martes, 23 de marzo de 2021

HOY LA IGLESIA CELEBRA A SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO, PATRONO DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, 23 DE MARZO

 



Hoy la Iglesia celebra a Santo Toribio de Mogrovejo, Patrono del Episcopado Latinoamericano

Redacción ACI Prensa




Cada 23 de marzo la Iglesia celebra la Fiesta de Santo Toribio de Mogrovejo, segundo Arzobispo de Lima, Patrono del Episcopado Latinoamericano, de la Arquidiócesis de Lima (Perú) y de Mayorga (España). Fue un gran defensor de los indefensos y explotados en tiempos del Virreinato del Perú, donde llegaría a ser autoridad eclesiástica. Santo Toribio trabajó incansablemente por ver a la Iglesia peruana organizada y unida, por lo que convocó sínodos y concilios, y realizó numerosos viajes pastorales.

Toribio Alfonso de Mogrovejo nació en Mayorga, Castilla (España) en 1538. Estudió derecho y fue profesor en la Universidad de Salamanca. Siendo laico recibió el encargo del rey Felipe II para presidir la inquisición de Granada, en calidad de juez principal. Tiempo después, el rey, impresionado por las virtudes cristianas y la humanidad de Toribio, le propuso al Papa Gregorio XIII que lo nombre Arzobispo de Lima. En ese momento, quien asumía dicho cargo se hacía responsable de una vasta jurisdicción que comprendía gran parte de Sudamérica hispana. Aunque inicialmente Santo Toribio se resistió a asumir el tamaña tarea -no estaba ni siquiera ordenado-, el Papa le otorgó la dispensa pontificia para recibir las órdenes menores y mayores, siendo finalmente consagrado obispo en 1580.

Santo Toribio se embarcó rumbo a América y al llegar al Perú de inmediato empezó a trabajar en la restauración de la disciplina y ordenamiento eclesiásticos. Por su investidura episcopal, tuvo que enfrentarse en ciertas ocasiones a conquistadores y miembros del clero limeño que habían cometido o permitido abusos contra los indígenas.

Esto lo hizo blanco de ciertas hostilidades provenientes del poder civil y también eclesial, en su mayoría calumnias o rumores. A pesar de ello, Santo Toribio persistió en la defensa de los pobres a la voz de “a quien siempre se debe tener contento es a Cristo y no al Virrey”.

Construyó iglesias, conventos, hospitales y fundó el primer seminario diocesano de América Latina, que hoy lleva su nombre. Además, su corazón de auténtico pastor lo llevó a estudiar las lenguas y dialectos locales (principalmente quechua y aymara) para estar más cerca de los fieles, aprender su cultura y anunciarles a Cristo, lo que favoreció el incremento de las conversiones.

Santo Toribio coincidió en el tiempo (segunda mitad del S. XVI y principios del XVII) con grandes santos como Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres, San Juan Macías y San Francisco Solano -estos dos últimos, como él, nacidos en España-. A ellos los trató y conoció, y, como fue en el caso de San Francisco Solano, lo unió cierta amistad, propiciada por el trabajo evangelizador. Santo Toribio de Mogrovejo fue también quien confirmó a Santa Rosa de Lima. Fue una época caracterizada por el primer brote de santidad en América. Eran tiempos en los que en Lima, la Ciudad de los Reyes, se respiraba un aire de fervor y deseo de santidad.

Viajó por casi todo el territorio del virreinato, visitando ciudades, pueblos y caseríos, a pie o montado a caballo; casi siempre solo y exponiéndose a enfermedades y peligros.

Convocó tres concilios o sínodos provinciales y ordenó la publicación del catecismo en quechua y aymara. Celebró trece sínodos diocesanos que contribuyeron a difundir e implementar el Concilio de Trento en América, así como a mantener la independencia de la Iglesia del poder civil.

A los 68 años, Santo Toribio cayó enfermo y murió el 23 de marzo, día de Jueves Santo de 1606. San Juan Pablo II lo declaró Patrono del Episcopado Latinoamericano en 1983. 

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 23 DE MARZO DEL 2021

 



 Lecturas de hoy Martes de la 5ª semana de Cuaresma

Hoy, martes, 23 de marzo de 2021



Primera lectura

Lectura del libro de los Números (21,4-9):

EN aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edón.

El pueblo se cansó de caminar y habló contra Dios y contra Moisés:

«¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náuseas ese pan sin sustancia».

El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos de Israel.

Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:

«Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes».

Moisés rezó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió:

«Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla».

Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.


Palabra de Dios



Salmo

Sal 101,2-3.16-18.19-21


R/. Señor, escucha mi oración,

que mi grito llegue hasta ti


V/. Señor, escucha mi oración,

que mi grito llegue hasta ti;

no me escondas tu rostro

el día de la desgracia.

Inclina tu oído hacia mí;

cuando te invoco,

escúchame enseguida. R/.


V/. Los gentiles temerán tu nombre,

los reyes del mundo, tu gloria.

Cuando el Señor reconstruya Sión

y aparezca en su gloria,

y se vuelva a las súplicas de los indefensos,

y no desprecie sus peticiones. R/.


V/. Quede esto escrito para la generación futura,

y el pueblo que será creado alabará al Señor.

Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,

desde el cielo se ha fijado en la tierra,

para escuchar los gemidos de los cautivos

y librar a los condenados a muerte. R/.


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (8,21-30):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:

«Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».

Y los judíos comentaban:

«¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?».

Y él les dijo:

«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que Yo soy, moriréis en vuestros pecados».

Ellos le decían:

«¿Quién eres tú?».

Jesús les contestó:

«Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».

Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.

Y entonces dijo Jesús:

«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».

Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.


Palabra del Señor



«Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy»

Rev. D. Josep Mª MANRESA Lamarca

(Valldoreix, Barcelona, España)



Hoy, martes V de Cuaresma, a una semana de la contemplación de la Pasión del Señor, Él nos invita a mirarle anticipadamente redimiéndonos desde la Cruz: «Jesucristo es nuestro pontífice, su cuerpo precioso es nuestro sacrificio que Él ofreció en el ara de la Cruz para la salvación de todos los hombres» (San Juan Fisher).

«Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre...» (Jn 8,28). En efecto, Cristo Crucificado —¡Cristo “levantado”!— es el gran y definitivo signo del amor del Padre a la Humanidad caída. Sus brazos abiertos, extendidos entre el cielo y la tierra, trazan el signo indeleble de su amistad con nosotros los hombres. Al verle así, alzado ante nuestra mirada pecadora, sabremos que Él es (cf. Jn 8,28), y entonces, como aquellos judíos que le escuchaban, también nosotros creeremos en Él.

Sólo la amistad de quien está familiarizado con la Cruz puede proporcionarnos la connaturalidad para adentrarnos en el Corazón del Redentor. Pretender un Evangelio sin Cruz, despojado del sentido cristiano de la mortificación, o contagiado del ambiente pagano y naturalista que nos impide entender el valor redentor del sufrimiento, nos colocaría en la terrible posibilidad de escuchar de los labios de Cristo: «Después de todo, ¿para qué seguir hablándoos?».

Que nuestra mirada a la Cruz, mirada sosegada y contemplativa, sea una pregunta al Crucificado, en que sin ruido de palabras le digamos: «¿Quién eres tú?» (Jn 8,25). Él nos contestará que es «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14,6), la Vid a la que sin estar unidos nosotros, pobres sarmientos, no podemos dar fruto, porque sólo Él tiene palabras de vida eterna. Y así, si no creemos que Él es, moriremos por nuestros pecados. Viviremos, sin embargo, y viviremos ya en esta tierra vida de cielo si aprendemos de Él la gozosa certidumbre de que el Padre está con nosotros, no nos deja solos. Así imitaremos al Hijo en hacer siempre lo que al Padre le agrada.

BUENOS DÍAS!!!

 





 

lunes, 22 de marzo de 2021

MEDITACIÓN DE CUARESMA, DÍA 34, 22 DE MARZO

 



MEDITACIÓN DE CUARESMA

 Día 34º. Lunes 22 de Marzo.



Dolor de los pecados porque pensaba en ti. "¡Qué dolor de muelas! No puedo estudiar, ni leer, ni jugar, y ni siquiera puedo dormir ", se quejaba desconsoladamente. Alguna vez habrás tenido dolor fuerte de algo... ¡Qué pesadilla!

Pues bien, el dolor de los pecados NO es así. Para perdonarnos en la confesión Dios nos pide dolor, y este dolor consiste en tres cosas: 1) reconocer que se ha pecado voluntariamente; 2) desear no haberlo hecho; 3) querer no volver a hacerlo y, para ello, poner los medios oportunos.

Es bueno que fomentes y busques el dolor de los pecados. Cristo, como Hombre que era, padeció todos los sufrimientos de su Pasión hace muchos siglos. Pero como Dios es eterno, no tiene tiempo: no hay para Él un antes y un después. Todo está presente ahora delante de Él. Es igual el año 580 que el 1990 o el 3150.

Y en el año 30, cuando cargó con la cruz, y le atravesaron sus manos y pies con clavos, etc., tenía presente en su cabeza divina todo lo que yo -y cualquier otro hombre- hacemos ahora y en cualquier otro momento de la historia. Por eso en el año 30 pensaba en ti y tú estabas presente en la pasión.

Dame, Señor, dolor de mis pecados. Dolor de amor. Lo que yo hago te afecta. Tú pensabas en mí en tu pasión. Y cada día, en cada misa, renuevas tu pasión. Y la renuevas pensando en mí. Gracias, y auméntame el dolor de mis pecados

Continúa hablándole a Dios con tus palabras.

AÑO DE SAN JOSÉ - DÍA 22 DE MARZO



 Año de San José 

San José, hombre justo y modelo de virtudes,

es el Patrono Universal de la santa Iglesia,

y por lo tanto de todos nosotros.

Es el santo que tuvo en la tierra

la misión más grande y noble:

proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.

 

Marzo 22

Considerando que, el santo Rosario, el mejor obsequio que podemos ofrecer a tu Inmaculada esposa y Madre nuestra queridísima, que es el que ella misma ha pedido en Lourdes, Fátima, San Nicolás y en muchas otras apariciones; concédenos la gracia de rezarlo en familia, porque la familia que reza unida, permanece unida. Así sea.

(P. Florentín Brusa, cmf) 

DÍA MUNDIAL DEL AGUA 2021: PAPA FRANCISCO PIDE GARANTIZAR AGUA POTABLE PARA TODOS

 



Día Mundial del Agua 2021: Papa Francisco pide garantizar agua potable para todos

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



Con ocasión del Día Mundial del Agua 2021, el Papa Francisco advirtió que muchas personas tienen “acceso a poca agua y quizás contaminada” por lo que destacó que “es necesario garantizar el agua potable y el saneamiento para todos”.

Así lo indicó el Santo Padre en un mensaje enviado este 22 de marzo a través de su cuenta oficial de Twitter @Pontifex_es.

El Pontífice señaló que el agua para los creyentes “no es una mercancía: es un símbolo universal y una fuente de vida y salud”.

“¡Muchos hermanos y hermanas tienen acceso a poca agua y quizás contaminada! Es necesario garantizar el agua potable y el saneamiento para todos.”, escribió el Papa.

En esta línea, el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, envió un video mensaje a los participantes del evento virtual organizado por las Naciones Unidas con el tema “Valorar el agua”.

En el video mensaje, el Cardenal Parolin saludó en nombre del Papa al director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu, y a la directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Audrey Azoulay.

