viernes, 28 de octubre de 2016

NUESTRAS MADRES


Nuestras madres



“Me preguntas qué es la Madre. Junta el perfume de todas las flores y el arrullo de todas las montañas y la inquietud de todos los ríos; la frescura de todos los valles y la mirada de todas las estrellas; la caricia de todas las brisas y el beso de todos los labios. Todo guardado por Dios en un corazón de mujer. Eso es una madre” (A. Barbieri).

Iba un borracho caminando a su casa, cuando se detuvo ante un letrero que le llamó la atención. Y comenzó a llorar desconsoladamente. Pasó por casualidad su vecino que, al verlo tan afligido, le preguntó: —¿Por qué llora, vecino? El borracho le contestó:
— A lo que hemos llegado en este mundo. Mira lo que dice ese letrero: “Se vende madre sin sentimiento”. El vecino lee el letrero y le contesta: — Pero, chico, tú no ves que allí dice: “Se vende madera, zinc y cemento”.

La primera mujer, Eva, salió de la costilla del hombre... No de los pies, para ser pisoteada. No de la cabeza, para ser superior... Sino del lado, para ser igual. Debajo del brazo, para ser protegida y al lado del corazón, para ser amada. Que este símbolo ayude a los esposos a cultivar cada día una mejor convivencia, hecha de respeto y  tolerancia mutua.


* Enviado por el P. Natalio 

EL PROBLEMA EN HALLOWEEN NO ESTÁ EN LOS DISFRACES O EN LOS DULCES, SINO EN GLORIFICAR EL MAL


El problema en Halloween no está en los disfraces o en los dulces, sino en glorificar el mal
El P. Vincent Lampert, exorcista y párroco en la Arquidiócesis de Indianápolis, lo afirma


Por: Mary Rezac | Fuente: ACI Prensa 



El P. Vincent Lampert, exorcista y párroco en la Arquidiócesis de Indianápolis, afirmó en diálogo con ACI Prensa que los padres deben recordar los orígenes cristianos de Halloween y hacer una celebración consecuente en la Víspera de Todos los Santos “en vez de glorificar al mal”.
"En última instancia, no creo que haya nada malo con que los niños se pongan un traje, se vistan de vaquero o Cenicienta y pasen por el barrio pidiendo dulces. Es una diversión sana”, dijo el P. Lampert.
El sacerdote aseguró que el peligro radica en los trajes que glorifican el mal deliberadamente e infunden miedo, o cuando las personas pretenden “obtener poderes especiales” a través de la magia y brujería, inclusive por mero entretenimiento.
"En el libro de Deuteronomio, en el capítulo 18, se habla de no intentar consultar a los espíritus de los muertos, tampoco a los que practican magia, brujería o actividades afines. Aquello sería una violación de un mandamiento de la Iglesia, al colocar otras cosas por delante de la relación con Dios".
"Y ese sería el peligro de Halloween. Que de alguna manera Dios se pierde en todo esto, que la connotación religiosa se pierda y finalmente la gente glorifique el mal", añadió.


También dijo que es importante recordar que el diablo y los espíritus malignos no tienen ninguna autoridad adicional en Halloween, aunque lo parezca.
"El diablo actúa por lo que la gente hace, no porque este haga algo por sí mismo. Tal vez por la forma en que se celebra ese día, en realidad se invita a que el mal entre a nuestras vidas", dijo.
Finalmente el P. Lampert aseguró que una de las mejores cosas que los padres pueden hacer es utilizar Halloween como un momento de aprendizaje y explicar a los niños “por qué ciertas prácticas no conducen a nuestra fe e identidad católica”.
Por otro lado, Anne Auger, una madre católica de tres niños proveniente del estado de Winsconsin en Estados Unidos, dijo a ACI Prensa, que si bien deja que sus niños se disfracen y pidan dulces, siempre verifica las casas por donde pasarán y así evitar aquella que están decoradas “con cosas temibles”.
"El año pasado una persona llegó a la puerta vestido como un lobo demoníaco. A veces las personas se visten como brujas y puedo entender eso, pero esto fue un nivel completamente nuevo, tan diferente a cuando éramos pequeños".
También aseguró que los padres deben enseñar a sus hijos el significado de Halloween, siempre en relación al día de Todos los Santos.
"Les decimos que estamos teniendo una fiesta porque celebraremos a los santos en el cielo, y es por ello salimos a pedir dulces”, añadió.
Kate Lesnefsky, otra madre católica, con niños entre las edades de 3 y 16 años, también les permite que elijan sus trajes para pedir dulces, siempre y cuando no infundan miedo o tengan aspecto demoníaco.
Al día siguiente lleva a sus hijos a la Misa por Todos los Santos, y la familia lo usa como una oportunidad para hablar sobre lo que significa la muerte y la santidad.
"Tengo una hermana que murió cuando tenía 19 años. Entonces hablamos de diferentes personas que sabemos que están en el cielo, de mis abuelos o de los diferentes santos" dijo Lesnefsky.
Traducido y adaptado para ACI Prensa por Diego López Marina.
Publicado originalmente en CNA.

