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jueves, 11 de diciembre de 2014

LA VIRGEN DE GUADALUPE, DEFENSORA DE LA VIDA



María de Guadalupe defensora de la Vida
Cuando la Virgen se apareció en el Tepeyac a san Juan Diego la evangelización dio un giro de 180°, y las palabras rebosantes de ternura y compasión resuenan hoy a toda mujer y hombre que sabiéndolo o no, rodeados por una cultura de muerte 


Por: Cecilia Esther Rodríguez Galván | Fuente: Catholic.net



I. Introducción. María de Guadalupe interviene en la historia

La aparición de la Virgen María en América en los inicios de la evangelización en 1531, ha transformado la historia dejando una huella que ha permanecido intacta desde entonces: La madre que viene en auxilio de sus hijos, unos y otros para guiarles al encuentro con Cristo, El, que es la Vida.

El manto de Guadalupe, reflejo de nuestra Señora, nos invita a una profunda reflexión de la Virgen que se muestra madre. Desde su nombre, el códice de su manto, el estudio de sus ojos, la mirada compasiva, la inclinación de su cara y cuerpo, la unión de sus manos, el listón negro sobre su vientre evidencia de su embarazo, el peinado de su cabello, todo en este hermoso manto nos acerca a la Madre que no cesa de hacer eco de las palabras que sus labios pronunciaran hace casi dos milenios: “Hagan lo que El les diga” (Jn, 2,5)

Para quienes trabajamos en la defensa de la Vida la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe es la necesaria intercesora y avanzada para la labor provida, Ella es la presencia de la mujer embarazada, lleva dentro a Cristo por nacer, proclama la dignidad de la vida de todo ser humano desde la concepción, y muestra esta vida como una bendición. Es una imagen poderosa que nos invita a seguirla en el ejemplo de una constante lucha por defender la vida naciente, ella con la fortaleza proveniente de Dios supo sobrellevar los designios divinos dentro de un ambiente que le podía gritar que ese Hijo no era fruto de un matrimonio, atreviéndose a confiar en Dios y a esperar de Él toda bondad y providencia se dejó inundar por Su palabra y avanzó decidida bajo la guía de quien le amaba.

II. María Guadalupe y la cultura de la muerte 

El ejemplo de María en la historia es fuertemente poderoso, en un mundo que desprecia la vida por nacer y que trivializa la bendición de estar vivos, María de Guadalupe nos recuerda con su presencia que solo Dios es el dador de la Vida, uniendo sus manos sobre su vientre donde acuna a su Hijo gestante, nos invita a confiar en Dios, aun en los momentos más difíciles, para que demos pasos que ayuden a todos a valorar el preciado bien de la vida.

La sociedad en que vivimos requiere con urgencia un modelo de madre como el de María de Guadalupe, hoy se sacrifican millones de niños en el mundo entero a través del aborto, de la inseminación artificial y del uso de embriones, hoy las madres olvidan el don bendito de la vida, los padres abandonan a las mujeres y a los hijos que Dios les ha concedido, los ancianos son olvidados o aborrecidos, los enfermos condenados por una sociedad utilitarista y hedonista, los jóvenes exaltados a vivir una vida vacía, objetos de una sensualidad exagerada…La Virgen Madre no nos abandona en estos tiempos de confusión y vuelve su mirada compasiva sobre esta sociedad perdida y dolida, nos ofrece la respuesta a nuestras súplicas: al Hijo de su vientre, Jesús, Él y solo Él puede sanar cualquier enfermedad y conciliar a todo hombre y mujer para que sean santos, para que encuentren la paz, para que luchen por la santidad de toda vida humana.

Nuestra Señora de Guadalupe conoce nuestras penas, el momento por el que cada quien atraviesa, no deja a san Juan Diego con el pesar de la enfermedad de su tío, sino que se apresura a ordenar las cosas para que Cristo, quien es la Vida, llegue a un pueblo despreciado, quizá humillado y ciertamente confundido, que no había sido capaz de aceptar el mensaje salvífico del Evangelio, pero a la vez resuelve el problema temporal del tío de san Juan Diego, ¿no es acaso el paliativo más grande la gozosa e inesperada visita de la madre del Amor hermoso lo que recibe Juan Bernadino, tío de san Juan Diego?, ¿no es maravillosa la enseñanza de esa caridad fraterna al enfermo lo que necesita también nuestra sociedad en los tiempos modernos? En una época donde el hombre se olvida del hombre y busca neciamente solo su propio placer, María de Guadalupe nos recuerda que no somos desechables, que el utilitarismo de nuestra época es completamente anticristiano y que la caridad hacia el enfermo es una necesidad apremiante también hoy. ¡Cuán rápido fue aceptado el mensaje de la Virgen de Guadalupe!, lo que trataron de hacer por tantos años los misioneros fue hecho milagrosamente por la Virgen en poco tiempo, porque Ella que ama con corazón de madre conoce la necesidad de los hijos, que asustados y enfrentados a condiciones apremiantes buscan la ayuda del cielo para calmar sus dolores.

III. María de Guadalupe, símbolo de la cultura de la vida 
María de Guadalupe sigue trabajando una evangelización de vida activa, continúa llegando a los corazones adoloridos de quienes la buscan y sale al encuentro como a
san Juan Diego, de quienes la evaden por satisfacer primero equivocadas necesidades terrenas, como quienes acuden a los abortuorios, evadiendo las iglesias donde su Hijo es adorado, ella se hace presente, con su Hijo en el vientre, afuera de esos centros de muerte, para encontrarse con el triste, con el abandonado, con el temeroso, con el orgulloso, con el “autosuficiente”, con quien es víctima del mal y del egoísmo humano; y con su imagen le recuerda que está aquí para amarle.

