domingo, 6 de julio de 2014

ORACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE


ORACIÓN DE JUAN PABLO II 
A LA VIRGEN DE GUADALUPE

Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! 
Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.

Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los Obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.

Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.

Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver e El, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el Sacramento de la Penitencia, que trae sosiego al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos Sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos, Amén.

sábado, 5 de julio de 2014

¿QUÉ ES EL ESCAPULARIO DE LA VIRGEN DEL CARMEN?



¿Qué es el Escapulario de la Virgen del Carmen? 

Los seres humanos nos comunicamos por símbolos. Así como tenemos banderas, escudos y también uniformes que nos identifican. Las comunidades religiosas llevan su hábito como signo de su consagración a Dios. 

Los laicos no pueden llevar hábito, pero los que desean asociarse a los religiosos en su búsqueda de la santidad pueden usar el escapulario. La Virgen dio a los Carmelitas el escapulario como un hábito miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a ella. Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda. Se usa bajo la ropa. Junto con el rosario y la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los mas importantes sacramentales marianos. 

Dice San Alfonso Ligorio, doctor de la Iglesia: "Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, así Nuestra Señora Madre María está satisfecha cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios." 


El escapulario es un sacramental. 

Un sacramental es un objeto religioso que la Iglesia haya aprobado como signo que nos ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción. Los sacramentales deben mover nuestros corazones a renunciar a todo pecado, incluso al venial. 

El escapulario, al ser un sacramental, no nos comunica gracias como hacen los sacramentos. Las gracias nos vienen por nuestra respuesta de amor a Dios y de verdadera contrición del pecado, lo cual el sacramental debe motivar. 


¿Cómo surgió el escapulario? 

La palabra escapulario viene del Latín "scapulae" que significa "hombros". Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros. Para los Carmelitas particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás. 


La Virgen María entrega el escapulario el 16 de julio de 1251. 

En el año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita. Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó "La flor del Carmelo" y la "Estrella del Mar" y le suplicó la protección para toda la comunidad. 

En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón Stock y le da el escapulario para la orden con la siguiente promesa: 

"Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno" 

Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir una vida mas comprometida con la espiritualidad carmelita y así se comenzó la cofradía del escapulario, donde se agregaban muchos laicos por medio de la devoción a la Virgen y al uso del escapulario. La Iglesia ha extendido el privilegio del escapulario a los laicos. 


Explicación de la Promesa: 

Muchos Papas, santos como San Alfonso Ligorio, San Juan Bosco, San Claudio de la Colombiere, y San Pedro Poveda, tenían una especial devoción a la Virgen del Carmen y llevaban el escapulario. Santos y teólogos católicos han explicado que, según esta promesa, quien tenga la devoción al escapulario y lo use, recibirá de María Santísima a la hora de la muerte, la gracia de la perseverancia en el estado de gracia (sin pecado mortal) o la gracia de la contrición (arrepentimiento). Por parte del devoto, el escapulario es una señal de su compromiso a vivir la vida cristiana siguiendo el ejemplo perfecto de la Virgen Santísima. 


El escapulario tiene 3 significados: 

El amor y la protección maternal de María: El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos. 

Envolver en su manto es una señal muy maternal de protección y cuidado. Señal de que nos envuelve en su amor maternal. Nos hace suyos. Nos cubre de la ignominia de nuestra desnudes espiritual. 

Vemos en la Biblia: 

-Dios cubrió con un manto a Adán y Eva después de que pecaron. (manto - signo de perdón) 

-Jonás le dio su manto a David: símbolo de amistad -Elías dio su manto a Eliseo y lo llenó de su espíritu en su partida.

-S. Pablo: revístanse de Cristo: vestirnos con el manto de sus virtudes. 

Pertenencia a María: Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a María. 

Consagración: ´pertenecer a María´ es reconocer su misión maternal sobre nosotros y entregarnos a ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y en su corazón. Así podremos ser usados por Ella para la extensión del Reino de su Hijo. 