SAN JUDAS TADEO, PATRONO DE LAS CAUSAS IMPOSIBLES, 28 DE OCTUBRE


Hoy 28 de octubre celebramos a San Judas Tadeo, patrono de las causas imposibles

 (ACI).- Hoy la Iglesia celebra la fiesta de San Judas Tadeo, uno de los apóstoles de Jesús (no el Iscariote) que es presentado en los Evangelios como "hermano de Santiago", patrono de las causas imposibles.

Probablemente era hermano de Santiago el Menor y primo de Jesús. Se le atribuye la epístola que lleva su nombre, donde se presenta a  sí mismo como servidor de Jesucristo y hermano de Santiago. 

Predicó en Mesopotamia y luego marchó a Persia, donde junto a Simón sufrieron el martirio en la ciudad de Suanis, según la tradición recogida por el martirologio romano.

En sus Revelaciones, Santa Brígida cuenta que el Señor Jesús la exhorta a que cuando necesitara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de este apóstol. Es por ello que la devoción a San Judas Tadeo es muy grande dentro de la piedad popular, a causa de los numerosos favores que por su intercesión le son concedidos a quienes le rezan con fe.


Se le representa con una imagen de Cristo en el pecho, a causa de su parentesco con el Señor, de quien la tradición cuenta que era muy parecido. También se le representa con un mazo, pues según la tradición le dieron muerte con este instrumento de un golpe en la cabeza, para luego cortársela con un hacha.

Su fiesta se celebra el 28 de Octubre, junto con la fiesta de San Simón.

No es patrono de delincuentes ni narcos y su culto no es compatible con la llamada “Santa Muerte”

En el año 2008 y mediante un comunicado la Arquidiócesis primada de México aclaró que San Judas Tadeo no es el "santo" de los delincuentes o narcotraficantes; y que la llamada "santa muerte" no es una devoción compatible con la identidad católica.

En el comunicado titulado "San Judas Tadeo y algunas desviaciones de su culto", la Arquidiócesis explicó que "por todos es sabido que muchas personas que delinquen consideran a San Judas como su santo patrono", este santo "de ningún modo se vería en el cielo intercediendo ante Dios a favor de quienes actúan en forma contraria a los mandamientos de Cristo, entre ellos, violentando los preceptos de No Matarás, No robarás, No cometerás adulterio".

La Arquidiócesis señaló que la Iglesia alienta las manifestaciones populares de auténtica devoción; pero aclaró que es su obligación señalar que "en algunos casos existen serias incompatibilidades" con las enseñanzas católica.

El comunicado aclaró que la devoción a San Judas Tadeo "es totalmente contraria al culto a la llamada “Santa Muerte”, pues “Cristo mismo venció a la muerte al resucitar glorioso del sepulcro, prometiendo vida eterna para quienes cumplen con los mandamientos de la ley de Dios".

El culto a la "Santa Muerte", vinculado a prácticas de brujería e intensificado en la cercanía de la fiesta de los Fieles Difuntos, se ha popularizado en los últimos años en algunas regiones de México.

