miércoles, 13 de mayo de 2020

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA


*CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA*



Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, a vuestro Corazón Inmaculado nos consagramos, en acto de entrega total al Señor, Por Vos seremos llevados a Cristo, y por Él y con Él seremos llevados a Dios Padre. Caminaremos a la luz de la fe, y haremos todo para que el mundo crea que Jesucristo es el Enviado del Padre. Con Él queremos llevar el Amor y la Salvación hasta los confines del mundo. Bajo la maternal protección de vuestro Corazón Inmaculado, seremos Un solo pueblo con Cristo. Seremos testimonio de su Resurrección. Por El seremos llevados al Padre, para gloria de la Santísima Trinidad, a quien adoramos, alabamos y bendecimos. Amén.

*_Finalizada la Consagración le pedimos la bendición a la Santisima Virgen:_*

Dulce Madre no te alejes: tu vista de nosotros no apartes; Ven con nosotros a todas partes y solos nunca nos dejes: y ya que nos amas tanto como verdadera Madre que eres, haz que nos bendiga El Padre, El Hijo y El Espiritu Santo. Amen

IMÁGENES VARIADAS DE LA VIRGEN DE FÁTIMA










LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 13 DE MAYO, VIRGEN DE FÁTIMA


Los cinco minutos de María
Mayo 13



La imagen de María se nos sugiere siempre con los ojos entrecerrados y las manos recogidas en el pecho, guardando la intimidad que con Dios tiene en su Inmaculado Corazón. Pero también podemos pensar en María elevando sus ojos al cielo, como desprendiéndose de la tierra y aspirando a las cosas de las celestiales alturas.

Esa es la doble dimensión o vertiente que debe regir toda nuestra vida: la intimidad personal por la que gozamos de la presencia del Dios Uno y Trino en lo más recóndito de nuestro espíritu y la elevación sobre la oquedad de la tierra, anhelando siempre el azul de los cielos, la morada de Dios, el reino de María Inmaculada.
Madre, que nos diste al Esperado de los tiempos, guíanos en la búsqueda de un nuevo amanecer para la tierra.


* P. Alfonso Milagro

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 13 DE MAYO DE 2020

Lecturas de hoy Miércoles de la 5ª semana de Pascua
Hoy, miércoles, 13 de mayo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (15,1-6):

EN aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia. Ellos, pues, enviados por la Iglesia provistos de lo necesario, atravesaron Fenicia y Samaría, contando cómo se convertían los gentiles, con lo que causaron gran alegría a todos los hermanos. Al llegar a Jerusalén, fueron acogidos por la Iglesia, los apóstoles y los presbíteros; ellos contaron lo que Dios había hecho con ellos.
Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron, diciendo:
«Es necesario circuncidarlos y ordenarles que guarden la ley de Moisés».
Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto.


Palabra de Dios


Salmo
Sal 121,1-2.4-5

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestro pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. R/.

Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,1-8):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 13 de mayo de 2020
Juan Carlos Martos, cmf



No podemos olvidar de que hoy es el día de Nuestra Señora de Fátima. En muchos lugares se venera y se honra a nuestra Madre bajo esa querida y famosa advocación. Tengamos hoy también nosotros un recuerdo emocionado y agradecido a nuestra Madre que, inquieta por la salvación del mundo, nos repite constantemente: “Haced lo que Él os diga”. Bajo su presencia y amparo acogemos la Palabra que el evangelio nos ofrece en el día de hoy.

El evangelio presenta una parábola de Jesús, bellísima y de fácil comprensión. Aunque presenta a tres personajes: Él mismo (que es la vid); el Padre (que es el labrador) y nosotros (que somos os sarmientos); sin embargo, se centra en dos: lo que hace Dios y en lo que debemos hacer nosotros.

