miércoles, 25 de junio de 2014

PENSAMIENTO MARIANO 51


AHORA CRISTO ES MÁS MÍO

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Ahora Cristo es más mío
Porque no viniste a buscar a los justos, sino a los pecadores. Ahora es cuando más necesito el bálsamo de tu misericordia y la dulzura de tu Amor.
 
Ahora Cristo es más mío

El corazón nos reprocha el egoísmo, la avaricia, la pereza, los grandes y pequeños pecados de cada día.

Sentimos pena por tanta miseria, sentimos dolor por haber negado a Dios, sentimos amargura por haber abandonado al hermano.

Pero sabemos que Dios es mucho más grande que nuestros corazones. No quiere acusarnos, porque no vino para juzgar, sino para salvar (cf. Jn 12,47).

Desea, casi suplica, que escuche sus palabras, que guarde sus mandamientos, que confíe en su Amor, que acoja su misericordia en mi vida y en la vida de cada ser humano. Me pide que invoque, humildemente, perdón.

No es Dios quien acusa, pues vino para buscar a quienes vivíamos lejos por culpa del pecado. “¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún, el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros?” (Rm 8,34).

Necesito recordarlo, para aprender a vivir en el mundo de la bondad divina. “Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor; no se querella eternamente, ni para siempre guarda su rencor; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas” (Sal 103,8-10).
Si alguna vez vuelvo a ser herido por el pecado, si alguna vez el mal muerde mi corazón, es el momento para mirar a Jesús y decirle, desde lo más profundo de mi alma:

“Ahora eres más mío. Porque no viniste a buscar a los justos, sino a los pecadores. Ahora es cuando más necesito el bálsamo de tu misericordia y la dulzura de tu Amor. Ahora es cuando puedo dejarte tomarme entre tus brazos y llevarme al redil, a la fiesta que inicia cada vez que regresa a casa un hijo pobre, débil, herido, muy necesitado de la medicina de tu perdón”.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC 

    RECUPERAR LA CALMA


    Recuperar la calma

    Un día, un padre dio a su hijo una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, debería clavar un clavo en la cerca de atrás de la casa. El primer día el niño clavó 37 clavos en la cerca, el segundo clavó 22... Pero poco a poco fue calmándose, porque descubrió que era mucho más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la cerca. Finalmente, llegó el día en que el muchacho no perdió la calma para nada... y se lo dijo a su padre.

    Entonces el padre le sugirió que, por cada día que controlara su carácter debería sacar un clavo de la cerca. Los días pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca. Entonces el padre llevó de la mano a su hijo a la cerca de atrás y le dijo: "Mira hijo, has hecho bien; pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca. Ya la cerca nunca podrá ser la misma de antes. "Cuando dices o haces cosas con coraje, dejas una cicatriz como este agujero en la cerca. Es como meterle un cuchillo a alguien; aunque lo vuelvas a sacar la herida ya quedó hecha... No importa cuántas veces pidas disculpas, la herida está ahí. Una herida física es igual de grave que una herida verbal. Los amigos son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte. Demuéstrales a tus amigos cuánto los quieres. 

    Cada pequeño saludo, cada pequeña sonrisa, cada mano que damos para ayudar salva a un corazón herido. Con este mensaje te quiero decir que tú eres especial.

    MÁS QUE UN ANILLO DE COMPROMISO


    Más que un anillo de compromiso


    Un muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuviera. El joyero le presentó uno. La hermosa piedra, solitaria, brillaba como un diminuto sol resplandeciente.

    El muchacho contempló el anillo y con una sonrisa lo aprobó. Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo. ¿Se va usted a casar pronto? - Le preguntó el joyero. No - respondió el muchacho - Ni siquiera tengo novia. La muda sorpresa del joyero divirtió al comprador.

    Es para mi mamá -dijo el muchacho - Cuando yo iba a nacer estuvo sola; alguien le aconsejó que me matara antes de que naciera, así se evitaría problemas; pero ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo muchos problemas. Muchos.

