Mostrando entradas con la etiqueta SANTA BERNARDITA DE LOURDES. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta SANTA BERNARDITA DE LOURDES. Mostrar todas las entradas

jueves, 16 de abril de 2020

HOY CELEBRAMOS A SANTA BERNARDETTE SOUBIRUS, 16 DE ABRIL

Hoy celebramos a Santa Bernardette Soubirus, la vidente de la Virgen de Lourdes
Redacción ACI Prensa





“Sí, Madre querida, tú te has abajado hasta la tierra para aparecerte a una débil niña… Tú, reina del cielo y la tierra, has querido servirte de lo que había de más humilde según el mundo", dijo en una ocasión Santa Bernardette Soubirus, la vidente de la Virgen de Lourdes y cuya fiesta se celebra cada 16 de abril.

Santa Bernardette nació el 7 de enero de 1844 en Lourdes (Francia). Al bautizarla le pusieron como nombre Marie-Bernard, pero solían llamarla por el diminutivo de “Bernardette”. Su familia padeció la más absoluta pobreza.

Bernardette quedó a cargo de su nodriza quien la envió al pastoreo de ovejas, pero esto le dificultaba prepararse para recibir la Primera Comunión. Era la única niña de casi 14 años que no había recibido la Eucaristía. Como era muy buena pastora la obligaban a cuidar más tiempo las ovejas.

Más adelante pidió a sus padres retornar a casa porque quería recibir la Primera Comunión y sus padres aceptaron. Con este deseo es que se le aparece la Virgen de Lourdes, que se llamó a sí misma "la Inmaculada Concepción".


Después de las apariciones, la humilde joven se mantuvo sencilla y modesta, sin buscar el bullicio ni la popularidad. Hizo su Primera Comunión el 3 de junio de 1858, día del Corpus Christi de ese año.

Recibió incomprensiones, burlas y casi siempre estaba enferma. Sufría de vómitos de sangre, asma crónica, tuberculosis, aneurisma, gastralgia, caries en los huesos, abscesos en los oídos y tumor de una rodilla.

La Virgen le había dicho a Santa Bernardette: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo”.

En 1860 las Hermanas de la Caridad de Nevers, que servían en la escuela y el hospital, le ofrecieron asilo titular. Allí le asignaron una hermana para que le enseñe a leer y escribir. Al crecer, Bernardette también pasó por momentos de vanidad, buscando estar arreglada para lucir bien, pero esas cosas pasaron rápido en ella y no dañaron su sencillez de corazón.

Más adelante decidió abrazar la vida religiosa y pidió ser aceptada a la Madre Superiora del Hospicio. A los 22 años va por última vez a la amada gruta para despedirse, antes de ingresar al noviciado.

Su salud decayó gravemente y la madre Superiora quiso darle el consuelo de que pronuncie los votos. Durante la ceremonia, ella hizo gestos de consentimiento ya que no podía hablar y le dieron el velo de profesa. A la mañana siguiente despertó feliz y la Madre Superiora le dijo que le quitaría el velo y ella aceptó humildemente.

El 30 de octubre de 1867 hizo sus votos temporales a los 23 años y en 1878 emitió los perpetuos. Después su salud empeoró y retornó a la enfermería. Allí padeció enormemente, superó la tentación de pensar que no podía ser salvada, no se dejó vencer y se mantuvo serena.

Padeció durante la Semana Santa de 1879. El 16 de abril pidió a las religiosas que rezaran el Rosario. Al terminar un Avemaría, su rostro dibujó una sonrisa como si viera de nuevo a la Virgen de la gruta y partió a la Casa del Padre a las 3:15 pm.

“Santa María, Madre de Dios, ruega por mí pobre pecadora… pecadora”, fueron sus últimas palabras. Su cuerpo se mantiene incorrupto en su capilla en Nevers, con la apariencia de estar dormida.


Biografía de Santa Bernadette de Soubirous


Era la mayor de varios hermanos. Sus padres vivían en un sótano húmedo y miserable, y el papá tenía por oficio botar la basura del hospital. La niña tuvo siempre muy débil salud a causa de la falta de alimentación suficiente, y del estado lamentablemente pobre de la habitación donde moraba. En los primeros años sufrió la enfermedad de cólera que la dejó sumamente debilitada. A causa también del clima terriblemente frío en invierno, en aquella región, Bernardita adquirió desde los diez años la enfermedad del asma, que al comprimir los bronquios produce continuos ahogos y falta de respiración.

Esta enfermedad la acompañará y la atormentará toda su vida. Al final de su existencia sufrirá también de tuberculosis. En ella se cumplieron aquellas palabras de Jesús: "Mi Padre, el árbol que más quiere, más lo poda (con sufrimientos) para que produzca más frutos" (Jn. 15).

En Bernardita se cumplió aquello que dijo San Pablo: "Dios escoge a lo que no vale a los ojos del mundo, para confundir las vanidades del mundo". Bernardita a los 14 años no sabía leer ni escribir ni había hecho la Primera Comunión porque no había logrado aprenderse el catecismo. Pero tenía unas grandes cualidades: rezaba mucho a la Virgen y jamás decía una mentira. Un día ve unas ovejas con una mancha verde sobre la lana y pregunta al papá: ¿Por qué tienen esa mancha verde? El papá queriendo chancearse, le responde: "Es que se indigestaron por comer demasiado pasto". La muchachita se pone a llorar y exclama: "Pobres ovejas, se van a reventar". Y entonces el señor Soubirous le dice que era una mentirilla. Una compañera le dice: "Es necesario ser muy tonta para creer que eso que le dijo su padre era verdad". Y Bernardita le responde: ¡Es que como yo jamás he dicho una mentira, me imaginé que los demás tampoco las decían nunca!