-En 1950 Papa Pío XII escribió acerca del escapulario: "que el escapulario sea tu signo de consagración al Inmaculado Corazón de María, lo cual estamos particularmente necesitando en estos tiempos tan peligrosos". Quien usa el escapulario debe ser consciente de su consagración a Dios y a la Virgen y ser consecuente en sus pensamientos, palabras y obras. Dice Jesús: "Cargad con mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera". (Mt 11:29). El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar, pero que María nos ayuda a llevar. El escapulario es un signo de nuestra identidad como cristianos, vinculados íntimamente a la Virgen María con el propósito de vivir plenamente nuestro bautismo. Representa nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el espíritu de los religiosos pero adaptado a la propia vocación, lo que exige que seamos pobres, castos y obedientes por amor. 

Al usar el escapulario constantemente estamos haciendo silenciosa petición de asistencia a la Madre, y ella nos enseña e intercede para conseguirnos las gracias para vivir como ella, abiertos de corazón al Señor, escuchando su Palabra, orando, descubriendo a Dios en la vida diaria y cercanos a las necesidades de nuestros hermanos, y nos está recordando que nuestra meta es el cielo y que todo lo de este mundo pasa. En la tentación, tomamos el escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre. Kilian Lynch, antiguo general de la Orden dice: "No lleguemos a la conclusión de que el escapulario está dotado de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos...Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la omnipotencia suplicante de la Madre de la Misericordia." 


El suave yugo de Cristo: "Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mi, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana". (Mt 11:29-30) 

-El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar pero que María nos ayuda a llevar. 

Quién lleva el escapulario debe identificarse como católico sin temor a los rechazos y dificultades que ese yugo le traiga. 

Se debe vivir lo que significa 

El escapulario es un signo de nuestra identidad como católicos, vinculados de íntimamente a la Virgen María con el propósito de vivir plenamente según nuestro bautismo. Representa nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el espíritu de los religiosos pero adaptado a la propia vocación. Esto requiere que seamos pobres (un estilo de vida sencillo sin apegos materiales), castos y obedientes por amor a Dios. 

En momentos de tentación, tomamos el escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre, resueltos a ser fieles al Señor. 

Ella nos dirige hacia el Sagrado Corazón de su Hijo Divino y el demonio es forzado a retroceder vencido. 

Imposición del Escapulario: 

El primer escapulario debe ser bendecido por un sacerdote e impuesto por él mientras dice: 

"Recibe este escapulario bendito y pide a la Virgen Santísima que por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha de pecado y que te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna" 


¿Puede darse el escapulario a quien no es católico? 

Sí. El escapulario es signo de la Maternidad Espiritual de María y debemos recordar que ella es madre de todos. Muchos milagros de conversión se han realizado en favor de buenos no-católicos que se han decidido a practicar la devoción al escapulario. 


Conversiones. 

Un anciano fue llevado al Hospital de San Simón Stock en la ciudad de Nueva York, inconsciente y moribundo. La enfermera al ver al paciente con el Escapulario Carmelita llamó a un sacerdote. Mientras rezada las oraciones por el moribundo, éste recobró el conocimiento y dijo: "Padre, yo no soy católico". "¿Entonces, ¿por qué está usando el Escapulario Carmelita?", preguntó el sacerdote. "He prometido a mis amigos usarlo", explicó el paciente. "Además rezo un Ave María diariamente." "Usted se está muriendo" replicó el sacerdote. "¿Quiere hacerse católico?" ´Toda mi vida lo he deseado", contestó el moribundo. Fue bautizado, recibió la Unción de los Enfermos antes de fallecer en paz.


Alerta contra abusos: 

El escapulario NO salva por sí solo como si fuera algo mágico o de buena suerte, ni es una excusa para evadir las exigencias de la vida cristiana. Mons. Kilian Lynch, antiguo general de la Orden Carmelita nos dice: "No lleguemos a la conclusión que el escapulario está dotado de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos... Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la ´omnipotencia suplicante´ de la madre de la misericordia." 

