viernes, 3 de mayo de 2024

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA - 3 DE MAYO

 



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
3 de mayo



A Jesús le agradó presentarse repetidas veces como el Buen Pastor que se preocupa por su ovejas, se desvela y aún muere por ellas.
La piedad cristiana acostumbró también representar a la Virgen María como "la divina Pastora", porque ella también se preocupa por todos los cristianos, que somos "el rebaño" de Jesucristo.
Deja que la divina Pastora te cuide, te busque y te proporcione el alimento espiritual que necesitas; deja que vele por ti y te defienda de los lobos de tus enemigos espirituales; no te alejes de ella, de su protección; incluso no está mal que aspires a ser una de las ovejas regalonas de la divina Pastora.

Madre piadosa, cuida de mi vida y apártala de todo peligro. 

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 3 DE MAYO DE 2024 - SANTOS FELIPE Y SANTIAGO, APÓSTOLES



3 de mayo: Santos Felipe y Santiago, apóstoles

viernes 3 de mayo de 2024



1ª Lectura (1Cor 15,1-8): Hermanos: Os recuerdo el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado vuestra adhesión a la fe. Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mí.



Salmo responsorial: 18

R/. A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra.


Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje.

Versículo antes del Evangelio (Jn 14,6.9): Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por mí.

Texto del Evangelio (Jn 14,6-14): En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto». Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí?

»Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».



«Yo soy el camino, la verdad y la vida. (...) El que me ha visto a mí, ha visto al Padre»

Rev. D. Joan SOLÀ i Triadú

(Girona, España)


Hoy celebramos la fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago. El Evangelio hace referencia a aquellos coloquios que Jesús tenía sólo con los Apóstoles, y en los que procuraba ir formándolos, para que tuvieran ideas claras sobre su persona y su misión. Es que los Apóstoles estaban imbuidos de las ideas que los judíos se habían formado sobre la persona del Mesías: esperaban un liberador terrenal y político, mientras que la persona de Jesús no respondía en absoluto a estas imágenes preconcebidas.

Las primeras palabras que leemos en el Evangelio de hoy son respuesta a una pregunta del apóstol Tomás. «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14,6). Esta respuesta a Tomás da pie a la petición de Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta» (Jn 14,8). La respuesta de Jesús es —en realidad— una reprensión: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe?» (Jn 14,9).

Los Apóstoles no acababan de entender la unidad entre el Padre y Jesús, no alcanzaban a ver al Dios y Hombre en la persona de Jesús. Él no se limita a demostrar su igualdad con el Padre, sino que también les recuerda que ellos serán los que continuarán su obra salvadora: les otorga el poder de hacer milagros, les promete que estará siempre con ellos, y cualquier cosa que pidan en su nombre, se la concederá.

Estas respuestas de Jesús a los Apóstoles, también nos las dirige a todos nosotros. San Josemaría, comentando este texto, dice: «‘Yo soy el camino, la verdad y la vida’. Con estas inequívocas palabras, nos ha mostrado el Señor cuál es la vereda auténtica que lleva a la felicidad eterna (...). Lo declara a todos los hombres, pero especialmente nos lo recuerda a quienes, como tú y como yo, le hemos dicho que estamos decididos a tomarnos en serio nuestra vocación de cristianos».  

ORACIONES PARA EL PRIMER VIERNES DEL MES DE MAYO - SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS



PRIMER VIERNES DE MAYO
DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS




BREVE CONSIDERACIÓN.- Jesús a su discípula Margarita María de Alacoque: "Si me amas, recibe, hija mía, la Cruz que te mando; llévala en tu corazón, viviendo crucificada a todo; abrázate con ella, porque  Yo la amo, y Yo, que te amo también a ti, te la he obsequiado como prueba, la más segura; del amor infinito que te profesa mi Sagrado Corazón... Recuerda que el lecho de mis esposas más queridas es la Cruz, de la cual hice mis delicias por tu amor".




ORACIÓN
Aspiraciones al Sagrado Corazón de Jesús

Salve, Corazón de Jesús; sálvame.
Salve, Corazón de mi Creador; perfeccióname.
Salve, Corazón de mi Juez; perdóname.
Salve, Corazón de mi Salvador; rescátame.
Salve, Corazón de mi Padre; gobiérname.
Salve, Corazón de mi Esposo; ámame.
Salve, Corazón de mi Maestro; enséñame.
Salve, Corazón de mi Rey; coróname.
Salve, Corazón de mi Bienhechor; enriquéceme.
Salve, Corazón de mi Pastor; guárdame.
Salve, Corazón de mi Hermano; acompáñame.
Salve, Corazón todo caridad; abrásame.

