domingo, 31 de octubre de 2021

TODO POR AMOR



Todo por amor


No podemos vivir sin amor; si no lo experimentamos, nuestra vida carece de significado, porque hemos nacido para amar y ser amados. Dios nos conoce muy bien porque nos ha creado, por eso nos ha señalado este precepto que resume la actitud fundamental que ha de tener el hombre: todos sus pensamientos y acciones deben girar, de una u otra manera, alrededor de Dios, que es Amor. Después hemos de amar a los demás, pero primero es lo primero.

Amar a Dios es reverenciarle y obedecerle filialmente, es mostrarle agradecimiento por sus favores, y supone un total sometimiento a su querer. Ningún afecto, ningún pensamiento, ninguna acción pueden quedar fuera de Dios. Él nos ha creado y elevado al orden sobrenatural con alma y cuerpo; y así, con alma y cuerpo, hemos de quererle y servirle en esta vida. Como Cristo nos demostró su amor en la cruz.

Necesariamente tenemos que estar en lo que hemos de hacer en cada momento, pero todo lo que hagamos a estar bajo este prisma, incluso el amor a los demás. Porque el motivo final de todas y cada una de nuestra acciones es absoluto: o es el amor a Dios o es el amor al propio yo.

Como las cuerdas de la guitarra necesitan estar afinadas para sonar bien, hemos de estar en tensión en el amor a Dios, cumpliendo nuestros deberes. El tiempo es breve y el Señor espera encontrarnos en la plenitud de nuestro amor cuando llegue. Por tanto, hemos de seguir el consejo de san Pablo: Ya comáis ya bebáis, hacedlo todo para la gloria de Dios (1 Co 10,31). Nada en nuestra vida debe quedar al margen del amor a Dios.

Limpia mi corazón, Señor. Yo procuraré que estés en mi mente, en mi modo de razonar, en mi imaginación, en mi memoria. Que estés en mis amores humanos para que sean rectos y verdaderos. Que no haya dentro de mí nada que no te guste. Ayúdame a tener presencia de Ti.


(P. Jesús Martínez García)

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 31 DE OCTUBRE DE 2021

 



Domingo 31 (B) del tiempo ordinario

Domingo 31 de octubre 



 Ver 1ª Lectura y Salmo

1ª Lectura (Dt 6,2-6): En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: «Teme al Señor, tu Dios, guardando todos sus mandatos y preceptos que te manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras viváis; así prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcas en número. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres: ‘Es una tierra que mana leche y miel’. Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria».



Salmo responsorial: 17

R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza; Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos.

Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador. Tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido.


2ª Lectura (Heb 7,23-28): Ha habido multitud de sacerdotes del antiguo testamento, porque la muerte les impedía permanecer; como éste, en cambio, permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día «como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo», porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. En efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidades. En cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre.


Versículo antes del Evangelio (Jn 14,23): Aleluya. El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. Aleluya.


Texto del Evangelio (Mc 12,28-34): En aquel tiempo, se acercó a Jesús uno de los escribas y le preguntó: «¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?». Jesús le contestó: «El primero es: ‘Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas’. El segundo es: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No existe otro mandamiento mayor que éstos».

Le dijo el escriba: «Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que Él es único y que no hay otro fuera de Él, y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios». Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.





«¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?»

Rev. D. Ramón CLAVERÍA Adiego

(Embún, Huesca, España)


Hoy, está muy de moda hablar del amor a los hermanos, de justicia cristiana, etc. Pero apenas se habla del amor a Dios.

Por eso tenemos que fijarnos en esa respuesta que Jesús da al letrado, quien, con la mejor intención del mundo le dice: «¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?» (Mc 12,29), lo cual no era de extrañar, pues entre tantas leyes y normas, los judíos buscaban establecer un principio que unificara todas las formulaciones de la voluntad de Dios.

Jesús responde con una sencilla oración que, aún hoy, los judíos recitan varias veces al día, y llevan escrita encima: «Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas» (Mc 12,29-30). Es decir, Jesús nos recuerda que, en primer lugar, hay que proclamar la primacía del amor a Dios como tarea fundamental del hombre; y esto es lógico y justo, porque Dios nos ha amado primero.

Sin embargo, Jesús no se contenta con recordarnos este mandamiento primordial y básico, sino que añade también que hay que amar al prójimo como a uno mismo. Y es que, como dice el Papa Benedicto XVI, «amor a Dios y amor al prójimo son inseparables, son un único mandamiento. Pero ambos viven del amor que viene de Dios, que nos ha amado primero».

