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viernes, 31 de enero de 2020

¿QUÉ ES LA MUERTE PARA LOS CATÓLICOS?


¿Qué es la muerte para los católicos?
La muerte no tiene que ser vista como algo desagradable. ¡Es el encuentro definitivo con Dios!


Por: Mario Santana Bueno | Fuente: diocesisdecanarias.es






¿Cómo entendemos los católicos la muerte?
De lo único que tenemos certeza es que algún día moriremos. La realidad de la muerte está presente en nuestra vida cada día, cada momento.


1.- ¿Cómo entiende la sociedad la muerte?
La muerte en la sociedad es para muchas personas un tabú. La gente no quiere siquiera que se nombre la palabra "muerte", piensan que así se ignora esa realidad.
Por otro lado, estamos siempre viendo la muerte como espectáculo, en la televisión, en los accidentes. Vemos que la muchas personas disfrutan viendo una y otra vez las imágenes donde hay personas que mueren...

 ¿Tienes miedo a la muerte?
 ¿Por qué?
 ¿Qué experiencias tienes de la muerte de otras personas?

2.- La muerte para los católicos
Para los católicos, la muerte forma parte de la vida; no es una ruptura especialmente importante. Nosotros nos fiamos de Jesús que dio su vida por nosotros para que nosotros tengamos vida eterna.

Creemos que Jesús resucitó y también nosotros resucitaremos con Él.

* ¿Te fías tú de Jesús y de lo que Jesús dijo sobre la muerte, de su propia muerte y de la nuestra?

3.- ¿Por qué existe la muerte? ¿Por qué tenemos que morir?
La respuesta nos la da la Biblia:

"Así pues, por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo, y con el pecado la muerte, y la muerte pasó a todos porque todos pecaron." (Romanos 5, 12).

"El pago que da el pecado es la muerte; pero el don que da Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor."

La muerte existe en el mundo como consecuencia del pecado. Como nosotros también somos pecadores, un día moriremos. Desde la fe vemos que en la muerte unidos a Cristo también resucitaremos con Él.

 ¿Crees que el pecado produce "muerte" en distintos aspectos de la vida?
 ¿Produce el pecado muerte física? ¿En qué casos? ¿Por qué?

4.- ¿Cómo afrontamos los católicos la muerte?
Con serenidad, con confianza. Para nosotros la muerte no es "nada del otro mundo". Nos fijamos en Jesús cuando vio que su muerte se aproximaba y tratamos de tener sus mismas actitudes y su confianza en el Padre Dios:

"Adelantándose unos pasos, se inclinó hasta el suelo, y oró diciendo: Padre mío, si es posible, líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú." (Mateo 26, 39)

Hay que aprender a aceptar la muerte como algo que forma parte de la vida. Esto se logra poco a poco, fiándonos de Dios, poniendo en Él nuestra confianza. Los cristianos sabemos que todo no acaba con la muerte. Sabemos que el amor es más fuerte que la muerte.
Cuando muere una persona que queremos, nuestro amor hacia ella permanece intacto y, aunque pasen los años, el amor no muere nunca. Si hemos amado a Jesús con toda nuestra vida y con todo nuestro corazón, podemos decir con el apóstol san Pablo:
"Porque para mí la vida es Cristo, y la muerte ganancia. Pero si viviendo en este cuerpo puedo seguir trabajando para bien de la causa del Señor, entonces no sé qué escoger. Me es difícil decidirme por una de las dos cosas: por un lado, quisiera morir para ir a estar con Cristo, pues eso sería mucho mejor para mí; pero por otro lado, es más necesario por causa de ustedes que siga viviendo." (Filipenses 1, 21-24).

 ¿Te fías de verdad de lo que dice la Palabra de Dios? ¿Por qué?

5.- Los Católicos ¿Creemos en la reencarnación?
No. Los cristianos en general no creemos en la reencarnación. La Palabra de Dios nos dice:

"Y así como todos han de morir una sola vez y después vendrá el juicio." (Hebreos 9, 27)

No hay reencarnación después de la muerte. Tenemos la seguridad tal y como nos dice la palabra de Dios:
"Esto es muy cierto: Si morimos con Él, también viviremos con Él; si sufrimos, tendremos parte en su reino." (2 Timoteo 2, 11).

 ¿Por qué crees tú que hay personas que piensan que la reencarnación es posible?
 ¿Piensas que las personas tenemos con una sola vida la posibilidad de llegar a ser felices con Dios?

6.- ¿Qué hay después de la muerte?
Ya hemos dicho que para los cristianos la muerte es sólo el final de la vida terrena, pero no el final de la vida. Lo que creemos los católicos es lo siguiente:
Creemos que tenemos un alma inmortal creada por Dios que no muere con la muerte sino que pervive en una vida eterna.
No es que seamos dos cosas distintas. El ser humano es una unidad. Yo soy alma y cuerpo a la vez. Mi cuerpo muere, pero mi "yo" pervive eternamente.