¡Oh Jesús, mi soberano bien!, yo te amo, no por el galardón prometido, sino puramente por amor de Ti; yo te amo sobre todo cuanto hay de amable, y más que a mi mismo. A la faz del cielo y de la tierra protesto que, aunque para vivir amándote tenga que ser perseguido y deba arrastrar la muerte, ayudado por tu gracia repetiré siempre con San Pablo: no hay criatura alguna que sea capaz de apartarme de la caridad del Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, a quien amo y quiero amar eternamente. Así sea.

(De Santa Margarita María de Alacoque)




QUINTA PROMESA:
"Bendeciré con superabundancia de gracias todas sus empresas".


(Recitemos las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús en gratitud a la promesa y para que se cumpla en nosotros...)



LETANÍAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, ten piedad de nosotros.
R: Cristo, ten piedad de nosotros.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, óyenos.
R: Cristo, óyenos.
V: Cristo, escúchanos.
R: Cristo, escúchanos.

V: Dios, Padre celestial,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Hijo, Redentor del mundo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Espíritu Santo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Trinidad Santa, un solo Dios,

R: ten piedad de nosotros.

V: Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
R: Ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el
seno de la Virgen María, R/.
Corazón de Jesús, unido substancialmente al
Verbo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, de majestad infinita, R/.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, R/.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor, R/.
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, R/.
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, R/.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, R/.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros
de la sabiduría y la ciencia, R/.
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud
de la divinidad, R/.
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus
complacencias, R/.
Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, R/.
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, R/.
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, R/.
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, R/.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, R/.
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, R/.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, R/.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, R/.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, R/.
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, R/.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, R/.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren
y esperan, R/.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, R/.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: perdónanos, Señor.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: óyenos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: ten piedad y misericordia de nosotros.
V: Jesús, manso y humilde de corazón,
R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
V: Sagrado Corazón de Jesús,
R: en Vos confío.

V: Sagrado Corazón de María,
R: salvad el alma mía.

V: Jesús y María os quiero con toda mi alma,
R: salvad almas y salvad el alma mía.




UNA PALABRA DE MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE A SUS HERMANOS ASOCIADOS: "Cuando te encuentres en un abismo de sequedad espiritual y de impotencia par amar..., cuando te halles en un abismo de pobreza en virtud y de gran debilidad..., cuando te sientas en un abismo de orgullo y de amor propio, entra entonces en el Sagrado Corazón  y pierdete en ese abismo de caridad, de riqueza inagotable y de humildad profunda."

Un Padre Nuestro y Ave María por los agonizantes y pecadores.




ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.

Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén



Corazón Divino de Jesús, ten misericordia de nosotros (Tres veces)

Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

San José, Ruega por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros. 

MAYO, MES DE MARÍA - IMÁGENES DE LA VIRGEN MARÍA PARA COLOREAR

 























 

jueves, 2 de mayo de 2024

¿POR QUÉ SE DEDICA EL MES DE MAYO A LA VIRGEN MARÍA?

 



 ¿Por qué se dedica el mes de mayo a la Virgen María?

Estas son las razones por las que se dedica el mes de mayo a la virgen María

Por Almudena Martínez-Bordiú


1 de mayo de 2024

Cada mes de mayo, la Iglesia Católica se vuelca en contemplar la fe de la Virgen María y proponerla como ejemplo perfecto de seguidora de Jesús. Descubre el origen de esta tradición y su sentido profundo. 

La profesora de Mariología en Roma y miembro de la Congregación Hermanas de la Santísima Madre de los Dolores, la hermana Vittorina Marini, explica a ACI Prensa que “durante este tiempo se reconoce la obra de María en la historia de la salvación a partir de su Maternidad Divina”. 

La experta puntualiza que este tiempo dedicado por la Iglesia Católica Latina “no coincide para todas las iglesias y el mes elegido puede ser diferente”.

“Durante este período, la piedad del pueblo cristiano expresa su auténtico amor a la Virgen a través de diversas iniciativas de oración, como el rosario, las procesiones, las peregrinaciones a santuarios marianos o las prácticas piadosas especiales", expone la hermana Marini. 

Estas prácticas "buscan reconocer y honrar el lugar de la Santísima Virgen en la historia de la salvación y destacar su vínculo maternal con Cristo y con los fieles”, puntualiza.

