sábado, 6 de septiembre de 2014

ACÓGENOS SOLÍCITA VIRGEN MARÍA



Acógenos solícita VIRGEN MARÍA

Madre, acógenos solícita
bajo tu manto
para que nuestro caminar
siempre sea en el cielo;
a quienes acudimos a ti con grandes necesidades,
protégenos del hambre, de la peste y del fuego.

Habla a tu hijo
como cuando él estaba en la tierra
y ayudaba en apuros y penurias;
dile: “No tienen vino ni alimento”,
y él, con certeza,
escuchará nuestra súplica.

Él te escogió
para que seas tú la segunda Eva
y salves lo que la primera perdió:
si por ella fuimos arrastrados a la ruina
de ti nos brota
la fuente de la eterna salvación.

Según los planes de amor
y sabiduría del Padre,
este mundo será siempre un valle de lágrimas,
hasta que amanezca
el sol radiante de la transfiguración
y la tierra refleje la gozosa gloria del cielo.

En dependencia de tu Hijo, se te ha concedido
que puedas devolvernos
la vida de la gracia antes perdida:
que apartes o mitigues las aflicciones de esta tierra,
o las transformes
en caminos para nuestra salvación.

Generosamente despliega hoy
tu corazón de madre;
y como Colaboradora del Señor Jesús,
manifiesta en plenitud
tu poder y tu bondad
allí donde irrumpen violentos poderes infernales.

Como tu Hijo, que durante su vida terrena
saciaba el hambre
y traía consuelo y salud a los enfermos,
así con él pasa ahora entre nosotros
bendiciendo en silencio, para darnos
el inmenso poder de tus manos de madre.

Manifiéstate a todo el mundo como gran Señal,
ante quien desaparezcan la astucia del Demonio
y la miseria terrena;
en ti encuentren los pueblos amparo y auxilio
y te proclamen alegremente
como Medianera de la salvación.

Nuestra necesidad
se ha hecho tan extrema,
que, sin tu socorro, pereceremos;
solo tú puedes preservarnos de sucumbir;
ven y míranos en torno a ti
congregados y suplicantes.

Con tu Hijo, sé nuestra liberación
de la furia del infierno
y de la tormenta del tiempo;
con todas las voces de nuestra gratitud
te alabaremos eternamente
como a la excelsa Madre de los pueblos.

Proclamaremos tu nombre con valentía
y guiaremos a los hombres hasta tu santuario,
para que jubilosos
y llenos de amor
glorifiquen contigo a la Santísima Trinidad
en la tierra y en el cielo. Amén.


P. JOSE KENTENICH
(compuesta el 7 de diciembre de 1944)

LA BENDICIÓN DE MARÍA AUXILIADORA


BENDICIÓN DE MARÍA AUXILIADORA

(con esta bendición, Don Bosco invocó y obtuvo
la protección de la Virgen en incontables ocasiones)

-Nuestro auxilio nos viene del Señor.

-Que hizo el cielo y la tierra.
(rezar un Ave María)

-Bajo tu amparo nos refugiamos,
Santa Madre de Dios,
no desatiendas las súplicas que te dirigimos
en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos de todo peligro,
Virgen gloriosa y bendita.
-María Auxilio de los cristianos.
-Ruega por nosotros.
-Señor, escucha nuestra oración
-Y llegue a ti nuestro clamor.

-Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, con la ayuda
del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma
de María, la Virgen Madre, para ser digna morada
de tu Hijo; al recordarla con alegría, líbranos
por su intercesión de los males presentes y de la muerte eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

-Amén.

-La bendición de Dios Todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.
-Amén.

LA EXPLICACIÓN DEL AVE MARÍA


Autor: P. Antonio Rivero LC | Fuente: Catholic.net 
Explicación del Ave María
Está formada por las palabras del ángel de la anunciación y por las palabras establecidas por San Pío V.

Explicación del Ave María

Se trata de la bellísima salutación del Ave María, repetida centenares de veces por todos los devotos de la Virgen, sobre todo durante el rezo del Santo Rosario.

Y sabemos que esta plegaria tiene dos partes.