¿Qué es para ti el "alma"?
¿Puede ir alma y cuerpo por separado?
¿Crees que el ser humano está formado por dos partes distintas o más bien es una unidad?

7.- ¿Qué es eso de la "Vida Eterna"?
La vida eterna no es igual a esta vida.
Cada persona que muere vivirá en la vida eterna lo que ha elegido previamente en esta vida. Jesús nos da la salvación (la vida eterna), pero no nos obliga a aceptarla. Eres tú quien tiene que aceptarlo en tu vida de una manera voluntaria, amorosa.
En la vida eterna, una vez muertos, los católicos creemos que hay tres posibilidades para el ser humano. Tu "yo personal", lo que llamamos "el alma", pasará a una de estas tres opciones:

1. El cielo, contemplando a Dios.
2. El purgatorio, purificándose para poder entrar en comunión con Dios.
3. El infierno, quedará definitivamente separada de Dios.

 ¿Cómo te imaginas lo que es la "vida eterna"?
 ¿Disfrutamos en esta vida ya de algo de la "vida eterna"?
 ¿Cómo puede entrar una persona en la "vida eterna"?

8.- ¿Qué es el Juicio Final después de la Muerte?
Los católicos creemos que una persona cuando muere queda sometido a un juicio inmediato del Señor, que decidirá definitivamente su suerte. En el Nuevo Testamento hay varios ejemplos donde se nos habla de que la persona nada más morir, recibirá su retribución según hayan sido sus obras en la tierra:

Lc 16, 19-22: parábola de Epulón y Lázaro.
 Lc 23,43: Jesús al buen ladrón.
Cada persona, al morir, recibe en su alma inmortal la "herencia" según en su vida haya aceptado a Jesús como su salvador y su vida haya sido coherente con el mensaje de su salvador.

 ¿Cómo te imaginas el juicio final?
 Si Dios es tan bueno ¿Cómo nos va a hacer un "juicio"?
 ¿Qué nos salva: sólo la fe o sólo las obras?

9.- ¿Qué es "el Cielo"?
Para los cristianos, el cielo es la vida definitiva junto a Dios, para siempre, para toda la eternidad. Mientras estamos en esta vida caemos y nos alejamos de Dios con frecuencia. El cielo es el estar con Dios para toda la eternidad. En el cielo seremos totalmente felices y de una manera definitiva, una felicidad absoluta. San Pablo nos dice:
"Ni ojo vio, ni oído oyó, ni el hombre pudo pensar lo que Dios ha preparado para los que le aman." (1 Cor 2,9).
Al cielo llega inmediatamente una persona que acaba de morir en gracia y amistad con Dios.
"Cuando vaya y les prepare sitio, vendré de nuevo y les acogeré conmigo; así, donde estoy yo estarán también ustedes. Y para ir adonde yo voy, ya saben el camino. " (Jn 14,3-4)
Vivir en el cielo es estar con Cristo. La Palabra de Dios nos habla del cielo dándole varios nombres distintos: vida, luz, banquete de bodas, vino del reino, casa del Padre, Jerusalén celeste, paraíso...
Ten en cuenta que el cielo no es "un lugar" al que vamos, es un estado en el que se encontrará nuestra vida (el alma).

 ¿Cómo te imaginas el cielo?
 ¿Crees que el cielo es un lugar? ¿Por qué?
 ¿Cielo y felicidad son lo mismo?

10.- ¿Qué es el "Infierno"?
Es la condenación eterna. Es cuando una persona rechaza conscientemente en su vida terrenal a Dios. Dios nos invita a salvarnos, nos invita al cielo, pero los seres humanos somos libres para elegir. Si rechazamos a Dios, si no lo tenemos en cuenta en nuestra vida, estamos autocondenándonos.
"Tampoco tengan miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar la vida; teman si acaso al que puede acabar con vida y cuerpo en el fuego." (Mt 10,28).
En el Evangelio se puede presuponer por las palabras de Jesús que existen y existirán personas condenadas en el infierno:

 "el hijo de la perdición": Jn 17,12
 "vayan malditos al fuego eterno..." Mt 25,41
La Iglesia católica nunca ha dicho que haya alguien condenado, aunque sí ha dicho que las almas de quienes mueren en pecado mortal son llevadas inmediatamente al infierno, donde son atormentadas con penas inacabables.
"Quien no ama permanece en la muerte. Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y saben que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él." (1 Jn 3,15)
Los católicos no creemos en el destino. Nosotros no creemos que la vida de cada persona "esté ya escrita". Cada ser humano es libre de elegir el estado que quiere para su vida.
Los católicos creemos que para ir al "estado de infierno" (recuerda que el infierno no es tampoco "un sitio" al que vamos después de morir...) la persona tiene que tener una voluntaria aversión a Dios (un pecado mortal) y persistir en ese pecado hasta el final.