Su vientre ligeramente prominente es la señal de Cristo que nace a una tierra nueva, a nuevos hombres y mujeres, ella evangeliza por la vida con solo verla, María de Guadalupe busca consolar al pueblo mexicano y al mundo entero que siente tristeza y dolor, acude a ellos para proveerles la benevolente protección de una madre. Ella nos trae al Hijo, lo resguarda en su seno, lo que desea es que le sigamos a Él.

Conclusión

Bajo el patrocinio de la Virgen de Guadalupe los movimientos provida del mundo trabajan por defender el don precioso que Dios nos concede, luchando para que sea respetado en todo momento y bajo toda circunstancia, no dudamos que en esta poderosa intercesión Dios ya nos tiene concedido el triunfo, pero no por ello descansamos, y al igual que María de Guadalupe nos apresuramos a salir al encuentro de aquellos cuya vida está en peligro, hablando por quien no puede y protegiendo con la ayuda de Dios, a quien aún no puede defenderse.

Cuando la Virgen se apareció en el Tepeyac a san Juan Diego la evangelización dio un giro de 180°, y las palabras rebosantes de ternura y compasión resuenan hoy a toda mujer y hombre que sabiéndolo o no, rodeados por una cultura de muerte, atentan contra el don bendito de la vida: "Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige, que no se turbe tu corazón;… ¿no estoy aquí, yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo?...”i por ello ocultos en el hueco de su manto los movimientos provida avanzamos por la evangelización de la vida en Cristo Jesús, y te pedimos Señora, Virgen María de Guadalupe ¡Ruega por nosotros!

i Valeriano, Antonio. Nican Mopoha. Ed. Buena Prensa, México. Pag. 10.

jueves, 13 de noviembre de 2014

EL MILAGRO DE LA VIRGEN DE GUADALUPE - 12 DE DICIEMBRE


LA VIRGEN DE GUADALUPE
Patrona de México. Su fiesta se celebra el 12 de Diciembre. 




El milagro de la Virgen de Guadalupe

La aparición se inició el 9 de diciembre de 1531 en las cercanías de la Ciudad de México, entonces ciudad capital del imperio Azteca: la Virgen se aparece al indio Juan Diego, y le pide que transmita al obispo del lugar su voluntad de que se construya un templo dedicado a Ella en el cerro Tepeyac. El obispo, al escuchar el relato del indio, le pide una prueba de la Presencia de la Madre de Dios allí. María hace crecer entonces un jardín de rosas en un cerro inhóspito y semidesértico, y se las hace recoger en su tilma (especie de poncho o manta) a Juan Diego. Luego le pide se las presente como prueba de Su Presencia al obispo. Cuando el indio abre su tilma frente al obispo, caen las flores al piso y aparece milagrosamente retratada la imagen de la Virgen María en la rústica tela. El templo dedicado a la Virgen de Guadalupe fue construido en el cerro Tepeyac, lugar de las apariciones, donde se exhibe la tilma original de Juan Diego, impresa con la mundialmente conocida imagen de la Virgen de Guadalupe.

Pío X proclamó a Nuestra Señora de Guadalupe "Patrona de toda América Latina". Pío XI, de "todas las Américas"; Pío XII la llamó "Emperatriz de las Américas"; y Juan XXIII, "La misionera celeste del Nuevo Mundo" y "la Madre de las Américas". En la maravillosa gran basílica de Guadalupe, Juan Pablo II beatificó al indio Juan Diego el 6 de mayo de 1990. Además, en sus cuatro visitas a México, Juan Pablo II visitó el Tepeyac y honró con profundo amor filial a la Virgen de Guadalupe, a quien   encomendó el continente Americano y su nueva evangelización. 

miércoles, 21 de mayo de 2014

ORACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE


ORACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE

Virgen de Guadalupe, Madre de América. Tiende tu protección sobre todas las naciones del Continente y renueva su fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Suscita propósitos de equidad y rectitud en sus gobernantes. Protege a los hermanos de Juan Diego para que no sufran discriminación. Cuida a los niños. Guarda la unidad de las familias... Que desde esta tu Imagen manifiestes siempre tu clemencia, tu compasión y tu amparo. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

lunes, 7 de abril de 2014

ORACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE


ORACIÓN 
A LA VIRGEN DE GUADALUPE

¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todos nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.

domingo, 9 de marzo de 2014

HISTORIA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE - 12 DE DICIEMBRE


Autor: . | Fuente: Catholic.net
Nuestra Señora de Guadalupe
Advocación Mariana. 12 de diciembre

Historia de la fiesta

Aunque las diferentes advocaciones de la Virgen María son muy numerosas, la Iglesia le da especial importancia a las tres apariciones de la Virgen María en diferentes partes del mundo:

Aparición de la Virgen de Guadalupe: 12 de Diciembre de 1531 en México.
Aparición de la Virgen de Lourdes: 11 de Febrero de 1858 en Francia.
Aparición de la Virgen de Fátima: 13 de Mayo de 1917 en Portugal.
Debemos recordar que es la misma Virgen María la que se ha aparecido en los distintos lugares, en estos tres momentos para ayudarnos y animarnos a seguir adelante en nuestro camino al cielo. En estas apariciones, la Virgen nos ha pedido rezar el Rosario, acudir al Sacramento de la Penitencia y hacer sacrificios para la salvación del mundo.
La Virgen de Guadalupe es muy importante para la fe de todos los mexicanos, pues en ella nuestra Madre del Cielo manifestó claramente su amor de predilección por este pueblo, dejando un hermoso mensaje lleno de ternura y dejando su imagen grabada en un ayate como muestra de su amor.
En el Nican Mopohua se puede encontrar la historia completa de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, pero aquí presentamos un resumen de la misma:
Hace muchos años, los indios aztecas que vivían en el valle de México, no conocían a Jesús. Ellos tenían muchos dioses y eran guerreros. Los misioneros eran unos sacerdotes que vinieron de España y que poco a poco fueron evangelizando a los indios. Les enseñaron a conocer, amar e imitar a Jesús en la religión católica y los bautizaron.
Entre los primeros que se bautizaron, había un indio muy sencillo llamado Juan Diego, quien iba todos los sábados a aprender la religión de Cristo y a la misa del pueblo de Tlatelolco.
El sábado 9 de Diciembre de 1531, cuando Juan Diego pasaba por el Cerro del Tepeyac para llegar a Tlatelolco, escuchó el canto de muchos pájaros y una voz que le decía: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?". Al voltear Juan Diego vio una Señora muy hermosa.
La Señora le dijo: "Yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios. He venido hasta aquí para decirte que quiero que se me construya un templo aquí, para mostrar y dar mi amor y auxilio a todos ustedes".

La Virgen le dijo a Juan Diego que fuera a ver al Obispo y le contara lo que Ella le había dicho.

Juan Diego salió de la casa del Obispo muy triste porque no le creyó. Entonces fue al Cerro del Tepeyac a pedirle a la Virgen que mejor mandara a un hombre más importante porque a él no le creían.
La Señora le dijo a Juan Diego que volviera el domingo a casa del Obispo. Esta vez, el Obispo le dijo que le trajera una señal, es decir, una prueba de que la Señora de verdad era la Virgen.
Juan Diego no pudo ir al día siguiente al Tepeyac, pues su tío Bernardino se puso muy enfermo y fue por un médico. Fue hasta el martes, cuando al pasar por el cerro para ir por un sacerdote que confesara a su tío, se le apareció la Virgen y le dijo: "Juanito, Juan Dieguito; ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿Por qué te preocupas?”. Después, le hizo saber que su tío ya estaba curado y le pidió que subiera a la punta del cerro a cortar unas rosas y las guardara en su ayate. Juan Diego se sorprendió de aquella orden, pues era invierno y no era tiempo de rosas. Sin embargo, obedeció y encontró las rosas tal como la Virgen le había dicho. Se las llevó y Ella le dijo: "Hijo mío, el más pequeño, estas rosas serán la prueba que llevarás al obispo".

Juan Diego fue de nuevo a ver al Obispo y le dijo que la Virgen le había mandado la prueba de que Ella era realmente la Virgen.
Al soltar su ayate, las rosas cayeron al suelo y apareció dibujada en la tela la preciosa imagen de la Virgen de Guadalupe.
Fue entonces cuando el Obispo creyó que la Virgen quería que le construyeran en ese lugar un templo.
El ayate permaneció un tiempo en la capilla del Obispo Fray Juan de Zumárraga. El 26 de diciembre de 1531 lo trasladaron a una ermita construida al pie del Tepeyac.
En 1754, Benedicto XIV nombró a al Virgen de Guadalupe patrona de la Nueva España, desde Arizona hasta Costa Rica.
El 12 de octubre de 1895 se llevó a cabo la coronación pontificia de la imagen, concedida por León XIII.
En 1904, San Pío X elevó el santuario de México a la categoría de Basílica y en 1910 proclamó a la Virgen de Guadalupe, Patrona de toda América Latina.
En 1945, Pío XII le dio el título de la Emperatriz de América. El 12 de Octubre de 1976 se inauguró la nueva Basílica de Guadalupe.
Miles de personas de México y del mundo entero, visitan cada año la Basílica de Guadalupe, en donde está la hermosa pintura que la Virgen pintó a Juan Diego en su ayate para pedirle a Nuestra Madre su amor, su protección y su ayuda.
Las peregrinaciones no sólo se llevan a cabo en México, las hay en todos los países del mundo a diferentes templos. Algunas personas van de rodillas, porque le hacen una promesa a la Virgen cuando le piden un favor. En las peregrinaciones, la gente va haciendo oración, sacrificios y cantando. Muchas veces, las peregrinaciones vienen de muy lejos y se tardan varios días en llegar a darle gracias a la Virgen por algún milagro o favor que les concedió. El amor a la Virgen es lo que mueve a todas estas personas a irla a visitar desde su ciudad.
En las peregrinaciones, las personas suelen llevar estandartes con la imagen de la Virgen y mantas donde escriben el nombre de su pueblo, de su familia, de su empresa.

Oración a la Virgen de Guadalupe

Préstame Madre tus ojos, para con ellos poder mirar, porque si con ellos miro, nunca volveré a pecar.
Préstame Madre tus labios, para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.
Préstame Madre tu lengua, para poder comulgar, pues es tu lengua patena de amor y santidad.
Préstame Madre tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá el trabajo una y mil veces más.
Préstame Madre tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierta con tu manto al Cielo he de llegar.
Préstame Madre a tu Hijo, para poder yo amar.
Si tu me das a Jesús, qué más puedo yo desear
y ésta será mi dicha por toda la eternidad.
Amén.