El Purpurado afirmó que el tema elegido para este año, “Valorar el agua”, “nos invita a ser más responsables en la tutela y utilización de este elemento tan fundamental para la preservación de nuestro planeta” porque “sin agua, en efecto, no habría habido vida, ni centros urbanos, ni productividad agrícola, forestal o ganadera. Con todo, este recurso no ha sido cuidado con el esmero y la atención que merece. Desperdiciarlo, desdeñarlo o contaminarlo ha sido un error que continúa repitiéndose también en nuestros días”.

“En el mismo siglo XXI, en la era del progreso y de los avances tecnológicos, el   acceso al agua potable y segura no está al alcance de todos”, alertó Parolin quien recordó que “a esta triste realidad se añaden hoy los nocivos efectos del cambio climático: inundaciones, sequías, aumento de las temperaturas, variabilidad repentina e impredecible de las precipitaciones, deshielos, disminución de las corrientes de los ríos o agotamiento de las aguas subterráneas”.

Además, el Purpurado exhortó a todos “a trabajar para terminar con la contaminación de los mares y los ríos, de las corrientes subterráneas y los manantiales, a través de una labor educativa que  promueva el cambio de nuestros estilos de vida, la búsqueda de la bondad, la verdad, la belleza y la comunión con los demás hombres en aras del bien común”.

Asimismo, el Secretario de Estado Vaticano invitó poner “en el centro de nuestros criterios la solidaridad” para emplear “el agua racionalmente, sin despilfarrarla inútilmente” y así poder “compartirla con quienes más la necesitan”.

Por último, el Cardenal Parolin destacó que “para garantizar el justo acceso al agua es de vital urgencia actuar sin dilación, para acabar de una vez por todas con su desperdicio, mercantilización y contaminación. Es más necesaria que nunca la colaboración entre los Estados, el sector público y privado, así como la multiplicación de iniciativas por parte de los Organismos intergubernamentales. Es igualmente urgente una cobertura jurídica vinculante, un apoyo sistemático y eficaz para que a todas las zonas del planeta llegue, en cantidad y calidad, el agua potable”.

“Apresurémonos, por tanto, para dar de beber al sediento. Corrijamos nuestros estilos de vida para que no derrochen ni contaminen. Convirtámonos en protagonistas de aquella bondad que condujo a San Francisco de Asís a calificar el agua como ‘una hermana que es muy humilde, y preciosa y casta’”, subrayó el Purpurado. 

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 22 DE MARZO DE 2021



Lecturas de hoy Lunes de la 5ª semana de Cuaresma

Hoy, lunes, 22 de marzo de 2021



Primera lectura

Lectura del libro de Daniel (13,1-9.15-17.19-30.33-62):

EN aquellos días, vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín, casado con Susana, hija de Jelcías, mujer muy bella y temerosa del Señor.

Sus padres eran justos y habían educado a su hija según la ley de Moisés. Joaquín era muy rico y tenía un jardín junto a su casa; y como era el más respetado de todos, los judíos solían reunirse allí.

Aquel año fueron designados jueces dos ancianos del pueblo, de esos que el Señor denuncia diciendo:

«En Babilonia la maldad ha brotado de los viejos jueces, que pasan por guías del pueblo».

Solían ir a casa de Joaquín, y los que tenían pleitos que resolver acudían a ellos.

A mediodía, cuando la gente se marchaba, Susana salía a pasear por el jardín de su marido. Los dos ancianos la veían a diario, cuando salía a pasear, y sintieron deseos de ella.

Pervirtieron sus pensamientos y desviaron los ojos para no mirar al cielo, ni acordarse de sus justas leyes.

Sucedió que, mientras aguardaban ellos el día conveniente, salió ella como los tres días anteriores sola con dos criadas, y tuvo ganas de bañarse en el jardín, porque hacía mucho calor. No había allí nadie, excepto los dos ancianos escondidos y acechándola.

Susana dijo a las criadas:

«Traedme el perfume y las cremas y cerrad la puerta del jardín mientras me baño».

Apenas salieron las criadas, se levantaron los dos ancianos, corrieron hacia ella y le dijeron:

«Las puertas del jardín están cerradas, nadie nos ve, y nosotros sentimos deseos de ti; así que consiente y acuéstate con nosotros. Si no, daremos testimonio contra ti diciendo que un joven estaba contigo y que por eso habías despachado a las criadas».

Susana lanzó un gemido y dijo:

«No tengo salida: si hago eso, mereceré la muerte; si no lo hago, no escaparé de vuestras manos. Pero prefiero no hacerlo y caer en vuestras manos antes que pecar delante del Señor».

Susana se puso a gritar, y los dos ancianos, por su parte, se pusieron también a gritar contra ella. Uno de ellos fue corriendo y abrió la puerta del jardín.

Al oír los gritos en el jardín, la servidumbre vino corriendo por la puerta lateral a ver qué le había pasado. Cuando los ancianos contaron su historia, los criados quedaron abochornados, porque Susana nunca había dado que hablar.

Al día siguiente, cuando la gente vino a casa de Joaquín, su marido, vinieron también los dos ancianos con el propósito criminal de hacer morir a Susana. En presencia del pueblo ordenaron:

«Id a buscar a Susana, hija de Jelcías, mujer de Joaquín».

Fueron a buscarla, y vino ella con sus padres, hijos y parientes.

Toda su familia y cuantos la veían lloraban.

Entonces los dos ancianos se levantaron en medio de la asamblea y pusieron las manos sobre la cabeza de Susana.

Ella, llorando, levantó la vista al cielo, porque su corazón confiaba en el Señor.

Los ancianos declararon:

«Mientras paseábamos nosotros solos por el jardín, salió esta con dos criadas, cerró la puerta del jardín y despidió a las criadas. Entonces se le acercó un joven que estaba escondido y se acostó con ella.

Nosotros estábamos en un rincón del jardín y, al ver aquella maldad, corrimos hacia ellos. Los vimos abrazados, pero no pudimos sujetar al joven, porque era más fuerte que nosotros, y, abriendo la puerta, salió corriendo.

En cambio, a esta le echamos mano y le preguntamos quién era el joven, pero no quiso decírnoslo. Damos testimonio de ello».