Pero un aspecto que no se comenta es que Jesús nos manda que amemos al prójimo como a uno mismo, ni más que a uno mismo, ni menos tampoco; de lo que hemos de deducir, que nos manda también que nos amemos a nosotros mismos, pues al fin y al cabo, somos igualmente obra de las manos de Dios y criaturas suyas, amadas por Él.

Si tenemos, pues, como regla de vida el doble mandamiento del amor a Dios y a los hermanos, Jesús nos dirá: «No estás lejos del Reino de Dios» (Mc 12,34). Y si vivimos este ideal, haremos de la tierra un ensayo general del cielo. 

PAPA FRANCISCO: PALABRA DEL SEÑOR NO PUEDE SER RECIBIDA COMO CUALQUIER NOTICIA DE CRÓNICA

 



 Papa Francisco: Palabra del Señor no puede ser recibida como cualquier noticia de crónica

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco destacó este 31 de octubre que “la Palabra del Señor no puede ser recibida como cualquier noticia de crónica: la Palabra del Señor hay que repetirla, asumirla, custodiarla”.

Así lo dijo el Santo Padre antes de rezar el Ángelus dominical ante numerosos fieles reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano.

El Papa comentó el pasaje del Evangelio de San Marcos en el que Jesús responde a un escriba que el primer mandamiento es amar a Dios; de este, como consecuencia natural, se deriva el segundo: amar al prójimo como a sí mismo.

Además, el Santo Padre subrayó que “la Palabra de Dios debe resonar, ser un eco dentro de nosotros. Cuando existe este eco interior, significa que el Señor habita nuestro corazón. Y nos dice, como a aquel buen escriba del Evangelio: Non estás lejos del Reino de Dios”.

Por ello, el Papa explicó que la tradición monástica indica que “la Palabra de Dios ha de ser rumiada”, es decir, que la Palabra de Dios “es tan nutritiva que debe llegar a todos los ámbitos de la vida: implicar, como dice Jesús hoy, todo el corazón, toda el alma, toda la inteligencia, todas las fuerzas”.

En esta línea, el Pontífice advirtió que “el Señor busca no tanto hábiles comentaristas de las Escrituras, sino corazones dóciles que, acogiendo su palabra, se dejan transformar dentro”.

“Por esto es tan importante familiarizar con el Evangelio, tenerlo al alcance de la mano siempre, incluso un pequeño Evangelio en el bolsillo, apasionarse. Cuando lo hacemos, Jesús, Palabra del Padre, entra en nuestro corazón, se vuelve íntimo y nosotros damos frutos en Él”, afirmó.

De este modo, el Santo Padre dijo que no es suficiente leer y comprender el Evangelio sino que “hay que amar a Dios y al prójimo” para dejar que “este mandamiento, que es el ‘gran mandamiento’, resuene en nosotros, sea asimilado, se convierta en voz de nuestra conciencia” para que no se quede “en letra muerta, en un cajón del corazón”.


La Palabra de Dios actúa, es viva y eficaz

Asimismo, el Papa alentó a “convertirse en una ‘traducción’ viva, diferente y original, de la única Palabra de amor que Dios nos dona” como “lo vemos en la vida de los santos, ninguno es igual a otro, son todos diferentes, pero todos con la misma Palabra de Dios”.

En este sentido, el Santo Padre invitó a seguir el ejemplo del escriba para repetir “las palabras de Jesús, hagámoslas resonar en nosotros: ‘Amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a sí mismo’”.

Finalmente, el Papa invitó a preguntarnos “¿este mandamiento orienta realmente mi vida? ¿Este mandamiento se refleja en mi vida diaria?” y añadió que “nos hará bien esta noche, antes de dormirnos, hacer un examen de conciencia sobre esta Palabra, para ver si hoy hemos amado al Señor y hemos dado un poco de bien a los que nos hemos encontrado. Que cada encuentro sea dar un poco de bien, un poco de amor, que venga de esta Palabra”.

“Que la Virgen María, en quien se hizo carne el Verbo de Dios, nos enseñe a acoger en nuestro corazón las palabras vivas del Evangelio”, concluyó el Papa.


A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco:

San Marcos 12, 28-34

28Acercóse uno de los escribas que les había oído y, viendo que les había respondido muy bien, le preguntó: «¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?»29Jesús le contestó: «El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor,30y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.31El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos.»32Le dijo el escriba: «Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que El es único y que no hay otro fuera de El,33y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»34Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios.» Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.

¿CÓMO SE HACE UN NOVENARIO POR UN DIFUNTO?

 




 

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FELIZ DOMINGO!!!!

