martes, 8 de octubre de 2013

PRESENCIA DE JESÚS Y MARÍA EN NUESTRA VIDA

Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Presencia de Jesús y María en nuestra vida
Meditaciones del Rosario. Segundo Misterio de la Luz. Jesús en las Bodas de Caná.
 
Presencia de Jesús y María en nuestra vida

Presencia de Jesús y María en los acontecimientos humanos: una boda. Hay que invitarlos a todas las cosas de nuestra vida, seguros de que accederán con gusto. Su presencia transforma las realidades humanas, las alegres y las tristes, en acontecimientos santificadores. Sufrir en su compañía es muy distinto que sufrir solos.

Ellos dan la fuerza y el ejemplo para llevar la propia cruz con amor y alegría. También quieren participar en nuestras alegrías. Porque la alegría es cristiana, es fruto maduro del misterio pascual. Si, según Santa Teresa,”un santo triste es un triste santo”, quiere decir que el cristiano tiene el derecho y el deber de ser un irradiador de alegría. Si Jesús inventó la religión del amor, inventó por lo mismo la religión de los hombres y mujeres más felices. Es la paradoja del cristianismo: Los santos –los mejores cristianos- son los que más han sufrido y también los más felices. “Con la amistad de Cristo, con su presencia, he sido y soy inmensamente feliz, cargando la cruz que Él ha querido darme ...” María adelanta los milagros. Y Jesús condesciende con mucho gusto. Jesús abre el corazón de sus discípulos a la fe, obrando su primer milagro, gracias a la intervención de María.

Todos los que quieran ser apóstoles de Jesús, deben aprender a amar a María, para ser eficaces en su labor de salvación de los hombres. En la salvación de los hijos, debe intervenir la presencia de la Madre, por voluntad del Redentor. El rosario que reza el sacerdote habla muy bien de él. Cuantas veces al Papa se le ve con el rosario entre los dedos. El sacerdote que invoca frecuentemente a María, que predica con entusiasmo sobre Ella a los fieles, tiene garantizado el éxito apostólico. No se puede decir lo mismo del ministro –quizás celoso y trabajador- que no tiene tiempo de rezar el rosario y que demuestra hacia su Madre una superficial adhesión. “Totus tuus” fue lema elegido amorosamente por Juan Pablo II. Pero, aunque no esté esculpido en un escudo, cada sacerdote debe hacerlo propio. La importancia de María para llegar a Jesús: La devoción a María es señal de predestinación.

Dios no permitirá que un alma que ame a María no se salve. El amor a María es un elemento muy específico y gratificante de la religión cristiana. La devoción a María otorga al cristianismo una ternura, una finura y delicadeza extraordinaria. La necesidad que en el orden humano experimentan de una mamá todos los seres humanos, no es menos requerida en el orden del espíritu, Y Dios, que quiso darnos una madre de la tierra para las necesidades materiales, tuvo la buena idea de regalarnos una Madre para las necesidades del espíritu.

El huérfano de madre lo demuestra, el huérfano de madre en el espíritu lo acusa también. María no es un estorbo para llegar a Jesús, al contrario, es el camino más corto y maravilloso para llegar al Mediador. Esta es la voluntad del mismo Mediador, Jesucristo. Jesús mismo que quiso tener una madre, no ha querido privarnos a nosotros de ella, Más aun, la misma madre suya nos la regaló a nosotros, Con ello no sólo nos ha dado una madre, sino la mejor de todas. El agua convertida en vino: Vida triste convertida en vida feliz; mediocridad en santidad; esterilidad en apostolado fecundo. “En tu nombre echaré la red”, dijo Pedro a Jesús. También podemos decir nosotros: “En tu nombre, María, echaremos la red”. Jesús no es celoso, y llenará también nuestras redes de peces. Sin duda que el vino mejor del mundo se bebió en Caná, como lo atestigua el mayordomo de la fiesta.

Cuantas veces nuestra triste vida se nutre de vinagre, de vino de poca calidad o tiene que conformarse con simple agua. María puede pedir Jesús que convierta esa pobre agua en dulce vino que nos dé gusto y fuerzas para el camino de la vida. “Haced lo que Él os diga”. Siempre nos guía a Él, nos invita a obedecerle, a seguirle, a imitarle. Y los discípulos creyeron en Él, por María. Cuando la presencia de María en la vida de un apóstol es constante, ese apóstol tiene la bendición y el beneplácito de Dios. María nunca se cree ni se nombra Maestra, sino discípula; la mejor de todas. Es la que conoce como nadie la religión del amor y quien la ha vivido mejor que ningún cristiano. Por eso puede enseñar a sus hijos lo que Ella sabe. Jesús dijo “ Yo soy el camino, la verdad y la vida”, María podría decirnos. “Yo soy la caminante más decidida, la seguidora de la verdad, la distribuidora de la vida”. Ella nos dice:”Hagan lo que Él les diga”. Él nos dice: “Hagan lo que Ella les diga”



