martes, 8 de diciembre de 2015

ALÉGRATE LLENA DE GRACIA


Alégrate llena de gracia
Solemnidades y Fiestas



Lucas 1,26-38. Solemnidad Inmaculada Concepción. Con María es fácil superar nuestros pecados, nuestras dificultades. Ella nos enseña a amar a nuestros hermanos. 


Por: Daniel Ochoa, LC | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 1,26-38
Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin». María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.

Oración introductoria
María, te bendigo por las cosas grandes que ha hecho Dios en ti, te agradezco todas las gracias que recibo por tu medio y hoy, que inicia el Jubileo de la Misericordia, quiero consagrarte todos mis pensamientos, palabras y obras. Tómame de la mano y guíame en esta oración para poder recibir las luces del Espíritu Santo y corresponderle generosamente.

Petición
Madre mía, ayúdame a caminar siempre a tu lado, quiero aprender que el camino más corto y seguro hacia Dios, eres tú. Haz que jamás me olvide de ti, y si tal vez te olvidare, tú no te olvides de mí.

Meditación del Papa Francisco
Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes.
El Año Santo se abrirá el 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción. Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de nuestra historia. Después del pecado de Adán y Eva, Dios no quiso dejar la humanidad en soledad y a merced del mal. Por esto pensó y quiso a María santa e inmaculada en el amor, para que fuese la Madre del Redentor del hombre. Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón. La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona. En la fiesta de la Inmaculada Concepción tendré la alegría de abrir la Puerta Santa. En esta ocasión será una Puerta de la Misericordia, a través de la cual cualquiera que entrará podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza. (Bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, S.S. Francisco, 2015).
Reflexión 
Con María es fácil superar nuestros pecados, nuestras dificultades. Ella nos enseña a amar a nuestros hermanos. Cuando vemos con qué cariño y dulzura nos acoge Ella en su regazo, aprendemos la manera en que debemos de tratar a nuestros hermanos. Y si María, que es criatura, tanto nos ama, ¡cuánto más no nos amará Dios!
Propósito
Hoy rezaré un misterio del rosario y le pediré a María que me ayude a superar aquello que me aleja de Dios.

Diálogo con Cristo y María
María, hasta ahora tal vez no he sido tan buen hijo. Poco me acuerdo de ti y te doy pocas muestras de cariño; pues tú también eres mujer y te gustan las pequeñas muestras de afecto. Ayúdame a ser más cercano.

Jesús, Tú eres hijo de María. Tú sí sabes amarla como madre tuya que es. Que aprenda de ti las palabras, el cariño, la confianza que debo tener en Ella. Tú me la diste como madre al pie de la cruz, que sea yo agradecido por tan hermoso regalo.

"¡No apartes los ojos del resplandor de esta estrella, si quieres no ser destruido por las borrascas!" (San Bernardo, Hom. Sobre la Virgen Madre, 2)

JACULATORIA Y ORACIÓN A LA INMACULADA CONCEPCIÓN, 8 DE DICIEMBRE

JACULATORIA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN


Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, Madre de Dios. Avemaría. 


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OREMOS:

¡Virgen Santísima, que agradaste al Señor y fuiste su Madre; inmaculada en el cuerpo, en el alma, en la fe y en el amor! Por piedad, vuelve benigna los ojos a los fieles que imploran tu poderoso patrocinio. La maligna serpiente, contra quien fue lanzada la primera maldición, sigue combatiendo con furor y tentando a los miserables hijos de Eva. ¡Ea, bendita Madre, nuestra Reina y Abogada, que desde el primer instante de tu concepción quebrantaste la cabeza del enemigo! Acoge las súplicas de los que, unidos a ti en un solo corazón, te pedimos las presentes ante el trono del Altísimo para que no caigamos nunca en las emboscadas que se nos preparan; para que todos lleguemos al puerto de salvación, y, entre tantos peligros, la Iglesia y la sociedad canten de nuevo el himno del rescate, de la victoria y de la paz. Amén.

