jueves, 31 de julio de 2014

ÁTAME CON TU ROSARIO, VIRGEN MARÍA


Átame con tu rosario, Virgen María
Hna. Teresa del Carmen Rodríguez Perez 



Átame con la oración,
con esas 50 rosas
que cada día susurras 
a mi corazón y a mi boca.

Átame Madre contigo
en esa plegaria humilde
donde encuentran paz y calma
los sencillos, Niña Virgen.

Átame a tu corazón 
con los lazos del Rosario
y mantenme prisionera
de ese Refugio Inmaculado.

Átame Reina y Señora
con ese Ave María
que repito una y mil veces
porque tu eres mi alegría.

Átame a los 20 misterios
de tu vida y la de Jesús
que me hacen ver la belleza
de su entrega en la Cruz.

Átame con hilos de amor
de ese que tu sabes dar
al corazón que te busca
y que te puede a ti encontrar.

Átame muy fuerte a ti,
llévame a la contemplación,
pues se adentra más y más
esta preciosa oración

Átame para clamar
por mis hermanos y hermanas
y así no nos dejarás
en este valle de lágrimas.

Átanos para mirar 
tus ojos misericordiosos
que nos salvan del pecado
cuando intercedes por nosotros

Átame para llegar
un día hasta tu morada,
el cielo que nos espera
la casa que nos preparas.
Pues eres Reina y Señora
de toda la creación
y a tus hijos peregrinos
llamas a tu corazón.

AL CIELO SE FUE LA VIRGEN MARÍA


Al cielo se fue la Virgen María 
Padre Juan Manuel del Río C.Ss.R


Al cielo se fue la Virgen
al cielo Nuestra Señora
a recibir la corona
como Reina soberana.

Cantos de triunfo resuenan
en los cielos y en la tierra
cuando la fiel nazarena
es coronada en el cielo.

Ángeles y querubines
cantos de aleluya entonan,
cuando el Padre la corona
y Cristo su Hijo la abraza.

Cuando el Espíritu Santo
feliz por siempre la aclama,
a ella, la humilde esclava,
la mujer de gracia llena.

Al cielo se fue la Virgen
un día quince de agosto
desde este valle de abrojos
donde quedamos sus hijos.

En el cielo y en la tierra 
gran alegría hay Señora,
pues tú eres la intercesora
de tus hijos que te aclaman,

te bendicen, y te honran
y con entusiasmo aguardan
que pase el tiempo que falta
para estar contigo en gloria.

A LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA


A la Asunción de María 
José María Zandueta Munárriz


(Soneto)
Se elevó majestuosa desde el suelo
envuelta en el cendal de la alborada,
por ángeles y arcángeles llevada,
flotando en el azul su airoso velo.

Alcanzando el Empíreo su vuelo,
entra triunfante en la eternal morada
y al punto es bendecida y coronada
como Señora y prez del alto cielo

Es la Madre de Dios, Virgen María.
en el Cielo, con grande regocijo
repiten sin cesar su santo nombre.

¡Oh gloriosa Asunción! En este día
ella recibe el beso de su Hijo
y el abrazo del Dios, que se hizo hombre.

JUVENTUD DE LA VIRGEN MARÍA


Juventud de la Virgen María
Padre Juan Manuel del Río C.Ss.R. 

Era María muy joven 
tan joven como la vida
y todo le maravillaba.

Era como la espiga dorada 
en medio de los trigales 
y las rojas amapolas.

De azul intenso vestían 
los cielos de Nazaret
lejos quedaba el invierno.

Trinos nuevos ensayaban 
cada día los jilgueros 
alegrando la enramada.

Alondras de vuelo grácil 
jugaban entre las nubes
con amor de atardeceres.

María aprendía la lección 
del vivir de cada día 
escrita en la Creación.

De estrellas fulguraba el cielo 
entrada que era la noche 
aromada de jazmines.

Y al amanecer del nuevo día 
balidos de recentales
salían de las majadas.

Embebida en el salmo del paisaje 
infantil plegaria cada día rezaba 
al Dios que habita en los cielos.

De este modo tan sencillo 
pasaban los días felices 
de su joven existencia.

Hasta que de pronto el Señor
de su Gracia la colmó 
y en su seno virginal
el Verbo de Dios se encarnó.
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