lunes, 13 de julio de 2015

LAS 10 MEJORES FRASES DEL PAPA FRANCISCO EN SU VIAJE A AMÉRICA LATINA


Las 10 mejores frases del Santo Padre en su viaje a América Latina
El Santo Padre ha visitado Ecuador, Bolivia y Paraguay del 5 al 12 de julio 
Ciudad del Vaticano, 13 de julio de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter 


1. Doy gracias a Dios por haberme permitido volver a América Latina (5 de julio 2015. Discurso a su llegada en el aeropuerto de Ecuador)

2. Ayudemos a nuestros jóvenes a no identificar un grado universitario como sinónimo de mayor estatus, dinero, prestigio social.  (7 de julio 2015. Discurso con el mundo de la escuela y de la universidad en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador)

3. Pensemos en la sociedad a través de estos valores sociales que mamamos en casa, en la familia: la gratuidad, la solidaridad y la subsidiariedad. (7 de julio. Encuentro con la sociedad civil en Quito)

4. "Jesús nunca se saltea la dignidad de nadie" (9 de julio de 2015. Misa en la plaza del Cristo Redentor, Santa Cruz, Bolivia)

5. La compasión no es zapping, no es silenciar el dolor, por el contrario, es la lógica propia del amor, el padecer con. (9 de julio de 2015. Encuentro con  sacerdotes, religiosos/as, seminaristas en Santa Cruz, Bolivia).

6. “Pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”. (9 de julio de 2015. II Encuentro Mundial de Movimientos Populares, Santa Cruz, Bolivia)

7. Los chicos son simples, son alegres. Eso es lo que quiere Jesús, que nos hagamos como los chicos. (11 de julio de 2015. Visita al hospital pediátrico Acosta Ñu, Asunción)

8. 'La corrupción es la polilla, es la gangrena del pueblo' (11 de julio de 2015. Encuentro con representantes de la sociedad civil, Asunción)

9. La fe nos hace prójimos, nos hace próximos a la vida de los demás. (12 de julio de 2015. Visita a la población del Bañado Norte de Asunción)

10.Hagan lío, pero también ayuden a arreglar y a organizar el lío que hacen. (12 de julio de 2015. Encuentro con los jóvenes en la Costanera, Asunción)

ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN



ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN

¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Vos, que miráis con ojos de particular bondad al que viste vuestro bendito Escapulario, miradme benignamente y cubridme con el manto de vuestra maternal protección. Fortaleced mi flaqueza con vuestro poder, iluminad las tinieblas de mi entendimiento con vuestra sabiduría, aumentad en mí la fe, la esperanza y la caridad. 

Adornad mi alma con tales gracias y virtudes que sea siempre amada de vuestro divino Hijo y de Vos. Asistidme en vida, consoladme cuando muera con vuestra amabilísima presencia, y presentadme a la augustísima Trinidad como hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros eternamente y bendeciros en el Paraíso. 

Amén.

¿QUÉ ES EL ESCAPULARIO DE LA VIRGEN DEL CARMEN?


¿Qué es el escapulario de la VIRGEN DEL CARMEN?



Es una de las más importantes y a la vez populares devociones con las que se honra a la Virgen María, debido a su sencillez y la relevancia de sus beneficios espirituales. La palabra escapulario viene del latín "scapulae" que significa "hombros", porque antiguamente era un vestido superpuesto que caía sobre los hombros de los monjes cuando trabajaban. Hoy, consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda cuyo uso expresa la dedicación especial a la Virgen del Carmen y el deseo de imitar su entrega a Cristo y al prójimo. 

El Escapulario del Carmen es también un sacramental, es decir, según el Concilio Vaticano II "un signo sagrado según el modelo de los sacramentos, por medio del cual se significan efectos, sobre todo espirituales, que se obtienen por la intercesión de la Iglesia" (S.C. 60). 

Además, es un símbolo particular que ayuda a morir en gracia de Dios. Es un signo de protección de la Madre de Dios a todas las personas que le manifiesten su amor y consagren sus vidas con sinceridad en busca de la santidad. Es un signo que une a María Santísima y que compromete a imitarla en el seguimiento de Jesús, en cumplir los mandamientos y llevar una vida coherente con el Evangelio. 

¿QUIÉN ES LA VIRGEN DEL CARMEN?


¿Quién es la Virgen del Carmen?




La Virgen María es una sola, es la Madre de Jesús y por ello Madre Nuestra (Juan 19, 26-27) y se ha aparecido a los hombres en distintos momentos de la historia tomando las vestimentas y rasgos de la comunidad o nación a la cual se dirige. Es por ello que se le conoce con distintos nombres o advocaciones, siendo una de ellas la Virgen del Carmen, quien toma su nombre del Karmel o Monte Carmelo, emplazado en la costa mediterránea de Israel. 

La Iglesia nos enseña que la Virgen María ocupa, después de Cristo, el lugar más alto y el más cercano a nosotros, pues Ella "por la gracia de Dios, después de su Hijo, fue exaltada sobre todos los ángeles y los hombres. Redimida de modo eminente, en previsión de los méritos de su Hijo, y unida a El con un vínculo estrecho e indisoluble, está enriquecida con la suma prerrogativa y dignidad de ser la Madre de Dios Hijo, y por eso hija predilecta del Padre y sagrario del Espíritu Santo; con el don de una gracia tan extraordinaria aventaja con creces a todas las otras criaturas, celestiales y terrenas" (Concilio Vaticano II, Lumen Gentium). 

Por otra parte, la Virgen "es proclamada miembro excelentísimo y singular de la Iglesia y como tipo y ejemplar acabadísimo de la misma en la fe y en la caridad, y a quien la Iglesia Católica, instruida por el Espíritu Santo, venera, como a madre amantísima, con afecto de piedad filial" (Lumen Gentium, Nº 63) 

Desde siempre los cristianos hemos visto a la Virgen María como amparo y refugio de los pecadores, donde acudimos a protegernos en momentos de mayor tentación o grandes dificultades y para que nos ayude a cumplir Su voluntad en nuestra vida. 

Dios ha querido -enseñaba San Bernardo- que todos los bienes que de Él nos vienen, nos lleguen por medio de la Virgen Santísima: "Es voluntad de Dios que todo lo obtengamos por María" (Juan Pablo II, Encíclica Redemptoris Mater, Nº 6) y en su reconocido sermón explica que la Virgen es como un acueducto por el que nos llegan todas las gracias. 

En este rol, María se pone en medio de Dios y los hombres, es decir, ocupa el papel de mediadora, no como una persona extraña, sino como madre consciente de que como tal tiene derecho a hacer presente al hijo las necesidades de los hombres. (Juan Pablo II, Encíclica Redemptoris Mater, Nº 21).
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