Desde el 11 de febrero de 1859 hasta el 16 de julio del mismo año, la Sma. Virgen se le aparece 18 veces a Bernardita. Las apariciones las podemos leer en detalle en el día 11 de febrero. Nuestra Señora le dijo: "No te voy a hacer feliz en esta vida, pero sí en la otra". Y así sucedió. La vida de la jovencita, después de las apariciones estuvo llena de enfermedades, penalidades y humillaciones, pero con todo esto fue adquiriendo un grado de santidad tan grande que se ganó enorme premio para el cielo.

Las gentes le llevaban dinero, después de que supieron que la Virgen Santísima se le había aparecido, pero ella jamás quiso recibir nada. Nuestra Señora le había contado tres secretos, que ella jamás quiso contar a nadie. Probablemente uno de estos secretos era que no debería recibir dineros ni regalos de nadie y el otro, que no hiciera nunca nada que atrajera hacia ella las miradas. Por eso se conservó siempre muy pobre y apartada de toda exhibición. Ella no era hermosa, pero después de las apariciones, sus ojos tenían un brillo que admiraba a todos.

Le costaba mucho salir a recibir visitas porque todos le preguntaban siempre lo mismo y hasta algunos declaraban que no creían en lo que ella había visto. Cuando la mamá la llamaba a atender alguna visita, ella se estremecía y a veces se echaba a llorar. "Vaya ", le decía la señora, ¡tenga valor! Y la jovencita se secaba las lágrimas y salía a atender a los visitantes demostrando alegría y mucha paciencia, como si aquello no le costara ningún sacrificio.

Para burlarse de ella porque la Virgen le había dicho que masticara unas hierbas amargas, como sacrificio, el sr. alcalde le dijo: ¿Es que la confundieron con una ternera? Y la niña le respondió: ¿Señor alcalde, a usted si le sirven lechugas en el almuerzo? "Claro que sí" ¿Y es que lo confunden con un ternero? Todos rieron y se dieron cuenta de que era humilde pero no era tonta.

Bernardita pidió ser admitida en la Comunidad de Hijas de la Caridad de Nevers. Demoraron en admitirla porque su salud era muy débil. Pero al fin la admitieron. A los 4 meses de estar en la comunidad estuvo a punto de morir por un ataque de asma, y le recibieron sus votos religiosos, pero enseguida curó.

En la comunidad hizo de enfermera y de sacristana, y después por nueve años estuvo sufriendo una muy dolorosa enfermedad. Cuando le llegaban los más terribles ataques exclamaba: "Lo que le pido a Nuestro Señor no es que me conceda la salud, sino que me conceda valor y fortaleza para soportar con paciencia mi enfermedad. Para cumplir lo que recomendó la Sma. Virgen, ofrezco mis sufrimientos como penitencia por la conversión de los pecadores".

Uno de los medios que Dios tiene para que las personas santas lleguen a un altísimo grado de perfección, consiste en permitir que les llegue la incomprensión, y muchas veces de parte de personas que están en altos puestos y que al hacerles la persecución piensan que con esto están haciendo una obra buena.

Bernardita tuvo por superiora durante los primeros años de religiosa a una mujer que le tenía una antipatía total y casi todo lo que ella hacía lo juzgaba negativamente. Así, por ejemplo, a causa de un fuerte y continuo dolor que la joven sufría en una rodilla, tenía que cojear un poco. Pues bien, la superiora decía que Bernardita cojeaba para que la gente al ver las religiosas pudiera distinguir desde lejos cuál era la que había visto a la Virgen. Y así en un sinnúmero de detalles desagradables la hacía sufrir. Y ella jamás se quejaba ni se disgustaba por todo esto. Recordaba muy bien la noticia que le había dado la Madre de Dios: "No te haré feliz en esta vida, pero sí en la otra".

Duró quince años de religiosa. Los primeros 6 años estuvo trabajando, pero fue tratada con mucha indiferencia por las superioras. Después los otros 9 años padeció noche y día de dos terribles enfermedades: el asma y la tuberculosis. Cuando llegaba el invierno, con un frío de varios grados bajo cero, se ahogaba continuamente y su vida era un continuo sufrir.

Deseaba mucho volver a Lourdes, pero desde el día en que fue a visitar la Gruta por última vez para irse de religiosa, jamás volvió por allí. Ella repetía: "Ah quién pudiera ir hasta allá, sin ser vista. Cuando se ha visto una vez a la Sma. Virgen, se estaría dispuesto a cualquier sacrificio con tal de volverla a ver. Tan bella es".

Al llegar a la Comunidad reunieron a las religiosas y le pidieron que les contara cómo habían sido las apariciones de la Virgen. Luego le prohibieron volver a hablar de esto, y en los 15 años de religiosa ya no se le permitió tratar este tema. Son sacrificios que a los santos les preparan altísimo puesto en el cielo.