El comunicado señaló que "la Biblia claramente señala que no se puede servir a dos amos, de modo que quienes buscan a Cristo a través de su amor a San Judas Tadeo, deben estar conscientes de que ante todo, deben cumplir con los mandamientos que el Señor nos dio. De otra forma, se cae en la aberración y en el absurdo".

EL ESPÍRITU Y LA SANTERÍA, TESTIMONIO DE LA VIDA REAL


El Espíritu y la Santería: Testimonio de la Vida Real
Pero tanto dio ese amigo que fui a su casa, y allí conocí a su señora, una gran persona y a varias más; y después de la presentaciones empezó la reunión. Había un vaso de agua en una mesita que tenía un mantel blanco y dentro del vaso un crucifijo. 



El Espíritu y la Santería: Testimonio de la Vida Real

Voy a tratar de relatarles de una manera sencilla, algunos aspectos de mi vida; en todo caso los más relacionados con mi vida religiosa y haciendo énfasis en la mistificación religiosa en que yo caí, buscando a Dios por un camino equivocado.

Pero gracias a la misericordia Divina encontré el camino recto, el camino de la verdad, y se obró en tan mí una conversión; conversión que ha ido creciendo y madurando a través de los años y fortaleciéndome espiritualmente. He llenado mí  pobre mente del verdadero significado de ser católico de ser hijo de Dios y templo vivo del Espíritu Santo, de sentir que la gracia de Dios me llena y reboza mi corazón, al saberme amado por un Dios que se nos entrega en la Eucaristía en la más sublime de las expresiones.

Hace 35 años había dejado mi patria obligado por la represión. Un mes después que yo llegué a EE.UU., todos mis compañeros cayeron bajo balas de la tiranía. Yo me sentí desconsolado no sólo por la pérdida de gente querida sino por haberlos dejado. Pensé, “qué cobarde soy”, y me preguntaba, “¿porqué ellos y yo no?”. La amargura llenaba mi alma y el odio tan profundo que sentía llenaba mis días. Mis nervios explotaban por cualquier cosa, tenía deseos de pelear, de desahogar mi furia con alguien. Así fue pasando el tiempo y un compañero de trabajo me invitó en varias ocasiones a reuniones que se celebraban en su casa y lo que hacían era rezar. Y yo me preguntaba, ¿rezar, si ya se me había olvidado cómo hacerlo, y además Dios tiene un mundo entero de gente, porqué se va fijar en mí?.

Pero tanto dio ese amigo que fui a su casa, y allí conocí a su señora, una gran persona y a varias más; y después de la presentaciones empezó la reunión. Había un vaso de agua en una mesita que tenía un mantel blanco y dentro del vaso un crucifijo. En un rincón de la sala otra mesa, muchos vasos y velas. A eso se le llamaba la “Bóveda Espiritual”. Que conste mis queridos amigos, que no estoy burlando ni estoy atacando a nadie, respeto mucho la manera de sentir a actuar de los demás.



Y esa fue mi primera experiencia de una Reunión Espiritual. Hubieron muchas más, y dentro de ese ambiente nuevo para mí, fui conociendo a más y más personas y me sentí un poco mejor. De todos modos, no hacíamos nada malo ya que rezábamos aunque algo me inquietaba. ¿Estaba bien que llamáramos a los muertos? ¿No dice la Biblia que el alma viene de Dios y debe regresar a Dios? ¿Quiénes éramos nosotros para romper esa ley divina?   Eso me inquietaba, pero me lo quitaba de la mente y trataba de pensar en otra cosa. Sin embargo, volvía a mi mente esa inquietud y en todo este proceso, yo no había conocido a nadie que fuera a la Iglesia o que practicara una religión, que se me acercara y me dijera si yo estaba bien o mal.

