Manifestación de la Virgen de Lourdes
Todos los que visitan la capilla del santuario Nuestra Señora de Lourdes, de Alta Gracia (provincia de Córdoba, Argentina), son testigos de un hecho que aún no encuentra explicación. En la hornacina del retablo ubicado sobre el altar se ve una imagen de la Virgen a pesar que el espacio está, sin lugar a dudas, vacío. No es una imagen plana sino con relieve, tridimensional, con pliegues en el vestido. Tampoco es una ilusión psicológica fruto de la devoción exagerada de algunos peregrinos. Todos los que acuden allí la ven –sean creyentes o no– y de hecho la imagen queda registrada en las fotos que se toman. La imagen se ve con claridad desde la puerta de entrada y va desvaneciéndose si uno se va acercando al altar.
¿Cómo se originó el fenómeno?
La capilla de Alta Gracia fue construida y bendecida en 1927 y durante muchos años estuvo en el centro del retablo una estatua de la Virgen de Lourdes. A mediados de 2011 esa estatua fue retirada de su hornacina para ser restaurada, y actualmente se encuentra al pie de la hornacina que quedó vacía.
Uno de los sacerdotes a cargo del santuario iba a cerrar la capilla y desde la puerta principal vio una imagen que parecía de yeso en el lugar donde originalmente había estado colocado. Se acercó varias veces y cada vez que lo hacía comprobaba que la imagen que veía desde cierta distancia se desvanecía. Lo cierto era que efectivamente no había imagen… pero la veía.
Ante el fenómeno, visible para cualquiera, los frailes carmelitas descalzos del santuario Nuestra Señora de Lourdes emitieron un comunicado en el que decían que “la manifestación de la imagen de la Santísima Virgen María no tiene hasta el momento explicación racional”. Agregan: “Debe ser interpretado por el pueblo de Dios como un signo para acrecentar y profundizar la fe cristiana y suscitar en los corazones de los hombres la conversión al amor de Dios y su participación en la vida de la Iglesia”.
El 11 de febrero pasado, fiesta de la Virgen de Lourdes, unas 70 mil personas llegaron en peregrinación a este Santuario. Entre cantos y alabanzas los fieles salieron desde la Plaza de las Américas en Córdoba hasta el Santuario de Alta Gracia recorriendo en caminata los aproximadamente 40 kilómetros de distancia.
“La Virgen de Lourdes promovió tantas curaciones milagrosas que su día genera mucha expectativa acerca de la sanación. Ella está ligada a la salud, tanto corporal como espiritual, por eso es tan multitudinaria su devoción”, explicó el Padre David Cevoli, de la congregación de los Carmelitas Descalzos.
La Misa principal de la celebración del 11 de febrero fue celebrada por el Arzobispo de Córdoba, Mons. Carlos Ñánez, acompañado de su Obispo Auxiliar, Mons. Pedro Torres.
Unos días antes, el 8 de febrero, el Arzobispo dijo en su homilía de la Misa dominical, que la peregrinación a la gruta de la Virgen de Lourdes en Alta Gracia “es un gesto de fe, de confianza, de gratitud por parte de la gente que camina para agradecerle al Señor lo que ha recibido de la mano de la Virgen Santísima”.
“También la peregrinación y la participación en las celebraciones allá en la gruta, es una súplica, una súplica confiada por distintas intenciones pero también teniendo un recuerdo especial por los enfermos, de hecho ese día se celebra en la Iglesia la Jornada Mundial del Enfermo, entonces, es una súplica por los enfermos”.
La capilla de la Virgen de Alta Gracia se encuentra en un amplio predio, en un parque de varias hectáreas, donde en 1916 se inauguró una réplica de la gruta Massabielle, de Lourdes (Francia), donde la Virgen se apareció en 1858 a Santa Bernardita Soubirous.
La idea y realización se debió a dos señoras, Guillermina Achával Rodríguez de Goyena y Delfina Bunge de Gálvez, escritora, esposa del escritor Manuel Gálvez. Desde que se levantó la gruta, el lugar se constituyó en un centro de afluencia de peregrinos. En 1922 se formó una comisión para construir cerca de la gruta una capilla, cuya primera piedra se colocó en 1924 y que el entonces Obispo de Córdoba, Mons. José Anselmo Luque bendijo en 1927.
Este es el lugar donde se ha producido esta especial manifestación de la Santísima Virgen de Lourdes.