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martes, 3 de octubre de 2017

LOS NIÑOS QUE MUEREN, SE CONVIERTEN EN ANGELITOS?


¿Los niños que mueren “se convierten en angelitos”?
Normalmente cuando un niño muere, muchos afirman que se convierte en “un angelito más” en el cielo ¿Es verdad esto?


Por: P. Samuel Bonilla | Fuente: PadreSam.com 




Normalmente cuando un niño muere, muchos afirman que se convierte en “un angelito más” en el cielo, incluyendo muchos predicadores, seguramente sin mala voluntad. Ahora bien, ¿es esto cierto? ¿Sucede así? Veamos…

Por muy buena intención que tengamos, eso no sucede. Los niños que mueren no se convierten en “angelitos”. Esto porque dos motivos:

Los ángeles ya fueron creados desde el inicio. Como lo relata Col 1,16 “porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles…”. Los ángeles son seres espirituales, no corporales, creados desde el inicio del mundo.
No se puede cambiar de naturaleza. Cada uno de nosotros tiene una naturaleza, la humana. Por su parte, la naturaleza de los ángeles es espiritual.
Por lo dicho anteriormente, cuando un niño muere no se convierte en angelito, pues su naturaleza es distinta a la de un ángel. Esto no excluye que sea alguien inocente, sin culpa alguna. Los que afirman eso, seguramente (espero) no lo hacen con mala intención, sino más bien en el sentido de que es alguien que no se ha contaminado del pecado, pero si somos claros en la doctrina, “el convertirse en ángel” no sucede.

martes, 30 de diciembre de 2014

ÁNGELES A TU LADO


Ángeles a tu lado


Ojalá que siempre tengas un ángel a tu lado, resguardándote en todas las cosas que hagas, recordándote que debes continuar creyendo en los días más radiantes, encontrando caminos para tus deseos y sueños para llevarte a hermosos lugares, dándote esperanza, que es tan cierta como el sol brindándote la fuerza de la serenidad como guía... 

Ojalá que siempre tengas amor, comodidad y valentía y ojalá que tengas siempre un ángel a tu lado... alguien que te tome cuando caigas, fortaleciendo tus sueños, inspirando tu felicidad, tomando tu mano y ayudándote a través de todo... 

En nuestros días, nuestras vidas están siempre cambiando, las lágrimas vienen, así como las sonrisas... 

A lo largo de los caminos que recorras ojalá que las millas sean mil veces más amorosas que solitarias, ojalá que ellas te den la clase de regalo navideño que nunca, jamás, acaba: alguien maravilloso para amar y un amigo querido en quien confiar... 

Ojalá tengas arcoiris después de cada tormenta ojalá tengas esperanzas que te mantengan tibio, y ojalá que siempre tengas un ángel a tu lado... 

martes, 4 de noviembre de 2014

MI ÁNGEL DE LA GUARDA


Mi ángel de la guarda
El autor da una sencilla explicación para niños acerca de el ángel de la guarda. 


Por: Mauricio Carmona | Fuente: Desde la fe 



Mi ángel de la guarda 

¿Sabías que a cada uno de nosotros nos acompaña un ángel? Cuando Dios creó todo, quiso también crear millones de ángeles: seres de luz que no tienen cuerpo como nosotros, pero que están siempre delante de Dios para servirlo y hablar con Él.

La palabra “ángel” significa “mensajero”, es decir, el que lleva y trae noticias, ya sea de nosotros a Dios o bien de Dios para nosotros. 

Y como la humanidad es lo que Dios más quiere, Él mismo ha deseado enviar a un ángel delante de nosotros, para que nos proteja en el camino y nos conduzca, tal como lo hizo con san Pedro, el primer Papa de la historia, a quien mandó un ángel para liberarlo de la cárcel estando injustamente preso.

Y así como los ángeles ayudaron a estos y a otros muchos hombres, cada uno de nosotros tiene un ángel al que llamamos “ángel de la guarda”, porque su oficio, su trabajo, es nuestro cuidado y vigilancia.

El ángel de la guarda será siempre tu amigo, no sólo ahora que eres pequeño, sino también cuando seas adulto, y aunque no lo veas, ten la seguridad de que está muy pendiente de lo que haces cada día.

Si necesitas decirle algo a Dios, habla con tu ángel de la guarda para que le lleve tu mensaje. Todos los días, reza al ángel de la guarda y platica con él, porque también él te dirá muchas cosas de parte de Dios, como lo hace esa “vocecita interna” que te dice “esto no está bien” o “mejor haz esto otro”. Esa seguramente es la voz de tu ángel.

