El Papa afirma que la fe en Cristo es incompatible con la magia
Redacción ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
El Papa Francisco recordó que la fe cristiana es incompatible con la práctica de la magia y otras prácticas idolátricas.
Así lo afirmó en su catequesis durante la Audiencia General celebrada en la Plaza de San Pedro del Vaticano este miércoles 4 de diciembre.
El Papa llamó la atención sobre el éxito cosechado por San Pablo en su predicación, en concreto, durante su estancia en la ciudad de Éfeso. Allí, “doce hombres recibieron el bautismo en el nombre de Jesús y experimentaron la venida del Espíritu Santo”.
Después, “están los milagros producidos por medio del Apóstol: los enfermos se curaban y los poseídos se liberaban”. Francisco subrayó que “esto sucede porque el discípulo se parece a su Maestro y lo hace presente comunicando a sus hermanos la misma vida nueva que había recibido de Él”.
“El poder de Dios que irrumpe en Éfeso desenmascara a quien quiere emplear el nombre de Jesús para realizar exorcismos, pero sin tener la autoridad espiritual para hacerlo, y revela la debilidad de las artes mágicas que son abandonadas por un gran número de personas que eligen a Cristo”.
Francisco contextualizó este fenómeno y lo definió como un “vuelco” en una ciudad como Éfeso, que en aquella época “era un famoso centro para la práctica de la magia”.
En el Libro de los Hechos de los Apóstoles, San Lucas “subraya la incompatibilidad de la fe en Cristo y la magia. Si eliges a Cristo no puedes recurrir a un mago: la fe implica un abandono confiado en las manos de un Dios confiable que se da a conocer no por medio de las prácticas ocultas, sino por medio de la revelación y del amor gratuito”.
Además, el Papa advirtió que la práctica de la magia no es algo que pertenezca únicamente a épocas antiguas, y aseguró que sigue ocurriendo en las sociedades cristianas de hoy. “Yo os pregunto: ¿cuántos de vosotros van a que les hagan el tarot? ¿Cuántos de vosotros van a que el adivino les lea la mano o las cartas?”.
“También hoy en las grandes ciudades cristianas practicantes hacen estas cosas. Ante la pregunta de que, ¿cómo es que si tú crees en Jesucristo vas al mago, al adivino y a toda esa gente?, responden: ‘Yo creo en Jesucristo, pero por si acaso voy donde ellos’. Por favor: ¡La magia no es cristiana! Esas cosas que se hacen para adivinar el futuro o tantas cosas, o cambiar situaciones de la vida, no son cristiana. La gracia de Cristo te lo da todo: reza y confía en el Señor”.
Este éxito del Evangelio en Éfeso gracias a la prédica de San Pablo ocasiona un daño comercial entre los artesanos que fabricaban estatuas de plata de la diosa Artemisa, cuyo principal templo se encontraba en esta ciudad.
El Santo Padre explicó que al ver cómo disminuía la actividad comercial produciendo grandes pérdidas de dinero por el abandono del culto a Artemisa por parte de los efesios cristianizados, los plateros y otros artesanos organizaron una manifestación contra Pablo.
“Los cristianos fueron acusados de haber provocado una crisis entre los artesanos, el santuario de Artemisa y su culto. El pueblo entró en agitación, pero el canciller consigue calmar a la multitud invitando a los artesanos a acudir a los tribunales”.
Ante esta situación, Pablo partió de Éfeso y se trasladó a Jerusalén pasando por Mileto, donde hace llamar a los ancianos de la Iglesia de Éfeso. A ellos los exhorta a permanecer en vigilia: “Velad sobre vosotros mismos y sobre todo el rebaño, en medio del cual el Espíritu Santo os ha constituido como custodios para ser pastores de la Iglesia de Dios”.