martes, 31 de mayo de 2016

HOY ES LA FIESTA DE LA VISITACIÓN DE MARÍA: BENDITA TÚ ENTRE LAS MUJERE


Hoy es la Fiesta de la Visitación de María: “¡Bendita tú entre las mujeres!”


 (ACI).- Cada 31 de mayo la Iglesia celebra la Fiesta de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel, y con este mensaje de caridad de la Madre de Dios es que se concluye el mes mariano.

Según narran los evangelios, el ángel Gabriel le dijo a María que así como ella iba a ser la Madre de Jesús, su prima Isabel también estaba encinta de Juan el Bautista y la Virgen fue en ayuda de su pariente durante tres meses.

De este relato evangélico surgen dos importantes oraciones: la segunda parte del Avemaría y el canto del Magníficat.

Cuando Isabel oyó el saludo de María, “el niño saltó en su seno. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a grandes voces: ‘¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! Pero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme? Porque en cuanto oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno’”.

María, la sierva humilde y fraterna que siempre está dispuesta a atender a todos que la necesitan, respondió alabando a Dios por sus maravillas: “Proclama mi alma la grandeza del Señor; se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava…”

San Bernardo de Claraval señalaba que “desde entonces María quedó constituida como un ‘Canal inmenso’ por medio del cual la bondad de Dios envía hacia nosotros las cantidades más admirables de gracias, favores y bendiciones”.

MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 31 - ORACIONES A LA VIRGEN MARÍA


MAYO, MES DE MARÍA
Trigésimo primer día: Oraciones a la Santísima Virgen



Memorare

"Acordaos, oh, piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección implorando tu auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén."



Sub tuum

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa María Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, ante bien líbranos de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita.
Amén

El Padre Bernard, apodado el pobre sacerdote, era uno de los más fieles servidores de María. Creía deberle su conversión y su vocación al estado eclesiástico. La llamaba siempre su buena made. Había hecho imprimir en varios idiomas una oración de san Bernardo: el Memorare. Distribuyó durante su vida 200,000 ejemplares, y por medio de esta oración, operó una infinidad de cosas maravillosas.

Recitemos estas oraciones frecuentemente y con fervor, la Santísima Virgen nos tomará bajo su poderosa y maternal protección.




Consagración a la Santísima Virgen compuesta por san Luis Gonzaga

Virgen Santa, María, mi guía y mi Soberana, vengo a arrojarme en el seno de tu misericordia, y de poner desde ahora y para siempre mi alma y mi cuerpo bajo tu salvaguarda y bajo tu protección maternal. Te confío y pongo entre tus manos todas mis esperanzas y mis consuelos, todas mis penas y mis miserias, lo mismo que el curso y el fin de mi vida, para que, mediante tu intercesión y tus méritos, todas mis obras sean hechas según tu voluntad y con miras a complacer a tu divino Hijo.
Amén


Traducido del francés por José Gálvez para ACI Prensa

CONSAGRA TU FAMILIA A LOS CORAZONES DE JESÚS Y MARÍA CON ESTA ORACION


Consagra tu familia a los Corazones de Jesús y María con esta oración


 (ACI).- Este año, el viernes 3 de junio la Iglesia celebrará la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y al día siguiente se festejará al Inmaculado Corazón de María, cercanos a estas dos festividades, ACI Prensa ofrece una oración de consagración de la familia a los Santísimos Corazones.



Oración de Consagración
Santísimos corazones de Jesús y María,

unidos en el amor perfecto,
como nos miráis con misericordia y cariño,
consagramos nuestros corazones,
nuestras vidas, y nuestras familias a Vosotros.


Conocemos que el ejemplo bello
de Vuestro hogar en Nazaret fue un modelo
para cada una de nuestras familias. 
Esperamos obtener, con Vuestra ayuda,
la unión y el amor fuerte y perdurable
que os disteis.

Que nuestro hogar sea lleno de gozo.
Que el afecto sincero, la paciencia, la tolerancia,
y el respeto mutuo sean dados libremente a todos.