La hermana Vittorina explia que en la antigua Grecia el mes de mayo estaba consagrado a las divinidades femeninas de la fertilidad o la primavera. 

“En el transcurso de los siglos estos cultos paganos se combinaron con otros rituales y tradiciones populares presentes en Occidente, que se expresaban en homenajes cortesanos de los enamorados a la mujer amada; convirtiendo a mayo en un periodo de fiestas y diversiones, dedicado a la vida y a la maternidad”, detalla a ACI Prensa.  

En un esfuerzo de cristianizar estas fiestas, la Iglesia vinculó a este mes la tradición de rendir homenaje de corazón a la Virgen María, “celebrada como la criatura más elevada y bella entre las mujeres”.  

“En la Iglesia primitiva parece que ya existía una fiesta solemne en honor de la Madre del Señor que se celebraba el 15 de mayo de cada año; sin embargo, el mes completo no se asoció a la Virgen María hasta el siglo XVIII”, apunta la profesora de Mariología. 

Las primeras prácticas devocionales vinculadas al mes de mayo se encuentran ya en el siglo XVI en Roma con San Felipe Neri, que enseñó a sus jóvenes a adornar la imagen de la Madre de Dios con flores, a cantar sus alabanzas y a ofrecer actos en su honor.  

Además, “a finales del siglo XVII, en el noviciado dominicano de Fiesole (Florencia), el P. Angelo Domenico Guinigi fundó en 1677 una especie de cofradía llamada Comunella, que comenzó a dedicar el mes de mayo a la Virgen con ejercicios de devoción”.  

Según señala la hermana Vittorina, “todavía no era el mes de mayo tal y como lo conocemos hoy, pero tenía en común algunos elementos que todavía encontramos a veces: el canto de las letanías lauretanas o la coronación de María con una corona de rosas”.

De hecho, en la crónica del archivo de Santo Domingo se lee: “Llegada la fiesta de mayo y oyendo la víspera que muchos seglares empezaban a cantar las letanías y a festejar a las criaturas que aman, decidimos que también nosotros queríamos cantárselas a la Santísima Virgen María....”. 

“Así, la reina laica de la primavera se contrapone a la reina del cielo”, señala.


Los papas y misioneros 

El mes de mayo mariano tal y como lo conocemos llegó en 1725 de la mano del P. Annibale Dionisi SJ, con su libro titulado Mes de María, y en en el año 1800 la práctica devocional se enriqueció aún más con el rosario, “ligado anteriormente al mes de octubre y que más tarde se extendió al mes de mayo”.

En la primera mitad del siglo XIX, el mes de mayo estaba muy extendido en Europa y América, y poco a poco se fue implantando en diversas partes del mundo gracias a la labor de los misioneros. 

Según indicó Vittorina, “el dogma de la Inmaculada Concepción consolidó en 1854 esta tradición, debido al deseo de los Pontífices y del pueblo cristiano de dar el mayor honor a la Madre del Señor.  Los papas Pío VII, Gregorio XVI y Pío XIX se entregaron a ello y mayo se convirtió en el mes mariano por excelencia y llegó a competir con los momentos álgidos del año litúrgico”. 

“Desde León XIII hasta Pío XII, el Magisterio se interesó por el mes de mayo y lo señaló a los fieles en encíclicas, y a estas recomendaciones se sumaron las cartas pastorales de muchos obispos”.  


La importancia de la devoción mariana

“Todos los Papas, hasta el Papa Francisco, han reafirmado la importancia de la devoción mariana, alentando su difusión entre el pueblo cristiano, especialmente en este mes dedicado a ella. De hecho, serán los mismos Pontífices, en momentos de grave dificultad y necesidad en la Iglesia y en la historia, quienes recomendarán la práctica del mes de mayo, invocando la ayuda de la Santísima Virgen María”.  

En esta línea podemos recordar dos gestos importantes y significativos del Papa Francisco: en mayo de 2021 el rezo del Santo Rosario para pedir el fin de la pandemia y el apoyo a los enfermos heridos por el coronavirus y el acto de consagración de Ucrania y Rusia a María para pedir el fin de la guerra en Ucrania.  

“En este momento de especial sufrimiento en el mundo, los cristianos están llamados una vez más a vivir este tiempo mariano: crecer en la escucha de la Palabra de Dios, orientada a un verdadero testimonio evangélico según las bienaventuranzas e invocar la intercesión de María para que proteja y libere a la humanidad de la destrucción de la guerra”, concluye la Marióloga. 

