miércoles, 28 de febrero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 28 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
28 de Febrero




Jesús ha sufrido muchos fracasos en su misión profética; humanamente hablando, Jesús fracasó entre los suyos.

También tú, como apóstol del Señor fracasarás en algunas ocasiones y quizá el fracaso sea en alguna ocasión condición indispensable para el éxito de tu misión; de todas formas, el ejemplo de Jesús nos ha de enseñar a saber fracasar y a no desanimarnos por el fracaso.

No temas al fracaso del apostolado, que en no pocas ocasiones es el abono para que la semilla germine; pero sí ten miedo al fracaso del apóstol, cuando éste no ha cumplido debidamente su misión.

* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 28 FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Miércoles de la 2ª semana de Cuaresma
 Hoy, miércoles, 28 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (18,18-20):

ELLOS dijeron:
«Venga, tramemos un plan contra Jeremías porque no faltará la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta. Venga, vamos a hablar mal de él y no hagamos caso de sus oráculos».
Hazme caso, Señor,
escucha lo que dicen mis oponentes.
¿Se paga el bien con el mal?,
¡pues me han cavado una fosa!
Recuerda que estuve ante ti,
pidiendo clemencia por ellos,
para apartar tu cólera.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 30,5-6.14.15-16

R/. Sálvame, Señor, por tu misericordia

V/. Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás. R/.

V/. Oigo el cuchicheo de la gente,
y todo me da miedo;
se conjuran contra mí
y traman quitarme la vida. R/.

V/. Pero yo confío en ti, Señor;
te digo: «Tú eres mi Dios».
En tu mano están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (20,17-28):

EN aquel tiempo, subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará».
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó:
«¿Qué deseas?».
Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron:
«Podemos».
Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 28 de febrero de 2018
Carlos Latorre, Misionero Claretiano
Queridos amigos:

Había una reunión de familia con muchos invitados a la mesa. Como podéis imaginar trabajo no faltaba. Fue una oportunidad inesperada para conocer las maneras y forma de ser de los comensales, pues mientras unos apenas se movían de sus sillas otros apenas se sentaban, porque había mucho que preparar y servir. ¡Y eso que todos eran parientes!

Algo parecido nos cuenta el evangelio que sucedió entre los apóstoles. Jesús anunció la pasión y las humillaciones que tendría que sufrir, pero algunos discípulos no escuchaban. Estaban pensando en los puestos que conseguirían, en el poder que el Señor les daría en ese reino de felicidad que se acercaba. Creían que Jesús iba a tener un reinado glorioso en la tierra, y les interesaba asegurarse el puesto más destacado. Jesús rechaza esos deseos mundanos y pide a sus discípulos que no caigan en esa trampa. En la nueva comunidad que Él inicia en esta tierra la autoridad es servicio, no gloria.

¿Qué pasa hoy día en algunas comunidades cristianas? ¿No se convierten tal vez en escenario de ambiciones y rivalidad, buscando cómo sobresalir y conseguir ventajas?

La enseñanza de la Palabra de Dios es fuerte. Y nos puede molestar esta insistencia en el servicio. Pero esa es la verdadera palabra de Jesús; no lo que a nosotros nos gustaría. Es decir que lo importante en el reinado de Dios no es tener un puesto de honor, sino seguirle a Él, Jesús, en su camino de entrega y servicio a los más necesitados, a los “descartados”, como dice el Papa Francisco.

Os invito a meditar el “TESTIMONIO DE MASSIMILIANO”.

Sucedió en Roma el 19 de agosto del 2000 con ocasión de la XV Jornada Mundial de la Juventud ante dos millones de jóvenes reunidos en la Vigilia de oración en Tor Vergata con el Papa S. Juan Pablo II.

Massimiliano, nacido en Roma, explicó en su testimonio que había nacido en una sociedad «donde todo se puede comprar» y «en la que tengo de todo». “Tengo una familia unida, en casa no me falta de nada, tengo estudios en la Universidad, tengo asegurado mi puesto de trabajo. No he conocido la guerra ni las deportaciones ni el control de la libertad como muchos de los jóvenes que aquí están... Me considero un joven privilegiado. Pero un día leyendo el Evangelio de Jesús encontré estas palabras que me impresionaron muchísimo –las que Jesús dijo al joven rico- : “Una cosa te falta...”

