El Papa reaparece en público tras casi 40 días hospitalizado y regresa al Vaticano tras recibir el alta médica
Crédito: Daniel Ibañez/ EWTN News
Tras casi 40 días ingresado en el hospital Gemelli, el Papa Francisco ha recibido el alta médica este domingo. Antes de regresar a la Casa Santa Marta, su residencia en el Vaticano, el Pontífice se ha asomado a un balcón del centro sanitario desde el que ha saludado a los fieles y ha impartido la bendición apostólica.
No estaba previsto que pronunciase unas palabras, pues aún sufre las secuelas de la enfermedad, pero el Pontífice ha sacado fuerzas para hablar unos segundos. Con la voz frágil se ha dirigido a una de las mujeres que se habían reunido en el patio del hospital para mostrarle su cercanía.
“¡Esta señora con las flores amarillas, qué brava!”, comentó.
A pesar de haber recibido el alta médica, el Santo Padre no podrá retomar enseguida el alto ritmo de trabajo que seguía antes de ser hospitalizado. La convalecencia proseguirá en el Vaticano durante al menos dos meses, en los cuales los médicos han desaconsejado visitas con grandes grupos que puedan comprometer nuevamente su estado de salud. Además, deberá seguir con la terapia farmacológica, junto con los ejercicios de fisioterapia y rehabilitación motora que ya realizaba antes.
El Papa Francisco le deja un ramo de flores a la Virgen en la basílica de Santa María la Mayor
Por: Victoria Cardiel - Crédito: Vatican Media
Poco antes de regresar al Vaticano, tras recibir el alta médica, el Papa Francisco ha querido dirigirse a la basílica de Santa María Mayor de Roma, como acostumbra hacer antes y después de cada viaje apostólico, para rezar unos ante el icono de la Virgen, la Salus Populi Romani.
El Santo Padre tiene especial devoción por esta imagen que, según la tradición, llegó a Roma en el año 590 durante el pontificado de Gregorio I y fue venerada por los primeros cristianos.
El Papa entregó al arcipreste coadjutor de la Basílica Papal de Santa María la Mayor, el Cardenal Rolandas Makrickas, un ramo de flores para que lo colocase en el altar.
El Papa Francisco ya está en su residencia en el Vaticano tras recibir el alta médica
Por: Victoria Cardiel
El Papa Francisco ya está de regreso en Casa Santa Marta, su residencia en el Vaticano tras recibir este domingo el alta médica, donde proseguirá con la convalecencia durante al menos dos meses.
En ese tiempo de recuperación, los médicos le han prescrito reposo, por lo que no podrá retomar su agenda a plena rendimiento. Además tiene que continuar con la terapia farmacológica y con los ejercicios tanto de fisioterapia motora como respiratoria.
Esta mañana, antes de asomarse al balcón de la quinta planta del hospital Gemelli para saludar e impartir la bendición a los fieles, el Papa Francisco saludó brevemente al personal sanitario. Según informó la Oficina de prensa del Vaticano, el Santo Padre agradeció el trato médico y los cuidados que le han brindado durante estos 37 días hospitalizado.
Entre las personas a las que ha saludado estaban: la rectora de la Università Cattolica del Sacro Cuore, profesora Elena Beccalli; el presidente de la Fondazione Policlinico Universitario Agostino Gemelli IRCCS, doctor Daniele Franco; el decano de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Università Cattolica, profesor Antonio Gasbarrini; el vicepresidente de la Fondazione Policlinico Gemelli, doctor Giuseppe Fioroni; el director general de la Fondazione Policlinico A. Gemelli IRCCS, Profesor Marco Elefanti; el Asistente Eclesiástico General de la Universidad Católica, Monseñor Claudio Giuliodori; el director del Departamento de Ciencias Médico-Quirúrgicas del Policlínico, Sergio Alfieri, y el Director Médico de la Fundación Policlínico Gemelli, Andrea Cambieri.
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Ya en Roma, los cardenales residentes en Roma, con todos los colaboradores de la Curia romana y de la diócesis de Roma, recogiendo los sentimientos del pueblo de Dios, se han reunido en la plaza de San Pedro, a las 21 horas, para el rezo del Santo Rosario por la salud del Santo Padre. La oración ha sido presidida por Su Eminencia el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin.
Papa Francisco: “Que se silencien las armas en todas partes”
El Papa Francisco durante el ángelus
Por Victoria Cardiel - 9 de febrero de 2025
El Papa Francisco renovó hoy domingo 9 de febrero su llamado a la paz en el mundo al pedir “que se silencien las armas en todas partes” desde la Plaza de San Pedro tras presidir la Misa con motivo del Jubileo de las Fuerzas Armadas, Policía y Cuerpos de seguridad.
“Que se silencien las armas en todas partes y se escuche el grito de los pueblos que piden paz”, pidió antes de rezar el ángelus ante los más de 30.000 militares procedentes de más de cien países del mundo que han participado en este gran evento.
Se trata del segundo gran acto de los 36 previstos por el Año Santo después del Jubileo de la Comunicación, cuando centenares de periodistas, comunicadores de diversas partes del mundo y también los delegados de comunicación de las diócesis de todo el mundo, se dieron cita en Roma.
“Recemos por la paz en la martirizada Ucrania, en Palestina, en Israel, en Myanmar, en todo Oriente Medio, en Sudán”, continuó el Santo Padre.
El Pontífice, aquejado de una bronquitis, se vio imposibilitado de leer la homilía completa de la Misa que presidió antes de la oración mariana tras admitir que sufría “dificultades de respiración”.
“Ahora me excuso y pido al maestro que continúe con la lectura por las dificultades en la respiración”, señaló.
Sus palabras fueron recibidas con aplausos por los asistentes, militares, soldados y policías de distintos países.
A pesar de la enfermedad que sufre el Papa Francisco de 88 años, la ceremonia solemne, a la que asistieron varias asociaciones y academias militares de todo el mundo, así como obispos y capellanes castrenses, se celebró al aire libre en una mañana lluviosa y fría, típica del invierno de Roma.
De hecho, el fuerte viento presente en la capital italiana arrastró varios metros el solideo del Santo Padre que tuvo que continuar el ángelus sin él.
Finalmente, el Pontífice extendió su saludo a todo el personal militar del mundo y recordó las enseñanzas de la Iglesia Católica a este respecto.
