lunes, 29 de enero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 29 DE ENERO


LOS CINCO MINUTO DE JESÚS
28 de enero



La verdadera compasión no se contenta con lamentar el mal; lo remedia, si puede, y cuando no lo puede remediar, comparte, al menos, la aflicción y el dolor.

Jesús pone toda su omnipotencia al servicio de su compasión y así realiza aquel estupendo milagro de la multiplicación de los panes y los peces.

No puedes decir que no te presentan a ti cien y mil ocasiones de ejercer la compasión con tu prójimo que sufre; acepta voluntariamente y con sincero corazón el sacrificio que debas imponerte para remediar las necesidades de tu prójimo; siente como  tuyas sus penas y aflicciones y cumple así el mandamiento de la caridad, amado como dice San Juan: No con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad (1 Jn 3,18)


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 29 DE ENERO 2018


Lecturas de hoy Lunes de la 4ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, lunes, 29 de enero de 2018



Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (15,13-14.30;16,5-13a):

En aquellos días, uno llevó esta noticia a David: «Los israelitas se han puesto de parte de Absalón.»
Entonces David dijo a los cortesanos que estaban con él en Jerusalén: «¡Ea, huyamos! Que, si se presenta Absalón, no nos dejará escapar. Salgamos a toda prisa, no sea que él se adelante, nos alcance y precipite la ruina sobre nosotros, y pase a cuchillo la población.»
David subió la cuesta de los Olivos; la subió llorando, la cabeza cubierta y los pies descalzos. Y todos sus compañeros llevaban cubierta la cabeza, y subían llorando. Al llegar el rey David a Bajurín, salió de allí uno de la familia de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá, insultándolo según venía. 
Y empezó a tirar piedras a David y a sus cortesanos –toda la gente y los militares iban a derecha e izquierda del rey–, y le maldecía: «¡Vete, vete, asesino, canalla! El Señor te paga la matanza de la familia de Saúl, cuyo trono has usurpado. El Señor ha entregado el reino a tu hijo Absalón, mientras tú has caído en desgracia, porque eres un asesino.»
Abisay, hijo de Seruyá, dijo al rey: «Ese perro muerto ¿se pone a maldecir a mi señor? iDéjame ir allá, y le corto la cabeza!»
Pero el rey dijo: «¡No os metáis en mis asuntos, hijos de Seruyá! Déjale que maldiga, que, si el Señor le ha mandado que maldiga a David, ¿quién va a pedirle cuentas?»
Luego dijo David a Abisay y a todos sus cortesanos: «Ya veis. Un hijo mío, salido de mis entrañas, intenta matarme, ¡y os extraña ese benjaminita! Dejadlo que me maldiga, porque se lo ha mandado el Señor. Quizá el Señor se fije en mi humillación y me pague con bendiciones estas maldiciones de hoy.»
David y los suyos siguieron su camino.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 3,2-3.4-5.6-7

R/. Levántate, Señor, sálvame

Señor, cuántos son mis enemigos,
cuántos se levantan contra mí;
cuántos dicen de mí:
«Ya no lo protege Dios.» R/.

Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria,
tú mantienes alta mi cabeza.
Si grito, invocando al Señor,
él me escucha desde su monte santo. R/.

Puedo acostarme y dormir y despertar:
el Señor me sostiene.
No temeré al pueblo innumerable
que acampa a mi alrededor. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (5,1-20):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la orilla del lago, en la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, desde el cementerio, donde vivía en los sepulcros, un hombre, poseído de espíritu inmundo; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para domarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras.
Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó a voz en cuello: «¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes.»
Porque Jesús le estaba diciendo: «Espíritu inmundo, sal de este hombre.»
Jesús le preguntó: «¿Cómo te llamas?»
Él respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos.»
Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos hozando en la falda del monte. 
Los espíritus le rogaron: «Déjanos ir y meternos en los cerdos.»
Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al lago y se ahogó en el lago. Los porquerizos echaron a correr y dieron la noticia en el pueblo y en los cortijos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Se quedaron espantados. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su país. Mientras se embarcaba, el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia.»
El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy lunes, 29 de enero de 2018
 Ciudad Redonda


Queridos hermanos:

La narración de la curación del endemoniado de Gerasa parece estar escrita en superlativo. Todo es en ella desmesurado: Los formidables síntomas de posesión de aquel hombre, la infinidad de de demonios, la espectacularidad de la sanación, el excesivo número de cerdos,… hasta la dura negativa de Jesús a que el enfermo le siguiera, una vez sanado. Por otra parte, según los entendidos el relato está cargado de indicios que aluden al mundo pagano dominado por el maligno. Al seleccionar algunos puntos para nuestra meditación sugiero éstos:

Detengámonos en dos efectos del mal que padece este hombre poseído: Por un lado, la fuerza sobrehumana que le hace capaz de romper cadenas y cepos y, por otro, vivir en el cementerio entre sepulcros. En dos pinceladas el evangelista hace un retrato certero del Maligno: Tiene una fuerza irresistible y conduce a la muerte.

