Jesús, mi amigo
Para orar al Señor, trata de concentrarte, poniéndote ante él por un sencillo acto de fe en su presencia. Recuerda que “su bondad y su misericordia te acompañan a lo largo de tu vida” (Sal 23) y que “el Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha” (Sal 121).
Señor, estás aquí conmigo. Hoy estarás a mi lado en todo momento. Hoy caminaremos juntos y enfrentaremos juntos cualquier cosa que suceda. Quizás reiremos y lloraremos juntos, Señor. Descansaremos juntos, dormiremos juntos. Mi amado, mi roca, mi fortaleza, mi paz y mi alegría, mi esperanza y mi seguridad, mi entusiasmo y mi consuelo. Mi amigo. Gracias, Jesús. (P. Fernández)
“La plegaria no es un entretenimiento ocioso para alguna anciana. Entendida y aplicada adecuadamente, es el instrumento más potente para la acción”. Hermoso testimonio de un hombre que luchó y murió por causas nobles y difíciles: Mahatma Gandhi. En verdad cuando oras, empleas tu tiempo del modo más acertado y eficaz que puedas pensar.
* Enviado por el P. Natalio
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