Así, citó las conclusiones del Concilio Vaticano II recogidas en la Constitución pastoral Gaudium et spes sobre los que ejercen su profesión en las filas del ejército y les pidió ser también “servidores de la seguridad y de la libertad de sus pueblos”.
“Este servicio armado debe ejercerse sólo en defensa propia, nunca para imponer la dominación sobre otras naciones, observando siempre las convenciones internacionales sobre conflictos y, sobre todo, con sagrado respeto por la vida y la creación”, insistió.
Papa Francisco: En la fiesta del Bautismo del Señor contemplamos el rostro y la voz de Dios
Por Eduardo Berdejo
12 de enero de 2025
En sus palabras previas al rezo del Ángelus dominical, el Papa Francisco reflexionó sobre el bautismo de Jesús en el río Jordán, un evento en el que “tiene lugar la Epifanía de Dios, que revela su rostro en el Hijo y hace escuchar su voz”.
Ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice dijo que la fiesta del Bautismo de Jesús, que la Iglesia Católica celebra este 12 de enero, “nos hace pensar en muchas cosas, también en nuestro bautismo”.
“Jesús se une a su pueblo, que va a recibir el bautismo para el perdón de los pecados. Me gusta recordar las palabras de un himno de la liturgia de hoy: Jesús va para que Juan le bautice ‘con el alma desnuda y los pies desnudos’”, añadió.
El Papa Francisco explicó que “cuando Jesús recibe el bautismo se manifiesta el Espíritu y tiene lugar la Epifanía de Dios, que revela su rostro en el Hijo y hace escuchar su voz que dice: ‘Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección’. El rostro y la voz”.
El Pontífice dijo que al “revelarse el Padre a través del Hijo, Dios establece un lugar privilegiado para entrar en diálogo y en comunión con la humanidad. Es el rostro del Hijo amado”.
“En segundo lugar —añadió—la voz: ‘Tú eres mi Hijo muy querido’. Este es otro signo que acompaña la revelación de Jesús”.
En ese sentido, el Papa reiteró que la fiesta que la Iglesia celebra hoy “nos hace contemplar el rostro y la voz de Dios, que se manifiestan en la humanidad de Jesús”. “Y entonces preguntémonos: ¿nos sentimos amados? ¿Yo me siento amado y acompañado por Dios o pienso que Dios está distante de mí? ¿Somos capaces de reconocer su rostro en Jesús y en los hermanos? ¿Y estamos acostumbrados a escuchar su voz?”.
Luego, invitó a preguntarse: “¿Cada uno de nosotros recuerda la fecha de su bautizo? ¡Esto es muy importante! Piensa: ¿en qué día fui bautizado o bautizada?”.
“Y si no lo recordamos, al llegar a casa, preguntamos a los padres, a los padrinos la fecha del bautizo. Y celebramos en esa fecha como un nuevo cumpleaños: la del nacimiento en el Espíritu de Dios. ¡No lo olvidéis! Este es un trabajo para hacer en casa: la fecha de mi bautizo”, expresó.
Luego del rezo de la oración mariana, el Papa Francisco expresó nuevamente su cercanía a las personas afectadas por los incendios en California.
Además, pidió oraciones por los niños bautizados esta mañana en la Capilla Sixtina y destacó la beatificación del sacerdote Giovanni Merlini, de los Misioneros de la Preciosísima Sangre, que tuvo lugar hoy en Basílica de San Juan de Letrán.
Finalmente, pidió por la paz “en Ucrania, en Oriente Medio y en todo el mundo”. “No olvidemos que la guerra es siempre una derrota”, reiteró.
Papa Francisco: No tengamos miedo de dar el primer paso para llevar luz a la oscuridad
Por Walter Sánchez Silva
5 de enero de 2025
El Papa Francisco afirmó que la invitación de Dios hoy, para cada uno, es a no tener miedo de dar el primer paso, para abrir así ventanas de luz, en medio de la oscuridad del mundo actual.
En un frío domingo romano, marcado por la lluvia y por una plaza de San Pedro con una multitud portando paraguas, el Santo Padre meditó en el evangelio de hoy (Jn 1,1-18), en el que se hace referencia a Jesús así: “la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron”.
El Papa Francisco destacó que esto se puede constatar en este tiempo de Navidad, “cuando el Hijo de Dios, hecho hombre, supera tantos muros y tantas divisiones”, compartiendo “la vida humilde de María y José, que lo acogen y crían con amor, pero con las posibilidades limitadas y las dificultades propias de quien no tiene medios, eran pobres”.
El Santo Padre resaltó asimismo que el Señor permite que lo encuentren los pastores y los Reyes Magos, superando dificultades, porque “Dios no se detiene nunca: encuentra miles de modos para llegar a todos y a cada uno de nosotros, allá donde nos encontremos, sin cálculos y sin condiciones, abriendo también en las noches más oscuras de la humanidad ventanas de luz que la oscuridad no puede cubrir”.
Hablando del mundo actual, el Papa Francisco dijo que Dios hace posible que se pueda salir de situaciones complicadas, aunque a veces “parece imposible salir de ellas”.
“Pero hoy la Palabra de Dios nos dice que no es así: es más, nos llama a imitar al Dios del amor, abriendo destellos de luz donde podamos, con cualquiera que nos encontremos, en todos los contextos: familiar, social, internacional. Nos invita a no tener miedo de dar el primer paso. Esta es la invitación del Señor hoy: No tengamos miedo de dar el primero paso”.
El Pontífice reconoció luego que “se necesita coraje para darlo, sin miedo, abriendo ventanas luminosas de cercanía a quien sufre, de perdón, de compasión y de reconciliación, estos son tantos primeros pasos que debemos dar para hacer el camino más claro, seguro y posible para todos”.
Tras destacar que “esta invitación resuena de modo particular en el Año Jubilar que acaba de comenzar” para ser “mensajeros de esperanza”, el Papa Francisco cuestionó: “¿En qué modo puedo abrir una ventana de luz en mi ambiente y en mis relaciones? ¿Dónde puedo ser un resquicio que deje pasar el amor de Dios? ¿Cuál es el primer paso que hoy debería dar?”.
