jueves, 18 de diciembre de 2014

LA LEYENDA DEL NIÑO JESÚS DE PRAGA


La leyenda del Niño Jesús de Praga
Un buen día Fray José está barriendo el suelo del monasterio y de repente se le presenta un hermoso niño...
Por: María Pilar Mijares Bejerano | Fuente: Archicofradía del Niño Jesús de Praga de Cádiz (España)




Todas las cosas tienen un poco de leyenda y también la imagen del Milagroso Niño Jesús de Praga tiene la suya y muy bella por cierto.

Allá por el final de la Edad Media, entre Córdoba y Sevilla, al sur de las márgenes del Guadalquivir, hay un monasterio famoso, lleno de monjes con largas barbas y ásperas vestiduras. Después de un incursión de los moros que pueblan la zona, queda reducido a ruinas, y solo cuatro monjes se salvaron de la catástrofe. Entre ellos está FRAY JOSÉ DE LA SANTA CASA, un lego con corazón de santo y cabeza y manos de artista, pero sobre todo con un amor desbordante a la Santa Infancia de Jesús. En cualquier oficio que la obediencia le mandase, se le encontraba infaliblemente entretenido, pensando y hablando con el Niño Jesús.

Un buen día Fray José está barriendo el suelo del monasterio y de repente se le presenta un hermoso niño que le dice: -¡Qué bien barres, fray José, y que brillante dejas el suelo! ¿Serías capaz de recitar el Ave María?. -Si. -Pues entonces, dila.

Fray José deja a un lado la escoba, se recoge, junta las manos y con los ojos bajos, comienza la salutación angélica. Al llegar a las palabras "et benedictus fructus ventris tui" (y bendito el fruto de tu vientre), el niño le interrumpe y le dice: ¡ESE SOY YO!, y enseguida desaparece.

Fray José grita extasiado:-¡Vuelve Pequeño Jesús, porque de otro modo moriré del deseo de verte!. Pero Jesús no vino. Y Fray José, seguía llamandolo día tras día, en la celda, en el huerto, en la cocina... en todas partes. Al fin un día sintió que la voz de Jesús le respondía: -"Volveré, pero cuida de tener todo preparado para que a mi llegada hagas de mi una estatua de cera en todo igual a como soy". Fray José corrió a contarselo al padre prior, pidiéndole cera, un cuchillo y un pincel. El Superior se lo concedió y Fray José se entregó con ilusión a modelar una estatua de cera del Niño que había visto. Hacía una y la deshacía, para hacer otra, pues nunca estaba conforme, y cada una que hacía le salía más bella que la anterior, y así pasaba el tiempo, esperando que regresase su Amado Jesusito.

Y por fin llegó el día en el que rodeado de ángeles, se le presenta el Niño Jesús, y Fray José en extásis, pero con la mayor naturalidad pone los ojos en el Divino modelo y copia al Niño que se tiene delante. Cuando termina y observa que su estatua es igual al Sagrado Modelo, estalla en risas y llantos de alegría, cae de rodillas delante de ella y posando la cabeza sobre las manos juntas, muere. Y los mismos ángeles que acompañaron a su Niño Jesús, recogieron su espíritu y lo llevaron al Paraíso. Los religiosos enterraron piadosamente el cuerpo del santo lego y con particular devoción colocaron la imagen de cera del Niño Jesús en el oratorio del monasterio.

Aquella misma noche Fray José se apareció en sueños al Padre Prior, comunicándole lo siguiente: "Esta estatua, hecha indignamente por mi, no es para el monasterio. Dentro de un año vendrá Doña Isabel Manríquez de Lara, a quien se la daréis, quien a su vez se la entregará a su hija como regalo de bodas, quien la llevará a Bohemia y de la capital de aquel reino será llamado -Niño Jesús de Praga- entre los pueblos y naciones. La gracia, la paz y la misericordia descenderán a la tierra por El escogida para habitar en ella, el pueblo de aquel reino será su pueblo, y El será su PEQUEÑO REY".

Y efectivamente al año en punto, Doña Isabel Manríquez de Lara, en un viaje de recreo por la zona, topó con las ruinas del monasterio, y el prior, ya único superviviente le entregó la imagen del Niño Jesús, contándole su fascinante historia. La dama llena de alegría, retornó a su castillo de Sierra Morena, muy cerca de Córdoba. Y aquí la leyenda deja paso a la Historia...

CARTA AL NIÑO DIOS


Carta al Niño Dios
Quiero adelantarme a los pastores y a los Reyes Magos. Quiero llegar aquí cada mañana el primero.
Por: P. Guillermo Serra, LC | Fuente: la-oracion.com



Querido Niño Jesús:

Te tengo aquí presente en este rato de adoración. Pienso en ti y te pienso. Sí, parece lo mismo pero en realidad no lo es. Muchas veces pienso en ti, me acuerdo de ti, pero no te pienso. Es como decir que falta algo de camino para que de mi mente llegues a mi corazón. Bueno, en realidad estoy enamorado de ti, pero mucho menos de lo que tú lo estás de mí. Y ese es el camino que quiero recorrer. En el fondo tú ya estás en mi corazón y yo, quizás, ni siquiera he llegado al mío porque me falta tanto amor.

