miércoles, 6 de noviembre de 2013

CONSAGRACIÓN DEL MUNDO A LA VIRGEN MARÍA

Consagración del mundo a la Virgen María 
SS. Juan Pablo II


1) "¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!" (Jn 19, 26).

Mientras se acerca el final de este Año Jubilar,
en el que tú, Madre, nos ha ofrecido de nuevo a Jesús, el fruto bendito de tu purísimo vientre,
el Verbo hecho carne, el Redentor del mundo,
resuena con especial dulzura para nosotros esta palabra suya que nos conduce hacia ti, al hacerte Madre nuestra:

"¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!".

Al encomendarte al Apóstol Juan, y con él a los hijos de la Iglesia, más aún a todos los hombres,
Cristo no atenuaba, sino que confirmaba,
su papel exclusivo como Salvador del mundo.

Tú eres esplendor que no ensombrece la luz de Cristo, porque vives en Él y para Él.
Todo en ti es "fiat": Tú eres la Inmaculada, eres transparencia y plenitud de gracia.
Aquí estamos, pues, tus hijos, reunidos en torno a ti
en el alba del nuevo Milenio.

Hoy la Iglesia, con la voz del Sucesor de Pedro,
a la que se unen tantos Pastores provenientes de todas las partes del mundo, busca amparo bajo tu materna protección e implora confiada tu intercesión
ante los desafíos ocultos del futuro.

2. Son muchos los que, en este año de gracia,
han vivido y están viviendo la alegría desbordante de la misericordia que el Padre nos ha dado en Cristo.

En las Iglesias particulares esparcidas por el mundo
y, aún más, en este centro del cristianismo,
muchas clases de personas han acogido este don.
Aquí ha vibrado el entusiasmo de los jóvenes,
aquí se ha elevado la súplica de los enfermos.
Por aquí han pasado sacerdotes y religiosos,
artistas y periodistas, hombres del trabajo y de la ciencia, niños y adultos, y todos ellos han reconocido en tu amado Hijo al Verbo de Dios, encarnado en tu seno.

Haz, Madre, con tu intercesión, que los frutos de este Año no se disipen, y que las semillas de gracia se desarrollen hasta alcanzar plenamente la santidad,
a la que todos estamos llamados.

3. Hoy queremos confiarte el futuro que nos espera,
rogándote que nos acompañes en nuestro camino.
Somos hombres y mujeres de una época extraordinaria, tan apasionante como rica de contradicciones.
La humanidad posee hoy instrumentos de potencia inaudita.
Puede hacer de este mundo un jardín o reducirlo a un cúmulo de escombros.
Ha logrado una extraordinaria capacidad de intervenir en las fuentes mismas de la vida:

Puede usarlas para el bien, dentro del marco de la ley moral, o ceder al orgullo miope de una ciencia que no acepta límites, llegando incluso a pisotear
el respeto debido a cada ser humano.

Hoy, como nunca en el pasado, la humanidad está en una encrucijada.
Y, una vez más, la salvación está sólo y enteramente,
oh Virgen Santa, en tu hijo Jesús.

4. Por esto, Madre, como el Apóstol Juan,
nosotros queremos acogerte en nuestra casa (cf. Jn 19, 27), para aprender de ti a ser como tu Hijo.

"¡Mujer, aquí tienes a tus hijos!"
Estamos aquí, ante ti, para confiar a tus cuidados maternosa nosotros mismos, a la Iglesia y al mundo entero.
Ruega por nosotros a tu querido Hijo, para que nos dé con abundancia el Espíritu Santo, el Espíritu de verdad que es fuente de vida.
Acógelo por nosotros y con nosotros, como en la primera comunidad de Jerusalén, reunida en torno a ti el día de Pentecostés (cf. Hch 1, 14).

Que el Espíritu abra los corazones a la justicia y al amor, guíe a las personas y las naciones hacia una comprensión recíproca y hacia un firme deseo de paz.