Canciones guadalupanas

La Guadalupana

Desde el Cielo, una hermosa mañana (bis)
La Guadalupana (tres veces)bajó al Tepeyac.
Suplicante juntaba sus manos (bis)y eran mexicanos (tres veces) su porte y su faz.
Su llegada llenó de alegría (bis)
De luz y armonía (tres veces) el Anáhuac.
Junto al monte pasaba Juan Diego (bis)
Y acercóse luego (tres veces) al oír cantar.
A Juan Diego la Virgen le dijo (bis)este cerro elijo (tres veces) para hacer mi altar.
Y en la tilma entre rosas pintada (bis)Su imagen amada (tres veces)se dignó dejar.
Desde entonces para el mexicano (bis)Ser guadalupano (tres veces) es algo esencial.En sus penas se postra de hinojos (bis)Y eleva sus ojos (tres veces)hacia el Tepeyac.

Himno a la Virgen de Guadalupe

Mexicanos volad presurosos del pendón de la Virgen en pos, y en la lucha saldréis victoriosos defendiendo a la patria y a Dios.
De la santa montaña en la cumbre apareció como un astro María ahuyentando con plácida lumbrelas tinieblas de la idolatría.
Es patrona del indio, su mantoal Anáhuac protege y da gloria; elevad mexicanos el canto,alabanza y eterna victoria.
En Dolores brilló refulgente cual bandera su imagen sagrada dando arrojo al patriota insurgente y tomando invencible su espada.
Siempre así lucirá; invasores hollar quieren Anáhuac la tierra flameará nuevamente en la guerra.
En redor de esa enseña brill ante todo el pueblo luchará, volará,y por siempre en las lides triunfantecon arrojo sacarlas habrá.

domingo, 15 de diciembre de 2013

MARÍA DE GUADALUPE DEFENSORA DE LA VIDA



Autor: Cecilia Esther Rodríguez Galván | Fuente: Catholic.net 
María de Guadalupe defensora de la Vida
Cuando la Virgen se apareció en el Tepeyac a san Juan Diego la evangelización dio un giro de 180°, y las palabras rebosantes de ternura y compasión resuenan hoy a toda mujer y hombre que sabiéndolo o no, rodeados por una cultura de muerte
 
I. Introducción. María de Guadalupe interviene en la historia.

La aparición de la Virgen María en América en los inicios de la evangelización en 1531, ha transformado la historia dejando una huella que ha permanecido intacta desde entonces: La madre que viene en auxilio de sus hijos, unos y otros para guiarles al encuentro con Cristo, El, que es la Vida.

El manto de Guadalupe, reflejo de nuestra Señora, nos invita a una profunda reflexión de la Virgen que se muestra madre. Desde su nombre, el códice de su manto, el estudio de sus ojos, la mirada compasiva, la inclinación de su cara y cuerpo, la unión de sus manos, el listón negro sobre su vientre evidencia de su embarazo, el peinado de su cabello, todo en este hermoso manto nos acerca a la Madre que no cesa de hacer eco de las palabras que sus labios pronunciaran hace casi dos milenios: “Hagan lo que El les diga” (Jn, 2,5)

Para quienes trabajamos en la defensa de la Vida la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe es la necesaria intercesora y avanzada para la labor provida, Ella es la presencia de la mujer embarazada, lleva dentro a Cristo por nacer, proclama la dignidad de la vida de todo ser humano desde la concepción, y muestra esta vida como una bendición. Es una imagen poderosa que nos invita a seguirla en el ejemplo de una constante lucha por defender la vida naciente, ella con la fortaleza proveniente de Dios supo sobrellevar los designios divinos dentro de un ambiente que le podía gritar que ese Hijo no era fruto de un matrimonio, atreviéndose a confiar en Dios y a esperar de Él toda bondad y providencia se dejó inundar por Su palabra y avanzó decidida bajo la guía de quien le amaba.



II. María Guadalupe y la cultura de la muerte 

El ejemplo de María en la historia es fuertemente poderoso, en un mundo que desprecia la vida por nacer y que trivializa la bendición de estar vivos, María de Guadalupe nos recuerda con su presencia que solo Dios es el dador de la Vida, uniendo sus manos sobre su vientre donde acuna a su Hijo gestante, nos invita a confiar en Dios, aun en los momentos más difíciles, para que demos pasos que ayuden a todos a valorar el preciado bien de la vida.

La sociedad en que vivimos requiere con urgencia un modelo de madre como el de María de Guadalupe, hoy se sacrifican millones de niños en el mundo entero a través del aborto, de la inseminación artificial y del uso de embriones, hoy las madres olvidan el don bendito de la vida, los padres abandonan a las mujeres y a los hijos que Dios les ha concedido, los ancianos son olvidados o aborrecidos, los enfermos condenados por una sociedad utilitarista y hedonista, los jóvenes exaltados a vivir una vida vacía, objetos de una sensualidad exagerada…La Virgen Madre no nos abandona en estos tiempos de confusión y vuelve su mirada compasiva sobre esta sociedad perdida y dolida, nos ofrece la respuesta a nuestras súplicas: al Hijo de su vientre, Jesús, Él y solo Él puede sanar cualquier enfermedad y conciliar a todo hombre y mujer para que sean santos, para que encuentren la paz, para que luchen por la santidad de toda vida humana.