La oración por el fin de la guerra en Ucrania, Palestina, Israel y otros países
Al concluir el rezo del ángelus de este domingo, el Papa Francisco renovó su oración por los países que aún sufren a causa de la guerra.
“Seguimos rezando por la paz, en Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Siria, Myanmar, Sudán. Que la comunidad internacional actúe con firmeza para que en los conflictos se respete el derecho humanitario”, clamó el Santo Padre.
“Basta de atacar a civiles, no más ataques a escuelas, hospitales, ¡no más ataques contra lugares de trabajo! No olvidemos que la guerra es siempre una derrota, ¡siempre!”, concluyó el Pontífice.
Papa Francisco pide no encerrarse “en el teléfono móvil”: Dialogar es “importante para una familia”
Papa Francisco
Crédito: Vatican Media.
Por David Ramos
El Papa Francisco recordó a los fieles católicos que “el diálogo es un elemento importante para una familia”, e hizo un llamado a “nunca permanecer encerrado en sí mismo o, peor aún, con la cabeza en el teléfono móvil”.
Es el mensaje que hizo el Santo Padre a los fieles congrgados en la Plaza de San Pedro del Vaticano antes del rezo del Ángelus el domingo 29 de diciembre, día en el que la Iglesia Católica celebra a la Sagrada Familia de Nazaret.
El Evangelio del domingo—Lc 2,41-52— “narra cuando Jesús, de 12 años, al final de la peregrinación anual a Jerusalén, fue perdido por María y José, que lo encontraron en el Templo discutiendo con los doctores”, dijo el Papa. “El evangelista Lucas revela el estado de ánimo de María, que pregunta a Jesús: ‘Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo, angustiados, te buscábamos’”.
“Jesús le responde: ‘¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?’”, indicó el Pontífice.
La Sagrada Familia: “Una familia que dialoga, que se escucha, que habla”
Para el Papa, esta “es la experiencia diría casi habitual de una familia que alterna momentos tranquilos con otros dramáticos. Parece la historia de una crisis familiar de nuestros días, de un adolescente difícil y dos padres que no logran comprenderle”.
“Detengámonos a observar a esta familia. ¿Saben por qué la Sagrada Familia de Nazaret es un modelo? Porque es una familia que dialoga, que se escucha, que habla. ¡El diálogo es un elemento importante para una familia! Una familia que no se comunica no puede ser una familia feliz”, señaló.
El Papa Francisco resaltó que “es hermoso cuando una madre no empieza con un reproche, sino con una pregunta. María no acusa ni juzga, sino que intenta comprender cómo acoger a este Hijo tan diferente a través de la escucha”.
“A pesar de este esfuerzo, el Evangelio dice que María y José ‘no entendieron lo que les decía’, lo que demuestra que en la familia es más importante escuchar que entender”, dijo el Papa, destacando que “escuchar es dar importancia al otro, reconocer su derecho a existir y a pensar por sí mismo. Los hijos necesitan esto”.
La comida, “un momento privilegiado para el diálogo”
El Santo Padre destacó luego que “un momento privilegiado para el diálogo y la escucha en la familia es el momento de la comida. Es bueno estar juntos a la mesa y hablar. Esto puede resolver muchos problemas y, sobre todo, une a las generaciones: los hijos hablando con sus padres, los nietos hablando con sus abuelos”.
Así, el Papa pidió a los miembros de la familia “nunca permanecer encerrado en sí mismo o, peor aún, con la cabeza en el teléfono móvil. Esto no va, esto no, nunca. Hablar, escucharse, ¡este es el diálogo que hace bien y que hace crecer!”.
“La familia de Jesús, María y José es santa. Sin embargo, hemos visto que ni siquiera los padres de Jesús lo comprendieron siempre. Podemos reflexionar sobre esto, y no nos sorprendamos si a veces nos sucede en la familia que no nos entendemos”.
“Cuando nos ocurra, preguntémonos: ¿nos hemos escuchado? ¿Afrontamos los problemas escuchándonos unos a otros o nos encerramos en el mutismo (...) en el resentimiento, el orgullo? ¿Nos tomamos un poco de tiempo para dialogar? Lo que podemos aprender hoy de la Sagrada Familia es la escucha mutua”, señaló.
“Encomendémonos a la Virgen María y pidámosle el don de la escucha para nuestras familias”, concluyó el Papa.
Mensaje y bendición Urbi et Orbi del Papa Francisco por Navidad
Crédito: ACI Prensa / EWTN
25 de diciembre de 2024
A continuación el texto completo del mensaje del Papa Francisco, que pronunció en la Plaza de San Pedro en el Vaticano por Navidad, al mediodía de hoy (hora local), antes de impartir la tradicional bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo)
Queridos hermanos y hermanas: ¡Feliz Navidad! Anoche se ha renovado el misterio que no cesa de asombrarnos y conmovernos: la Virgen María dio a luz a Jesús, el Hijo de Dios, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre. Así lo encontraron los pastores de Belén, llenos de alegría, mientras los ángeles cantaban: “Gloria a Dios y paz a los hombres”. ¡Paz a los hombres!
Sí, este acontecimiento, ocurrido hace más de dos mil años, se renueva por obra del Espíritu Santo, el mismo Espíritu de amor y de vida que fecundó el seno de María y de su carne humana formó a Jesús. Y así hoy, en los afanes de nuestro tiempo, realmente se encarna de nuevo la Palabra eterna de salvación, que dice a cada hombre y a cada mujer; que dice al mundo entero este mensaje: Yo te amo, te perdono, vuelve a mí, la puerta de mi corazón está abierta para ti.
Hermanos y hermanas, la puerta del corazón de Dios está siempre abierta, regresemos a Él. Volvamos al corazón que nos ama y nos perdona. Dejémonos perdonar por Él, dejémonos reconciliar con Él. Dios perdona siempre, Dios perdona todo, dejémonos perdonar por Él.
Este es el significado de la Puerta Santa del Jubileo, que ayer por la noche abrí aquí en San Pedro: representa a Jesús, Puerta de salvación abierta a todos. Jesús es la Puerta que el Padre misericordioso ha abierto en medio del mundo, en medio de la historia, para que todos podamos volver a Él.
Todos somos como ovejas perdidas y tenemos necesidad de un Pastor y de una Puerta para regresar a la casa del Padre. Jesús es el Pastor, Jesús es la Puerta.