Te encomendamos a todos los hombres,
comenzando por los más débiles: a los niños que aún no han visto la luz y a los que han nacido en medio de la pobreza y el sufrimiento; a los jóvenes en busca de sentido, a las personas que no tienen trabajo
y a las que padecen hambre o enfermedad.
Te encomendamos a las familias rotas, a los ancianos que carecen de asistencia y a cuantos están solos y sin esperanza.

5. Oh Madre, que conoces los sufrimientos y las esperanzas de la Iglesia y del mundo, ayuda a tus hijos en las pruebas cotidianas que la vida reserva a cada uno y haz que, por el esfuerzo de todos,
las tinieblas no prevalezcan sobre la luz.

A ti, aurora de la salvación, confiamos nuestro camino en el nuevo Milenio, para que bajo tu guía
todos los hombres descubran a Cristo, luz del mundo y único Salvador, que reina con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. 

Amén.

IMÁGENES DE LA VIRGEN MARÍA DOLOROSA
















martes, 5 de noviembre de 2013

IMAGENES DE LA VIRGEN MARÍA Y SANTA ISABEL















EL MAGNIFICAT


EL MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.

Amen.

domingo, 3 de noviembre de 2013

42.- REINA DE LA PAZ


42.- Reina de la paz

Tan necesaria en nuestros tiempos. Si invocáramos más a María, si rezáramos el rosario con más frecuencia y devoción se acabarían las guerras, todas las guerras. Está prometido. Pero no lo creemos. Seguimos tercamente empeñados en pelear con nuestras piedras, flechas, espadas, cañones y bombas.
A su Hijo se le llama entre otras cosas, Príncipe de la paz. Pues bien, este príncipe, cansado de que no le hagamos caso, nos ha dicho insistentemente: “ Si quieren la paz, hagan lo que Ella les diga”. Él nos ha pedido que recemos el rosario. Dios mismo ha prometido paz a cambio de rosarios.

María es una Reina bellísima, muy poderosa. María es una Madre amorosísima, la mejor de todas. María es la delicia de Dios. María es la flor más bella que ha producido la tierra. Su nombre es dulzura, es miel de colmena. Dios la hizo en molde de diamantes y rubíes, y luego rompió el molde. Le salió hermosísima, adornada de todas las virtudes, con sonrisa celestial. Y, cuando moría en la cruz, nos la regaló. Esa mujer es mi madre bendita...

41.- REINA DE LAS FAMILIAS


41.- Reina de las familias

Es un título que faltaba en las letanías y que Juan Pablo II se encargo de añadir. Las familias tenían necesidad de una Reina. Y una Reina fuerte, que fuera parte de una familia, abogada y defensora contra un enemigo abiertamente declarado contra las familias, el Demonio. Hoy tiene el maléfico pensamiento de destruir la familia. Y ya ha hecho bastante mal. Pero se le enfrenta su eterna rival, María Santísima. Todos somos miembros de una familia y todos queremos que las familias se sostengan en el amor y en la unidad. Invoquemos a la Reina de la Familia.

40.- REINA DEL SANTÍSIMO ROSARIO



40.- Reina del Santísimo Rosario

Es una Madre que nos pide rezar el Rosario. Es Ella y no algún fraile disgustado. Porque Dios mismo ha prometido gracias realmente excelentes. Si rezando el rosario todos los días se obtiene el cielo, díganme si vale la pena rezarlo. Desapreciar esta oración es despreciar a María y despreciar a Dios. Una de las mejores cosas que se pueden hacer es, precisamente, rezar el rosario y hacer que otros lo recen. El Papa instituyó un año del rosario. Nos consta que lo reza diariamente. Todos los grandes santos han sido devotos de María y han tenido un gran aprecio por la oración que más le gusta a la Madre de Dios.

39.- REINA ELEVADA AL CIELO


39.- Reina elevada al cielo

Esto está defendido en un dogma, el de la Asunción. Alguien de nuestra raza, alguien muy especial ya está en el cielo en cuerpo y alma. Nuestra Madre nos dice que es verdad lo de los nombres escritos en el cielo; nos dice que vale la pena sufrir todo con tal de ganar el cielo. Nos anima, nos ayuda a conseguirlo. Puedes estar seguro de que para conseguir que tú vayas al cielo María Santísima hará todo lo que está en su mano para lograrlo, lo está haciendo. Déjala hacer, deja que te lleve al cielo, no la estorbes con tu ingratitud.