 






viernes, 29 de octubre de 2021

IMÁGENES DEL SIGNIFICADO DE LA OFRENDA DE LOS MUERTOS - DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS 2 DE NOVIEMBRE

 









 

CONOCEMOS A SAN JUDAS TADEO, IMÁGENES Y ORACIONES

 





 

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 29 DE OCTUBRE DE 2021

 


 

Viernes 30 del tiempo ordinario

Viernes 29 de octubre



1ª Lectura (Rom 9,1-5): Hermanos: Digo la verdad en Cristo; mi conciencia, iluminada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante en mi corazón, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne, quisiera incluso ser un proscrito lejos de Cristo. Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según la carne, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén.




Salmo responsorial: 147

R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.

Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión: que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.


Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz.


Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos.



Versículo antes del Evangelio (Jn 10,27): Aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. Aleluya.


Texto del Evangelio (Lc 14,1-6): Un sábado, Jesús fue a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Había allí, delante de Él, un hombre hidrópico. Entonces preguntó Jesús a los legistas y a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?». Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó, y le despidió. Y a ellos les dijo: «¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento?». Y no pudieron replicar a esto.



«¿Es lícito curar en sábado, o no?»

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)



Hoy fijamos nuestra atención en la punzante pregunta que Jesús hace a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?» (Lc 14,3), y en la significativa anotación que hace san Lucas: «Pero ellos se callaron» (Lc 14,4).

Son muchos los episodios evangélicos en los que el Señor echa en cara a los fariseos su hipocresía. Es notable el empeño de Dios en dejarnos claro hasta qué punto le desagrada ese pecado —la falsa apariencia, el engaño vanidoso—, que se sitúa en las antípodas de aquel elogio de Cristo a Natanael: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño» (Jn 1,47). Dios ama la sencillez de corazón, la ingenuidad de espíritu y, por el contrario, rechaza enérgicamente el enmarañamiento, la mirada turbia, el ánimo doble, la hipocresía.

Lo significativo de la pregunta del Señor y de la respuesta silenciosa de los fariseos es la mala conciencia que éstos, en el fondo, tenían. Delante yacía un enfermo que buscaba ser curado por Jesús. El cumplimiento de la Ley judaica —mera atención a la letra con menosprecio del espíritu— y la fatua presunción de su conducta intachable, les lleva a escandalizarse ante la actitud de Cristo que, llevado por su corazón misericordioso, no se deja atar por el formalismo de una ley, y quiere devolver la salud al que carecía de ella.

Los fariseos se dan cuenta de que su conducta hipócrita no es justificable y, por eso, callan. En este pasaje resplandece una clara lección: la necesidad de entender que la santidad es seguimiento de Cristo —hasta el enamoramiento pleno— y no frío cumplimiento legal de unos preceptos. Los mandamientos son santos porque proceden directamente de la Sabiduría infinita de Dios, pero es posible vivirlos de una manera legalista y vacía, y entonces se da la incongruencia —auténtico sarcasmo— de pretender seguir a Dios para terminar yendo detrás de nosotros mismos.

Dejemos que la encantadora sencillez de la Virgen María se imponga en nuestras vidas.

BUENOS DÍAS!!!

 





 

martes, 26 de octubre de 2021

NIÑA CON DAÑO CEREBRAL ALTA FIXSLER FALLECE TRAS SER RETIRAD SU SOPORTE VITAL

 



 Niña con daño cerebral Alta Fixsler fallece tras ser retirado su soporte vital

POR DIEGO LÓPEZ MARINA | ACI Prensa




Alta Fixsler, una niña de dos años con daño cerebral, cuyos padres lucharon por mantenerla con vida, falleció la semana pasada después de que le retiraran su soporte vital en un hospicio donde recibía cuidado.

“Tristes noticias, el soporte vital de la pequeña Alta Fixsler se desconectó esta tarde y murió en el hospicio con sus padres a su lado”, indicó un comunicado de un representante de sus padres, Chaya y Abraham Fixsler.

Según los informes, Alta falleció el 18 de octubre y vivió durante más de una hora una vez que se retiraron las máquinas.

Debido a una lesión cerebral grave sufrida al nacer, Fixsler no podía comer ni respirar sin ayuda y había pasado toda su vida en el Royal Manchester Children’s Hospital (RMCH), un centro médico gestionado por el Manchester University NHS Foundation Trust. Sus padres, judíos jasídicos, se opusieron a retirarla del soporte vital y lucharon por continuar con su cuidado.

Los médicos habían creído anteriormente que Fixsler solo viviría horas después de su nacimiento debido a la gravedad de la lesión.

La batalla legal por su vida comenzó en mayo cuando el Manchester University NHS Foundation Trust solicitó al Tribunal Superior de Londres permiso para retirarle el soporte vital. El fideicomiso argumentó que Alta no tenía calidad de vida y estaba experimentando dolor.