Como eran ancianos del pueblo y jueces, la asamblea los creyó y la condenó a muerte.

Susana dijo gritando:

«Dios eterno, que ves lo escondido, que lo sabes todo antes de que suceda, tú sabes que han dado falso testimonio contra mí, y ahora tengo que morir, siendo inocente de lo que su maldad ha inventado contra mí».

Y el Señor escuchó su voz.

Mientras la llevaban para ejecutarla, Dios suscitó el espíritu santo en un muchacho llamado Daniel; y este dio una gran voz:

«Yo soy inocente de la sangre de esta».

Toda la gente se volvió a mirarlo, y le preguntaron:

«Qué es lo que estás diciendo?».

Él, plantado en medio de ellos, les contestó:

«Pero ¿estáis locos, hijos de Israel? ¿Conque, sin discutir la causa ni conocer la verdad condenáis a una hija de Israel? Volved al tribunal, porque esos han dado falso testimonio contra ella».

La gente volvió a toda prisa, y los ancianos le dijeron:

«Ven, siéntate con nosotros e infórmanos, porque Dios mismo te ha dado la ancianidad».

Daniel les dijo:

«Separadlos lejos uno del otro, que los voy a interrogar».

Cuando estuvieron separados el uno del otro, él llamó a uno de ellos y le dijo:

«¡Envejecido en días y en crímenes! Ahora vuelven tus pecados pasados, cuando dabas sentencias injustas condenando inocentes y absolviendo culpables, contra el mandato del Señor: “No matarás al inocente ni al justo”. Ahora, puesto que tú la viste, dime debajo de qué árbol los viste abrazados».

Él contestó:

«Debajo de una acacia».

Respondió Daniel:

«Tu calumnia se vuelve contra ti. Un ángel de Dios ha recibido ya la sentencia divina y te va a partir por medio».

Lo apartó, mandó traer al otro y le dijo:

«Hijo de Canaán, y no de Judá! La belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón. Lo mismo hacíais con las mujeres israelitas, y ellas por miedo se acostaban con vosotros; pero una mujer judía no ha tolerado vuestra maldad. Ahora dime: ¿bajo qué árbol los sorprendiste abrazados?».

Él contestó:

«Debajo de una encina».

Replicó Daniel:

«Tu calumnia también se vuelve contra ti. el ángel de Dios aguarda con la espada para dividirte por medio. Y así acabará con vosotros».

Entonces toda la asamblea se puso a gritar bendiciendo a Dios, que salva a los que esperan en él. Se alzaron contra los dos ancianos, a quienes Daniel había dejado convictos de falso testimonio por su propia confesión, e hicieron con ellos lo mismo que ellos habían tramado contra el prójimo. Les aplicaron la ley de Moisés y los ajusticiaron.

Aquel día se salvó una vida inocente.


Palabra de Dios



Salmo

Sal 22,1-3a.3b-4.5.6


R/. Aunque camine por cañadas oscuras,

nada temo, porque tú vas conmigo


V/. El Señor es mi pastor, nada me falta:

en verdes praderas me hace recostar;

me conduce hacia fuentes tranquilas

y repara mis fuerzas. R/.


V/. Me guía por el sendero justo,

por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras,

nada temo, porque tú vas conmigo:

tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.


V/. Preparas una mesa ante mí,

enfrente de mis enemigos;

me unges la cabeza con perfume,

y mí copa rebosa. R/.


V/. Tu bondad y tu misericordia me acompañan

todos los días de mi vida,

y habitaré en la casa del Señor

por años sin término. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (8,1-11):

EN aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.

Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:

«Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».

Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.

Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.

Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:

«El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».

E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.

Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos.

Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.

Jesús se incorporó y le preguntó:

«Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».

Ella contestó:

«Ninguno, Señor».

Jesús dijo:

«Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».


Palabra del Señor 



«Vete, y en adelante no peques más»

Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells

(Salt, Girona, España)



Hoy contemplamos en el Evangelio el rostro misericordioso de Jesús. Dios es Amor, y Amor que perdona, Amor que se compadece de nuestras flaquezas, Amor que salva. Los maestros de la Ley de Moisés y los fariseos «le llevan una mujer sorprendida en adulterio» (Jn 8,4) y piden al Señor: «¿Tú qué dices?» (Jn 8,5). No les interesa tanto seguir una enseñanza de Jesús como poderlo acusar de que va contra de la Ley de Moisés. Pero el Maestro aprovecha esta ocasión para manifestar que Él ha venido a buscar a los pecadores, a enderezar a los caídos, a llamarlos a la conversión y a la penitencia. Y éste es el mensaje de la Cuaresma para nosotros, ya que todos somos pecadores y todos necesitamos de la gracia salvadora de Dios.

Se dice que hoy día se ha perdido el sentido del pecado. Muchos no saben lo que está bien o mal, ni por qué. Es lo mismo que decir —en forma positiva— que se ha perdido el sentido del Amor a Dios: del Amor que Dios nos tiene, y —por nuestra parte— la correspondencia que este Amor pide. Quien ama no ofende. Quien se sabe amado y perdonado, vuelve amor por Amor: «Preguntaron al Amigo cuál era la fuente del amor. Respondió que aquella donde el Amado nos ha lavado nuestras culpas» (Ramon Llull).

Por esto, el sentido de la conversión y de la penitencia propias de la Cuaresma es ponernos cara a cara ante Dios, mirar a los ojos del Señor en la Cruz, acudir a manifestarle personalmente nuestros pecados en el sacramento de la Penitencia. Y como a la mujer del Evangelio, Jesús nos dirá: «Tampoco yo te condeno... En adelante no peques más» (Jn 8,11). Dios perdona, y esto conlleva por nuestra parte una exigencia, un compromiso: ¡No peques más! 

FELIZ SEMANA!!!!