Hermanos y hermanas, no tengan miedo. La Puerta está abierta, abierta de par en par. No es necesario tocar a la puerta, está abierta. Vengan, dejémonos reconciliar con Dios, y entonces nos reconciliaremos con nosotros mismos y podremos reconciliarnos entre nosotros, incluso con nuestros enemigos.
La misericordia de Dios lo puede todo, desata todo nudo, abate todo muro que divide, la misericordia de Dios disipa el odio y el espíritu de venganza. Vengan, Jesús es la Puerta de la paz.
Con frecuencia nos detenemos en el umbral; no tenemos el valor para atravesarlo, porque nos interpela. Entrar por la Puerta requiere el sacrificio de dar un paso adelante, de dejar atrás contiendas y divisiones. Entrar por la puerta requiere un paso, un pequeño sacrificio: dar un paso para una cosa muy grande, requiere dar un paso para abandonarnos en los brazos abiertos del Niño que es el Príncipe de la paz.
En esta Navidad, inicio del Año jubilar, invito a todas las personas, a todos los pueblos y naciones a armarse de valor para cruzar la Puerta, a hacerse peregrinos de esperanza, a silenciar las armas, ¡hacer silenciar las armas! y superar las divisiones.
Que callen las armas en la martirizada Ucrania. Que se tenga la audacia de abrir la puerta a las negociaciones y a los gestos de diálogo y de encuentro, para llegar a una paz justa y duradera.
Que callen las armas en Oriente Medio. Con los ojos fijos en la cuna de Belén, dirijo mi pensamiento a las comunidades cristianas de Palestina e Israel, en particular a la querida comunidad de Gaza, donde la situación humanitaria es gravísima. Que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se ayude a la población extenuada por el hambre y la guerra.
También soy cercano a la comunidad cristiana del Líbano, sobre todo del sur, y a la de Siria, en este momento tan delicado. Que se abran las puertas del diálogo y de la paz en toda la región, lacerada por el conflicto. Y quiero recordar aquí también al pueblo libio, animándolo a buscar soluciones que permitan la reconciliación nacional.
Que el nacimiento del Salvador traiga un tiempo de esperanza a las familias de miles de niños que están muriendo a causa de la epidemia de sarampión en la República Democrática del Congo, así como a las poblaciones del oriente de ese país y a las de Burkina Faso, de Malí, de Níger y de Mozambique.
La crisis humanitaria que las golpea está causada principalmente por conflictos armados y por la plaga del terrorismo y se agrava por los efectos devastadores del cambio climático, que provoca la pérdida de vidas humanas y el desplazamiento de millones de personas. Pienso también en las poblaciones de los países del Cuerno de África para los que imploro los dones de la paz, la concordia y la fraternidad.
Que el Hijo del Altísimo sostenga el compromiso de la comunidad internacional para favorecer el acceso de la población civil de Sudán a las ayudas humanitarias y poner en marcha nuevas negociaciones con el propósito de un alto el fuego.
Que el anuncio de la Navidad traiga consuelo a los habitantes de Myanmar, que, a causa de los continuos enfrentamientos armados, padecen grandes sufrimientos y son obligados a huir de sus casas.
Que el Niño Jesús inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano, con el fin de encontrar lo antes posible soluciones eficaces en la verdad y la justicia, para promover la armonía social, en particular pienso en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua, y se trabaje, especialmente durante este Año jubilar, para edificar el bien común y redescubrir la dignidad de cada persona, superando las divisiones políticas.
Que el Jubileo sea ocasión para derribar todos los muros de separación: los ideológicos, que tantas veces marcan la vida política, y los materiales, como la división que afecta desde hace ya cincuenta años a la isla de Chipre y que ha lacerado el tejido humano y social. Hago votos para que se pueda alcanzar una solución compartida, que ponga fin a la división respetando plenamente los derechos y la dignidad de todas las comunidades chipriotas.
Jesús, el Verbo eterno de Dios hecho hombre, es la Puerta abierta de par en par que estamos invitados a pasar para redescubrir el sentido de nuestra existencia y la sacralidad de cada vida, toda vida es sagrada, y para recuperar los valores fundamentales de la familia humana.
Él nos espera en ese umbral. Nos espera a cada uno de nosotros, especialmente a los más frágiles. Espera a los niños, a todos los niños que sufren por la guerra y el hambre. Espera a los ancianos, obligados muchas veces a vivir en condiciones de soledad y abandono.
Espera a cuantos han perdido la propia casa o huyen de su tierra, tratando de encontrar un refugio seguro. Espera a cuantos han perdido o no encuentran trabajo. Espera a los encarcelados que, a pesar de todo, siguen siendo hijos de Dios. Espera a cuantos son perseguidos por su fe, que son muchos.
En este día de fiesta, que no falte nuestra gratitud hacia quien se esmera al máximo por el bien de manera silenciosa y fiel. Pienso en los padres, los educadores y los maestros, que tienen la gran responsabilidad de formar a las nuevas generaciones; pienso en el personal sanitario, en las fuerzas del orden, en cuantos llevan adelante obras de caridad, especialmente en los misioneros esparcidos por el mundo, que llevan luz y consuelo a tantas personas en dificultad. A todos ellos queremos decirles: ¡gracias, gracias!
Hermanos y hermanas, que el Jubileo sea la ocasión para perdonar las deudas, especialmente aquellas que gravan sobre los países más pobres. Cada uno de nosotros está llamado a perdonar las ofensas recibidas, porque el Hijo de Dios, que nació en la fría oscuridad de la noche, perdona todas nuestras ofensas. Él ha venido a curarnos y perdonarnos.
Peregrinos de esperanza, vayamos a su encuentro. Abrámosle las puertas de nuestro corazón, como Él nos ha abierto de par en par la puerta del suyo. A todos les deseo una serena y santa Navidad.
El Papa Francisco abre la Puerta Santa e inicia oficialmente el Jubileo 2025: “Es el tiempo de la esperanza”
Por David Ramos
En la Nochebuena de este 2024, en vísperas de la Navidad, el Papa Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, iniciando oficialmente el Jubileo de la Esperanza 2025.
En la ceremonia, el Santo Padre aseguró que al comenzar este año jubilar “entramos en el tiempo de la misericordia y del perdón, para que se revele a todo hombre y a toda mujer el camino de la esperanza que no defrauda”.
