutos de vida contemplativa (varones y mujeres en comunidades claustrales), institutos de vida apostólica (congregaciones religiosas masculinas y femeninas, sociedades de vida apostólica), institutos seculares, orden de las vírgenes consagradas y nuevas formas de vida consagrada.

Según las estadísticas de la Iglesia Católica publicadas en octubre de 2016 por la agencia vaticana Fides, hay en el mundo 1.245 obispos pertenecientes a órdenes religiosas, 134.816 sacerdotes religiosos, 612 diáconos permanentes religiosos, 54.559 religiosos no sacerdotes y 682.729 religiosas.

Asimismo, la Iglesia cuenta con 654 miembros de institutos seculares masculinos y 24.198 miembros de institutos seculares femeninos. Por otro lado el número de seminaristas mayores religiosos es de 46.638 y los seminaristas menores religiosos son 24.453.

En noviembre de 2014 el Papa Francisco, envió una carta apostólica a todos los consagrados para señalar los objetivos del Año de la Vida Consagrada, que se inició el 30 de noviembre del 2014 y que culminó el 2 de febrero del 2016.

El primero fue “mirar el pasado con gratitud” para “tener viva la propia identidad, sin cerrar los ojos a las incoherencias, fruto de las debilidades humanas y quizás también al olvido de algunos aspectos esenciales del carisma”.

El segundo objetivo fue “vivir el presente con pasión”, así como “el Evangelio en plenitud y con espíritu de comunión”. Por último, el tercer objetivo es “abrazar el futuro con esperanza, sin desanimarse por tantas dificultades que se encuentran en la vida consagrada a partir de la crisis vocacional”.

LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR, 2 DE FEBRERO


LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
Y PURIFICACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
2 de febrero


Por SCTJM



Esta fiesta, que cierra las solemnidades de la Encarnación, conmemora la Presentación del Señor, el encuentro con Simeón y Ana, (encuentro del Señor con su pueblo) y la purificación ritual de la Virgen María.

Presentación: Cuarenta días después del nacimiento de Jesús,  María y José llevaron al Niño al Templo, a fin de presentarlo al Señor, según la ley de Moisés (Cf. Ex 13, 11-13).

Lucas 2,22-38
Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor" y para ofrecer en sacrificio "un par de tórtolas o dos pichones", conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»

Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción - ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de
Jerusalén. 

Simeón, al ver a María y a José con el Niño Jesús, conoció por una revelación divina que era  Cristo. Tomó entonces al Niño en sus brazos y bendijo a Dios y exclamó:
Ahora puedes dejar morir en paz, Señor, a tu siervo, porque han visto mis ojos a tu Salvador, luz para las naciones y gloria de Israel.  María y José admiraban sus palabras.
Y vuelto a María le anunció: Este ha sido puesto para ruina y para resurrección de muchos; y como una señal de contradicción; y una espada atravesará tu alma.

Purificación de María: Como era costumbre, María, su madre, se sometió a la vez al rito de la purificación (Cf. Lev. 12, 6-8).

Procesión con las candelas, "Candelaria"
"luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel" (Lc 2,32). La procesión con velas nos recuerda que La Virgen da luz a Jesucristo, Luz del Mundo, quien se manifiesta a su pueblo por medio de Simeón y Ana.

No se sabe con certeza cuando se iniciaron las procesiones en relación a esta fiesta, pero en el siglo X ya se celebraban con solemnidad. Después de la procesión los cirios se llevan a las casas para encenderse cuando hubiese necesidad de oración especial.

Historia de la Fiesta
A mediados del siglo V esta fiesta se conocía como "La Candelaria" o "Fiesta de las Luces". La Virgen Maria ha dado luz a la Luz del Mundo, Jesucristo y en esta fiesta El se manifiesta a Simeón y Ana.

Hasta el siglo VI se celebraba a los cuarenta días de la Epifanía, el 15 de febrero. Ahora se celebra el 2 de febrero, por ser a los cuarenta días de la Navidad.