Te agradezco

Hoy quiero agradecerte este esfuerzo de salir de tu cielo para venir a nuestra tierra, a mi tierra de cada día. Tanto tiempo peregrinos en busca de la Tierra Prometida y ahora en ti descubro esa promesa, ese amor, esa ternura: Dios con nosotros, Dios conmigo, Dios para mí, en una cueva, en Belén.

Te tengo en la Eucaristía. Te miro y me miras. No sé quién tiene más admiración, si yo de ti o tú de mí. Me amas y te amo. Naciste ya hecho Eucaristía, hecho pan para comerte, tanta fue tu ternura. Naciste en Belén, que quiere decir "Casa del Pan". Y con razón María te quería comer a besos. Eucaristía anticipada por aquella que te dio la vida.

¿Qué me dices, qué te digo?

Esto es lo que me dices hoy: hay que dar la vida, hacerse alimento para los demás. Cada día dejarse comer, ser Eucaristía para los hombres mis hermanos, tus hermanos. En tu cueva encuentro el ejemplo para lograrlo: la humildad del lugar, el silencio de la noche, la pobreza que elegiste, la mejor compañía: María y José. ¡Qué bien se está aquí contigo! Es una auténtica transfiguración: tu gloria se dibuja en tu pequeñez, tu amor en la sencillez y tu fuerza en tu debilidad. Tres virtudes que deben resonar en mi vida pero la verdad, ¡qué pronto se me olvidan!

Por eso quiero mirarte y aprender de ti como un espejo de amor. Que tu sonrisa me haga sonreír. Que tu sueño me dé paz, que tu silencio me haga aprender a escuchar.

Quiero adelantarme a los pastores y a los Reyes Magos. Quiero llegar aquí cada mañana el primero. Suena egoísta pero es que necesito verte, tocarte, olerte y besarte. Eres carne de mi carne, uno como yo, ¡eres real! Quiero que esta experiencia me acompañe durante el día. ¡He tocado, he visto, he abrazado el Verbo de Dios! ¡Ha dormido en mis brazos y ha llorado junto a mí y por mí!

Ser consuelo de tu corazón es mi mayor deseo. Verte dormir mi mayor paz. Ojalá pudiese vivir mi sacerdocio consolándote y diciéndote: "descansa, ahora me toca a mí". Pero en el fondo sé que tu corazón siempre está velando y soy yo el que es cuidado por ti. Al menos déjame intentarlo, déjame ser consuelo para tu corazón.

¿Qué te puedo regalar?

Con la emoción de verte entre nosotros, Jesús, no te he traído un regalo. ¡Qué despiste! Otros llegarán al rato con regalos preciosos del lejano oriente o con humildes ofrendas de pastor. Y yo, ¿qué te puedo regalar? Mi vida es tuya, ya lo sabes. Te la entregué hace más de 20 años. Soy pobre, aunque no tanto como tú. Algo debe quedarme, seguramente mi corazón te puede ofrecer un mayor amor, un esfuerzo más delicado en mi servicio, un desprendimiento más generoso cada día para encontrarme contigo, superando cansancio, tristeza, miedos y apegos. Sí, creo que este será mi regalo. Te dejaré aquí mi corazón para que te dé calor, te consuele, te entretenga y te alegre. Así cada día tendré que volver temprano en la mañana para alimentarme de tu amor, de tu mirada y de tu bondad. Con tu corazón en el mío caminaré más rápido, haré más bien al mundo, me amaré mejor y amaré a más personas.

Nos unimos en la Eucaristía

La Eucaristía que celebro cada día será nuestro encuentro, nuestro regalo, nuestro alimento y nuestro recuerdo. Nos uniremos y ya no tendremos dos corazones, sino que el mío se fundirá en el tuyo, mi voluntad en la tuya, mi mirada la de tus ojos, mi ternura la de tu amor.

Belén, casa del Pan, cueva silenciosa del milagro de Dios entre los hombres. Eucaristía anticipada hecha vida, ternura y gozo. En tu humilde morada dejo mi corazón en el pesebre.

Despedida

Me retiro antes de que lleguen los pastores. Me voy sin mi corazón pero sí con el tuyo. Qué gran regalo he recibido a cambio de lo poco que te dejo. Tu amor en mi pecho y el mío en tu pesebre. Descansa, duerme tranquilo. Mañana regreso de nuevo. Tu sacerdote por siempre, P. Guillermo Serra, L.C.

NB: no pienses que no me he dado cuenta, ¡tienes la madre más hermosa del mundo!

NUESTRA SEÑORA DE LA EXPECTACIÓN - 18 DE DICIEMBRE



La Expectación del Parto
Nuestra Señora de la Expectación

El gozo esperanzado que poseyó Santa María por el futuro próximo de su parto. 


Por: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid



Cuando se espera algún acontecimiento importante que trae consigo tristeza y pena la reacción espontánea de la persona normal es de temor acompañado a veces por la congoja y angustia que tiende a aumentarse por la fantasía ante la consideración de los males futuros previsibles. Cuando por el contrario se prevé la llegada de un bien que tiene una entidad considerable se vive en una espera atenta y presurosa que va desde el anhelo y la ansiedad hasta la euforia acompañada de una prisa impaciente. A mayor mal futuro, más miedo; a mejor bien futuro, más esperanza gozosa.