Los seres humanos somos incapaces de resistir la furia del mal, especialmente si hemos crecido en ambientes hostiles o hemos sido marcados por experiencias dañinas. Con nuestros propios medios humanos no conseguiremos jamás romper sus cadenas. Necesitamos al más fuerte, a Jesús, el Hijo de Dios. El vino a la tierra no tanto para enseñarnos a vivir mejor, sino sobre todo para liberarnos luchando contra el mal. ¡Ojalá que nuestra vida sea permanente lucha contra el mal, combatiendo bajo la bandera del Maestro bueno!

Por otra parte, el destino de muerte que graba nuestra cultura, afecta a muchos de nuestros hábitos, deseos y opciones. La cultura de la muerte nos causa mucho daño. Es Jesús quien puede pronunciar sobre nosotros aquella palabra que nos rescata de sus garras de tristeza y de muerte. Su resurrección consistió en hacernos vivir de alegría. En palabras de Dostoievsky: “No fue el dolor de la gente , sino su alegría lo que Cristo vino a ver. Realizó su primer milagro para contribuir al contento humano”.

Por último, ¿Por qué Jesús no le permite al hombre liberado el poder seguirle como  discípulo? El, que solía pedir que le siguieran, niega ahora a este hombre su deseo.

No sabemos exactamente por qué actúa así Jesús, pero sí deja en claro que no todos debemos responder de la misma manera a sus llamadas. A unos les pide vivir en comunidad de vida con El, a otros permanecer en sus casas… Pero a todos les envía (¡ve!) a anunciar y a compartir la buena noticia de sentirse liberado y salvado por Él. Es la consigna de la evangelización: salir a compartir la experiencia de sentirnos amados y liberados por el Señor.

BUENOS DÍAS




sábado, 27 de enero de 2018

RESTAURAN EL ÍCONO MARIANO FAVORITO DEL PAPA FRANCISCO


Restauran el ícono mariano favorito del Papa Francisco
 Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)




(ACI).- El ícono mariano favorito del Papa Francisco, la Salus Populi Romani, ha sido restaurado y podrá apreciarse el próximo 28 de enero en la Basílica Santa María La Mayor, cuando el Santo Padre celebre la Misa por la fiesta de su traslación.


Icono de la Salus Populi Romani antes de la restauración (Foto: Vatican Media / ACI Prensa)

La restauración de la Salus Populi Romani (Salud del pueblo romano), fue informada por la Basílica a través de un comunicado.


Icono de la Salus Populi Romani después de la restauración (Foto: Vatican Media / ACI Prensa)

El ícono, ante el cual reza el Santo Padre antes y después de cada uno de sus viajes internacionales, muestra a María sosteniendo al Niño Jesús que a su vez porta un libro dorado.


La directora de los Museos Vaticanos, la doctora Barbara Jatta, explicó que la restauración permitió revelar los delicados colores de los rostros de María y Jesús, así como el brillo de las vestiduras doradas del Niño y la túnica azul de la Madre de Dios.

Además de limpiar la imagen y corregir restauraciones previas, los expertos diseñaron un nuevo marco para el ícono que es más liviano y permitirá su traslado con mayor facilidad.

En el proceso de la restauración también intervino una comisión presidida por el Arcipreste de la Basílica de Santa María La Mayor, Cardenal Stanislaw Rylko.

Los trabajos de restauración también ayudarán a los expertos a precisar sus orígenes. Algunas tradiciones señalan que habría sido pintado por el mismo San Lucas.

Sin embargo, en un artículo publicado en L’Osservatore Romano, Jatta señaló que es más probable que el ícono se haya pintado entre los siglos XI y XIII.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 27 DE ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
27 de enero




Las gentes siguieron a Jesús sin preocuparse de sus necesidades más perentorias, como era el alimento; es que la Palabra de Jesús los cautivaba y su poder los atraía irresistiblemente, hasta el punto de olvidarse de lo más necesario para la vida: la comida.

