jueves, 18 de septiembre de 2014

ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA



ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Oh Corazón Inmaculado de María:
 Os ofrecemos las oraciones, los esfuerzos y las luchas de éste día!

EL AMOR


El amor


A veces duele amar a alguien y no ser correspondidos. Pero lo que es más doloroso es amar a alguien y no tener el valor para decirle a esa persona TE AMO...
Tal vez la vida quiere que nosotros conozcamos a unas cuantas personas equivocadas antes de conocer a la persona correcta, para que al fin, cuando la conozcamos, sepamos ser agradecidos por ese maravilloso regalo...

Una de las cosas más tristes del destino es cuando conoces a alguien que significa todo y sólo para darte cuenta finalmente, que no era para ti, que le debes dejar ir...

Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre, pero algunas veces miramos tanto tiempo aquella puerta que se cerró, que no somos capaces de ver la que se ha abierto frente a nosotros.

Darle a esa persona una nueva oportunidad, quizás seria lo mejor que te pudiera pasar... Todos cometemos errores, todos nos equivocamos... a veces esos errores nos cuentan caro, pero de ellos se aprende y mucho... Es cierto que no sabemos lo que tenemos a nuestro lado hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos...

Darle a alguien todo tu amor nunca es un seguro de que te amará, pero no esperes que te amen; sólo espera que el amor crezca en el corazón de la otra persona.

Dalo todo sin esperar nada a cambio... Da lo mejor de ti sin esperar una recompensa... El amor de eso se trata: es un sacrificio perpetuo y constante...

Pero si aun así el amor no crece en el corazón de la otra persona, no sufras: sé realmente feliz porque creció en el tuyo...

Hay cosas que te encantaría oír y que nunca escucharás de la persona que te gustaría que las dijera. Hay cosas que seguro tú has hecho por ella y crees que no le han importado. No importa: sigue dando, continúa amando... pero no sufras: siéntete orgulloso de lo que has sabido dar, de tu capacidad de amar... y no seas tan sordo para no oír las palabras dulces de quien las dice desde su corazón y quizás no escuchas...

Nunca digas adiós si todavía quieres intentar; nunca digas que ya no amas si así

no lo sientes... Agota el último recurso, busca una solución a todo, ya que siempre la hay... Nunca te des por vencido ni aun vencido, y mucho menos aún si sientes que puedes (y debes) seguir luchando. Lucha por quien amas, lucha por lo que sientes... Intenta que la otra persona te ame y sepa lo que con ese amor puede ganarse... Nunca le digas a una persona que no la amas si no puedes dejarla ir... si no puedes dejar de pensar en ella, si la miras a los ojos y aún sientas cosas bellas...

El amor llega a quien espera, aunque le hayan decepcionado, aunque sienta que ya nada tiene sentido. El amor siempre llega a quien lucha y es constante, a quien aún cree aunque haya sido traicionado, a quien todavía necesite amar aunque antes haya sido lastimado y a quien tiene el coraje y la fe para construir la confianza de nuevo, pese a todo lo que le haya pasado...

El principio del amor es "dejar que aquellos que conocemos sean ellos mismos", y no tratar de adaptarlos a nuestra propia imagen, porque entonces sólo amaremos el reflejo de lo que nosotros mismos somos en ellos. ¿Qué sentido tiene amar a tu propia imagen, cuando no hay nada más hermoso que darlo todo por el otro?

No vayas por lo externo: esto te podría engañar. Dicen que las apariencias engañan, pero el corazón las revela... Lo único que perdura a través del tiempo son los sentimientos, el ser maravilloso que por dentro tenemos... por eso ve y busca a quien valora tu sonrisa, a quien se deslumbra con tu mirada, a quien muere por tus caricias...

Ve por alguien que te haga sonreír, por alguien que te lo dé todo sin pedir nada a cambio, por ese alguien que sane tu corazón herido, por alguien que jamás te haya traicionado, que nunca te haya decepcionado... Tan sólo esa persona se merece tu amor, tus lágrimas y tu cariño... Toma su sonrisa para que tu día oscuro se llene de luz y bebe de sus labios para no tener nunca más sed...

Espero que encuentres a aquella persona que te haga sonreír y que sane todas tus heridas...

Hay momentos en que extrañas tanto a esa persona, que quisieras sacarla de tus sueños y abrazarla con todas tus fuerzas. Entonces, espero que sueñes con ese alguien tan especial y logres arrancarle de tus sueños y hacerle realidad...