La primera parte: 

Eetá formada por las palabras del ángel de la anunciación: “Ave, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc. 1,28) , a los que se han agregado las que pronunció Santa Isabel al recibir la visita de su prima María: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre” (Lc. 1,42) . La Iglesia ha añadido el nombre de “María” al principio y el de “Jesús” al final.
¡Es un himno de sublime alabanza, absolutamente desinteresado, pues no se le pide nada a María!

La segunda parte:

Comenzó a aparecer en la Iglesia en el siglo XIV, pero su uso no se hizo universal hasta que San Pío V, al promulgar el Breviario Romano en 1568, mandó que se rezase:

“Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”
Una alabanza y una súplica sentida y humilde. 

• Ave: ¡Dios té salve! ¡La paz sea contigo! Así saludaba Cristo a los suyos.
Hoy correspondería en lenguaje cristiano a estas expresiones populares y devotas: “Dios le guarde, buenos días nos dé Dios, vaya con Dios, quede con Dios, adiós” Es tener presente a Dios en todo, estar bajo su mirada y providencia.

• María: la más bella música que han podido formar cinco letras (Pemán). Es una palabra dulcísima, la más tierna y entrañable para un cristiano.

María significa: “Señora”, “Belleza”, “Estrella del mar”, con todo lo que significa “Estrella”: guía, amparo, refugio, esperanza, consuelo, socorro. María es Estrella.

Así como la Estrella guía al navegante al puerto, así María nos guía al cielo.
Así como la estrella da aliento y esperanza, así María nos da fuerza.

Así como la estrella en medio de la tempestad consuela, así María nos alegra en nuestras luchas.

La Virgen es nuestra Estrella del mar, que disipa las nubes de los engaños y errores con que nos seduce el demonio.

Por eso, el nombre de “María” debemos tenerlo frecuentemente en los labios y en el corazón.

También María significa “Mar amargo”, por la inmensidad de sus penas en la pasión de Su Hijo, por la ingratitud de los pecadores, por la tristeza de su condenación.


• Llena de gracias: significa abundancia, posesión, permanencia, estado. Llena de gracias en el alma, para obrar de gracia, es decir, de santidad, llena de gracia porque fue habitada por Dios.

• El Señor es contigo: indica la presencia de Dios activa y eficaz para la misión encomendada. Esta presencia llena de gozo y alegría. Dios está con Ella. Está invadida de Dios.

• Bendita tú entre las mujeres: por ser la Madre de Dios, escogida y preferida... por ser madre y virgen, única entre todas las mujeres... por ser concebida sin pecado original... por ser más santa que todas las mujeres santas del mundo. Por eso, sólo a ella le han levantado en toso el mundo altares, templos y ermitas. 

• Y bendito el fruto de tu vientre: es Jesús ese fruto. Es un fruto hermoso, sabroso, suculento, suave. Quien lo come quedará saciado. El fruto que nos ofreció Eva fue un fruto de muerte. María nos ofrece el fruto de la Salvación. La fragancia de este bendito fruto, viene exhalada en la Eucaristía.

• Jesús: palabra que añadió la Iglesia al final de la 1° parte del Ave María Jesús significa la salvación de Jahvé.

• Santa María, Madre de Dios: Así comienza la 2° parte. Santa, Santa porque cumplió fidelisimamente la voluntad de Dios en todo. Ser santos, para eso vinimos a la tierra. Y es Madre de Dios, no madre de un serafín o de un querubín. Madre del Soberano Dios.

• Ruega por nosotros: que estamos desterrados en este valle de lágrimas... que somos pecadores... que estamos tentados.

• Pecadores: somos pecadores, lo contrario que ella. Pecamos con los ojos, por inmodestia; con el oído, por oír conversaciones vanas: con la lengua, por hablar mal; con el paladar, por gula en los manjares; con la fantasía, por imaginaciones peligrosas; con el entendimiento, por pensar mal, con la memoria, por recuerdos nocivos; con el corazón por malos deseos.

• Ahora: en este día, en esta hora en este momento de luz o de oscuridad, de paz o desasosiego, de tentación o de calma. Ahora, cuando camino, cuando me subo al autobús, cuando voy al trabajo, cuando salgo de vacaciones, cuando descanso.