Era cierto ME FALTABA EL AMOR A LOS POBRES... Y en ese momento he sentido el llamamiento a dar lo que tenía a los pobres y a seguir a Cristo. “Procuro hacerme amigo de ellos: ellos ya conocen mi nombre y yo conozco el nombre de algunos de ellos.  Y todo esto no lo hago yo sólo, pues estoy con un grupo de amigos que tienen los mismos  ideales que yo”.

Este es el camino de Jesús que este joven intenta seguir no para llamar la atención o recibir algún premio, sino por hacer realidad lo que Jesús nos enseñó a todos sus amigos.

Vuestro hermano en la fe
Carlos Latorre
Misionero Claretiano
carloslatorre@claretianos.es

ORACIONES PARA EL PRIMER VIERNES DE MARZO 2018, SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


PRIMER VIERNES DEL MES DE MARZO
DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 


Breve consideración.- Jesús a su confidente Margarita María de Alacoque:

"Tengo una sed abrasadora de ser honrado en el Santísimo Sacramento del Altar ¡ay!, y casi no encuentro quien, cediendo a mis deseos, mitigue esa sed con una correspondencia generosa a mi Corazón. Sírveme tú de asilo..., recíbeme en la Sagrada Comunión y, entronizando en tu alma, adórame, ofreciéndote al Padre, para obtener piedad por los pobres pecadores. No olvides que una alma santa, y que me pertenezca de veras, puede obtener el perdón de mil y más criminales."


ORACIÓN:

¡Oh Corazón abrasado de amor! ¡Oh santuario de la divinidad, templo de la majestad soberana, altar de la caridad divina, Corazón que ardes en llamas de amor por Dios y por mi! Yo te adoro, y desfallezco de amor en tu presencia. Yo me uno a tus santas intenciones, yo quiero, sí, yo quiero abrazarme en tus ardores y vivir de tu vida. ¡Cuánto huelgo de verte feliz en tus triunfos y en tu gloria! ¡Cuán de veras querría yo padecer y morir antes que desagradarte! ¡Oh corazón mío, si obras, sea tan sólo por los impulsos del Corazón de Jesús; muere, en silencio, delante de Él a todo lo que es natural o humano! ¡Oh Corazón divino!, a Ti me adhiero, en Ti me pierdo, y sólo de Ti quiero vivir. Así, toda mi ocupación será, Señor, enmudecer y adorar anonadado delante de Ti, como una lámpara encendida que se consume delante del Sagrario. ¡Amar, padecir y morir por tu Sagrado Corazón!

(De Santa Margarita María de Alacoque)



TERCERA PROMESA:

"Los consolaré en todas sus aflicciones"


(Agradezcamos esta promesa y pidamos que Jesús la cumpla con nosotros en nuestros  continuos pesares, recitando las:

 LETANÍAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros
Jesucristo óyenos.
Jesucristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Trinidad Santa, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

(A todas las invocaciones que siguen se responde: “Ten misericordia de nosotros”)


Corazón de Jesús, Hijo del Padre Eterno,
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo,
Corazón de Jesús, al Verbo de Dios substancialmente unido,
Corazón de Jesús, de majestad infinita,
Corazón de Jesús, Templo santo de Dios,
Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo,
Corazón de Jesús, Casa de Dios y puerta del cielo,
Corazón de Jesús, Horno ardiente de caridad,
Corazón de Jesús, Santuario de justicia y de amor,
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,
Corazón de Jesús, Abismo de todas las virtudes,
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
Corazón de Jesús, en que están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia,
Corazón de Jesús, en que mora toda la plenitud de la divinidad,
Corazón de Jesús, en que el Padre se agradó,
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos nosotros hemos recibido,
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados,
Corazón de Jesús, paciente y muy misericordioso,
Corazón de Jesús, liberal con todos los que te invocan,
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad,
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, colmado de oprobios,
Corazón de Jesús, desgarrado por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
Corazón de Jesús, con lanza traspasado,
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
Corazón de Jesús, víctima por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan,
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren,
Corazón de Jesús, delicias de todos los Santos,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.
V.- Jesús manso y humilde de corazón.
R.- Haz nuestro corazón conforme al tuyo.