Cuando ya le faltaba poco para morir, llegó un obispo a visitarla y le dijo que iba camino de Roma, que le escribiera una carta al Santo Padre para que le enviara una bendición, y que él la llevaría personalmente. Bernardita, con mano temblorosa, escribe: "Santo Padre, qué atrevimiento, que yo una pobre hermanita le escriba al Sumo Pontífice. Pero el Sr. Obispo me ha mandado que lo haga. Le pido una bendición especial para esta pobre enferma". A vuelta del viaje el Sr. Obispo le trajo una bendición especialísima del Papa y un crucifijo de plata que le enviaba de regalo el Santo Padre.

El 16 de abril de 1879, exclamó emocionada: "Yo vi la Virgen. Sí, la vi, la vi ¡Que hermosa era!" Y después de unos momentos de silencio exclamó emocionada: "Ruega Señora por esta pobre pecadora", y apretando el crucifijo sobre su corazón se quedó muerta. Tenía apenas 35 años.

A los funerales de Bernardita asistió una muchedumbre inmensa. Y ella empezó a conseguir milagros de Dios en favor de los que le pedían su ayuda. Y el 8 de diciembre de 1933, el Santo Padre Pío Once la declaró santa.


Oración a Santa Bernadette de Soubirous



¡Oh bienaventurada Bernardita!

Acuérdate que la Virgen
te dijo en la Gruta:
"Ruega por los pecadores",
para que se conviertan
y hagan penitencia.

Ruega por mí, pecador,
para que Dios perdone mis pecados.

Ruega por mí a María Inmaculada,
pues confío en que te concederá
cuanto la pidas,
porque fuiste su confidente
en la Gruta de Lourdes.

Así como Ella te prometió
"hacerte feliz en el otro mundo",
te concederá que hagas felices
a los que devotamente acudan a ti.

A ti, pues, acudo humildemente,
suplicándote no me dejes
ni me abandones
hasta verme contigo en el cielo.

Amén.

martes, 18 de febrero de 2020

SANTA BERNARDITA SOUBIROUS, VIDENTE DE LOURDES, 18 DE FEBRERO


18 de Febrero
Santa Bernardita Soubirous
(1879)




Santa BernardetteNació en Lourdes (Francia) en 1844. Hija de padres supremamente pobres. En el bautismo le pusieron por nombre María Bernarda (nombre que ella empleará después cuando sea religiosa) pero todos la llamaban Bernardita.

Era la mayor de varios hermanos. Sus padres vivían en un sótano húmedo y miserable, y el papá tenía por oficio botar la basura del hospital. La niña tuvo siempre muy débil salud a causa de la falta de alimentación suficiente, y del estado lamentablemente pobre de la habitación donde moraba. En los primeros años sufrió la enfermedad de cólera que la dejó sumamente debilitada. A causa también del clima terriblemente frío en invierno, en aquella región, Bernardita adquirió desde los diez años la enfermedad del asma, que al comprimir los bronquios produce continuos ahogos y falta de respiración.

Esta enfermedad la acompañará y la atormentará toda su vida. Al final de su existencia sufrirá también de tuberculosis. En ella se cumplieron aquellas palabras de Jesús: "Mi Padre, el árbol que más quiere, más lo poda (con sufrimientos) para que produzca más frutos" (Jn. 15).

En Bernardita se cumplió aquello que dijo San Pablo: "Dios escoge a lo que no vale a los ojos del mundo, para confundir las vanidades del mundo". Bernardita a los 14 años no sabía leer ni escribir ni había hecho la Primera Comunión porque no había logrado aprenderse el catecismo. Pero tenía unas grandes cualidades: rezaba mucho a la Virgen y jamás decía una mentira. Un día ve unas ovejas con una mancha verde sobre la lana y pregunta al papá: ¿Por qué tienen esa mancha verde? El papá queriendo chancearse, le responde: "Es que se indigestaron por comer demasiado pasto". La muchachita se pone a llorar y exclama: "Pobres ovejas, se van a reventar". Y entonces el señor Soubirous le dice que era una mentirilla. Una compañera le dice: "Es necesario ser muy tonta para creer que eso que le dijo su padre era verdad". Y Bernardita le responde: ¡Es que como yo jamás he dicho una mentira, me imaginé que los demás tampoco las decían nunca!

Santa BernardetteDesde el 11 de febrero de 1859 hasta el 16 de julio del mismo año, la Sma. Virgen se le aparece 18 veces a Bernardita. Las apariciones las podemos leer en detalle en el día 11 de febrero. Nuestra Señora le dijo: "No te voy a hacer feliz en esta vida, pero sí en la otra". Y así sucedió . La vida de la jovencita, después de las apariciones estuvo llena de enfermedades, penalidades y humillaciones, pero con todo esto fue adquiriendo un grado de santidad tan grande que se ganó enorme premio para el cielo.

Las gentes le llevaban dinero, después de que supieron que la Virgen Santísima se le había aparecido, pero ella jamás quiso recibir nada. Nuestra Señora le había contado tres secretos, que ella jamás quiso contar a nadie. Probablemente uno de estos secretos era que no debería recibir dineros ni regalos de nadie y el otro, que no hiciera nunca nada que atrajera hacia ella las miradas. Por eso se conservó siempre muy pobre y apartada de toda exhibición. Ella no era hermosa, pero después de las apariciones, sus ojos tenían un brillo que admiraba a todos.