El Padre o corta o poda. Con dos verbos se expresan las dos maneras de actuar de Dios que, en el fondo, son consecuencias de nuestras decisiones. Quien no conecta con Jesús, quien no está injertado en Él y recibe una transfusión de vida en su organismo, se seca. Quien no recibe su misericordia medicinal que cura la ramita que se astilla, se marchita inútilmente. Por el contrario, quien se deja podar las partes estériles o enfermas, crece y da fruto. Dios Padre quiere ser viñador que poda, no leñador que tala. Esa poda quirúrgica es dolorosa pero eficaz. A esas podas las llamamos “pruebas”. Solamente recortando lo inútil se consigue que ese «trasvase» íntimo de vida desde la cepa proporcione el máximo vigor a los sarmientos para dar fruto.
Los sarmientos, para dar fruto, deber permanecer unidos a la vid. La expresión “permanecer” es muy querida por el Señor. La repetirá muchas veces. Especialmente, como aquí, en la última cena: Permaneced en el Señor. No dice: “Trabajad mucho, moveos, esforzaos”. Esto lo da por sentado, pero va a lo más importante y, también, lo que es más peligroso para la vida si no se hace: “Permaneced en mí para dar fruto abundante”. Solo los que permanecen unidos a Jesús dan fruto abundante. Sin estar unidos personalmente a Jesús, lo que hacemos con nuestras solas fuerzas es estéril. Puede que sirva para maquillar un poco la realidad en la que nos movemos, pero no para transformarla. La identidad cristiana no es un contrato de trabajo: no. Es apostolado. Tú, si permaneces en el Señor, en su Palabra y en su vida, del Señor, serás un apóstol. Si no te mantienes unido a Él, serás uno que simpatiza con su doctrina, si acaso que le valora y admira como un hombre muy bueno, que defiende los valores correctos, pero sin estar unidos y dar fruto no existe verdadera identidad cristiana.

HOY 13 DE MAYO CELEBRAMOS A NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

Hoy celebramos a Nuestra Señora de Fátima
Redacción ACI Prensa







Cada 13 de mayo se celebra en todo el mundo la Fiesta de la Virgen de Fátima, en memoria de su primera aparición en las colinas de Cova de Iría (Portugal) en 1917.

Este año el Papa Francisco viajó a Fátima por los 100 años de las apariciones y la canonización de los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto.

“No tengáis miedo. No os hago daño”, dijo la Virgen María el día de la primera aparición a Lucía, Jacinta y Francisco, los niños pastores que contemplaban a una señora vestida de blanco, más brillante que el sol.



Después de decirles, entre otras cosas, que era del cielo y de pedirles que volvieran a ese lugar seis meses seguidos el día 13 a la misma hora, la Madre de Dios les preguntó:


“¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quisiera enviaros como reparación de los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?"

Los pequeños le respondieron que sí querían. A lo que la Virgen les advirtió que tendrían que sufrir mucho, pero que la gracia de Dios los fortalecería.

La Señora abrió sus manos y les comunicó una luz que los invadió. Cayeron de rodillas y repitieron humildemente: “Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento”.

La Virgen de Fátima finalmente les dijo: “Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”. Luego se elevó.

Los siguientes meses los niños acudieron las veces que la Virgen los llamaba, pero tuvieron que pasar por burlas, calumnias, amenazas y la cárcel por la incomprensión de la gente. Poco después Francisco y Jacinta fallecieron con dolorosas enfermedades.

Con el tiempo la Iglesia reconoció las apariciones milagrosas y la devoción a la Virgen de Fátima se expandió por todo el mundo.

San Juan Pablo II consagró Rusia al Inmaculado Corazón de María, tal como había sido el pedido de la Madre de Dios y beatificó a los videntes Jacinto y Francisca en el 2000 con la presencia de Sor Lucía, quien falleció en el 2005.


Oraciones que la Virgen de Fátima enseñó a los niños

Sor Lucía cuenta en la “cuarta memoria” que la Virgen, en la aparición del 13 de julio de 1917, les recomendó:

“Sacrificaos por los pecadores, y decid muchas veces, en especial cuando hagáis algún sacrificio: Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”.

Luego María insistió:

“Cuando recéis el rosario decid, al final de cada misterio: Oh Jesús mío, perdonadnos, libradnos del fuego del infierno, llevad al Cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de vuestra misericordia”.