Sueña lo que quieras soñar, ve a donde quieras ir, sé lo que quieras ser, haz lo que quieras hacer, pero lucha por todo lo que quieres tener, porque tienes tan sólo una vida y una oportunidad para hacerlo y si no lo consigues, al menos podrás decir que lo has intentado... No hay nada más triste que ver lo que podrías haber logrado y ni siquiera nunca lo hayas intentado...

Espero que tengas suficiente felicidad para hacerte dulce, suficientes obstáculos para hacerte fuerte, suficiente dolor para mantenerte humano y suficiente esperanza para seguir ilusionado...

La felicidad espera por aquellos que lloran, que han sido lastimados, aquellos que buscan, aquellos que tratan... Porque sólo ellos pueden apreciar la verdadera importancia de las personas que han llegado y partido de sus vidas...

El amor comienza con una sonrisa, crece con un beso y muere con una lágrima. Es hora de secar esa lágrima e intentarlo de nuevo...

JACULATORIAS A LA VIRGEN MARÍA


JACULATORIAS A LA VIRGEN MARÍA

Ave María Purísima,
sin pecado concebida. 

Oh dulce Corazón de María,
sed la salvación mia. 

María, madre mía,
sé tú mi única guía. 

Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

A LA VIRGEN DE LA CARIDAD


A la Virgen de la Caridad
Autor: Rubén D. Rumbaut

Te llamaron tres voces aterradas.
Respondiste colmando sus anhelos,
serenando las iras de los cielos
y aquietando las aguas sublevadas.

Subiste luego grácilmente sobre
el frágil bote que la fe salvara,
y porque siempre en Cuba se te amara
te posaste en lo verde, allá en el Cobre.

Fuiste madre al hacer callar el agua,
marinera al subir a la piragua
y gaviota al posarte en el oriente.

Y tus hijos, tus olas y tus montes
-toda Cuba, partida en horizontes-
a tus plantas están eternamente.

LA ORACIÓN A MARÍA A TRAVÉS DE LOS SIGLOS, JUAN PABLO II



La Oración a María a través de los siglos
Juan Pablo II

1. A lo largo de los siglos el culto mariano ha experimentado un desarrollo ininterrumpido. Además de las fiestas litúrgicas tradicionales dedicadas a la Madre del Señor, ha visto florecer innumerables expresiones de piedad, a menudo aprobadas y fomentadas por el Magisterio de la Iglesia.

Muchas devociones y plegarias marianas constituyen una prolongación de la misma liturgia y a veces han contribuido a enriquecerla, como en el caso del Oficio en honor de la Bienaventurada Virgen María y de otras composiciones que han entrado a formar parte del Breviario.

La primera invocación mariana que se conoce se remonta al siglo III y comienza con las palabras:  "Bajo tu amparo (Sub tuum praesidium) nos acogemos, santa Madre de Dios...". Pero la oración a la Virgen más común entre los cristianos desde el siglo XIV es el "Ave María".

Repitiendo las primeras palabras que el ángel dirigió a María, introduce a los fieles en la contemplación del misterio de la Encarnación. La palabra latina "Ave", que corresponde al vocablo griego xa|re, constituye una invitación a la alegría y se podría traducir como "Alégrate". El himno oriental "Akáthistos" repite con insistencia este "alégrate". En el Ave María llamamos a la Virgen "llena de gracia" y de este modo reconocemos la perfección y belleza de su alma.

La expresión "El señor está contigo" revela la especial relación personal entre Dios y María, que se sitúa en el gran designio de la alianza de Dios con toda la humanidad. Además, la expresión "Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús", afirma la realización del designio divino en el cuerpo virginal de la Hija de Sión.

Al invocar "Santa María, Madre de Dios", los cristianos suplican a aquella que por singular privilegio es inmaculada Madre del Señor:  "Ruega por nosotros pecadores", y se encomiendan a ella ahora y en la hora suprema de la muerte.

2. También la oración tradicional del Ángelus invita a meditar el misterio de la Encarnación, exhortando al cristiano a tomar a María como punto de referencia en los diversos momentos de su jornada para imitarla en su disponibilidad a realizar el plan divino de la salvación. Esta oración nos hace revivir el gran evento de la historia de la humanidad, la Encarnación, al que hace ya referencia cada "Ave María". He aquí el valor y el atractivo del Ángelus, que tantas veces han puesto de manifiesto no sólo teólogos y pastores, sino también poetas y pintores.

En la devoción mariana ha adquirido un puesto de relieve el rosario, que a través de la repetición del "Ave María" lleva a contemplar los misterios de la fe. También esta plegaria sencilla, que alimenta el amor del pueblo cristiano a la Madre de Dios, orienta más claramente la plegaria mariana a su fin:  la glorificación de Cristo.