Empezaron a ir a nuestras reuniones personas que practicaban la Santería. Aquí voy a hacer un alto en mi relato y les voy a explicar un poco sobre lo que es la Santería. El nombre verdadero es Religión Somba Lucumi, (Lucumi quiere decir “yo soy tu amigo”, que es lo que le decían a esos pobres negros los que los esclavizaban durante la colonización de América). Ellos hablaban tres lenguas: el Somba, el Ejito y el Fon. La dos primeras eran de Nigeria y la última de Dohomey. La Santería no es Brujería o Magia Negra, esta encierra en sí un sentido activo del mal que no aparece en la Santería. La Santería del Caribe por lo general no practica el mal. Por el contrario, busca la protección del Santo contra todo lo malo que hay en el mundo. La Santería no es Vudú, que es una de tantas religiones que llegaron del África, ésta se quedó en Haití y tiene bastante relación con la Magia Negra. La Santería no es espiritismo, pues el que lo practica trata de comunicarse con un espíritu por medio de un médium, aunque en la Santería también se observa el fenómeno de la posesión. No es extraño ver en casa de un santero un crucifijo en un vaso de agua; como tampoco es extraño ver a un espiritista usar yerbas para hacer un despojo. La Santería tampoco es ñañiguismo; el término ñáñigo se aplica solamente a la sociedad secreta Abakuá.

Muchas de las personas que conocí en las reuniones Espiritistas me simpatizaron y me invitaron a sus casas a ver su “cuarto de Santo” o “sopera”, En realidad no puedo precisar cuando y en qué momento fue que yo me involucré completamente en los ritos, consultas con cocos y toque de Santo. Pero si puedo decirles que recibí collares de mi Padrino, un santero.(el que te pone collares es tu padrino) y participé en el sacrificio de animales junto a un Babalao (Las mujeres o los homosexuales no pueden ser Babalaos, solo Santeros) Así pasaron años, entre espiritistas y Santeros que trataron de hacerme Santo sin costarme nada pero yo siempre me negué. Habían cosas que no me acababan de gustar y una de éstas era que los Santeros se criticaban unos a otros y la falta de amor que se veía entre ellos. Creo que Dios estaba empezando a obrar en mí, pues mi señora muchas veces me pedía ir a Misa y yo la complacía y allí en la tranquilidad del Templo, sentía yo una paz, una tranquilidad tan grande. Era como si el tiempo se detuviera, como si retrocediera y cerrara los ojos y me veía en aquella iglesia del barrio donde yo vivía, recibiendo mi primera Comunión. Volvía a sentir la alegría de aquel gran día. Cuando terminaba la Misa, me quedaba hablando con personas de esa parroquia, en realidad me sentía bien.

Habían pasado años(creo que 10) y había creado una gran reputación como espiritista y conocía yanto de la regla de Ocha como cualquiera a que llevara la vida en eso. Y Dios seguía trabajando lentamente  en mi mente y en mi corazón y me ponía personas en mi camino, que me daban mucho para meditar. También había algo que me inquietaba. Soñaba con muchas regularidad con su sacerdote que me miraba fijamente decía: “deja en lo que estás, ¿no te das cuenta de que estás buscando en el camino equivocado? Me despertaba y me parecía que lo estaba viendo. Era tan real que a veces dudaba si era sueño o realidad, pero nunca sentí miedo y que conste, que yo no soy muy valiente que digamos.

Tengo una prima en Miami muy activa en la Iglesia y que siempre mantuvo una comunicación muy estrecha conmigo y venía a cada rato a mi casa y aunque respetaba mis creencias, me dejaba caer alguna crítica y de manera muy sutil algo de religión. Yo no discutía, solo la oía, porque  en mi interior sabía que tenía razón. Ya yo estaba convencido de que tenía que dejar todo aquello. Pero el problema de todo el que tiene collares p prendas es el miedo y yo lo sentía, no por mi, sino por mi esposa y mi hijo. Yo tenía que tener la seguridad de algo o alguien que me protegiera de la ira de lo que yo iba s dejar.