ORACIONES DE LA VIRGEN DE FÁTIMA


Oración a la Virgen de Fátima
Fuente: devocionario.com


Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria

Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.

¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tu mi Madre!
¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!


Oración enseñada por el Ángel



Santísima Trinidad, Padre,
Hijo y Espíritu Santo,
yo te adoro profundamente y te ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios del mundo,
en reparación de los ultrajes con los que Él es ofendido.

Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús
y del Inmaculado Corazón de María,
te pido la conversión de los pecadores.

Amén


Oraciones enseñadas por nuestra Señora



¡Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados que tanto ofenden al Inmaculado Corazón de María!



¡Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas especialmente a las más necesitadas!

EL PAPA FRANCISCO REVELA CUÁL ES EL SECRETO DE LA VIDA CRISTIANA


El Papa Francisco revela cuál es el secreto de la vida cristiana
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco señaló en qué consiste la vida cristiana y animó a los católicos a dar testimonio de la fe y del Evangelio para que crezca la Iglesia.

Así lo indicó el Santo Padre en la Misa que presidió este miércoles 13 de mayo, día en que la Iglesia celebra la fiesta de la Virgen de Fátima.

“Cuando en el Evangelio dice que nosotros somos luz, dice: brille la luz que hay en ustedes, para que los hombres vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre. Es decir, el testimonio es la necesidad que tiene Jesús de nosotros. Dar testimonio de su Nombre, porque la fe, el Evangelio, crece por el testimonio”.

En su homilía, el Papa comentó el pasaje del Evangelio de San Juan (15,1-8) en el que Jesús dice: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador”.


En concreto, el Pontífice reflexionó en la importancia de ‘permanecer’ con valentía cerca del Señor, y con paciencia como el viñador. Así como también invitó a dejar que Dios ‘permanezca’ recíprocamente en cada uno de nosotros.

“Este ‘permanecer’ no es un ‘permanecer’ pasivo, un adormecerse en el Señor: es un "permanecer" activo y también recíproco. Él también ‘permanece’ en nosotros. Es un misterio de la vida, un hermoso misterio”, reconoció el Santo Padre.

Luego, el Papa Francisco advirtió que “los sarmientos sin vida no pueden hacer nada porque necesitan la savia para crecer y dar fruto, pero la vid también tiene necesidad de los sarmientos: es una necesidad recíproca para dar fruto”.

“Esta es la vida cristiana: sí, es cumplir los mandamientos, vivir las bienaventuranzas y realizar las obras de misericordia, pero aún, es más: es este ‘permanecer’ recíproco. No podemos hacer nada sin Jesús”, afirmó el Pontífice.

En este sentido, el Santo Padre preguntó: "¿Cuál es la necesidad que tiene Jesús de nosotros? El testimonio. Cuando en el Evangelio dice que nosotros somos luz, dice: brille la luz que hay en ustedes, para que los hombres vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre. Es decir, el testimonio es la necesidad que tiene Jesús de nosotros. Dar testimonio de su Nombre, porque la fe, el Evangelio, crece por el testimonio”.

Jesús "necesita nuestro testimonio" para que "la Iglesia crezca". Y este es el misterio recíproco del "permanecer". Él y el Padre y el Espíritu permanecen en nosotros, y nosotros permanecemos en Jesús".


“Nos hará bien pensar y reflexionar sobre esto: permanecer en Jesús y Jesús permanece en nosotros. Permanecer en Jesús para tener la savia, la fuerza, tener la justificación, la gratuidad, para tener la fecundidad. Y Él permanece en nosotros para darnos la fuerza del fruto, para darnos la fuerza del testimonio con el que la Iglesia crece”.

A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco
San Juan 15, 1-8

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos”.