Ejemplo para muchos cristianos que siguen a Jesucristo  mientras no  sufran menoscabo sus intereses materiales, mientras no se intente tocarles el bolsillo, pues cuando el cumplimiento de la ley de Dios les suponga algún sacrificio material, anteponen sus beneficios al cumplimiento de su deber.



* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 27 DE ENERO 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 3ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, sábado, 27 de enero de 2018



Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (12,1-7a.10-17):

En aquellos días, el Señor envió a Natán a David.
Entró Natán ante el rey y le dijo: «Había dos hombres en un pueblo, uno rico y otro pobre. El rico tenía muchos rebaños de ovejas y bueyes; el pobre sólo tenía una corderilla que había comprado; la iba criando, y ella crecía con él y con sus hijos, comiendo de su pan, bebiendo de su vaso, durmiendo en su regazo: era como una hija. Llegó una visita a casa del rico, y no queriendo perder una oveja o un buey, para invitar a su huésped, cogió la cordera del pobre y convidó a su huésped.» 
David se puso furioso contra aquel hombre y dijo a Natán: «Vive Dios, que el que ha hecho eso es reo de muerte. No quiso respetar lo del otro; pues pagará cuatro veces el valor de la cordera.» 
Natán dijo a David: «¡Eres tú! Pues bien, la espada no se apartará nunca de tu casa; por haberme despreciado, quedándote con la mujer de Urías, el hitita, y matándolo a él con la espada amoníta. Asi dice el Señor: "Yo haré que de tu propia casa nazca tu desgracia; te arrebataré tus mujeres y ante tus ojos se las daré a otro, que se acostará con ellas a la luz del sol que nos alumbra. Tú lo hiciste a escondidas, yo lo haré ante todo Israel, en pleno día."» 
David respondió a Natán: «¡He pecado contra el Señor!» 
Natán le dijo: «El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás. Pero, por haber despreciado al Señor con lo que has hecho, el hijo que te ha nacido morirá.»
Natán marchó a su casa. El Señor hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y cayó gravemente enfermo. David pidió a Dios por el niño, prolongó su ayuno y de noche se acostaba en el suelo. Los ancianos de su casa intentaron levantarlo, pero él se negó y no quiso comer nada con ellos.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 50,12-13.14-15.16-17

R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, 
renuévame por dentro con espíritu firme; 
no me arrojes lejos de tu rostro, 
no me quites tu santo espíritu. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación, 
afiánzame con espíritu generoso: 
enseñaré a los malvados tus caminos, 
los pecadores volverán a ti. R/.

¡Líbrame de la sangre, oh Dios, 
Dios, Salvador mío, 
y cantará mi lengua tu justicia. 
Señor, me abrirás los labios, 
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,35-41):

Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.» 
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. 
Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?» 
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: «¡Silencio, cállate!» 
El viento cesó y vino una gran calma. 
Él les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?» 
Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy sábado, 27 de enero de 2018
Severiano Blanco, cmf


Queridos Hermanos:

Gran parte del ministerio de Jesús se desarrolló en torno al lago de Genesaret, y sus navegaciones con los discípulos a través del mismo debieron de ser frecuentes. En ellas es normal que no hayan faltado momentos de viento adverso y avance dificultoso. Pero la narración evangélica de hoy no quiere que nos detengamos en algo tan anodino. La Iglesia primitiva contempló los episodios de la vida de Jesús en profundidad, buscó su significado y acabó componiendo sobre ellos verdaderos tratados teológicos.

Para exprimir la enseñanza encerrada en los mismos tuvo dos recursos principales: la fuerza transfigurante de las experiencias pascuales y numerosos pasajes del AT, su principal, casi único, “libro de teología”. Probablemente el primer encuentro de Pedro con el Resucitado tuvo lugar durante una faena pesquera en el mar de Galilea. Pedro, con la duda y temor de si sería un fantasma, se echó al agua al encuentro de Jesús (Jn 21,8), y experimento la propia debilidad, comenzó a hundirse (cf. reminiscencia en Mt 14,30). La gloria del Resucitado suscita inevitablemente la admiración: “¿Quién es este?”. Ese acontecimiento pascual, cuyos contornos se nos escapan, sirvió para colorear antiguas travesías del lago, quizá muy normales, en compañía del Maestro pescador de hombres.