Posteriormente el Papa se acercó a la Puerta Santa, orando brevemente ante ella. Tras tocar a la puerta, ésta fue abierta y el Santo Padre la cruzó rumbo al altar de la Confesión, el altar principal de la Basílica de San Pedro.
Concluido el rito de la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, el Papa celebró la Santa Misa en la noche de la Natividad del Señor.
Tras proclamar el anuncio del nacimiento del Señor, se desveló la imagen del Niño Jesús colocado en un trono delante del altar. Un grupo de niños de distintas nacionalidades rodearon al Niño Jesús y le rindieron homenaje colocando flores alrededor.
“La puerta de la esperanza se ha abierto de par en par al mundo”
En su homilía, el Papa Francisco aseguró que “entre el asombro de los pobres y el canto de los ángeles, el cielo se abrió sobre la tierra; Dios se hizo uno de nosotros para hacernos como Él, descendió entre nosotros para elevarnos y llevarnos al abrazo del Padre”.
“Esta, hermanos, hermanas, es nuestra esperanza. Dios es el Emanuel, el ‘Dios con nosotros’. El infinitamente grande se hizo pequeño; la luz divina brilló entre las tinieblas del mundo; en la pequeñez de un Niño”, dijo.
“Y si Dios viene, aun cuando nuestro corazón se asemeja a un pobre pesebre, entonces podemos decir: la esperanza no ha muerto, la esperanza está viva, y envuelve nuestra vida para siempre”, destacó.
El Santo Padre dijo a continuación que “con la apertura de la Puerta Santa damos inicio a un nuevo Jubileo. Cada uno de nosotros puede entrar en el misterio de este anuncio de gracia”.
“En esta noche, la puerta de la esperanza se ha abierto de par en par al mundo; en esta noche, Dios dice a cada uno: ¡también hay esperanza para ti!”, aseguró.
“Hay esperanza para cada uno de nosotros”, dijo, apartándose brevemente de la homilía preparada previamente. “Pero no olviden, hermanos y hermanas, que Dios perdona todo, que Dios perdona siempre. No se olviden de esto”, añadió.
“Para acoger este regalo, estamos llamados a ponernos en camino con el asombro de los pastores de Belén. El Evangelio dice que ellos, habiendo recibido el anuncio del ángel, ‘fueron rápidamente’. Esta es la señal para recuperar la esperanza perdida: renovarla dentro de nosotros, sembrarla en las desolaciones de nuestro tiempo y de nuestro mundo rápidamente”.
“Y hay tantas desolaciones en nuestro tiempo. Pensemos en las guerras, pensemos en los niños ametrallados, en las bombas en las escuelas y en los hospitales”, dijo.
“La esperanza cristiana —precisó el Papa— no es un final feliz que hay que esperar pasivamente; no es un happy ending de una película; es la promesa del Señor que hemos de acoger aquí y ahora, en esta tierra que sufre y que gime. Esta esperanza, por tanto, nos pide que no nos demoremos, que no nos dejemos llevar por la rutina, que no nos detengamos en la mediocridad y en la pereza”.
Siguiendo el ejemplo de los pastores, el Pontífice precisó que “la esperanza que nace en esta noche no tolera la indolencia del sedentario ni la pereza de quien se acomoda en su propio bienestar. Y tantos de nosotros tenemos el peligro de acomodarnos en nuestras comodidades”.
“La esperanza no admite la falsa prudencia de quien no se arriesga por miedo a comprometerse, ni el cálculo de quien sólo piensa en sí mismo; la esperanza es incompatible con la vida tranquila de quien no alza la voz contra el mal ni contra las injusticias que se cometen sobre la piel de los más pobres”.
El Papa dijo que por el contrario “la esperanza cristiana, mientras nos invita a la paciente espera del Reino que germina y crece, exige de nosotros la audacia de anticipar hoy esta promesa, a través de nuestra responsabilidad. Y no sólo de nuestra responsabilidad sino también de nuestra compasión”.
“También nos hará bien preguntarnos sobre la propia compasión: ¿yo tengo compasión? ¿Sé padecer con? Pensemos en esto”, alentó.
“Este es el tiempo de la esperanza”
“Hermanos y hermanas, este es el Jubileo, este es el tiempo de la esperanza. Este nos invita a redescubrir la alegría del encuentro con el Señor, nos llama a la renovación espiritual y nos compromete en la transformación del mundo, para que este llegue a ser realmente un tiempo jubilar”, expresó.
El Papa aseguró que “todos nosotros tenemos el don y la tarea de llevar esperanza allí donde se ha perdido; allí donde la vida está herida, en las expectativas traicionadas, en los sueños rotos, en los fracasos que destrozan el corazón; en el cansancio de quien no puede más, en la soledad amarga de quien se siente derrotado, en el sufrimiento que devasta el alma; en los días largos y vacíos de los presos, en las habitaciones estrechas y frías de los pobres, en los lugares profanados por la guerra y la violencia”.
“El Jubileo se abre para que a todos les sea dada la esperanza del Evangelio, la esperanza del amor, la esperanza del perdón”, resaltó.
“Hermana, hermano, en esta noche la ‘puerta santa’ del corazón de Dios se abre para ti. Jesús, Dios con nosotros, nace para ti, para nosotros, para todo hombre y mujer. Y con Él florece la alegría, con Él la vida cambia, con Él la esperanza no defrauda”, concluyó.
Papa Francisco con nuevos cardenales: La Inmaculada no es un mito ni un ideal imposible
Por Walter Sánchez Silva
8 de diciembre de 2024
El Papa Francisco aseguró que la Inmaculada, cuya Solemnidad se celebra este domingo 8 de diciembre, “no es un mito, ni una doctrina abstracta, ni un ideal imposible; sino que es la propuesta de un proyecto hermoso y concreto” para toda la humanidad.
Al contemplar a María, concebida sin pecado original, el Papa advirtió que “el riesgo, sin embargo, sería pensar que se trate de una belleza lejana, una belleza demasiado alta, inalcanzable. Pero no es así”.