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ESTAMPA CON ORACIÓN A LA INMACULADA CONCEPCIÓN


IMÁGENES DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA, 8 DE DICIEMBRE




LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA - 8 DE DICIEMBRE


LA INMACULADA CONCEPCIÓN
8 DE DICIEMBRE 



Hoy nos alegramos con toda la Iglesia por ser una fiesta muy especial de nuestra Madre, la Santísima Virgen María. Entre tantas fiestas en honor de la Madre de Dios, hay dos más especiales para toda la Iglesia: el comienzo de la vida de María, como Inmaculada o llena de gracia, y el final, que fue su Asunción en cuerpo y alma al cielo.


El dogma de la Inmaculada Concepción fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus. Allí expresa "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de todo mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelado por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..."


Así pues, María es un signo anticipado: de limpieza, de belleza, de santidad, de perfección, de plenitud, de vida nueva, de victoria pascual. Es un anticipo del ideal humano, del proyecto que Dios había soñado para el hombre. Un modelo, por lo tanto, para cada persona humana, para cada creyente, para la Iglesia, para la humanidad. Lo que tanto soñamos y deseamos es posible, en María se ha realizado ya.


®Pequeñas Semillitas

HOY CELEBRAMOS A LA VIRGEN DESATANUDOS, LA ADVOCACIÓN PREFERIDA DEL PAPA FRANCISCO


Hoy celebramos a la Virgen Desatanudos, la advocación preferida del Papa Francisco
Por María Ximena Rondón






 (ACI).- Hoy 8 de diciembre, la Iglesia celebra a la Virgen Desatanudos, una de las advocaciones marianas más populares de Argentina y la más querida por el Papa Francisco.

Esta imagen se venera desde 1706 en Augsburgo (Alemania) y su nombre original es Nuestra Señora de Knotenlöserin. El icono fue pintado alrededor de 1700 por Johann Melchior Georg Schmidttner y fue instalado en la antigua iglesia Saint Peter Am Perlach.

Con esta advocación, los fieles le rezan a la Virgen María para resolver dificultades y desatar los nudos que impide a los hombres unirse con Dios.



El título "desatanudos" o "knotenlöserin" se explica así: "Knot" significa nudo, "Löser" o "Löserin" deshacer, desatar, desarmar, borrar.

La imagen, de estilo barroco, muestra a un ángel que le alcanza una cinta con nudos, que representa el pecado original con todas sus consecuencias, grandes y pequeñas.

El entonces Obispo Auxiliar de Buenos Aires, Mons. Jorge Mario Bergoglio llevó la devoción de la Virgen Desatanudos de Alemania a Argentina.

El 8 de diciembre de 1996 la parroquia San José del Talar en Agronomía, Buenos Aires (Argentina), recibió una copia de la pintura original, que fue pintada por la doctora Ana Betta de Berti. Desde entonces miles de peregrinos acuden a la parroquia para venerar a la imagen y pedir su intercesión para resolver sus problemas.

Durante la visita apostólica del Papa Francisco en julio de este año a Bolivia, los obispos de ese país le obsequiaron al Pontífice un hermoso báculo, hecho por los artesanos de Don Bosco, donde estaba la imagen de la Virgen Desatanudos. El Papa lució este regalo en la Misa que presidió en la Plaza del Cristo Redentor en Santa Cruz.

INMACULADA: DE LA BOCA AL VIENTRE, DEL VIENTRE AL ÁRBOL


Inmaculada: de la boca al vientre, del vientre al Árbol
¡María es la verdadera Inmaculada! Es la Nueva Eva que floreció como flor de primavera del poder redentor de Dios.


Por: Celso Julio da Silva, L.C. | Fuente: Catholic.net 




Ocho de diciembre de 1854. Toda la cristiandad vuelca el corazón hacia la Basílica Vaticana. El cielo parece visitar la tierra en el repique vibrante de las campanas romanas. Pío IX, desde la cáatedra, levanta la voz proclamando a toda la Iglesia Universal el dogma de la Inmaculada Concepción.

Todos sabemos que la primera “inmaculada” de la historia, creada sin el pecado original, fue Eva. Su pureza permitía disfrutar de la presencia de Dios todos los días. ¡Quée gusto era poder platicar con Dios en los atardeceres del jardín del Edén!