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  • P. Mariano de Blas LC 

    lunes, 7 de octubre de 2013

    REINA DE LA FAMILIA: VIRGEN MARÍA


    Reina de la Familia: VIRGEN MARÍA 
    Padre Tomás Rodríguez Carbajo  


    . Juan Pablo ll ha aprobado un Decreto de la Congregación para el Culto Divino, que incluye, de manera oficial y para toda la Iglesia, la invocación "Reina de la Familia" en la Letanía Lauretana después de "Reina del Santísimo Rosario" y antes de "Reina de la Paz".

    . Esta letanía mariana, indudablemente la más extendida en la devoción popular, se ha ido enriqueciendo, teniendo en cuenta necesidades del pueblo para pedir por ellas a Nuestra Madre, que además es Reina con lo que esto lleva consigo de poder de intercesión ante su Hijo, Rey del Universo.

    . Esta invocación nos interpela a todos, para que tomemos conciencia de los grandes problemas que afectan actualmente a la institución familiar, a Ella le encomendamos:
    - Las familias deshechas por las infidelidades, las separaciones y los divorcios.
    - Las familias angustiadas por el paro y el hambre.
    - Las familias abatidas por el terrorismo y secuestros.
    - Las familias infectadas por la lacra de la droga.
    - Las familias rodeadas de bienes materiales, exigencias y producto de un consumismo, que las deja insatisfechas.
    - Las familias rotas por los avatares de la violencia y la guerra.
    - Las familias de las que ha tomado posesión la enfermedad
    incurable de algún miembro, que la compone.

    . María supo de algunos problemas familiares, de aquellos que acompañan a la condición humana, como pueden ser las estrecheces económicas, las críticas o comentarios insulsos de personas poco laboriosas, las persecuciones.

    . María fue miembro de la "Sagrada Familia" de Nazaret compuesta por los miembros más santos que han pasado por la tierra: El Hijo de Dios Encarnado, la Madre de Dios y el Custodio de las grandes joyas que Dios tenía en la tierra.

    . La misma invocación de "Reina de la Familia" nos sirve para pedir su maternal protección sobre las familias que permanecen unidas en medio de las dificultades que las zarandean:
    - Las que son verdaderas "Iglesias domésticas".
    - Las que aglutinan a todos los miembros unidos por la plegaria común.
    - Las que cultivan la generosidad con los pobres y necesitados, sin olvidarla con Dios a quien le ofrecen sus hijos para que totalmente se le consagren.
    - Las que respetan las leyes morales en la trasmisión de la vida.
    - Las que se interesan por dejar a sus hijos más que bienes materiales, los espirituales.
    - Las que tienen un corazón "abierto" a las necesidades del prójimo, con quien comparten lo que Dios les ha dado.
    - Las que son verdaderos "hogares" en contraposición de los "fríos hoteles".
    - Las enriquecidas con varias generaciones, que las componen.
    - Las que en sus senos se han cuajado un amor generoso y universal, que se traduce en vocaciones consagradas puestas al servicio de Dios en misiones, en hospitales, etc.


    . Una familia se basa, se fragua, se aglutina y se crece en el amor, elemento necesario para dar sentido a la vida humana. María es la "Madre del Amor Hermoso":
    Supo unir al mismo tiempo la grandeza de ser Madre y la hermosura de ser Virgen.
    Cultivó el amor de novia, esposa, madre y viuda.

    . Al invocar a María "Reina de la Familia" es un signo que manifiesta dónde encontrar la fuerza necesaria para construir la propia familia, basada en la dignidad del ser humano, que participa de la capacidad de amar propia de Dios.

    . Los hogares cristianos tienen que dar entrada a María como Reina, para que una a los miembros, los aliente, ya que Ella supo siempre darnos lecciones de "amor hermoso": callando, sufriendo en silencio, y dándose a todo aquél que la necesitaba.

    . Santa María, Reina de la Familia!. Ruega por todas y por cada una de las familias. Que la luz de tu ejemplo brille en cada casa y cada familia goce de tu maternal protección.

