sábado, 27 de abril de 2019

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 2° DE PASCUA, 28 DE ABRIL DE 2019 - LA DIVINA MISERICORDIA



Lecturas de hoy Domingo 2º de Pascua - Ciclo C
Hoy, domingo, 28 de abril de 2019



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,12-16):

Los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los fieles se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón; los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente se hacia lenguas de ellos; más aún, crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres, que se adherían al Señor. La gente sacaba los enfermos a la calle, y los ponía en catres y camillas, para que, al pasar Pedro, su sombra, por lo menos, cayera sobre alguno. Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén, llevando a enfermos y poseídos de espíritu inmundo, y todos se curaban.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 117,2-4.22-24.25-27a

R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia

Diga la casa de Israel: 
eterna es su misericordia. 
Diga la casa de Aarón: 
eterna es su misericordia. 
Digan los fieles del Señor: 
eterna es su misericordia. R/.

La piedra que desecharon los arquitectos 
es ahora la piedra angular 
Es el Señor quien lo ha hecho, 
ha sido un milagro patente. 
Éste es el día en que actuó el Señor: 
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.

Señor, danos la salvación; 
Señor, danos prosperidad. 
Bendito el que viene en nombre del Señor, 
os bendecimos desde la casa del Señor; 
el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.


Segunda lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (1,9-11a.12-13.17-19):

Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la constancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra, Dios, y haber dado testimonio de Jesús. Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente que decía: «Lo que veas escríbelo en un libro, y envíaselo a las siete Iglesias de Asia.» Me volví a ver quién me hablaba, y, al volverme, vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos una figura humana, vestida de larga túnica, con un cinturón de oro a la altura del pecho. Al verlo, caí a sus pies como muerto. Él puso la mano derecha sobre mí y dijo: «No temas: Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo. Escribe, pues, lo que veas: lo que está sucediendo y lo que ha de suceder más tarde.»

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. 
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.» 
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. 
Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» 
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados! quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» 
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» 
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.» 
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.» 
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.» 
Contestó Tomás: «¡Señor Mío y Dios Mío!» 
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo tengáis vida en su nombre.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy domingo, 28 de abril de 2019
 Fernando Torres cmf


¡Paz a vosotros!

      La fiesta de la Pascua de Resurrección es la más importante de la Iglesia. No sólo se dedican cincuenta días a su celebración, los que van del Domingo de Resurrección al de Pentecostés. Además, los ocho primeros días son como si cada uno fuese el primero. Es la Octava de Pascua, que va del Domingo de Resurrección al que hoy celebramos. La noticia, la gran noticia, sigue siendo la misma: Jesús ha resucitado. 

      Si el domingo pasado eran las mujeres las que recibían la noticia, ahora son los hombres, un grupo de apóstoles y discípulos, los que tienen la experiencia de encontrarse con Jesús Resucitado. En realidad, todos esos encuentros con el Resucitado sirven básicamente para confirmarlos en todo lo que habían vivido con Jesús a lo largo del tiempo que le siguieron hasta su muerte en la cruz. 

      Durante aquellos años, Jesús les había enseñado muchas cosas. Les había hablado del Reino y de Dios, al que llamaba su “Abbá”, su “papá”. Frente a la imagen de un Dios arrogante y vengativo, justiciero y castigador, les había hablado de un Dios Padre de misericordia y amor que desea la felicidad y la libertad en fraternidad de todos sus hijos e hijas. Habían visto como se acercaba a todos y hablaba a todos pero que tenía un especial cariño para los necesitados, los oprimidos, los abandonados. Había hablado de la justicia y de compartir los bienes de la tierra. Había comido con ellos muchas veces y les había enseñado que vale más servir y amar que dominar, poseer y controlar. Les había prometido el Reino pero también les había dicho que el Reino estaba dentro de ellos. 

      Todo eso se confirma en sus apariciones. Si la Resurrección podía ser vista como un signo del poder sin límites de Dios, cuando Jesús se presenta a sus discípulos, lo primero que hace es desearles la paz. “Paz a vosotros”. La presencia de Jesús no inquieta, no destruye, no oprime sino que es portadora de paz, paz para los corazones y paz para todos. Los que habían visto como la violencia del odio, de la venganza, de la muerte, destruían –y parecía que para siempre– la vida y el sueño de Jesús, ven ahora como la fuerza de Dios es capaz de crear Vida y Paz más allá de la muerte que creamos los hombres. 