 ¿Cuál es el motivo por el cual una persona puede acabar en el "estado de infierno"?
 ¿Es fácil o difícil ir al infierno? ¿Por qué?
 ¿Que quiere decir la gente cuando afirma que "el infierno está aquí..."?

11.- ¿Qué es el "Purgatorio"?
Es un estado, tampoco es un "lugar" o espacio físico.
La Iglesia siguiendo el consejo de la Escritura (2 Macabeos 12,46) siempre rezó por los difuntos. Creemos que los que mueren en gracia y amistad con Dios sin estar, sin embargo, plenamente purificados o con algún resto de pecado, sufrirán una purificación antes de llegar a Dios.
El rezar por los difuntos, y de una manera especial la santa misa, ofrecida por los difuntos pueden ayudar a su pronta purificación.

12.- ¿Qué es la "Resurrección de la Carne"?
Los cristianos católicos creemos que al final de los tiempos resucitaremos todos. Creemos que del mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos, y vive para siempre, igualmente los justos después de su muerte vivirán para siempre con Cristo resucitado y que Él los resucitará en el último día:
"Y éste es el designio del que me envió: que de todo lo que me ha entregado no pierda nada, sino que lo resucite el último día. Porque este es el designio de mi Padre, que todo el que reconoce al Hijo y le presta adhesión tenga vida definitiva, y lo resucite yo el último día. " (Jn 6, 39-40).
Creer en la resurrección de los muertos ha sido desde sus comienzos el elemento esencial de la fe cristiana:
"Ahora bien, si nuestro mensaje es que Cristo ha resucitado. ¿cómo dicen algunos de ustedes que los muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no sirve para nada, ni tampoco sirve para nada la fe que tienen. Pero lo cierto es que Cristo ha resucitado. Él es el primer fruto de la cosecha. Ha sido el primero en resucitar." (1 Cor. 15 12-14.20)
"¡Y Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos!" (Mc 12,27)
Jesús liga la fe en la resurrección a la fe en su propia persona:
"Jesús le dijo entonces: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y ninguno de los que viven y creen en mí morirá jamás. ¿Crees esto?" (Jn 11,25)

13.- ¿Cómo resucitan los muertos?
¿Qué es resucitar?
No es volver de nuevo a esta vida material. En la muerte, separación del alma y del cuerpo, el cuerpo de la persona cae en la corrupción, mientras que su alma va al encuentro con Dios, en espera de reunirse con su cuerpo glorificado. Dios en su infinito poder dará a nuestros cuerpos la vida incorruptible uniéndolos a nuestras almas, por la virtud de la resurrección de Jesús.

¿Quién resucitará?
Todas las personas que han muerto: "No se admiren de esto, porque va a llegar la hora en que todos los muertos oirán su voz y saldrán de las tumbas. Los que hicieron el bien, resucitarán para tener vida; pero los que hicieron el mal, resucitarán para ser condenados." (Jn 5, 28-29).

¿Cómo resucitaremos?
Cristo resuitó con su propio cuerpo: "Vean mis manos y mis pies: ¡soy yo mismo! Tóquenme y miren: un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo." (Lc 24,39)
Pero Jesús no volvió a la vida terrenal. Del mismo, en Él: "Nosotros somos ciudadanos del cielo, y estamos esperando que del cielo venga el Salvador, el Señor Jesucristo, que cambiará nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso como el suyo. Y lo hará por medio del poder que tiene para dominar todas las cosas." (Filpenses 3, 20-21)
Será un "cuerpo espiritual": "Tal vez alguno preguntará: "¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Qué clase de cuerpo tendrán?" ¡Es una pregunta tonta! Cuando se siembra, la semilla tiene que morir, para que tome vida la planta. Lo que se siembra no es la planta que ha de brotar, sino el simple grano, sea de trigo o de otra cosa. Lo mismo sucede con la resurrección de los muertos: lo que se entierra es corruptible y lo que resucita es incorruptible. Pues nuestra naturaleza corruptible se revestirá de lo incorruptible, y nuestro cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad." (1 Corintios 15, 35-37 42.53).
Nosotros no sabemos el "cómo" será ese cuerpo, porque ese conocimiento va mucho má allá de lo que como humanos podemos imaginar y no lo sabemos sino por la fe.