    Fue padre y madre para mí. Fue mi amiga, mi hermana y mi maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella. Quizá después entregue otro anillo de compromiso, pero será el segundo.

    El joyero no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera que hiciera al muchacho el descuento aquel que se hacía nada más que a los clientes importantes.

    REFLEXIÓN

    Tenemos casas más grandes, pero familias más pequeñas.

    Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.

    Tenemos más medicinas, pero menos salud.

    Hemos multiplicado nuestras fortunas, pero hemos reducido nuestros valores.

    Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.

    Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.

    Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.

    Tenemos mayores ingresos, pero menos moral.

    Estos son tiempos con mas libertad, pero menos alegría.

    Con más comida, pero menos nutrición.

    Son días en los que quizás llegan dos sueldos, pero entran los divorcios.

    Son tiempos de casas más bonitas, pero más hogares rotos.

    No guardes nada "para una ocasión especial", porque cada día que vives es una ocasión especial.

    Lee más, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas.

    Pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos.

    Come tu comida preferida y visita los sitios que te encantan..

    La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es sólo para sobrevivir.

    Usa tus copas de cristal; no guardes tu mejor perfume, úsalo cada vez que te den ganas de hacerlo. Las frases "Uno de estos días", "algún día", quítalas de tu vocabulario. Escribamos aquella carta que pensábamos escribir "uno de estos días".

    Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuanto los queremos.

    Por eso no retardes nada que agregue risa y alegría en tu vida. Cada día, hora, minuto, es especial.

    NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: DÍAS 22, 23, 24 Y 25 DE JUNIO DEL 2014





    Nardo del 22 de Junio
    ¡Oh Sagrado Corazón, Corazón Eucarístico!

    Meditación: ¡Oh Señor, Oh Mi Amor!. Que aquel Jueves Santo te quisiste quedar entre nosotros perpetuado en el Pan Sagrado. Señor, te conviertes en nuestro Alimento para que algún día veamos el Cielo. Cuántos hoy del Supremo Regalo se han olvidado y lo han despreciado, cuántos hermanos están profanando Tu Cuerpo Santo. Sabes, Señor, muy pocos creen que estás en el Pan Vivo, que el Vino en Tu Sacratísima Sangre se ha convertido...¡oh Mi Cristo, cuántos corazones perdidos!.
    Señor que nos obsequias en las Especies Santas la Vida de las almas, qué pocas de ellas Te besan cuando en ellas entras. Jacinta de Fátima te llamaba el Jesús Escondido, al saber que estabas en el Pan Bendito. ¡Oh Señor, que renuevas el Supremo Sacrificio y te ofreces permanentemente para nuestra salvación!. Te pido perdón por todos los que no sabemos verte presente en el Pan de Dios y no te damos permanente adoración!.

    Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

    ¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

    Florecilla: Ofrezcamos una mortificación al Señor por todos los ultrajes y sacrilegios cometidos contra Su Santísimo Cuerpo y Sacratísima Sangre.

    Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.





    Nardo del 23 de Junio
    ¡Oh Sagrado Corazón, abundancia de Amor!

    Meditación: ¡Oh Señor!. Quién pudiera conocerte verdaderamente a Vos, Señor que te hiciste Hombre y pescador, para enseñarnos a trabajar en el Amor. ¡Oh Señor!, que a todos buscas. Tú, el Rey, te sentabas en una barca y desde el lago de Galilea enseñabas Tu Palabra. Tú, que a los leprosos curabas y sanabas las almas. Tu mirada era sólo Amor y ofrenda del dolor que causaba el hedor de las almas putrefactas. Tú, Señor, que conoces todos nuestros pecados pero a pesar de eso nos sigues amando. Tú, que por nosotros te sigues dando, para que volvamos a Tu lado. Tú, Señor, que por gran Misterio nos quieres dar un corazón nuevo para nacer a Vos y vivir en unión con Nuestro Creador. Señor, que nos regalas la esperanza de habitar algún día en eterna alabanza en la Morada Santa, permite a este siervo Tuyo tirar las redes para llevar a mis hermanos hacia Tus Benditas Manos.

    Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

    ¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

    Florecilla: Pidamos al Señor, en humilde oración, que podamos ayudar a la conversión de nuestros hermanos.

    Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.



    Nardo del 24 de Junio
    ¡Oh Sagrado Corazón, que te hiciste mi hermano!

    Meditación: Pobre, mi Jesús, que con dulzura nos quieres llevar a la Tierra Prometida. ¿Sabes, Señor, qué pienso cuando aún te miro clavado en el Madero...cuando veo Tu Corazón sangrar?. Con un suspiro lleno de dolor quisiera bajarte de la Cruz, sacarte esos clavos, borrar de Tu Frente todos los pecados que desfiguraron Tu Amado Rostro Santo. Y Tú, con esa Mirada pides amor en un mundo que se olvidó de Dios, que sólo busca el placer, la vanidad, no pensar en los demás para vivir en el yo. Señor, qué lejos de Tus enseñanzas Tú nos viniste a liberar, a mostrar que teníamos que morir a nosotros mismos para vivir en Cristo. Señor, darse por los demás hasta morir. Sí, Tú me lo viniste a decir y yo lo olvidé, el mundo me hizo sordo de corazón y dejé de oír Tu Voz. Creí que yo solo podía, que triunfaría y viviría la buena vida. ¿Qué vida, Señor, si así yo moría, y a pesar de que todo tenía me encontraba con el alma vacía?. Jesús, mi amado, Jesús, mi hermano que todo nos has dado, hazme escuchar Tu hermosa Voz como mi hermano mayor que me miras y me guías, y eres fuente de verdadera alegría. Porque sabes, mi Señor, aún cuando todo me sacaras, si aun tengo Tu Mirada. destella mi alma porque sé que Tú me amas.

    Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

    ¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

    Florecilla: Seamos sencillos y regalemos sonrisas y consuelo a todos los que están sufriendo, aún cuando nosotros estemos en el huerto.

    Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.




    Nardo del 25 de Junio
    !Oh Sagrado Corazón, fuente de unión!

    Meditación: ¿Señor, me dejas espiar por una rendija en Tu vida...?. Te veo caminando por la pequeña Nazaret, pero no pareces un rey...tampoco un juez. Te ves esbelto, fuerte, de rostro hermoso. Tu mirada es profunda...miras los corazones de todos los hombres. Junto a Ti algunos discípulos van caminando, creo que son Pedro, Santiago y Juan...los escucho hablar de otros hermanos que han encontrado, y dicen que no tienen un corazón sano. De repente los miras y con imponente voz interrumpes su conversación. Se Te escucha decir: "no os quiero ver juzgar, sino sólo amar y predicar para cambiar lo que está mal...". Los discípulos hacen silencio, pues ha hablado el Maestro. 

    Y ahora me imagino, Señor, verte caminar aquí...a mi lado, y que yo también voy hablando de mis hermanos. Señor, Tú me dirías lo mismo y me recordarais Tus enseñanzas: "...así como juzguéis seréis juzgados...", o aquella otra: "...el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra...". Señor, creo que no soportaría Tu Mirada, pues cómo verías mi alma, la verías manchada. Señor, yo también voy a hacer silencio, para sacar de mi corazón todo lo que no es bueno y poder seguir así las enseñanzas de mi Maestro. Señor, no permitas que yo ponga discordia, porque conozco Tu gran Misericordia. Haz que busque la unión como símbolo de amor, para ser Uno como lo sos Vos con el Creador y el Espíritu de Santificación.

    Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

    ¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

    Florecilla: Oremos para que descienda el Espíritu Santo sobre nosotros, y que por Su intermedio nos sigamos purificando, conociendo todo aquello en lo que a Dios no agradamos.

    Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
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