Oremos: Oh Dios todopoderoso y eterno: mira el Corazón de tu amantísimo Hijo y las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te tributa; y concede aplacado el perdón a éstos que piden tu misericordia en el nombre de tu mismo Hijo Jesucristo. Quien contigo vive y reina en los siglos de los siglos. Amén.


Un Padrenuestro y Avemaría por los agonizantes y pecadores.




Una palabra de Margarita María a sus hermanos asociados: "Si quieres dar un gusto inmenso al Corazón de Jesús, ofrécele, sacrifícale por entero los vuestros un primer viernes, después de comulgar, y prométle en ese instante solemne dos cosas: pertenecerle de veras, amándole sobre todas las cosas, y extender la gloria y el amor de su Sagrado Corazón"

Un Padre Nuestro y Avemaría por los agonizantes y pecadores.



ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.

Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén


Corazón Divino de Jesús, ten misericordia de nosotros (Tres veces)

Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

San José, Ruega por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

BUENOS DÍAS





martes, 27 de febrero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 27 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
27 de Febrero




Siempre que te alejes de Dios, te alejas de la fuente de la felicidad y te hundes en la humillación más abyecta.

Pero trata de recordar las veces que Dios, tu Padre celestial te ha recibido como fue recibido el hijo pródigo por su padre: con los brazos abiertos dispuestos a la reconciliación, al perdón y a la paz.

No puedes hacer esperar más tiempo a tu Dios; échate confiadamente en sus brazos abiertos, pide perdón con humildad y confianza.

El hijo pródigo que en los momentos de abundancia y felicidad no valoró  el amor de su padre, cuando se encuentra solo y hambriento, vuelve los ojos a los bienes que voluntariamente había dejado; la adversidad y los sufrimientos son medios de los que se vale el Señor, para que levantemos nuestra mirada al cielo.


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 27 FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Martes de la 2ª semana de Cuaresma
 Hoy, martes, 27 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (1,10.16-20):

OÍD la palabra del Señor,
príncipes de Sodoma,
escucha la enseñanza de nuestro Dios,
pueblo de Gomorra.
«Lavaos, purificaos, apartad de mi vista
vuestras malas acciones.
Dejad de hacer el mal,
aprended a hacer el bien.
Buscad la justicia,
socorred al oprimido,
proteged el derecho del huérfano,
defended a la viuda.
Venid entonces, y discutiremos
—dice el Señor—.
Aunque vuestros pecados sean como escarlata,
quedarán blancos como nieve;
aunque sean rojos como la púrpura,
quedarán como lana.
Si sabéis obedecer,
comeréis de los frutos de la tierra;
si rehusáis y os rebeláis,
os devorará la espada
—ha hablado la boca del Señor—».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 49,8-9.16bc-17.21.23

R/. Al que sigue buen camino 
le haré ver la salvación de Dios

V/. No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños. R/.

V/. ¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos? R/.

V/. Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios». R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,1-12):

EN aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a los discípulos, diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.
Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbí”.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbí”, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy martes, 27 de febrero de 2018
 Carlos Latorre, Misionero Claretiano


Queridos amigos:

Todos deseamos vivir esta Cuaresma como algo muy provechoso para nuestra vida espiritual. Y la mejor guía para conseguirlo lo tenemos en la santa Biblia, en los textos que nos propone la liturgia.

El profeta Isaías nos dice: “Dejad de hacer el mal,  aprended a hacer el bien.   Buscad la justicia, socorred al oprimido,  proteged el derecho del huérfano,  defended a la viuda”. ¡Buen programa para estos días de penitencia cuaresmal!