Algo de esto pasó al Pueblo de Israel que conocía su carácter de transitoriedad funcional, al menos en los círculos más creyentes o especializados en la espiritualidad premesiánica. El convencimiento de que la llegada del Mesías Salvador era inminente hizo que muchos judíos piadosos vivieran en una tensión de anhelo creciente —basta pensar en el anciano Simeón— hasta poder descubrir en Jesús al Mesías que se había prometido a la humanidad desde los primeros tiempos posteriores al Pecado. Era todo un Adviento.

Y como el Mesías llega por la Madre Virgen, es imposible preparar la Navidad prescindiendo de la contemplación del indecible gozo esperanzado que poseyó Santa María por el futuro próximo inmediato de su parto. Eso es lo que se quiere expresar con "La Expectación del Parto", o "El día de Santa María" como se le llamó también en otro tiempo, o "Nuestra Señora de la O" como popularmente también se le denomina hoy.

Fue en España, concretamente en Toledo, en el décimo concilio que se celebró en el año 656, siendo S. Eugenio III el obispo de aquella sede y que posteriormente un muy devoto de la Virgen María —San Ildefonso- se tomó bastante en serio propagar.

La intuición del pueblo denominando a la expectante Doncella joven "Virgen de la O" está basada en la directa contemplación de las obras pictóricas o esculturales que presentan piadosamente la natural redondez abultada de la Virgen grávida.

El origen del título es no obstante más espiritual, más fino, más litúrgico y menos somático. Tiene su origen en que las antífonas marianas del rezo de vísperas comienzan con la O: O Sapientia, O Adonai, O Enmanuel... veni!

Se me ocurre advertir una vez más que tienen un notable valor catequético las dignas representaciones de los misterios de la fe, y que, en ocasiones, enseñan al pueblo sencillo más que los libros y la misma liturgia. Es bueno tenerlo en cuenta a la hora de atender las peticiones de las modas iconoclastas que a temporadas van vienen por las iglesias.

martes, 16 de diciembre de 2014

IMÁGENES DE NAVIDAD






LA RELACIÓN DE MARÍA Y DIOS


Relación de María y Dios
Padre Tomás Rodríguez Carbajo


- María identificaba el amor a su Hijo con el amor a Dios.

- María estaba unida a Jesús por vínculos físicos, espirituales y sobrenaturales.

- Dios se hizo el regalo de tener una Madre Inmaculada y Virgen.

- María no es sólo dichosa por ser Madre de Dios, sino también por escuchar su Palabra y ponerla en práctica (Lc. 11, 27-28).

- Todo un designio de Dios de salvar a los hombres estuvo pendiente de los labios de María.

- María es la única criatura consanguínea de Dios.

- El "Fiat" de María es una muestra de su total disponibilidad a la voluntad de Dios.

- María es la mujer por excelencia, porque salió de las manos de Dios como El quiso.

- En María el Hijo de Dios se hizo hombre.

- Cristo se pareció físicamente a María y María espiritualmente a Cristo.

- El misterio pascual ha efectuado en María su realidad plena desde su Inmaculada Concepción a su Asunción en cuerpo y alma al Cielo.

- Si no podemos concebir a Cristo sin María, tampoco a la Iglesia (Cristo más nosotros) la podemos concebir sin Ella.

- Dios es deudor de María por haber recibido de Ella la humanidad.
- El amor misericordioso de María supera la multitud de nuestros pecados.

- María nunca dijo "no" a las insinuaciones de la voluntad de Dios.
- María es eficaz en sus recomendaciones ante su Hijo.

- Dios pudo hacer un mundo más acogedor, pero no una Madre mejor que María.

- Todo lo salido de las manos de Dios es perfecto, si no lo estropea el demonio, como María.

- El amor de María removió todos los obstáculos para cumplir fielmente los mandatos y deseos de Dios.

- María supo acoplar sus planes al Plan de Dios.

- En María Dios unió su poder y su amor para hacerla su Hija, su Madre y su Esposa.

- María se hace eco de la voluntad del Padre (Mt. 17,5) Y nos recomienda que escuchemos a su Hijo.

- Cuando María estaba en la tierra cuidaba de su Hijo Jesús, ahora que está en el Cielo cuida de nosotros, que también somos sus hijos.

- La Eucaristía es don precioso de Cristo y a su vez lo es de María, pues, de Ella El recibió su cuerpo y su sangre.

- Dios tiene motivos especiales para amar a María más que a ninguna otra criatura.

- La primera procesión del "Corpus" la hizo María, cuando fue a visitar a su prima Isabel.

- El primer viril que tuvo Jesús fueron los brazos de María.

- Los ojos de María fueron la primera cámara que captó la presencia física de Dios hecho hombre.

- María sirvió de eslabón de paso del A. T. al N. T.

- Las grandes manifestaciones marianas son un canto de gloria referido a Cristo.

- La maternidad de María fue plenamente humana precisamente por ser divina.

- Las manos de María fueron el primer atril en donde se colocó la Palabra de Dios.

- El Hijo de Dios tuvo por maestra a María. 

