domingo, 2 de mayo de 2021

IMÁGENES DE MAYO, MES DE MARÍA

 














MARÍA ... ¿QUIÉN ERES?



 María … ¿Quién eres?

María era humilde y pura; que era decidida y valiente para enfrentar la vida; que era capaz de callar cuando no entendía y de reflexionar y meditar; que se preocupaba de los demás y que era servicial y caritativa; que tenía fortaleza moral; que era franca


Por: P. Paulo Dierckx y P. Miguel Jordá | Fuente: Para dar razón de nuestra Esperanza, sepa defender su Fe


¿Quién es María?

María nació en Nazaret, Galilea, 15 ó 20 años antes del nacimiento de Cristo. Sus padres, según la tradición, fueron Joaquín y Ana. María era judía. Fue educada en la lectura de los libros santos y en la obediencia a la ley de Dios. Hizo voto de virginidad. Se desposó con José estando ambos de acuerdo en permanecer vírgenes por amor a Dios. Un ángel del Señor se le apareció y le comunicó que el Espíritu Santo descendería sobre ella, y que de ella nacería el Hijo de Dios (Lc. 1, 35). María aceptó tan maravilloso destino con estas palabras: «Hágase en mí según tu Palabra», y en aquel instante Jesús fue concebido en su seno. El nacimiento del Niño fue en Belén de Judea y fue acompañado de diversas circunstancias, que refieren los Evangelios de Mateo y de Lucas.


¿Qué se sabe acerca de María después del nacimiento de Jesús?

Al cabo de algún tiempo, vemos a María, a José y al Niño instalados en Nazaret. Allí hay un solo episodio notorio: la pérdida y hallazgo del Niño, a los 12 años, en Jerusalén. Fue el tiempo que llamamos de la «vida oculta» de Jesús, su vida de hogar, de familia, de trabajo. Jesús empieza su vida «pública», su vida apostólica y misionera, hacia los 30 años. María lo acompaña, a veces de cerca, a veces más lejos. El Evangelio nos la muestra en Cana asistiendo a un matrimonio, y al pie de la cruz en que Jesús está muriendo. También en varias otras oportunidades. El libro de los Hechos la menciona en el Cenáculo junto a los apóstoles, después de la Resurrección del Señor. La Tradición sugiere que murió en Efeso -en el Asia Menor- en casa de Juan el Evangelista.


¿Cómo era María?

Del Evangelio se desprende que María era humilde y pura; que era decidida y valiente para enfrentar la vida; que era capaz de callar cuando no entendía y de reflexionar y meditar; que se preocupaba de los demás y que era servicial y caritativa; que tenía fortaleza moral; que era franca y sincera; que era leal y fiel. María es, como mujer, un modelo para las mujeres. Es también para los hombres el tipo ideal de mujer.


¿En qué consiste principalmente la grandeza de María?

En ser madre de Dios. Algunos han dicho que María es madre de Jesús «en cuanto hombre», pero no de Jesús «en cuanto Dios». Esta distinción es artificial y, de hecho, nunca la hacemos. Una madre es madre de su hijo tal cual es o llega a ser. No decimos que la madre de un presidente, por ejemplo, ha sido la madre de él como niño pero no como presidente o que nuestra mamá sea madre de nuestro cuerpo solamente, pero no de nuestra alma que es infundida por Dios. Nunca hacemos esta distinción; decimos simplemente que es nuestra madre. María es Madre de Jesús. Jesús es Dios. Luego, podemos decir que María es Madre de Dios y en eso consiste fundamentalmente su grandeza.


¿Tiene María alguna relación especial con la Santísima Trinidad?

Sin duda. Es la hija predilecta del Padre. Se lo dice el ángel el día de la Anunciación: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc. 1, 28). Tiene también con el Espíritu Santo una relación que se ha comparado a la de la esposa con el esposo. Lo dice el ángel: «El Espíritu Santo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño que nacerá de ti será llamado Santo e Hijo de Dios» (Lc. 1, 35). «No temas María porque has encontrado gracia delante de Dios» (Lc. 1, 30).


¿Qué dice la Biblia?

Vamos por parte: Es cierto que esos privilegios no están contenidos «explícitamente» en la Biblia. La Biblia, por ejemplo, no habla de la Inmaculada Concepción ni de la Asunción. Pero están contenidos implícitamente en la Biblia. Por ejemplo, en una semilla de rosal no está la rosa. No se ve la rosa, pero ahí está en germen y poco a poco con la savia que viene de la tierra húmeda y con el calor del sol brotará el rosal y en él florecerá la rosa.