El evangelio nos presenta las controversias de Jesús con los distintos grupos  de judíos que rechazaban sus enseñanzas. Leían la Biblia, que ellos llamaban la Torá,  pero no ponían en práctica sus enseñanzas.

Nos sorprende la vanidad y la ostentación de estos maestros de la Ley, la incapacidad para distinguir lo importante de lo secundario. Se habían olvidado de que la religión es también cuestión del corazón, tanto en su relación con Dios, como en su relación con el prójimo.

Jesús respetó la Ley de Moisés, pero también destapó la hipocresía de los doctores y maestros que la enseñaban: ataban cargas pesadas sobre los hombros de los demás, pero ellos no arrimaban ni un dedo para llevar esas cargas. Decían a los demás lo que tenían que hacer para agradar a Dios, pero ellos dejaban a Dios de lado.

¿Se dan todavía hoy entre nosotros este tipo de situaciones? Por supuesto. La condición humana es muy parecida en todas partes y en todas las épocas de la historia, por eso la hipocresía también puede estar presente hoy entre nosotros cristianos. Es tiempo de Cuaresma,  es la ocasión propicia para hacer un buen examen de nuestras actitudes y sentimientos. Y, por supuesto, con la gracia del Señor, intentar cambiar, pues en el esfuerzo está el mérito.

Hay una fábula que ilustra este plan de superación. Se titula “Los dos lobos”:“Un viejo cacique de una tribu estaba teniendo una charla con sus nietos acerca de la vida.

Los niños le preguntaban curiosos sobre muchas cosas: cómo ser buenas personas, por qué había personas malas, por qué tenían intenciones no muy buenas y engañaban, etc.

El viejo cacique les dijo: "Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí; es entre dos lobos. Uno de los lobos es: maldad,  ira, envidia, rencor, avaricia, arrogancia, mentira, orgullo... El otro es: bondad, alegría, paz, amor, humildad, dulzura, generosidad, amistad, compasión.

Esta misma pelea está ocurriendo dentro de vosotros también niños, y dentro de casi todos los seres humanos de la tierra." Lo pensaron un minuto, y uno de los niños le preguntó: "Abuelo, ¿cuál de los dos lobos ganará?" Y el viejo cacique respondió: “simplemente... el que tú alimentes, hijo mío".

Es un cuentito, pero cuánta verdad encierra si lo queremos aprovechar. ¿Qué virtudes me he propuesto cultivar en esta Cuaresma?

Vuestro hermano en la fe
Carlos Latorre
Misionero Claretiano
carloslatorre@claretianos.es

BUENOS DÍAS




lunes, 26 de febrero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 26 DE FEBRERO



LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
26 de febrero



En el Evangelio, Jesús nos quiere enseñar tres cosas:

No hay que poner la confianza en las riquezas, que son causa de muchos vicios y conducen fácilmente a la condenación eterna. Los pobres son"los predilectos de Dios"; la Iglesia los ama con "amor preferencial"; medita sobre ellos y recapacita sobre tu actitud frente a la injusticia. Aprovecha más al hombre la verdadera justicia, fundada en la fe y en la penitencia, que las riquezas y los placeres.

Lo temporal -las riquezas y la pobreza- pasa muy pronto, como pasa el tiempo; lo eterno -la otra vida- permanecerá para siempre; lógico y prudente será asegurar lo eterno con el recto uso de lo temporal.


* P. Alfonso Milagro

PAPA FRANCISCO: EN LOS MOMENTOS BUENOS Y EN LOS FEOS, JESÚS SIEMPRE TE GUÍA


Papa Francisco: En los momentos buenos y en los feos, Jesús siempre te guía
Redacción ACI Prensa
Foto: ACI Prensa





Bajo una intensa lluvia, el Papa Francisco se reunió en la tarde de este domingo 25 de febrero con un grupo de niños y jóvenes de catecismo y del grupo de “Oratorio” de la parroquia romana de San Gelasio I Papa, en el barrio de Ponte Mammolo, a los que animó a dejarse guiar por Jesús, “porque Jesús permanece siempre con nosotros, en los tiempos buenos y en los tiempos malos”.