- Tanto guardó María la Palabra de Dios dentro de sí, que llegó a encarnarse en sus entrañas.

- El silencio de María en el Evangelio nos habla de las grandes maravillas que en Ella ha hecho Dios.

- María dejó a un lado sus planes para acomodar su vida a los de Dios.

- Dios realizó un gran sueño: Tener a una madre, María.

- María depende totalmente de Dios: Por su condición de criatura y por el sometimiento a la voluntad de Dios.

- María es la persona de confianza de Dios, pues, a Ella le confió el cuidado de su Hijo.

- Los brazos de María alcanzaron el cielo para bajamos de allí al Hijo de Dios.

- María estuvo siempre muy atenta a los silencios de Dios.

- María fue la primera, la última y la que más tiempo contempló a su Hijo Jesús.

- María dio su SI a Dios sin condiciones y con prontitud.

- María es la aurora que nos anuncia la llegada de la luz, Cristo.

- María con el mismo amor amaba a Dios y a su hijo.

- Entre todas las mujeres Dios prefirió a María,.para que fuera su Madre.

- El Magníficat es un canto de amor, humildad, agradecimiento y alabanza de María.

- El manifiesto de la Alegría cristiana lo hizo María en el Canto del Magníficat.

- La omnipotencia suplicante de María es la consecuencia de que es Madre de Dios. y Madre nuestra.

- María tiene un solo nombre, pero muchos apellidos.

- Entre todas las bellezas del mundo sobresale la "llena de gracia ".

- A Jesús se le encuentra en el regazo de María.

- María es aurora y estrella de la Iglesia.

- Nuestros pensamientos sobre la grandeza de María nunca llegarán a ser como Dios la soñó y la hizo.

- María es un oasis de gracia en medio de un mundo de pecadores.

- La dignidad de Madre de Dios no le ofuscó su condición de criatura.

- María fue la mejor discípula que tuvo Cristo.

- La humildad de María es el cimiento de su grandeza.

- Jesús de Nazaret sólo se podía parecer físicamente a María.

- María siempre tuvo una asignatura pendiente, "el pecar".

- Lo hermoso del mundo queda eclipsado ante la belleza de María.

- Con fe y obediencia libres María aceptó el ser Madre del Mesías.

- A María no se le escapaba ningún mensaje que Dios le enviaba, los guardaba todos en su corazón y los meditaba.

- El amor maternal de María estaba coronado por su santidad.

- María fue plenamente "una" de nosotros, precisamente al ser toda para Dios.

- La fidelidad de María alcanzó su cima en el Calvario.

- Muchas veces comprendemos mejor a Dios y sus cosas, pensando expresamente en María.

- Quien se refugia en el regazo de María es para impregnarse de amor para con los hombres.

- María supo guardar el secreto más sagrado de la Historia: Dios hecho hombre en sus entrañas.

- Dios nunca se arrepintió de como hizo a María, pues, Ella cumplió siempre la voluntad de Dios.

- La entereza del corazón de María ante la prueba duró toda su vida.

- María estuvo guiada por la oscuridad de la fe, alentada por la esperanza y animada por la caridad.

- María, siendo la Madre de Dios, tiene la sencillez de una aldeana.

- María en el canto del Magníficat reconoce que su grandeza no es un fruto personal, sino una pura gratuidad de Dios.

- María es reina de los Mártires ¿qué sentido tiene el dolor en la mente de Dios, cuando no se lo quita a su Madre?

- Junto a la dignidad de Madre de Dios, María tuvo su cruz de corredentora.

- El advenimiento del Mesías, que durante siglos vivió el Pueblo de Dios, María de manera intensa, única y excepcional lo vivió en nueve meses.

- María fue la primera en saborear la realidad de la alegría mesiánica.

- María es cristificadora y cristiana, colaboradora de la Salvación y salvada al mismo tiempo.

- María fue el quicio en el que se apoyó el gran giro de la Historia.
- María arriesga toda su vida con un SI, que no sabe a donde le llevará.

- María pasó toda su vida en la penumbra de la fe: Por una parte se fiaba de Dios, y por otra no comprendía lo que decían de su Hijo.

- En la contemplación de Jesús se traslucen los rasgos de María.

- María es una mujer agraciada por Dios y agradecida a Dios.

- María no rompió nunca el proyecto que Dios tenía sobre Ella.

- Dios emprendió la aventura de ser hombre en el seno de María.

- María guardó en su corazón lo que la fe le decía, sin llegar a comprenderlo.

- El "hágase" de María tiene alguna relación con el "hágase" de la creación.

- El nacimiento de María avivó la esperanza en el mundo.

- María colaboró a restaurar lo que Eva había estropeado.

- María fue digna Madre de Dios, porque Ella ,escogió y la hizo como quiso.

- La Palabra de Dios estuvo pendiente de la palabra de María.

- María tuvo a su Hijo como prestado, pues, le pertenecía totalmente al Padre por ser Dios, además María lo había ofrecido por ser su primogénito.

INMACULADA Y PURA


Inmaculada y pura... 
P. Antonio Márquez Fernández, S.D.B.
 