Volvamos a la travesía que hoy se nos narra. No es probable que Jesús durmiese plácidamente mientras los discípulos forcejeaban contra los elementos; él no había venido a ser servido. El dato del sueño nos remite inconfundiblemente a la leyenda de Jonás, que sesteaba en las bodegas del barco mientras los marineros luchaban contra el oleaje. Pero la superposición de lo sucedido a Jonás con lo de Jesús y sus discípulos, a pesar de las semejanzas, nos sirve para marcar diferencias. A Jonás le pide que invoque a su Dios para que traiga la calma, mientras que Jesús, con autoridad propia, increpa directamente al mar, como si fuese un demonio: “silencio, cállate”. Y llegó la bonanza.

La Iglesia naciente aplicó muy pronto al Resucitado el título de “Señor”, hasta entonces reservado a Yahvé. Enaltecido a su derecha, tiene igual poder y gloria que él. Y el señorío deYahvé se describe frecuentemente en el AT como dominio sobre el mar: “Hasta aquí llegarás, no más allá. Aquí se romperá el orgullo de tus olas”, diría Dios al océano (Job 38,11). Y Dios es alabado con expresiones como: “Tú acallas el estruendo de los mares, el tumulto de sus olas” (Sal 65,8).

En cada pequeña narración, los evangelistas fueron plasmando su propia confesión de fe. Hoy se nos enseña que la Iglesia puede pasar por situaciones turbulentas; pero debe saber que, en medio de ella, está presente su Señor, contra el cual no pueden las fuerzas descontroladas del mal. Y esa Iglesia tiene que ser contemplativa, vivir admirada, en su incapacidad de responder satisfactoriamente a la pregunta “¿quién es este?”. Ante Cristo glorioso, es más acertado admirar y adorar que explicar o especular.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf

FELIZ FIN DE SEMANA




viernes, 26 de enero de 2018

COMO SAN PABLO BUSQUEMOS LA COMUNIÓN ENTRE LOS CRISTIANOS, ALIENTA EL PAPA FRANCISCO


Como San Pablo busquemos la comunión entre los cristianos, alienta el Papa Francisco
 Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)




(ACI).- El Papa Francisco celebró este jueves las Segundas Vísperas de la Solemnidad de la Conversión de San Pablo, y destacó que al Apóstol “la gracia de Dios lo empujó a buscar la comunión con los otros cristianos”.

“¡Cuántos hermanos hoy sufren persecuciones por el nombre de Jesús! Cuando su sangre es derramada, también si pertenecen a confesiones diversas, se convierten juntos en testimonios de la fe, mártires, unidos en el vínculo de la gracia bautismal”, afirmó en la Basílica de San Pablo Extramuros.

En la celebración, con la que concluye la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Santo Padre señaló que “todos nosotros, los cristianos hemos pasado a través de las aguas del Bautismo, y la gracia del Sacramento ha destruido a nuestros enemigos, el pecado y la muerte. Salidos de las aguas hemos alcanzado la libertad de los hijos; hemos emergido como pueblo, como comunidad de hermanos y hermanas salvados”.

Luego el Pontífice se refirió a San Pablo, “de quien hoy celebramos la conversión”. El Apóstol, recordó, “hizo la potente experiencia de la gracia, que lo llamó a convertirse, de perseguidor a apóstol de Cristo”.

“La gracia de Dios lo empujó a buscar la comunión con los otros cristianos, rápido, primero en Damasco y luego en Jerusalén. Es esta nuestra experiencia de creyentes. Conforme crecemos en la vida espiritual, comprendemos siempre mejor que la gracia” nos lleva junto a los demás y a compartir con ellos, afirmó.

En ese sentido, dijo que cuando doy las gracias “a Dios por cuanto hizo en mí, descubro que no canto solo, porque los demás hermanos y hermanas entonan el mismo canto de alabanza. Las varias confesiones cristianas han tenido esta experiencia. En el último siglo hemos finalmente comprendido que estamos juntos sobre las orillas del Mar Rojo”, como Moisés y los israelíes que huían del faraón.

Así, indicó que “cuando decimos que reconocemos el Bautismo de los cristianos de las otras tradiciones, confesamos que también ellos han recibido el perdón del Señor y la gracia que actúa en ellos”.