Los Papas y Santos han muchas veces alertado acerca de no abusar de la promesa de nuestra madre como si nos pudiéramos salvar llevando el escapulario sin conversión. El Papa Pío XI nos advierte: "aunque es cierto que la Virgen María ama de manera especial a quienes son devotos de ella, aquellos que desean tenerla como auxilio a la hora de la muerte, deben en vida ganarse dicho privilegio con una vida de rechazo al pecado y viviendo para darle honor." 

Vivir en pecado y usar el escapulario como ancla de salvación es cometer pecado de presunción ya que la fe y la fidelidad a los mandamientos es necesaria para todos los que buscan el amor y la protección de Nuestra Señora. 

San Claude de la Colombiere advierte: "Tu preguntas: ¿y si yo quisiera morir con mis pecados?, yo te respondo, entonces morirás en pecado, pero no morirás con tu escapulario." 





MARÍA, DICHOSA LA QUE HA CREIDO



Autor: P. Pedro Barrajón, L.C. | Fuente: la-oracion.com
María, dichosa la que ha creído
El cristiano es, como María, hombre de fe y por eso es dichoso. La fe nos da la clave de la felicidad, de esa plenitud de una existencia.

María, dichosa la que ha creído

La Virgen María realiza de la manera más perfecta la obediencia en la fe", nos dice el Catecismo de la Iglesia (n. 148). Muchos cristianos encuentran difícil el ejercicio de la fe. El Espíritu Santo nos ha dejado en María un modelo cercano para vivir la fe. Ella nos invita a abandonarnos en Dios, como lo hizo en el momento en que el ángel le anunció el plan que el Señor tenía para Ella. Juan Pablo II habla del "claro oscuro" de la fe de la Virgen María y de una peregrinación en la fe. Cuando pensamos en la fe de los grandes personajes del Antiguo Testamento, de María, de José quizás tenemos en mente la fe de unos "gigantes", que, en comparación con nosotros, hombres y mujeres de poca fe, son muy superiores a nosotros. 


Es cierto que ellos vivieron de fe, pero su fe, fue como la nuestra sometida a la prueba. No fue una fe fácil, sino siempre en camino, siempre abierta a las grandes sorpresas de Dios. María, a quien el ángel Gabriel llamó "llena de gracia" y llena de la presencia del Espíritu Santo, una vez que el mensajero celeste la dejó, se quedó sola con la carga de misterio que llevaba en su corazón y en su cuerpo. Muchas preguntas se haría dentro de su alma y muchas preguntas le podrían poner los otros a las que Ella no sabría responder. Vivió toda su vida con el misterio y lo aceptó abandonándose en manos del Padre. Por ello, Isabel al saludarla la llama dichosa porque ha creído (Lc 1, 45). 

Isabel, quizás sin saberlo, nos está dando la clave de la felicidad, de la dicha, que tanto buscamos los hombres y tan difícil nos es acercarnos a ella y poseerla en plenitud. Isabel pone en relación la felicidad, con la fe. En la medida en que tenemos más fe, somos más dichosos. A veces pensamos lo contrario, que la fe nos hace infelices, que nos obliga a someternos a una serie de reglas insoportables, que nos encierra en una prisión llena de preceptos, que no nos deja disfrutar de la vida. Y no es así. La fe nos da la verdadera dimensión del ser humano que es la dimensión espiritual. Es cierto que tenemos un cuerpo, pero este mismo cuerpo está como permeado por el alma. Y la fe nos abre a la dimensión del espíritu que, junto con el cuerpo, constituye la unidad el ser humano en su ser personal. 

María fue una mujer libre y liberadora porque vivió de fe. Fue dichosa en la fe. Abrió horizontes nuevos a su vida gracias a la fe. Ella nos enseña que creer es sencillo aunque ser fiel a la fe comporta una espada que traspasa el alma, "para que se descubran los pensamientos de muchos corazones" (Lc 2, 35). 