De origen oriental, esta fiesta no se introdujo en la liturgia del Occidente hasta el siglo VII. Al final de este siglo ya estaba extendida en toda Roma y en casi todo Occidente. En un principio, al igual que en Oriente, se celebraba la Presentación de Jesús más que la Purificación de María.

El Concilio Vaticano II restaura esta fiesta a su origen primariamente Cristológico, celebrándose como la Presentación de Jesús en el Templo.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 2 DE FEBRERO 2018, LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR


Lecturas de hoy Presentación del Señor
Hoy, viernes, 2 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de Malaquías (3,1-4):

Así dice el Señor: «Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar –dice el Señor de los ejércitos–. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 23

R/. El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria.

¡Portones!, alzad los dinteles, 
que se alcen las antiguas compuertas: 
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria? 
El Señor, héroe valeroso; 
el Señor, héroe de la guerra. R/.

¡Portones!, alzad los dinteles, 
que se alcen las antiguas compuertas: 
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (2,14-18):

Los hijos de una familia son todos de la misma carne y sangre, y de nuestra carne y sangre participó también Jesús; así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos. Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.

Palabra de Dios



Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,22-40):

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. 
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. 
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba. 

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy viernes, 2 de febrero de 2018
Ciudad Redonda


Queridos amigos y amigas: 

Los padres de Jesús, fieles a las tradiciones de su pueblo y a lo mandado por el Señor, cumplen los tres ritos establecidos por la ley: La circuncisión del niño a los ocho días de nacido, la imposición del nombre y la purificación de la madre. La liturgia se centra hoy en este último episodio. Hasta la última reforma del calendario litúrgico, el 2 de febrero recordaba la “purificación de la Madre de Dios”, porque este día cae 40 días después de la Navidad y los ritos de purificación se hacían precisamente 40 días después del nacimiento del niño. De todo este rico relato centramos ahora nuestra mirada en un singular personaje que destaca: El anciano profeta Simeón.

El lema de Simeón bien podría ser: “Vivir para ver”. Alargó sus días por la necesidad que tenía de vivir. Se la alimentaba esa voz secreta del Espíritu Santo, su consejero particular.  En una cosa era más docto que otros muchos: Sabía que durante su vida llegaría el Mesías. Lo que él tenía que ver con sus ojos era lo más importante de Israel. Esperar era su pan de cada día, su maná para el camino. No se le había revelado la fecha exacta. Debía vivir en esperanza.

Cuando le llevan al niño, siente cumplida la promesa. Desde un rincón del mundo y encerrado en un templo, Simeón contempla en este niño pequeñito un faro gigantesco que alcanza todos los horizontes. Es la verdadera luz para alumbrar a las naciones.  Es un satélite que irradia a todos los puntos del orbe, es la luz del mundo. Es, también, la gloria de Israel. La Gloria de Israel es el Señor. Simeón ve la gloria, la presencia radiante de Dios en ese minúsculo niño. ¿Lo aceptará el pueblo de Israel? ¿aceptarán su luz las naciones? ¿la aceptaré yo?

Simeón añade una reflexión dramática sobre la libertad del hombre que puede acoger o rechazar esa luz. Ese niño será una bandera, pero discutida; levantará a muchos, pero muchos tropezarán con él. Y María será arrollada en la contienda. Ella no será ajena al destino de su hijo. Es predicción de un martirio físico o espiritual. Una espada le atravesará el corazón. Porque amar es crucificarse por otro.

La espiritualidad mariana no ha permitido que se regatee a María el título de mártir, por su participación intensísima en el misterio de la Cruz de su Hijo. Lucas sería precursor de esta convicción por boca de Simeón. ¿No es cruel Simeón con María? El anciano es el último Profeta del A.T. y tiene que decir lo que el Espíritu Santo le dicta.

Veneremos hoy la grandeza de María que no se mide por lo que Dios le da como privilegio, sino por lo que Dios le pide. Dios le pidió mucho a María; más que a cualquier otra criatura, más que al mismo Abraham. 