 
Inmaculada y pura, real Princesa
de la impoluta y no pisada nieve,
Reina del risco, que de un vuelo leve
sube al sol a sorberle su pureza.

De blancas aves, Ave, que en cabeza
el azul terso rasga y cielo bebe,
manantial limpio al que la pata aleve
del diablo intacta deja su limpieza.

Muchacha matinal y maravilla,
del Sumo Artista obra consumada,
Madre del Verbo eterno y humanado.

Vuélvete, Niña, y mira mi mancilla,
del cielo ven, Señora y Abogada,
no me abandones solo y desarmado

LA NOBLEZA DE LA VIRGEN MARÍA


Nobleza de María
Rafael Ángel Marañón



Mujer de aristocrática nobleza, 
Nacida en la grandeza y el pudor; 
Vislumbra con dramática entereza 
El místico misterio del amor. 
  
Amor de Dios, que quiere transmitirlo 
En una doncellita desposada 
Y aguarda a que después de recibirlo 
La joven dé su amén a la llamada. 
  
María sorprendida ante el misterio 
Responde prontamente confiada; 
Valientemente acepta el vituperio, 
Humildemente a Dios ya conformada. 
  
Es el hijo, que es centro de su vida, 
El ángel que nos trae la salvación, 
El Cristo del que aguardan la venida, 
La espada que herirá su corazón. 
  
María no vacila ni un momento; 
Sin más demora da su aceptación 
Y Dios, el santo y todopoderoso, 
Se goza en confiarle tal misión. 
  
Afronta los enojos de su raza; 
También su desposado desconfía, 
Más ella despreciando la amenaza, 
Constante ante el Señor, vive y confía. 
  
Su tierno corazón, por sus desvelos, 
Entiende que el silencio y la obediencia 
Agrada más al Reino de los Cielos 
Que toda la mayor humana ciencia. 


SALMO 138 - TÚ ME SONDEAS


TÚ ME SONDEAS (Salmo 138)


Señor Tú me has creado
Y desde siempre me has amado,
Mi vida es toda tuya
Y desde siempre me has pensado.

¿Oh Dios Tú me sondeas y me conoces,
sabes quien soy;
Tu vida en mi palpita,
Como explicar tu inmenso amor,
Sabes quien soy.

Adónde iré lejos de Ti,
Como escapar de tu mirada,
Si escalo el cielo o voy al mar
Ahí te encuentro.

Al caminar, al descansar,
Tú sabes como son mis pasos,
Nada hay oculto para Ti,
Nada es oscuro.

Y desde el vientre de mi madre
Tú me has llamado a ser tu siervo,
Soy débil, pero en Tí Señor, todo lo puedo.

sábado, 13 de diciembre de 2014

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL REFUGIO, CONTRA SATANÁS


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL REFUGIO 
(contra Satanás) 

¡Augusta Reina de los cielos y Soberana de los Ángeles!, Vos que habéis recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, os lo pedimos humildemente, enviad las legiones celestiales para que bajo vuestras órdenes, persigan a los demonios, los combatan en todas partes, repriman su audacia y los lancen al abismo.

¿Quién como Dios?

¡Oh buena y tierna Madre!, seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza.

¡Oh, Divina Madre!, enviad a los Santos Ángeles para defendernos y arrojar lejos de nosotros al cruel enemigo.

Santos Ángeles y Arcángeles, defendednos, guardadnos.

 AMÉN.

ORACIÓN POR LOS ABUELOS


ORACIÓN A LA REINA DEL CIELO, LA VIRGEN MARÍA


ORACIÓN A LA REINA DEL CIELO


Augusta Reina de los Cielos y Señora de los Ángeles, a Ti que has recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, pedimos humildemente que envíes legiones celestiales para que, bajo Tus ordenes, persigan a los demonios, los combatan por todas partes, repriman su audacia y los precipiten en los abismos.

¿Quien como Dios?

!Oh buena y tierna Madre, siempre serás nuestro amor y nuestra esperanza!

!Oh Divina Madre, envía a los Santos Ángeles para defenderme, y aleja de mi al cruel enemigo!

Santos Ángeles y Arcángeles defendednos y guardadnos.
Amen.

SUPLICAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA


SUPLICAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA



Dame tus ojos, Madre, para saber mirar;
si miro con tus ojos jamás podré pecar.



Dame tus labios, Madre para poder rezar,
si rezo con tus labios Jesús me escuchara.



Dame tu lengua, Madre, para ir a comulgar,
es tu lengua, paterna de gracia y santidad.



Dame tus labios, Madre, que quiero trabajar,
entonces mi trabajo valdrá una eternidad.



Dame tu manto, Madre, que cubra mi maldad,
cubriendo con tu manto al cielo he de llegar.



Dame tu cielo, Oh Madre, para poder gozar,
si tu me das Cielo, que mas puedo anhelar?.



Dame Jesús, Oh Madre, para poder amar,
esta será mi dicha por una eternidad.

ORACIÓN A MARÍA MADRE DE LA EUCARISTÍA


Oración a María Madre de la Eucaristía


Ave María, dulce Madre de la Eucaristía.
Con dolor y mucho amor, nos has dado
a tu Hijo Jesús mientras pendía de la Cruz.