SANTUARIO DE LA VIRGEN DE FÁTIMA VACÍO POR COVID19 - REGRESAREMOS EN ACCIÓN DE GRACIAS


Santuario de la Virgen de Fátima vacío por Covid: “Regresaremos en acción de gracias”
Redacción ACI Prensa
 Crédito: ACI Prensa / Daniel Ibáñez



En un Santuario de Fátima totalmente vació, el Cardenal Antonio Marto, Obispo de Leiria-Fatima, celebró la festividad de la Virgen de Fátima este 13 de mayo recordando que cuando se supere la pandemia de coronavirus los peregrinos “volveremos” cuando “superemos esta amenaza que nos impide”, “es nuestra confianza y nuestro compromiso, hoy. Regresaremos aquí juntos, en acción de gracias”. 

El Cardenal Antonio Marto, Obispo de Leiria-Fátima (Portugal) celebró la solemnidad de la Virgen de Fátima en el Santuario de la Virgen cerrado a los peregrinos por motivos de seguridad por la pandemia de coronavirus que afecta a todo el mundo.

Según recordó el Cardenal “por primera vez en la historia, desde 1917, este gran 13 de mayo, su amada gente que viene de los rincones más diversos del mundo, no puede estar aquí hoy en una multitud”, “impedida por los riesgos de la salud pública”.

“De repente, algo que ni siquiera podíamos imaginar nos confina en nuestros hogares y nos priva de los momentos más afectuosos y deseados de la vida, como el que vivimos contigo cada año, oh tierna Madre”, aseguró.


El Cardenal explicó que habrá quienes consideren esta peregrinación como “triste” por la falta de grandes multitudes de peregrinos pero destacó que “todos sabemos por fe que ‘para los que aman a Dios, todo es para el bien’”.

Y por eso recordó que estos momentos pueden servirnos para aprender “cómo es una peregrinación en estado puro, la peregrinación con el corazón, la peregrinación interna en el viaje más íntimo de nuestra vida, con la compañía espiritual de la madre celestial, que lleva a cada uno a encontrarse con Dios santo y misericordioso”.

“Creemos, Señora, que el Dios de la misericordia la envió a este bendito lugar para estar con nosotros y acompañarnos en todas las situaciones de la vida. Desde nuestros hogares y desde nuestros corazones, con la simplicidad de los niños, nos atrevemos a expresar nuestras preocupaciones y miedos, nuestras heridas y lágrimas, nuestra confianza en Ti”, precisó.

“Con paciencia, querida madre, escucharás nuestras lamentaciones, llorarás con nosotros, sufrirás con nuestros sufrimientos y encontrarás en el Cielo, que es tu corazón, el consuelo oportuno para quienes ahora se sienten frágiles y en peligro y para quienes se van sin comodidad propia y sin poder despedirse de ellos”, destacó el Obispo de Leiria-Fatima.

También aseguró que la luz de la fe “nos ayuda a ver el lado positivo de las crisis, de las noches oscuras, porque nos dice que también hay estrellas de referencia en esas noches” porque “la fe nos ayuda a leer y comprender los signos de los tiempos actuales, con una mirada renovada y esperanzada”.

El Cardenal Marto recordó que esta “situación dramática y trágica, sin precedentes, que nos invita a reflexionar sobre la vida y, en primer lugar, a ir a lo esencial, que a menudo olvidamos cuando la vida va bien” ya que “revela la vulnerabilidad y fragilidad de nuestra condición humana” y “nos hace pensar sobre el significado de la vida, ¿para qué vivo? ¿Para quién vivo? Y sobre la posibilidad y la realidad de la muerte”.


Esta pandemia mundial, según el Cardenal, “nos obliga a repensar nuestros hábitos, nuestro estilo de vida, la escala de valores que guía nuestra vida. No se puede vivir solo para producir y consumir, para tener y para aparecer. Nos pone ante el gran misterio último de la vida y la humanidad que nosotros, los creyentes, llamamos a Dios, y nosotros los cristianos llamamos al Dios de Jesucristo”.

Y animó a realizar una reflexión espiritual interna y abrir los corazones a Dios “tan olvidado, ignorado, marginado”, es una “llamada a una conversión espiritual más profunda”.

