viernes, 11 de enero de 2019

UN RATITO CON EL ESPÍRITU SANTO - LA VIDA DEL CUERPO, LA VIDA DEL ALMA


UN RATITO CON EL ESPÍRITU SANTO
La vida del cuerpo - La vida del alma




El ser humano es "unidad de cuerpo y alma". El libro del Génesis, por ejemplo, nos dice que Dios creó a Adán modelándolo primero en barro y luego soplando sobre él (cf. Gn 2,7). Esto quiere decir que la persona humana tiene una dimensión material (su cuerpo) y otra espiritual  (su alma). Esta última es inmortal y abierta a Dios.

Hay muchas necesidades corporales que debemos satisfacer. Por ejemplo: comer, dormir, vestirse, etc. No somos "angelitos", ya que tenemos un cuerpo vivificado, debemos preocuparnos para que nadie carezca de los bienes materiales necesarios. ¡Es una vergüenza para la sociedad que existan personas viviendo en la miseria!


La vida del alma

Ahora bien, atender las necesidades materiales no es todo, pues tenemos un alma. Y es una pena que mucha gente se haya olvidado de esta verdad. Incluso personas que declaran ser católicas viven solo preocupadas de las cosas materiales, y descuidan totalmente las necesidades espirituales.

Cuando no saciamos las necesidades espirituales de nuestra alma, esta se "enfría" o están como muerta. Es lo que se llama "falta de vida interior". No debemos de estar nunca en esa situación. Si descuidamos la vida interior nos ponemos en peligro de perder el cielo que e es lo que Dios quiere para nosotros. (cf. Flp 3,20)


P. Carlos Rosell De Almeida

UN RATITO CON SAN JOSÉ: EXPRESIONES A SAN JOSÉ


UN RATITO CON SAN JOSÉ
Expresiones a San José



A San José, la piedad de la Iglesia le llama de varias formas. Todas ellas muy bonitas y que podemos usara para rezarles. Así, por ejemplo, vamos a señala algunas: "Custodio casto de María", "Padre nutricio del Hijo de Dios", "Solícito defensor de Cristo", "Jefe de la Sagrada Familia",  "Espejo de paciencia", "Honra de la vida doméstica", "Modelo de los obreros",  "Amparo de las familias", "Esperanza de los enfermos",  "Abogado de los moribundos", "Terror de los demonios", etc.

Sería muy provechoso para nuestra vida espiritual que todos los días usáramos algunas de estas expresiones para acudir a San José. Quisiera dejarles un consejo; acudan siempre a San José, él les ayudará a estar en compañía de Jesús y María.


P. Carlos Rosell De Almeida

EN PERÚ: SACERDOTES SE CONSAGRAN A MARÍA ANTE IMAGEN PEREGRINA DE LA VIRGEN DE FÁTIMA


Sacerdotes se consagran a María ante imagen peregrina de la Virgen de Fátima 
POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa





Un grupo de 60 sacerdotes de la Diócesis de Chiclayo se consagró al Inmaculado Corazón de María ante la imagen peregrina oficial de la Virgen de Fátima que visitó esa ciudad en el marco de la gira que realiza en el Perú.

La consagración se dio al final de la Misa celebrada en la Catedral de Chiclayo el 8 de enero, en la despedida de la imagen que prosigue su gira en la localidad de Manchay, una zona pobre de Lima, para luego dirigirse a la ciudad andina de Tarma.

La imagen, procedente de Portugal, hizo una gira primero en Colombia para después pasar a Perú en donde estará hasta el 20 de enero.

En declaraciones a ACI Prensa, el P. Jorge Millán Cotrina, párroco de la Catedral de Chiclayo, explicó que se recitó la oración de consagración que Benedicto XVI elevó con los sacerdotes del mundo cuando visitó el Santuario de la Virgen de Fátima en Portugal en mayo de 2010.

“Es una oración bonita y larga donde uno se pone a los pies de la Virgen para cumplir su compromiso sacerdotal”, dijo el P. Millán. Aseguró que la visita de la imagen peregrina ha servido para “acompañar al pueblo, renovar la devoción y alegrar a las personas”.