Le costaba mucho salir a recibir visitas porque todos le preguntaban siempre lo mismo y hasta algunos declaraban que no creían en lo que ella había visto. Cuando la mamá la llamaba a atender alguna visita, ella se estremecía y a veces se echaba a llorar. "Vaya ", le decía la señora, ¡tenga valor! Y la jovencita se secaba las lágrimas y salía a atender a los visitantes demostrando alegría y mucha paciencia, como si aquello no le costara ningún sacrificio.

Para burlarse de ella porque la Virgen le había dicho que masticara unas hierbas amargas, como sacrificio, el sr. alcalde le dijo: ¿Es que la confundieron con una ternera? Y la niña le respondió: ¿Señor alcalde, a usted si le sirven lechugas en el almuerzo? "Claro que sí" ¿Y es que lo confunden con un ternero? Todos rieron y se dieron cuenta de que era humilde pero no era tonta.

Santa BernarditaBernardita pidió ser admitida en la Comunidad de Hijas de la Caridad de Nevers. Demoraron en admitirla porque su salud era muy débil. Pero al fin la admitieron. A los 4 meses de estar en la comunidad estuvo a punto de morir por un ataque de asma, y le recibieron sus votos religiosos, pero enseguida curó.

En la comunidad hizo de enfermera y de sacristana, y después por nueve años estuvo sufriendo una muy dolorosa enfermedad. Cuando le llegaban los más terribles ataques exclamaba: "Lo que le pido a Nuestro Señor no es que me conceda la salud, sino que me conceda valor y fortaleza para soportar con paciencia mi enfermedad. Para cumplir lo que recomendó la Sma. Virgen, ofrezco mis sufrimientos como penitencia por la conversión de los pecadores".

Uno de los medios que Dios tiene para que las personas santas lleguen a un altísimo grado de perfección, consiste en permitir que les llegue la incomprensión, y muchas veces de parte de personas que están en altos puestos y que al hacerles la persecución piensan que con esto están haciendo una obra buena.

Bernardita tuvo por superiora durante los primeros años de religiosa a una mujer que le tenía una antipatía total y casi todo lo que ella hacía lo juzgaba negativamente. Así, por ejemplo, a causa de un fuerte y continuo dolor que la joven sufría en una rodilla, tenía que cojear un poco. Pues bien, la superiora decía que Bernardita cojeaba para que la gente al ver las religiosas pudiera distinguir desde lejos cuál era la que había visto a la Virgen. Y así en un sinnúmero de detalles desagradables la hacía sufrir. Y ella jamás se quejaba ni se disgustaba por todo esto. Recordaba muy bien la noticia que le había dado la Madre de Dios: "No te haré feliz en esta vida, pero sí en la otra".

Duró quince años de religiosa. Los primeros 6 años estuvo trabajando, pero fue tratada con mucha indiferencia por las superioras. Después los otros 9 años padeció noche y día de dos terribles enfermedades: el asma y la tuberculosis. Cuando llegaba el invierno, con un frío de varios grados bajo cero, se ahogaba continuamente y su vida era un continuo sufrir.

Estatua de Santa BernarditaDeseaba mucho volver a Lourdes, pero desde el día en que fue a visitar la Gruta por última vez para irse de religiosa, jamás volvió por allí. Ella repetía: "Ah quién pudiera ir hasta allá, sin ser vista. Cuando se ha visto una vez a la Sma. Virgen, se estaría dispuesto a cualquier sacrificio con tal de volverla a ver. Tan bella es".

Al llegar a la Comunidad reunieron a las religiosas y le pidieron que les contara cómo habían sido las apariciones de la Virgen. Luego le prohibieron volver a hablar de esto, y en los 15 años de religiosa ya no se le permitió tratar este tema. Son sacrificios que a los santos les preparan altísimo puesto en el cielo.

Cuando ya le faltaba poco para morir, llegó un obispo a visitarla y le dijo que iba camino de Roma, que le escribiera una carta al Santo Padre para que le enviara una bendición, y que él la llevaría personalmente. Bernardita, con mano temblorosa, escribe: "Santo Padre, qué atrevimiento, que yo una pobre hermanita le escriba al Sumo Pontífice. Pero el Sr. Obispo me ha mandado que lo haga. Le pido una bendición especial para esta pobre enferma". A vuelta del viaje el Sr. Obispo le trajo una bendición especialísima del Papa y un crucifijo de plata que le enviaba de regalo el Santo Padre.

El 16 de abril de 1879, exclamó emocionada: "Yo vi la Virgen. Sí, la vi, la vi ¡Que hermosa era!" Y después de unos momentos de silencio exclamó emocionada: "Ruega Señora por esta pobre pecadora", y apretando el crucifijo sobre su corazón se quedó muerta. Tenía apenas 35 años.

A los funerales de Bernardita asistió una muchedumbre inmensa. Y ella empezó a conseguir milagros de Dios en favor de los que le pedían su ayuda. Y el 8 de diciembre de 1933, el Santo Padre Pío Once la declaró santa.