Nuestra Señora de Guadalupe conoce nuestras penas, el momento por el que cada quien atraviesa, no deja a san Juan Diego con el pesar de la enfermedad de su tío, sino que se apresura a ordenar las cosas para que Cristo, quien es la Vida, llegue a un pueblo despreciado, quizá humillado y ciertamente confundido, que no había sido capaz de aceptar el mensaje salvífico del Evangelio, pero a la vez resuelve el problema temporal del tío de san Juan Diego, ¿no es acaso el paliativo más grande la gozosa e inesperada visita de la madre del Amor hermoso lo que recibe Juan Bernadino, tío de san Juan Diego?, ¿no es maravillosa la enseñanza de esa caridad fraterna al enfermo lo que necesita también nuestra sociedad en los tiempos modernos? En una época donde el hombre se olvida del hombre y busca neciamente solo su propio placer, María de Guadalupe nos recuerda que no somos desechables, que el utilitarismo de nuestra época es completamente anticristiano y que la caridad hacia el enfermo es una necesidad apremiante también hoy. ¡Cuán rápido fue aceptado el mensaje de la Virgen de Guadalupe!, lo que trataron de hacer por tantos años los misioneros fue hecho milagrosamente por la Virgen en poco tiempo, porque Ella que ama con corazón de madre conoce la necesidad de los hijos, que asustados y enfrentados a condiciones apremiantes buscan la ayuda del cielo para calmar sus dolores.

III. María de Guadalupe, símbolo de la cultura de la vida 
María de Guadalupe sigue trabajando una evangelización de vida activa, continúa llegando a los corazones adoloridos de quienes la buscan y sale al encuentro como a
san Juan Diego, de quienes la evaden por satisfacer primero equivocadas necesidades terrenas, como quienes acuden a los abortuorios, evadiendo las iglesias donde su Hijo es adorado, ella se hace presente, con su Hijo en el vientre, afuera de esos centros de muerte, para encontrarse con el triste, con el abandonado, con el temeroso, con el orgulloso, con el “autosuficiente”, con quien es víctima del mal y del egoísmo humano; y con su imagen le recuerda que está aquí para amarle.

Su vientre ligeramente prominente es la señal de Cristo que nace a una tierra nueva, a nuevos hombres y mujeres, ella evangeliza por la vida con solo verla, María de Guadalupe busca consolar al pueblo mexicano y al mundo entero que siente tristeza y dolor, acude a ellos para proveerles la benevolente protección de una madre. Ella nos trae al Hijo, lo resguarda en su seno, lo que desea es que le sigamos a Él.


Conclusión

Bajo el patrocinio de la Virgen de Guadalupe los movimientos provida del mundo trabajan por defender el don precioso que Dios nos concede, luchando para que sea respetado en todo momento y bajo toda circunstancia, no dudamos que en esta poderosa intercesión Dios ya nos tiene concedido el triunfo, pero no por ello descansamos, y al igual que María de Guadalupe nos apresuramos a salir al encuentro de aquellos cuya vida está en peligro, hablando por quien no puede y protegiendo con la ayuda de Dios, a quien aún no puede defenderse.

Cuando la Virgen se apareció en el Tepeyac a san Juan Diego la evangelización dio un giro de 180°, y las palabras rebosantes de ternura y compasión resuenan hoy a toda mujer y hombre que sabiéndolo o no, rodeados por una cultura de muerte, atentan contra el don bendito de la vida: "Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige, que no se turbe tu corazón;… ¿no estoy aquí, yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo?...”i por ello ocultos en el hueco de su manto los movimientos provida avanzamos por la evangelización de la vida en Cristo Jesús, y te pedimos Señora, Virgen María de Guadalupe ¡Ruega por nosotros!

i Valeriano, Antonio. Nican Mopoha. Ed. Buena Prensa, México. Pag. 10.

jueves, 12 de diciembre de 2013

LA GUADALUPANA, TU MADRE

Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
La Guadalupana, tu madre
Tenemos miedo de tantas cosas, la enfermedad, falta de dinero, que nos roben, miedo al futuro. Pero Ella nos dece: “No temas..."
 ME
 La Guadalupana, tu madre


El nombre más repetido en las mujeres mexicanas es el de GUADALUPE. Por eso muchas celebran su santo el 12 de Diciembre, fecha en que una mujer vestida de princesa, se le apareció a un natural de esta tierra, a Juan Diego, en la Colina del Tepeyac.

Santa María de Guadalupe es el nombre de la celestial Señora. Ella pidió que se construyera un templo, y el templo se construyó. Más aún, hace algunos años se construyó un nuevo santuario más grande y moderno para dar cabida a un número mayor de peregrinos.

Hoy se encuentran muchísimos templos en todo México dedicados a la Virgen de Guadalupe. Casi todas las ciudades tienen el suyo.

¿Para qué pidió un templo? Para que todos nos sintiéramos en su casa cuando fuéramos allí a rezar, para poder decir a cada habitante de nuestro país las mismas palabras que dirigió a Juan Diego: “No temas, ¿no esto yo aquí que soy tu Madre?”

Hermosas palabras que nos quiere decir a cada uno todos los días, pero sobre todo en esos días amargos, días de dolor y desesperanza.

"No temas, ¿no esto yo aquí que soy tu Madre?..." Tenemos miedo de tantas cosas, miedo de perder la salud, el dinero, a que nos roben, miedo al futuro. Existe mucho miedo en el ambiente. "No temas...", nos dice Ella.

