viernes, 17 de abril de 2020

VENERA LAS RELIQUIAS DEL PADRE PÍO Y REZA EL ROSARIO EN ESTE SITIO WEB


Venera las reliquias del Padre Pío y reza el Rosario en este sitio web
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Saint Pio Foundation




La Saint Pio Foundation (Fundación de San Pío) ofrece la “extraordinaria oportunidad” a fieles y devotos de rezar el Rosario virtualmente y venerar las reliquias del Padre Pío a través de su  sitio web para “unir los corazones en oración durante esta pandemia” del COVID-19.

“En un momento de ansiedad e incertidumbre en todo el mundo, nada importa más que la oración: ‘Orar es la mejor arma que tenemos’, dijo una vez el Padre Pío. ‘Esta es la llave al corazón de Dios’”, señaló la Fundación de San Pío en su sitio web donde publicó cuatro videos que muestran las reliquias del santo y cada uno representa un misterio del rosario que es anunciado en inglés.

Las reliquias del Padre Pío de Pietrelcina que se muestran en los videos son cinco: las costras de sus llagas, una parte de su manto, la gasa con manchas de su sangre, el pañuelo empapado con su sudor y un mechón de cabello. Los videos fueron “grabados en cooperación con el Centro Cultural Italiano Westchester, ubicado en Tuckahoe, Nueva York”, señaló la Fundación.


Esta es una “iniciativa sin precedentes” que estará disponible hasta el 1 de mayo en el sitio web de la Fundación de San Pío, que “espera aliente a la devoción y la esperanza durante este tiempo de caos”, así como “unir al mundo en un momento en que muchos se sienten lejos o distanciados”, añadió.

El Santo Padre Pío de Pietrelcina murió hace 52 años y fue canonizado por el Papa San Juan Pablo II en 2002. Es reconocido mundialmente “por su devoción religiosa y sus estigmas o llagas similares a las que Jesús recibió en la cruz”, razón por la que se le conoce como “El Santo de los Estigmas” y actualmente tiene millones de seguidores, señaló la Fundación.

“San Pío es verdaderamente un santo de nuestro tiempo”, señaló la Fundación y explicó que estuvo enfermo “durante toda su vida con fiebre tifoidea y una enfermedad estomacal e intestinal incurable”, atravesó “el dolor y la humillación asociados a sus estigmas”, y afrontó “el horror de la gripe española que mató a 50 millones de personas, entre los que estaban miembros de su propia familia”.

“Muchas iglesias ahora están cerradas. Las misas y los sacramentos no están disponibles para muchos; sin embargo, a través de esta iniciativa, la Fundación de San Pío quiere ofrecer al mundo una alternativa nueva e importante para orar con San Pío como nuestra guía”, concluyó la Fundación.

En una reciente gira de las reliquias del santo en los Estados Unidos, México y Canadá, patrocinada por la Fundación San Pío, participaron más de medio millón de fieles.

EL PAPA FRANCISCO REZA POR LAS EMBARAZADAS PREOCUPADAS POR SUS HIJOS ANTE EL CORONAVIRUS


El Papa reza por las embarazadas preocupadas por sus hijos ante el coronavirus
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media




El Papa Francisco ofreció la Misa celebrada en Casa Santa Marta este viernes 17 de abril por las mujeres embarazadas preocupadas por el futuro de sus hijos debido a la crisis mundial provocada por la pandemia de coronavirus.


“Querría que hoy rezásemos por las mujeres que están en espera, las mujeres embarazadas que van a ser madres y que están inquietas, que se preocupan. Se preguntan: ¿En qué mundo vivirá mi hijo?”, dijo el Pontífice antes de comenzar la celebración eucarística.

Por ello, pidió rezar “por ellas, para que el Señor les de la valentía de llevar adelante estos hijos con la fe de que será verdaderamente un mundo diferente, pero siempre será un mundo que el Señor amará mucho”.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA 17 DE ABRIL DE 2020


Lecturas de hoy Viernes de la Octava de Pascua
Hoy, viernes, 17 de abril de 2020


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (4,1-12):

EN aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, después de que el paralítico fuese sanado, se les presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran en Jesús la resurrección de los muertos. Los apresaron y los metieron en la cárcel hasta el día siguiente, pues ya era tarde. Muchos de los que habían oído el discurso creyeron; eran unos cinco mil hombres.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, junto con el sumo sacerdote Más, y con Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes, Hicieron comparecer en medio de ellos a Pedro y a Juan y se pusieron a interrogarlos:
«¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso vosotros?».
Entonces Pedro, lleno de Espíritu Santo, les dijo:
«Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el Nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por este Nombre, se presenta este sano ante vosotros. Él es “la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular”; no hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 117,1-2.4.22-24.25-27a

R/. La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia. R/.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día que hizo el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.

Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.

Secuencia
(Opcional)

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (21,1-14):

EN aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
«Me voy a pescar».
Ellos contestan:
«Vamos también nosotros contigo».
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice:
«Muchachos, ¿tenéis pescado?».
Ellos contestaron:
«No».
Él les dice:
«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».
La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro:
«Es el Señor».
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque rio distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice:
«Traed de los peces que acabáis de coger».
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice:
«Vamos, almorzad».
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor


Comentario al Evangelio de hoy viernes, 17 de abril de 2020
Bonifacio Fernández, cmf



Querido Dios Padre resucitador

Me encanta lo que me escribes acerca de tu Hijo Jesús. Sabes que lo admiro. Me entusiasman sus palabras y sus vidas. Quiero sentir como él sintió; me encanta experimentar la vida como el la experimentó y vivir desde su corazón filial. Me fascina eso de amar como Él amó.

Hoy de nuevo tratas de hacerme tomar conciencia de la nueva forma de presencia de Cristo, tu Hijo del alma, en nuestra vida e historia humanas. De nuevo nos recuerdas que su resurrección no es ausencia, que tenemos que entrenarnos para nueva forma de presencia. Me cuentas que tu Hijo una vez más se hizo encontradizo con sus discípulos, que tomó la iniciativa Él mismo. Y se apareció junto al lago de Tiberíades, a Pedro y a los otros discípulos.

Ellos se encuentran faenando en el lago. Aparece Él en la orilla. Lo ven y no lo reconocen; “no sabían que era Él”. Para darse a conocer Jesús resucitado les recordó y les puso delante de los ojos, dos signos que había hecho en su etapa terrena: la comida y la pesca milagrosa. Y fue entonces cuando el amor del discípulo amado encendió sus ojos y dijo: “Es el Señor”.

Todos estaban persuadidos de que era Él y no se atrevían a preguntarle. El Jesús viviente rememora el gesto señero de su entrega. “Toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado”. De esta forma dejó claro cuáles son los signos en los que nos sale al encuentro y se da a conocer y reconocer. La resurrección es una luz que ilumina hacia adelante y hacia atrás. Hacia atrás pone de manifiesto nuevos significados en los gestos históricos de Jesús. Quedan transidos de nuevo significado. Son ahora los signos del encuentro y de la relación con él.

En tu carta menciones al discípulo amado. Fue el que descubrió primero y confesó: Es el Señor. Debo entender que donde hablas del discípulo amado sin darle nombre, quieres que cada uno pongamos el nuestro. Quieres que yo ponga el mío: También yo soy discípulo amado. Y tengo la dicha de haber recibido el don de la fe.

Hoy quiero darle especialmente las gracias por este regalo.

Con afecto y gratitud

Tu hijo

FELIZ VIERNES





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