 





domingo, 21 de marzo de 2021

CADA UNO DE NOSOTROS ES UN GRANO DE TRIGO

 



 Cada uno de nosotros es un grano de trigo

Los que quieren echarse a perder, se guardan para sí mismos en el egoísmo.

Por: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net




Podremos hacer muchas cosas o tener grandes posesiones, pero nunca debemos perder de vista que lo importante es el bien que hacemos a los demás. Ésa tiene que acabar siendo nuestra más importante y auténtica riqueza.

Dios ama al que da con alegría, y en el Evangelio escuchábamos una parábola de nuestro Señor sobre este darse. Darse significa que, como el grano de trigo, uno tiene que caer en la tierra y pudrirse para dar fruto. Es imposible darse con comodidad, es imposible darse sin que nos cueste nada. Al contrario, el entregarse verdaderamente a los demás y el ayudar a los demás siempre nos va a costar.

Vivimos en un mundo de muchas comodidades, y no sé si nosotros seríamos capaces de resistir el sufrimiento, cuando cosas tan pequeñas, tan insignificantes, a veces nos resultan tan dolorosas. La fe nos pide ser testigos de Cristo en la vida diaria, en la caridad diaria, en el esfuerzo diario, en la comprensión diaria, en la lucha diaria por ayudar a los demás, por hacer que los demás se sientan más a gusto, más tranquilos, más felices. Ahí es donde está, para todos nosotros, el modo de ser testigos de Cristo.

Tenemos que entregarnos auténticamente, entregarnos con más fidelidad, entregarnos con un corazón muy disponible a los demás. Cada uno tiene que saber cuál es el modo concreto de entregarse a los demás. ¿Cómo puedo yo entregarme a los demás? ¿Qué significa darme los demás?

Ciertamente, para todos nosotros, lo que va a significar es renunciar a nuestro egoísmo, renunciar a nuestras flojeras, renunciar a todas esas situaciones en las que podemos estar buscándonos a nosotros mismos.

Jesucristo nos dice en el Evangelio que todo aquél que se busca a sí mismo, acabará perdiéndose, porque acaba quedándose nada más con el propio egoísmo. La riqueza de la Iglesia es su capacidad de entrega, su capacidad de amor, su capacidad de vivir en caridad. Una Iglesia que viviese nada más para sí misma, para sus intereses, para sus conveniencias sería una Iglesia que estaría viviendo en el egoísmo y que no estaría dando un testimonio de fe. Y un cristiano que nada más viva para sí mismo, para lo que a uno le interesa, para lo que uno busca, sería un cristiano que no está dando fruto.

Dios da la semilla, a nosotros nos toca sembrar. Dios nos ha dado nuestras cualidades, a nosotros nos toca desarrollarlas; Dios nos ha dado el corazón, el interés, la inteligencia, la voluntad, la libertad, la capacidad de amar; pero el amar o el no amar, el entregarnos o no entregarnos, el ser egoístas o ser generosos depende sola y únicamente de nosotros.

Es en la generosidad donde el hombre es feliz, y es en el egoísmo en donde el hombre es auténticamente desgraciado. Aunque a veces la generosidad nos cueste y nos sea difícil; aunque a veces el ser generosos signifique el sacrificarnos, es ahí donde vamos a ser felices, porque sólo da una espiga el grano de trigo que cae en la tierra y se pudre, se sacrifica, mientras que el grano de trigo que se guarda en un arcón acaba estropeándose, se lo acaban comiendo los animales o echándose a perder.

Cada uno de nosotros es un grano de trigo. Reflexionemos y preguntémonos: ¿Quiero echarme a perder o dar frutos? Y recordemos que sólo hay dos tipos de personas en esta vida: los que quieren echarse a perder y se guardan para sí mismos en el egoísmo; o los que entregándose, acaban por dar fruto.

MEDITACIÓN DE CUARESMA, DÍA 33, 21 DE MARZO

 



MEDITACIÓN DE CUARESMA

 Día 33º. Domingo 21 de Marzo.


Perdonar siempre. Un día, la Madre Teresa de Calcuta, encontró sobre un montón de basura una mujer moribunda que le dijo que su propio hijo la había dejado abandonada allí. La Madre la recogió y la llevó al hogar de Kalighat. Aquella mujer no se quejaba de su estado sino de que hubiera sido su propio hijo quien la dejó allí. No podía perdonarle... La Madre Teresa, que quería que aquella mujer muriese en gracia de Dios, trataba de convencerla:

¿Debe perdonar a su hijo? le decía. Es carne de su carne y sangre de su sangre... Sin duda hizo lo que hizo en un momento de locura y ya estará arrepentido... Pórtese como una verdadera madre y perdónelo... Si ha pedido a Dios que le perdone sus pecados debe perdonar el que su hijo cometió con usted. Si lo hace, Dios recompensará su generosidad con un lugar en el Cielo. La mujer se resistía, pero la gracia terminó venciendo. -Le perdono, le perdono... dijo por fin llorando. Poco después moría.

Dios mío, dame gracia y amor para perdonar siempre: que ningún día me acueste guardando rencor a alguien, aunque me parezca que tengo motivos. ¡Me has perdonado Tú a mí!

Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has leído. Después termina con una oración final.

AÑO DE SAN JOSÉ, DÍA 21 DE MARZO

 


Año de San José

San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Marzo 21
Ayúdanos a esperar y confiar cada día más en Ti, ilumina nuestros ojos, guía nuestros pasos, y redime los males en este mundo tan lleno de peligros y de injusticias. Tú que eres el justo por excelencia. Así sea.


(P. Florentín Brusa, cmf)

PAPA FRANCISCO: QUIEN MUESTRA EL SIGNO DE LA CRUZ DEBE SER COHERENTE CON EL EVANGELIO


 

Quien muestra el signo de la Cruz debe ser coherente con el Evangelio, afirma el Papa

POR MIGUEL PÉREZ PICHEL | ACI Prensa

 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco recordó este domingo 21 de marzo, durante el rezo del Ángelus en el Vaticano, que la Cruz “se ha convertido en el emblema por excelencia de los cristianos”.

