martes, 18 de noviembre de 2014

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA



CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA



¡Oh Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre de los hombres y de las mujeres: Reina y defensora nuestra SANTÍSIMA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA!

Venimos aquí para " CONSAGRARNOS A VOS ANTE ESTE ALTAR Y VUESTRA ESCOGIDA IMAGEN", y ofreceros el homenaje de nuestra vida y de nuestro amor; para felicitarte, como hijos tuyos, por los incomparables privilegios con que Dios te adornó desde el primer instante de tu concepción inmaculada, y para alegrarnos contigo por la gloria sublime de que ahora gozas en el cielo.

Un día feliz, admirada ante la bondad de Dios que acababa de hacerte Madre suya, dijiste aquellas palabras de divina inspiración: <<DESDE AHORA ME LLAMARAN BIENAVENTURADA TODAS LAS GENERACIONES.>>

Nosotros queremos cumplir ahora la parte que nos corresponde en esta profecía triunfal, y proclamamos tus glorias y te bendecimos por ellas con todo el fervor de nuestros corazones enamorados de tu hermosura y santidad.

Bendita seas, Santa María, por tu Concepción Inmaculada y por tu Maternidad Divina; por tu santidad y por tu poder de mediadora universal; por tu piedad y tu misericordia.

Tu nunca te olvidas de que has sido levantada hasta el trono de Dios, no sólo para tu gloria, sino también para nuestra salvación; no te olvides de que Dios te ha llevado al cielo en cuerpo y alma, para que así intercedas mejor por nosotros, pobres pecadores.

Llenos de confianza en tu poder y en tu bondad, y sabiendo que, como Madre buena, oyes los ruegos de tus hijos y de tus hijas, te suplicamos con todo el fervor de nuestro corazón, que no nos dejes de tu mano, porque, si tú nos dejas, nos perderemos para siempre.

¡No nos abandones y danos fortaleza, Santa Madre de Dios!

Para luchar contra las malas inclinaciones de nuestra naturaleza, herida por el pecado.

Para dominar las miradas peligrosas, y para impedir las conversaciones atrevidas.

Para apartarnos de compañías que nos lleven al pecado; para cumplir decididamente nuestros deberes de trabajo y estudio.


Para ser buenos y leales con los que convivimos y amigos, caritativos y atentos con los pobres y los enfermos, constantes y devotos en la recepción de los sacramentos de Confesión y Comunión.

Danos fortaleza para luchar y vencer;

¡Oh celestial vencedora de todas las batallas de Dios!

Y concédenos que los que hoy nos hemos reunido ante Ti para haceros entrega de todo nuestro ser mediante esta consagración, cantar tus alabanzas y pedir tu protección, nos reunamos un día en la gloria del paraíso para ofrecer contigo nuestro amor a tu Hijo y Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.

PÍDELE A LA VIRGEN MARÍA


Pídele a María
Julia E. Gómez Caride de Mouriño



Pídele a María,
piensa en María,
mira a María
dando a luz La Luz.

Ella es Su Madre y la nuestra,
Ella enseña y acompaña,
Ella nos ama y cobija,
Ella le pide a Jesús.
Ella es Su Madre y la puerta,
Ella ilumina el puente,
Ella nos tiende la mano,
Ella nos lleva a Jesús.

Pídele a Maria,
nuestra Mediadora,
piensa en María,
nuestra Auxiliadora,
mira a María,
nuestra Alegría
Ella nos lleva al Santuario,
Su Sagrario.

PIENSO EN LA VIRGEN MARÍA


Pienso en María
Rafael Ángel Marañón


Siempre pienso en María, pues nada hay más hermoso 
Que tenerla por madre y noble valedora,
Y confiar tranquilo a salvo y virtuoso
Disfrutando su amor con gozo a toda hora. 

Todo toma en sus manos brillo resplandeciente,
Todo toma una forma y aspecto acogedor, 
Todo parece fácil si la tengo presente,
Y en su seguro seno me armo de valor.

