NUESTRA SEÑORA SALUD DE LOS ENFERMOS, UNIVERSAL ( 24 DE AGOSTO)
María es Salus Infirmorum porque es Inmaculada Concepción. Así es venerada en la comunidad de los creyentes desde tiempos antiguos, aunque el actual título se afirmará en siglos posteriores. En Roma, desde la segunda mitad del siglo III, la Bienaventurada Virgen María es saludada "auxilium et solamen nostrae infirmitatis". El Papa Esteban I, escribiendo el ano 256 al Obispo de León y Astorga, Basílides, explica que "ante lavacrum salutare lapsi omoes sunt et quidem primum fideles absolvuntur passione Christi, dein meritis beatue Deiparae: ille ad unitatem filiorum Dei reducit, haec vero sanitatem ac uniusquisque sanctitatem redonat".
Y de la misma manera se expresan otros Pontífices en los siglos siguientes. La Virgen de la Salud es oriunda de Molinara, Italia. Varias iglesias italianas, aunque con diferentes figuras, invocan a María como Madre de la Salud. También en la India, María de la Salud es faro en medio de las tempestades de la vida.
La imagen de Nuestra Señora de la Salud de Vailankanni, se celebra el 8 de septiembre, según una historia que cuenta la salvación de un naufragio de pescadores portugueses que invocaban a María en el peligro de la tormenta. En el templo más importante de Pátzcuaro, Desde 1580 se venera a la Virgen de la Salud, patrona de la población, en el estado de Michoacán, México. Su estatua está moldeada en pasta de caña de maíz y miel de orquídeas, mezcla utilizada por los indígenas en la fabricación de imágenes durante el siglo XVI.
EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
Lo mismo encontramos en los Santos Padres de la Iglesia, Latinos y Orientales, que, si bien no exponen la doctrina de la Inmaculada Concepción, profundizada y madurada con el pasar del tiempo, consideran a María Madre de Dios la "llena de gracia" (Lc 1,28), defensa de la salud del Hombre. Así, Pedro Crisólogo afirma que "...la Virgen se ha convertido verdaderamente en madre de los vivientes mediante la gracia, Ella que era madre de quienes por naturaleza estaban destinados a la muerte". En el siglo V, Sedulio escribe que "una sola ha sido la mujer por la que se abrió la puerta a la muerte y una sola es también la mujer a través de la cual vuelve la vida". Y es de Venancio Fortunato este maravilloso Himno: "Oh excelente belleza, oh mujer que eres la imagen de la salvación, potente por causa del fruto de tu parto y que gustas por tu virginidad, por tu medio la salvación del mundo se ha dignado nacer y restaurar el género humano que la soberbia Eva ha traído al mundo". Entre los Padres Latinos, Fulgencio di Ruspe escribe: "...la bondad divina ha realizado este plan para redimir al género humano: por medio de un hombre, nacido de una sola mujer, a los hombres les ha sido restituida la vida". Hay mayor riqueza de textos en los escritos de los Padres y de la Liturgia Oriental. Cirilo de Jerusalén: "Por medio de la Virgen Eva entró la muerte; era necesario que por medio de una virgen, es decir, de la Virgen, viniera la vida...". El Pseudo-Gregorio Niceno: "...de la Virgen Santa ha florecido el árbol de la vida y de la gracia... De hecho, la Virgen Santa se ha hecho manantial de vida para nosotros... En María solamente, inmaculada y siempre virgen, floreció para nosotros el retono de la vida, ya que sóla ella fue tan pura en el cuerpo y en el alma, que con mente serena respondió al ángel...".
Romano el Melode: "Joaquín y Ana fueron liberados de la verguenza de la esterilidad y Adán y Eva de la corrupción de la muerte, oh Inmaculada, por tu natividad. Esta festeja hoy tu pueblo, rescatado de la esclavitud de los pecados, clamando a ti: "La estéril da a luz a la Madre de Dios, madre de nuestra vida". Proclo de Constantinopla: "Ha sido sanada Eva... Por eso le decimos:
"Bendita tú entre las mujeres" (Lc 1,42), la sola que has curado el dolor de Eva, la sola que enjugaste las lágrimas de la atribulada...". En la Liturgia de la Iglesia Oriental del I al VI siglo, abundan los textos. Reproducimos sólo algunos: "Por Eva la corrupción, por ti la incorruptibilidad; por aquella la muerte, por ti, en cambio, la vida...
¡El Médico, Jesús, ha venido a nosotros por ti!, para curarnos a todos, como Dios, y salvarnos... Ave. Inmaculada y Pía, salve, baluarte del mundo...". "Inmaculada Madre de Cristo, orgullo de los ortodoxos, a ti te ensalzamos. Eres Vida, oh Casta, por ti has dado la vida a quienes te ensalzan...". "Ave, por ti el dolor se extingue... Ave, tesoro inagotado de vida... Ave, medicina de mis miembros: Ave, salvación de mi alma". "...Oh, Virgen doncella inmaculada, salva a quienes en ti buscan refugio". "Inmaculada Madre de Dios (...) nosotros, que hemos conseguido tu protección, oh Inmaculada, y que por tus oraciones hemos sido liberados de los peligros y custodiados en todo tiempo por la Cruz de tu Hijo, nosotros todos, como se debe, con piedad, te ensalzamos...
Nuestro refugio y nuestra fuerza eres tú, oh Madre de Dios, socorro poderoso del mundo. Con tus plegarias proteges a tus siervos de toda necesidad, oh sola bendita". Concluímos esta rápida visita a los testimonios de los primeros siglos de la Iglesia con un tropario de la himnografia griega que hace de síntesis: "Santísima Madre de Dios, no me abandones durante el tiempo de mi vida y no me confies a ninguna protección humana, sino tú misma encárgate de curarme y ten piedad de mi".
PATRONA DE LA CONGREGACIÓN SIERVAS DE MARÍA
La Congregación nació el 15 de Agosto de 1851, en Madrid, España. Su carisma es llevar ternura y misericordia a los más necesitados, a los pobres enfermos. Los rasgos característicos de su espiritualidad son: Contemplativas en la acción. Abandonadas a la Divina Providencia. Cooperadoras con Cristo y María en la salvación de los hombres. Como familia religiosa, unidas en Cristo, continúan la misión sanadora de Cristo, teniendo como modelo a la Santísima Virgen en el momento de la Visitación (Lc.1,39-45) y llevando con Ella, renovada esperanza y gozo a aquellos a quienes sirven. Hay actualmente 2,000 Siervas de María distribuidas en los 123 conventos existentes alrededor del mundo, incluyendo Europa, América, África y Asia; con casas de misiones en Camerún, Filipinas y México.