“Junto a los amigos de las otras tradiciones religiosas, los cristianos afrontan hoy retos que menosprecian la dignidad humana: escapan de situaciones de conflicto y miseria, son víctimas de la trata de seres humanos y de otras esclavitudes modernas, padecen privaciones y hambre, en un mundo siempre más rico de medios y pobre de amor, donde continúan aumentando las desigualdades”, expresó.

Sin embargo, dijo que como los israelíes del éxodo, los cristianos son llamados a custodiar juntos el recuerdo de cuanto Dios ha hecho en ellos”. “Reavivando esta memoria, podemos sostenernos los unos a los otros y afrontar, armados solo de Jesús y la dulce fuerza de su Evangelio, cada desafío con coraje y esperanza”, concluyó el Papa.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 26 ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
26 de enero




No todos los días son iguales, ¿verdad? Pues bien, tú que corres, no te agites; tú que vives, no te angusties; tú que dudas, no vaciles.

Si corres, no te precipites; si vives, no te desorientes; si estás triste, no te oprimas.

Cristo dijo que él es el Camino, la Verdad y la Vida. Si vas por ese Camino, no te extraviarás; sí aceptas y vives esa Verdad, no caerás en el error; si penetras en esa Vida, te alejarás de la muerte.

Él dijo también que es la Luz del mundo; no te alejes de él y caminarás seguro, bañado por su luz.



* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 26 ENERO 2018


Lecturas de hoy Santos Timoteo y Tito
Hoy, viernes, 26 de enero de 2018



Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 
(1,1-8):

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, llamado a anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido; te deseo la gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Dios, a quien sirvo con pura conciencia, como mis antepasados, porque tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo, de noche y de día. Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría, refrescando la memoria de tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y que estoy seguro que tienes también tú. Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 95,1-2a.2b-3.7-8a.10

R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R/.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey, 
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.




Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,1-9):
Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir.
Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos.
No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino.
En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa."
Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.
Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa.
En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan;
curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros."




Comentario al Evangelio de hoy viernes, 26 de enero de 2018
 Severiano Blanco, cmf


Queridos Hermanos

No es mala ocurrencia la de contemplar hoy, cerca del gran misionero de Tarso, a dos de sus numerosos discípulos y colaboradores, Timoteo y Tito. Pero es indudable que el título de “obispos”, que les conceden los libros litúrgicos, les viene muy pequeño.  Distintos en su relación con el gran difusor del cristianismo, Timoteo y Tito tuvieron en común el privilegio irrepetible, con la consiguiente responsabilidad, de ser receptores inmediatos de la herencia apostólica. Timoteo, una vez que Pablo le conquista para su  misión en Europa, será su colaborador de por vida; hasta podríamos decir su alter ego. Tito debió de acompañar a Pablo solamente una breve temporada, mientras desde Éfeso organizaba en Corinto la gran colecta para aliviar las carencias de la Iglesia de Jerusalén.

El apóstol nos dejó sus expresiones de elogio y agradecimiento para uno y otro. De Timoteo dice a los filipenses: “espero enviárosle pronto, para saber yo de vosotros y quedar tranquilo. No tengo a nadie de un espíritu como el suyo, que tan cordialmente se interese por vosotros… Ha servido conmigo al evangelio como un hijo junto a su padre” (Flp 2,19-22). Y a los de Corinto escribe: “Bendito sea Dios que pone tanto afán por vosotros en el corazón de Tito, pues aceptó mi ruego y, más solícito que nunca, por propia iniciativa, fue a donde vosotros… Es compañero y colaborador mío en lo referente a vosotros” (2Co 8,16s.23). Sin tanto frescor y lozanía, las cartas pseudónimas a Timoteo y Tito, más tardías y de índole predominante disciplinar, se hacen también eco de lo que estos “hijos verdaderos en la fe” (1Tim 1,2; Tito 1,4) significaron para Pablo. Sin duda es muchísimo lo que la Iglesia debe a estos dos santos, a su fidelidad en “guardar el depósito” (1Tim 6,20; 2Tim 1,14). Gracias a ellos permanecemos nosotros en la Iglesia “apostólica”. No es improbable que ellos mismos hayan conservado materialmente algunos de los escritos paulinos, tesoros de valor indecible para la posteridad.    