El Pontífice comenzó así su visita a esta parroquia de la Diócesis de Roma, de la que es Obispos, acompañado por el Arzobispo Vicario Mons. Angelo de Donatis; el Obispo Auxiliar para sector Norte, Mons. Guerino di Tora; el párroco don Giuseppe Raciti; el Vice-párroco don Alfio Carbonaro; y el colaborador parroquial don Miguel Porres Prieto.

A su llegada, el Santo Padre se reunió con los jóvenes en las instalaciones deportivas de la parroquia. Dos niños de catequesis de Primera Comunión y dos jóvenes del grupo del “Oratorio”, que le hicieron algunos regalos.

Uno de ellos le dijo que le esperaban con alegría. Francisco quiso bromear y contestó: “Dicen que me esperaban con alegría. No es verdad, me esperaban con lluvia”.

A continuación, firmó un balón de fútbol que le ofrecieron los jóvenes y les preguntó: “¿Desde qué hora estáis esperando aquí? ¿Desde las 14,00? ¡Pero si son las 16,00! ¡Os habéis empapado! Pues gracias, gracias por la paciencia”.

“Escuchad esto –continuó el Papa–. La vida se parece a esta tarde. Porque en ocasiones hay sol, pero en otras ocasiones hay nubes, hay lluvia y viene el tiempo feo. Sabed que en la vida hay tiempos buenos y tiempos feos. El cristiano debe ir adelante con valentía en los tiempos buenos y en los tiempos feos. A veces hay tempestades en la vida, pero sigue adelante, Jesús te guía. Y a veces hay momentos luminosos, sigue adelante, Jesús te guía”.

El Obispo de Roma animó a los jóvenes a preguntarse: “¿Me dejó llevar de la mano por Jesús? Siempre Jesús está con nosotros, y si yo comento un error en la vida, Jesús no se va, permanece. ¿Pero permanece contento? ¡No! No está contento, pero permanece igualmente con nosotros porque nos quiere bien”.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 26 FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Lunes de la 2ª semana de Cuaresma
 Hoy, lunes, 26 de febrero de 2018




Primera lectura
Lectura de la profecía de Daniel (9,4b-10):

¡AY, mi Señor, Dios grande y terrible, que guarda la alianza y es leal con los que lo aman y cumplen sus mandamientos!
Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos. No hicimos caso a tus siervos los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.
Tú, mi Señor, tienes razón y a nosotros nos abruma la vergüenza, tal como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los de cerca y a los de lejos, en todos los países por donde los dispersaste a causa de los delitos que cometieron contra ti.
Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti.
Pero, mi Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona, aunque nos hemos rebelado contra él. No obedecimos la voz del Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por medio de sus siervos, los profetas.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 78,8.9.11.13

R/. Señor, no nos trates 
como merecen nuestros pecados

V/. No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados. R/.

V/. Socórrenos, Dios, Salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre. R/.

V/. Llegue a tu presencia el gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte. R/.

V/. Nosotros, pueblo, ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre,
cantaremos tus alabanzas de generación en generación. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,36-38):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy lunes, 26 de febrero de 2018
Carlos Latorre, Misionero Claretiano



Queridos amigos:

Hemos entrado de lleno en el tiempo de Cuaresma. El mensaje del Santo Padre Francisco nos invita a no desaprovechar estas semanas para fortalecer nuestra vida cristiana dejándonos iluminar y guiar por la Palabra de Dios. No siempre cumplimos al cien por cien lo que nos proponemos  para mejorar  nuestra vida; lo importante es no darse nunca por vencidos.  ¿Quién no tiene deseos de una vida espiritual más auténtica? ¡Ánimo! La gracia del Señor no nos va a faltar.

La lectura del profeta Daniel es una llamada al arrepentimiento por todos los males que aquejan al pueblo desterrado y que resume en estas palabras: “a nosotros nos abruma la vergüenza”. Y en el Salmo repetimos una y otra vez: “Señor, no nos trates  como merecen nuestros pecados”. Confiamos en la infinita bondad divina y no en nuestros méritos.