14.- ¿Cuándo resucitaremos?
Sin duda, en el último día, al fin del mundo.
Participar en la misa es también participar en la resurrección de Jesús:
"Jesús les dijo: Les aseguro que, si no comen el cuerpo del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán vida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré el último día. Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, vive unido a mí; y yo vivo unido a él. El Padre , que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él. De la misma manera, el que me coma vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es el que comieron sus antepasados, que a pesar de haberlo comido murieron. El que coma de este pan, vivirá para siempre." (Jn 6, 53-58).
El Bautismo también nos hace participar en la resurrección de Cristo:
"Al ser bautizados, fueron sepultados con Cristo y resucitados también con él, porque creyeron en el poder de Dios que le resucitó. Por lo tanto, ya que han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde está Cristo sentado a la derecha del Padre". (Colosenses 2, 12; 3,1)
El creyente espera la resurrección, esperamos "en Cristo":
"...el cuerpo es para el Señor, y el Señor es para el cuerpo. Y así como Dios resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros por su poder. ¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? No son ustedes sus propios dueños, porque Dios les ha comprado por un precio. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo." (1 Corintios 6, 13-15. 19-20).

viernes, 24 de enero de 2020

¿POR QUÉ EXACTAMENTE 12 APÓSTOLES?


¿Por qué exactamente 12 Apóstoles?
Doce indica la perfección de gobierno.


Por: Javier Ordovàs | Fuente: Catholic.Net




El Nuevo Testamento está plagado de detalles narrativos y descriptivos muy precisos que contribuyen a su veracidad e historicidad y, por tanto, aumentan la credibilidad.

Los cuatro evangelistas al redactar sus textos tuvieron la excelente oportunidad de contrastar y corroborar sus afirmaciones con testigos directos de lo que narran, de ahí la enorme concordancia entre los textos de los evangelistas,  que compartieron los mismos testigos.

Es un lujo de detalles respecto a lugares en los que Jesucristo estuvo, comarcas, personas con las que se relacionó, con sus nombres propios, hasta el número exacto de panes y peces que utilizó en la primera y segunda multiplicación de los panes, así como el número exacto de cestos y piezas que se recogieron después del milagro. Alguien tuvo que contarlos.

O los 153 peces grandes que se recogieron de la pesca milagrosa (Jn 21,1-14). Alguien se tomó el interés de contarlos con tanta precisión.

En Lc 10,1-9: ¨Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir¨. Y en n. 17: ¨Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre».

También se tomaron la molestia de hacer el recuento de esos 72.

Pues en esa misma dirección de minuciosidad en los detalles, cuando Cristo eligió a los doce Apóstoles, los evangelistas no solamente especifican su número sino, también los nombres y, en bastantes casos, los detalles de cómo fue la llamada personal que Jesucristo les hizo.

Al narrar la elección de los doce eran conscientes de la importancia de ese hecho y dato concreto. Conocían la Biblia y la intención de Cristo al decidirse por ese número.

El número 12 es usado 187 veces en la Biblia. ¨Doce¨ indica la perfección de gobierno, el servicio, la potestad y la protección, características de un sistema perfecto de gobierno: 12 Patriarcas, 12 hijos de Israel, 12 tribus,  12 Jueces.

Cuando Jesucristo elige exactamente a 12, está respetando la tradición del pueblo hebreo y, al mismo tiempo, está exponiendo con claridad que se trata de un nuevo pueblo (no sólo los hebreos), una Nueva Ley,  y un nuevo edificio (universal), basado en esas doce columnas.

Ese nuevo edificio es la Iglesia de Cristo: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18).

Y claramente les dice: «cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel» (Mat. 19:28).

Tan claro quedó esto para los primeros cristianos que en el Nuevo Testamento aparece 31 veces la expresión ¨los doce¨ refiriéndose a los apóstoles.

Y en  Apocalipsis 21:14 se nos dice que ¨los doce cimientos del muro de la Nueva Jerusalén tendrán inscriptos sobre ellos los nombres de los doce discípulos¨.

Hasta el punto de que, al fallar y morir Judas, eligen a su sustituto para seguir siendo doce:

"Conviene entonces que elijamos a uno que reemplace a Judas. Y el elegido debe ser de los que estuvieron con nosotros todo el tiempo en que el Señor convivió con nosotros, desde que fue bautizado por Juan Bautista hasta que resucitó y subió a los cielos".

Los discípulos presentaron dos candidatos: José, hijo de Sabas y Matías. Entonces oraron diciendo: "Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de estos dos eliges como apóstol, en reemplazo de Judas".

Echaron suertes y la suerte cayó en Matías y fue admitido desde ese día en el número de los doce apóstoles (Hechos de los Apóstoles, capítulo 1).

