viernes, 31 de marzo de 2017

VIVIR


VIVIR



Vivir, es vibrar a cada instante, ante la emoción de percibir
la maravilla de la creación que nos rodea.

Vivir, es entender que cada minuto que transcurre no volverá.

Es atraparlo intensamente, porque forma parte del tiempo,
que sabemos ha quedado en el ayer.

Vivir, es saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar en la bondad,
y llevar a su máxima expresión, nuestra capacidad de ser.

Vivir, es gozar los momentos bellos
y desafiarse a sí mismo ante las adversidades.

Vivir, es aprender más cada día, es evolucionar y cambiar
para hacer de nosotros un ser mejor que ayer,
un ser que justifica su existir.

Vivir, es amar intensamente a través de una caricia,
es escuchar en silencio la palabra del ser amado.

Es perdonar sin réplica una ofensa es aspirar la presencia del otro,
es besar con pasión a quien nos ama.

Vivir, es contemplar apaciblemente, la alegría de un niño,
escuchar al adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar.
acompañar con gratitud la ancianidad en su soledad.

Vivir, es comprender al amigo ante la adversidad y aunque
se tenga mil argumentos para contradecirlo o justificarlo,
finalmente sólo escucharlo, es tener la capacidad de
regocijarme ante sus triunfos y su realización.

Vivir, es sentir que nuestro existir no fue en vano
y en la medida en que nos atrevamos a dar lo mejor de nosotros
en cada momento, logremos manifestar 
la grandeza de nuestra alma para amar.

Vivir, es permanecer en paz ante la presencia de Dios,
contemplando en silencio la inmensidad de su Ser.

Vivir, es vibrar y sentir, es amar y gozar,
es observar y superar, es dar y aceptar,
es ser y permanecer, es comprender que nuestro tiempo
es lo único que poseemos para realizar plenamente nuestro ser.

ORACIÓN DEL ACÓLITO



Oración del Acólito


Señor Jesús,
gracias por que te fijaste en mí
y me haz llamado para ser tu servidor
en la liturgia de la Iglesia.


Quiero ser tu amigo,
y entregarme siempre
con alegría y responsabilidad.
Quiero alabarte con mi entrega generosa y fiel.


Enséñame, Señor, a amarte cada día
y a dar testimonio de tu amor.
Ayúdame a ser un buen estudiante,
a ser servicial en la Iglesia,
con mi familiay en todo lugar.


Virgen María,
haz que sea un buen Acólito;
humilde, auténtico y puntual.
Enséñame a rezar
y a parecerme a tu hijo Jesús.


Amén

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 31 DE MARZO


Los cinco minutos de María
Marzo 31



Madre, no permitas que me desoriente en mi camino; no dejes que el cansancio se apodere de mí con exceso, de suerte que me detenga, sin adelantar.

Que tampoco me deslumbre el paisaje del camino y me haga olvidar el término y la meta a donde me dirijo.

Madre, que camine siempre con la vista levantada y clavada en la meta final, que es la posesión de tu Hijo Jesús, sin desviarme a derecha o izquierda, respondiendo siempre a las exigencias del amor de Dios y del amor a los hermanos.

Y que en ese camino te lleve siempre a ti, Madre mía, como la más cálida y tranquilizante compañía.

“Madre, perseveras de manera admirable en el misterio de Jesucristo, porque estás siempre donde quiera están los hombres, tus hermanos, donde quiera está la iglesia” (san Juan Pablo II). Por eso te pedimos que alientes nuestro caminar a lo largo de la vida.



* P. Alfonso Milagro

FELIZ VIERNES!!


jueves, 30 de marzo de 2017

EL MANTO DE SAN JOSÉ


El manto de San José




San José debía ir a las montañas de Hebrón, donde tenía encargada una partida de madera, y lo había ido dilatando día tras día hasta ver si podía reunir todo el dinero; pero fue en vano. Las cosas de los pobres, se hacen sus cuentas y casi nunca les salen como lo pensaron, José no tenía reunido más que la mitad del dinero y el caso es que no podía esperar más tiempo; era necesario servir a los parroquianos y por tanto partir a por la madera.

—Si te parece bien –le dijo la Santísima Virgen María-, lo pediré a los parientes.
—Yo iré -contestó José.
—No, esposo mío -suplicó María-; has de hacer un largo viaje y no te debes cansar -y cubriendo su cabeza según la costumbre, salió de casa. Al regresar le dijo:

—No hay dinero. Lo he pedido en varias casas, y todas se han excusado; indudablemente es que no tienen, porque si hubieran tenido ¿cómo se habrían de negar a darlo? Pero he pensado una cosa, -continuó María, procurando ocultar tras una dulce sonrisa el sentimiento que su corazón sentía- … he pensado que dejes el manto en prenda y con eso el dueño de la madera se dará por satisfecho.
—No has pensado mal -dijo San José, bajando sus ojos, porque su esposa no los viera arrasados en lágrimas.
—Adiós, esposo mío -dijo María al despedirle-. El Dios de Abraham te acompañe y su ángel te dirija.
—Adiós esposa mía; procuraré volver pronto.

Y marchó el santo con la mitad del dinero y el manto nuevo que María le había regalado en el día de su boda.

* * *

—Dios te guarde, Ismael, -dijo el Santo padre de Jesús cortésmente al llegar a la presencia del dueño de los troncos contratados.
—¿Vienes ya por la madera? -fue la contestación al saludo de José-; bien podías haber venido antes; en poco ha estado que te quedes sin ninguna.

Ismael tenía mal genio, era un avaro sin entrañas, en su casa no había visto nunca la paz, su pasión era el dinero y todo esto lo conocía José desde que le estaba tratando, por lo cual podemos presumir la poca confianza y el miedo que había de tener por declarar el estado de su bolsillo. Escogió los maderos, apartándolos a un lado, y cuando ya iba a partir para Nazaret, llegado el momento supremo, llamó aparte a Ismael, y le habló de esta manera:

—¡Dispénsame que no traigo más que la mitad del dinero!; tú sabes que siempre te he pagado al contado. Espérame y ten paciencia y te pagaré hasta el último cuadrante; quédate con esta capa en prenda.

Ismael quiso que se llevara la mitad de los troncos, protestó y volvió a protestar, de tal manera, que estuvo a punto de desbaratarse el contrato, pero al cabo cedió aunque no de muy buen grado, quedándose con el manto de boda de San José.

El avaro Ismael tenía enfermos los ojos hacía tiempo con úlceras, y a pesar de invertir en médicos y medicinas no había logrado la salud; casi había perdido la esperanza de sanar; por lo cual se llenó de sorpresa a la mañana siguiente cuando se encontró que sus ojos estaban sanos como si nunca hubiese padecido.

—¿Qué es esto? -se decía-. ¡Ayer enfermos con úlceras incurables, según opinión de los médicos, y hoy sanos sin medicina alguna!

No dio Ismael con la causa y al llegar a su casa contó a su esposa el prodigio. Eva, que así se llamaba ésta, era un verdadero basilisco, tenía un genio de fiera, y desde que se había casado con Ismael jamás había tenido paz, ni dicha, ni tranquilidad, ni gusto en el matrimonio; pero aquella noche estaba hecha una cordera. ¡Qué dulzura en sus palabras! ¡Qué mansedumbre! ¡Qué alegría en su rostro antes sombrío y arrugado por la ira: "¿Qué es esto? ¿Qué variación es esta? ¿Quién habrá traído este cambio?" se preguntaba a sí mismo el esposo.