¡Qué alegría tan profunda y tan pura nos da el saber que nuestra Madre está ya para siempre en el cielo, eternamente feliz..! Solo faltamos nosotros. Ella lo sabe y ruega a diario para lograrlo. Suplica a su Hijo que tenga misericordia. En fin que, si bien fue Jesús el que me mereció la redención, será mi Madre la que al fin lo obtenga. ¡Gracias infinitas, Madre!

38.- REINA CONCEBIDA SIN PECADO ORIGINAL



38.- Reina concebida sin pecado original

El privilegio de la Inmaculada Concepción. Estamos muy de acuerdo con que Dios hiciera una excepción con su Madre, que también es nuestra Madre. Nuestra Madre nació igual a nosotros en todos menos en el pecado original. ¡Bendita Tú, que no pasaste por la amargura del pecado! Así, no manchada por nada, puedes ayudar más eficazmente a los manchados con todos los pecados. Vemos que los doctores y enfermeras se ponen guantes y tapabocas para no contagiarse y poder curar mejor. María no necesita de eso. No necesita antivirus. Más bien los virus mueren en el acto en su presencia. A veces podría uno pensar que, como uno es pecador, si intenta tocar o dar un beso o una flor a María la contamina. No es cierto. Ella no se contagia de nuestra basura, sino que nosotros nos contagiamos de su pureza y de su santidad.

37.- AUXILIO DE LOS CRISTIANOS


37.- Auxilio de los cristianos

Se requería esta ayuda porque, si el Demonio la trae con todos los hombres, principalmente se ensaña con los cristianos. Entrar en el Corazón de María es estar a salvo de todos los peligros. Y si en todo tiempo ha sido necesario este auxilio, hoy más que nunca, pues perece que todo el infierno ha salido de sus antros para hacer daño a la Iglesia y a los cristianos. Por eso, si invocar a María, rezar el rosario siempre ha sido necesario, hoy es de vida o muerte. A los que defienden lo contrario los veremos muertos por el camino, desangrados por ese vampiro infernal.


Reina de los ángeles, de los patriarcas, de los profetas. Reina de los apóstoles, de los mártires, de los confesores, de las vírgenes. Reina de todos los santos.
Nadie quiere estar fuera de su reinado. Hasta los ángeles, que no son humanos, han pedio y obtenido tenerla como Reina. No como Madre, que ese privilegio sólo a los humanos ha sido dado. Pero al menos como Reina. Ningún ángel la llama con el tierno nombre de Madre, sino con el nombre respetuoso de Reina mía.
Los patriarcas y los profetas, que son los grandes del Antiguo Testamento están bajo su protección. Su grandeza ha quedado pequeña ante la Gran Señora y Reina. Así me imagino yo a Abrahán, a Moisés, a Isaías y a los demás besando respetuosamente las manos de quien llevó en ellas a Dios mismo.
Los grandes del Nuevo Testamento son los que entran en esta lista envidiable: apóstoles, mártires, confesores, vírgenes. De todos es la Reina, la que los supera a todos, la que les ha dado la fortaleza en sus batallas, la que les ha guiado hasta el cielo y hasta la santidad. Reina de muchos, Reina de los mejores, porque eres la Mejor de todos.

Reina de los santos. Podría ser reina de ti y de mí, si llegamos a ser tales. Hay que ganarlo con esfuerzo. La posibilidad está abierta, mientras dura la vida. Todos los santos han amado de manera particular a su Reina. Y Dios los premia de manera muy especial en el cielo, por haber honrado tan hermosamente a su Joya. 