El cristiano es, como María, hombre de fe y por eso es dichoso. "Santo triste, triste santo", decía la gran santa de Ávila. La fe nos da la clave de la felicidad, de esa plenitud de una existencia de quien se sabe amado por un Amor infinito que nunca fallará. María llevó en su corazón y en su cuerpo ese Amor, el Emmanuel, el Dios con nosotros que nos acompaña en cada instante. Ella lo dio al mundo y nos lo da a cada uno de nosotros para que, acogiéndolo en la fe, se nos abran, también a nosotros, las puertas de la felicidad. 

viernes, 4 de julio de 2014

NUESTRA SEÑORA DEL REFUGIO DE LOS PECADORES, ADVOCACIÓN MARIANA, 4 DE JULIO


Nuestra Señora del Refugio de Pecadores
Advocación Mariana
Julio 4

La advocación de Nuestra Señora María Santísima del Refugio de Pecadores, proviene de Italia, hacia el año de 1709 el Beato jesuita Antonio Baldinucci sacó una copia de una imagen de Nuestra Señora de la Encina que se veneraba en el Cerro Prado, cerca de Monte – pulciano. Esta santa imagen se llamó de Nuestra Señora del Refugio de los pecadores, y fue patrona de las misiones del P. Baldinucci, que la colocó en su santuario en Frascati, Italia. Fue coronada solemnemente el año de 1717

Esta advocación paso a nuestro continente por los Jesuitas que la promovieron por la Nueva España. Una imagen llegó a la ciudad de Puebla y «Hallándose presente en Frascati a la dicha solemnidad de la coronación de la imagen, el Padre Juan José Giuca de nuestra Compañía, y habiendo venido a esta misión a esta provincia el año de 1719, TRAJO LA PRIMERA ESTAMPA, y dio la primera noticia de la gran Reina y Señora del Refugio; y habiéndose dedicado al apostólico ministerio de misionar por varios lugares, especialmente del obispado de Puebla, publicando en ellos las maravillas de Nuestra Señora, hubo tal conmoción en todas partes, que para fomentar el amor y la devoción para la Señora del Refugio, se imprimieron en varias laminas mas de cuatrocientas mil estampas, que en breve se expendieron porque de todas partes las pedían». El Padre jesuita Juan Antonio de Oviedo en su libro Zodiaco Mariano (México-1750), dice que «en el año de 1744 hallándose en Puebla el R. P. Fr. José Maria Guadalupe y Alcibia predicador apostólico del Colegio de Propaganda Fide de Zacatecas, llevó consigo una copia de dicha soberana Imagen, y en carta fechada en Zacatecas el 25 de mayo de 1746, escrita por el P. Juan José Giuca, que fue quien le dio la imagen», en esta carta dice que por espacio de nueve meses que estuvo misionando, fue tanta la devoción que en procesiones se contaron hasta catorce mil antorchas, y «Después de acabadas las misiones, se colocó la dicha sagrada Imagen en el altar mayor de la Iglesia de dicho Colegio, hallándose rodeada de votos de plata, cuerpos, pies, cabezas, que la devoción de los fieles le prestaban en reconocimiento de los beneficios recibidos».

Las Misiones del Colegio Apostólico de Propaganda Fide de Guadalupe tenía como patrona a Nuestra Señora de los Dolores. Esta advocación también la tenía el Colegio de la Santa Cruz de Querétaro, y al llegar esta imagen del Refugio al Colegio de Guadalupe, optaron por nombrar a Nuestra Señora del Refugio de Pecadores por patrona de las Misiones, que la propagaron por todo el norte de México. En 1844 los franciscanos del Colegio de Guadalupe celebraron la llegada de la Imagen del Refugio, y los cien años también celebraron el grato acontecimiento. Y por ultimo en el año de 1994, se restauró la imagen que hoy se encuentra en un crucero del Convento de Guadalupe y se celebraron los 250 años de la llegada de dicha imagen.

Para el 1854 los franciscanos publicaron un devocionario titulado «Aljaba Apostólica – Guadalupana, que contiene Las canciones y saetas reducidas a lo preciso para utilidad de los misioneros, la preparación para predicar y las bendiciones comunes. Por un religioso del Apostólico Colegio de Ntra. Señora de Guadalupe de Zacatecas». Guadalajara: 1854 tip. de Rodríguez. En este libro en la Pág. 205 se encuentra el «Devocionario de Nuestra Señora del Refugio, esto es, novena, día cuarto y sábado Mariano. Que dedica a la misma Señora un Religioso del Colegio de nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas». En el año de 1874 el presbítero José Francisco Sotomayor dedica un capitulo a la historia de esta imagen en su libro «Historia del Apostólico Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas». Y para el año de 1885 se publico «El devoto de Maria Santísima del Refugio de Pecadores» devocionario por F. J. Trinidad Macias.