Sin embargo, aquella pureza de repente se volvió hoja arrastrada por el viento de la soberbia y de la desobediencia. El demonio, en la figura de la serpiente, anestesió el corazón de Eva con discursos grandilocuentes de conocimiento y de poder- “seréis como dioses”- presentándole un camino bien fácil. La guía del camino tentador era: del árbol a la boca, de la boca al vientre y así el fruto, una vez en el vientre de Eva, desató el triste destino de la humanidad: pecado y muerte.

María, a su vez, fue concebida sin el pecado original, pues después de aquella nefasta tarde en el jardín del Edén, Dios jamás se olvidó del hombre, obra de sus manos. Para salvarnos, desde aquel instante, pensó también en María, la mujer pura que aplastaría la cabeza de la serpiente, dando a luz al Salvador Jesucristo.

¡María es la verdadera Inmaculada! Es la Nueva Eva que floreció como flor de primavera del poder redentor de Dios. En la Anunciación el ángel Gabriel podría perfectamente haber hecho un juego de palabras: “¡Ave- Eva!”, pues la llena de gracia aceptó cumplir el camino contrario de la primera Eva, un camino más arduo que era: de la boca al vientre, del vientre al Árbol. De este modo, contemplamos una tenue luz del misterio de la Inmaculada, de tal forma que nuestra oración recobra un sentido más profundo cada vez que rezamos: “¡bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús!”.  

De la boca al vientre: María Inmaculada no pretendió obtener conocimiento y poder delante de la propuesta divina del ángel Gabriel, sino que acogió el Fruto en la pureza y la humildad de una esclava, exclamando: “He aquí la esclava del Señor…”- “hágase en míii”. Aquí está: de la boca al vientre, no con pretensiones egoístas como Eva en el Paraíso, sumergida en la tentación del demonio, sino en la pequeñez de una sierva que acoge el Fruto de la Salvación en su vientre puro.



Y del vientre al Árbol: María es la corredentora en el plano de la Salvación. Por eso, dio a luz a Jesús, fruto bendito de su vientre, para devolver en la obediencia y la aceptación amorosa del misterio redentor el Fruto al Árbol. Pero no a aquel árbol del Paraíso, tan lejos en el tiempo, pero aunque aún tan atractivo, seductor, tentador y prohibido a los ojos y al corazón de hombre…; María devuelve ese Fruto, Cristo, al árbol de la vida, a la Cruz, que para nosotros no es tan atractiva, seductora y- claro está- jamás prohibida- pero he aquí que siempre huimos de ella. María es Inmaculada porque está de pie adorando al Árbol de la Vida, donde la Vida, fruto de su vientre inmaculado, está clavada por amor a los hombres.

Hoy, con toda la Iglesia, respirando el aire fresco de la apertura de este anhelado año jubilar de la Misericordia, elevamos nuestra gratitud de hijos de María Inmaculada por haber recorrido el difícil camino del Misterio en la fe y la pureza, el camino de la humildad de acoger a Dios en su vientre puro, cooperando con nuestra redención, para luego adorarlo sobre el Árbol de la Vida, que es la cruz de Jesucristo. Que María Inmaculada proteja la flor de la pureza en nuestra vida cristiana, y, de modo especial, en la vida de todos los jóvenes.

¡Por tu Inmaculada Concepción, oh María, purifica mi cuerpo y santifica mi alma! Amén.    

LA DEVOCIÓN A LA INMACULADA


La devoción a la Inmaculada
La devoción a la Inmaculada: nos humaniza, nos hace más delicados en el amor


Por: Llucià Pou Sabaté | Fuente: Catholic.net 




“¿Quién es esta, que se levanta como la aurora, que es hermosa como la luna, y resplandece como el sol?”, proclama la Iglesia. La tierra y el cielo, la Iglesia entera, celebra gran fiesta, y nosotros también. Esta fiesta se extendió desde Oriente donde comenzó, por muchos sitios desde el siglo VII, y desde el siglo XIII ya se vivió como fiesta por todo el pueblo cristiano.