• Y en la hora de nuestra muerte: que no sabemos cómo será, si cuándo será, ni cómo nos sorprenderá. Es ese momentos el demonio nos traerá el recuerdo de nuestros pecados pasados, el rigor de la justicia divina y la memoria del desprecio de tantas gracias. En la hora de nuestra muerte, cuando el dolor de la enfermedad no nos permita acudir a ti, que tengamos a nuestro lado a un sacerdote que nos absuelva, que nos administre el Viático y nos dé la Unción de enfermos y nos recomiende el alma, y así demos el último suspiro pronunciando tu santo nombre y el de tu Hijo Jesús.

Quien reza fervorosamente el avemaría tendrá la gracia de una santa muerte. No olvidemos al acostarnos las tres Avemarías, prenda segura de una buena muerte.
• Amén: así es. Así lo creo 

¡Qué hermosa oración!

María, ruega por nosotros.



OFRECIMIENTO A LA VIRGEN MARÍA


OFRECIMIENTO A LA VIRGEN MARÍA

Oh Señora mía!
Oh Madre mía!
Yo me ofrezco enteramente a ti,
y en prueba de mi filial afecto
te consagro en este día
mis ojos, mis oídos.
mi lengua, mi corazón:
en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo/a tuyo/a.
Oh Madre de bondad,
guárdame y defiéndeme
como pertenencia y posesión tuya.
Amén.

INVITACIÓN AL CUMPLEAÑOS DE LA VIRGEN MARÍA - 8 DE SEPTIEMBRE



Autor: María Susana Ratero | Fuente: Catholic.net 
Invitación al cumpleaños de María Santísima...
Feliz cumpleaños, Madre querida, te abraza tu hija, la que muchas veces te dejó esperando... la que buscaba la paz y la felicidad por otros caminos.




El 8 de Septiembre festejaremos la Fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen. Desde hoy meditemos esta gran celebración.


Los pájaros cantan desde los árboles más altos. Las flores se abalanzan sobre el aire saturándolo de aromas simples. El cielo abraza al mundo en un horizonte no tan lejano. ¿Por qué me parece que la naturaleza es un grito silencioso de esperanzas nuevas?

+ Porque es el cumpleaños de María Santísima- recuerda a mi alma la voz fuerte y serena del Ángel Gabriel.

- ¡Ay! Torpe de mí, que lo he olvidado- y es otro olvido que se suma a tantos... Éstos son los olvidos que van poniendo gris el alma.

+ No desesperes, amiga- Sonríe Gabriel, para que recuerde que la misericordia de Dios me envuelve y protege cuando más la imploro.- No desesperes, pues aún tienes tiempo de llegar a la gran fiesta.

- ¿Fiesta?¿Acaso en la parroquia....?

+ No te hablo de esas fiestas, sino de la que el Espíritu Santo prepara cada año para su fidelísima esposa.

- ¡Ah! Pero, amigo ¿Cómo voy yo a asistir a semejante fiesta? No, no soy digna...

Gabriel queda en silencio. Busca palabras y gestos para llegar a mi corazón.

+ Verás. El cumpleaños de María es, en el Reino Celestial, una muy hermosa fiesta. Todos los ángeles suspiramos de amor por el nacimiento de la Llena de Gracia. Todos los jardines eternos se inundan de canto: ¡Salve, Salve María!. La Santísima Trinidad se dispone a regalarle lo que más desea su corazón de Madre: Una gran mesa rodeada de todos sus hijos, precedida por Jesús... Y cuando digo “todos” significa “todos”.

- O sea que... yo...¿Podría asistir?

+ Claro que sí. Tu Madre te espera. No estaría completa sin ti. No estará completa si falta solo uno de sus hijos.

- Y ¿ Cómo llego?¿Cuál es el camino?.

+ El camino, amiga, parte de tu corazón. Nace de un sincero deseo de acercarse a Ella. Recuerda que puede ver tu corazón y conoce tus intenciones.