—Toma este manto y guárdalo por ahí -le dijo a Eva-. Es de José, el carpintero de Nazaret, y ha de venir a llevárselo; este manto debe ser el que ha traído la paz y la tranquilidad de esta casa -dijo casi pensarlo el esposo-. Desde que lo puse sobre mis hombros para traerlo, siento en mí tal mudanza, tales afectos y tales deseos, que no puede ser otra la causa. Oyeron entonces ruido en el establo y, cortando la conversación, se tiró del lecho Ismael y acudió a ver lo que era.

Una vaca, la mejor, la más gruesa, se retorcía en el suelo presa de un dolor horrible. ¡Pobre animal! A pesar de los remedios que ambos esposos le prodigaron no se mejoraba; al contrario, parecía que iba a expirar. Se acordó Ismael del Manto de José y comunicó a Eva su pensamiento; nada perdían. Pero si la vaca sanaba, sabrían que el Manto era la causa de su dicha y del bienestar que disfrutaban.

Fue nada más ponerle la capa y el animal se levantó del suelo donde antes se retorcía por la fuerza del dolor. La vaca se puso a comer como si nada hubiese pasado.

—¿Lo ves? -dijo Ismael-, este manto es un tesoro. Desde que él está en nuestra compañía, somos felices. Conservemos esta prenda de los cielos; no nos desprendamos de ella ni aunque nos dieran todo el oro del mundo.
—¿Ni al mismo dueño se la devolveremos?-dijo Eva inquieta.
—Ni al mismo dueño -contestó resueltamente Ismael.
—Entonces -dijo Eva- le compraremos otra mejor que ésta, en el mercado de Jerusalén, y si te parece bien iremos los dos a llevársela.
—Sí -contestó el marido-. Yo le perdono la deuda y además estoy dispuesto a darle de aquí en adelante toda la madera que necesite.
—¿No has dicho que tiene un hijo llamado Jesús? -preguntó Eva-. Le llevaré de regalo un par de corderos blancos y un par de palomas como la nieve, y a María aceite y miel. ¿Te parece bien, esposo mío?
—Todo me parece bien –contestó-. Mañana iremos a Jerusalén y desde allí a Nazaret.

Cuando estaban los camellos preparados para el viaje, llegó jadeante el hermano menor de Ismael, diciendo que la casa de su padre estaba ardiendo y había que llevar el Manto del Carpintero, con el fin de apagar el incendio. No había tiempo que perder. Los dos hermanos corrieron precipitadamente a la casa del padre y al llegar, cortaron un pedazo del milagroso manto y lo arrojaron al fuego. No hubo necesidad de derramar una sola gota de agua; aquello fue bastante para atajar el incendio y apagarlo. Las gentes se admiraron al ver el prodigio y bendijeron al Señor.

—Qué fue -preguntó Eva al verlos llegar- ¿se ha apagado el fuego?
—Sí -contestó el esposo lleno de satisfacción-; un pedazo del manto ha bastado para realizar el milagro.

Días después se bajaron de sus camellos a la puerta del Carpintero de Nazaret. Ismael, el antiguo usurero y Eva su esposa, venían llenos de humildad a postrarse a los pies de José y María y a hacerles varios regalos. Al verlos San José y la Santísima Virgen María creyeron que vendrían reclamando la deuda y se llenaron de tristeza porque aún no tenían el dinero reunido. Pero el entrar en la casa donde José, María y el Niño Jesús estaban, se pusieron ambos de rodillas, y tomando la palabra Ismael, dijo:

—Venimos mi esposa y yo a darte las gracias por los inmensos bienes que hemos recibido del cielo desde que me dejaste el manto en prenda; y no nos levantaremos de aquí sin obtener tu consentimiento de quedarnos con él para que siga protegiendo mi casa, mi matrimonio, mis intereses y mis hijos.
—Levantaos -dijo José, tendiéndoles las manos para ayudarles.
—iOh, santo Profeta! -respondió Ismael en un arrobo espiritual-; permite hablar a tu siervo de rodillas y escucha estas palabras: Yo estaba enfermo de los ojos y por medio de tu manto se han curado; era usurero, altivo, rencoroso y hombre sin entrañas y me he convertido a Dios; mi esposa estaba dominada por la ira y ahora es un ángel de paz; me debían grandes cantidades y las he cobrado todas sin costarme trabajo alguno; estaba enferma la mejor de mis vacas y ha sanado de repente; se incendió, en fin, la casa de mi padre y se apagó el fuego instantáneamente al arrojar en medio de las llamas un pedazo de tu manto
—¡Loado sea Dios por todo! -dijo bajando los ojos el santo Carpintero-. Levantaos, que no está bien que estéis de rodillas delante de un hombre tan miserable como yo.
—Aún no he terminado -respondió Ismael-. Tú no eres un hombre como los demás, sino un Santo, un Profeta, un ángel en la tierra. Te traigo un manto nuevo, de los mejores que se tejen en Sidón; a María tu esposa, le traemos aceite y miel, y a Jesús, tu hijo, le regala mi esposa un par de corderos blancos y un par de palomas más blancas que la nieve del Líbano. Aceptad estos pobres obsequios, disponed de mi casa, de mis ganados de mis bosques, de mis riquezas, de todo lo que poseemos, y... ¡no me pidáis vuestro manto!

— Quedaos con él, ¡en buena hora! -dijo el Santo Carpintero-; y gracias, muchas gracias por vuestros ofrecimientos y regalos.

Y mientras se levantaban del suelo y acercaban los presentes, les dijo María:

—Sabed, buenos esposos, que Dios ha determinado bendecir todas aquellas familias que se pongan bajo el Manto protector de mi santo esposo. No os extrañen pues los prodigios obrados; otros mayores veréis; amad a José, servidle, guardad el Manto, divididlo entre vuestros hijos, y sea ésta la mejor herencia que les dejéis en el mundo.

…Y es sabido que los esposos guardaron fielmente los consejos de la Santísima Virgen María y fueron siempre felices, lo mismo que sus hijos y los hijos de sus hijos.


SOLO DESDE EL AMOR EN LA FAMILIA SE PUEDE REGENERAR EL MUNDO


Solo desde el amor en la familia se puede regenerar el mundo, afirma el Papa
Por Álvaro de Juana
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



 (ACI).- El Papa Francisco ha escrito que “solamente partiendo del amor la familia puede manifestar, difundir y regenerar el amor de Dios en el mundo. Sin amor no se puede vivir como hijos de Dios, como cónyuges, padres y hermanos”.

Estas palabras del Pontífice se encuentran en la carta de preparación al Encuentro Mundial de las Familias que tendrá lugar del 21 al 26 de agosto de 2018 en Dublín (Irlanda) y al que está previsto la asistencia del Papa Francisco.


El encuentro se celebrará bajo el tema “El Evangelio de la Familia: alegría para el mundo” y está organizado por el nuevo Dicasterio de Laicos, Familia y Vida que preside el Cardenal Kevin Farrel.

En la carta, el Pontífice quiere “ofrecer algunas indicaciones precisas” para que también las familias “profundicen en su reflexión” sobre la Exhortación postsinodal Amoris Laetitia.

“Nos podríamos preguntar: ¿El Evangelio sigue siendo alegría para el mundo? Y también: ¿La familia sigue siendo una buena noticia para el mundo de hoy?” escribe Francisco.


“El amor de Dios es su ‘sí’ a toda la creación y al corazón de la misma, que es el hombre. Es el ‘sí’ de Dios a la unión entre el hombre y la mujer, abierta a la vida y al servicio de ella en todas sus fases; es el ‘sí’ y el compromiso de Dios con una humanidad a menudo herida, maltratada y dominada por la falta de amor”.