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 2 DE MAYO DE 2024



Jueves 5 de Pascua

Jueves 2 de mayo de 2024



1ª Lectura (Hch 15,7-21): En aquellos días, después de una larga discusión, se levantó Pedro y dijo a los apóstoles y a los presbíteros: «Hermanos, vosotros sabéis que, desde los primeros días, Dios me escogió entre vosotros para que los gentiles oyeran de mi boca la palabra del Evangelio, y creyeran. Y Dios, que penetra los corazones, ha dado testimonio a favor de ellos dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe. ¿Por qué, pues, ahora intentáis tentar a Dios, queriendo poner sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido soportar? No; creemos que lo mismo ellos que nosotros nos salvamos por la gracia del Señor Jesús».

Toda la asamblea hizo silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron los signos y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Cuando terminaron de hablar, Santiago tomó la palabra y dijo: «Escuchadme, hermanos: Simón ha contado cómo Dios por primera vez se ha dignado escoger para su nombre un pueblo de entre los gentiles. Con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: ‘Después de esto volveré y levantaré de nuevo la choza caída de David; levantaré sus ruinas y la pondré en pie, para que los demás hombres busquen al Señor, y todos los gentiles sobre los que ha sido invocado mi nombre: lo dice el Señor, el que hace que esto sea conocido desde antiguo’. Por eso, a mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios; basta escribirles que se abstengan de la contaminación de los ídolos, de las uniones ilegítimas, de animales estrangulados y de la sangre. Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad quienes lo predican, ya que es leído cada sábado en las sinagogas».



Salmo responsorial: 95

R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre.


Proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones.


Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente».

Versículo antes del Evangelio (Jn 10,27): Aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. Aleluya.

Texto del Evangelio (Jn 15,9-11): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado».





«Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros»

Rev. D. Lluís RAVENTÓS i Artés

(Tarragona, España)



Hoy escuchamos nuevamente la íntima confidencia que Jesús nos hizo el Jueves Santo: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros» (Jn 15,9). El amor del Padre al Hijo es inmenso, tierno, entrañable. Lo leemos en el libro de los Proverbios, cuando afirma que, mucho antes de comenzar las obras, «yo estaba allí, como arquitecto, y era yo todos los días su delicia, jugando en su presencia en todo tiempo» (Prov 8,30). Así nos ama a nosotros y, anunciándolo proféticamente en el mismo libro, añade que «jugando por el orbe de su tierra, mis delicias están con los hijos de los hombres» (Prov 8,31).

El Padre ama al Hijo, y Jesús no deja de decírnoslo: «El que me ha enviado está conmigo: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a Él» (Jn 8,29). El Padre lo ha proclamado bien alto en el Jordán, cuando escuchamos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido» (Mc 1,11) y, más tarde, en el Tabor: «Éste es mi Hijo amado, escuchadle» (Mc 9,7).

Jesús ha respondido, «Abbá», ¡papá! Ahora nos revela, «como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros». Y, ¿qué haremos nosotros? Pues mantenernos en su amor, observar sus mandamientos, amar la Voluntad del Padre. ¿No es éste el ejemplo que Él nos da?: «Yo hago siempre lo que le agrada a Él».

Pero nosotros, que somos débiles, inconstantes, cobardes y —por qué no decirlo— incluso, malos, ¿perderemos, pues, para siempre su amistad? ¡No, Él no permitirá que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas! Pero si alguna vez nos apartásemos de sus mandamientos, pidámosle la gracia de volver corriendo como el hijo pródigo a la casa del Padre y de acudir al sacramento de la Penitencia para recibir el perdón de nuestros pecados. «Yo también os he amado —nos dice Jesús—. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado» (Jn 15,9.11).  

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA - 2 DE MAYO




Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
2 de mayo



Las diferencias que puedan existir entre los hermanos, nadie mejor que la Madre las puede suavizar y aun hacer desaparecer.

Si los cristianos no hemos logrado aún la unidad que nos pide el Evangelio y que hasta el mundo no creyente reclama de nosotros, es porque no hemos tratado de unirnos en nuestra Madre común.
El Concilio ha centrado el culto y la devoción a María en el ministerio de Jesús y de la Iglesia, pueblo de Dios. Cuando peregrinamos bajo la protección consciente de María, caminamos hacia la unidad; todo lo que hagamos por difundir el amor y la devoción a María, según la orientación del Concilio, será siembra de unidad.

