Unidos a María
Vayamos a María con todos nuestros pecados y miserias, que Ella sabrá convertirnos de pecadores en santos, puesto que María todo lo puede por gracia de Dios, y los más grandes pecadores se pueden convertir en grandes santos si acuden a su auxilio.
No desesperemos nunca. Aunque estemos con un pie en el Infierno y parezca que ya no tenemos salvación y estamos perdidos para siempre, todavía queda una esperanza: María Santísima.
Si la invocamos, los demonios huirán al fondo del abismo y nos dejarán tranquilos y en paz y podremos hacer una sincera confesión y seremos envueltos por la Misericordia de Dios, y así no solo nos salvaremos sino que llegaremos a ser grandes santos y apóstoles de Dios y de la Virgen.