Así también todo lo que la Iglesia enseña de María ha brotado de la semilla del Evangelio, al calor del Espíritu Santo, que sigue iluminando al Pueblo de Dios y lo lleva a descubrir de a poco toda la riqueza que El mismo ha colocado, como en un germen, en la Escritura inspirada por El.

Todo lo que la Iglesia enseña acerca de María es coherente con la imagen de María que nos formamos al leer el Evangelio, con humildad y con espíritu de fe.


¿Qué dicen los evangelios acerca de las hermanas y hermanos de Jesús?

El idioma que usaba Jesús y sus discípulos no tiene muchas palabras para distinguir los distintos grados de parentesco. Para todo se usaba la palabra «hermano» y así lo vemos en Génesis 13, 8 y en Mt. 13, 55. Las palabras originales que traducimos en castellano por «hermanos» y «hermanas» significan no sólo los hermanos carnales sino también los primos y otros parientes cercanos. La Virgen María no tuvo otros hijos. Jesús es el «único hijo» de María. Esto se muestra claramente por el hecho de que al morir, Jesús entregó su madre a Juan (Jn. 19, 27).


San Pablo dice que Jesucristo es el único Redentor y ¿por qué dice la Iglesia católica que María es corredentora?

Así es. Jesús es el único Redentor, pero San Pablo enseña también que nosotros colaboramos a la redención uniendo nuestros sufrimientos a los de Cristo. «Me alegro por lo que sufro por ustedes, porque de esta manera voy completando en mi propio cuerpo lo que falta a los sufrimientos de Cristo por la Iglesia, que es su cuerpo» (Col. 1, 24). María sufrió durante la pasión de su Hijo como nadie jamás ha sufrido, porque tenía, más que nadie, horror al pecado, porque amaba a su Hijo más que nadie; porque amaba a los hombres por quienes su Hijo sufría y moría. Por eso ha participado tan íntimamente en la redención. No es ella la redentora; hay un solo Redentor, Jesucristo. Pero se la puede llamar corredentora con toda propiedad explicando bien el alcance de este término.

Algunos dicen que los católicos adoran a María como si fuera Dios, o creen en María más que en Dios ¿es cierto esto?

Adorar a María sería una idolatría, un pecado contra el primer mandamiento de la Ley de Dios. «Sólo a Dios adorarás» (Lc. 4, 8). Jamás la Iglesia ha enseñado cosa semejante. María es una mujer, una creatura, la más santa de todas las creaturas, pero solamente una creatura.

A María la queremos, la veneramos, conversamos con ella en la oración, le damos culto no de adoración que está reservado sólo a Dios, sino un culto de veneración como se lo damos a los santos que, como ella, son seres humanos, simples creaturas; y le pedimos que nos haga conocer, amar y seguir a Jesús como ella lo conoció, lo amó y lo siguió.


¿No será que el culto a María distrae del culto a Cristo?

No distrae de él, sino que conduce a él. María presintió el culto que le sería dado a lo largo de los siglos, cuando exclamó: «Desde ahora me proclamarán bienaventurada todas las generaciones» (Lc. 1, 42). Ya Isabel, su prima, se lo había anunciado: «Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre» (Lc. 1, 48). Los millares de iglesias dedicadas a María, las multitudes de personas que acuden a sus santuarios, los millones de Avemarías que se rezan diariamente en el mundo, han confirmado ese presentimiento y ese anuncio. El que conoce a María la ama, y se esfuerza por darla a conocer y por conocer y amar a Cristo. Se alimenta de su Palabra. Se integra en la vida de la Iglesia, cumple los mandamientos y participa de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía.


¿Cuál será la relación de María con Cristo?

María es madre. Es también discípula, su más perfecta discípula, su primera y fidelísima seguidora y su inseparable colaboradora. María es un reflejo de la santidad de su Hijo Jesús. Se la ha comparado a la luna que nos ilumina de noche con una luz más suave que la del día y que no es sino un reflejo de la luz deslumbrante del sol.


 ¿Cuál es la relación de María con la Iglesia?