Nosotros, débiles creaturas, nos aferramos a Ti
para ser hijos dignos de este
gran AMOR y DOLOR.

Ayúdanos a ser humildes y sencillos,
ayúdanos a amar a todos los hombres,
ayúdanos a vivir en la gracia
estando siempre listos para recibir
a Jesús en nuestro corazón.

Oh María, Madre de la Eucaristía,
nosotros, por cuenta propia, no podremos comprender
este gran misterio de amor.

Que obtengamos la luz del Espíritu Santo,
para que así podamos comprender
aunque sea por un solo instante,
todo el infinito amor de tu Jesús
que se entrega a Sí mismo por nosotros.

AMEN

VASIJAS Y FLORES

VASIJAS Y FLORES

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros.

Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente; desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la vasija quebrada le habló al aguador así, diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir."
El aguador, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino."

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sentía apenada porque al final, solo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces: "Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?

Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro.
Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza."

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados. 

No lo olvides, que Dios con su infinita sabiduría es 
quien decide cual es la misión que nos corresponde realizar en este mundo.

Podemos NO ser perfectos a los ojos humanos , pero SI a los ojos de nuestro Padre Celestial. 
CONFÍA EN ÉL.

viernes, 12 de diciembre de 2014

MÁS HERMOSA QUE EL SOL, LA VIRGEN DE GUADALUPE


Más hermosa que el sol
Solemnidades y fiestas


Lucas 1, 39-48. Solemnidad de la Virgen de Guadalupe. Ella es la Madre de Dios y Madre nuestra, estamos bajo su cuidado. Con ella jamás nos perderemos. 


Por: P. Sergio A. Córdova LC | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-48
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor. "Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava".

Oración introductoria
Ven, Espíritu Santo, y llena de amor esta oración para que sepa, como tu Madre santísima, encaminarme con rapidez y diligencia a proclamar tu mensaje de amor. No tengo porque temer porque, gracias a mi Madre de Guadalupe, sé que Tú y ella me acompañan en mi camino.

Petición
Santísima Virgen de Guadalupe, haz que me deje modelar por tu ejemplo y calor de madre.

Meditación del Papa Francisco
La aparición de la imagen de la Virgen en la tilma de Juan Diego fue un signo profético de un abrazo, el abrazo de María a todos los habitantes de las vastas tierras americanas, a los que ya estaban allí y a los que llegarían después.
Este abrazo de María señaló el camino que siempre ha caracterizado a América: ser una tierra donde pueden convivir pueblos diferentes, una tierra capaz de respetar la vida humana en todas sus fases, desde el seno materno hasta la vejez, capaz de acoger a los emigrantes, así como a los pobres y marginados de todas las épocas. Una tierra generosa.
Éste es el mensaje de Nuestra Señora de Guadalupe, y éste es también mi mensaje, el mensaje de la Iglesia. Animo a todos los habitantes del Continente americano a tener los brazos abiertos como la Virgen María, con amor y ternura» (Papa Francisco, 11 de diciembre de 2013)
Reflexión
Yo creo que todos los hombres de este mundo deberíamos ser unos enamorados de nuestra propia madre. Gracias a Dios, yo sí tengo la fortuna de serlo. Cuando pienso en mi madre, me inspiro y se me ensancha el corazón. Y a mucha honra lo tengo. Pero la temperatura de mi corazón se enardece mucho más cuando pienso en nuestra madre de los cielos.

Solemos decir que  el 100% de los mexicanos sin excepción somos guadalupanos. Esto hace mucha gracia a todas las personas que lo escuchan, sobre todo en Europa. Y se ríen con mucho agrado, haciendo gestos de aprobación. El alma de nuestro pueblo es profundamente mariana.

Y es que María ha estado siempre presente en nuestra historia y en lo más hondo de nuestra fe.

Toda la vida espiritual de los mexicanos está fuertemente permeada por una devoción muy tierna y filial hacia la Madre de Dios; y las gestas religiosas más heroicas de nuestro pueblo han estado siempre inspiradas y guiadas por la mano de la Santísima Virgen. México es México gracias a la Virgen de Guadalupe. Sin ella, no se entiende nuestra cultura.

Desde que los misioneros españoles trajeron la fe y el Evangelio a nuestro pueblo, y México comenzó a existir como encrucijada de civilizaciones, la Virgen de Guadalupe hizo acto de presencia. Se apareció al indio Juan Diego, se autoproclamó Madre y Reina de todos los mexicanos, y puso su morada en nuestra tierra. Ya todos conocemos la historia, pero es emocionante recordarla.

Corría el año de 1531, apenas diez años tras la conquista de la gran ciudad azteca de Tenochtitlán. Un sábado 9 de diciembre, Juan Diego, un humilde indiecito mexicano, pasaba por el cerro de Tepeyac, cerca de la ciudad de México. Se dirigía a la doctrina dirigida por los franciscanos en Tlaltelolco, cuando, al pasar junto al cerrito, se le apareció una hermosísima Señora, más bella y radiante que el sol. Le dijo: "Sábete y ten bien entendido, hijo mío, que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive, Creador del cielo y de la tierra". Acto seguido, le pidió un templo en ese sitio y le mandó a la ciudad de México a exponer su deseo al obispo fray Juan de Zumárraga.