La Virgen no padeció mancha de pecado alguno, ni el original que nos legaron Adán y Eva, ni otro alguno. En este misterio celebramos que quedó constituida libre del pecado original desde el primer instante de su vida. Ella es la "plena de gracia", en virtud de un singular privilegio de Dios y en consideración de los méritos de Cristo. Fue constituida libre de cualquier egoísmo y atadura al mal. Convenía que la que tenía que ser Virgen María fuera la maravilla de la creación, la obra maestra.

Nos conviene contemplar a la más perfecta, la más bella de las mujeres. “Tota pulchra est Maria”: es la criatura más hermosa que ha salido de la mano de Dios. Reina del cielo y de la tierra, es superior por su gracia a todos los ángeles. Fue en 1854 cuando Pío IX dijo en la Bula “Ineffabilis Deus: “Declaramos, Proclamamos y Definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles”. Muchos pueblos sienten la devoción a la Inmaculada como algo muy suyo, basta pensar las imágenes que presiden muchas iglesias, grandes obras de arte del renacimiento o del barroco (por citar algunas, en escultura “La cieguecita”, de Juan Martínez Montañés y la “Virgen de la Oliva” en Lebrija, de Alonso Cano; en pintura, las de Murillo lo resumen todo); la devoción a la Inmaculada atrae a los jóvenes a cantarle (como en el caso de la imagen de Sevilla, que está al lado de la catedral), y también recuerdo la fiesta que se organiza en la plaza de España en Roma, donde el Papa Juan Pablo II solía ir a visitar piadosamente rodeado de multitudes, ante otra Inmaculada, también coronando una columna.

Esta devoción abarca aspectos muy cotidianos, como la costumbre de tantos sitios de saludarnos al entrar a una casa, con un: “ave María purísima”; y la respuesta de quien nos recibe dentro: “sin pecado concebida”. Es también muy bonito emplear este saludo inicial al ir a confesar. Y qué alegría oírlo cuando se oye o ve algo malo, que ofende el buen sentir, como un modo de reparar a la Virgen, de rectificar con amor aquella falta de amor...

También –y eso siglos antes de la proclamación dogmática – con juramentos proclamaban los ayuntamientos la fe en la Inmaculada Concepción, asimismo no se podía ser doctor en las universidades de Salamanca, Hispalense y otras muchas, si no se juraba como requisito defender esta verdad, al recibir el título universitario se hacía testimonio de esta fe.

En fin, que es devoción muy popular y muy arraigada. El corazón del pueblo cristiano -guiado por el espíritu Santo- tiene razones profundas, es el “sensus fidei”, el sentido de la fe. No serán razones muy razonadas, sino la expresión sencilla de la verdad, del corazón, el buen hijo que demuestra el amor a su madre. Como decía san Josemaría Escrivá, ¿como escogeríamos a nuestra Madre si hubiésemos podido hacerlo? Hubiéramos escogido la que tenemos, llenándola de todas las perfecciones y gracias. Así lo ha hecho Dios.

Convenía que la que tenía que ser Madre del Hijo de Dios fuera liberada del poder de Satanás y del pecado, de aquel pecado original que se borra por el bautizo. Por esto, debemos hacer propaganda de bautizar los niños cuanto antes, los padres tienen derecho, y los niños lo necesitan como el pecho de la madre para poder alimentarse. ¿Cómo vamos a decir a un niño que escoja tomar alimento cuando sea mayor? Sería una aberración, pues la madre quiere darle lo mejor, por eso le da alimento, y por eso le da la fe del bautismo por la que somos hijos de Dios. Este aniversario nos recuerda también la batalla que hay en el mundo a favor de la vida: Santa Ana concibe su hija María, y no la rechaza, como hacen muchos hoy dejándose llevar por una cultura del egoísmo y de la muerte: la recibe en sus entrañas como un don de Dios, recibe un tesoro privilegiado, recibe el don de la vida, que es sagrado. Y pensar que algunas personas están ciegas ante este don... Por esto nos viene tan bien la devoción a la Inmaculada: nos humaniza, nos hace más delicados en el amor.
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