Pablo, siendo una figura tan importante que fue llamado apóstol, sin embargo no era considerado uno de los doce. Más bien, se puede considerar a Pablo como carisma promovido por el Espíritu Santo dentro de la Iglesia que, a lo largo de la historia, tantos otros carismas ha promovido y promueve actualmente.

domingo, 29 de septiembre de 2019

LA JERARQUÍA ANGÉLICA


La jerarquía angélica
Descripción basada en los distintos nombres que se encuentran en la Biblia


Por: Luis Rojas Puigcercós | Fuente: Catholic.net


Se suele enumerar nueve coros u órdenes angélicos. Esta jerarquía se basa en los distintos nombres que se encuentran en la Biblia para referirse a ellos. Dentro de esta jerarquía ,los coros de ángeles superiores hacen participar a los inferiores de sus conocimientos.

Cada tres coros de ángeles constituyen un nivel jerárquico y todos ellos juntos forman la corte celestial.

I. Jerarquía Suprema:
– querubines
– serafines
– tronos

II. Jerarquía Media:
– dominaciones
– virtudes
– potestades

III. Jerarquía Inferior:
– principados
– arcángeles
– ángeles

Serafines

Son los "alabadores" de Dios. Serafín significa "amor ardiente". Los serafines alaban constantemente al Señor y proclaman su santidad.
Para apoyar esto, se puede leer Isaías 6,2.

Querubines

Son los "guardianes" de las cosas de Dios. Aparecen como los encargados de guardar el arca de la alianza y el camino que lleva al árbol de la vida. Entre dos querubines comunica Yahvé sus revelaciones. "Se sienta sobre querubines".
Se habla de ellos en el Génesis, en el Éxodo, en la visión de Ezequiel (1,4) y en la carta a los hebreos (9,5).

Potestades, Virtudes, Tronos, Principados y Dominaciones

En la Biblia encontramos estos diversos nombres cuando se habla del mundo angélico. San Dionisio interpreta los nombres de los diferentes grupos de ángeles como correspondientes a su grado de perfección. Para San Gregorio estos nombres se refieren a su ministerio: los principados son los encargados de la repartición de los bienes espirituales; las virtudes son los encargados de hacer los milagros; las potestades son los que luchan contra las fuerzas adversas; las dominaciones son los que participan en el gobierno de las sociedades, y los tronos son los que están atentos a las razones del obrar divino.

Ángeles

Su misión es ayudar a los hombres a llegar a la salvación eterna, guiándolos y protegiéndolos de los peligros de alma y cuerpo.

Arcángeles

Les podríamos llamar los "asistentes" de Dios. Son ángeles que están al servicio directo del Señor para cumplir misiones especiales.

- Arcángel San Miguel: Es el que arrojó del cielo a Lucifer y a los ángeles que le seguían y quien mantiene la batalla contra Satanás y demás demonios para destruir su poder y ayudar a la Iglesia militante a obtener la victoria final. El nombre de Miguel significa "quién como Dios". Su conducta y su fidelidad nos deben invitar a reconocer siempre el señorío de Jesús y a buscar en todo momento la gloria de Dios.

- Arcángel San Gabriel: En hebreo significa "Dios es fuerte", "fortaleza de Dios". Aparece siempre como el mensajero de Yahvé para cumplir misiones especiales y como portador de noticias felices. Por ejemplo, anunció a Zacarías el nacimiento de Juan el Bautista, y a la Virgen María la encarnación del Hijo de Dios.

- Arcángel San Rafael: Su nombre quiere decir "medicina de Dios". Tiene un papel muy importante en la vida de Tobías al mostrarle el camino a seguir y lo que tenía que hacer. Tobías obedeció en todo al arcángel Rafael sin saber que era un ángel enviado por el Señor. Él se encargó de presentar sus oraciones y obras buenas a Dios. Y les dejó como mensaje bendecir y alabar a Dios, hacer siempre el bien y nunca dejar de orar.

Se le considera patrono de los viajeros por haber guiado a Tobías en sus viajes por tierra y por mar. Es patrono de los médicos (enfermedades de cuerpo y alma) por las curaciones que realizó en Tobit y Sara, el padre y la esposa de Tobías.

viernes, 30 de agosto de 2019

8 FORMA EN LA QUE PODEMOS USAR EL AGUA BENDITA


8 formas en la que podemos usar el agua bendita
Si nos detenemos a pensar en lo que realmente representa para nosotros, la utilizaremos con más frecuencia, conciencia y gratitud


Por: Gretchen Filz | Fuente: Catholic Company // Píldoras de fe 




"De larga experiencia he aprendido que no hay nada como el agua bendita para poner en fuga a los demonios y evitar que vuelvan nuevamente. También huyen de la Cruz, pero regresan; así que el agua bendita debe tener gran virtud. Por mi parte, siempre la llevo, con ella mi alma siente un particular y muy notable consuelo"- [Santa Teresa de Ávila]

Esta cita de Santa Teresa enfatiza la importancia del agua bendita. Su uso nos recuerda nuestro bautismo y las promesas que en él hicimos.