El 12 de Diciembre hasta los más duros se ablandan, van de rodillas ante la Guadalupana.

Santos y pecadores, borrachos y mujeriegos, quizá hasta le juren a la Virgencita que van a cambiar para siempre, y al día siguiente vuelven a ser los mismos. Pero hicieron el intento, y cualquier intento es bueno. Ella se los toma en cuenta. Después de tantos intentos fallidos, basta que uno de esos esfuerzos de resultado.

Yo me pregunto si México sería el mismo si no hubiera intervenido en su historia la Reina del Cielo.

Me impresiona que los mismos inicios de México como nación, interviniera tan amorosamente esa Persona a quién con santo orgullo se le llama "Reina de México".

En aquel momento era necesaria la ayuda y protección de la Madre de Dios. Hoy es mucho más necesaria. Los males de México son tantos y tan duros que se necesita la ayuda del cielo para remediarlos. Creo que no bastan los buenos políticos y los buenos economistas.

¡Reza, México, a tu Reina!, para que puedas ser liberado de este naufragio. Esa Reina no ha devaluado su amor a México ni a los mexicanos, hoy los quiere como entonces, pero se necesitan millones de manos alzadas al cielo, millones de rodillas que toquen la tierra rezando, millones de lenguas y corazones que unan su voz y su amor en una oración gigantesca y sonora a la Reina de México, para que venga a auxiliarnos en esta hora difícil.

Para los que tienen fe, hay un faro de esperanza en la Colina del Tepeyac que se llama Santa María de Guadalupe.

El tesoro más rico que México y el mundo entero tiene es una tilma sencilla donde la Madre de Dios se pintó a sí misma para que al contemplarla oyéramos todos su dulce mensaje: ¿No estoy yo aquí que soy tu madre?


ROSAS EN EL TEPEYAC

Las veo en la ladera del bosque;
son grandes, muy variadas:
Todas llevan en su cáliz
perlas del rocío de la noche.

Las ha plantado una mano celestial.
La Madre de Dios tiene preferencia
por las rosas de Castilla, le gustan las rosas.

En su jardín del cielo
debe haber plantado rosas a granel,
y deben muchos ángeles cuidarlas con primor.
Son las rosas de la Madre del Señor.

“Rosas en mi jardín no hay ya,
todas han muerto”, diría un día el poeta.
¡Qué tragedia! Mustios pétalos por el suelo
es todo lo que queda de la gloria de las rosas.

Habrá que pedirle a la dueña del Tepeyac
algunos retoños de rosal
de los que plantó en la colina
para plantarlos en el jardín.

Esos rosales siempre ostentan rosas,
son frescas y hermosas;
nunca se marchitan porque son de Ella.

La imagen de Guadalupe
está pintada con pétalos de rosa,
con rocío de la noche, con amor materno.

No importa que el lienzo sea lo más pobre,
porque esa tilma recoge la obra maestra
que un pincel grabó en ella.

¿Un serafín? ¿Sabía pintura la Virgen?
Los de brocha de aquí abajo
no aciertan a descifrar
con qué arte de dibujo
fue impresa tan magnífica pintura
en una tela tan pobre.




  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC 

    CANCIONES GUADALUPANAS

    Canciones guadalupanas 

    La Guadalupana 

    Desde el Cielo, una hermosa mañana (bis) 
    La Guadalupana (tres veces)bajó al Tepeyac. 
    Suplicante juntaba sus manos (bis)
    y eran mexicanos (tres veces) 
    su porte y su faz. 

    Su llegada llenó de alegría (bis) 
    De luz y armonía (tres veces) el Anáhuac. 
    Junto al monte pasaba Juan Diego (bis) 
    Y acercóse luego (tres veces) al oír cantar. 

    A Juan Diego la Virgen le dijo (bis)
    este cerro elijo (tres veces) 
    para hacer mi altar. 

    Y en la tilma entre rosas pintada (bis)
    Su imagen amada (tres veces)se dignó dejar. 

    Desde entonces para el mexicano (bis)
    Ser guadalupano (tres veces) es algo esencial.

    En sus penas se postra de hinojos (bis)
    Y eleva sus ojos (tres veces)hacia el Tepeyac. 



    Himno a la Virgen de Guadalupe 

    Mexicanos volad presurosos del pendón de la Virgen en pos, y en la lucha saldréis victoriosos defendiendo a la patria y a Dios. 

    De la santa montaña en la cumbre apareció como un astro María ahuyentando con plácida lumbrelas tinieblas de la idolatría. 

    Es patrona del indio, su mantoal Anáhuac protege y da gloria; elevad mexicanos el canto,alabanza y eterna victoria. 

    En Dolores brilló refulgente cual bandera su imagen sagrada dando arrojo al patriota insurgente y tomando invencible su espada. 

    Siempre así lucirá; invasores hollar quieren Anáhuac la tierra flameará nuevamente en la guerra. 

    En redor de esa enseña brillante todo el pueblo luchará, volará,y por siempre en las lides triunfante con arrojo sacarlas habrá. 
       












    NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, ADVOCACIÓN MARIANA, 12 DE DICIEMBRE

     


    Autor: . | Fuente: Catholic.net
    Nuestra Señora de Guadalupe
    Advocación Mariana. 12 de diciembre

    Nuestra Señora de Guadalupe

    Historia de la fiesta 
    Aunque las diferentes advocaciones de la Virgen María son muy numerosas, la Iglesia le da especial importancia a las tres apariciones de la Virgen María en diferentes partes del mundo:

    Aparición de la Virgen de Guadalupe: 12 de Diciembre de 1531 en México.