En la carta, también pregunta a las familias si “viven partiendo del amor, por el amor y en el amor” puesto que esto significa “darse, perdonarse, no perder la paciencia, anticiparse al otro, respetarse”.

Tres palabras

Como ya ha hecho en varias ocasiones, el Papa destaca la importancia de 3 palabras: “permiso”, “gracias”, “lo siento” e invita a utilizarlas en la familia.

“Sueño con una Iglesia en salida, no autorreferente, una Iglesia que no pase lejos de las heridas del hombre, una Iglesia misericordiosa que anuncie el corazón de la revelación de Dios Amor que es la Misericordia”, asegura.

Francisco se muestra convencido de que “las familias cristianas sean lugares de misericordia y testigos de misericordia” y desea que lo sean todavía más traes este encuentro en Dublín.

En la conferencia de prensa de presentación de la Carta en el Vaticano, el Cardenal Farrrel deseó que el evento pueda “incidir visiblemente en la intensa comunión de todo el pueblo de Dios y de todas las familias cristianas en torno al Papa”.

Además, solicita “el protagonismo activo de todas las comunidades eclesiales y de los responsables pastorales a varios niveles para que cada experiencia venga recogida y y hecha circular, través a través de los medios de comunicación”.

En la presentación también intervino el Arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, quien se preguntó “¿Qué es lo que inspira al Papa Francisco en su deseo de renovación?”. En su opinión, “existe el peligro de que cada persona busque su propia idea que no es realmente la de visión de renovación auténtica del Papa”.

Por otro lado, afirmó que “la familia está llamada a ser el lugar en el que los esposos se amen no de un modo vagamente romántico, sino dentro de la realidad y las dificultades diarias”. “Vivir el amor en familia implica que sus miembros sepan cómo donarse con generosidad, sepan perdonar, sepan no perder nunca la paciencia, pero sobre todo sepan tender la mano y comprender al otro respetándose”.

PONEN PRIMERA PIEDRA DE NUEVO TEMPLO EN MÉXICO DEDICADO A SAN JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO


San José Sánchez del Río: Ponen primera piedra de nuevo templo dedicado a él en México
Crédito: Arquidiócesis Durango




 (ACI).- El martes 28 de marzo fue colocada la primera piedra del nuevo templo dedicado a San José Sánchez del Río que será construido en la ciudad de Durango en México.

La ceremonia fue organizada por la Arquidiócesis de Durango en la Colonia Niños Héroes con motivo del 104 aniversario de nacimiento del Santo niño cristero y mártir de la persecución religiosa que sufrió México en la década de 1920.



“De nuevo bienvenido a tu casa Joselito, toma posesión de ella y quédate en espíritu en este lugar que ya te pertenece y que desde hoy te ofrecemos como morada permanente entre nosotros”, expresó el P. Juan Carlos Quiroga, párroco de la iglesia del Espíritu Santo y encargado de oficiar la ceremonia.

Si bien aún no se cuenta con fechas exactas para la construcción del templo, el presbítero aseguró que el pueblo tiene “mucha fe y confianza” porque Dios les ha prometido “caminar con ellos y no abandonarlos”.

“Este proyecto de poder contar con un templo más dentro de la arquidiócesis, nace de la necesidad de poder evangelizar a más personas que no tienen a la cercanía una iglesia a dónde acudir, ya que la parroquia en sí, es un poco lejana, sobre todo para las personas que viven en la periferia de esta colonia”, agregó el presbítero.

Finalmente, el P. Quiroga afirmó que la feligresía “cree y confía en Joselito” para que con su ayuda se logre la construcción del templo “que es para gloria de Dios, y pronto será una realidad”.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 30 DE MARZO


Los cinco minutos de María
Marzo 30


Santa María de los colores, de esos colores en los que se despliega la gracia, porque la gracia es vida, es color y dinamismo, es resplandor, alegría y claridad.

Santa María de los colores y de las flores, de la aurora y del plumaje de las aves, de la limpieza del alma y de la blancura de la pureza. Santa María del dorado amor… ¡Qué distinto vivir la vida en blanco y negro, en la monotonía de un pasar sin ilusión, o vivirla llena de colores, de brillos y claridades, de ilusiones e ideales, de amor!

Madre, ayúdanos a confirmar en la fe a nuestros hermanos.



* P. Alfonso Milagro

FELIZ JUEVES!!


miércoles, 29 de marzo de 2017

EVITAR UN CORAZÓN DURO


Evitar un corazón duro



1)  Para saber
En la Misa del pasado jueves, el Papa Francisco advirtió del peligro de dar la espalda a la Palabra de Dios: “Se puede perder el sentido de la fidelidad y convertirse en católicos paganos, en católicos ateos”.

Explicó diciendo que “cuando no nos paramos a escuchar la voz del Señor terminamos por alejarnos de Él, le damos la espalda. Y si no escuchamos la voz del Señor, escuchamos otras voces…”.
En el mundo hay voces seductoras que quieren distraernos de lo principal, de nuestros deberes y nos invitan a vivir de modo superficial. Por ejemplo, es el caso de estar entretenidos en los celulares, video juegos, televisión que, sin ser malos de suyo, pueden hacer que les demos más importancia que a los demás: sea cónyuge, madre, hijo, hermano… Nos separan de nuestro deber y, por tanto, de la voluntad de Dios: nos impiden amar. En vez de ser entretenidos se convierten en entrete-ni-Dios.

2) Para pensar
Se cuenta que estaban reunidos fray Gil, fray Simón, fray Rufino y fray Junípero. Hablaban de cómo evitar ser seducidos por las voces de las tentaciones. Fray Gil preguntó: “¿Cómo hacen para vencer las tentaciones de impureza?”

Fray Simón respondió: “Yo considero la vileza y torpeza del pecado, y así la veo como una grande abominación”.

A su vez, fray Rufino dijo: “Yo me echo tendido por tierra y estoy en oración para implorar la clemencia de Dios y de la Madre de Jesucristo”.

Fray Junípero por su parte añadió: “Cuando yo oigo venir el ruido de la sugestión diabólica, acudo inmediatamente a cerrar la puerta de mi corazón, y pongo dentro, para seguridad de la fortaleza, la tropa de muchos santos pensamientos y deseos, y cuando llega la sugestión carnal y llama a la puerta, respondo yo desde dentro: «Alejaos, que la casa está ya tomada y no cabe en ella más gente»; y así nunca dejo entrar el pensamiento impuro”.

Entonces fray Gil dijo: “Contigo estoy, fray Junípero; el enemigo carnal no se puede combatir de mejor manera que huyendo; porque tiene dentro al traidor apetito, y acomete además de fuera por los sentidos corporales, con tanta fuerza que es preciso huir para poder vencer. Pues el que quiera combatir se fatigará en la batalla y pocas veces conseguirá victoria. La solución es huir del vicio y así nos hará vencedores”.

3) Para vivir
Si reflexionamos, tal vez nos demos cuenta que tenemos cerrados los oídos y estamos sordos a la voz de Dios. Seríamos católicos, pero lejos de amar verdaderamente a Dios y, por ello, católicos ateos que escuchan solo la voz de los ídolos: Si se trata de diversiones, siempre hay tiempo, pero si de Dios se trata, entonces no hay tiempo.

El Papa nos invita a no dejar que el corazón se vuelve más duro, más cerrado e incapaz de recibir nada divino. San Josemaría Escrivá nos aconseja en Camino: «No tengas la cobardía de ser “valiente”: ¡Huye!» (n. 132).