35.- CONSUELO DE LOS AFLIGIDOS


35.- Consuelo de los afligidos

Hoy se buscan calmantes, pastillas contra el dolor, porque el dolor se ha multiplicado por todas partes. Cuando no son las enfermedades del cuerpo, son las tribulaciones del alma. El hombre de hoy, tú y yo, requerimos como algo urgente la mano que acaricia, el rostro que se inclina hacia nuestro dolor, el corazón que compadece y suaviza el sufrimiento. Necesitamos las manos, el rostro, el corazón de María. A todos los que sufren sin esperanza vayamos a decir que tienen una Madre, que los ama mucho..... 

INVOQUEMOS A MARÍA


viernes, 1 de noviembre de 2013

34.- REFUGIO DE LOS PECADORES


34.- Refugio de los pecadores

Es muy importante que lo sepan todos. El pecador se siente muy solo, terriblemente lejos de Dios y de los hombres. Pero hay un refugio seguro, donde vive una persona muy querida, muy nuestra, tan nuestra que es nuestra Madre. También en el pecado sigue siendo nuestra Madre. Es cuando más la necesitamos, cuando Ella sabe que la necesitamos más. A cuantos ha salvado, incluso en el último instante. No desesperes, mientras exista María.

Un recado urgente, un S.O.S. para todos los que han perdido la esperanza: Mientras exista María Santísima, hay remedio para todos los males, hay perdón para todos los pecados. De todos los títulos hermosos que tiene María, este es el más querido y más aprovechado precisamente por ellos, los pecadores.
Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Quien reza frecuentemente el rosario hace esta petición miles de veces y quien hace una petición miles de veces, la consigue. Mira por donde el rezo del rosario tanto tendrá que ver con nuestra salvación eterna.

Todos conocemos aquella bella reflexión :“Yo les cierro la puerta...pero tu Madre les abre la ventana”. Si tienes miedo de Dios, no lo tengas de María. La Virgen María, la Immaculada, la Madre de Dios no tiene repugnancia de besar las llagas purulentas de sus hijos enfermos.

34.- SALUD DE LOS ENFERMOS


34.- Salud de los enfermos

María lleva en sus manos y en su corazón la salud, tan necesaria para vivir en plenitud. Por eso, uno de los momentos en que más se invoca a María por parte de todos sus hijos es en la enfermedad. Uno de los momentos en que más necesitamos invocar a María es en los momentos de dolor. Y cuando más se acerca a sus hijos como buena madre es en esos dolorosos momentos...

Salud de los enfermos del alma. Sabe curar enfermedades del cuerpo, pero sobre todo del alma. Ella sabe otorgar algo tan grande como la salud, la paciencia y el amor en la enfermedad. Como buena Madre está a la cabecera de sus hijos enfermos. Y sobre todo en la hora de la muerte. Todos los buenos cristianos mueren en brazos de su Madre, de María. Y morir así, no es triste, todo lo contrario. Cada uno de nosotros nos preparamos la propia muerte. Si queremos morir en brazos de María, digámoselo.

33.- ESTRELLA DE LA MAÑANA



33.- Estrella de la mañana

Lucero que precede a la salida del Sol, de Jesús. Estrella del Mar, que orienta a los que andan perdidos. Me llama mucho la atención la devoción que tienen a la Virgen los marineros de muchos puertos. Ellos saben de tormentas, de difíciles momentos pasados en alta mar. Por eso saben también invocar con todas sus fuerzas a la Estrella del Mar.

32.- PUERTA DEL CIELO


32.- Puerta del cielo

Si el cielo es la felicidad eterna, el lugar donde reside Dios y donde estamos destinados a vivir felices por toda la eternidad, la puerta de entrada es muy importante. Resulta que la puerta se llama María. Al cielo se entra por María. Quien ama a María, quien le tiene gran devoción, tiene el boleto asegurado y la puerta abierta para entrar.

Su sí a Dios abrió la puerta que estaba cerrada. Ella nos abrirá la puerta de la felicidad eterna; nos dará un abrazo cariñoso. y nos presentará a Jesús y al Padre. ¡Cuanta ilusión me da el pensar en ese momento!
A medida que conocemos a la Virgen, nos vamos enterando de su gran importancia en esta vida y en la otra vida. María nos es completamente necesaria e indispensable. Y los que opinan de otra manera, muy su opinión, que respetamos, pero andan muy equivocados.