    RADIOGRAFÍA INTERIOR DEL CORAZÓN DE MARÍA


    Radiografía interior del corazón de María
    Padre Tomás Rodríguez Carbajo  


    .- La Virgen es fiel imitadora de todas las virtudes de su Hijo, por eso la Liturgia nos propone a consideración ciertos momentos o facetas de la vida de María para enriquecernos espiritualmente.
    Si del culto al Corazón de Jesús se ha dicho que es: "La síntesis de toda la religión y la norma de vida más perfecta" (Pío Xl) y "la profesión más completa de la religión cristiana "(Pío Xll en la encíclica Haurietis aquas, n 66) no podríamos decir algo parecido del Corazón de María, teniendo presente la maravillosa frase de Juan Pablo ll: "La Iglesia desde el primer momento miró a María a través de Jesús, como miró a Jesús a través de María" (R.M. n26)?.

    .- La expresión "Corazón de María" se ha de interpretar en sentido bíblico: designa la persona misma de Santa María Virgen; su "ser" íntimo y único; centro y fuente de su vida interior; su actitud indivisa de entrega a Dios y a los hermanos en la obra de salvación del Hijo.

    .- Para conocer "por dentro" el Corazón de María nos podemos servir de los calificativos que se le atribuyen en el formulario n 28 de las Misas de la Virgen María:

    1.- Inmaculado. Inmune de toda mancha de pecado. Esto le hace ser desde el primer momento de su concepción "Santuario del Espíritu Santo". Siempre estuvo habitada por la Santísima Trinidad con quien mantuvo una íntima relación de familiaridad por ser la "mansión del Verbo" en su condición de Madre.

    2.- Sabio. San Lucas nos dice en dos ocasiones, c. 2, 19 y 51, que María guardaba todas las cosas, que oía de Jesús y que le oía a El, en su corazón para meditarlas. Allí relacionaba lo anunciado en el A.T. y su cumplimiento en el N.T.

    3.- Dócil. Cuando María en la Anunciación conoció la voluntad de Dios, que en aquel momento no coincidía con lo que Ella pensaba, se sometió completamente sin ningún tipo de coacción, quedando su actitud reflejada en el "Hágase en mí según tu palabra".

    4.- Nuevo. La novedad en el Corazón de María le viene dada por la gracia merecida por Cristo que hace que seamos una nueva criatura, pasando por la gracia a ser hijos de Dios.

    5.- Humilde. María fue la mejor discípula que tuvo Cristo, quien nos diría "Aprended de Mí que soy manso y humilde de Corazón" (Mt. 11, 29), ya antes Ella había confesado públicamente que Dios se había fijado "en la humildad de su esclava" (Lc. 1, 48); esta virtud no sólo no era obstáculo, sino condición necesaria para no estorbar la acción divina.

    6.- Sencillo. Sin doblez, sin trastera, lleno del Espíritu de Verdad. Toda persona grande tiene un corazón sencillo.
    Jesús daba gracias al Padre, porque "las cosas del Reino se las había revelado a la gente sencilla". Quién como María las entendió?.

    7.- Limpio. Jesús en las Bienaventuranzas había anunciado que "los limpios de corazón verán a Dios" (Mt. 5, 8). Nadie aventajará en esto a María.

    8.- Firme. María no supo decir no al Señor, siempre le dijo sí, y lo mantuvo constantemente, no sólo en los momentos agradables, sino también en las pruebas duras por las que pasó, desde la profecía de Simeón a los pocos días del nacimiento de su Hijo (Lc. 2, 35): "A ti una espada te traspasará el corazón", hasta el momento de la pasión y muerte (Jn. 19, 25): "Estaban junto a la cruz de Jesús su Madre..."

    9.- Dispuesto. María ha acoplado su voluntad a la de Dios, se ajustan perfectamente, no chirrían nada. Proclama esta total disponibilidad al llamarse "la esclava del Señor" (Lc. 1, 38).

    .- Los textos litúrgicos nos ponen unos cuantos adjetivos, que son cualidades, que nos ayudan a descubrir cómo es el Corazón de María, en él florecen todas las virtudes, porque tiene un gran amor, un gran corazón. 


    domingo, 6 de octubre de 2013

    ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


    Oración a Nuestra Señora del Rosario

    Nuestra Señora del Rosario:
    En el silencio de este día
    vengo a pedirte la paz, la sabiduría, la fortaleza.
    Quiero mirar al mundo con ojos llenos de paz,
    para ser paciente, comprensiva, dulce y buena.
    Ver a tus hijos mas allá de las apariencias
    como tu misma los ves.

    Cierra mis oídos a toda calumnia
    guarda mi lengua de toda maledicencia;
    que solo los pensamientos que bendicen,
    moren en mi espíritu.