Esta Cuaresma redescubramos al Señor. Una forma es leer la Sagrada Escritura sintiéndonos interpelados por el Señor. Otra forma es acudir a los Sacramentos. El Papa nos ofrece unas preguntas para conocernos: “¿Mi corazón se ha endurecido? ¿Me he alejado del Señor? ¿He perdido la fidelidad al Señor y vivo con los ídolos que me ofrece mundanidad de cada día?”


Pbro. José Martínez Colín

CUARESMA: UN ALTO EN EL CAMINO


Cuaresma: Un alto en el camino 



Cuaresma. Tiempo de  peregrinación hacia la Pascua. Nos vamos acercando a la celebración de la Luz, de la Alegría, del Amor, de la Vida Nueva, de la Resurrección. Avanzamos llenos de esperanza vislumbrando el final del camino.

Y justamente, a mitad del trayecto, nos detuvimos a celebrar la Fiesta de la Anunciación, la Encarnación, a reflexionar acerca del “sí” de la Virgen, del inmenso valor de su consentimiento libre a la voluntad de Dios, ese momento maravilloso en que María se convierte en la Puerta de Salvación para todos los seres humanos, al aceptar el  pedido del Altísimo de ser la Madre de Jesús, por obra del Espíritu Santo, antes de que estuviera casada con José. Se manifiesta esclava del Señor, a pesar de las dificultades que esto podía acarrearle.

También en nuestro itinerario hacia la Pascua, celebramos la Fiesta de San José, varón noble, justo, valiente, elegido por Dios para darle el nombre, brindarle protección, cuidados, educación a su hijo. Para amar a la Virgen y al Niño.  ¡Qué inmenso es el valor de la familia! Tan maravilloso que Dios mismo quiso en Jesús, nacer y crecer en una familia, hacerse niño, aprender de un padre y una madre humanos todo lo que un niño necesita aprender para ser solidario, compasivo, feliz.

El mismo día que festejamos la Anunciación del Arcángel Gabriel a la Virgen María, celebramos La Vida del Niño por Nacer. Esta fecha nos lleva a reflexionar sobre un hecho terrible: la inmensa cantidad de criaturas que son asesinadas en el vientre materno por quienes la concibieron y por profesionales, que juraron defender, curar, proteger la vida, una situación que resulta incomprensible, teniendo en cuenta el milagro que significa la concepción de un niño, la gestación asombrosa de un ser humano. ¡Cada uno de estos pequeñitos constituye un sueño de Dios, al que no se le permite realizarse! ¡Duele el alma al pensarlo!

Podemos imaginar a Jesús hoy, caminando, curando, enseñando, cansado de tanto andar, pero feliz de dar a conocer el Amor Misericordioso del Padre. Podemos contemplarlo en aquel momento (Marcos 10, 13-16), en que los Apóstoles apartan a quienes traen sus niños para que reciban la bendición del Señor de la Vida, para que no lo molesten. ¡Se indigna con quienes actuaron de esta manera, con quienes apartaron a los niños de su lado! Él los abraza, los bendice y les habla a los Apóstoles, de manera tal que entiendan que jamás deberán hacer semejante cosa si desean tener parte en el Reino de los Cielos. Les explica que para entrar en la Casa del Padre, hay que tener corazón de niño y recibirlo con la alegría y la inocencia de un niño. Hoy, como ayer, Jesús continúa estrechando a cada niño entre sus brazos, bendiciéndolo. Hoy, como ayer, Nuestra Madre Celestial, con su testimonio de entrega, con su ternura maternal, le recuerda a la humanidad a cada instante, la importancia de defender el derecho a la vida, como el mayor de los tesoros.

¿Por qué resulta tan difícil entender que sólo si le permitimos al Señor y a su Madre Santísima entrar en nuestros corazones lograremos vivir en paz, construir un mundo diferente, desterrar la violencia? ¿Por qué se le permite al demonio usar sus mentiras, sus engaños, su fuerza inteligentemente diabólica, para destruir lo más bello de la creación, la familia, convenciendo a tantas personas que el aborto  es defensa de la libertad, de los derechos humanos, especialmente de la mujer? ¿Por qué esa ceguera que impide ver la luz?

Como dicen los últimos versos de una conocida canción: “Comprendí que al hombre/ nada le alcanza/ cuando se pierde ese niño/ que se lleva en el alma”.

Que la Sagrada Familia de Nazaret interceda para que no perdamos o recuperemos el corazón de niño que trajimos al mundo. Y que el mundo, enemigo del alma, tanto ayer como hoy, se esfuerza por desvalorizarlo.



© Ana María Casal

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 29 DE MARZO


Los cinco minutos de María
Marzo 29




María oraba y meditaba el mensaje de salvación de Dios a su pueblo. El ángel en Nazaret la encontró en total disponibilidad para hacer la voluntad de Dios.

La palabra de Dios nos habla, nos cuestiona, nos exige, nos ubica, nos alienta; es preciso leerla con frecuencia, meditarla con detención, vivirla con fidelidad.

En la oración nosotros hablamos a Dios; en la lectura de la Biblia, Dios nos habla a nosotros; si lo primero es importante, lo segundo es necesario; lo que nosotros podamos decirle a Dios, Él ya lo conoce; lo que Dios nos tiene que decir, siempre es nuevo para nosotros.

“Madre, en aquellas tan sencillas palabras  -He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra-  has encontrado todo el programa de tu vida” (san Juan Pablo II). Te pedimos que nos ayudes a ser fieles a nuestro proyecto de vida.


* P. Alfonso Milagro

BUENOS DÍAS!!


martes, 28 de marzo de 2017

LA MONEDA


La moneda



Un anciano viendo cercana su muerte, habló así a sus tres hijos: —No puedo dividir en tres lo que poseo. Es tan poco que perjudicaría a todos. He dejado encima de la mesa una moneda para cada uno de ustedes. Tómenla. El que compre con esa moneda algo con lo que llenar la casa, se quedará con toda la herencia. Se fueron. 

El primer hijo compró paja, pero sólo consiguió llenar la casa hasta la mitad. 

El segundo compró sacos de plumas, pero no consiguió llenar la casa mucho más que el anterior. 

El tercer hijo -que consiguió la herencia- sólo compró una pequeña vela. Esperó hasta la noche, encendió la vela y llenó la casa de luz.

El Señor te ha regalado la luz de la fe para que la irradies a tu alrededor, con el ejemplo y la palabra. Cada uno tiene posibilidades distintas, pero no menos importantes, aunque parezcan limitadas. Dios ha dispuesto que las almas vayan iluminando otras almas, como si fueran antorchas. Él espera que “hagas brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ti”.

LOS SIETE DOLORES DE LA VIRGEN MARÍA


Los Siete Dolores de la Virgen María
El teólogo Pablo Cervera nos explica que la Virgen vivió todo dolor humano en intensidad y plenitud incomparables


Por: n/a | Fuente: Religión en Libertad 




El tiempo cuaresmal, tanto más cuanto más se acerca la Semana Santa, nos prepara para considerar los dolores de la Pasión de Cristo. Que incluyen los de su Madre. Sobre ellos y la devoción a los Siete Dolores acaba de presentarse una obra bellísimamente ilustrada que ha traducido el sacerdote y teólogo Pablo Cervera, quien explicó a Cari Filii News la importancia de esta devoción:

Los Siete Dolores de la Virgen María, del padre dominico Romanus Cessario, O.P., director de la edición en lengua inglesa.

Se trata de una obra de 92 páginas bellísimamente ilustrada con cuadros de Giotto di Bondone (1267-1337) y de su discípulo Pietro Lorenzetti (1280-1348), que presentan ricas meditaciones sobre uno de los más insondables misterios de la Redención: el dolor de la Madre de Dios, la mujer que vivió la felicidadincomensurable de llevar dentro de sí a Cristo y convivir con él física y espiritualmente durante toda Su vida terrena.