Nuestras promesas bautismales incluyen renunciar a Satanás y rechazar el pecado, pero es probable que rara vez tengamos esto en mente al usar agua bendita.

Debemos recordar que esta agua, a través del sacerdote, es bendecida por Dios en virtud del bautismo de Cristo.

La Iglesia Católica posee un enorme poder de impartir la gracia sacramental, y el agua bendita como un sacramental recibe su poder a través de la oración y la autoridad de la Iglesia.

El rito de la bendición, dicho por el sacerdote sobre el agua para que sea santa contiene oraciones de exorcismo. Con ella se puede expulsar demonios y sanar a los enfermos, pero la mayoría de las veces la usamos sin pensar en lo que en verdad representa.

Para ser más conscientes de su valor debemos conocer las formas de usarla y hacerlo con frecuencia, por ello te compartimos una lista de ocho maneras de utilizar el agua bendita en la vida cotidiana:


1.- Bendícete a ti mismo.
Esta sugerencia es obvia, pero si sólo la usamos el domingo para bendecirnos al hacer la señal de la cruz con ella cuando entramos al templo ¿no estamos perdiendo en el resto de la semana?

Nunca puedes tener demasiado gracia o bendición en tu vida. Utiliza agua bendita todos los días.

Mantener una pila de agua bendita en la casa es una gran idea para que tú, tu familia y los huéspedes puedan usarla para bendecirse en el hogar.

Mantén la fuente junto a la puerta de entrada para asegurarte de no salir de casa sin ella.


2.- Bendice tu casa.
Si no te has tomado el tiempo para bendecir tu casa con agua bendita, entonces no hay mejor momento que el presente.

Tu casa es iglesia doméstica y también necesita protección espiritual. Puedes rociar agua bendita tú mismo en tu casa, o pedirle a un sacerdote que bendiga formalmente tu casa con agua bendita, como parte de la ceremonia de bendición del hogar.


3.- Bendice a tu familia.
Utiliza el agua bendita para orar y hacer la señal de la cruz sobre tu cónyuge e hijos antes de ir a dormir por la noche.

La unión de la familia entre sí y con Dios de esta manera es una gran tradición familiar para adoptar. Mantén una botella de agua bendita a un lado de la cama con este propósito.


4.- Bendice tu espacio de trabajo
Si trabajas fuera de casa, es una gran idea rociar tu espacio de trabajo con agua bendita, no sólo para protección espiritual mientras desempeñas tus labores, sino también para santificar tu trabajo diario para la gloria de Dios.


5.- Bendice tu vehículo.
Tu vehículo es, probablemente, el lugar más peligroso en el que pasa una cantidad significativa de tiempo diario.

Nunca subestimes el poder del agua bendita aplicada a tu vehículo para mantenerte a salvo del peligro, cuando se utiliza con fe y confianza en Dios.

De hecho, también puedes pedirle a un sacerdote que bendiga tu vehículo con agua bendita.


6.- Bendice tu jardín o huerto.
Era una práctica común en la Edad Media que la gente espolvorease sus huertas con agua bendita.

En momentos en que la gente era muy dependiente de los cultivos para su subsistencia, la falta de lluvia o heladas tempranas resultaba devastadora.

El uso de agua bendita para bendecir las plantas que se utilizarían para el sustento de la familia mostraba confianza en la gracia de Dios.


7.- Bendice a los enfermos.
Si sabes de algún amigo o familiar enfermo, visítalo y bendícelo con agua bendita, lo cual además será una obra corporal y espiritual de misericordia.

Si visitas a los enfermos en un hospital o asilo de ancianos, rocía bendiciendo su espacio vital con agua bendita y déjales una botella de agua bendita como un consuelo en sus momentos de necesidad.


8.- Bendice a tus mascotas.
Muchas parroquias en la fiesta de San Francisco de Asís tiene un rito de bendición para mascotas.

Las mascotas son amados compañeros para individuos y familias y, a menudo nos proporcionan un gran servicio, e incluso estos pueden ser bendecidos con agua bendita, porque toda la creación tiene el fin de dar gloria a Dios.

Esto también se aplica a los animales de granja que proveen mano de obra, medios de subsistencia y alimento para los seres humanos.

Te compartimos una simple oración que puedes decir cuando utilices el agua bendita:

"Por esta agua bendita y por tu Preciosa Sangre, lava todos mis pecados, Señor. Amén".

No hay oración específica para orar al utilizar agua bendita, que no sea la señal de la cruz, "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo."

También se puede rezar un Padre Nuestro o incluso la oración de San Miguel Arcángel.

Tenga en cuenta que el agua bendita ya ha sido bendecida por las oraciones del sacerdote.