Así que al despertar, antes de dormir, o cuando te sientas en peligro y no sepas qué hacer, tú o tus papás, hermanos, abuelitos y amigos, pueden hacer esta oración a su ángel de la guarda.

jueves, 2 de octubre de 2014

NUESTRO ÁNGEL DE LA GUARDA


Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 
Nuestro ángel de la guarda
Necesitamos renovar nuestro trato afectuoso y sencillo con nuestro ángel de la guarda que está a nuestro lado y nos ayuda de mil modos.

 Nuestro ángel de la guarda



Muchos tienen la costumbre de hablar con su ángel de la guarda. Le piden ayuda para resolver un problema familiar, para encontrar un estacionamiento, para no ser engañados en las compras, para dar un consejo acertado a un amigo, para consolar a los abuelos, a los padres o a los hijos.

Otros tienen al ángel de la guarda un poco olvidado. Quizá escucharon, de niños, que existe, que nos cuida, que nos ayuda en las mil aventuras de la vida. Recordarán, tal vez, haber visto el dibujo de un niño que camina, cogido de la mano, junto a un ángel grande y bello. Pero desde hace tiempo tienen al ángel “aparcado”, en el baúl de los recuerdos.

De grandes es normal que hablemos a los niños de su ángel de la guarda. Nos sería de provecho pensar también en nuestro ángel que está a nuestro lado y nos ayuda de mil modos.

Es verdad: Dios es el centro de nuestro amor, y a veces no tenemos mucho tiempo para pensar en los espíritus angélicos. Podemos, sin embargo, ver a nuestro ángel de la guarda no como una “devoción privada” ni como un residuo de la niñez, sino como un regalo del mismo Dios, que ha querido hacernos partícipes, ya en la tierra, de la compañía de una creatura celeste que contempla ese rostro del Padre que tanto anhelamos.

Necesitamos renovar nuestro trato afectuoso y sencillo, como el de los niños que poseen el Reino de los cielos (cf. Mt 19,14), con el propio ángel de la guarda. Para darle las gracias por su ayuda constante, por su protección, por su cariño. Para sentirnos, a través de él, más cerca de Dios. Para recordar que cada uno de nosotros tiene un alma preciosa, magnífica, infinitamente amada, invitada a llegar un día al cielo, al lugar donde el Amor y la Armonía lo son todo para todos. Para pedirle ayuda en un momento de prueba o ante las mil aventuras de la vida.

Necesitamos repetir, o aprender de cero, esa oración que la Iglesia, desde hace siglos, nos ha enseñado para dirigirnos a nuestro ángel de la guarda: 

Ángel del Señor, que eres mi custodio,
puesto que la Providencia soberana me encomendó a ti,
ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este día. 
Amén.

LOS ÁNGELES CUSTODIOS - 2 DE OCTUBRE


Autor: Lucrecia Rego de Planas | Fuente: Catholic.net 
Ángeles Custodios
Cada persona tiene un ángel custodio, 2 de octubre

 Ángeles Custodios
Nuestros Guardaespaldas Celestiales



¿Quiénes son los ángeles custodios?

Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Afirma a este respecto San Jerónimo: “Grande es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia”. 

En el antiguo testamento se puede observar cómo Dios se sirve de sus ángeles para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando Elías fue alimentado por un ángel (1 Reyes 19, 5.)
En el nuevo testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que se ve la misión de los ángeles: el mensaje a José para que huyera a Egipto, la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después de las tentaciones en el desierto.

La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo. Se puede decir que es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y en las malas. No se separa de él ni un solo momento. Está con él mientras trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y cuando no se la pide. No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado. Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.

Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como algo infantil, pero no debía ser así, pues si pensamos que la persona crece y que con este crecimiento se tendrá que enfrentar a una vida con mayores dificultades y tentaciones, el ángel custodio resulta de gran ayuda. 

Para que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un fiel y poderoso aliado nuestro. Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está cerquísima de Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos. Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos y deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios conoce exactamente lo que hay dentro de nuestro corazón. Los ángeles sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.
También se les pueden pedir favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas para que las protejan de determinado peligro o las guíen en una situación difícil.
El culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona con fecha de 1494.

Cuida tu fe

Actualmente se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan este tema; se venden “angelitos” de oro, plata o cuarzo; las personas se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus nombres. Hay que tener cuidado al comprar estos materiales, pues muchas veces dan a los ángeles atribuciones que no le corresponden y los elevan a un lugar de semi-dioses, los convierten en “amuletos” que hacen caer en la idolatría, o crean confusiones entre las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los ángeles.

Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses. No son lo único que nos puede acercar a Dios ni podemos reducir toda la enseñanza de la Iglesia a éstos. No hay que olvidar los mandamientos de Dios, los mandamientos de la Iglesia, los sacramentos, la oración, y otros medios que nos ayudan a vivir cerca de Dios. 
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