“La Inmaculada pues no es un mito, ni una doctrina abstracta, ni un ideal imposible; sino que es la propuesta de un proyecto hermoso y concreto, el modelo plenamente realizado de nuestra humanidad, a través del cual, por gracia de Dios, todos podemos contribuir para mejorar nuestro mundo”, subrayó.
En la homilía de la Misa que presidió en la Basílica de San Pedro junto a los 21 nuevos cardenales que creó ayer en el Vaticano, el Santo Padre enumeró varios de los desafíos a los que debe hacerse frente en el mundo de hoy, donde muchas veces no hay “ni amor, ni felicidad” y tampoco libertad.
“Quien le falta el respeto al padre y a la madre, quien no quiere hijos, quien considera a los demás como un objeto o como un fastidio, quien considera el compartir como una pérdida y la solidaridad como un empobrecimiento, no difunde alegría ni futuro”, alertó el Papa Francisco.
“¿De qué sirve tener dinero en el banco, comodidades en los departamentos, falsos ‘contactos’ en el mundo virtual, si luego los corazones permanecen fríos, vacíos o cerrados? ¿De qué sirven los altos niveles de crecimiento financiero de los países privilegiados, si medio mundo muere a causa del hambre y de la guerra, mientras los demás se quedan mirando con indiferencia? ¿De qué sirve viajar por todo el planeta, si luego cada encuentro se reduce a la emoción del momento, a una fotografía que ya nadie recordará al cabo de algunos días o algunos meses?”, cuestionó.
El Santo Padre pidió a la Madre de Dios que “su Corazón lleno de amor nos conquiste, que nos convierta y haga de nosotros una comunidad donde la filiación, la esponsalidad y la maternidad sean regla y criterio de vida; donde las familias se reúnan, los esposos compartan todo, los padres y las madres estén presentes, en carne y hueso, cercanos a sus hijos, y los hijos cuiden a sus padres”.
Sobre los nuevos cardenales, el Papa Francisco destacó que “son hermanos a quienes les he pedido que me ayuden en el servicio pastoral de la Iglesia universal. Vienen de numerosas partes del mundo, portadores de una única Sabiduría con muchos rostros, para contribuir al crecimiento y a la extensión del Reino de Dios. Encomendémoslos de manera particular a la intercesión de la Madre del Salvador”.
Sobre el primero, el Papa destacó que “aquí la Virgen se nos muestra hermosa como una flor, crecida de manera desapercibida y finalmente lista para abrirse en la total entrega de sí. Porque la vida de María es un continuo donarse”.
En cuanto al segundo, el Papa Francisco resaltó que María “aquella que Dios eligió como compañera para su proyecto de salvación. No hay salvación sin la mujer porque también la Iglesia es mujer”. Con su “sí” al Señor, la Virgen se convierte en ejemplo de fidelidad y lealtad.
Respecto al tercero, el Pontífice indicó que María como madre es a quien se suele recurrir ante las dificultades, porque “aquí la Inmaculada es hermosa en su fecundidad, es decir, en su saber morir para dar vida, en su olvidarse de sí misma para cuidar a quien, pequeño e indefenso, se aferra a Ella”.
Papa Francisco: En Adviento levantemos la mirada a Jesús, “que aligera el corazón”
Crédito: Vatican Media.
David Ramos
El Papa Francisco alentó a que en este Adviento levantemos la mirada a Jesús, “que aligera el corazón y nos sostiene en el camino”.
Así lo dijo en su alocución previa al rezo del Ángelus este 1 de diciembre, primer Domingo de Adviento, a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
El Papa recordó que el Evangelio de hoy (Lc 21,25-28.34-36), “nos habla de trastornos cósmicos y de angustia y miedo en la humanidad. En este contexto Jesús dirige a sus discípulos una palabra de esperanza: ‘Tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación’”.
“La preocupación del Maestro es que sus corazones no se apesadumbren y que esperen vigilantes la venida del Hijo del hombre”, destacó, resaltando que “la invitación de Jesús es esta: levantar la cabeza hacia lo alto y tener el corazón ligero y despierto”.
El Santo Padre señaló que “muchos contemporáneos de Jesús, ante los eventos catastróficos que ven acaecer a su alrededor – persecuciones, conflictos, calamidades naturales –, son embargados por la angustia y creen que está por llegar el fin del mundo. Tienen el corazón pesado por el temor”.
“Levántense y alcen la cabeza”
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Sin embargo, dijo, “Jesús quiere liberarlos de las angustias presentes y de las falsas convicciones, indicando cómo estar prevenidos en el corazón, como leer los eventos a partir del proyecto de Dios, que actúa la salvación también dentro de las circunstancias más dramáticas de la historia”.
“Por esto les sugiere dirigir la mirada hacia el Cielo para entender las cosas de la tierra: ‘levántense y alcen la cabeza’. Es bello… ‘levántense y alcen la cabeza’”.
“También para nosotros es importante el consejo de Jesús: ‘Que sus corazones no se apesadumbren’”, señaló el Papa. “Todos nosotros, en tantos momentos de la vida, nos preguntamos: cómo hacer para tener un corazón ‘ligero’, ¿un corazón despierto, libre? ¿Un corazón que no se deja aplastar por la tristeza? La tristeza es fea… Es fea”.
“¿Me dejo tocar por el desánimo?”
Tras señalar que las contrariedades de la vida pueden llegar a pesarnos “como rocas”, empujarnos “al desánimo” e inducirnos “a encerrarnos en nosotros mismos”, el Santo Padre subrayó que “Jesús nos invita en cambio a levantar la cabeza, a confiar en su amor que nos quiere salvar y que se hace cercano en cada situación de nuestra existencia, a hacerle espacio para volver a encontrar la esperanza”.
“Preguntémonos: mi corazón está cargado por el miedo, por las preocupaciones, ¿por las ansias en el futuro? Sé observar los eventos cotidianos y las circunstancias de la historia con los ojos de Dios, en la oración, ¿con un horizonte más amplio? ¿O más bien me dejo tocar por el desánimo?”.
“Que este tiempo de Adviento sea una ocasión preciosa para levantar la mirada hacia Él, que aligera el corazón y nos sostiene en el camino”, alentó, animando al concluir su mensaje a invocar “a la Virgen María, que también en los momentos de prueba ha estado lista a acoger el proyecto de Dios”.