¿Cómo se utiliza el agua bendita?
El agua bendita es uno de esos hermosos regalos (y armas) de Dios para ayudarnos a santificar nuestra vida cotidiana, y para mantener santificadas las cosas que habitualmente utilizamos.

Si nos detenemos a pensar en lo que realmente representa para nosotros, la utilizaremos con más frecuencia, conciencia y gratitud.

Algunos padres de familia incluso utilizan agua bendita para bendecir las cosas que sus hijos usan regularmente, tales como bicicletas y libros escolares.

Si tienes otras maneras creativas y piadosas en las que has utilizado el agua bendita para santificar tu vida cotidiana, por favor compártela en los comentarios de esta publicación.

jueves, 18 de octubre de 2018

CÓMO DEBE DE VESTIR UNA MUJER CATÓLICA?

¿Cómo debe de vestir una mujer católica?
¿El Magisterio de la Iglesia enseña algo sobre la manera correcta de vestirse en la mujer?


Por: Yasmín Oré | Fuente: CatolicasVirtuosas.blogspot.com 



Hoy les hablaré sobre dos de las virtudes que más se han dejado de practicar en estos tiempos en nuestra iglesia en mayor parte por las mujeres y son “el Pudor y la Modestia”. Si bien es cierto, las modas actuales no favorecen para nada a la práctica de las mismas, esto no debe ser excusa o justificación para olvidarlas y pensar que ahora podemos vestirnos como nos parezca, esto es, sin respetar parámetros o limitaciones que estas virtudes nos marcan.
 
Sabemos que la falta de pudor o modestia en la mujer escandaliza más (en relación con el varón) y que puede llevar a pecar al sexo opuesto (miradas, deseos o pensamientos impuros), esto debido a su misma naturaleza puesto que el hombre se deja llevar más por la vista que en el caso de una mujer.
 
¿Enseña el Magisterio sobre la manera correcta de vestirse en la mujer?
 
Específicamente el Catecismo no nos indica que tipo de vestido debemos usar, medidas, colores, formas, etc. Sin embargo, si nos define en algunos numerales en que consiste el pudor y su relación con la modestia:
 
2521 La pureza exige el pudor. Este es una parte integrante de la templanza. El pudor preserva la intimidad de la persona. Designa la negativa a mostrar lo que debe permanecer oculto. Está ordenado a la castidad, cuya delicadeza proclama. Ordena las miradas y los gestos según la dignidad de las personas y de su unión.
 
2522 El pudor protege el misterio de las personas y de su amor. Invita a la paciencia y a la moderación en la relación amorosa; exige que se cumplan las condiciones del don y del compromiso definitivo del hombre y de la mujer entre sí. El pudor es modestia, inspira la elección del vestido. Mantiene el silencio o la reserva donde se adivina el riesgo de una curiosidad malsana; se convierte en discreción.
 
2523 Existe un pudor de los sentimientos como también un pudor del cuerpo. Este pudor rechaza, por ejemplo, los exhibicionismos del cuerpo humano propios de cierta publicidad o las incitaciones de algunos medios de comunicación a hacer pública toda confidencia íntima. El pudor inspira una manera de vivir que permite resistir a las solicitaciones de la moda y a la presión de las ideologías dominantes.
 
También tenemos las enseñanzas de Santos, Papas y Sacerdotes con respecto a estas dos virtudes:
 
San Juan Crisóstomo
 
Le dice a la mujer inmodesta: «vas acrecentando enormemente el fuego contra ti misma, pues excitas las miradas de los jóvenes, te llevas los ojos de los licenciosos y creas perfectos adúlteros, con lo que te haces responsables de la ruina de todos ellos»
 
Santo Tomás de Aquino
 
“El Pudor está encaminado a favorecer la castidad”
 
San José María Escrivá de Balaguer
 
“El pudor y la Modestia son hermanos pequeños de la pureza”
 
Papa Pío XII en 1954 al grupo de mujeres jóvenes católicas de Italia:
 
“Si cierta clase de vestido constituye una ocasión grave y próxima de pecado y pone en peligro la salvación de su alma y de la de los demás, es su deber dejarlo y no usarlo”…
 
Padre Antonio Royo Marín en su libro Teología de la Perfección cristiana:
 
“El alma que aspire seriamente a santificarse huirá como de la peste de toda ocasión peligrosa. Y por sensible y doloroso que le resulte, renunciará sin vacilar a espectáculos, revistas, playas, amistades o trato con personas frívolas y mundanas, que puedan serle ocasión de pecado. Por la calle, sobre todo en las ciudades populosas modernas, extremará la modestia de sus ojos para no tropezar con la procacidad de los escaparates, la inmodestia descarada en el vestir, la licencia desenfrenada de las costumbres”.
 