“Esta consagración –continuó– nos ayuda a todos los sacerdotes a renovarnos en nuestro compromiso de seguir edificando Iglesia, de saber que somos necesitados siempre de su gracia para llevar a cabo esta gran tarea de acercar a las almas a Dios”.

Sobre la crisis actual que vive la Iglesia debido a los escándalos de abusos sexuales, el P. Millán dijo a ACI Prensa que “es verdad que hay muchos momentos de la historia de la Iglesia que son duros y difíciles A ellos hay que responder con una santidad de vida, con la gracia de Dios”.


Ante esta situación, precisó, “toca estar dispuestos a dar todo de nosotros para avanzar en esta tarea de evangelizar, que la gente se acerque más a él”.

El sacerdote indicó también que la Virgen de Fátima, cuyas apariciones ocurrieron en 1917, es ejemplo para los sacerdotes.

“La imagen de nuestra Madre Santísima nos recuerda su humildad, su sencillez, el espíritu de servicio, la entrega total, el sacrificio. Son características que finalmente son las de Nuestro Señor Jesús, que todo sacerdote debe comprometerse a vivir para hacer las cosas como Dios quiere”, concluyó.

Esta es la oración de consagración que rezaron los sacerdotes de Chiclayo el 8 de enero:

Madre Inmaculada,
en este lugar de gracia,
convocados por el amor de tu Hijo Jesús,
Sumo y Eterno Sacerdote, nosotros,
hijos en el Hijo y sacerdotes suyos,
nos consagramos a tu Corazón materno,
para cumplir fielmente la voluntad del Padre.

Somos conscientes de que, sin Jesús,
no podemos hacer nada (cfr. Jn 15,5)
y de que, sólo por Él, con Él y en Él,
seremos instrumentos de salvación para el mundo.

Esposa del Espíritu Santo,
alcánzanos el don inestimable
de la transformación en Cristo.
Por la misma potencia del Espíritu que,
extendiendo su sombra sobre Ti,
te hizo Madre del Salvador,
ayúdanos para que Cristo, tu Hijo,
nazca también en nosotros.
Y, de este modo, la Iglesia pueda
ser renovada por santos sacerdotes,
transfigurados por la gracia de Aquel
que hace nuevas todas las cosas.

Madre de Misericordia,
ha sido tu Hijo Jesús quien nos ha llamado
a ser como Él:
luz del mundo y sal de la tierra
(cfr. Mt 5,13-14).

Ayúdanos,
con tu poderosa intercesión,
a no desmerecer esta vocación sublime,
a no ceder a nuestros egoísmos,
ni a las lisonjas del mundo,
ni a las tentaciones del Maligno.

Presérvanos con tu pureza,
custódianos con tu humildad
y rodéanos con tu amor maternal,
que se refleja en tantas almas
consagradas a ti
y que son para nosotros
auténticas madres espirituales.

Madre de la Iglesia,
nosotros, sacerdotes,
queremos ser pastores
que no se apacientan a sí mismos,
sino que se entregan a Dios por los hermanos,
encontrando la felicidad en esto.


Queremos cada día repetir humildemente
no sólo de palabra sino con la vida,
nuestro “aquí estoy”.

Guiados por ti,
queremos ser Apóstoles
de la Divina Misericordia,
llenos de gozo por poder celebrar diariamente
el Santo Sacrificio del Altar
y ofrecer a todos los que nos lo pidan
el sacramento de la Reconciliación.

Abogada y Mediadora de la gracia,
tu que estas unida
a la única mediación universal de Cristo,
pide a Dios, para nosotros,
un corazón completamente renovado,
que ame a Dios con todas sus fuerzas
y sirva a la humanidad como tú lo hiciste.

Repite al Señor
esa eficaz palabra tuya:“no les queda vino” (Jn 2,3),
para que el Padre y el Hijo derramen sobre nosotros,
como una nueva efusión,
el Espíritu Santo.

Lleno de admiración y de gratitud
por tu presencia continua entre nosotros,
en nombre de todos los sacerdotes,
también yo quiero exclamar:
“¿quién soy yo para que me visite
la Madre de mi Señor? (Lc 1,43)

Madre nuestra desde siempre,
no te canses de “visitarnos”,
consolarnos, sostenernos.
Ven en nuestra ayuda
y líbranos de todos los peligros
que nos acechan.