El Cardenal Marto agradeció a la Virgen de Fátima “por esta peregrinación interior, la luz, la esperanza, el consuelo y la paz de Cristo que traes a nuestros hogares y a nuestros corazones”.

“Hoy marcas el camino a seguir. El camino de vuelta lo haremos nosotros cuando superemos esta amenaza que nos impide. ¡Volveremos, sí, volveremos! Es nuestra confianza y nuestro compromiso, hoy. Regresaremos aquí juntos, en acción de gracias”, destacó. 

NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA...RUEGA POR NOSOTROS






martes, 12 de mayo de 2020

SANTA MARÍA, RUEGA POR NOSOTROS!!!





FRENTE A LA ESTÉRIL PAZ DEL MUNDO, EL PAPA FRANCISCO CELEBRA LA PLENITUD DE LA PAZ DEL SEÑOR


Frente a la estéril paz del mundo, el Papa celebra la plenitud de la paz del Señor
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco contrapuso, durante la Misa celebrada en Casa Santa Marta este martes 12 de mayo, la paz del mundo a la paz del Señor. Mientras que la paz del mundo es una paz narcisista, que mira a uno mismo y que es provisional y estéril, la paz del Señor es gratuita que te permite comenzar a vivir el cielo.

En su homilía el Santo Padre explicó que “el Señor, antes de marcharse, saluda a los suyos y les entrega el don de la paz, la paz del Señor. ‘Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo’. No se trata de la paz universal, esa paz sin guerra que todos nosotros gozamos, que siempre hubo, sino la paz del corazón, la paz del alma, la paz que cada uno de nosotros tiene dentro de nosotros”.

En el Evangelio, el Señor subraya que no da la paz como la da el mundo. Entonces, se preguntó el Papa, “¿cómo da el mundo la paz y cómo la da el Señor? ¿Son paces diferentes? Sí. El mundo te da la paz interior, la paz de tu vida, el vivir con el corazón en paz. Te da la paz interior como una posesión tuya. Como una cosa tuya que te aísla de los demás, que te mantiene en ti. Es una adquisición tuya: ‘Tengo la paz’. Y tú, sin darte cuenta, te cierras en esa paz”.

“Es una paz un poco para ti, para cada uno. Es una paz sola. Es una paz que te hace tranquilo, también feliz. Y en esa tranquilidad, en esa felicidad, te adormeces un poco, te anestesia, y te hace quedarte contigo mismo en una cierta tranquilidad. Es un poco egoísta. La paz para mí, cerrada en mí. Así la da el mundo. Es una paz costosa porque tú debes cambiar continuamente los instrumentos de paz. Primero te entusiasma una cosa, te da paz una cosa. Luego se termina y debes encontrar otra… Es costosa, porque es provisional y estéril”.

En cambio, “la paz que da Jesús es otra cosa. Es una paz que te pone en movimiento, no te aísla, te hace ir donde los demás, crea comunidad, crea comunicación. La del mundo es costosa, la de Jesús es gratuita, es gratis, es un don del Señor. La paz del Señor. Es fecunda, te lleva siempre adelante”.

“La paz del Señor es abierta adonde Él ha ido, abierta al cielo, abierta al paraíso. Es una paz fecunda que se abre y que trae a otros contigo al paraíso”, insistió Francisco.

Por ello, el Papa invitó “a pensar un poco en cuál es mi paz: ¿Dónde encuentro yo paz? ¿En las cosas, en el bienestar, en los viajes (aunque hoy no se puede viajar), en las posesiones, en tantas cosas…? ¿O encuentro la paz como don del Señor? ¿Debo pagar por la paz o la recibo gratis del Señor? ¿Cómo es mi paz?”.

“Cuando me falta algo, ¿me enfado? Esa no es la paz del Señor. Esa es una de las pruebas. ¿Estoy tranquilo en mi paz, me adormezco? Esa no es la paz del Señor. ¿Soy feliz y quiero comunicarla a los demás y llevar adelante algo? Esa es la paz del Señor”.