Que nuestras oraciones
incluyan las necesidades de los otros,
no solamente las nuestras.

Y que siempre estemos cerca de los sacramentos.

Bendecid a todos los presentes
y también a los ausentes,
tantos los difuntos como los vivientes;
que la paz esté con nosotros,
y cuando seamos probados,
conceded la resignación cristiana
a la voluntad de Dios.

Mantened nuestras familias cerca
de Vuestros Corazones;
que Vuestra protección
especial esté siempre con nosotros.

Sagrados Corazones de Jesús y María,
escuchad nuestra oración.
Amén.

EL MAGNIFICAT


MAGNIFICAT
(Lc 1, 46-55)

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre.

lunes, 30 de mayo de 2016

MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 30 - EL AVE MARÍA, EL ÁNGELUS


MAYO, MES DE MARÍA
Trigésimo día: El Ave María, el Ángelus


Salutación angélica: Se llama Salutación angélica al Ave María, porque contiene el saludo del arcángel Gabriel a María. Esta bella oración  se convirtió en las costumbres de la vida cristiana, en casi inseparable del Padre Nuestro, que Nuestro señor nos enseñó y que por ese motivo llamamos Oración Dominical. La Salutación angélica tiene dos partes: la primera se compone de las palabras del ángel y las de santa Isabel a María. Según lo destaca Santo Tomás, no era la primera vez que un ángel había sido enviado a la tierra. Abrahán y los patriarcas habían recibido la visita de esos mensajeros celestes; pero los ángeles nunca se inclinaron delante de ellos, porque por su naturaleza, el ángel es superior al hombre. Cuando Gabriel se vio delante de María, portador del gran secreto de la encarnación, descubre en ella a la reina del cielo y de a tierra, y se inclina diciendo: Salve María, llena de gracia, el Señor está contigo, y bendita tú eres entre todas las mujeres”. Santa Isabel agregó en la visita que le hizo María: “Y bendito es el fruto de tu vientre”. La segunda parte de la salutación angélica fue compuesta por la Iglesia. María es llamada Madre de Dios, es el título que le concedió el concilio de Éfeso, cuando condenó la herejía de Nestorio. Se cree que fue san Cirilo de Alejandría, de acuerdo con el concilio que presidía, quien compuso la última parte de esta conmovedora oración: “Santa María, etc”.

Angelus: La Encarnación es don de Dios por excelencia. La Iglesia, para reconocer y celebrar esta bendición, estableció una fiesta que es la de la Anunciación. Pero también hizo más, estableció una voz que recuerda sin cesar al mundo el mensaje del ángel, la humildad de María y el abajamiento del Verbo. Es la voz de la campana, que ha recibido esta bella y dulce misión. Los tres Ángelus de cada día serán la expresión del reconocimiento y del amor del hombre hacia la Santísima Trinidad; y los nueve golpes de la campana nos conducirán a la misteriosa invitación de nueve coros angélicos, que se unen a nosotros para adorar al Verbo encarnado en María.

Ejemplo

En Alemania, un culpable, condenado a la pena de decapitación no quería escuchar hablar de la confesión. Un padre jesuita empleó todos los medios para convertirlo; le rogó, le lloró, se arrojó a sus pies; pero viendo que perdía su tiempo, le dijo: recitemos juntos el Ave María. Una vez que el criminal lo hizo, cayeron abundantes lágrimas de sus ojos; se confesó, penetrado de dolor, no quiso morir sin abrazar estrechamente la imagen de María

Santa Germaine, recitaba el Ángelus con una fidelidad verdaderamente destacable. Al primer golpe de la campana, se ponía de rodillas, donde se encontrara; se la vio arrodillar, a menudo en medio de la nieve y del barro, sin perder el tiempo en buscar un lugar mejor, y si la campana se hacía oír cuando atravesaba el arrollo que baña el territorio de Pibrac, sin dudarlo, se ponía de rodillas en el agua y hacía su oración.


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...