Abrir la puerta, y encontrarnos con María Santísima es el comienzo del cielo, su preludio, el inicio del éxtasis eterno que comienza...pero no terminará jamás...

31.- ARCA DE LA ALIANZA


31.- Arca de la alianza

El Arca antigua de la Alianza era respetada fuertemente por los judíos, por una razón; encerraba las dos tablas de los mandamientos que Dios había revelado a Moisés. María encerró no las tablas de los mandamientos sino a Dios mismo, el autor de la Antigua y de la Nueva Alianza. De ahí que la veneración hacia Ella se alarga y se eleva casi hasta el infinito.

Rezar las letanías con devoción es como ir llenando un cántaro, el de nuestro corazón, de más amor, alegría y admiración. Al final, el cántaro se ha llenado de todas esas hermosas realidades. ¡Qué diferencia de los que las rezan sin amor, distraídos! Su cántaro se llena de nada.

30.- CASA DE ORO



30.- Casa de oro

Nuevamente se habla de un mineral precioso, el rey de los metales, el oro. Si una casa se construye completamente de oro, su valor es incalculable. Queremos decir que María vale más que el oro, vale tanto que no tiene precio en los mercados. Por ninguna criatura ha apostado Dios tanto como por María. La valora tanto que la ha hecho su Madre. Y nos valora tanto que la ha hecho nuestra Madre. Aquí podemos comprender el amor de Dios a nosotros. La casa de oro se llama María de Nazareth y se llama nuestra Madre.

29.- TORRE DE MARFIL


29.- Torre de marfil

El marfil es un elemento muy valioso, muy cotizado. Esto pone en serio peligro de extinción a los pobres elefantes que lo producen en sus colmillos. Se quiere significar que María está hecha de material precioso, de virtudes celestiales, de santidad, de pureza.

Es en  la  expresión del Espíritu Santo, que habla por el órgano de la Sabiduría, que la Iglesia encontró la comparación que se hace de ella, a una torre de marfil. En efecto; por que si comprendemos el sentido figurado, comprenderemos que Salomón escuchó alabar la pureza a María, cuyo brillo y cuya blancura no sólo entran claramente en comparación cola del marfil sino que la supera infinitamente.

Ejemplo

El nacimiento de San Luís Rey de Francia, se debió a María Madre de Dios y a la devoción del Santo Rosario. La piadosa Reina Blanca de Castilla, que fue la madre de este santo rey, lloraba largo tiempo su esterilidad. Santo Domingo, que vivió en la misma época, le aconsejó recurrir a la Santísima Virgen y que practicara el rezo del santo Rosario, y que obligara a las personas más devotas del Reino de hacer frecuentemente en su nombre este homenaje, y le hizo esperar el fruto de bendición de deseaba, por la protección de la Madre de Misericordia. Blanca siguió el consejo con felicidad y fidelidad. En virtud del santo Rosario y de la piedad de la virtuosa princesa obtuvieron pronto el efecto deseado. Tuvo un hijo, y en su hijo un rey, que puso la santidad sobre el trono, que consagró su corona por todas las virtudes cristianas; en una palabra, llevó a su tumba la vestidura de la inocencia bautismal, enriquecida por todos los méritos que hacen  los santos y a los grandes santos.



28.- TORRE DE DAVID


28.- Torre de David

La comparación se refiere a la muralla que rodea y defiende la ciudadela de Jerusalén, la Ciudad Santa. Una torre en la muralla es la parte mas fuerte. Así se quiere comparar a María como un bastión inexpugnable en la Iglesia, la nueva Jerusalén, una fuerza imbatible contra los enemigos de Dios y de nosotros, sobre todo del enemigo eterno de Dios y de los hombres, el Diablo. Contra la Torre de David nada puede el Demonio. Lo sabe desde hace mucho tiempo. Por eso él odia a María con todas sus fuerzas y a los hijos de María. Contra Ella y contra Dios nada puede, pero sí puede contra sus hijos. Ahí se centra su venganza. Se podría decir que ahí está la debilidad de Dios y de la Santísima Virgen. Pero depende de nosotros. Si estamos cerca de María no hay nada que temer. Si nos alejamos de Ella, hay que temer todo, y con razón.