      No es un sueño, como le hace ver a Tomás en la segunda aparición. Es el mismo Jesús que conoció, el que murió en la cruz. Tampoco era un sueño su mensaje. Ni era un sueño su forma de hablar de Dios. Ante nosotros se abre un futuro de esperanza porque, como dice la lectura del Apocalipsis, “el que vive” está vivo en medio de nosotros y nos invita a seguir el camino de la vida, de la verdadera vida, de la vida plena.



Para la reflexión

      ¿Cuándo pienso en Dios, cuando rezo, o quizá cuando me siento pecador, siento miedo o temor? ¿Por qué? ¿Qué siento cuando hoy escucho en el evangelio a Jesús decir: “Paz a vosotros”? ¿Cómo puedo ser portador de paz a los que me rodean?

ESTA ES LA VERDADERA HISTORIA DE LA IMAGEN DE LA DIVINA MISERICORDIA


Esta es la verdadera historia de la imagen de la Divina Misericordia
Redacción ACI Prensa





La imagen de la Divina Misericordia le fue revelada a Santa Faustina en 1931 y Jesús mismo le pidió que se pintara, explicándole luego su significado y lo que los fieles alcanzarán con ella. Pero la imagen más conocida de esta devoción es la tercera que se realizó. Esta es la historia de la famosa imagen. 

Tras la revelación en 1931 de Jesús a Santa Faustina y la petición de que realizara un cuadro mostrando la Divina Misericordia, la religiosa pidió a Eugenio Kazimirowski que lo llevara a cabo. Éste lo hizo siguiendo las indicaciones de Santa Faustina y lo terminó en 1934, no obstante, Santa Faustina lloró al ver que la imagen acabada “no reflejaba” toda la belleza de Jesús, pero Él la animó

El segundo cuadro fue hecho por encargo de la Congregación de la Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia en 1942 y por el artista Estanislao Batowski. Sin embargo, durante la insurrección de Varsovia, la capilla y la imagen fueron consumidas por el fuego. Por eso se le encomendó al artista pintar otra para la Capilla de la Divina Misericordia en Cracovia.

Por entonces el pintor Adolfo Hyla llegó a la casa cracoviana de la Congregación con la propuesta de pintar un cuadro como voto por haberse salvado en la guerra. Le dieron una estampa de la Divina Misericordia y las descripciones de Santa Faustina.


El pintor terminó el cuadro en 1943 y fue bendecida en la capilla por el P. Andrasz, confesor de Faustina.


Más adelante llegó la imagen de Batowski, pero solo el cuadro de Hyla se quedó en la capilla por recomendación del Cardenal Adan Sapieha, quien lo eligió porque había sido pintado como voto.

Como el cuadro de Hyla no entraba en el altar a la Misericordia, en la capilla, el pintor hizo una imagen más pequeña, que fue bendecida el Segundo Domingo de Pascua de 1944 también por el P. Andrasz.

En 1954 Hyla repintó el lienzo, eliminando la pradera y el matorral que había puesto, y colocó el fondo oscuro con el suelo bajo los pies de Jesús.

Esta imagen de Hyla se hizo famosa por las gracias que recibían los fieles y es la más difundida en el mundo.

De esta manera se cumplió el pedido de Jesús a Santa Faustina: “Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y en el mundo entero”.

La revelación

Cuenta Santa Faustina en su diario: “Al anochecer, estando en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido”.

“Después de un momento, Jesús me dijo: Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: ‘Jesús, en ti confío’. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y [luego] en el mundo entero”.


Jesús le señaló: “Prometo que el alma que venera esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como mi gloria”.

Otro día, estando Santa Faustina en oración, Cristo le dijo: “Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas”.

“Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de mi misericordia cuando mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza. Estos rayos protegen a las almas de la indignación de mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios”.

Santa Faustina contaba todo esto a su confesor, el actual Beato P. Miguel Sopocko, quien designó al pintor Eugenio Kazimirowski para que realizara la imagen según las indicaciones de la santa.