Bernardita: tú que tuviste la dicha de ver a la Sma. Virgen aquí en la tierra, haz que nosotros tengamos la dicha de verla y acompañarla para siempre en el cielo.


sábado, 16 de abril de 2016

SANTA BERNARDETTE SOUBIRUS, VIDENTE DE LA VIRGEN DE LOURDES, 16 DE ABRIL


Hoy se celebra a Santa Bernardette Soubirus, la vidente de la Virgen de Lourdes - 16 de abril
Por Abel Camasca



(ACI).- “Sí, Madre querida, tú te has abajado hasta la tierra para aparecerte a una débil niña… Tú, reina del cielo y la tierra, has querido servirte de lo que había de más humilde según el mundo", dijo en una ocasión Santa Bernardette Soubirus, la vidente de la Virgen de Lourdes y cuya fiesta se celebra cada 16 de abril.

Santa Bernardette nació el 7 de enero de 1844 en Lourdes (Francia). Al bautizarla le pusieron como nombre Marie-Bernard, pero solían llamarla por el diminutivo de “Bernardette”. Su familia padeció la más absoluta pobreza.

Bernardette quedó a cargo de su nodriza quien la envió al pastoreo de ovejas, pero esto le dificultaba prepararse para recibir la Primera Comunión. Era la única niña de casi 14 años que no había recibido la Eucaristía. Como era muy buena pastora la obligaban a cuidar más tiempo las ovejas.

Más adelante pidió a sus padres retornar a casa porque quería recibir la Primera Comunión y sus padres aceptaron. Con este deseo es que se le aparece la Virgen de Lourdes, que se llamó a sí misma "la Inmaculada Concepción".


Después de las apariciones, la humilde joven se mantuvo sencilla y modesta, sin buscar el bullicio ni la popularidad. Hizo su Primera Comunión el 3 de junio de 1858, día del Corpus Christi de ese año.

Recibió incomprensiones, burlas y casi siempre estaba enferma. Sufría de vómitos de sangre, asma crónica, tuberculosis, aneurisma, gastralgia, caries en los huesos, abscesos en los oídos y tumor de una rodilla.

La Virgen le había dicho a Santa Bernardette: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo”.

En 1860 las Hermanas de la Caridad de Nevers, que servían en la escuela y el hospital, le ofrecieron asilo titular. Allí le asignaron una hermana para que le enseñe a leer y escribir. Al crecer, Bernardette también pasó por momentos de vanidad, buscando estar arreglada para lucir bien, pero esas cosas pasaron rápido en ella y no dañaron su sencillez de corazón.

Más adelante decidió abrazar la vida religiosa y pidió ser aceptada a la Madre Superiora del Hospicio. A los 22 años va por última vez a la amada gruta para despedirse, antes de ingresar al noviciado.

Su salud decayó gravemente y la madre Superiora quiso darle el consuelo de que pronuncie los votos. Durante la ceremonia, ella hizo gestos de consentimiento ya que no podía hablar y le dieron el velo de profesa. A la mañana siguiente despertó feliz y la Madre Superiora le dijo que le quitaría el velo y ella aceptó humildemente.

El 30 de octubre de 1867 hizo sus votos temporales a los 23 años y en 1878 emitió los perpetuos. Después su salud empeoró y retornó a la enfermería. Allí padeció enormemente, superó la tentación de pensar que no podía ser salvada, no se dejó vencer y se mantuvo serena.

Padeció durante la Semana Santa de 1879. El 16 de abril pidió a las religiosas que rezaran el Rosario. Al terminar un Avemaría, su rostro dibujó una sonrisa como si viera de nuevo a la Virgen de la gruta y partió a la Casa del Padre a las 3:15 pm.

“Santa María, Madre de Dios, ruega por mí pobre pecadora… pecadora”, fueron sus últimas palabras. Su cuerpo se mantiene incorrupto en su capilla en Nevers, con la apariencia de estar dormida.

martes, 12 de enero de 2016

INAUGURAN EN FRANCIA AÑO DEDICADO A LA SANTA VIDENTE DE LOURDES, 7 DE ENERO 2016


Inauguran en Francia año dedicado a la Santa vidente de Lourdes
Por María Ximena Rondón



 (ACI).- Con ocasión del 150° aniversario del nacimiento de Santa Bernardita, la diócesis de Nevers inauguró el 7 de enero el año dedicado a la vidente de las apariciones de la Virgen de Lourdes en Francia.

En 1866, Santa Bernardita salió de Lourdes a los 22 años rumbo al convento de San Gilard, ubicado en Nevers, donde permaneció hasta su muerte en 1879. Su cuerpo incorrupto está expuesto en esta ciudad desde 1925 en una urna de cristal. Por ello, en esta celebración, la diócesis también decidió recordar la llegada de esta santa a la ciudad.

La Misa de inauguración del año dedicado a Santa Bernardita fue presidida por Mons. Thierry Brac de la Perrière, obispo de Nevers y también se abrió la Puerta Santa del Santuario.



La diócesis de Nevers ha organizado varias actividades durante el año como las Misas del 11 y el 18 de febrero para celebrar la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes y de Santa Bernardita. Además, se realizarán varias conferencias, retiros espirituales y una peregrinación de siete días desde la ciudad de Boussac a Nevers.