Sobre ello nos ilustra el sacerdote y teólogo Pablo Cervera, director de la edición española de Magnificat y traductor de Los Siete Dolores de la Virgen María.

-¿Cuál es el origen la devoción de los Siete Dolores?
-En realidad, se puede decir que el origen está en los mismos evangelios, como no podía ser de otra manera, ya sea porque cada Dolor de la Virgen se encuentra recogido en ellos, ya porque San Juan, al pie de la cruz, es el primer «devoto» de la Virgen dolorosa. De hecho, la Madre dolorosa es encomendada por Cristo a su cuidado y San Juan «la acogió como algo propio» (Jn 19,27). Puntualicemos que la palabra «devoción», hoy denostada como si fuera algo accidental, arbitrario o incluso trasnochado, en latín tiene un rico contenido semántico de entrega, dedicación, consagración…

-¿Cómo llegó hasta nuestros días?
-Fue en el siglo XIII cuando realmente floreció, se «sistematizó» y se extendió. Los siete santos fundadores servitas, devotos de nuestra Señora, recibieron de la Virgen el Viernes Santo de 1239, el deseo de que fundaran una Orden que practicara y difundiera esta Devoción.

-¿En qué consiste? 
-Esta forma de devoción mariana hace que el cristiano se asocie y viva con María los momentos que ella pasó de dolor en su existencia. Nada de lo humano le es ajeno a la Virgen, tampoco el dolor.

Los Siete Dolores de Nuestra Señora son:

La profecía del anciano Simeón (le anuncia que una espada le traspasará el alma: Lc 2, 34-35)
La huida a Egipto (María tuvo que emigrar por la amenaza de Herodes: Mt 2,13)
El Niño Jesús perdido (María vive un «infierno» con la pérdida de su hijo adolescente que se había quedado en el Templo entre los doctores: Lc 2,48; cf. Cant 3,3)
El encuentro de María con Jesús en el camino al Calvario (María no dejó a su Hijo en el momento del dolor y aunque la escena no es referida en los evangelios no hay duda de que ella estuvo a su lado camino del Calvario, ya que estuvo al pie de la cruz).
La Crucifixión y muerte de Jesús (María esta al pie de la Cruz con el discípulo amado y otras mujeres: Jn 19, 25)
La lanzada que traspasó el Corazón de Jesús y su descendimiento de la cruz (Maríacontempló la lanzada del soldado sobre el cuerpo de Cristo: Jn 19,34)
La sepultura de Jesús (a petición de José de Arimatea, Pilato concedió que Cristo fuera sepultado en una tumba nueva y María tuvo que estar allí en las tareas de embalsamamiento y sepultura: Jn 19,38).
 -Esta devoción ¿tiene asociada alguna indulgencia?
-La Iglesia siempre ha concedido indulgencias a esta práctica, a lo largo de los siglos, y también hoy al rezo del Rosario de los Siete Dolores de la Virgen se le concede indulgencia parcial.

-¿Tiene una significación cuaresmal propia?
-En la medida en que la Cuaresma nos prepara a la Pasión podemos responder afirmativamente. Aunque el centro es Cristo, María está asociada a la pasión de Cristo y, en ese sentido, María vive la Cuaresma, que no es sólo conversión del pecado (ella no lo tiene), sino sobre todo adhesión y seguimiento de Cristo redentor en la Cruz. Los dolores de María (especialmente los vinculados a la Pasión) nos ayudan a unirnos más a Cristo.

-¿Tiene el número 7, también en este caso, una significación?
-Efectivamente, el número 7 es expresión de plenitud en la Biblia y adecuar los dolores de María a este número implica que ella vivió todo dolor humano y en una intensidad y plenitud incomparables.

-¿Hay una vinculación entre los dolores de la Virgen y la corredención, o ésta está vinculada exclusivamente al “fiat” de la Anunciación?
-En absoluto. El «fiat» fue el inicio por el que María es asociada al misterio de su Hijo. La fidelidad de su «sí», comenzado en la Anunciación, llega a su culmen en la Pasión. Por eso María es llamada en el Concilio Vaticano II «socia del Redentor», asociada. No se habló de corredención porque teológicamente es un tema discutido. María no está, evidentemente, a la misma altura de Cristo en el misterio redentor (co-redentora podría dar pie a entender que sí lo está) aunque haya sido asociada por Dios a él como alguien esencial.

-Contemplando estos dolores surge una pregunta: ¿fue feliz la Virgen María?
-María disfrutó de un gozo pleno por su maternidad divina que no excluye el dolor, al que también fue asociada. El malentendido para el mundo de hoy es que confunde felicidad con placer, que son cosas distintas. Hay felicidad también cuando se sufre. Esto no quiere decir que el cristianismo sea un masoquismo. La felicidad está en la entrega, la felicidad es «el resultado de dar lo mejor de uno mismo», como decía Viktor Frankl: resultado, no fabricación ni compra… La felicidad de María radicó en su total adhesión y cercanía a su Hijo, Dios y hombre verdadero.

-¿Puede presentarnos al autor de este libro?
-El padre Romanus Cessario, O.P. es un dominico norteamericano, teólogo y profesor de teología sistemática en el Seminario Saint John de Boston. Además es miembro de la Pontificia Academia de Santo Tomás. Es subdirector del mensual Magnificat en lengua inglesa para los Estados Unidos (hay otra edición británica), y presidente de la Fundación Magnificat en Estados Unidos.

-¿Qué valor especial aportan los frescos de Giotto y Lorenzetti escogidos para embellecer esta obra?
-Giotto y Lorenzetti representan una revolución pictórica en Italia al introducir las figuras etéreas del arte bizantino en ambientes de ciudades, tierra y aire, etc. La Capilla Scrovegni (Padua) conserva un ciclo de frescos de Giotto que es considerado como una de las cumbres del arte occidental. Son varias bandas con recuadros sucesivos que relatan diversos ciclos bíblicos. En cuanto a Lorenzetti, discípulo de Giottto, realizó su obra maestra entre 1326-1329 decorando la iglesia inferior de la Basílica de San Francisco de Asís. Las figuras en estas escenas muestran interacciones emocionales geométricas frente a muchas escenografías anteriores que parecían aglomeraciones independientes.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 28 DE MARZO


Los cinco minutos de María
Marzo 28




Nada hay más agradable para una madre que hablarle de su hijo y nada podemos ofrecer a la Santísima Virgen que más le agrade que hablar de su Hijo Jesús, darlo a conocer a todos los hombres, predicar y proclamar su Evangelio, transmitir su mensaje de salvación.

No digas que amas a la Virgen si no das a conocer a Jesucristo, si tus palabras pocas veces lo mencionan, si nunca está en tus conversaciones; no digas que amas a la Virgen si no amas a Jesús, pues conoces muy bien que, si vamos a María, es para llegar a Jesús.

Si amas a Jesús, habla de María; si amas a María, habla de Jesús; que el hombre no separe lo que Dios ha unido.
Madre, refuerza nuestro entusiasmo misionero para que anunciemos a tu Hijo en todos los ambientes que frecuentamos.



* P. Alfonso Milagro

BUENOS DÍAS!!


lunes, 27 de marzo de 2017

CENTENARIO DE APARICIONES NO ESTARÍA COMPLETO SIN CANONIZACIÓN DE PASTORCITOS


Centenario de apariciones no estaría completo sin canonización de pastorcitos, dice Obispo
 Fotos: Facebook Santuario de Fátima





LISBOA, 26 Mar. 17 / 03:52 pm (ACI).- El Obispo de Leiria-Fátima, Mons. António Marto, expresó que el Centenario de las Apariciones de la Virgen en Portugal no estaría completo sin el anuncio de la canonización de los beatos Francisco y Jacinta Marta, dos de los tres videntes de Fátima.