Siendo madre «de Cristo» y, siendo nosotros por adopción, hermanos de Cristo, María es también Madre «nuestra». Así lo dijo también expresamente Cristo en la cruz cuando le dijo a Juan: «He ahí a tu madre» (Jn. 19, 27). María, siendo discípula y seguidora de Cristo, es nuestro modelo, la que va delante en nuestra peregrinación hacia Cristo, la que nos muestra el camino y nos anima a seguirlo: modelo de fe, de esperanza y de amor. Estando María ahora en el cielo, intercediendo por nosotros, nos encomendamos a ella para que nos ayude a vivir aquí en la tierra como cristianos y alcanzar nuestro destino final que es el cielo.


Los títulos de la Virgen

¿Por qué hablan algunos de la Virgen «del Carmen» y otros de la Virgen «de la Tirana» o de «Lourdes»? ¿Por qué hay tantas imágenes y advocaciones distintas de la Virgen? ¿Son acaso muchas las Vírgenes?

La Virgen María es una sola. La que conocemos en el Evangelio, con la fe de la Iglesia, es María de Nazaret, la Madre de Jesús. Los diversos nombres y las distintas imágenes aluden a las circunstancias o misterios de su vida. La Mater Dolorosa al pie de la cruz es una mujer madura, traspasada de dolor. La Virgen del Tránsito o de la Asunción es una mujer transfigurada, entrando en la gloria.

Otros nombres se refieren a los distintos lugares en que se celebra su culto: Virgen de Lourdes, de Guadalupe... Pero la Santísima Virgen es una sola. Los miles de artistas que han querido pintarla y esculpirla se la han imaginado cada cual a su manera, buscando, sin embargo, su inspiración en el Evangelio y en la fe de la Iglesia.


¿Qué se debe entender por apariciones de la Virgen?

La Santísima Virgen puede, si quiere, intervenir desde el cielo en asuntos humanos por amor a los hombres. Puede «aparecerse» a tal o cual persona, habitualmente a niños o personas humildes, y entregarles un mensaje para que los hombres se conviertan y vuelvan a Dios.


¿Cree la Iglesia, así no más, a cualquiera que dice que se le apareció la Virgen?

La Iglesia tiene mucha prudencia y sabiduría y es muy lenta en reconocer una aparición. Primero estudia, averigua y comprueba, a fin de no inducir a nadie a engaño. Y hechas las averiguaciones y después de varios años se pronuncia y reconoce con su autoridad si la aparición es real o ficticia. En algún caso la Iglesia se ha convencido de la autenticidad de una aparición por la santidad de vida del vidente, por la pureza del mensaje entregado o por los hechos ocurridos en el lugar de la aparición: curaciones, conversiones, etc. Esto es lo que ocurrió en Lourdes, Francia, en 1858 y en Fátima, Portugal, en el año 1917. En otros casos la Iglesia ha rechazado las supuestas apariciones o simplemente no se pronuncia esperando que el tiempo establezca la verdad.


¿Cuál es la mejor manera de orar a la Santísima Virgen?

La oración principal es la del Ave María que consta de dos partes: la primera parte está tomada del Evangelio, del relato de la Anunciación y de la Visitación: «Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo» (Lc. 1, 28). «Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre» (Lc. 1, 42).

La segunda parte ha sido agregada por la Iglesia: «Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén».


¿Qué es el santo rosario?

Es una manera de unirnos a la Santísima Virgen María rezando cinco veces un Padre nuestro, diez Avemarías y un gloria, y recordando cada vez un misterio de la vida del Señor. Hay 5 misterios gozosos, que se rezan los lunes y sábado, 5 misterios dolorosos, que se rezan los martes y viernes, 5 misterios luminosos que se rezan los jueves y 5 misterios gloriosos que se rezan los miércoles y domingos. Otras hermosas oraciones a la Virgen son la «Dios te salve Reina y Madre»; el «Bendita sea tu pureza», etc.


Cuestionario

¿Qué sabemos de María? ¿Dónde radica su grandeza? ¿Podemos llamar a María «Madre de Dios»? ¿Por qué? ¿De qué nos acusan algunas sectas? ¿Adoramos los católicos a María? ¿Qué significa que le damos culto de veneración? ¿Qué anunció María en lo referente a su memoria? ¿Cómo la recuerda la historia a través de los siglos? ¿Se ha aparecido la Virgen María? ¿Dónde y cuándo? ¿Cuál ha sido su mensaje. ¿Qué es el Santo Rosario? ¿Es bíblica?