Pobre de mí, que no me daba cuenta de que sí ponía mi confianza en Jesús, el Espíritu Santo tendería un manto de protección sobre mí y mi familia  y ninguna fuerza podría contra el Gran Poder de Dios. Todo consistía en abandonarme en sus brazos. A mi prima un día le dije, “todos mis hermanos están en mi país, esos que sufren por ellos daría la vida” Y mi prima de dijo, “todos somos hermanos, si es que de verdad crees que Jesús es el hijo de Dios” Casi que me ofendí y le dije, “siempre lo he creído, lo que sí creo es que Él me ha olvidado”. “Ella se sonrió y me dijo, ¿nunca has pensado el por qué tú estás aquí y tus amigos murieron? Y un sacerdote me preguntó:   ¿No crees acaso que Dios tiene planes contigo? Acuérdate de que los misterios de Dios nadie los sabe”.

Fue pasando el tiempo y yo fui poco a poco abandonando las reuniones. Aquellos años de mi vida habían sido muy duros. 

Primero el odio y la amargura que sembró dentro de un pueblo un régimen ateo, después un exilio voluntario y más tarde la búsqueda de un Dios por caminos equivocados, teniéndole tan cerca y yo tan ciego. Un día mi hermana me dijo por  teléfono. “Pedro, los caminos del Señor son misteriosos, yo estoy segura de que tu experiencia puede ser beneficiosa para otros que quizás estén cometiendo el mismo error involuntario”.

Me involucré en todo lo que nuestra Iglesia nos pedía, más que nada, apostolado activo en mi parroquia hasta que la compañera que Dios me dio cayó en cama y se mantiene invalida. No es fácil, créanme, pero yo estoy acostumbrado a luchar y ahora no puedo temer ni fallar, pues tengo el Espíritu Santo que me fortalece y además tengo una familia que me ama y buenos amigos a los que puedo acudir y que también me quieren. Tengo mis días en que caigo en depresión pero me recupero, no puedo fallarle al Señor que tanto me da. 

Estas prácticas primitivas son personas religiosas y de fe. Pero algunos cristianos con sus prejuicios y su ignorancia provocan una reacción contraproducente, cuando se encuentran con devotos de la Santería. Primero la burla, la risa de las costumbres de los que la practican por considerarlos incivilizados e inferiores. Los que se burlan de estos creyentes manifiestan su ignorancia frente a la búsqueda de Dios en los demás.

Hoy, después de Concilio Vaticano, estamos obligados y comprometidos a ser evangelizadores. No estamos en el tiempo de las Cruzadas. No es la fuerza de las armas, sino la fuerza del amor la que tenemos que emplear. Jesús nos llama a que busquemos las ovejas perdidas. Frente a cultos como la Santería tenemos una sola arma: el Evangelio y recordarles a los hermanos confundidos, que Cristo es el Camino, La Verdad y La Vida  y sólo a través de Él llegaremos al Padre.

Por: Escuela de la Fe | Fuente: Tiempos de Fe, año 1, No. 

PARA LOS QUE SE FUERON... EL MEJOR DE LOS RECUERDOS


Para los que se fueron...el mejor de los recuerdos
Dios conoce el corazón del ser humano, sabe de ese sufrir originado por la pérdida de un ser querido.


Por: Ma Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net 




La próxima semana conmemoraremos a los fieles difuntos, a nuestroa seres queridos que se han ido.

Qué gratificante y consolador es poder pensar, por el don de la fe y la virtud de la esperanza, que aunque ya no estén a nuestro lado los seres queridos, ellos viven con su propia identidad en la presencia de Dios y abogan por nosotros.

A ellos podemos acudir en nuestras dificultades para que por su intercesión logremos y alcancemos la paz en las angustias o penas por las que frecuentemente tenemos que atravesar en esta vida.

Por esto y por muchas cosa más es que la religión católica es tan completa y hermosa. Nada de lo que hay en el corazón del hombre deja Dios sin satisfacer.

El mayor de los anhelos de la humanidad es no morir. Permanecer siempre, ser inmortal. Y esto es lo que Cristo nos promete cuando nos dice: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, el que cree en mi, vivirá para siempre".

Cristo pasó por la muerte. Murió, pero resucitó.. Vencedor de la muerte, soberano de la Vida. Creer en la resurrección de los muertos ha sido, desde sus comienzos, un elemento esencial de la Fe cristiana. No hay reencarnación. Tenemos una sola vida desde nuestra concepción hasta siempre. "La resurrección de los muertos es la esperanza de los cristianos; somos cristianos por creer en ella" ( Tertuliano. 1-1).