Al recordar a estos colaboradores de Pablo, la Iglesia nos invita a considerar que la misión no se agota en los apóstoles de primera hora, que ya Jesús envió a muchos más a evangelizar (“a otros 72”, el número de las naciones paganas), pues la mies es mucha… Y, junto la advertencia sobre la urgencia, se nos orienta acerca de cómo realizar la misión: 
a.- Dispuestos al martirio (“ovejas y lobos”), pues habrá que criticar a ciertos intereses opuestos al proyecto de Dios. 
b.- En gran desprovisión (“sin alforjas”), pues se trata de anunciar al Dios providente.
c.- Transmitiendo siempre paz, que es el don de los tiempos mesiánicos.
d.- En gran cercanía a los evangelizandos, participando de su mesa y de su vida.
e.- Acompañando la palabra con acciones salvíficas: mitigar el dolor y suscitar salud.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf

FELIZ VIERNES




jueves, 25 de enero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 25 ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
25 de enero


La Palabra de Dios estaba en Dios, preexistiendo desde toda una eternidad y por lo tanto tan eterna y sabía como el Padre Dios; pero después san Juan nos presenta a esa Palabra, ese Logos o Verbo del Padre, viniendo al mundo, siempre enviada por el Padre y enviada para llevar a cabo una misión: a saber, transmitir, apartándolo de todo error.

La Luz verdadera es Jesucristo; nosotros los cristianos comprometidos también hemos sido llamados luz del mundo: Ustedes son la luz del mundo.

Pero el Evangelio añade que aunque Jesús era la Luz, los suyos no la recibieron; Dios no permita que rechacemos la luz, porque es rechazar la verdad y permanecer voluntariamente en el error.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 24 ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
24 de enero


Felices cuando sean insultados y perseguidos y se los calumnie a causa de mí.

"A causa de mí", es decir, por mi causa, por causa de Dios, por la causa del bien, de la justicia, del deber. Porque entonces el insulto es un honor, ya que es reconocer que somos fieles a la verdad, a la bondad, al deber, y no puede darse ningún honor mayo que esa fidelidad.

A causa de Dios, entonces, el insulto, la persecución y la calumnia no quedan en nosotros sino que llegan al corazón del mismo Dios. El que habrá de compensarnos del insulto, de la calumnia y de la persecusión, será el mismo Dios; y cuando Dios compensa, por cierto lo sabe hacer muy bien y lo quiere hacer maravillosamente. Es preferible caer en las manos de los hombres que caer de las manos de Dios; antes hay que obedecer a Dios que a los hombres.

Ser perseguidos por la justicia es reconocer que somos justos; ser insultados por nuestra adhesión a Dios, es juzgarnos partidarios y amigos de Dios.

* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 23 DE ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
23 de enero



Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos.

No será lo mismo "ser perseguidos por la justicia" que "ser perseguidos por practicar la justicia"

A diario se nos presentan cien y mil ocasiones de practicar la justicia; siempre que cumplimos con un deber para con nuestros prójimos, estamos haciendo un acto de justicia, reconociendo su derecho y respetándolo; siempre que somos fieles a nuestra conciencia, estamos siendo justos y practicando la justicia, pues no hay  mayor mal que podamos hacer a los demás que ser infieles a nuestros compromisos o a nuestras obligaciones.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 22 DE ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
22 de enero



Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Es que no basta ser pacífico; es preciso trabajar por la instauración de la paz entre los hombres, en el mundo entero.

Trabajar por la paz es establecer a aquellas condiciones de vida que hagan a cada hombre feliz, seguro de sí mismo y de su porvenir; es suavizar relaciones humanas, solucionar problemas, crear a nuestro alrededor un clima de comprensión, dar a casa uno lo suyo, respetando el derecho de todos.


*P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 25 ENERO 2018


Lecturas de hoy Conversión de San Pablo
Hoy, jueves, 25 de enero de 2018


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (22,3-16):