Madre y Virgen, que engendraste al Creador, sé tú el punto de unión de Dios y del hombre y de todos los hombres entre si.  

FELIZ SEMANA!!!

 





 

domingo, 28 de abril de 2024

MEDITACIONES DIARIAS PARA EL MES DE MAYO - FLORES A MARÍA - MAYO, MES DE MARÍA

  



CON FLORES A MARÍA
(Obsequios espirituales a la Santísima Virgen María)



Día 1: María, Madre, tú, la siempre ocupada en el servicio de tu casa, ilumina con tu sonrisa nuestro trabajo. Préstame tu sonrisa.
Te ofrezco: tratar de sonreír a todos.


Día 2: María, Madre, tú que sabías de la angustia económica de una familia pobre: enséñame a amar la pobreza; enséñame a desprenderme para ayudar a los pobres.

Te ofrezco: dar alguna limosna.




Día 3: María, Madre, tú que te olvidabas de ti para atender a los demás: enséñame a no estar siempre dándome vueltas a mí y a mis cosas, y dejar de lado mis pequeños desánimos que hacen la vida desagradable a los demás.

Te ofrezco: vivir hoy más pendiente de ti repitiéndote alguna jaculatoria.


Día 4: María, Madre, la siempre disponible para que Dios se sirviera de ti: enséñame a no quejarme y a estar disponible.

Te ofrezco: no quejarme durante el día de hoy.



Día 5: María, Madre, la de las horas de silencio en casa; la del pensamiento siempre lleno de Dios: ayúdame a vivir siempre en tu presencia y en presencia de Dios.
Te ofrezco: vivir hoy en presencia de Dios.




Día 6: María, Madre, que formaste la familia de Nazaret: enséñame a hacer más cariñoso el ambiente familiar.

Te ofrezco: tener algún detalle de cariño con los de mi familia.




Día 7: María, Madre, tú que trabajabas para atender a Jesús y lo recibías contenta cuando llegaba cansado del trabajo: concédeme tener la alegría siempre a punto y ayudar a los cansados.

Te ofrezco: tratar de estar más alegre con los que me rodean.



Día 8: María, Madre siempre atenta para cuidar a José y a Jesús: concédeme atender a todos, el olvido de mí, mi disponibilidad continua y ser servidor de los demás.

Te ofrezco: ser hoy más servicial en mi casa.


Día 9: María, Madre, tú sembrabas confianza en torno a ti, sabías contar con sencillez tus cosas y estabas siempre abierta al diálogo: enséñame a tener más confianza con los que me rodean y a escucharlos con amor e interés. 

Te ofrezco: tratar de dar conversación a mis familiares.




Día 10: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a ser manso, a dejarme traer y llevar por la obediencia.

Te ofrezco: cumplir hoy mejor con mis deberes.




Día 11: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a tener hambre y sed de ser santo.

Te ofrezco: pedirle muchas veces hoy al Señor que me haga santo.




Día 12: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a ser misericordioso, es decir, a amar a cada uno con sus defectos.

Te ofrezco: ser hoy más comprensivo con los defectos de los que me rodean.



Día 13: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a ser limpio de corazón.

Te ofrezco: no admitir hoy pensamientos malos de los demás.




Día 14: María, Madre, tú sabías reflexionar y animar, sabías curar las angustias: enséñame la virtud de la prudencia y no dejes que me ahogue en un vaso de agua.

Te ofrezco: tener hoy pensamientos positivos y de esperanza.




Día 15: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a llorar con los que lloran, a vivir las alegrías y sufrimientos de los demás como si fueran míos.

Te ofrezco: ayudar a alguien que esté sufriendo.


Día 16: María, Madre, tú eras audaz, emprendedora, confiada plenamente en el Espíritu que te acompañó a lo largo de tu vida: enséñame a desconfiar de mí mismo y a poner mi esperanza en el Poderoso que quiere hacer obras grandes en mí.

Te ofrezco: encomendarme al Señor antes de cada actividad que haga hoy.


Día 17: María, Madre, préstame tus ojos para mirar con cariño a todos.

Te ofrezco: rezar por los que me caen mal.



Día 18: María, Madre: ayúdame a no desanimar a nadie con mis amarguras y a no alejar a nadie con mis críticas.

Te ofrezco: dar gracias a Dios por cada cosa que viva o que me ocurra.


Día 19: María, Madre, en cuya casa todos servíais a todos sin dar espacio a la pereza: ayúdame a cumplir con mi deber sin exigencias ni malos humores.