Otros no estuvieron de acuerdo. Varios neurólogos pediátricos dijeron que Alta no sentía dolor. Sin embargo, los tribunales no se pusieron del lado de la familia Fixsler, incluso cuando recurrieron al Tribunal Superior, el Tribunal de Apelación y la Corte Europea de Derechos Humanos.

El caso de Fixsler atrajo la atención internacional cuando sus padres intentaron trasladarla a otro país para que reciba tratamiento experimental.

Después de perder sus apelaciones, los Fixsler preguntaron si podían sacar a su hija del hospital para que muriera en su casa. Eso también fue denegado, y un juez dictaminó que debía morir en un hospicio para niños.

Los jueces dijeron que sacar a la niña del hospital no traería "ningún beneficio médico" y era riesgoso.

Un portavoz de los Fixsler expresó su decepción por las decisiones judiciales que eventualmente resultarían en la muerte de Alta, y pidió una legislación para proteger los derechos de los padres a tomar decisiones médicas por sus hijos.

En el judaísmo, cualquier niño nacido de madre judía se considera automáticamente judío.

 “A pesar de nuestros mejores esfuerzos y discusiones profundas para continuar con los cuidados críticos de Alta y brindarle la mejor calidad de vida posible, estamos consternados por la decisión tomada por la corte de poner fin a su vida”, dijo el portavoz.

“Creemos firmemente que tomar decisiones que cambian la vida en nombre de los niños debe ser un derecho de los padres y es importante que abramos el debate en torno a esto. Hacemos un llamado al gobierno para que revise la legislación actual y la cambie”, agregó.

Su padre, que es ciudadano estadounidense e israelí, obtuvo una visa para su hija en un intento de llevarla a los Estados Unidos para recibir atención médica. No se les permitió salir del hospital. Su madre también es ciudadana israelí.

Inclusive el presidente de Israel, Reuven Rivlin, apeló en junio al príncipe británico Carlos. La autoridad israelí señaló que la situación de la niña era “un asunto de importancia humanitaria grave y urgente”.

Según los informes, Alta Fixsler será enterrada en Israel.

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 26 DE OCTUBRE DE 2021

 



 Martes 30 del tiempo Ordinario

Martes 26 de octubre de 2021



1ª Lectura (Rom 8,18-25): Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.



Salmo responsorial: 125

R/. El Señor ha estado grande con nosotros.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.


Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos». El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.


Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.


Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas.



Versículo antes del Evangelio (Cf. Mt 11,25): Aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. Aleluya.


Texto del Evangelio (Lc 13,18-21): En aquel tiempo, Jesús decía: «¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas». Dijo también: «¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo».




«¿A qué es semejante el Reino de Dios?»

+ Rev. D. Francisco Lucas MATEO Seco

(Pamplona, Navarra, España)



Hoy, los textos de la liturgia, mediante dos parábolas, ponen ante nuestros ojos una de las características propias del Reino de Dios: es algo que crece lentamente —como un grano de mostaza— pero que llega a hacerse grande hasta el punto de ofrecer cobijo a las aves del cielo. Así lo manifestaba Tertuliano: «¡Somos de ayer y lo llenamos todo!». Con esta parábola, Nuestro Señor exhorta a la paciencia, a la fortaleza y a la esperanza. Estas virtudes son particularmente necesarias a quienes se dedican a la propagación del Reino de Dios. Es necesario saber esperar a que la semilla sembrada, con la gracia de Dios y con la cooperación humana, vaya creciendo, ahondando sus raíces en la buena tierra y elevándose poco a poco hasta convertirse en árbol. Hace falta, en primer lugar, tener fe en la virtualidad —fecundidad— contenida en la semilla del Reino de Dios. Esa semilla es la Palabra; es también la Eucaristía, que se siembra en nosotros mediante la comunión. Nuestro Señor Jesucristo se comparó a sí mismo con el «grano de trigo [que cuando] cae en tierra y muere (...) da mucho fruto» (Jn 12,24).

El Reino de Dios, prosigue Nuestro Señor, es semejante «a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo» (Lc 13,21). También aquí se habla de la capacidad que tiene la levadura de hacer fermentar toda la masa. Así sucede con “el resto de Israel” de que se habla en el Antiguo Testamento: el “resto” habrá de salvar y fermentar a todo el pueblo. Siguiendo con la parábola, sólo es necesario que el fermento esté dentro de la masa, que llegue al pueblo, que sea como la sal capaz de preservar de la corrupción y de dar buen sabor a todo el alimento (cf. Mt 5,13). También es necesario dar tiempo para que la levadura realice su labor.

Parábolas que animan a la paciencia y la segura esperanza; parábolas que se refieren al Reino de Dios y a la Iglesia, y que se aplican también al crecimiento de este mismo Reino en cada uno de nosotros.

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