    Que sea tan benevolente y tan alegre,
    que todos aquellos que se me aproximen,
    sientan tu presencia.
    Revísteme Madre Mía de tu belleza,
    y que a lo largo de este día yo te revele.
    Amén

    NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO, ADVOCACIÓN MARIANA, 7 DE OCTUBRE

    Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
    Nuestra Señora del Rosario
    Advocación mariana, 7 de octubre
     
    Nuestra Señora del Rosario
    Fiesta



    Martirologio Romano: Memoria de la santísima Virgen María del Rosario. En este día se pide la ayuda de la santa Madre de Dios por medio del Rosario o corona mariana, meditando los misterios de Cristo bajo la guía de aquélla que estuvo especialmente unida a la encarnación, pasión y resurrección del Hijo de Dios.

    Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán en una capilla del monasterio de Prouilhe (Francia) con un rosario en las manos, le enseñó a rezarlo y le dijo que lo predicara entre los hombres; además, le ofreció diferentes promesas referentes al rosario. El santo se lo enseñó a los soldados liderados por su amigo Simón IV de Montfort antes de la Batalla de Muret, cuya victoria se atribuyó a la Virgen. Por ello, Montfort erigió la primera capilla dedicada a la imagen.

    En el siglo XV su devoción había decaído, por lo que nuevamente la imagen se apareció al beato Alano de la Rupe, le pidió que la reviviera, que recogiera en un libro todos los milagros llevados a cabo por el rosario y le recordó las promesas que siglos atrás dio a Santo Domingo.

    El rezo del Santo Rosario es una de las devociones más firmemente arraigada en el pueblo cristiano. Popularizó y extendió esta devoción el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla de Lepanto (1571), victoria atribuída a la Madre de Dios, invocada por la oración del Rosario. Más hoy la Iglesia no nos invita tanto a rememorar un suceso lejano cuanto a descubrir la importancia de María dentro del misterio de la salvación y a saludarla como Madre de Dios, repitiendo sin cesar: Ave María. La celebración de este día es una invitación a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios. 

    EL ÁNGELUS


    EL ÁNGELUS

    Esta oración, que en su forma actual ya se conocía en el s. XVI, nos recuerda el gran misterio de la Encarnación, por el cual María fue elevada a la excelsa dignidad de Madre de Dios.
    Se reza tres veces al día: al amanecer, al mediodía y al atardecer.
    Se debe rezar de rodillas, excepto el Sábado por la tarde y el Domingo, que se reza de pie, en recuerdo de la resurrección de Jesús.

    V. El Ángel del Señor Anunció a María.
    R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
    Dios te salve, María...
    V. He aquí la esclava del Señor.
    R. Hágase en mí según tu palabra.
    Dios te salve, María...
    V. Y el Verbo se hizo carne.
    R. Y habitó entre nosotros.
    Dios te salve, María...
    V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
    R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

    Oremos: 
    Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas, a fin de que habiendo conocido por la voz del Ángel el Misterio de la Encarnación de tu divino Hijo, podamos, por los méritos de su Pasión y de su Cruz, alcanzar la gloria de la Resurrección. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

    PETICIÓN A LA VIRGEN MARÍA


    PETICIÓN A LA VIRGEN MARÍA

    Virgen María:
    Te consagramos nuestras fuerzas
    y nuestra disponibilidad
    para servir al designio de salvación
    realizado por tu Hijo.

    !Te pedimos que,
    por medio del Espíritu Santo,
    la fe arraigue y se afirme
    en todo el pueblo cristiano,
    y que la comunión prevalezca
    sobre los gérmenes de la división,
    que la esperanza se reavive
    en los que están desalentados!...

    Te pedimos por los que sufren
    por un dolor particular, físico o moral,
    por los que conocen la tentación de la infidelidad,
    por los que están sacudidos por la duda
    en un clima de incredulidad,
    también por aquellos que sufren persecuciones a causa de su fe.

    Te confiamos el apostolado de los laicos,
    el ministerio de los sacerdotes,
    el testimonio de los religiosos.

    Te pedimos que la llamada
    a la vocación sacerdotal y religiosa
    sea ampliamente escuchada y seguida,
    por la gloria de Dios
    y la vitalidad de la Iglesia.

    Amén.

    ENSÉÑANOS, MARÍA A ACEPTAR SIN PREGUNTAR

    Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
    Enséñanos, María a aceptar sin preguntar
    Meditaciones del Rosario. Quinto Misterio de Gozo. Jesús perdido y hallado en el templo.
     