    Aparición de la Virgen de Lourdes: 11 de Febrero de 1858 en Francia.

    Aparición de la Virgen de Fátima: 13 de Mayo de 1917 en Portugal.

    Debemos recordar que es la misma Virgen María la que se ha aparecido en los distintos lugares, en estos tres momentos para ayudarnos y animarnos a seguir adelante en nuestro camino al cielo. En estas apariciones, la Virgen nos ha pedido rezar el Rosario, acudir al Sacramento de la Penitencia y hacer sacrificios para la salvación del mundo. 

    La Virgen de Guadalupe es muy importante para la fe de todos los mexicanos, pues en ella nuestra Madre del Cielo manifestó claramente su amor de predilección por este pueblo, dejando un hermoso mensaje lleno de ternura y dejando su imagen grabada en un ayate como muestra de su amor. 

    En el Nican Mopohua se puede encontrar la historia completa de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, pero aquí presentamos un resumen de la misma: 

    Hace muchos años, los indios aztecas que vivían en el valle de México, no conocían a Jesús. Ellos tenían muchos dioses y eran guerreros. Los misioneros eran unos sacerdotes que vinieron de España y que poco a poco fueron evangelizando a los indios. Les enseñaron a conocer, amar e imitar a Jesús en la religión católica y los bautizaron. 

    Entre los primeros que se bautizaron, había un indio muy sencillo llamado Juan Diego, quien iba todos los sábados a aprender la religión de Cristo y a la misa del pueblo de Tlatelolco. 

    El sábado 9 de Diciembre de 1531, cuando Juan Diego pasaba por el Cerro del Tepeyac para llegar a Tlatelolco, escuchó el canto de muchos pájaros y una voz que le decía: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?". Al voltear Juan Diego vio una Señora muy hermosa. 

    La Señora le dijo: "Yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios. He venido hasta aquí para decirte que quiero que se me construya un templo aquí, para mostrar y dar mi amor y auxilio a todos ustedes". 

    La Virgen le dijo a Juan Diego que fuera a ver al Obispo y le contara lo que Ella le había dicho. 

    Juan Diego salió de la casa del Obispo muy triste porque no le creyó. Entonces fue al Cerro del Tepeyac a pedirle a la Virgen que mejor mandara a un hombre más importante porque a él no le creían. 

    La Señora le dijo a Juan Diego que volviera el domingo a casa del Obispo. Esta vez, el Obispo le dijo que le trajera una señal, es decir, una prueba de que la Señora de verdad era la Virgen. 

    Juan Diego no pudo ir al día siguiente al Tepeyac, pues su tío Bernardino se puso muy enfermo y fue por un médico. Fue hasta el martes, cuando al pasar por el cerro para ir por un sacerdote que confesara a su tío, se le apareció la Virgen y le dijo: "Juanito, Juan Dieguito; ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿Por qué te preocupas?”. Después, le hizo saber que su tío ya estaba curado y le pidió que subiera a la punta del cerro a cortar unas rosas y las guardara en su ayate. Juan Diego se sorprendió de aquella orden, pues era invierno y no era tiempo de rosas. Sin embargo, obedeció y encontró las rosas tal como la Virgen le había dicho. Se las llevó y Ella le dijo: "Hijo mío, el más pequeño, estas rosas serán la prueba que llevarás al obispo". 

    Juan Diego fue de nuevo a ver al Obispo y le dijo que la Virgen le había mandado la prueba de que Ella era realmente la Virgen. 

    Al soltar su ayate, las rosas cayeron al suelo y apareció dibujada en la tela la preciosa imagen de la Virgen de Guadalupe. 

    Fue entonces cuando el Obispo creyó que la Virgen quería que le construyeran en ese lugar un templo. 

    El ayate permaneció un tiempo en la capilla del Obispo Fray Juan de Zumárraga. El 26 de diciembre de 1531 lo trasladaron a una ermita construida al pie del Tepeyac.

    En 1754, Benedicto XIV nombró a al Virgen de Guadalupe patrona de la Nueva España, desde Arizona hasta Costa Rica.

    El 12 de octubre de 1895 se llevó a cabo la coronación pontificia de la imagen, concedida por León XIII.

    En 1904, San Pío X elevó el santuario de México a la categoría de Basílica y en 1910 proclamó a la Virgen de Guadalupe, Patrona de toda América Latina.

    En 1945, Pío XII le dio el título de la Emperatriz de América. El 12 de Octubre de 1976 se inauguró la nueva Basílica de Guadalupe.
    Miles de personas de México y del mundo entero, visitan cada año la Basílica de Guadalupe, en donde está la hermosa pintura que la Virgen pintó a Juan Diego en su ayate para pedirle a Nuestra Madre su amor, su protección y su ayuda. 