27.- ROSA MÍSTICA



27.- Rosa mística

Esta letanía la comprenden quienes aman las flores y son capaces de extasiarse ante alguna de ellas. Pues, bien, María es una flor bellísima, la más bella de todas. ¿Te gustan las flores, una rosa, un clavel...? María es una rosa que no se marchita, perfumada siempre, que nos hace mirarla, quererla como la flor más hermosa. La mejor rosa que ha producido la tierra.

Todas las bellas flores acaban marchitándose, no pueden mantener su encanto sino por un tiempo reducido. María ha florecido en el jardín del cielo y no se marchitará jamás. Por eso produce una ilusión perenne, un éxtasis eterno, una ternura inacabable.

jueves, 31 de octubre de 2013

CONSAGRATE A LA VIRGEN MARÍA


MARÍA.. AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE

Autor: María Susana Ratero | Fuente: Catholic.net
María... ahora y en la hora de nuestra muerte...
María, Madre de Misericordia está cerca de nosotros siempre.
 
María... ahora y en la hora de nuestra muerte...

Madre... hoy necesito preguntarte acerca de las almas del purgatorio.

- Bien hija. ¿Qué es lo que quieres saber, exactamente?- contestas a mi alma desde tu suave imagen de Luján.

En la parroquia de mi barrio sólo escucho un sereno silencio. Un momento más y comenzará la Santa Misa...
- Madre, es tan grande mi ignorancia que ni siquiera sé que preguntarte.

- Mira, antes de responderte quiero que te respondas a ti misma una pregunta. ¿Mueve tu corazón la curiosidad o el amor?

- Quiero que sea el amor, Señora mía ¡Ayúdame a que sea el amor!...

- Tus palabras alegran mi corazón. Me preguntas acerca de las almas del purgatorio. Te propongo que cierres los ojos y vengas conmigo.

- ¿Adónde Madre?

- A un lugar donde es grande la pena y larga la espera.

Mi imaginación dibuja, entonces, un sitio triste, solitario... en semipenumbras. Como un grande y profundo valle al que no puedo bajar. María permanece a mi lado. Desde una especie de acantilado diviso, en el fondo del valle, tantísimas almas suplicantes.
La Misa comienza en la Parroquia. Quiero oírla a tu lado, Madre. Pero necesito preguntar:
- Señora, nada soy y nada valgo. Ningún mérito tengo para pedirte ¡Oh Madre de Misericordia! ¿Puede mi nada hacer algo para aliviar el gran sufrimiento de estas almas?

Me miras con infinita ternura. Te acercas a mi corazón y tomas de él algo que parece una cadena.

- Pero ¿De dónde sacas esos eslabones, María?

- Esta cadena, hija mía, es la que has construido con tus oraciones de hoy.


Ella se acerca al borde del acantilado y arroja un extremo de la cadena pero... resulta demasiado corta para llegar, siquiera, al alma más cercana. Mis oraciones fueron tan apuradas, tan frías, tan débiles...
María camina ahora hacia una persona entre los bancos de la parroquia y toma la cadena que brota de su corazón.
¡Oh, sí! Ésta sí que alcanza. La pobre alma logra asirse de ella y María comienza a rescatarla. El alma a ascendido unos pasos cuando la cadena ¡Se rompe! ¡Ay, Madre, se ha cortado! ¿Qué se hace ahora María?
Mi amadísima Madre no se rinde. Se dirige ahora a una señora mayor que sigue la misa con devoción. Esta simple mujer diariamente reza el Santo Rosario en la Parroquia. También se preocupa de estar en estado de gracia, confesando asiduamente, ora por el Santo Padre y no tiene afecto alguno al pecado. A este último punto ella lo consigue a fuerza de gran lucha diaria con sus naturales inclinaciones, pidiendo continuamente la asistencia del Señor, quien la fortalece en la diaria Eucaristía.