Los organizadores esperan que este año sea una ocasión para movilizar a los cristianos del país. También se han preparado una hora santa de meditaciones para los días jueves, de lecturas y se profundizará en las 18 apariciones durante todos los meses.

miércoles, 16 de abril de 2014

SANTA BERNARDITA SOUBIROUS, VIDENTE DE LOURDES, 16 DE ABRIL

Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
Bernardita Soubirous, Santa
Vidente de Lourdes, 16 de abril
 
Bernardita Soubirous, Santa

Virgen

Martirologio Romano: En Nevers, en Francia, santa María Bernarda Soubirous, virgen, la cual, nacida en Lourdes de una familia muy pobre, siendo aún niña asistió a las apariciones de la Inmaculada Santísima Virgen María y, después, abrazando la vida religiosa, llevó una vida escondida y humilde. ( 1879).

También se la conoce como: Santa Bernardita De Lourdes.
También se la conoce como: Santa Bernardette.
También se la conoce como: Santa María Bernarda.

Etimológicamente: Bernarda = Aquella que es una guerrera, es de origen germánico.

Fecha de canonización: 8 de diciembre de 1933 por el Papa Pío XI.
El 11 de febrero, fiesta de la Santísima Virgen de Lourdes, nos recuerda las apariciones de la Virgen a una niña de 14 años que no sabía ni leer ni escribir, pero que rezaba todos los días el rosario, Bernardita Soubirous. Nació en Lourdes en 1844 de padres muy pobres. Por medio de ella la Virgen hizo surgir la prodigiosa fuente del milagro, a la cual acuden peregrinos de todo el mundo para reavivar su fe y su esperanza. Muchos regresan de Lourdes curados también en su cuerpo. La Virgen, durante la segunda aparición, le dijo: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, pero sí en el otro”.

A pesar de haber sido dócil instrumento para extener la devoción a la Inmaculada, Bernardita no se contaminó con la gloria humana. El día que el obispo de Lourdes, ante 50.000 peregrinos, colocó la estatua de la Virgen sobre la roca de Massabielle, Bernardita tuvo que permanecer en su celda, víctima de un ataque de asma. Y cuando el dolor físico se hacía más insoportable, suspiraba: “No, no busco alivio, sino sólo la fuerza y la paciencia”. Su breve existencia transcurrió en la humilde aceptación del sufrimiento físico como generosa respuesta a la invitación de la Inmaculada para pagar con la penitencia el rescate de tantas almas que viven prisioneras del mal.

Mientras junto a la gruta de las apariciones se estaba construyendo un grande santuario para acoger a los numerosos peregrinos y enfermos en busca de alivio, Bernardita pareció desaparecer en la sombra. Pasó seis años en el instituto de Lourdes, de las Hermanas de la Caridad de Nevers, y en el que después fue admitida como novicia. Su entrada se demoró debido a su delicada salud. En la profesión tomó el nombre de Sor María Bernarda. Durante los quince años de vida conventual no conoció sino el privilegio del sufrimiento. Las mismas superioras la trataban con indiferencia, por un designio providencial que les impide a las almas elegidas la comprensión y a menudo hasta la benevolencia de las almas mediocres. Al principio fue enfermera dentro del convento, después sacristana, hasta cuando la enfermedad la obligó a permanecer en la cama, durante nueve años, siempre entre la vida y la muerte.

A quien la animaba le contestaba con la radiante sonrisa de los momentos de felicidad cuando estaba a la presencia de la blanca Señora de Lourdes: “María es tan bella que quienes la ven querrían morir para volver a verla”. Bernardita, la humilde pastorcita que pudo contemplar con sus propios ojos a la Virgen Inmaculada, murió el 16 de abril de 1879.

Fue beatificada el 14 de junio de 1925 por el Papa Pío XI, y el mismo Papa la elevó al honor de los altares el 8 de diciembre de 1933.

En Francia se la festeja el 18 de febrero

martes, 18 de febrero de 2014

SANTA BERNARDITA DE SOUBIROUS, VIDENTE DE LOURDES, 18 DE FEBRERO



Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net 
Bernardita Soubirous, Santa
Vidente de Lourdes, 18 de febrero


Martirologio Romano: En Nevers, en Francia, santa María Bernarda Soubirous, virgen, la cual, nacida en Lourdes de una familia muy pobre, siendo aún niña asistió a las apariciones de la Inmaculada Santísima Virgen María, y después abrazó la vida religiosa y llevó una vida escondida y humilde. († 1879)

El 11 de febrero, fiesta de la Santísima Virgen de Lourdes, nos recuerda las apariciones de la Virgen a una niña de 14 años que no sabía ni leer ni escribir, pero que rezaba todos los días el rosario, Bernardita Soubirous. Nació en Lourdes en 1844 de padres muy pobres. Por medio de ella la Virgen hizo surgir la prodigiosa fuente del milagro, a la cual acuden peregrinos de todo el mundo para reavivar su fe y su esperanza. Muchos regresan de Lourdes curados también en su cuerpo. La Virgen, durante la segunda aparición, le dijo: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, pero sí en el otro”.

A pesar de haber sido dócil instrumento para extener la devoción a la Inmaculada, Bernardita no se contaminó con la gloria humana. El día que el obispo de Lourdes, ante 50.000 peregrinos, colocó la estatua de la Virgen sobre la roca de Massabielle, Bernardita tuvo que permanecer en su celda, víctima de un ataque de asma. Y cuando el dolor físico se hacía más insoportable, suspiraba: “No, no busco alivio, sino sólo la fuerza y la paciencia”. Su breve existencia transcurrió en la humilde aceptación del sufrimiento físico como generosa respuesta a la invitación de la Inmaculada para pagar con la penitencia el rescate de tantas almas que viven prisioneras del mal.