Guadalupe. Imp. de Guadalupe Ruiz Esparza. El 7 de noviembre de 1908 se publicó una estampa del Beato Antonio Baldenuci portando la imagen de Nuestra Señora del Refugio de Pecadores. Así mismo se hizo un retrato al óleo del Beato que se encuentra en la sacristía de la Catedral de Zacatecas. Un año después el P. Fr. Ángel de los Dolores Tiscareño publicó un gran libro en los talleres de Nazario Espinosa titulada «Nuestra Señora del Refugio patrona de las Misiones del Colegio Apostólico de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas». También se publico los «Estatutos de la Cofradía de Nuestra Señora del Refugio. Erigida canónicamente en toda la Diócesis de Zacatecas. Por el Ilmo. Y Rmo. Sr. Obispo don Fray José Guadalupe de Jesús Alba y Franco y reorganizada por el Ilmo. Y Rmo. Sr. Dr. D. Ignacio Placencia y Moreira». Zacatecas. Imp. Refugio Guerra. 1924. La devoción a Nuestra Señora del Refugio esta muy extendida en la diócesis de Zacatecas, y varios templos y parroquias tienen como patrona a la Virgen del Refugio, que celebran su fiesta el 4 de julio.

miércoles, 2 de julio de 2014

GOZOS A LA VIRGEN DEL CARMEN


GOZOS A LA VIRGEN DEL CARMEN

Prodigioso y admirable 
Imán de nuestro desvelo; 
Nubecilla del Carmelo, 
Sednos protectora y Madre.Salve, Reina de los, cielos,
De misericordia Madre,
Vida y dulzura divina;
Esperanza nuestra, Salve; 
Nubecilla etc.Dios te Salve, Templo hermoso 
Del divino Verbo en carne, 
Sálvete Dios, Madre Virgen, 
Pues eres Virgen y Madre; 
Nubecilla etc.Volvednos, Madre piadosa, 
Vuestros ojos admirables,
Y mirad por vuestros hijos,
Pues que sois piadosa Madre; 
Nubecilla etc.Socorrednos, pues escucha
Que en las penas y combates
A ti suspiramos todos 
En este lloroso valle;
Nubecilla etc.Mostradnos a vuestro Hijo
De Josafat en el Valle, 
Piadoso, pues que nació
De ese cristal admirable;
Nubecilla etc.Rogad por vuestros devotos
A la bondad inefable;
Pues murió para salvarnos,
Por su clemencia nos salve; 
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.

V. Ruega por nos, santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.


ORACIÓN

Oh Dios, que adornaste a la Orden de la Beatísima siempre Virgen y Madre tuya María con el singular título del Carmelo: concede propicio que escudados con los auxilios de aquella cuya conmemoración celebramos, seamos dignos de llegar a los gozos eternos. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Así sea.

Concluir cada día con tres avemarías.


CONSAGRACIÓN A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y DE MARÍA


Consagración a los sagrados corazones de Jesús y de María:

"¡Oh Corazones de Jesús y de María, esperanza de la humanidad!. Esperanza porque en su perfecta comunión de amor por Dios y los hombres, se han entregado a la obra de la salvación del mundo. A través de esta consagración deseamos participar, desde nuestra pequeñez, en los designios de misericordia que los Dos Corazones están manifestando en la humanidad. Deseamos ofrecer nuestras vidas en amor y reparación a sus Corazones. Deseamos con todo nuestro ser promover y establecer en todos los corazones, el Reinado de amor de los Corazones de Jesús y María, Amén".

IMAGEN DE LA VIRGEN DE FÁTIMA


REFLEXIONES DIARIAS DE LA VIRGEN DEL CARMEN PARA EL MES DE JULIO


































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