El evangelio es muy breve, es como un resumen de algunos puntos clave de la vida cristiana. Como solemos ser demasiado propensos a juzgar y condenar a los demás, Jesús nos dice: “no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados”.

Recuerdo todavía lo que un sacerdote le dijo a la persona que se confesaba: 
-Mira, de todos los pecados que confesaste, ¿sabes cuál es el peor?
–Todos, Padre, contestó el penitente. 
Y el confesor le explicó:
-Cuando hablas mal de tu prójimo, lo juzgas y lo condenas: ese sí que es un verdadero pecado mortal.
Por eso Jesús nos dice hoy: “No juzguéis y no seréis juzgados”. 
Dios nos medirá con la misma medida con la que midamos a los demás.

Hay una antigua fábula que dice: 
“El dios Prometeo al modelar a los hombres les colgó dos alforjas, una de defectos ajenos, otra de los defectos propios. La de los ajenos la puso delante, pero la otra la colgó detrás.
Desde entonces les ocurre a los hombres que de lejos ven los defectos ajenos, pero no miran los suyos propios. Esta fábula se refiere al hombre entrometido que, ciego en sus propias cosas, se ocupa de las que no le conciernen”.

En el mensaje para esta Cuaresma el santo Padre nos recomienda el ayuno y dice: “El ayuno debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia hambre de  nuestro corazón”. El Papa se está refiriendo en primer lugar al control de la comida y la bebida. Pero con toda razón podemos aplicar el mensaje del Papa  al “ayuno de palabras y juicios temerarios que juzgan y condenan a nuestros prójimos”, y que tal vez nos cuesta más practicar.

Vuestro hermano en la fe
Carlos Latorre
Misionero Claretiano
carloslatorre@claretianos.es

FELIZ SEMANA




domingo, 25 de febrero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 25 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
25 de Febrero




Hay en ti algo así como un fondo de soberbia que en todo quiere aparecer y que se manifiesta aun en tus acciones espirituales y apostólicas.

¡Ser el primero!No importa a costa de qué, ni de quiénes; no importa el asunto o el lugar, basta que llegues a serlo. Esto no está conforme con las enseñanzas, ni con el espíritu de Jesús, quien siempre nos enseñó que debíamos humillarnos por amor a él.

¿Tratas de sobresalir o de pasar inadvertido? ¡Qué aparezca él, Jesús, y que tú no seas notado!


*P. Alfonso Milagro

II DOMINGO DE CUARESMA, 25 FEBRERO 2018



Hoy 25 de febrero 2018 es el segundo Domingo de Cuaresma
Redacción ACI Prensa
Segundo Domingo de Cuaresma



Este 25 de febrero la Iglesia celebra el segundo domingo de Cuaresma. El Evangelio del día corresponde a la lectura de Marcos 9:2-10, pasaje que narra el momento de la Transfiguración del Señor.

A continuación puede leer el Evangelio y la Homilía del Obispo de Santa María de los Ángeles (Chile), Felipe Bacarreza Rodríguez:

Evangelio del día (Marcos 9:2-10)

2 Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos,
3 y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo.
4 Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús.
5 Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»;
6 - pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados -.
7 Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle.»
8 Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9 Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
10 Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar de entre los muertos.»

Puede revisar las otras lecturas litúrgicas del día dando click AQUÍ

Homilía de Mons. Bacarreza:

El Evangelio de este Domingo II de Cuaresma nos presenta el acontecimiento de la Transfiguración de Jesús, a la que fueron invitados los apóstoles: Pedro, Santiago y Juan. “Jesús se transfiguró delante de ellos, y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo”. Ante esa visión, los apóstoles escucharon una voz del cielo que, refiriéndose a Jesús, declara: "Este es mi Hijo amado”. El Evangelio dice que esa voz salió de la nube que se formó, informándonos así sobre la identidad del que habla. Para los judíos, la nube era un signo claro de la presencia de Dios. El que habla es entonces el Dios de Israel, el Dios único que se reveló en la historia de Israel como el Creador de todo y el Salvador del hombre. Él declara que Jesús es su Hijo amado.

