domingo, 19 de diciembre de 2021

PAPA FRANCISCO INVITA A IMITAR A LA VIRGEN MARÍA PARA NO EMPANTANARSE ANTE LOS PROBLEMAS

  


Papa Francisco invita a imitar a la Virgen María para no “empantanarse ante los problemas”

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

Foto: Vatican Media



Al dirigir el rezo del Ángelus dominical este 19 de diciembre, cuarto Domingo de Adviento, el Papa Francisco animó a imitar a la Virgen María para no “empantanarse ante los problemas” sino caminar con prontitud hacia la Navidad ayudando al prójimo.

“Aprendamos de la Virgen esta forma de reaccionar: levantarse, sobre todo cuando las dificultades amenazan con aplastarnos. Levantarnos, para no empantanarnos en los problemas, hundiéndonos en la autocompasión y en una tristeza paralizante”, invitó el Santo Padre a los numerosos fieles reunidos en la Plaza San Pedro del Vaticano.

Al reflexionar en el pasaje del Evangelio de San Lucas que narra la visita de la Virgen María a su prima Isabel, el Papa se centró en el ejemplo de la Virgen María que después de haber recibido el anuncio del ángel, no se quedó en casa “pensando en lo sucedido y considerando los problemas y los imprevistos, que ciertamente no faltaban” sino que “al contrario, lo primero que hace es pensar en quien lo necesita, en lugar de quedarse en sus problemas”.

En esta línea, el Papa subrayó que la Virgen María se puso en camino “con generosidad, sin dejarse intimidar por los inconvenientes del viaje, respondiendo a un impulso interior que la llama a hacerse cercana y a ayudar. Un camino largo, kilómetros y kilómetros, no había un autobús, fue caminando” y compartió a Isabel “la alegría de Jesús, la alegría que llevaba en el corazón y en el vientre. Va donde ella y proclama sus sentimientos, y esta proclamación de sentimientos después fue una oración, el Magníficat, que todos conocemos”.

Por ello, el Santo Padre invitó a caminar con prontitud y a levantarnos de los problemas “¿por qué levantarnos? Porque Dios es grande y está listo para levantarnos si nosotros le tendemos la mano. Entonces arrojemos en Él los pensamientos negativos, los miedos que bloquean todo impulso e impiden ir adelante”.

“Y después hagamos como María: ¡miremos a nuestro alrededor y busquemos alguna persona a la que podamos ser de ayuda!”, advirtió el Papa.

Finalmente, el Santo Padre alentó a “cultivar un sano sentido del humor, como hacían, por ejemplo, Santo Tomás Moro o San Felipe Neri” y animó a “pedir esta gracia, la gracia del sano humorismo, hace tanto bien”.

“No nos olvidemos de que el primer acto de caridad que podemos hacer al prójimo es ofrecerle un rostro sereno y sonriente y llevar la alegría de Jesús, como hizo María con Isabel. ¡Que la Madre de Dios nos tome de la mano, nos ayude a levantarnos y caminar con prontitud hacia la Navidad!”, concluyó el Papa.


A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco:


San Lucas 1, 39 - 45

39En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá;40entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.41Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo;42y exclamando con gran voz, dijo: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno;43y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?44Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.45¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!”.

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EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 19 DE DICIEMBRE DE 2021 - IV DOMINGO DE ADVIENTO 2021

 


Domingo 4 (C) de Adviento

Domingo 19 de diciembre de 2021



1ª Lectura (Miq 5,1-4): Esto dice el Señor: «Y tú, Belén Efratá, pequeña entre los clanes de Judá, de ti voy a sacar al que ha de gobernar Israel; sus orígenes son de antaño, de tiempos inmemorables. Por eso, los entregará hasta que dé a luz la que debe dar a luz, el resto de sus hermanos volverá junto con los hijos de
Israel. Se mantendrá firme, pastoreará con la fuerza del Señor, con el dominio del nombre del Señor, su Dios; se instalarán, ya que el Señor se hará grande hasta el confín de la tierra. Él mismo será la paz».




Salmo responsorial: 79

R/. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

Pastor de Israel, escucha, tú que te sientas sobre querubines, resplandece; despierta tu poder y ven a salvarnos.


Dios del universo, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña. Cuida la cepa que tu diestra plantó, y al hombre que tú has fortalecido.


Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tú fortaleciste. No nos alejaremos de ti: danos vida, para que invoquemos tu nombre.


2ª Lectura (Heb 10,5-10): Hermanos: Al entrar Cristo en el mundo dice: «Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije: He aquí que vengo —pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí— para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad». Primero dice: «Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la ley. Después añade: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad». Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.


Versículo antes del Evangelio (Lc 1,38): Aleluya. Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho. Aleluya.


Texto del Evangelio (Lc 1,39-45): En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».





«¡Feliz la que ha creído!»

+ Mons. Ramon MALLA i Call Obispo Emérito de Lleida

(Lleida, España)


Hoy es el último domingo de este tiempo de preparación para la llegada —el Adviento— de Dios a Belén. Por ser en todo igual a nosotros, quiso ser concebido —como cualquier hombre— en el seno de una mujer, la Virgen María, pero por obra y gracia del Espíritu Santo, ya que era Dios. Pronto, en el día de Navidad, celebraremos con gran alegría su nacimiento.

El Evangelio de hoy nos presenta a dos personajes, María y su prima Isabel, las cuales nos indican la actitud que ha de haber en nuestro espíritu para contemplar este acontecimiento. Tiene que ser una actitud de fe, y de fe dinámica.

Isabel, con sincera humildad, «quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: ‘(...) ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?’» (Lc 1,41-43). Nadie se lo había contado; sólo la fe, el Espíritu Santo, le había hecho ver que su prima era madre de su Señor, de Dios.

Conociendo ahora la actitud de fe total por parte de María, cuando el Ángel le anunció que Dios la había escogido para ser su madre terrenal, Isabel no se recató en proclamar la alegría que da la fe. Lo pone de relieve diciendo: «¡Feliz la que ha creído!» (Lc 1,45).

Es, pues, con actitud de fe que hemos de vivir la Navidad. Pero, a imitación de María e Isabel, con fe dinámica. En consecuencia, como Isabel, si es necesario, no nos hemos de contener al expresar el agradecimiento y el gozo de tener la fe. Y, como María, además la hemos de manifestar con obras. «Se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel» (Lc 1,39-40) para felicitarla y ayudarla, quedándose unos tres meses con ella (cf. Lc 1,56).

San Ambrosio nos recomienda que, en estas fiestas, «tengamos todos el alma de María para glorificar al Señor». Es seguro que no nos faltarán ocasiones para compartir alegrías y ayudar a los necesitados. 

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