Solemnidad de Cristo Rey: Tres claves del Papa para que los jóvenes enfrenten los desafíos con valentía
Crédito: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
Por Diego López Marina
24 de noviembre de 2024
Este domingo, en la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo, el Papa Francisco ofreció tres claves para que los jóvenes enfrenten con esperanza y coraje los desafíos y dificultades de la vida.
La reunión incluyó la celebración diocesana anual de la Jornada Mundial de la Juventud y contó con la entrega de los símbolos de los peregrinos (la Cruz de la JMJ, y el icono de María, conocido como Salus Populi Romani) de los jóvenes portugueses a sus homólogos coreanos, que serán los anfitriones de la JMJ en Seúl en 2027.
En su homilía, el Santo Padre invitó a las nuevas generaciones a tener en cuenta tres aspectos clave: superar las acusaciones, no buscar consensos vacíos y permanecer siempre en la verdad.
1. No tener miedo a las acusaciones ni condenas del mundo
El Papa Francisco comenzó su reflexión evocando el juicio de Jesús ante Pilato, “quien lo interroga como representante del Imperio Romano”. Cristo, explicó el Santo Padre, enfrentó las acusaciones con firmeza y serenidad, permaneciendo fiel a la verdad “que ha anunciado, hasta llegar al sacrificio de su propia vida”.
Dirigiéndose directamente a los jóvenes, Francisco señaló que “quizás a veces también a ustedes les pueda suceder de ser puestos ‘bajo acusación’ por el hecho de seguir a Jesús”. En ambientes como la escuela o el trabajo, puede haber quienes intenten desanimarlos o “hacerles sentir fracasados porque se mantienen fieles al Evangelio y a sus valores”. Ante estas situaciones, el Papa animó: “No tengan miedo de las ‘condenas’ del mundo. ¡Sigan amando!”.
El Santo Padre aseguró que, aunque las críticas y acusaciones falsas pueden ser dolorosas, con el tiempo “caen, y los valores superficiales que las sostienen se revelan por lo que son: ilusiones”. Lo que realmente permanece, insistió, “son las obras del amor. Esto es lo que queda y lo que embellece la vida”.
2. Liberarse del afán de consensos
El Papa Francisco destacó cómo Jesús afirmó: “Mi realeza no es de este mundo” (Jn 18,36), dejando claro que su misión no buscaba apoyo político o reconocimiento superficial. “Jesús rechaza toda lógica de poder. ¡Es libre de todo esto!”, subrayó el Pontífice, e invitó a los jóvenes a seguir su ejemplo y no sucumbir al “afán —hoy tan difundido— de obtener reconocimiento, aprobación y elogio”.
El Papa fue contundente al señalar los riesgos de buscar consensos vacíos: “Quien se deja llevar por estas fijaciones, termina viviendo en la angustia”. En cambio, los animó a no conformarse con ser “estrellas por un día”, ya sea en redes sociales o en cualquier ámbito público.
“El cielo en el que están llamados a brillar es más grande: es el cielo de Dios, donde el amor infinito del Padre se refleja en nuestras innumerables y pequeñas luces: en el afecto fiel de los esposos, en la alegría inocente de los niños, en el entusiasmo de los jóvenes, en el cuidado de los ancianos, en la generosidad de los consagrados, en la caridad hacia los pobres, en la honestidad del trabajo”, explicó.
Francisco advirtió además sobre las falsas promesas: “No se dejen engañar por quienes, engatusándolos con vanas promesas, en realidad quieren manipularlos”. Para el Santo Padre, lo que salva y da sentido a la vida no son los consensos, sino “la gratuidad del amor”.
3. Dar testimonio de la verdad
El Papa cerró su mensaje con una invitación clara: testimoniar la verdad en el amor. “Cristo vino al mundo ‘para dar testimonio de la verdad’ (Jn 18,37), y lo hizo enseñándonos a amar a Dios y a los hermanos”, recordó. Según Francisco, en el amor “es donde encuentra luz y sentido nuestra existencia”.
Tomando las palabras del Beato Pier Giorgio Frassati, recordó que “ya no se vive, sino que se ‘va tirando’” cuando no se tiene una misión de verdad y amor en la vida. En cambio, el testimonio cristiano, arraigado en el sacrificio de Cristo, nos enseña que “sólo en el amor podemos también nosotros vivir, crecer y florecer en nuestra plena dignidad”.
El Papa aseguró que, aunque el mundo puede parecer desbordado por el mal, “no es verdad que los acontecimientos del mundo se 'le han ido de las manos' a Dios”. Cristo, Rey del Universo, nos acompaña y “corrigiéndonos cuando caemos, nunca deja de amarnos y, si se lo permitimos, no deja de levantarnos”.
Un mensaje de esperanza
El Papa concluyó recordando el lema de esta Jornada Mundial de la Juventud: "Los que esperan en el Señor caminan sin cansarse" (cf. Is 40,31), e invitó a los jóvenes a mantener la mirada fija en Jesús y en la Virgen María. “Aun en las dificultades, encontraremos la fuerza de seguir adelante, sin temer las acusaciones, sin necesidad de consensos, felices de ser testigos de la verdad, en el amor”.
Papa Francisco: Que María nos ayude a combatir la “gran tentación” de la hipocresía
Crédito: Vatican News - Por Walter Sánchez Silva
10 de noviembre de 2024
El Papa Francisco pidió a la Virgen María que nos ayude a combatir la “gran tentación” de la hipocresía, antes del rezo del ángelus este domingo en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
“Que la Virgen María nos ayude a combatir en nosotros la tentación de la hipocresía –Jesús les dice hipócritas, es una gran tentación la hipocresía– y nos ayude a hacer el bien sin apariencias y con sencillez”, señaló el Santo Padre en su reflexión sobre el Evangelio de hoy (Mc 12, 38-44), en el que Jesús denuncia “la actitud hipócrita de algunos escribas”.
Estos personajes, encargados de transcribir e interpretar las Escrituras, eran tenidos en gran consideración por el pueblo, pero “más allá de las apariencias, su comportamiento a menudo no se correspondía con lo que enseñaban. No eran coherentes”, precisó el Papa Francisco.