“Una vez, cuando estaba en [el taller] de aquel pintor que pintaba esa imagen, vi que no era tan bella como es Jesús. Me afligí mucho por eso, sin embargo lo oculté profundamente en mi corazón”, escribió Santa Faustina en su diario.

“Fui a la capilla y lloré muchísimo. ¿Quién te pintará tan bello como Tú eres? Como respuesta oí estas palabras: ‘No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia’”.

HOSPITAL DEL PAPA CUMPLE 150 AÑOS Y SU PRESIDENTA COMPARTE LOGROS Y RETOS ACTUALES


“Hospital del Papa” cumple 150 años y su presidenta comparte logros y retos actuales
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media



La Presidenta del Hospital Bambino Gesù de Roma, Mariella Enoc, conversó con ACI Prensa sobre los logros del centro de salud conocido como “hospital del Papa”, con motivo de su 150 aniversario y los retos para el futuro.

En sus declaraciones, Enoc destacó que el Bambino Gesù es un hospital de referencia en Europa en atención pediátrica. En concreto, resaltó sus logros en la investigación de enfermedades raras o consideradas incurables y aseguró que, de cara al futuro, se reforzará esa apuesta por la investigación científica.

Sobre los orígenes del Hospital, Mariella Enoc explicó que “nació de un acto de caridad, porque no había hospitales pediátricos en Roma, es decir, lugares donde se atendiera a los niños independientemente de los adultos”.

Para solucionar esa carencia, en 1869, una familia italiana, la familia Salviati, “pensó en impulsar esta obra, que al principio era pequeña, con cuatro estancias donde se curaba a los niños que tenían una forma de tuberculosis muy rara que no se podía curar y, sin embargo, allí se curaron”.

“Luego el hospital se donó al Papa, y por eso en Roma se dice que el Bambino Gesù es el hospital del Papa. En los años siguientes, el hospital crece a las dimensiones actuales y en este momento es el policlínico pediátrico más grande de Europa, con un reconocimiento científico muy importante”, destacó.

Sobre las perspectivas de futuro, Mariella Enoc señaló que el hospital seguirá invirtiendo en investigación científica para descubrir nuevas enfermedades y sus tratamientos, sin abandonar el mejor servicio posible a los niños y a sus familias.

En concreto, destacó que “el Hospital Bambino Gesù tiene una particular especialización en la genética y en las enfermedades raras”, a la vez que se está potenciando la especialización en trasplantes y en otras especialidades como la neurología o la psiquiatría.

Sobre las ampliaciones del hospital en las sedes romanas de Gianicolo y Palidoro, recordó que “no queremos hacer grandes obras arquitectónicas, grandes estructuras, sino que queremos dar un servicio. Hoy no conseguimos acoger a todos los niños que piden ser acogidos. Y decir que no a un niño enfermo es una decisión importante, porque pone en crisis”.

Asimismo, subrayó que, aunque el centro de salud no tiene una misión pastoral, sino sanitaria, el Hospital Bambino Gesù tiene fuertes raíces en el Evangelio, lo que lleva a los responsables sanitarios a “dar una gran importancia a la relación entre personas, también un poco de empatía. Por ejemplo, a los niños considerados incurables, el hospital los cuida”.

Por otra parte, en la entrevista también explicó el proyecto del Hospital en Bangui, República Centroafricana, pedido por el mismo Papa Francisco tras su viaje apostólico a este país en 2015. 

El Papa “visitó brevemente este hospital pediátrico y, naturalmente las condiciones eran desastrosas, y cuando regresó me pidió que fuera a poner al día este hospital, me dio también parte de los recursos económicos necesarios para hacerlo”.

“Fue entonces cuando iniciamos esta aventura de arreglar este hospital en la parte ya existente y hacer una parte nueva para los niños malnutridos que estaban bajo las tiendas. El Hospital es del gobierno, permanece en el gobierno, no hay nada que lo identifique con el Papa”.

Tras la inauguración de este hospital remodelado, “ahora continuamos con la formación de los médicos, porque esta es la misión que se ha dado al Bambino Gesù, formar, donar ciencia, donar saber”.

En cuanto a otros proyectos del Hospital Bambino Gesù fuera de Italia, destacó proyectos de formación en Siria, Jordania, Camboya o China, y proyectos en estudio en Kazajistán y en Corea del Sur.
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