El Papa Pablo VI, como sus predecesores, especialmente León XIII, Pío XII y Juan XXIII, tuvo en gran consideración el rezo del rosario y recomendó su difusión en las familias. Además, en la exhortación apostólica Marialis cultus, ilustró su doctrina, recordando que se trata de una "oración evangélica, centrada en el misterio de la Encarnación redentora", y reafirmando su "orientación claramente cristológica" (n. 46).

A menudo, la piedad popular une al rosario las letanías, entre las cuales las más conocidas son las que se rezan en el santuario de Loreto y por eso se llaman "lauretanas".

Con invocaciones muy sencillas, ayudan a concentrarse en la persona de María para captar la riqueza espiritual que el amor del Padre ha derramado en ella.

3. Como la liturgia y la piedad cristiana demuestran, la Iglesia ha tenido siempre en gran estima el culto a María, considerándolo indisolublemente vinculado a la fe en Cristo. En efecto, halla su fundamento en el designio del Padre, en la voluntad del Salvador y en la acción inspiradora del Paráclito.

La Virgen, habiendo recibido de Cristo la salvación y la gracia, está llamada a desempeñar un papel relevante en la redención de la humanidad. Con la devoción mariana los cristianos reconocen el valor de la presencia de María en el camino hacia la salvación, acudiendo a ella para obtener todo tipo de gracias. Sobre todo, saben que pueden contar con su maternal intercesión para recibir del Señor cuanto necesitan para el desarrollo de la vida divina y a fin de alcanzar la salvación eterna.

Como atestiguan los numerosos títulos atribuidos a la Virgen y las peregrinaciones ininterrumpidas a los santuarios marianos, la confianza de los fieles en la Madre de Jesús los impulsa a invocarla en sus necesidades diarias. 
Están seguros de que su corazón materno no puede permanecer insensible ante las miserias materiales y espirituales de sus hijos.

Así, la devoción a la Madre de Dios, alentando la confianza y la espontaneidad,  contribuye  a  infundir serenidad en la vida espiritual y hace progresar a los fieles por el camino exigente de las bienaventuranzas.

4. Finalmente, queremos recordar que la devoción a María, dando relieve a la dimensión humana de la Encarnación, ayuda a descubrir mejor el rostro de un Dios que comparte las alegrías y los sufrimientos de la humanidad, el "Dios con nosotros", que ella concibió como hombre en su seno purísimo, engendró, asistió y siguió con inefable amor desde los días de Nazaret y de Belén a los de la cruz y la resurrección. 

L'Osservatore Romano - 7 de noviembre de 1997

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA POR LOS SACERDOTES


Oración a la Santísima Virgen por los sacerdotes 


Madre Nuestra María Santísima, Madre del verdadero Dios por quien, en quien y con quien vivimos, hoy te suplico humildemente que intercedas por tu hijo, _________.

 Pídele a Dios Espíritu Santo, encender en el corazón de este sacerdote tuyo el FUEGO DE SU AMOR. Un fuego que le de calor a él primero y luego que la chispa de ese fuego contagie a todos los que se acerquen a él. Un fuego que caliente a los que tengan frío en su corazón, que sea una llama de amor que no se apague nunca, ni de noche ni de día.

 Que sea un fuego que queme todo los resentimientos, todos los malos recuerdos, todo lo negativo, todo el dolor, toda la falta de amor, todo lo que necesita renovarse. Y luego que brote de ese mismo corazón un RÍO DE AGUA VIVA, un río que apague primero la sed de este tu siervo, su sed de Dios, su sed del Amor de Dios, su sed por la salvación de las almas. 

Y después que sea una fuente de donde las almas puedan encontrar y experimentar el AMOR DE DIOS, su misericordia, su perdón por medio de la absolución dada por Tu Hijo Jesucristo a través de las manos de este sacerdote tuyo. Madre Nuestra, este AMOR, este Fuego, esta AGUA VIVA es urgente que Dios le permita a este sacerdote experimentarlos, para su propia paz, alegría y salvación y para compartirlas con todas las almas que Dios tenga destinadas que se salven a través de su contacto con este humilde sacerdote tuyo. Gracias por tu amor y tus cuidados maternales. 

Cúbrenos con tu manto y protégenos de todos los males y de las asechanzas del demonio. Sé tú nuestra guía, nuestro lucero, nuestro faro, enséñanos el camino al Cielo donde por medio del amor, la misericordia y el perdón de Dios esperamos gozar por siempre del Amor de Dios, junto contigo por siempre. Amén
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