martes, 17 de enero de 2017

ABRIR EL CORAZÓN



Abrir el corazón



La sinceridad es una virtud exigente, ya que puedes faltar a la verdad de distintas y sutiles maneras. Por ejemplo, con la simulación, que es mentir con los hechos, o con la hipocresía pasando por lo que no eres, o con jactancias atribuyéndote excelencias que no posees, o con adulaciones cuando engañas para sacar algún provecho de los otros.

Abrir el corazón es ser sincero por encima de todos los engaños que nos hacen aparentar ser fríos e invulnerables. Es un acto de generosidad con los demás y un ejercicio de honestidad con nosotros mismos. Es apuntar a lo más sublime de nuestro ser, reconociendo en los demás aquello que también está en nosotros. Es sembrar ahora mismo la semilla selecta que hemos guardado para un mejor momento. Es seguir el impulso de lo noble, justo y recto que hay en ti. Deja hablar al corazón, porque ése es el mejor maestro que te llevará a un conocimiento más profundo.

Vivir con sinceridad es decidirte a hablar con la verdad en la mano aunque a veces te cueste; a no mentir para salir de una dificultad o librarte de una responsabilidad; a no mentir para que los demás piensen algo bueno de ti; a reconocer con honestidad cuando te has equivocado sin tratar de justificarte. He aquí un camino exigente de grandeza moral.


* Enviado por el P. Natalio

PAPA FRANCISCO: EVITE SER CRISTIANOS PEREZOSOS



Papa Francisco: Eviten ser cristianos perezosos “estacionados” en la Iglesia
Por Miguel Pérez Pichel
Foto L'Osservatore Romano



VATICANO, 17 Ene. 17 / 06:26 am (ACI).- En la homilía de la Misa que celebró esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco llamó a los cristianos a llevar “una vida valiente” en contraposición de los cristianos perezosos que están “estacionados” en la Iglesia.

El Santo Padre pidió evitar ser “cristianos perezosos, cristianos sin voluntad de andar adelante, cristianos que no luchan por cambiar las cosas, por hacer cosas nuevas, cosas que nos harían bien a todos, cristianos ‘estacionados’ que encuentran en la Iglesia un buen parking” (estacionamiento/parqueadero).


Francisco aclaró: “cuando digo cristianos, me refiero a los laicos, a los sacerdotes, a los obispos, a todos”. Para esos cristianos perezosos, “la Iglesia es un parking que custodia la vida y siguen adelante con todas las garantías posibles”, sin preocuparse.

“Esos cristianos cerrados me hacen pensar en una cosa que de niños nos decían a los abuelos: ‘Procura que el agua no se estanque, la que no corre es la primera en corromperse’”.

El Pontífice resaltó que “este es el mensaje de hoy: tengan esperanza, esa esperanza que no decepciona, que va más allá. Una esperanza que sea un ancla firme para nuestra vida. La esperanza es el ancla: la tiramos y nos aferramos a la cuerda. Esa es nuestra esperanza. La esperanza no es pensar que, ‘sí, existe el cielo, qué bueno, ya me quedo’. No, la esperanza es luchar, aferrarse a la cuerda para llegar a nuestro destino. En la lucha de cada día, la esperanza es una virtud de horizontes, ¡no de encerrarse!”.

El Pontífice reconoció que la esperanza “quizás sea la virtud que menos se entiende, pero es la más fuerte. La esperanza: vivir en esperanza, vivir de esperanza, siempre mirando adelante con valentía. Alguno podrá decirme: ‘Sí, Padre, pero hay momentos duros, donde todo parece oscuro. ¿Qué debo hacer en esos momentos?’. ‘¡Agárrate a la cuerda y amárrate!’”.

“Debemos hacernos esta pregunta: ¿Cómo soy yo? ¿Cómo es mi vida de fe? ¿Es una vida de horizontes, de esperanza, de valentía, de ir adelante, o es una vida tibia que ni siquiera es capaz de soportar los malos tiempos?”.

Francisco finalizó con una petición: “que el Señor nos dé la Gracia para superar nuestro egoísmo, porque los cristianos cerrados, los cristianos ‘estacionados’ son egoístas. Se miran solo a sí mismos, no saben levantar la cabeza para mirarlo a Él. Que el Señor nos dé esta gracia”.


Lectura comentada por el Papa Francisco:

Hebreos 6:10-20
10 Porque no es injusto Dios para olvidarse de vuestra labor y del amor que habéis mostrado hacia su nombre, con los servicios que habéis prestado y prestáis a los santos.
11 Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros manifieste hasta el fin la misma diligencia para la plena realización de la esperanza,
12 de forma que no os hagáis indolentes, sino más bien imitadores de aquellos que, mediante la fe y la perseverancia, heredan las promesas.
13 Cuando Dios hizo la Promesa a Abraham, no teniendo a otro mayor por quien jurar, juró por sí mismo
14 diciendo: ¡Sí!, te colmaré de bendiciones y te acrecentaré en gran manera.
15 Y perseverando de esta manera, alcanzó la Promesa.
16 Pues los hombres juran por uno superior y entre ellos el juramento es la garantía que pone fin a todo litigio.
17 Por eso Dios, queriendo mostrar más plenamente a los herederos de la Promesa la inmutabilidad de su decisión, interpuso el juramento,
18 para que, mediante dos cosas inmutables por las cuales es imposible que Dios mienta, nos veamos más poderosamente animados los que buscamos un refugio asiéndonos a la esperanza propuesta,
19 que nosotros tenemos como segura y sólida ancla de nuestra alma, y que penetra hasta más allá del velo,
20 adonde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho, a semejanza de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 17 DE ENERO


Los cinco minutos de María
Enero 17



Siendo fiel a la Virgen, soy fiel a Cristo; si no reniego de María, no niego a Cristo; y si no niego a Cristo, no seré negado por Cristo ante el Padre.

Pero la mejor forma de que el Padre no me niegue es presentarme ante Él de la mano de María. Un buen método para conocer al hijo es conocer a la madre; la calidad del trigo se mide por la selección de la espiga; repitamos, pues, el clásico adagio: “A Jesús por María”.

María, que fuiste fiel al Padre siguiendo a Jesucristo, ayúdanos a continuar este camino.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ MARTES


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