“Consideraría que el centenario no estaría completo sin la canonización. Tenía esa esperanza. Estamos a tiempo de que sea 13 de mayo, pero todo depende y es de exclusiva competencia del Papa”, expresó el Prelado en una conferencia de prensa realizada en la sede del episcopal de la diócesis.

Mons. Marto también habló sobre la noticia de que el Papa Francisco aprobó este 23 de marzo el decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión de ambos hermanos, que junto con Sor Lucía fueron testigos de las apariciones de la Virgen María en Cova de Iría en el año 1917.

El Obispo de Leiria-Fátima dijo que acogió con “enorme satisfacción la noticia de la aprobación del milagro”.

Reconoció que el anuncio no fue una sorpresa porque “tenía una esperanza confiable”. Sin embargo, afirmó que “debo confesar que me sorprendí por la fecha, no esperaba que fuera tan pronto”.

“Después de esto falta una etapa, la decisiva, que corresponde al Santo Padre: escoger la fecha y local de la canonización”.

Por ello, indicó que se debe esperar al consistorio que será el 20 de abril para conocer esa información.

En la conferencia de prensa también estuvo presente la postuladora de la causa de canonización de Francisco y Jacinta Marto, la hermano Ángela Coelho. La religiosa también es la vice postuladora de la causa de beatificación de Sor Lucía.  

Coelho destacó que “los pastorcitos, fallecidos con 10 años serán los santos más jóvenes en la historia de la Iglesia, con la particularidad de que no se trata de niños mártires”.

El milagro en reserva

La postuladora indicó respecto al milagro atribuido a la intercesión de los beatos que se trata de la curación de un niño de Brasil. Esta comenzó a ser estudiada en el año 2013, pero “no está permitido revelar más detalles sobre el caso” debido a que se trata de un niño y de la necesidad de proteger su identidad.

La hermana Ángela también habló sobre la rapidez con la que se desarrolló el proceso de aprobación teológica tras la validación médica del milagro. “La argumentación teológica estaba preparada previamente y toda la documentación inmediatamente para Roma”, señaló.

Aclaró que todavía no se espera un anuncio relativo al proceso de beatificación de Sor Lucía. “Es una causa distinta”, explicó.

Traducido y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en ACI Digital.

VENEZUELA RECIBIRÁ VISITA DE IMAGEN PEREGRINA DE LA VIRGEN DE FÁTIMA


Venezuela recibirá visita de imagen peregrina de la Virgen de Fátima
Por María Ximena Rondón
Foto:Facebook Santuario de Fátima




CARACAS, 26 Mar. 17 / 07:38 pm (ACI).- Una de las réplicas de la imagen original de la Virgen de Fátima será llevada a fines de abril desde el santuario de Portugal a Venezuela, y durante seis meses recorrerá este país sudamericano que sufre una profunda crisis política, económica y social.

El envío de la imagen fue una respuesta a la solicitud que hizo la Diócesis de Maracay, en el estado de Aragua, al Santuario en Portugal para celebrar los 100 años de las apariciones en Cova de Iría.

El P. Luis Martínez, sacerdote de la Diócesis de Maracay, contó al periódico Correio da Venezuela que durante el tiempo que estudió en Roma, aprovechó para viajar al Santuario de Fátima. Allí se enteró de cómo era el procedimiento para solicitar una de las imágenes peregrinas.

“Le planteé la idea a Mons. Rafael Conde, Obispo de Maracay, quien junto a otros sacerdotes del estado de Aragua me apoyaron en la iniciativa. El Obispo redactó una carta de solicitud y la mandó al Santuario, donde sólo quedaba disponible una de las imágenes peregrinas. Al día siguiente nos enviaron la feliz noticia de que la solicitud había sido aprobada”, expresó el P. Martínez.

La imagen llegará el 21 de abril a las 3:00 p.m al Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar, ubicado en el estado Vargas.

En la ciudad de La Guaira se celebrará una Misa de bienvenida en el Centro Luso Venezolano de Catia La Mar. Después la imagen será trasladada a la ciudad de Maracay.

La peregrinación de la imagen de la Virgen de Fátima comenzará el 30 de abril. Ese día a las 5:00 p.m. se celebrará una Eucaristía por el inicio de peregrinación en el Seminario María Madre de la Iglesia. Se espera que asistan el Cardenal Baltazar Porras, Arzobispo de Mérida, y otros miembros de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).

Según informó la CEV en un comunicado a través de su página de Facebook, la Diócesis de Maracay, que es responsable de coordinar la visita de la imagen, ha solicitado al templo de Guanare el préstamo del papamóvil que utilizó San Juan Pablo II en su visita a Venezuela en 1996. Se prevé que la imagen de la Virgen de Fátima recorra el país en ese vehículo.

Aparte de su recorrido por el estado de Aragua, la imagen visitará otras 20 ciudades de 13 estados de Venezuela: Bejuma, Naguanagua, San Diego, Valencia, Tocuyito, Guacara y Puerto Cabello, Estado Carabobo; Los Teques y Guatire, Estado Miranda; La Guaira, Estado Vargas; Caracas, Distrito Capital; Puerto La Cruz, Estado Anzoátegui; Puerto Ordaz, Estado Bolívar; Margarita, Estado Nueva Esparta; Barquisimeto, Estado Lara; Guanare, Estado Portuguesa; Cabimas y Maracaibo, Estado Zulia; Coro, Estado Falcón; San Juan de Los Morros, Calabozo y Valle de La Pascua, Estado Guárico; y otras.

La peregrinación de la réplica de la imagen original de la Virgen de Fátima terminará el 31 de octubre.

EL CORAZÓN DE MARÍA: AFLIGIDO POR LOS SUFRIMIENTOS DEL CORAZÓN DE JESÚS


El Corazón De María: 
Afligido Por Los Sufrimientos Del Corazón De Jesús
El Corazón Admirable de la Madre de Dios, Libro XII, Capítulo 5


Por: San Juan Eudes | Fuente: Unidad de Espiritualidad Eudista 




Los dolores que el Corazón adorable de nuestro Salvador soportó al ver a su santísima Madre sumergida en un mar de tribulaciones en el tiempo de su Pasión, son inexplicables e inconcebibles.Una vez que la bienaventurada Virgen fue Madre de nuestro Redentor, soportó incesantemente uncombate de amor en su Corazón. Porque conociendo que era la voluntad de Dios que su amado Hijosufriera y muriera por la salvación de las almas, el amor muy ardiente que tenía para con esta divinavoluntad y para con las almas la ponía en una entera sumisión a las órdenes de Dios; y el amorinconcebible de Madre a su queridísimo Hijo, le causaba dolores indecibles a vista de los tormentosque había de sufrir para rescatar el mundo.

Llegado el día de su Pasión, creen los Santos, que a juzgar por el amor y obediencia con quesiempre se conducía con su santísima Madre y conforme a la bondad que tiene de consolar a sus amigasen las aflicciones, antes de dar comienzo a sus sufrimientos, se despidió de esta Madre queridísima. Afin de hacerlo por obediencia tanto a la voluntad de su Padre como a la de su Madre, que era la misma, pidió licencia a ella para ejecutar la orden de su Padre. Le dijo que era voluntad de su Padre que leacompañase al pie de la cruz y envolviese su cuerpo, cuando muriera, en un lienzo para ponerle en elsepulcro; le dio orden de lo que tenía qué hacer y dónde había de estar hasta su Resurrección.