María toma, delicadamente, el Rosario que pende de su cuello y con él, como irrompible y eterna cadena ¡Rescata un alma!. ¡Santo Dios! ¡Jamás vi algo semejante!¡Qué gratitud infinita la del alma liberada!¡Que exquisita es ahora su belleza!

- Explícame, Madre, por caridad.

- Hija, lo que acabo de tomar del alma de esa buena mujer, sencilla, callada y muchas veces inadvertida es, sencillamente ¡Una indulgencia plenaria! ¡La indulgencia del Rosario!

- Entonces, ¡Oh Madre!¡Mira esa alma allí!¡Rescátala con ese Rosario!

- Ya no puedo hija, pues sólo se puede ganar una indulgencia plenaria por día...

- Que pena, María, habrá que esperar, entonces, hasta mañana. Cuando ella vuelva a rezar el Rosario y recibir la Eucaristía ¿Verdad?

- Si querida, pero no debería darte pena tener que esperar. Más bien debería darte pena que yo no tenga otro rosario, con las debidas condiciones, que me regalara una indulgencia plenaria.

Allí, con profundo dolor por mis olvidos, me doy cuenta de que no tiene, mi corazón, el Rosario que necesita María... ¿Cuánto tiempo me hubiese llevado el rezarlo con devoción?¿Media hora, tal vez? ¡Oh alma mía! Te vas tras tantas preocupaciones vanas y descuidas las cosas eternas.

- Mi querida, tan grande es la misericordia de Dios que no sólo con el rezo del Rosario un alma puede ganar indulgencias. Puedes ganarlas plenarias o parciales, es decir, puedes alcanzar la remisión total o parcial de las penas debidas por los pecados de un alma, la tuya o la de un difunto, mas no la de otra persona que aún camina en la tierra.

- Dime, Madrecita dulce, de qué otras maneras puedo regalarte cadenas largas y fuertes para que tú, entre tus piadosas manos, las tornes santas y eternas.

- Veamos ¿Recuerdas la enseñanza de Jesús? “El que busca encuentra”... Busca hija, tómate el trabajo de averiguar, habla con tu párroco. Hallarás lo que buscas si media de tu parte voluntad y esfuerzo.

Se acerca la hora de la consagración. El coro de la parroquia canta ¡Santo, Santo, Santo!. Miro a esas pobres almas angustiadas en el fondo del valle. Sus miradas me dicen ¡Canta, hermana, canta fuerte!¡Canta por nosotras!¡Canta por todas las veces que no supimos hacerlo!
Canto entre lágrimas... canto por ellas...
Voy a recibir la Eucaristía. Vuelvo mis ojos al fondo del valle. ¡Qué miradas! ¡Cómo quisieran ellas estar, por un segundo, en mi sitio... a escasos metros del Santísimo!

Pobres almas, tantas veces olvidadas por mi corazón.
Si tan sólo pudiera, ahora, hacer algo por aliviar sus penas...
- Puedes... puedes, hermana.. –Claman a mi corazón las benditas almas del Purgatorio- Al menos escribe de nuestra espera y nuestra angustia por no poder llegar aún a la presencia del Padre. Escribe acerca de cadenas que se cortan y de cadenas que liberan. Pide a María, Madre de Misericordia, que tus letras lleguen a las almas de los hermanos. Pide que ellos sientan compasión de nosotras y nos alivien con sus oraciones y limosnas en nuestro nombre. Quizás esas almas hagan por nosotras todo lo que querrían que hicieran por ellas cuando mueran.

Así lo hice. Ya está escrito. Entre tus manos queda, Madre. Ahora rezaré el Rosario. Pido a Dios que los eslabones que broten de mi alma no defrauden las esperanzas de mi Reina y Señora.


NOTA:

"Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a mi imaginación, sin intervención sobrenatural alguna."


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  • María Susana Ratero.
     
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