Según la vida va pasando, los seres que amamos van partiendo.... algún día sabemos que nos tocará a nosotros. Como los árboles que en el otoño dejan caer sus hojas, así de los troncos familiares y sus ramas las personas se van. Ya no están con nosotros, los abuelos, los tíos, los padres, el esposo o la esposa, a veces algún retoño fresco y nuevo también le toca irse...tal vez es entonces cuando más duele, cuando más difícil es la disponibilidad para la aceptación.

Dios conoce el corazón del ser humano, sabe de ese sufrir originado por "esa partida", a veces sorpresiva y si tomando ese dolor se lo entregamos, El ha de poner en nuestro corazón el consuelo sobrenatural, pues de no ser así, hay separaciones tan dolorosas que humanamente no serían soportables.

Un día de noviembre, un día triste y gris, lleno del vacío que dejan los seres queridos cuando se van, leí algo que trajo a mi alma consuelo profundo e inolvidable.

Decía así: "No es que se han muerto, se fueron antes... Lloras a tus muertos con un desconsuelo tal que pareciera que tu eres eterno. Tu impaciencia se agita como loba hambrienta, ansiosa de devorar enigmas. ¿Pues no has de morir tu un poco después y no has de saber por fuerza la clave de todos los problemas que acaso es de una diáfana y deslumbradora sencillez? Déjalos siquiera que sacudan el polvo del camino. Déjalos siquiera que restañen en el regazo del Padre las heridas de los pies andariegos. Déjalos siquiera que apacienten sus ojos en las verdes praderas de la paz... El tren aguarda, ¿por qué no preparas tu equipaje?

Esta será más práctica y eficaz tarea. El ver a tus muertos es de tal manera cercano e inevitable, que no debes alterar con la menor festinación las pocas horas de tu reposo. Ellos en un concepto cabal del tiempo, cuyas barreras transpusieron de un solo ímpetu, también te aguardan tranquilos. Tomaron únicamente uno de los trenes anteriores.... No es que se hayan muerto: se fueron antes"

Se fueron antes y nos dejaron el vacío profundo y doloroso de su partida pero al mismo tiempo la inexorable verdad de que un día también nosotros partiremos y de esa partida lo único y más importante es la imagen que dejaremos a los que se quedan, el recuerdo del testimonio que dimos de nuestro paso por esta vida, de nuestra ternura, de nuestra comprensión, de nuestro amor...

De eso, solamente de eso es de lo que nos debemos de preocupar: del ejemplo de amor a Dios, de honestidad, de misericordia y bondad que dejaremos como el mejor de los recuerdos.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 28 DE OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Octubre 28


Compadecer es padecer con otro; pero no se puede padecer con otro si antes no se ha padecido solo.

Comprender es aprender con otro; pero eso requiere que antes hayamos aprendido nosotros solos.

Por eso, no debes juzgar que estás perdiendo el tiempo ni los esfuerzos cuando estás sufriendo solo; te estás capacitando para sufrir con los demás.

Quien sabe sufrir, sabe hacer sufrir menos; quien sabe llorar, sabe comprender mejor a los que lloran.

A veces se sufre más de lo que Dios quiere, o porque se sufre como Dios no quiere, o porque no se sufre con los demás.

No se puede llegar a comprender lo que significa una lágrima si antes no se ha gustado su sabor salado rodando por las propias mejillas y llegando a los propios labios.

¡Qué cosa llamativa! Las lágrimas propias saben a salado; las lágrimas de los demás saben a dulce cuando se mezclan con las propias.
“Escucha, Señor, mi oración, presta oído a mi clamor, no seas insensible a mi llanto, porque soy un huésped en tu casa, un peregrino lo mismo que mis padres” (Sal 39,13). Dios siempre escucha nuestras súplicas, si es que éstas se presentan con la debida humildad y confianza en su bondad infinita.


* P. Alfonso Milagro

BUENOS DÍAS!!!


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