Mientras junto a la gruta de las apariciones se estaba construyendo un grande santuario para acoger a los numerosos peregrinos y enfermos en busca de alivio, Bernardita pareció desaparecer en la sombra. Pasó seis años en el instituto de Lourdes, de las Hermanas de la Caridad de Nevers, y en el que después fue admitida como novicia. Su entrada se demoró debido a su delicada salud. En la profesión tomó el nombre de Sor María Bernarda. Durante los quince años de vida conventual no conoció sino el privilegio del sufrimiento. Las mismas superioras la trataban con indiferencia, por un designio providencial que les impide a las almas elegidas la comprensión y a menudo hasta la benevolencia de las almas mediocres. Al principio fue enfermera dentro del convento, después sacristana, hasta cuando la enfermedad la obligó a permanecer en la cama, durante nueve años, siempre entre la vida y la muerte. 

A quien la animaba le contestaba con la radiante sonrisa de los momentos de felicidad cuando estaba a la presencia de la blanca Señora de Lourdes: “María es tan bella que quienes la ven querrían morir para volver a verla”. Bernardita, la humilde pastorcita que pudo contemplar con sus propios ojos a la Virgen Inmaculada, murió el 16 de abril de 1879. 

Fue beatificada el año 1935 y el Papa Pío XI la elevó al honor de los altares el 8 de diciembre de 1933. 

NOTA: Tan sólo en Francia se la festeja el 18 de febrero, en el resto del mundo su fecha es el 16 de abril.

miércoles, 12 de febrero de 2014

ORACIÓN A SANTA BERNADETTE SOUBIROUS


ORACIÓN A SANTA BERNADETTE SOUBIROUS


¡Oh bienaventurada Bernardita! Acuérdate que la Virgen te dijo en la Gruta: "Ruega por los pecadores", para que se conviertan y hagan penitencia. Ruega por mí, pecador, para que Dios perdone mis pecados. Ruega por mí a María Inmaculada, pues confío en que te concederá cuanto la pidas, porque fuiste su confidente en la Gruta de Lourdes. Así como Ella te prometió "hacerte feliz en el otro mundo", te concederá que hagas felices a los que devotamente acudan a ti. A ti, pues, acudo humildemente, suplicándote no me dejes ni me abandones hasta verme contigo en el cielo. Amén.

martes, 11 de febrero de 2014

LA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LOURDES, 11 DE FEBRERO

Autor: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net
La aparición de Nuestra Señora en Lourdes
Aparición de la Virgen, 11 de febrero
 
La aparición de Nuestra Señora en Lourdes
La aparición de Nuestra Señora en Lourdes

¡La Virgen se aparece a una muchacha de 14 años en Lourdes!

">Nos llena de alegría el saber que la Virgen vino a presentarse a unos niños y darnos un mensaje a toda la humanidad.

Un poco de historia

El 11 de febrero de 1858, tres niñas: Bernadette de 14 años, su hermana Marie-Toinette, de 11 y su amiga Jeanne Abadie, de 12 años, salieron de su casa en Lourdes, Francia para recoger leña. Para llegar al lugar que se les había dicho a orillas del río Gave, tenían que pasar ante una gruta natural. Las dos niñas pequeñas cruzaron el arroyo por una parte segura pero dando chillidos porque el agua estaba muy fría. Bernadette no se atrevía a pasar porque padecía de asma. Las otras dos se negaban a ayudarla y entonces ella decidió quitarse las medias. En eso estaba cuando oyó a su lado el ruido de un murmullo, como el que produce una ráfaga de viento. Levantó la cabeza y comprobó que que los arbolillos de la otra orilla estaban quietos; sólo que le pareció advertir un leve movimiento en las maleza que crecía ante la gruta, muy cerca de ella, al otro lado del arroyo. Se quedó mirando fijamente hacia la gruta y vio agitarse con fuerza las ramas de las zarzas, pero además, en un nicho dentro de la cueva, detrás y encima de las ramas, estaba la figura de una joven vestida de blanco saludando con ligeras inclinaciones de cabeza. Vestía túnica blanca, ceñida por una banda azul y llevaba un largo rosario colgado del brazo. Al verla, le pareció que hacía signos como invitándola a orar. Bernadette se arrodilló, sacó su rosario y comenzó a rezarlo. La visión también lo rezó pero sin mover los labios, sólo pasando las cuentas. No se hablaron, pero al terminar los cinco misterios, la figura sonrió y, retrocediendo hacia las sombras de la gruta, desapareció. Las otras dos niñas regresaron de recoger la leña y se echaron a reir al ver a Bernadette de rodillas. La amiga le reprochó que no hubiera ido a buscar leña y la hermana le dijo que la veía asustada, que si había visto algo que le diera miedo. Ella le contó todo, pero le pidió no decir nada a nadie. Toinette se lo dijo a su madre al regresar a casa. La mamá le dijo a Bernadette que se había engañado y que seguramente había visto una piedra. Ella le dijo que no, que era una joven y muy bella.