“Incluso en los malos momentos en las dificultades, ¿permanece en mí esa paz? Esa es la paz del Señor. Y la paz del Señor es fecunda también para mí, porque está llena de esperanza, es decir, mira al cielo”.


“La paz que nos da Jesús es una paz para ahora, y para el futuro. Es el comenzar a vivir el cielo, con la fecundidad del cielo. No es anestesia. La otra sí: te anestesias con las cosas del mundo, y cuando la dosis de esta anestesia se termina, tomas otra y otro. Esta es una paz definitiva, fecunda y contagiosa, no es narcisista porque siempre mira al Señor. La otra mira a ti y es un poco narcisista”.

El Papa Francisco finalizó su homilía pidiendo “que el Señor nos de esta paz llena de esperanza, que nos hace fecundos, que nos hace comunicativos con los demás, que crea comunidad y que siempre mira la definitiva paz del paraíso”.

Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Juan 14:27-31
27 Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
28 Habéis oído que os he dicho: "Me voy y volveré a vosotros." Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
29 Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.
30 Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder;
31 pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado. Levantaos. Vámonos de aquí.»

7 CLAVES PARA REZAR EL ROSARIO Y FORTALECER EL MATRIMONIO


7 claves para rezar el rosario y fortalecer el matrimonio
Todas estas claves han demostrado ser útiles consejos para dar al Rosario un lugar regular en la vida matrimonial


Por: Katie Warner | Fuente: CatholicKatie.com // Pildoras de fe




Las primeras 3 claves son tomadas de los consejos del Padre Cole, seguidas por algunas que he adquirido a través del ensayo y error personal y escuchando lo que hacen otras familias.

Todas estas claves han demostrado ser útiles consejos para dar al Rosario un lugar regular en la vida familiar.

1.- Haz una pausa y reflexiona después de cada misterio.
En cada decena menciona el misterio y luego haz una pausa para reflexionar sobre ese misterio, recordando meditar en ese momento de la vida de Cristo (tal vez incluso desde la perspectiva de María), luego de esto continúa con el Padre Nuestro y Ave María.

2.- Ofrece cada decena por una intención específica.
Que uno de los miembros de la familia mencione una intención por la cual le gustaría ofrecer esa decena. Puede hacerlo una sola persona en todo el rosario o pueden turnarse para que participen todos.

3.- Divide el Rosario.
El sacerdote dominico, el Padre Cole, recomienda que la gente considere rezar una decena del Rosario en diferentes momentos a lo largo del día, lo que permite más tiempo para centrarse en cada uno de los misterios.

Se recomienda esto como una alternativa mucho mejor que hacer apurado todo el rosario sin meditarlo por el simple hecho de orar todo de una vez.

En familia pueden aplicar esto en distintos momentos del día y concluir juntos en la noche rezando el último misterio.

4.- Escoge un tiempo establecido.
En nuestra familia, por lo general rezamos una decena del Rosario después de la cena, ya que en ese momento estamos todos reunidos.

Advertencia: Si están demasiado cerca de la hora de acostarse, te encontrarás con que todos estarán somnolientos, es importante también establecer un lugar y una rutina que evite las distracciones o quedarse dormidos durante la oración.

5.- Intercambien los roles.
Tal vez papá dirige el primer misterio y reza la primera parte de las oraciones y el resto de la familia las completa, luego lo puede hacer mamá y también se les puede dar a los niños la oportunidad de dirigir los misterios para que vayan aprendiendo y sintiéndose familiarizados y cómodos con el Rosario.

6.- Pidan la intercesión de los santos.
Cada miembro de la familia puede pedir la intercesión de su santo favorito antes o después del rosario o en cada decena.

7.- Establezcan un clima de oración.
Creen una atmósfera sagrada alrededor del lugar en donde ustedes oran en familia. Tal vez pueden tener cercana una imagen o ícono de Jesús y de la Santísima Virgen y también encender velas. Es un lindo detalle colocar flores en el lugar de oración.