Explicó que quien proviene de países y culturas donde el cristianismo es poco conocido y quiere conocer más sobre Jesús, lo primero que ve “en las iglesias, en los hogares de los cristianos, incluso en el propio cuerpo” es el crucifijo.

Por eso, insistió en la importancia de que “el signo sea coherente con el Evangelio”, porque “la cruz no puede sino expresar amor, servicio, entrega sin reservas: sólo así es verdaderamente el ‘árbol de la vida’, de la vida sobreabundante”.

El Pontífice, que volvió a presidir el Ángelus en privado desde la Biblioteca del Palacio Apostólico debido al aumento de restricciones en Italia por la pandemia de coronavirus, hizo esta reflexión a partir del fragmento del Evangelio de San Juan donde se narra cómo un grupo de griegos se acercan al apóstol Felipe y le piden ver a Jesús.

Jesús responde a esa petición “de un modo que lleva a reflexionar. Dice así: ‘Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre […] Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto’”.

“Estas palabras”, señaló el Papa, “no parecen responder a la petición que habían hecho aquellos griegos. En realidad, van más allá. De hecho, Jesús revela que Él, para todo hombre que quiera buscarlo, es la semilla escondida dispuesta a morir para dar mucho fruto. Como diciendo: si queréis conocerme y comprenderme, mirad el grano de trigo que muere en la tierra, mirad la cruz”.

El Santo Padre hizo hincapié en que “también hoy mucha gente, a menudo sin decirlo implícitamente, quisiera ‘ver a Jesús’, encontrarlo, conocerlo. Esto nos hace comprender la gran responsabilidad de los cristianos y de nuestras comunidades”.

“Nosotros también debemos responder con el testimonio de una vida que se entrega en el servicio. Se trata de sembrar semillas de amor no con palabras que se lleva el viento, sino con ejemplos concretos, sencillos y valientes”.

De esa manera, resaltó el Papa Francisco, “el Señor, con su gracia, nos hace fructificar, incluso cuando el terreno es árido por incomprensiones, dificultades o persecuciones".

"Precisamente entonces, en la prueba y en la soledad, mientras muere la semilla, es el momento en que brota la vida, para dar fruto maduro en su momento. Es en esta trama de muerte y de vida que podemos experimentar la alegría y la verdadera fecundidad del amor”, concluyó.

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 21 DE MARZO DEL 2021 - V DOMINGO DE CUARESMA

 



 Lecturas de hoy Domingo 5º de Cuaresma - Ciclo B

Hoy, domingo, 21 de marzo de 2021



Primera lectura

Lectura del profeta Jeremías (31,31-34):

Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor –oráculo del Señor–. Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días –oráculo del Señor–: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: "Reconoce al Señor." Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande –oráculo del Señor–, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados.


Palabra de Dios



Salmo

Sal 50


R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro


Misericordia, Dios mío, por tu bondad,

por tu inmensa compasión borra mi culpa;

lava del todo mi delito,

limpia mi pecado. R/.


Oh Dios, crea en mí un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme;

no me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu. R/.


Devuélveme la alegría de tu salvación,

afiánzame con espíritu generoso:

enseñaré a los malvados tus caminos,

los pecadores volverán a ti. R/.



Segunda lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (5,7-9):


Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando es su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.


Palabra de Dios


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (12,20-33):


En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor, quisiéramos ver a Jesús.»

Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.

Jesús les contestó: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este. mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre.»

Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.»

La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.

Jesús tomó la palabra y dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.»

Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.


Palabra del Señor




«Si alguno me sirve, que me siga»

Fr. Vimal MSUSAI

(Ranchi, Jharkhand, India)



Hoy escuchamos un pasaje evangélico cuyas palabras —de la mano del discípulo amado— debieron transmitir un fuerte coraje en el camino de la fe durante las persecuciones que sufrieron los primeros cristianos. En aquellos días de las fiestas judías, algunos griegos acudieron a Jerusalén para rendir culto y quisieron ver a Jesús. Pidieron ayuda a los discípulos.

“Ver a Jesús” no significa simplemente mirarle, cosa que probablemente pretendían aquellos griegos. “Ver a Jesús” es entrar totalmente en su modo de pensar; significa entender por qué Él tenía que sufrir y morir para resucitar. Como el grano de trigo, Jesucristo tiene que dejarlo todo, incluso su propia vida, para poder traer vida para Él y para muchos otros.

Si no captamos esto como el núcleo de la vida de Cristo, entonces no le hemos visto realmente. En palabras de san Atanasio, sólo podemos ver a Jesús a través de la muerte mediante la Cruz con la cual Él trae muchos frutos para todos los siglos. “Ver a Jesús” quiere decir rendirse ante una inmerecida muerte que trae los dones de la fe y de la salvación para la humanidad (cf. Jn 12,25-26). Mahatma Gandhi refleja la misma idea diciendo que «el mejor camino para encontrarse con uno mismo es perderse en el servicio a los demás».

Las palabras de Jesús recuerdan a sus discípulos que deben seguir sus pasos, incluso hasta la muerte. El grano, por supuesto, realmente no muere sino que se transforma en algo completamente nuevo: raíces, hojas y frutos (la Pascua). De manera similar, la oruga deja de ser oruga para transformarse en algo distinto —y a la vez— frecuentemente mucho más bonito (una mariposa).

Y, si nosotros queremos “ver a Jesús”, tenemos que andar su camino. «Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor» (Jn 12,26). Esto supone recorrer con Jesucristo y con María todo el camino del Calvario, dondequiera que se encuentre cada uno de nosotros. Jesús, que dejó todas las cosas por nosotros, nos llama a estar con Él todo el recorrido, imitando su entrega y procurando que se cumpla la voluntad de su Padre.

FELIZ DOMINGO!!!