Con este acto de ofrecimiento y consagración,
queremos acogerte de un modo
más profundo y radical,
para siempre y totalmente,
en nuestra existencia humana y sacerdotal.

Que tu presencia haga reverdecer el desierto
de nuestras soledades y brillar el sol
en nuestras tinieblas,
haga que torne la calma después de la tempestad,
para que todo hombre vea la salvación
del Señor,
que tiene el nombre y el rostro de Jesús,
reflejado en nuestros corazones,
unidos para siempre al tuyo.
Así sea.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 11 DE ENERO 2019


Lecturas de hoy 11 de Enero. Feria de Navidad
 Hoy, viernes, 11 de enero de 2019



Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (5,5-13):

¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los testigos: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo. Si aceptamos el testimonio humano, más fuerza tiene el testimonio de Dios. Éste es el testimonio de Dios, un testimonio acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios tiene dentro el testimonio. Quien no cree a Dios le hace mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y éste es el testimonio: Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo tiene la vida, quien no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 147,12-13.14-15.19-20

R/. Glorifica al Señor, Jerusalén

Glorifica al Señor, Jerusalén; 
alaba a tu Dios, Sión: 
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, 
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.

Ha puesto paz en tus fronteras, 
te sacia con flor de harina. 
Él envía su mensaje a la tierra, 
y su palabra corre veloz. R/. 

Anuncia su palabra a Jacob, 
sus decretos y mandatos a Israel; 
con ninguna nación obró así, 
ni les dio a conocer sus mandatos. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,12-16):

Una vez, estando Jesús en un pueblo, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús cayó rostro a tierra y le suplicó: «Señor, si quieres puedes limpiarme.» 
Y Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio.» Y en seguida le dejó la lepra. 
Jesús le recomendó que no lo dijera a nadie, y añadió: «Ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés para que les conste.» 
Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y a que los curara de sus enfermedades. Pero él solía retirarse a despoblado para orar.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy viernes, 11 de enero de 2019
 Alejandro, C. M. F.


Queridos amigos, paz y bien.

“Si quieres, puedes limpiarme”. ¡Cuánta fe en esas palabras! Ya me gustaría a mí tener esa fe. No es posible imagina el sufrimiento de los leprosos. Hoy en día la lepra sigue siendo una enfermedad que produce rechazo. Hay medicamentos que retardan sus devastadores efectos, pero no están al alcance de todos. 

En la época de Jesús, la lepra era mucho peor, porque se creía un castigo de Dios. Se sumaban varios rechazos: el de la familia, el de la comunidad, el del templo… Eran impuros a todos los niveles. Quizá por eso la petición que hace el leproso a Jesús suena tan dramática, tan llena de confianza y a la vez tan desesperada.

Cuando Jesús cura al leproso, le da mucho más que la salud. Le reintegra a la sociedad, le permite volver a la familia, a la sociedad, la posibilidad de volver a dar gloria a Dios en el templo. 

Sabemos que lo que leemos en el Evangelio no ha sido recogido para leerlo y ya. Se trata de pasar a la acción (Iglesia en salida, en palabras del Papa Francisco). Se trata de acercarnos a los leprosos de nuestro tiempo. Hay muchos enfermos, víctimas de la violencia y de la guerra, personas mayores, solitarios… Jesús quiere curarlos a través de nuestra acción. También hoy los seguidores de Jesús se ocupan de los leprosos, de los que padecen sida, de los enfermos a quienes nadie quiere cuidar. Al obrar de este modo, restauran la dignidad incomparable de los hijos de Dios. Dignidad que nadie ni nada puede arrebatarles porque en sus enfermedades y miserias es el mismo Dios quien reclama nuestra solidaridad y nuestro amor.

Por cierto, como Jesús, que no se nos olvide orar, para poder hacer esto. Sin oración, no hay nada que hacer. 

Vuestro hermano en la fe,
Alejandro, C. M. F.

BUENOS DÍAS




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