martes, 27 de septiembre de 2016

MANTENER LA ALEGRÍA


Mantener la alegría


"No te dejes llevar por la tristeza, ni dejes que tus pensamientos te atormenten. Un corazón alegre es la vida del hombre, y la alegría le alarga la vida. Sosiega tu espíritu, y consuela tu corazón; aleja de ti la tristeza, porque la tristeza ha perdido a muchos, y ningún provecho se saca de ella. El de corazón radiante tiene buen apetito: le aprovecha la comida”, (Ecli 30, 21-25)

Evalúa el nivel de tu alegría y, si lo encuentras algún tanto más bajo de lo conveniente, esboza una sonrisa frente al espejo y mantenla por un minuto, mientras te repites “así quiero estar hoy, y así estaré con tu ayuda, Señor”. Esto es tan efectivo como tomar una aspirina para sacarse el dolor de cabeza. La alegría es una opción. Se cuenta que, cuando Don Bosco estaba más alegre y contento que de costumbre, sus amigos íntimos pensaban: “Pobre Don Bosco, hoy debe tener algún gravísimo problema que resolver”. El santo de la alegría había comprendido la necesidad de gobernar las propias emociones y no dejarse esclavizar por ellas. Intenta pasar una jornada de constante alegría.

Defiende y cultiva la alegría. El sentido del humor te ayudará a encarar las situaciones estresantes de la vida. Ríe, y tus cargas serán aliviadas. Ríe, y tu vida se alargará. Ríe cuando más lo necesites. Si eres capaz de reírte de una situación, por más dolorosa que sea, podrás superarla. Que sepas fomentar hoy tu capacidad de alegría.

* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 27 DE SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Setiembre 27


Siempre está en nuestros planes hacer algo; nunca desistimos de pretender hacer algo, pero nunca llegamos a hacerlo.

Tú pasas la vida haciendo planes; esos planes raras veces llegan a ser realidades para ti o para los demás.

No son realizados por ti; pues sigues haciendo nuevos planes en lugar de realizar los ya planeados y aprobados; tampoco por los demás, pues no son planes que ellos hayan organizado.

De esta forma, nunca terminas de planificar y nunca comienzas a realizar, y así terminas un año y vuelves a comenzar; y así terminas tu vida y comenzarías de nuevo tu vida, si pudieras.

¿No habrá llegado ya el tiempo de la realización que suplante al de la planificación?

Para ello, planea cosas realizables por t; entrégate de una vez por todas a una acción de bien; piensa menos y realiza más; no dejes para mañana lo que debes realizar hoy.

“¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: Este comenzó a edificar y no puede terminar” (Lc 14,28-30). Muy buenos son, pues, los propósitos; mejores, las realizaciones; más fructífero es prometer poco y cumplirlo que prometer mucho y no cumplirlo.


* P. Alfonso Milagro

EL PENSAMIENTO DEL DÍA


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