Siempre presente en mí, con ella también gozo
La dicha que abastece su inagotable fuente, 
Do tengo mi confianza y tengo mi alborozo,
Y en sus manos benditas reposa ya mi mente. 

Como volcán que surge de la profunda tierra,
Así mi amor se crece hacia María amante, 
Pues su calor me lleva al fuego que destierra 
Los miedos de mi alma, a mi Cristo triunfante. 

Ahora en paz serena, con santa reflexión 
Adoro al Dios del Cielo pues Cristo me ha salvado,
Y de María en los brazos, por la divina unción
Reposo en paz y calma, ya libre del pecado.

PEREGRINO CON MARÍA


Peregrino con María 
Rafael Ángel Marañón


Sé que estaré a tu lado de una u otra forma, 
Dejando el fatigoso bregar de peregrino,
Gozando de tu amor sin código ni norma,
Habiendo ya llegado al fin de mi camino. 

Ya he dejado mis huellas en la arena del mundo
Y en el nombre de Cristo y en tu amparo María
Caminé en confianza con talante jocundo,
Sin temer las tormentas bajo tu tierna guía.

He creído seguro a pesar de mi culpa,
Pues siempre notaba que vivía protegido 
Por el amor profundo de María que no inculpa,
Y el poder infinito del Cristo prometido. 

He resistido siempre los ataques del mal 
Con el hijo bendito, el Cristo del Creador,
Dirigiendo mis ojos al agudo puñal, 
Que María sufriera sumisa a su Señor. 

No quiero más casuísticas, ni anhelo otro destino, 
Que en Cristo y en María yo tengo mi poder;
Ande ebrio este mundo su paso mortecino,
Que a nadie más yo quiero amar o pretender. 

MI TIERNA MADRE LA VIRGEN MARÍA


Mi tierna Madre María
Padre Gabriel Medina Magallanes



Al hablar de la Santísima Virgen María, no basta con describir de lejos el misterio como un objeto científico, es necesario vivirlo desde dentro y presentarlo a quien quiera gustarlo, uniendo el sólido fundamento teológico y escriturístico con la unción religiosa y la vibración de una piedad auténtica y cordial.

Ante el Misterio de Mi Tierna Madre María no podemos quedarnos en la pura erudición, erudición que nos deje fuera del Misterio, donde domine la hojarasca verbal y la piedad poco ilustrada que se reviste de una adjetivación dulzona y vana. necesitamos un modelo cercano que nos haga familiares, íntimas y accesibles las virtudes. Por encima de sus preferencias morales, 

Mi Tierna Madre María vivió su existencia en la tripe dimensión de la Fe, la Esperanza y la Caridad. Y lo hizo con la silenciosa naturalidad que es el secreto de la grandeza de los grandes santos. Pasó por las mayores pruebas y los dolores más punzantes irradiando la fortaleza de una creencia inquebrantable, de una esperanza invencible y de un amor incandescente.

Mi tierna Madre María aceptaba de buen grado el Misterio de Dios presente en su vida. El primer dolor y gozo se presenta cuando Ella ha vuelto a Nazaret después de la visita a su prima Santa Isabel. José, el humilde carpintero queda maravillado cuando advierte que su esposa va a ser madre y empieza a sufrir una duda angustiosa. El no acata a entender que se trata de una bendición del Espíritu Santo: ¡Su esposa ha concebido un hijo! El sabe que su esposa es santa... ¡Su esposa es santa, su esposa es humilde, y no le dice que aquel hijo es el Hijo de Dios! María calla dejándolo todo en las manos del Señor! José comprende que allí se realiza un Misterio elevado, y quiere dejar en libertad a su joven esposa, quiere separarse de ella. Pero el Padre del cielo vela por su siervo fiel y le convierte su pena en consuelo, en admiración y gozo. 

El, el carpintero del pueblo, es elegido para esposo de la madre de Dios y padre legal del Salvador del mundo.

Así entendemos que la devoción a Mi Tierna Madre María “no consiste ni en un sentimentalismo estéril y transitorio, ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica, probada, que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial hacia Nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes”. (L. G. no. 67)

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...