 




HOY 21 DE MARZO DE 2021 ES EL QUINTO DOMINGO DE CUARESMA

 


Hoy es el Quinto domingo de Cuaresma


Este 21 de marzo la Iglesia celebra el quinto domingo de Cuaresma. El Evangelio del día corresponde a la lectura de Juan 12:20-33.

viernes, 19 de marzo de 2021

ENSEÑANZAS DE SAN JOSÉ



 Enseñanzas de San José

Este hombre que acunó amorosamente a Jesús desde su nacimiento fue engalanado de virtudes grandes

Por: María Teresa González Maciel | Fuente: Catholic.net



San José es creado por Dios Padre y al mismo tiempo es padre adoptivo de Dios Hijo. Es el Hombre justo (hombre en quien Dios se complace). Elegido para participar en el misterio divino de la redención.

 A José. Debido a la trascendencia de su misión. Dios le otorga virtudes teologales y humanas muy especiales. Desposado con María, la llena de gracia. Es al mismo tiempo padre legal de Jesucristo, quien es la fuente de toda gracia. Lo que se puede señalar de él son sólo pinceladas de su grandeza humana.

Este hombre que acunó amorosamente a Jesús desde su nacimiento, y siguió cuidadosamente sus pasos, forjando a su hijo en la fe y los valores, fue engalanado de virtudes grandes.

 Algunas de sus enseñanzas:

• Hombre de silencio y de oración. Permanece en diálogo constante con su Creador.

• Hombre obediente, dispuesto a cambiar su voluntad y sujetarse a los planes divinos. Cumple los mandatos de Dios sin importar el cansancio, el esfuerzo.

• Hombre lleno de amor, compasión y misericordia. A pesar de su dolor al no entender la maternidad de María, busca proteger su honra, su vida y la del niño. Piensa repudiarla en secreto.

• Hombre trabajador, protector, honesto. Vive del trabajo de sus manos con lo que sostiene a su esposa y a su hijo.

• Formador. Consciente de su misión enseña a su hijo la fe, la oración, las virtudes teologales y humanas. Además de su oficio de carpintero.

• Hombre sencillo y humilde. No busca protagonismos. Apenas aparece en momentos claves. Es del linaje de David, desposado con María, se le aparece un ángel en sueños para decirle que no tema recibir por esposa a María porque lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Más adelante para salvar al Niño Jesús, el ángel en sueños le ordena huir a Egipto, se le menciona en la presentación del niño en el templo, también cuando se dice que Jesús es hijo de José el carpintero.

• Hombre de paz. Participa en el misterio, se asombra, lo contempla, lo medita. Y como María lo acepta con gozo y gran paz en su corazón.

• Probado en el dolor como el gran sufrimiento moral al dudar sobre María, al no encontrar posada para que nazca su hijo, en la huida a Egipto, cuando pierden a Jesús durante tres días y lo encuentran en el templo, en el empadronamiento en donde conoció el anunció de Simeón de que una espada atravesaría el corazón de María.  

• Hombre sabio. Con gracias especiales en atención a su misión como padre adoptivo de Jesús.

José y María son modelos de perfección. Tienen en común, al igual que su Hijo Jesús, un anhelo profundo de hacer la voluntad del Padre. Permitieron que la voluntad de Dios reinara en sus vidas y los elevara como personas.

Pidamos la gracia de poder decir de forma comprometida… Venga tu Reino, para que Dios reine en el corazón y que la propia voluntad quede sujeta a él. De tal forma que se haga su voluntad así en la tierra como en el cielo.

PAPA FRANCISCO ELIGE A SAN JOSÉ CUSTODIO DE LAS VOCACIONES

 



Papa Francisco elige a San José “custodio de las vocaciones”

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

Crédito: Wikimedia Commons y Daniel Ibañez / ACI Prensa




En su mensaje para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 2021 el Papa Francisco escribió este 19 de marzo que “le gusta pensar en San José, el custodio de Jesús y de la Iglesia, como custodio de las vocaciones” y destacó su disponibilidad en el servicio y la fidelidad en su vocación.

La 58ª Jornada Mundial de Oración para las Vocaciones se llevará a cabo el 25 de abril de 2021, cuarto Domingo de Pascua, con el tema: “San José: el sueño de la vocación”.

En el texto difundido por el Vaticano este 19 de marzo, Solemnidad de San José, el Pontífice destacó que San José es “una figura extraordinaria, y al mismo tiempo tan cercana a nuestra condición humana”. “San José no impactaba, tampoco poseía carismas particulares ni aparecía importante a la vista de los demás. No era famoso y tampoco se hacía notar, los Evangelios no recogen ni una sola palabra suya. Sin embargo, con su vida ordinaria, realizó algo extraordinario a los ojos de Dios”, explicó.

Además, el Santo Padre recordó que el pasado 8 de diciembre comenzó el Año dedicado especialmente a San José con motivo del 150º aniversario de la declaración de San José como Patrono de la Iglesia universal. Ocasión en la que escribió la carta apostólica Patris corde para “que crezca el amor a este gran santo”.

El Papa señaló que, así como “San José reconoció un corazón de padre, capaz de dar y generar vida en lo cotidiano. Las vocaciones tienden a esto: a generar y regenerar la vida cada día” y agregó que “el Señor quiere forjar corazones de padres, corazones de madres; corazones abiertos, capaces de grandes impulsos, generosos en la entrega, compasivos en el consuelo de la angustia y firmes en el fortalecimiento de la esperanza”.

“Esto es lo que el sacerdocio y la vida consagrada necesitan, especialmente hoy, en tiempos marcados por la fragilidad y los sufrimientos causados también por la pandemia, que ha suscitado incertidumbre y miedo sobre el futuro y el mismo sentido de la vida. San José viene a nuestro encuentro con su mansedumbre, como santo de la puerta de al lado; al mismo tiempo, su fuerte testimonio puede orientarnos en el camino”, afirmó el Papa.