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 2 DE MAYO DE 2021

 



Lecturas de hoy Domingo 5º de Pascua - Ciclo B

Hoy, domingo, 2 de mayo de 2021



Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (9,26-31):

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles. Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso. La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.


Palabra de Dios



Salmo

Sal 21,26b-27.28.30.31-32


R/. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea


Cumpliré mis votos delante de sus fieles.

Los desvalidos comerán hasta saciarse,

alabarán al Señor los que lo buscan:

viva su corazón por siempre. R/.


Lo recordarán y volverán al Señor

hasta de los confines del orbe;

en su presencia se postrarán las familias de los pueblos.

Ante él se postrarán las cenizas de la tumba,

ante él se inclinarán los que bajan al polvo. R/.


Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá,

hablarán del Señor a la generación futura,

contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:

todo lo que hizo el Señor. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,18-24):

Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.


Palabra de Dios



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (15,1-8):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»


Palabra del Señor 




«La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto»

+ Rev. D. Joan MARQUÉS i Suriñach

(Vilamarí, Girona, España)


Hoy, el Evangelio presenta la alegoría de la vid y los sarmientos. Cristo es la verdadera vid, nosotros somos los sarmientos y el Padre es el viñador.

El Padre quiere que demos mucho fruto. Es lógico. Un viñador planta la viña y la cultiva para que produzca fruto abundante. Si nosotros montamos una empresa, querremos que rinda. Jesús insiste: «Yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto» (Jn 15,16).

Eres un elegido. Dios se ha fijado en ti. Por el bautismo te ha injertado en la viña que es Cristo. Tienes la vida de Cristo, la vida cristiana. Posees el elemento principal para dar fruto: la unión con Cristo, porque «el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid» (Jn 15,4). Jesús lo dice taxativamente: «Separados de mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). «Su fuerza no es sino suavidad; nada hay tan blando como esto, y nada como esto tan firme» (San Francisco de Sales). ¿Cuántas cosas has querido hacer sin Cristo? El fruto que el Padre espera de nosotros es el de las buenas obras, el de la práctica de las virtudes. ¿Cuál es la unión con Cristo que nos hace capaces de dar este fruto? La fe y la caridad, es decir, permanecer en gracia de Dios.

Cuando vives en gracia, todos los actos de virtud son frutos agradables al Padre. Son obras que Jesucristo hace a través tuyo. Son obras de Cristo que dan gloria al Padre y se convierten en cielo para ti. ¡Vale la pena vivir siempre en gracia de Dios! «Si alguno no permanece en mí [por el pecado], es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego (...) los echan al fuego y arden» (Jn 15,6). Es una clara alusión al infierno. ¿Eres como un sarmiento lleno de vida?

Que la Virgen María nos ayude a aumentar la gracia para que produzcamos frutos en abundancia que den gloria al Padre.

EL PAPA FRANISCO INAUGURÓ MARATÓN DEL ROSARIO CON ESTA EMOTIVA ORACIÓN

 


 

El Papa Francisco inauguró maratón del Rosario con esta emotiva oración

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Foto: Vatican Media



Al comenzar el mes de María, el Papa Francisco inauguró el maratón del rezo del Rosario por el fin de la pandemia que se llevará a cabo durante todo el mes de mayo y en el que participarán Santuarios de todo el mundo.

El Santo Padre rezó los misterios gloriosos del Rosario ante la Virgen del Socorro, que se encuentra en la Capilla Gregoriana de la Basílica de San Pedro, junto a casi 200 fieles.


Al finalizar, el Papa recitó esta emotiva oración:

Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios.

En la presente situación dramática, cargada de sufrimientos y de angustias, que abarca a todo el mundo, recurrimos a Ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu protección.

Oh, Virgen María, dirige a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia del coronavirus, y consuela a quienes están perdidos y lloran por sus queridos difuntos, sepultados a veces en una forma que hiere el alma.

Sostiene a quienes están angustiados por las personas enfermas, a las cuales, para impedir el contagio, no pueden estar cerca.

Infunde confianza en quien está en ansia por el futuro incierto y por las consecuencias sobre la economía y sobre el trabajo.

Madre de Dios y Madre Nuestra, implora de Dios para nosotros, Padre de misericordia, que esta dura prueba termine y que vuelva un horizonte de esperanza y de paz.