- Gracias, amigo. Pediré al Señor aumente mi fe y mi amor y me dé la gracia necesaria para desear estar siempre en la preciosa compañía de mi Madre. Pero aún no comprendo cómo llegaré al banquete, ni cómo he de ir presentada, ni cuáles regalos puedo llevar.

+ Es muy importante tu pregunta, por lo que la responderé por partes. Primero me preguntas dónde. Mira, la mejor de las madres jamás se aparta del mejor de los hijos. ¿Dónde hallas al Hijo?

- Pues.. en la Eucaristía. ¡Claro! Allí es el banquete. ¡La Santa Misa! ¡La tenía tan cerca y no me daba cuenta!. Entonces.. compartiremos los hermanos “el manjar más codiciado, este pan angelical” como dice esa canción que tanto me gusta. Gracias amigo por ayudarme a comprender.

+ También me preguntabas acerca de cómo ir presentada. Es un punto muy importante. ¿Cómo irá tu alma al banquete? Recuerda que el mismo Jesús te espera en el confesionario. Allí serás preparada adecuadamente para tan precioso momento. En cuanto a los presentes que puedes llevar a tu Madre ¿Cuál crees que le agradará más?
Me quedo en silencio. El mejor presente para María bien lo conozco. Pero temo no tenerlo en buenas condiciones.

- Creo, Gabriel, que el mejor regalo para ella es darle mi corazón, mi vida, todo mi ser, para que ella me conduzca a los brazos de su Hijo.

+ Así es... Mas no olvides que tu corazón debe ir acompañado constantemente de la oración, una oración que es un diálogo hermoso con “quien sabes que te ama”, como bien ha conocido Santa Teresa. Así, te acercarás a ella con el alma plena de agradecimiento. Cuánto más sincero sea tu agradecimiento más pronto llegará a su Inmaculado Corazón. Después, ofrécele tu corazón así como está. Con llagas y dolores, con tristezas y preguntas, con la sencilla alegría de tus días. Ella lo tomará gustosa, lo protegerá con sus delicadas manos y, con sus besos purísimos, curará todas sus llagas. 

+ Luego… luego dile cuánto la amas. Díselo por todas las veces que no se lo dijiste. Díselo por todos los que no pudieron decírselo. Díselo también por todos los que no supieron. Ella se alegrará y sentirás su abrazo en las profundidades de tu alma. Más, no te inquietes si pasea su mirada por los bancos vacíos de la Parroquia. Quédate en silencio junto a Ella, para hacerle compañía. Seguro te contará que, en su fiesta soñada, cada hijo estaría en su banco... en el sitio que Ella le ha cuidado amorosamente. 

+ Te dirá que los espera todos los días, que les ve caminar por la vida entre alegrías y tristezas, soledades y compañía, certezas y dudas. María quisiera decirles cuánto les ama, por eso les esperará siempre junto a los bancos vacíos.


El ángel Gabriel y yo nos quedamos en silencio un rato. El corazón nos viaja por el mundo contemplando los sitios que quedan vacíos en tantas misas. No soy juez de nadie, pues ni siquiera puedo recordar los motivos por los que, mi propio sitio, muchísimas veces estuvo vacío. Sé que, en cada lugar vacío hay un dolor, una soledad, una distancia...

Gabriel se va alejando entre las flores y los naranjos del patio de mi casa. Me queda en el alma el recuerdo de este momento. De su invitación al cumpleaños de María.
Tomo papel y lápiz. Transformo en letras los sentimientos que me desbordan el corazón.

Te dejo este relato, María querida, como un regalo más en tu cumpleaños. También lo mandaré a mis amigos, quizás le llegue al del banco vacío, como un simple recordatorio de que hay un lugar en el mundo que tiene su nombre, que no puede ser ocupado más que por él. Un lugar en el que le espera su Madre Celestial para abrazarle, consolarle y amarle, como nadie lo ha hecho jamás.

Feliz cumpleaños, Madre querida, te abraza tu hija, la que muchas veces te dejó esperando... la que buscaba la paz y la felicidad por otros caminos. La que no sabía que tu tenías mil regalos perfumados, esperándola, en silencio, junto a un banco vacío.




NOTA de la autora: "Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a mi imaginación, sin intervención sobrenatural alguna."


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