Es igualmente creíble que le dio a conocer lo que Él iba a sufrir para prepararla y disponerlaa que le acompañara espiritual y corporalmente en sus sufrimientos. Y como los dolores interiores deambos eran indecibles, no se los declararon con palabra: sus ojos y sus corazones se comprendían ycomunicaban recíprocamente. Pero el perfectísimo amor reciproco y la entera conformidad quetenían a la voluntad divina, no permitían que hubiese imperfección alguna en sus sentimientosnaturales. Siendo el Salvador el Hijo único de María, sentía mucho sus dolores, pero como era suDios, la fortificaba en la mayor desolación que jamás ha habido, la consolaba con divinas palabras queella escuchaba y conservaba cuidadosamente en su Corazón, con nuevas gracias que continuamentederramaba en su alma, a fin de que pudiese soportar y vencer los violentísimos dolores que le estabanpreparados. Eran tan grandes estos dolores, que, si le hubiera sido posible y conveniente sufrir enlugar de su Hijo, le hubiera sido más soportable que el verlo padecer y le hubiera sido más dulce darsu vida por El, que verle soportar suplicios tan atroces. Pero, no habiendo dispuesto Dios de otramanera, ofreció ella su Corazón y dio a Jesús su Cuerpo, a fin de que cada uno sufriese lo que Dios había ordenado. María había de sufrir todos los tormentos de su Hijo en la parte más sensible que es suCorazón y Jesús había de soportar en su Cuerpo sufrimientos inexplicables y en su Corazón los de susanta Madre que eran inconcebibles.

Se despidió el Salvador de su santísima Madre y fue a sumergirse en el océano inmenso de susdolores; y su desolada Madre en continua oración, lo acompañó interiormente, de suerte que en este triste día comenzaron para ella las plegarias, las lágrimas, las agonías interiores y, conperfectísima sumisión a la divina voluntad, repetía con su Hijo, en el fondo de su Corazón: «Padre, no se haga mi voluntad, sino la tuya.»[1]

La noche en que los judíos prendieron a nuestro Redentor en el Huerto de los Olivos, lecondujeron atado a casa de Anás y luego a la de Caifás, donde se hartaron de burlarse y ultrajarle demil maneras. Hasta el amanecer quedó Jesús en aquella prisión, después de que todos se hubieron ido acasa. También San Juan Evangelista marchó de allí sea por orden de Nuestro Señor, sea por divina inspiración y fue a dar cuenta a la Santísima Virgen de lo ocurrido. Dios mío, ¡qué lamentos, tristezas y dolores se cruzaronentre la Madre de Jesús y el discípulo amado, mientras éste contaba y ella escuchaba losacontecimientos! En verdad, los sentimientos y angustias de ambos fueron tales, que cuanto se diga esnada en comparación de la realidad. Más decían con el corazón que con los labios, más con sus lágrimasque con discursos, en especial la bendita Virgen, puesto que su grandísima modestia, impidiéndolepalabra alguna desconcertada, hacía sufrir su Corazón lo que nadie puede imaginar.

A llegar el tiempo de buscar y acompañar a su Hijo en los tormentos, sale de su casa al apuntarel día, silenciosa como el Cordero divino, muda como oveja; va regando el camino con sus lágrimas y de su Corazón se elevan al cielo ardientes suspiros. Acompáñenla en adelante susdevotos en sus dolores, caminando por la vía del dolor.

En medio de ultrajes e ignominias los judíos conducen al Salvador a casa de Pilato y deHerodes, pero a causa de la multitud y del alboroto del pueblo, su Madre no logra verlo hasta que esmostrado a la muchedumbre flagelado y coronado de espinas. Entonces es cuando su Corazón sufrió dolores inmensos y «sus ojos derramaron torrentes de lágrimas»[2] al oír las voces del populacho,el tumulto de la ciudad, las injurias que los judíos vomitaban contra su Hijo, las afrentas que lehacían, las blasfemias que proferían contra Él. Más como había puesto todo su amor en Él, aunque supresencia fuese lo que más la debía afligir, era no obstante, lo que deseaba por encima de todo: el amortiene estos extremos, soporta menos la ausencia del amado que el dolor, por grande que sea, que supresencia le hace sufrir.

Entre tales amarguras e inimaginables angustias, esta santa Oveja suspira por la vista del divino Cordero. Al fin le vio todo desgarrado por los azotes, su cabeza atravesada porcrueles espinas, su adorable rostro amoratado, hinchado, cubierto de sangre y de salivazos, con unacuerda al cuello, las manos atadas, un cetro de caña en la mano y vestido con túnica de burla. Sabe Él que allí está su Madre dolorosa; conoce ella que su divina Majestad ve los sentimientos de su Corazóntraspasado por dolores no menores a los soportados por Él en su Cuerpo. Oye los falsos testimonios contra Él y cómo es pospuesto a Barrabás, ladrón y homicida. Oye miles de voces clamar llenas de furor[3].

Escucha la cruel e injusta sentencia de muerte contra elAutor de la vida. Ve la cruz en la que se le va a crucificar y cómo marcha hacia el Calvario cargándolasobre sus espaldas. Siguiendo las huellas de su Jesús, lava con lágrimas el camino ensangrentado porsu Hijo. También soportaba en su Corazón cruz tan dolorosa como la que llevaba Él sobre sushombros.

En el Calvario las santas mujeres se esfuerzan por consolarla. A imitación de su dulceCordero, enmudece y sufre inconcebibles dolores: oye los martillazos que los verdugos descargansobre los clavos con los cuales sujetan a su Hijo en la cruz. Al ver al que amaba infinitamente más que a sí misma, pendiente de la cruz entre tantos y tan crueles dolores, sin poder prestarle el menoralivio, cae en brazos de los que la acompañan. Era tanta su debilidad después de velar toda la noche, haber llorado tanto y sin tomar alimento alguno que pudiera sostenerla. Entonces, se le secaron las lágrimas, perdió el color, estremecida de dolor, no tiene más reactivo que las lágrimas de suscompañeros, hasta que su Hijo le da de nuevo fuerzas para que le acompañe hasta la muerte[4].

De nuevo bañada por ríos de lágrimas, sufre martirios de dolores a la vista de su Hijo y suDios pendiente de la cruz. Sin embargo, en su alma, hace ante Dios oficio de medianera por lospecadores, coopera con el Redentor a su salvación y ofrece por ellos al Eterno Padre, su sangre,sufrimientos y muerte, con deseo ardentísimo de su eterna felicidad. El indecible amor que tiene a suquerido Hijo, le hace temer verle expirar y morir, pero a la vez le llena de dolor el que sustormentos duren tanto que sólo con la muerte van a terminar. Desea que el Eterno Padre mitigue elrigor de sus tormentos, pero quiere conformarse enteramente a todas sus órdenes. Y así, el amordivino hace nacer en su Corazón contrarios deseos y sentimientos, que le hacen sufrir inexplicablesdolores.

La bendita Oveja y el divino Cordero, se miran y entienden y comunican sus dolores solamente comprendidos por estos dos Corazones de Hijo y Madre, que, amándose mutuamente en perfección,sufren a una estos crueles tormentos. Y siendo el mutuo amor la medida de sus dolores, los que losconsideran están tan lejos de poder comprenderlos cuanto de entender el amor de tal Hijo a tal Madrey recíprocamente.

Los dolores de la Santísima Virgen aumentan y se renuevan continuamente con los ultrajes ytormentos que los judíos ocasionan a su Hijo.