Como en Caná, interviene ante tu Hijo Divino, pidiéndole de consolar a las familias de los enfermos y de las víctimas y de abrir su corazón a la confianza.

Protege a los médicos, los enfermeros, el personal sanitario, los voluntarios que en este periodo de emergencia están en primera línea y ponen en riesgo su vida para salvar otras vidas.

Acompaña su cansancio heroico y dona a ellos la fuerzan, bondad y salud.

Permanece al lado de quienes, por la noche y de día, asisten a los enfermos y a los sacerdotes que, con cura pastoral y compromiso evangélico, buscan ayudar y sostener a todos.

Virgen Santa, ilumina las mentes de los hombres y de las mujeres de ciencia, para que encuentren soluciones correctas para vencer este virus.

Asiste a los responsables de las naciones, para que actúen con sabiduría, cura y generosidad, socorriendo a quienes les falta lo necesario para vivir, programando soluciones sociales y económicas con lucidez y con espíritu de solidaridad.

María Santísima, toca las conciencias para que las grandes sumas (de dinero) usadas para aumentar y perfeccionar los armamentos sean en cambio destinadas a promover adecuados estudios para prevenir similares catástrofes en el futuro.

Madre amadísima, haz crecer en el mundo el sentido de pertenencia a una única grande familia, en la conciencia del vínculo que a todos une, para que con espirito fraterno y solidario ayuden a las muchas pobrezas y a las situaciones de miseria. Anima la firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio, la constancia en la oración.

Oh María, Consoladora de los afligidos, abraza a todos tus hijos tributados y obtiene que Dios intervenga con su mano omnipotente a liberarnos de esta terrible epidemia, para que la vida pueda volver a su curso normal con serenidad.

Confiamos en Ti, que resplandeces sobre nuestro camino como signo de salvación y de esperanza, o clemente, o pía, o dulce Virgen María. Amén.

Conduce los pasos de tus peregrinos que desean rezarte y amarte en los santuarios dedicados a ti en todo el mundo bajo los títulos más diversos que llaman tu intercesión, sé para cada uno, una guía segura. Amén.




Este es el programa previsto para el maratón del Rosario para el fin de la pandemia, con la intención de oración diaria y la lista de los Santuarios desde donde se dirigirá la oración mariana:

El sábado 1 de mayo, el Papa rezó desde la Basílica de San Pedro “por la humanidad herida a causa de la pandemia” y en el Santuario de Nuestra Señora de Walsingham (Inglaterra) rezaron “por los fallecidos a causa de la pandemia”.

El 2 de mayo, se rezará en el Santuario de Jesús el Salvador y María Madre (Nigeria) “por los que no han podido despedirse de sus seres queridos”.

El 3 de mayo, tocará el turno del Santuario de Nuestra Señora de Częstochowa (Polonia) en donde rezarán “por los contagiados y los enfermos”.

El 4 de mayo, el rezo del Rosario desde la Basílica de la Anunciación (Nazaret) “por las mujeres embarazadas y los bebés por nacer”.

El 5 de mayo, el Rosario será desde el Santuario de la Santa Virgen del Rosario (Corea del Sur) “por los niños y adolescentes”.

El 6 de mayo, se rezará desde el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida (Brasil) “por los jóvenes”.

El 7 de mayo, el Rosario será desde el Santuario de Nuestra Señora de la Paz y del buen viaje (Filipinas) y será dedicado “por las familias”.

El 8 de mayo, el rezo del Rosario será desde el Santuario de Nuestra Señora de Luján (Argentina) “por los profesionales de la comunicación”.

El 9 de mayo, el Rosario será desde la Santa Casa de Loreto (Italia) “por los ancianos”.

El 10 de mayo, desde el Santuario de Nuestra Señora de Knock (Irlanda) “por las personas con discapacidad”.

El 11 de mayo, el rezo del Rosario será desde el Santuario de la Virgen de los Pobres (Bélgica) “por los pobres, los que no tienen techo y las personas en dificultad económica”.

El 12 de mayo, tocará el turno al Santuario de Nuestra Señora de África (Argelia) “por las personas solas y por aquellos que han perdido la esperanza”.

El 13 de mayo, la oración mariana será desde el Santuario de la Santa Virgen del Rosario (Portugal) “por los encarcelados”.

El 14 de mayo, el Rosario será desde el Santuario de Nuestra Señora de la Salud (India) “por los científicos e institutos de investigación médica”.