El obispo no pareció darle crédito. Y, después de escucharlo varias veces, el obispo le pidió una señal de la Señora para saber si era en verdad la Madre de Dios quien le enviaba. Con palabras cariñosas, la Señora del cielo encargó a Juan Diego que volviera al día siguiente para darle la señal. Pero su tío se encontraba muy enfermo y dio un rodeo al cerrito para que la Señora no lo demorara, pues iba a Tlaltelolco a buscar un sacerdote para su tío. Pero la Madre de Dios le salió al encuentro y le dijo: “¿A dónde vas, hijo mío, el más pequeño, y qué camino es éste que has seguido?”. Juan Diego le contó, apenado, lo de su tío. Y la piadosísima Virgen le respondió con un tono muy dulce, con estas bellísimas palabras: “Oye y ten entendido, el más pequeño de mis hijos, que es nada lo que te asusta y aflige.

No se turbe tu corazón, no temas esa enfermedad, ni ninguna otra angustia. ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No estás acaso bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa; no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora. Y está seguro de que ya sanó”.

Juan Diego oyó estas razones, se consoló mucho y se puso muy contento. Y luego le ordenó la Señora del cielo que subiese al cerro y recogiera en su tilma las rosas que encontrara. A pesar de que era un crudo invierno y de que en aquellos peñascos no podía haber flores, obedeció. En la cima halló hermosas rosas de Castilla. La Señora las tomó en sus manos y le dijo: “Ésta es la señal que has de llevar al obispo; sólo a él las mostrarás y le dirás que debe hacer lo que he ordenado”.

El indio llegó a la casa del obispo. Mostró la señal y manifestó la voluntad de la Señora de que se le edificara un templo. Al tiempo que hablaba, desplegó la tilma y apareció en ella una hermosísima imagen de la siempre Virgen Santa María. Asombrado el obispo, cayó de rodillas, veneró la imagen milagrosa y mandó colocarla en su oratorio. Al día siguiente el prelado acompañó a Juan Diego para que le señalara el sitio en donde se le había aparecido la Señora y donde había mandado que se le edificara un templo.
Según una sólida tradición, la imagen de la Virgen de Guadalupe, después de su impresión en la tilma del indio Juan Diego en 1531, en la ciudad de México, permaneció algunos días en la capilla episcopal del obispo fray Juan de Zumárraga, y luego en el templo mayor. El 26 de diciembre de ese mismo año fue trasladada solemnemente a una ermita construida al pie del cerro del Tepeyac.

Su culto se propagó rápidamente e influyó decisivamente para la difusión de la fe entre los indígenas. El 12 de octubre de 1895 tuvo lugar la coronación pontificia de la imagen, concedida por León XIII. En 1910, San Pío X la proclamó patrona de América Latina; en 1935, Pío XI la nombró patrona de las Islas Filipinas; y en 1945, Pío XII le dio el título de Emperatriz de América. Por último, S.S. Juan Pablo II, durante su cuarto viaje a México, promulgó, el día 23 de enero de 1999, el día de la Virgen de Guadalupe como fiesta en toda América.

Propósito
Asistir a misa, preferentemente a un santuario mariano y en compañía de la familia.

Diálogo con Cristo
¡Qué dicha tener una Madre tan dulce y cariñosa, y una Reina tan poderosa en nuestra propia casa! Ella es la Madre de Dios y la Madre nuestra, y estamos bajo su cuidado, en su regazo maternal. Con ella jamás nos perderemos.Hoy, Madre mía, quiero agradecerte todas las gracias que me has alcanzado y pedirte tu bendición para que reine la paz en mi familia y entorno social. 

NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, ADVOCACIÓN MARIANA, 12 DE DICIEMBRE


Nuestra Señora de Guadalupe. 
Patrona de México y Emperatriz de América
Advocación Mariana
Fiesta: 12 de Diciembre


Un sábado 9 de diciembre, el indio Juan Diego, recién convertido a la fe católica, se dirigió al templo para oir Misa. Al pie de un cerro pequeño llamado Tepeyac vio una nube blanca y resplandeciente y oyó que lo llamaban por su nombre. Vio a una hermosa Señora quien le dijo ser "la siempre Virgen María Madre de Dios" y le pidió que fuera donde el Obispo para pedirle que en aquel lugar se le construyera un templo. Juan Diego se dirigió a la casa del obispo Fray Juan de Zumárraga y le contó todo lo que había sucedido. El obispo oyó con admiración el relato del indio y le hizo muchas preguntas, pero al final no le creyó.

De regresó a su pueblo Juan Diego se encontró de nuevo con la Virgen María y le explicó lo ocurrido. La Virgen le pidió que al día siguiente fuera nuevamente a hablar con el obispo y le repitiera el mensaje. Esta vez el obispo, luego de oir a Juan Diego le dijo que debía ir y decirle a la Señora que le diese alguna señal que probara que era la Madre de Dios y que era su voluntad que se le construyera un templo. De regreso, Juan Diego halló a María y le narró los hechos. La Virgen le mandó que volviese al día siguiente al mismo lugar pues allí le daría la señal. Al día siguiente Juan Diego no pudo volver al cerro pues su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo. La madrugada del 12 de diciembre Juan Diego marchó a toda prisa para conseguir un sacerdote a su tío pues se estaba muriendo. Al llegar al lugar por donde debía encontrarse con la Señora prefirió tomar otro camino para evitarla. De pronto María salió a su encuentro y le preguntó a dónde iba. El indio avergonzado le explicó lo que ocurría. La Virgen dijo a Juan Diego que no se preocupara, que su tío no moriría y que ya estaba sano.