"Muchos en el mundo han perdido el sentido de la contemplación, pero si se recupera, la oración podría reforzar considerablemente los individuos y las familias... Si el rosario se hace correctamente, realmente puede fortalecer un matrimonio. Debido a que en el matrimonio [y en la familia], tendrás que enfrentar pruebas y dificultades, necesitas paciencia y amabilidad, y éstas son gracias que el Rosario nos ofrece cuando lo rezamos "- Padre Basil Cole, O.P.


Este artículo fue publicado originalmente en Catholic Katie

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA,12 DE MAYO


Los cinco minutos de María
Mayo 12



María aparece pocas veces a lo largo de todo el Evangelio. Sin embargo, la descubrimos entrelíneas siempre acompañando a su Hijo; en su “ausencia”, descubrimos su presencia.

Es imposible no descubrir a María detrás de Jesús, en la penumbra pero influenciando; callada pero orientando; no dándose a conocer, pero colaborando siempre en la acción.

Madre de Cristo, el Hijo de Dios, que siempre colaboremos en la obra redentora del Señor.


* P. Alfonso Milagro

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES12 DE MAYO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 5ª semana de Pascua
Hoy, martes, 12 de mayo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (14,19-28):

EN aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo ya por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad.
Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe. Después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios.
En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Y después de predicar la Palabra en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquia, de donde los habían encomendado a la gracia de Dios para la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 144,10-11.12-13ab.21

R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,27-31a):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mi, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo yo».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy martes, 12 de mayo de 2020
Juan Carlos Martos, cmf

En el clima de despedida de Jesús, los discípulos muestran su preocupación lógica por el futuro, cuando les falte el Maestro. Y Jesús les tranquiliza con un doble mensaje:

En primer lugar, les comunica su paz: «La paz os dejo, mi paz os doy». No les llama a luchar por la paz, sino a recibir su paz. La suya no es una paz barata, sino una paz que viene de lo alto: «no os la doy yo como la da el mundo». Recordamos estas palabras cada día en la misa, antes de comulgar: «Señor Jesucristo, que dijiste a los apóstoles: la paz os dejo, mi paz os doy...». El mito de Caín y Abel, situado en los orígenes, presenta la historia humana como un relato de permanente agresión y conflicto entre hermanos. Por eso, necesitamos una paz especial y urgente. No es la de los estoicos -que promueven apatía e insensibilidad-; ni la de los maestros de yoga, que pueden reducirla a imperturbabilidad y tranquilidad; ni la de este mundo que es mera ausencia de conflictos. La paz que enseña Jesús nace de la cruz. Su cruz es el signo del amor que vence al odio. Porque al odio sólo puede vencerle el amor. Y el amor vence al odio soportándolo, siendo quizás destrozado y aparentemente vencido por él. Este es el camino de Jesús "pobre y humilde", rechazado y crucificado, pero al final triunfante y resucitado.

En segundo lugar, les exhorta a que no se angustien ni tengan miedo ante el anuncio de su ausencia. Les aterra perder a Jesús. Su miedo remite a esa angustiosa impotencia que experimentamos los humanos ante la amenaza real o inventada de una pérdida importante. El miedo básico es el miedo a la muerte, eco de los demás miedos. El miedo a la enfermedad es miedo a la muerte; el miedo a una tormenta es miedo a la muerte; el miedo a la soledad es miedo a la muerte... Tememos todo cuanto pone en riesgo la vida y anuncia la muerte. El miedo paraliza, bloquea, angustia, desespera … Perder a Jesús es, también, un pavoroso infierno. ¿Cómo quitarse de encima el yugo del miedo? Debemos hacernos esta pregunta. ¿Bastaría con pensamientos positivos? Parece que no. ¿Y con ejercicios de voluntad? Con apretar los puños y dientes tampoco se evapora el miedo. Perdemos nuestro miedo en el momento en que haya una mano -amiga y poderosa-que nos tome y nos conduzca. Cuando Jesús nos pide superar el miedo, nos está diciendo también: “No temáis. Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.

IMÁGENES, ORACIONES Y GIFS DE LA VIRGEN DE FÁTIMA,13 DE MAYO















































































































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