“Algunos, en efecto, con el prestigio y el poder de que gozaban, menospreciaban a los demás –es muy feo esto de mirar a las otras personas de arriba abajo– se daban aires de superioridad y, ocultándose tras una fachada de pretendida respetabilidad y legalismo, se arrogaban privilegios e incluso llegaban a cometer auténticos robos contra los más débiles, como las viudas”, como la del Evangelio que da todo lo que tiene para la ofrenda.
El Papa Francisco destacó que, en los escribas, “incluso la oración corría el riesgo de dejar de ser para ellos un momento de encuentro con el Señor y convertirse en una ocasión de ostentación de respetabilidad y piedad fingida, útil para atraer la atención de la gente y obtener su aprobación”.
“Se comportaban como personas corruptas, no todos, alimentando un sistema social y religioso en el que era normal aprovecharse a espaldas de los demás, especialmente de los más indefensos, cometiendo injusticias y garantizando la impunidad. De esas personas Jesús recomienda alejarse, ‘tener cuidado’, no imitarlas”, dijo el Pontífice.
Al contrario, precisó el Papa, con su palabra y su ejemplo, Jesús “enseña cosas muy distintas sobre la autoridad. Habla de ella en términos de sacrificio de uno mismo, de servicio humilde (Mc 10,42-45), de ternura maternal y paternal hacia las personas (Lc 11,11-13), especialmente hacia los necesitados (Lc 10,25-37)”.
“Jesús invita a quienes están investidos de ella a mirar a los demás, desde su posición de poder, no para humillarlos, sino para levantarlos, dándoles esperanza y ayuda”.
El Santo Padre preguntó entonces a todos: “¿Cómo me comporto en mis ámbitos de responsabilidad? ¿Actúo con humildad, o me enorgullezco de mi posición? ¿Soy generoso y respetuoso con las personas, o las trato de modo rudo y autoritario? Y con mis hermanos y hermanas más frágiles, ¿estoy cerca de ellos, puedo agacharme para ayudarles a levantarse?”.
El Papa Francisco recuerda a sacerdote asesinado en México: “fervoroso servidor del Evangelio”
El Papa Francisco / P. Marcelo Pérez
Crédito: Vatican Media
Por Almudena Martínez-Bordiú
27 de octubre de 2024
El Papa Francisco recordó al sacerdote Marcelo Pérez, “fervoroso servidor del Evangelio y del Pueblo fiel de Dios”, asesinado en Chiapas, México.
Al término del rezo del Ángelus de este domingo, el Papa Francisco mostró su cercanía “a la querida Iglesia de San Cristóbal de las Casas, en el estado mexicano de Chiapas, que llora al sacerdote Marcelo Pérez Pérez, asesinado el pasado domingo ”.
El Santo Padre se refirió al sacerdote como “un fervoroso servidor del Evangelio y del Pueblo fiel de Dios”. “Que su sacrificio, como el de otros sacerdotes asesinados por fidelidad al ministerio, sean semillas de paz y vida cristiana”, añadió el Pontífice.
El P. Marcelo fue asesinado por dos hombres que le dispararon después de que celebrar Misa. Tras conocerse la noticia, fue recordado por su diócesis como un “incansable apóstol de la paz”.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), lamentó el “brutal asesinato”, afirmando que este hecho “no sólo priva a la comunidad de un pastor dedicado, sino que también silencia una voz profética que incansablemente luchó por la paz con verdad y justicia en la región de Chiapas”.
El Papa Francisco también dirigió un especial saludo a la confraternidad del Señor de los milagros presente en Roma. “Le agradezco por su testimonio y les animo a continuar en el camino de fe”, dijo el Santo Padre.
Desde primera hora de esta mañana, se inició la procesión desde el inicio de Via della Conciliazione de Roma, la larga avenida que desemboca en la Plaza de San Pedro, para conmemorar esta tradición que ha calado profundamente en el alma y cultura peruanas y que se celebra cada 28 de octubre.
Desde la ventana del Palacio Apostólico, el Pontífice también recordó que el Sínodo de la Sinodalidad ha llegado a su fin e invitó a rezar “para que todo lo que hemos hecho este mes, vaya adelante por el bien de la Iglesia”.
Asimismo, expresó su cercanía a la población de Filipinas, afectada por un “fortísimo” ciclón. “El Señor sostenga aquel pueblo, tan lleno de fe”, pidió el Santo Padre.
“Cuando te acercas a un pobre y te haces cercano, es Jesús quien se acerca”
En su reflexión sobre el Evangelio del día, el Papa Francisco recordó que Jesús cura a un hombre de la ceguera, Bartimeo, un mendigo a quien Jesús le pregunta: “¿Qué quieres que haga por ti?”.
Según explicó el Papa Francisco, Jesús está preguntando a Bartimeo a quién busca realmente, “y por qué razón”.
“¿Quién es para ti el Hijo de David? Y así, el Señor comienza a abrir los ojos del ciego. Consideremos tres aspectos de este encuentro, que se convierte en diálogo: el grito, la fe, el camino”.
En cuanto al primer aspecto, el “grito”, afirmó que “no es sólo una súplica de ayuda. Es una afirmación de sí mismo”.
“Sí, Jesús ve al mendigo y lo escucha, con los oídos del cuerpo y con los del corazón. Pensad en nosotros, cuando pasamos junto a algún mendigo por la calle: cuántas veces miramos hacia otro lado, cuántas veces lo ignoramos, como si no existiera. ¿Y escuchamos el grito de los mendigos?”, preguntó a los fieles.
Respecto a la fe, el Papa Francisco recordó que “Bartimeo ve porque cree; Cristo es la luz de sus ojos”.
A continuación, animó a los fieles a hacerse las siguientes preguntas: “¿Cómo miro yo a un mendigo? ¿Lo ignoro? ¿Le miro como Jesús? ¿Soy capaz de entender sus preguntas, su grito de auxilio? Cuando das limosna, ¿miras al mendigo a los ojos? ¿Tocas su mano para sentir su carne?”.
Por último, señaló que “cada uno de nosotros es Bartimeo, ciego por dentro, que sigue a Jesús una vez que se ha acercado a Él”.
“Cuando te acercas a un pobre y te haces cercano, es Jesús quien se acerca a ti en la persona de ese pobre. Por favor, que no haya confusión: dar limosna no es beneficencia. Quien más gracia recibe de la limosna es quien la da, porque se hace contemplar a los ojos del Señor”, concluyó.