    Enséñanos, María a aceptar sin preguntar

    ¡Qué prueba tan dolorosa! Prepárate, Madre, para la hora del Calvario. Ahí lo perdiste por tres días terribles; pero lo recuperaste entero. Allí te lo matarán a mordiscos todos los pecados de los hombres, como rabiosos lobos. Al final, cuando pudiste recoger lo que quedaba de tu Hijo; era un muerto y un cadáver destruido desde la cabeza a los pies; la cabeza rota por las hondas espinas; la cara desfigurada por las bofetadas; el pecho y la espalada aradas por los latigazos; las manos y pies horadados por los clavos: el corazón partido por una lanza.

    Perdido y hallado. Perdido y no encontrado en el callejón lóbrego de la muerte. Perdido y hallado vivo. Perdido y hallado muerto, destinado solo para el sepulcro. Y ahí terminó la muerte; en un sepulcro pétreo que impedirá acercarse a los restos del amado hijo,

    Prepararnos a las separaciones. Vivir un cierto tiempo es separarse de algunas personas. Vivir un trecho más es separarse de más seres. Durar más tiempo es separarse uno de los que me sobreviven. Cada separación es un desgarrón. Uno muere al final desgarrado y desgarrando a alguien más.

    ¿Por qué me buscabais? La pregunta que toca la herida abierta, haciéndola sangrar. María sangraba por aquella herida de su corazón. El doloroso por qué de María quedó acallado con el misterioso por qué del Hijo. María sabía que aquel hijo sería cada vez menos de Ella y más del Padre y de todos. María aceptó del desgarrón del hijo que se va de la casa, por ley de la vida, en este caso por ley divina. Pero aceptó sangrando.

    María conservaba todas estas cosas en su corazón.
    Su corazón sangraba. Con oración y obediencia la curaba pero al mismo tiempo la abría,, porque esa herida nunca se cerró. Y de pronto un día, en el Calvario se abrió completamente y sangró a torrentes. Sólo en el cielo se ha cerrado del todo aquella herida, María ya no pregunta más; ha recibido todas las respuestas y una corona eterna por no haber preguntado indiscretamente sobre los misterios que le rodeaban.

    Enséñanos, María a aceptar sin preguntar, hasta que Dios quiera ofrecernos su respuesta. Al final, todos diremos que Dios tuvo la razón, para que nuestra fe fuera meritoria.



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  • P. Mariano de Blas LC 

    sábado, 5 de octubre de 2013

    IMAGENES DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA








































    PLEGARIA DE CONFIANZA al INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


    PLEGARIA DE CONFIANZA
     al INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA 

    ¡Oh Corazón de María!, el más amable y compasivo de los corazones después del de Jesús, Trono de las misericordias divinas en favor de los miserables pecadores; yo, reconociéndome sumamente necesitado, acudo a Vos a quien el Señor ha puesto todo el tesoro de sus bondades con plenísima seguridad de ser por Vos socorrido. Vos sois mi refugio. mi amparo, mi esperanza; por esto os digo y os diré en todos mis apuros y peligros: ¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

    Cuando la enfermedad me aflija, o me oprima la tristeza, o la espina de la tribulación llegue a mi alma, ¡Oh Corazón de María, sed la salvación mía!

    Cuando el mundo, el demonio y mis propias pasiones coaligadas para mi eterna perdición me persigan con sus tentaciones y quieran hacerme perder el tesoro de la divina gracia, ¡Oh Corazón de María, sed la salvación mía!

    En la hora de mi muerte, en aquel momento espantoso de que depende mi eternidad, cuando se aumenten las angustias de mi alma y los ataques de mis enemigos, ¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía.

    Y cuando mi alma pecadora se presente ante el tribunal de Jesucristo para rendirle cuenta de toda su vida, venid Vos a defenderla y a ampararla. y entonces; ahora y siempre, ¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

    Estas gracias espero alcanzar de Vos, Oh Corazón amantísimo de mi Madre a fin de que pueda veros y gozar de Dios en Vuestra compañía por toda la eternidad en el cielo. Amén.

    ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


    ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

    ¡Oh Corazón de María!

    ¡Oh Corazón de María,
    Madre de Dios y Madre nuestra!
    ¡Corazón amabilísimo,
    objeto de las complacencias
    de la adorable Trinidad,
    y digno de la veneración
    y ternura de los ángeles
    y de los hombres!
    ¡Corazón el más semejante
    al de Jesús, cuya imagen más perfecta eres!
    Corazón lleno de bondad
    y en gran manera compasivo
    de nuestras miserias!
    ¡Ah! Hacednos sentir ahora,
    ¡oh Virgen piadosísima!,
    la dulzura de vuestro corazón maternal
    y la fuerza de vuestra intercesión
    ante el de Jesús. Amén
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