En aquellos días, dijo Pablo al pueblo: «Yo soy judío, nací en Tarso de Cilicia, pero me crié en esta ciudad; fui alumno de Gamaliel y aprendí hasta el último detalle de la ley de nuestros padres; he servido a Dios con tanto fervor como vosotros mostráis ahora. Yo perseguí a muerte este nuevo camino, metiendo en la cárcel, encadenados, a hombres y mujeres; y son testigos de esto el mismo sumo sacerdote y todos los ancianos. Ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y fui allí para traerme presos a Jerusalén a los que encontrase, para que los castigaran. Pero en el viaje, cerca ya de Damasco, hacia mediodía, de repente una gran luz del cielo me envolvió con su resplandor, caí por tierra y oí una voz que me decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" Yo pregunté: "¿Quién eres, Señor?" Me respondió: "Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues." Mis compañeros vieron el resplandor, pero no comprendieron lo que decía la voz. Yo pregunté: "¿Qué debo hacer, Señor?" El Señor me respondió: "Levántate, sigue hasta Damasco, y allí te dirán lo que tienes que hacer." Como yo no veía, cegado por el resplandor de aquella luz, mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco. Un cierto Ananías, devoto de la Ley, recomendado por todos los judíos de la ciudad, vino a verme, se puso a mi lado y me dijo: "Saulo, hermano, recobra la vista." Inmediatamente recobré la vista y lo vi. Él me dijo: "El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su voluntad, para que vieras al Justo y oyeras su voz, porque vas a ser su testigo ante todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, no pierdas tiempo; levántate, recibe el bautismo que, por la invocación de su nombre, lavará tus pecados."»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 116,1.2

R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R/.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (16,15-18):

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 25 de enero de 2018
 Severiano Blanco, cmf


Queridos Hermanos

El título de la fiesta de hoy no es muy acertado. San Pablo no fue un convertido. Él lo negaría taxativamente. En sus cartas jamás se pone a sí mismo como sujeto del verbo “convertirse”, ni se aplica el sustantivo “conversión”. Más aún, cuando habla de su pasado, lo que destaca es su intachabilidad, su permanente entrega a la causa de Dios, con fidelidad rayana en el fanatismo. “He servido a Dios con tanto fervor…”, le hace decir el autor de Hechos. Y él afirma que, desde joven, aventajaba a sus coetáneos en entusiasmo por sus tradiciones religiosas (Gal 1,14), y que “en lo referente a la observancia de la Ley fue irreprochable” (Flp 3,6). Buscó siempre la fidelidad a la alianza. Y nunca cambió de religión; el Pablo cristiano continuó siendo israelita; en su último escrito afirma con sano y agradecido orgullo: “también yo soy judío, de la tribu de Benjamín” (Rom 11,1).

Entonces, ¿qué celebramos hoy? El encuentro de Saulo con el Mesías de sus esperanzas, y su comprensión inicial de que, con la glorificación de Jesús de Nazaret, se ha abierto un nuevo camino salvífico, el de la fe, accesible por igual a judíos y gentiles. Saulo entendió este encuentro como un salto cualitativo en su crecimiento religioso: “el que me separó desde el seno materno… tuvo a bien revelarme a su Hijo para que le anuncie a los paganos” (Gal 1,16). Probablemente Pablo ya era misionero judío, al servicio del Yahvé de la alianza y las promesas; ahora madura el objeto de su anuncio: Yahvé ha cumplido esas promesas, y a ellas se accede por la fe en su Hijo Jesucristo.

Fue una iluminación y capacitación para una nueva singladura, una experiencia religiosa de densidad apenas imaginable. Saulo-Pablo salió de su conformismo y sus “buenas costumbres”, relativizó algunas de sus formulaciones religiosas, percibió  horizontes más amplios y a ellos se lanzó. El poder de Yahvé le concedió obtener, de forma casi instantánea, lo que Jesús de Nazaret había logrado inculcar trabajosamente en sus discípulos galileos, judíos observantes, durante años de convivencia. Y Pablo respondió generosamente a esta intervención de Dios: “por la gracia de Dios soy lo que soy… y su gracia no se ha frustrado en mí” (1Cor 15,10).

Su entrega tendrá dos vertientes: la mística de identificación con el Crucificado-Resucitado y la dedicación infatigable a darle a conocer. Y ambas siempre en tensión hacia más: “no lo tengo ya logrado, sigo corriendo por ver si…” (Flp 3,12). La mística de Pablo se cifrará en vivir en Cristo y desde Cristo: “ser hallado en él, en el poder de su resurrección y la comunión con sus padecimientos” (Flp 3,9s). Será experiencia de amor que le “apremiará” (2Cor 5,14) compulsivamente a la misión. El fruto de ese arrojo apostólico lo presenta así en su última carta: “desde Jerusalén hasta la Iliria, y en todas las direcciones, lo he llenado todo del evangelio de Cristo” (Rom 15,19).

El Pablo de la “conversión” (¿?) nos habla de desinstalación religiosa, de apertura y docilidad a nuevas luces, y de la pasión creciente con que debe vivirse la causa de Dios.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf
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