    Las peregrinaciones no sólo se llevan a cabo en México, las hay en todos los países del mundo a diferentes templos. Algunas personas van de rodillas, porque le hacen una promesa a la Virgen cuando le piden un favor. En las peregrinaciones, la gente va haciendo oración, sacrificios y cantando. Muchas veces, las peregrinaciones vienen de muy lejos y se tardan varios días en llegar a darle gracias a la Virgen por algún milagro o favor que les concedió. El amor a la Virgen es lo que mueve a todas estas personas a irla a visitar desde su ciudad. 
    En las peregrinaciones, las personas suelen llevar estandartes con la imagen de la Virgen y mantas donde escriben el nombre de su pueblo, de su familia, de su empresa. 











    sábado, 7 de diciembre de 2013

    LOS OJOS DE GUADALUPE: UN MISTERIO PARA LA CIENCIA




    Los ojos de Guadalupe:un misterio para la ciencia 
    Los resultados de las investigaciones científicas.
    Un científico revela las conclusiones de la tecnología digital
     Tomado de Zenit.org


    ROMA, 20 diciembre 2001.- Los ojos de Guadalupe constituyen uno de los grandes enigmas para la ciencia en estos momentos, como han constatado los estudios del ingeniero José Aste Tönsmann del Centro de Estudios Guadalupanos de México.

    Este graduado en ingeniería en sistemas ambientales por la Universidad de Cornell ha estudiado durante más de veinte años la imagen impresa de la Virgen en ese tosco tejido hecho con fibras de maguey de Juan Diego, el indígena que recibió las apariciones que cambiarían decisivamente la historia de México.

    Si bien sus dimensiones son microscópicas, el iris y las pupilas de los ojos de la imagen tienen impresa al menos la imagen sumamente detallada de trece personajes. Las mismas personas están presentes tanto en el ojo izquierdo como en el derecho, con diferentes proporciones, al igual que sucede en los ojos de un ser humano que refleja los objetos que tiene en frente.
     
    El reflejo transmitido por los ojos de la Virgen de Guadalupe es la escena en la que Juan Diego mostraba al obispo fray Juan de Zumárraga y a los presentes en la estancia el manto con la misteriosa imagen. Era el 9 de diciembre de 1531.

    La técnica que ha utilizado para su estudio el ingeniero Aste Tönsmann es la del proceso digital de imágenes usado por los satélites y por las sondas espaciales para transmitir informaciones visivas. El científico, de hecho, ha trabajado durante años en IBM en procesamiento digital de imágenes.

    Según las conclusiones del estudio, reveladas por Aste Tönsmann a Zenit, durante una visita que realizó a Roma a inicios de enero, nos encontramos ante una imagen «que no ha sido pintada con mano de hombre».

    Ya en el siglo XVIII varios científicos realizaron pruebas científicas que mostraban cómo era imposible pintar una imagen así en un tejido de esa textura. De hecho, con el pasar del tiempo, las fibras del «ayate» que utilizaban los indios se degradan. Normalmente no deberían durar más de veinte años. Sin embargo, la imagen está impresa desde hace 470 años.

    Richard Kuhn premio Nobel de Química, recordó Aste Tönsmann, hizo análisis químicos en los que se pudo constatar que la imagen no tiene colorantes naturales, ni animales ni mucho menos minerales. Dado que en aquella época no existían los colorantes sintéticos, la imagen, desde este punto de vista, es inexplicable.

    En 1979 los estadounidenses Philip Callahan y Jody B. Smith estudiaron la imagen con rayos infrarrojos y descubrieron con sorpresa que no había huella de pintura y que el tejido no había sido tratado con ningún tipo de técnica.

    Aste Tönsmann, se pregunta, «¿Cómo es posible explicar esta imagen y su consistencia en el tiempo sin colores y con un tejido que no ha sido tratado? Es más, ¿cómo es posible que, a pesar de que no haya pintura, los colores mantengan su luminosidad y brillantez?».

    El ingeniero peruano explica que «Cahallan y Smith han mostrado cómo la imagen cambia ligeramente de color según el ángulo de visión, un fenómeno que se conoce con el término de iridescencia, una técnica que no se puede reproducir con manos humanas».

    El investigador comenzó a desarrollar su estudio en 1979. Agrandó los iris de los ojos de la Virgen hasta alcanzar una escala 2.500 veces superior al tamaño real y, a través de procedimientos matemáticos y ópticos, logró identificar todos los personajes impresos en los ojos de la Virgen.

    En los ojos de la Virgen --revela-- se encuentran reflejados los testigos del milagro guadalupano, el momento la que Juan Diego mostraba el ayate al obispo. Los ojos de la Virgen tienen así el reflejo que hubiera quedado impreso en los ojos de cualquier persona en esa posición.

    Se puede individuar un indio sentado, que mira hacia lo alto; el perfil de un hombre anciano, con la barba blanca y la cabeza con calvicie avanzada, como el retrato de Juan de Zumárraga realizado por Miguel Cabrera para representar el milagro; un hombre más joven, con toda probabilidad el intérprete Juan González; un indio de rasgos marcados, con barba y bigote, que abre su propio manto ante el obispo, sin duda Juan Diego; una mujer de rostro oscuro, una sierva negra que estaba al servicio del obispo; un hombre de rasgos españoles que mira pensativo acariciándose la barba con la mano.

    En definitiva, en los ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe está impresa una especie de instantánea de lo que sucedió en el momento en que tuvo lugar el milagro.

    En el centro de las pupilas, además, a escala mucho más reducida, se puede ver otra «escena», totalmente independiente a la primera. Se trata de una familia indígena compuesta por una mujer, un hombre, y algunos niños. En el ojo derecho, aparecen otras personas de pie detrás de la mujer.

    Hasta aquí llega la ciencia, fue la conclusión de Aste Tönsmann. El cómo se ha realizado algo así no es posible descifrarlo con métodos científicos.
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