Tres palabras sobre San José

En esta línea, el Santo Padre destacó tres palabras claves sobre San José que pueden ayudar a toda vocación: sueño, servicio y fidelidad.

El Papa dijo que “todos en la vida sueñan con realizarse” sin embargo, advirtió que sobre los “objetivos efímeros -como el éxito, el dinero y la diversión-, que no son capaces de satisfacernos” y añadió que “es el amor el que da sentido a la vida, porque revela su misterio. La vida, en efecto, solo se tiene si se da, sólo se posee verdaderamente si se entrega plenamente”.

Luego, el Pontífice recordó que los Evangelios narran cuatro sueños de San José que eran “llamadas divinas, pero no fueron fáciles de acoger” ya que “después de cada sueño, José tuvo que cambiar sus planes y arriesgarse, sacrificando sus propios proyectos para secundar los proyectos misteriosos de Dios”.

De este modo, el Papa describió que “los sueños condujeron a José a aventuras que nunca habría imaginado. El primero desestabilizó su noviazgo, pero lo convirtió en padre del Mesías; el segundo lo hizo huir a Egipto, pero salvó la vida de su familia; el tercero anunciaba el regreso a su patria y el cuarto le hizo cambiar nuevamente sus planes llevándolo a Nazaret, el mismo lugar donde Jesús iba a comenzar la proclamación del Reino de Dios. En todas estas vicisitudes, la valentía de seguir la voluntad de Dios resultó victoriosa”.

“Así pasa en la vocación: la llamada divina siempre impulsa a salir, a entregarse, a ir más allá. No hay fe sin riesgo. Sólo abandonándose confiadamente a la gracia, dejando de lado los propios planes y comodidades se dice verdaderamente ‘sí’ a Dios. Y cada ‘sí’ da frutos, porque se adhiere a un plan más grande, del que sólo vislumbramos detalles, pero que el Artista divino conoce y lleva adelante, para hacer de cada vida una obra maestra”.

En este sentido, el Papa subrayó que “San José representa un icono ejemplar de la acogida de los proyectos de Dios” por lo que rezó para que “él ayude a todos, especialmente a los jóvenes en discernimiento, a realizar los sueños que Dios tiene para ellos; que inspire la iniciativa valiente para decir ‘sí; al Señor, que siempre sorprende y nunca decepciona”.

Después, el Santo Padre destacó que los Evangelios demuestran la importancia del servicio en la vida de San José “que vivió enteramente para los demás y nunca para sí mismo” y añadió que es un modelo para el sacerdocio y la vida consagrada porque “cuando una vocación, ya sea en la vida matrimonial, célibe o virginal, no alcanza la madurez de la entrega de sí misma deteniéndose sólo en la lógica del sacrificio, entonces en lugar de convertirse en signo de la belleza y la alegría del amor corre el riesgo de expresar infelicidad, tristeza y frustración”.

Así, el Papa indicó que “para San José el servicio, expresión concreta del don de sí mismo, no fue sólo un ideal elevado, sino que se convirtió en regla de vida cotidiana”.

“¡Qué hermoso ejemplo de vida cristiana damos cuando no perseguimos obstinadamente nuestras propias ambiciones y no nos dejamos paralizar por nuestras nostalgias, sino que nos ocupamos de lo que el Señor nos confía por medio de la Iglesia! Así, Dios derrama sobre nosotros su Espíritu, su creatividad; y hace maravillas, como en José”, dijo el Papa.

Asimismo, el Santo Padre explicó que “además de la llamada de Dios -que cumple nuestros sueños más grandes- y de nuestra respuesta -que se concreta en el servicio disponible y el cuidado atento-, hay un tercer aspecto que atraviesa la vida de San José y la vocación cristiana, marcando el ritmo de lo cotidiano: la fidelidad”.

Por ello, el Papa destacó que San José “en el silencio laborioso de cada día persevera en su adhesión a Dios y a sus planes... Cultiva todo con paciencia. Sabe que la existencia se construye solo con la continua adhesión a las grandes opciones. Esto corresponde a la laboriosidad serena y constante con la que desempeñó el humilde oficio de carpintero, por el que no inspiró las crónicas de la época, sino la vida cotidiana de todo padre, de todo trabajador y de todo cristiano a lo largo de los siglos. Porque la vocación, como la vida, solo madura por medio de la fidelidad de cada día”.

En esta línea, el Santo Padre recordó que “las primeras palabras que San José escuchó en sueños fueron una invitación a no tener miedo, porque Dios es fiel a sus promesas”.

“No temas: son las palabras que el Señor te dirige también a ti, querida hermana, y a ti, querido hermano, cuando, aun en medio de incertidumbres y vacilaciones, sientes que ya no puedes postergar el deseo de entregarle tu vida. Son las palabras que te repite cuando, allí donde te encuentres, quizás en medio de pruebas e incomprensiones, luchas cada día por cumplir su voluntad. Son las palabras que redescubres cuando, a lo largo del camino de la llamada, vuelves a tu primer amor. Son las palabras que, como un estribillo, acompañan a quien dice sí a Dios con su vida como San José, en la fidelidad de cada día”, destacó el Papa.

Por último, el Santo Padre señaló que “la fidelidad es el secreto de la alegría” porque “era la alegría cotidiana y transparente de la sencillez, la alegría que siente quien custodia lo que es importante: la cercanía fiel a Dios y al prójimo”.

“¡Qué hermoso sería si la misma atmósfera sencilla y radiante, sobria y esperanzadora, impregnara nuestros seminarios, nuestros institutos religiosos, nuestras casas parroquiales! Es la alegría que deseo para ustedes, hermanos y hermanas que generosamente han hecho de Dios el sueño de sus vidas, para servirlo en los hermanos y en las hermanas que les han sido confiados, mediante una fidelidad que es ya en sí misma un testimonio, en una época marcada por opciones pasajeras y emociones que se desvanecen sin dejar alegría. Que san José, custodio de las vocaciones, los acompañe con corazón de padre”, concluyó el Papa.

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