Te ofrezco: ayudar más en casa.


Día 20: María, Madre, que guardabas la Palabra del Señor en tu corazón, ayúdame a comprender la Escritura y a guardarla en mi corazón.

Te ofrezco: leer un párrafo del Evangelio y meditarlo.



Día 21: María, Madre, que conoces mis pensamientos: haz que no sean nunca de venganza, ni de envidia, ni de darme vueltas a mí mismo.

Te ofrezco: tratar de vivir en presencia de Dios.



Día 22: Como decía san Luis Mª Grignon de Monfort: «Cuando María ha echado raíces en un alma, produce allí maravillas de gracia».

Te ofrezco: consagrarme a ti durante el día.



Día 23: Como decía san Luis Mª Grignon de Monfort: «Cuando el Espíritu Santo, su Esposo, encuentra a María en un alma, vuela allá, entra en ella de lleno y se le comunica abundantemente».

Te ofrezco: repetir durante el día la jaculatoria: «Ven, Espíritu Santo».




Día 24: Como decía san Luis Mª Grignon de Monfort: «Si tengo a Jesús es gracias a María».

Te ofrezco: dar gracias durante el día por el don de la fe.




Día 25: María, Madre consciente de tu pobreza porque sabías que todo es don de Dios: enséñame a ser humilde. Humildad no es negar los dones recibidos, sino afirmar que todo lo recibimos de Alguien que nos ama, y que por ello nos confía grandes empresas.
Te ofrezco: repetir durante el día la petición de san Ignacio en sus Ejercicios: «Te pido el conocimiento interno de tanto bien recibido, para que, reconociéndolo yo enteramente, quiera en todo amar y servir a Su Divina Majestad».



Día 26: María, Madre, que no te quedaste con la alabanza de tu prima Isabel, sino que la referiste a quien correspondía en verdad, diciendo: «El Señor hizo en mí maravillas»; enséñame a reconocer la mano de Dios en todo y a darle gracias por todo.

Te ofrezco: repetir durante el día esta jaculatoria de la beata Maravillas de Jesús: «Lo que Dios quiera, como Dios quiera, cuando Dios quiera».




Día 27: La consagración de la familia a la Virgen es una promesa de amor en la que se le ofrece a Jesús todo lo que la familia es, tiene y hace a través del Corazón Inmaculado de la Virgen María para que, por estos dos Corazones, los miembros de la familia vivan plenamente entregados a la voluntad del Padre. La familia se abandona así en las manos de la Virgen María para que ella ejerza su papel de Madre espiritual, de Mediadora de las gracias, de Abogada y de Reina.

Te ofrezco consagrar hoy mi familia a ti, Virgen María, mediante esta fórmula de Juan Pablo II: «Oh, Santa Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, a tu Inmaculado Corazón consagramos nuestras familias. Con tu ayuda, nos encomendamos y nos consagramos al Divino Corazón de Jesús y así estaremos contigo y con Jesús en el Espíritu Santo, siempre y totalmente consagrados a la voluntad del Padre celestial».




Día 28: Tú, que eres Mediadora de las gracias, sé el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de luz, de discernimiento, de fidelidad, de sabiduría, de santidad y de unión que provienen del Corazón de Cristo.

Te ofrezco: rezar el Rosario para pedir por las personas que se han encomendado a mi oración.



Día 29: Tú, que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén siempre tu mirada misericordiosa sobre cada uno de los miembros de esta familia y, ya que no percibimos nuestras propias necesidades, acércate a tu Hijo implorando, como en Caná, el milagro del vino que nos falta.

Te ofrezco: rezar un Avemaría por cada persona de mi familia.




Día 30: Tú, que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como tú para acoger con obediencia y agradecimiento toda la verdad que nos enseña tu Hijo a través de la Iglesia y su Magisterio.

Te ofrezco: rezar el credo para pedir a Dios el don de la fe y la fidelidad a lo que la Iglesia enseña.




Día 31: Tú, que eres Corredentora, guarda a esta familia en la fidelidad a la cruz. Que en los momentos de sufrimiento no busquemos nuestro propio bienestar, sino acompañar al que sufre. Que en los momentos de aridez y desolación nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios y que sepamos vivir los sacrificios y luchas en unión con tu Hijo crucificado.

Te ofrezco: renovar la consagración de nuestra familia a ti, como hicimos el día 27, repitiendo la fórmula del papa Juan Pablo II.
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