Qué dolor, al oírle decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»[5]¡Qué dolor al ver que le dan hiel y vinagre en su ardiente sed!Sobre todo, ¡qué dolor al verle morir en un patíbulo entre dos malhechores! ¡Qué dolor al ver traspasarsu Corazón con una lanza! ¡Qué dolor, cuando le recibe en susbrazos! ¡Con qué dolor se retira a su casa aesperar su resurrección! ¡De cuán buena gana hubiera sufrido esta divina Virgen todos los doloresde su Hijo, antes que vérselos sufrir a Él!

Efecto de la perfecta caridad, al obrar en los corazones de quienes se esfuerzan por imitar a sudivino Padre y a su bondadosísima, Madre, es hacerles soportar con gusto sus propias aflicciones ysentir vivamente las de los demás, de suerte que les es más fácil soportarlas ellos mismos que verlaspadecer por los demás.

Es lo que el Salvador hizo durante su vida terrena y especialmente en su Pasión. En efecto,sabiendo que Judas le había vendido, demostró mayor sentimiento por su condenación: «mejor le hubiera sido no haber nacido, si había de condenarse» que por los tormentos que por su traición teníaque sufrir.

De igual manera, a las mujeres que lloraban en pos de Él camino del Calvario, les hizo ver cuánto más sensibles le eran las tribulaciones de ellas y las de la ciudad de Jerusalén, que lo queestaba padeciendo con la cruz a cuestas. «Hijas de Jerusalén, les dice, no lloren por mí, lloren más bien ustedes y por sus hijos; porque tiempo vendrá en que se diga: dichosas las que son estériles y dichosos los senos que no han dado a luz y los pechos que no han alimentado».

Clavado en la cruz, olvidándose de sus propios tormentos, hace ver que las necesidades de lospecadores le son más sensibles que sus dolores, al decir a su Padre que les perdone. Es que el amor asus criaturas le hace sentir más los males de ellas que los propios.

De aquí que uno de los mayores tormentos de nuestro Salvador en la cruz, más sensible que losdolores corporales, es ver a su Madre sumergida en un mar de sufrimientos. A la que amaba más que atodas las criaturas juntas: la mejor de todas las madres, compañera, fidelísima de sus correrías ytrabajos y la que, inocentísima como era, no merecía sufrir en absoluto lo que padecía, por faltaalguna que hubiese cometido. Madre tan amante de su Hijo como no han sido ni serán jamás loscorazones todos de los Ángeles y Santos, sufre tormentos sin igual. ¡Qué aflicción para tal Madrever a tal Hijo tan injustamente atormentado y abismado en un océano de dolores, sin poderlo aliviar lomás mínimo!

Ciertamente, tan grande y tan pesada es esta cruz, que no hay inteligencia capaz decomprenderla. Cruz que estaba reservada a la gracia, al amor y virtudes heroicas de la Madre de Dios.

De nada le valía ser inocentísima y Madre de Dios para librarse de tan terrible tormento. Alcontrario, deseando su Hijo asemejarla a Él, quiso que el amor causa primera y principal de sussufrimientos y de su muerte que como a su Madre le tenía, y el que ella le profesaba como a su Hijo,fuese la causa del martirio de su Corazón al fin de su vida, como había sido al principio el origen desus gozos y satisfacciones.

Desde la cruz vela el Hijo de Dios las angustias y desolaciones del sagrado Corazón de susantísima Madre, oía sus suspiros y veía las lágrimas y el abandono en que estaba y en el que había dequedar después de su muerte: todo esto era un nuevo tormento y martirio para el divino Corazón deJesús. No faltaba, pues, nada de cuanto podía afligir y crucificar los amabilísimos corazones del Hijoy de la Madre.

Piensan algunos que la causa por la que el Salvador no quiso darle este nombre cuando hablódesde la cruz a su dolorosa Madre fue precisamente el no querer afligirla; y desolarla más. Solo ledice palabras que le muestran que no la había olvidado y que, cumpliendo la voluntad de su Padre, lasocorría en su abandono dándole por hijo al discípulo amado[6]. En consecuencia, San Juan quedóobligado al servicio de la Reina del Cielo, la honró como a Madre suya y la sirvió como a su Señora,juzgando el servicio que le hacía como el mayor favor que podía recibir en este mundo de suamabilísimo Maestro.

Todos los pecadores tienen parte en esta gracia de San Juan: a todos los representa al pie de lacruz y nuestro Salvador a todos los mira en su persona, a todos y cada uno dice: He aquí a tu Madre[7]: te doy mi Madre por Madre tuya y te doy a ella para que seas tu hijo. ¡Precioso don! ¡Tesoro inestimable! ¡Gracia incomparable! ¡Cuán obligados estamos a la bondadinefable de nuestro Salvador! ¡Qué acciones de gracias debemos tributarle! Nos ha dado su divinoPadre porPadre nuestro y su santísima Madre por Madre nuestra, a fin de que no tengamos más que un Padre y una misma Madre con Él. No somos dignos de ser esclavos de esta gran Reina y nos hace hijos suyos.

¡Qué respeto y sumisión debemos tener a tal Madre, qué celo e interés por su servicio y quécuidado en imitar sus santas virtudes, a fin de que haya alguna semejanza entre la Madre y los hijos!

Esta bondadosísima Madre recibió gran consuelo al oír la voz de su querido Hijo: en la última hora,una palabra cualquiera de los hijos y verdaderos amigos conforta y es singular consuelo. Como los Sagrados Corazones de tal Hijo y de tal Madre se entendían tan bien entre sí, la bendita Virgen aceptógustosa a San Juan por hijo suyo y en él a todos los pecadores, sabiendo que tal era la voluntad de suJesús.

En efecto, muriendo Jesús por los pecadores y sabiendo que sus culpas eran la causa de sumuerte, quiso, en la última hora, quitarles toda desconfianza que pudieran tener al ver los grandestormentos, fruto de sus pecados, y por esto les dio lo que más estimaba y lo que más poder tenía sobre Él, a saber, su santísima Madre, a fin de que, por su protección y mediación, confiáramos ser acogidosy bien recibidos por su divina Majestad. No cabe dudar del amor inconcebible de esta bondadosa Madrea los pecadores, ya que, en el alumbramiento espiritual junto a la cruz, sufrió increíbles dolores losque no tuvo en el alumbramiento virginal de su Hijo y Dios.

De aquí se ve claramente que los dolores de la Madre y los tormentos del Hijo terminaron engracias y bendiciones e inmensos favores a los pecadores. ¡Qué obligados estamos, pues, a honrar, amar y alabar los amabilísimos Corazones de Jesús y María; a emplear toda nuestra vida ymás si tuviéramos, en servirles y glorificarles; a esforzarnos por imprimir en nuestros corazonesuna imagen perfecta de sus eminentísimas virtudes! Es imposible agradarles andando por caminosdiferentes a los suyos.

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[1] Lc 22, 42.

[2]«Deduc quasi torrentem lacrymas» (Thren, 2, 18).

[3]« ¡Tolle, tolle, crucifige, crucifige!» (Jn 19, 15).

[4] El hecho de que habla aquí san Juan Eudes, lo refieren varios autores, pero los teólogos más autorizados lo rechazan, porque lo encuentran en oposición con el perfecto dominio sobre todos los movimientos de la sensibilidad que unánimemente reconocen en María y con el papel de cuasi-sacerdote que tuvo que desempeñar durante la pasión de su divino Hijo. Cfr. Terrien, La Mère des hommes I, p. 200, nota 5.

[5]Mt 27, 46.

[6]«Mulier, ecce filius tuus» (Lc 19, 26.27).

[7]«Ecce Mater tua»

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