El 15 de mayo, la oración será desde el Santuario de la Virgen Reina de la Paz de Medjugorje (Bosnia) “por los migrantes”.

El 16 de mayo, desde la Catedral de Santa María (Australia) “por las víctimas de la violencia y de la trata de seres humanos”.

El 17 de mayo, el rezo del Rosario será desde el Santuario de la Inmaculada Concepción (Estados Unidos) “por los responsables de las naciones y de los organismos internacionales”.

El 18 de mayo, el Rosario será desde el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes (Francia) “por los médicos y las enfermeras”.

El 19 de mayo, la oración mariana será desde el Santuario de la Virgen María (Turquía) “por los pueblos en guerra y la paz en el mundo”.

El 20 de mayo, el rezo del Rosario será desde el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre (Cuba) “por los farmacéuticos y el personal sanitario”.

El 21 de mayo, el Rosario será desde el Santuario de la Virgen de Nagasaki (Japón) “por los trabajadores socio-asistenciales”.

El 22 de mayo, la oración mariana será dirigida desde el Monasterio de Nuestra Señora de Montserrat (España) “por los voluntarios”.

El 23 de mayo, el rezo del Rosario será desde Nuestra Señora de Cap (Canadá) “por las fuerzas del orden, los militares y los bomberos”.

El 24 de mayo, se rezará “por los que prestan servicios esenciales” y el Santuario está por confirmar.

El 25 de mayo, el Rosario será desde la Virgen de Ta’Pinu (Malta) “por los profesores, los estudiantes y los educadores”.

El 26 de mayo, la oración mariana será desde la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe (México) “por los trabajadores y los empresarios”.

El 27 de mayo, el rezo del Rosario será desde la Madre de Dios (Ucrania) “por los desempleados”.

El 28 de mayo, será desde la Virgen Negra de Altötting (Alemania) “por el Papa, los Obispos, los Presbíteros y los Diáconos”.

El 29 de mayo, se rezará desde Nuestra Señora de Líbano (Líbano) “por las personas consagradas”.

El 30 de mayo, el Rosario será dirigido desde la Virgen del Santo Rosario de Pompeya (Italia) “por la Iglesia”.

Por último, el 31 de mayo, el Papa presidirá el rezo del Rosario desde los jardines vaticanos “por el fin de la pandemia y la reanudación de la vida social y laboral”.

UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DEL MES DE MARÍA: 2 DE MAYO



UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DEL MES DE MARÍA



ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:

"NO TIENEN VINO": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.

"HACED LO QUE ÉL OS DIGA": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.

"HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.



Día 2: Un gran susto


Un chaval, mientras está dándose un chapuzón en la playa de Pientzia, es arrastrado por una corriente de remolino; en cuanto se ve en peligro, grita: ¡mamá, mamá! Agita los brazos como puede, pidiendo auxilio desesperadamente. Con dificultad, de vez en cuando, logra sacar la cabeza y puede ver en la orilla a su madre, que pacíficamente broncea su piel en una hamaca. Su única esperanza es que su madre le oiga y haga lo que sea por rescatarle. Vocea más y más; por fin, su madre oye los gritos que la llaman. Se incorpora y ve las circunstancias de su hijo, y se vuelve a tumbar mientras piensa: ¡con lo fría que está el agua, yo no me meto ni loca! ¡Otra vez -si es que sale de ésta- que no se meta tan adentro!

¡Increíble!, pensará quien lea este suceso; ¡no puede ser verdad! ¡Eso no es una madre, es un monstruo! Es tan increíble, efectivamente, que no es verdad. Pero si no es posible que una madre se porte así, menos posible es que grites interiormente a María: ¡Madre mía, ayúdame!, y que Ella pase de ti.

    Madre mía, perdona todas las veces que te he tratado con desconfianza, o como si no me escuchases; o, lo que es lo mismo, como si pasases de mí, como si no fueses realmente mi madre. Sé que basta con que te diga una sola vez ¡Madre mía! para que no pares hasta conseguirme lo que necesito. Y si no me lo consigues es que claramente, de momento, no me conviene.

Ahora es el momento importante en el que tú hablas a Santa María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Cuando lo hayas hecho, termina con la oración final.


ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén


(Texto escrito por José Pedro Manglano Castellary (Sacerdote))

FELIZ DOMINGO

 






 
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