Padre Jorge Loring en su libro Para Salvarte:
 
“El pudor se expresa en el vestido. Por eso se cubren las partes más íntimas, que no se comparten con cualquiera. De ahí el celo que muestra el marido o el novio por la decencia en el vestir de su esposa o de su novia".
 
Padre José María Iraburu en su obra Elogio del Pudor :
 
“El impudor escandaliza, es decir, es una ocasión próxima de pecado. La vanidad y la sensualidad de la mujer le llevan al impudor, y éste despierta fácilmente en el hombre la lujuria: «todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón» (Mt 5,28). Y lo mismo, mutatis mutandis, ha de decirse del hombre en relación a la mujer. Por eso todas las formas de impudor en vestidos, palabras, costumbres, espectáculos, libros, son un escándalo.”
 
Con mayor atención al acudir al Templo
 
La modestia en el vestir hay que vivirla en todo lugar pero debe prevalecer mucho más al asistir a Misa o a diversos actos en el templo. Con respecto a esto, algunas parroquias suelen recordar como norma al entrar qué tipo de vestimenta es adecuada y cual no.
 
De estas dos imágenes más la atinada profundización de algunos Sacerdotes expertos en el tema, podemos deducir cuales son esos límites en la vestimenta que debemos observar para no faltar así al pudor ni a la modestia:
  • Vestidos o blusas escotadas (pecho o espalda)
  • Faldas o pantalones cortos que expongan la parte superior de las piernas
  • Vestimenta transparente o puramente encajes
  • Vestidos o pantalones excesivamente ajustados
  • En el templo sobretodo, evitar blusas de hombros descubiertos

El clima y el embarazo tampoco deben ser excusas
 
Muchas mujeres piensan que un clima excesivamente caluroso puede ser justificación para vestirse de modo muy ligero por tratarse de un caso excepcional. Sin embargo, recordemos que los tiempos extremadamente cálidos han existido siempre y nuestros antepasados no se destapaban de la manera que hoy las modas nos exigen. Las religiosas o consagradas por ejemplo suelen vestir un hábito que les hace vivir mucho más la modestia y aun estando en países de temperatura elevada no lo cambian por prendas “mas ligeras”. Si bien es cierto, no se nos pide vestir como monjas esto si es una buena forma de ver que por obediencia y amor al Señor debemos sacrificarnos y soportar las incomodidades del clima. Además, si fuera por seguir esta fórmula de “a cuanto mayor calor mayor destape” entonces terminaríamos por quedarnos en ropas interiores y ese no es el caso. Por todo ello, se puede llevar vestimenta ligera y fresca en temporadas de verano pero siempre manteniendo los límites de la modestia.
 
Por otro lado, debido a la influencia del cine o la televisión con respecto al erotismo o desnudo, se han puesto muy de moda las fotografías de mujeres embarazadas mostrando el vientre cuando siempre ha habido un halo de misterio que envolvía la intimidad de su estado. Y ni que decir aquellas famosas que posan totalmente desnudas estando también embarazadas pues según ellas intentan transmitir una imagen “natural” de la procreación, cuando realmente lo que transmiten son mensajes cargados de sensualidad y falta de pudor. Es por eso, que siempre se nos ha aconsejado no seguir las costumbres o tendencias mundanas pues nos alejan de nuestra verdadera naturaleza femenina y virtudes morales que Dios ha puesto para vivir una vida espiritual elevada encaminada a la santidad.
 
El ejemplo es la mejor enseñanza
 
Como experiencia personal os contaré que llevo ya cuatro años viviendo y practicando con mayor perfección estas virtudes así como también trato de contagiarlo en las mujeres que conozco. Muchos de los que leen mis artículos, saben que fui mormona por un tiempo y allí viví la modestia en el vestir aunque la doctrina sobre ello no se basaba en principios cristianos precisamente sino más bien moralistas (algo muy común en las sectas). Sin embargo, a mi regreso a la Iglesia Católica me di cuenta que la mayoría de mujeres no lo practicaba y crei que la iglesia ya no lo enseñaba así que también llegué a descuidarlo un poco. Gracias a Dios tuve la oportunidad de ser formada en el tema con buenos Sacerdotes, libros, testimonios, etc. y desde allí presto mayor cuidado y prudencia en mi manera de vestir. Por eso, aconsejo también que debemos buscar formar en ello a otras mujeres con mucha caridad cristiana pero a la vez con firmeza, buscando advertir el peligro en el que podemos caer si nos dejamos influenciar por ideologias modernas que solo desean aplastar la dignidad de la mujer en diferentes ámbitos.
 
Para terminar con este tema, les dejaré una escritura bíblica para meditar:
“Por su aspecto se descubre el hombre, y por su semblante el prudente. El vestir, el reír, el andar denuncian lo que hay en él" (Eclesiástico 19,26)
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