La madre le prohibió a Bernadette volver a la gruta. Muchos de sus vecinos que se habían enterado de lo que había pasado, le decían que debía regresar al lugar. La mamá le dijo a su hija que le fuera a pedir consejo al Padre Pomian quien no le hizo caso. Su madre le dijo que fuera a hablar con su padre y éste accedió a que volviera al lugar. Varias niñas emprendieron el camino a la gruta, llevando una botella con agua bendita y, al llegar, todas se arrodi-llaron a rezar el Rosario. Cuando iban en el tercer misterio “la misma joven blanca se hizo presente en el mismo lugar de antes”. Bernadette dijo “¡Ahí está!” a la que estaba junto de ella, pero ésta no vio nada. Otra niña le dio el agua bendita y levantándose, arrojó algunas gotas sobre la visión; la figura sonrió e hizo la señal de la cruz. Bernadette le dijo “si vienes de parte de Dios, acércate”. La figura avanzó un paso. En ese momento, Jeanne Abadie con otras niñas lanzaron una piedra que cayó en los pies de Bernadette. La visión desapareció. Pero Bernadette se volvió a arrodillar y permaneció inmóvil con los ojos fijos en la gruta. No se podía mover, su madre la regañó y nadie le creía. Pensaba que había visto un alma del purgatorio.

La tercera aparición tuvo lugar el 18 de febrero, cuando una dama llamada Millet y su hija, llevaron a Bernadette a la gruta. Llevaban una vela bendita, pluma y tinta. Las tres se arrodillaron a rezar y cuando Bernadette dijo que la había visto, le entregaron papel y tinta. Bernadette le pidió a la señora escribir su nombre y lo que quisiera. Entonces, habló por primera vez diciendo que no tenía necesidad de escribir para lo que tenía que decir y le pidió si podía ir todos los días durante una quincena. Luego añadió que no prometía hacerla feliz en esta vida pero sí en la otra y elevándose hacia el techo de la gruta desapareció.

El domingo 21 de febrero gran número de personas la acompañaron a la gruta. Esta vez la visión le pidió que orara por los pecadores. Las autoridades la interrogaron y el jefe de policía le dijo que si volvía a ir sería bajo sus propias consecuencias. A ellos les preocupaba que se estaba perturbando el orden público y que el lugar de la gruta no era un lugar seguro para las multitudes.

El día 22, Bernadette fue a la gruta a pesar de las prohibiciones, pero este día no hubo aparición. El día 23 a las 6 de la mañana, Bernadette llegó al lugar y ya había unas 200 personas. Vio la aparición y cayó en trance que duró casi una hora. Al día siguiente sucedió lo mismo.

El jueves 25, después de rezar un misterio del rosario, Bernadette comenzó a avanzar de rodillas por la subida de la cueva. Al llegar a ésta se quedó viendo el nicho y la Virgen le dijo que fuera a beber en la fuente y a lavarse en sus aguas. Le señaló con el dedo donde estaba la fuente. Encontró un charquito de agua sucia y metió las manos, pero no había suficiente agua para beber. Comenzó a escarbar pero salió turbia. Después de tres veces de sacarla con las manos, ya se podía beber. Las gentes vieron que la niña tenía la cara sucia con lodo. Parecía que mordisqueaba las hojas de una planta. Después se enderezó y se fue caminando a Lourdes. Al principio la gente se burlaba. Pero ese mismo día en la tarde, brotó un manantial de agua en la gruta y su corriente desembocaba en el río Gave. Antes de una semana, el manatial estaba produciendo 102,200 litros diarios, como sigue haciéndolo hasta hoy. El día 26 había unos 800 testigos que vieron a Bernadette inclinarse a besar el suelo.

Las visiones del 27 y 28 siguieron el curso de costumbre, aunque la muchedumbre creció. Para el primero de marzo ya habían unas mil personas, entre ellas un sacerdote. Ahí tuvo lugar una curación aunque la noticia se dio dos meses después. El 2 de marzo la Señora le pidió a Bernadette que le dijera a los clérigos que le construyeran una capilla y se realizara una procesión. El señor cura la despidió fríamente y le dijo que no. El día 3 apareció cuando la mayoría de los espectadores ya se habían ido. El 4 también se apareció y hasta el 25 de marzo que Bernadette visitó la gruta en la madrugada, le preguntó quién era y ella le respondió que era laInmaculada Concepción. Luego le pidió que le construyeran una capilla y ella le dijo que ya les había dicho pero que no le habían hecho caso y que querían un milagro como prueba de su deseo. Luego se desvaneció.

La penúltima de las apariciones tuvo lugar el 7 de abril. La última aparición tuvo lugar el 16 de julio, fiesta de Nuestra Señora del Carmen.
Bernadette ingresó a una orden religiosa de hermanas enfermeras en 1886, a los 22 años de edad murió de tuberculosis en 1898.
A partir de esta fecha la devoción por la Virgen y las visitas a la gruta adquirieron gran importancia. Con el agua del manantial han habido muchas curaciones. Acuden miles de enfermos cada año.
El papa Juan Pablo II ha visitado este santuario.

Algunas personas te podrán decir que esto de ir a las peregrinaciones no tiene sentido, que lo mismo se le puede rezar a la Virgen en cualquier iglesia. Esto es cierto, pero también lo es el que se pueden recibir gracias especiales asistiendo con devoción a estos lugares, como se ha demostrado con las numerosas curaciones que acontecen en esos santuarios.

¡Oración!

María de Lourdes, continua tu labor de cuidado materno a nosotros tus hijos necesitados para que seamos siempre fieles a Dios.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...