FELIZ VIERNES




jueves, 1 de febrero de 2018

PRIMER VIERNES DEL MES DE FEBRERO 2018, SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


 PRIMER VIERNES DEL MES DE FEBRERO 
DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS




BREVE CONSIDERACIÓN.- Jesús habla a su sierva Margarita María de Alacoque:"Es tanta mi satisfacción al contemplar tu corazón, hija mía, que quisiera ponerme en su lugar y servirte Yo mismo de corazón.... Te irás, pues, sin corazón; el tuyo no saldrá jamás de aquí. Lo he de llenar con un báslsamo precioso, que alimentará el fuego del amor. Y todo cuanto sufras por mi causa, ponlo en mi Sagrado Corazón, a fin de que, por mi gracia, sirva de aceite de esa lámpara, y seas eternamente consumida, de esta suerte, por mi amor"





ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 

Yo te suplico, Jesús mío, que no  me hagas conforme a la vida (la cual, según nuestros sentidos, es vida de muerte) que llevas en el Santísimo Sacramento, donde te haces obediente hasta el aniquilamiento a la sola voz del Sacerdote. Haz, Salvador mío, que en honra de tu obediencia y anonadamiento, sea yo también humilde y obediente por amor y para gloria de tu Sagrado Corazón.

Por Ti, Jesús, sacrifico mi libertad y mi propia voluntad a la tuya, y esto sin reservas. Detesto de todo corazón y renuncio  los respetos, repugnancias y desabrimientos que me sugiera  el amor prohibido, en cuanto me sea mandado o prohibido.

Este es el contrato que mi corazón hace con el tuyo,  !Oh Divino Jesús!, de obrar en todo por amor y con humildad, pues quiero vivir y morir en este ejercicio de amor perfecto. Suplícote que te hagas dueño de mi corazón y de cuanto pueda darte gloria en mí, en el tiempo y en la eternidad. Amén.

(Santa Margarita María de Alacoque.)


SEGUNDA PROMESA:
"Les daré mucha paz en sus familias"


(Recitemos las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús en gratitud a la promesa y para que se cumpla en nosotros...)

Bendigamos a Jesús por esta preciosa promesa, y  pidámosle la cumpla con todos sus apóstoles, recitando las Letanías del Sagrado Corazón de Jesús.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, ten piedad de nosotros.
R: Cristo, ten piedad de nosotros.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, óyenos.
R: Cristo, óyenos.
V: Cristo, escúchanos.
R: Cristo, escúchanos.

V: Dios, Padre celestial,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Hijo, Redentor del mundo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Espíritu Santo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Trinidad Santa, un solo Dios,

R: ten piedad de nosotros.

V: Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
R: Ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el
seno de la Virgen María, R/.
Corazón de Jesús, unido substancialmente al
Verbo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, de majestad infinita, R/.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, R/.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor, R/.
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, R/.
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, R/.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, R/.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros
de la sabiduría y la ciencia, R/.
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud
de la divinidad, R/.
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus
complacencias, R/.
Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, R/.
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, R/.
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, R/.
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, R/.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, R/.
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, R/.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, R/.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, R/.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, R/.
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, R/.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, R/.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren
y esperan, R/.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, R/.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: perdónanos, Señor.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: óyenos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: ten piedad y misericordia de nosotros.
V: Jesús, manso y humilde de corazón,
R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
V: Sagrado Corazón de Jesús,
R: en Vos confío.

V: Sagrado Corazón de María,
R: salvad el alma mía.

V: Jesús y María os quiero con toda mi alma,
R: salvad almas y salvad el alma mía.


UNA PALABRA DE MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE A SUS HERMANOS ASOCIADOS: "Así como Jesús está celoso de vuestro corazón, estadlo también vosotros del suyo ternísimo, amándole, como a nadie, en la tierra; y para probárselo, no perdaís jamás una sola Comunión, lo que regocijará grandemente al Amado, entristeciendo y confundiendo mucho al enemigo"

(UN PADRE NUESTRO Y AVEMARÍA POR LOS AGONIZANTES Y PECADORES)




ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.

Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén


Corazón Divino de Jesús, ten misericordia de nosotros (Tres veces)

Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

San José, Ruega por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.
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