Para leer la homilía completa puede dar click AQUÍ

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 25 FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Domingo 2º de Cuaresma - Ciclo B
Hoy, domingo, 25 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (22,1-2.9-13.15-18):

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: «¡Abrahán!»
Él respondió: «Aquí me tienes.»
Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré.»
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. 
Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo «¡Abrahán, Abrahán!»
Él contestó: «Aquí me tienes.»
El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.»
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «Juro por mí mismo –oráculo del Señor–: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 115,10.15.16-17.18-19

R/. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida

Tenía fe, aun cuando dije: 
«¡Qué desgraciado soy!»
Mucho le cuesta al Señor 
la muerte de sus fieles. R/.

Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor. R/.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,31b-34):

Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,2-10):

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. 
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo amado; escuchadlo.»
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».

Palabra del Señor

Comentario al Evangelio de hoy domingo, 25 de febrero de 2018
Fernando Torres cmf


Subir a la montaña

      Desde la cima de una montaña todo se ve mejor, lo de abajo y lo de arriba. Por eso, muchas ermitas están situadas en altozanos. Y también muchos templos de otras religiones. Allí parece que Dios está más cerca, alejados de los vaivenes y trabajos del mundo y somos más capaces de ver con claridad el conjunto de nuestra vida. Porque, cuando estamos abajo, los árboles no nos dejan ver el bosque. 

      En las lecturas de hoy tanto la primera lectura como el Evangelio acontecen en la cima de una montaña. En lo alto del monte Moria Abrahán se encuentra con el ángel del Señor, es decir, el Señor mismo. Le ha pedido la total disponibilidad ante su voluntad. No hay que dejarse llevar por la idea de cómo Dios podía pedir el sacrificio de su hijo. Es el estilo literario, la forma de hablar de la total disponibilidad de Abrahán que el escritor de aquella época eligió para que la gente de su tiempo entendiese el mensaje. Hoy lo habríamos expresado de otra forma. Por tanto, pasemos de la superficie al contenido central del mensaje: Abrahán está totalmente disponible a la voluntad de Dios, confía totalmente en él y, por eso, Dios le da su bendición. Para él, para sus descendientes y, a la larga, para todos los pueblos de la tierra. Y la bendición de Dios no puede significar más que la promesa de la vida. 

      También en lo alto de una montaña tiene lugar la transfiguración de Jesús ante sus apóstoles. Allí, lejos de las multitudes, quizá en un momento de encuentro y diálogo profundo, fue como los apóstoles fueron capaces de ver con toda claridad quién era Jesús y su relación con las tradiciones judías –de ahí la presencia de Elías y Moisés–. Y eso, cuando lo contaron años más tarde, lo explicaron diciendo que Jesús se había transfigurado ante ellos. Lo habían contemplado iluminado por Dios mismo y habían sentido-escuchado la voz de Dios que les dijo: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo”. 

      La experiencia de subir a una montaña fue definitiva. Para Abrahán y para los tres apóstoles que subieron con Jesús. Quizá esta Cuaresma sea nuestra oportunidad para subir también a alguna montaña, para buscar algún momento en el que nos podamos alejar del tráfago diario de la vida. Allí encontraremos, ante todo, silencio. El silencio de Dios que terminará por llegar a nuestro corazón. Allí nos daremos cuenta, quizá, de que nuestra vida no va todo lo bien que debería ir. Allí encontraremos las fuerzas para intentar un cambio, porque contamos con la bendición y la gracia y la fuerza de Dios que no nos abandona nunca. Porque, como dice la segunda lectura, “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” 



Para la reflexión

¿Tendremos tiempo en esta Cuaresma para buscar un ratito de silencio todos los días o una vez a la semana? Quizá esa pueda ser nuestra montaña particular en la que nos encontremos con la bendición de Dios y comencemos a escucharle en nuestros caminos.
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