Entonces el indio le pidió la señal que debía llevar al obispo. María le dijo que subiera a la cumbre del cerro donde halló rosas de Castilla frescas y poniéndose la tilma, cortó cuantas pudo y se las llevó al obispo.

Una vez ante Monseñor Zumarraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la imagen de la Virgen de Guadalupe.

Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado el indio. Pio X la proclamó como "Patrona de toda la América Latina", Pio XI de todas las "Américas", Pio XII la llamó "Emperatriz de las Américas" y Juan XXIII "La Misionera Celeste del Nuevo Mundo" y "la Madre de las Américas".

ROSAS EN EL TEPEYAC


ROSAS EN EL TEPEYAC


Las veo en la ladera del bosque;
son grandes, muy variadas:
Todas llevan en su cáliz
perlas del rocío de la noche.

Las ha plantado una mano celestial.
La Madre de Dios tiene preferencia
por las rosas de Castilla, le gustan las rosas.

En su jardín del cielo
debe haber plantado rosas a granel,
y deben muchos ángeles cuidarlas con primor.
Son las rosas de la Madre del Señor.

“Rosas en mi jardín no hay ya,
todas han muerto”, diría un día el poeta.
¡Qué tragedia! Mustios pétalos por el suelo
es todo lo que queda de la gloria de las rosas.

Habrá que pedirle a la dueña del Tepeyac
algunos retoños de rosal
de los que plantó en la colina
para plantarlos en el jardín.

Esos rosales siempre ostentan rosas,
son frescas y hermosas;
nunca se marchitan porque son de Ella.

La imagen de Guadalupe
está pintada con pétalos de rosa,
con rocío de la noche, con amor materno.

No importa que el lienzo sea lo más pobre,
porque esa tilma recoge la obra maestra
que un pincel grabó en ella.

¿Un serafín? ¿Sabía pintura la Virgen?
Los de brocha de aquí abajo
no aciertan a descifrar
con qué arte de dibujo
fue impresa tan magnífica pintura
en una tela tan pobre.

LA GUADALUPANA, TU MADRE


La Guadalupana, tu madre
Tenemos miedo de tantas cosas, la enfermedad, falta de dinero,robos, al futuro. Pero Ella nos dice: No temas
Por: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net



El nombre más repetido en las mujeres mexicanas es el de GUADALUPE. Por eso muchas celebran su santo el 12 de Diciembre, fecha en que una mujer vestida de princesa, se le apareció a un natural de esta tierra, a Juan Diego, en la Colina del Tepeyac.

Santa María de Guadalupe es el nombre de la celestial Señora. Ella pidió que se construyera un templo, y el templo se construyó. Más aún, hace algunos años se construyó un nuevo santuario más grande y moderno para dar cabida a un número mayor de peregrinos.

Hoy se encuentran muchísimos templos en todo México dedicados a la Virgen de Guadalupe. Casi todas las ciudades tienen el suyo.

¿Para qué pidió un templo? Para que todos nos sintiéramos en su casa cuando fuéramos allí a rezar, para poder decir a cada habitante de nuestro país las mismas palabras que dirigió a Juan Diego: “No temas, ¿no esto yo aquí que soy tu Madre?”

Hermosas palabras que nos quiere decir a cada uno todos los días, pero sobre todo en esos días amargos, días de dolor y desesperanza.

“No temas, ¿no esto yo aquí que soy tu Madre?...” Tenemos miedo de tantas cosas, miedo de perder la salud, el dinero, a que nos roben, miedo al futuro. Existe mucho miedo en el ambiente. “No temas...”, nos dice Ella.

El 12 de Diciembre hasta los más duros se ablandan, van de rodillas ante la Guadalupana.

Santos y pecadores, borrachos y mujeriegos, quizá hasta le juren a la Virgencita que van a cambiar para siempre, y al día siguiente vuelven a ser los mismos. Pero hicieron el intento, y cualquier intento es bueno. Ella se los toma en cuenta. Después de tantos intentos fallidos, basta que uno de esos esfuerzos de resultado.

Yo me pregunto si México sería el mismo si no hubiera intervenido en su historia la Reina del Cielo.

Me impresiona que los mismos inicios de México como nación, interviniera tan amorosamente esa Persona a quién con santo orgullo se le llama “Reina de México”.

En aquel momento era necesaria la ayuda y protección de la Madre de Dios. Hoy es mucho más necesaria. Los males de México son tantos y tan duros que se necesita la ayuda del cielo para remediarlos. Creo que no bastan los buenos políticos y los buenos economistas.

¡Reza, México, a tu Reina!, para que puedas ser liberado de este naufragio. Esa Reina no ha devaluado su amor a México ni a los mexicanos, hoy los quiere como entonces, pero se necesitan millones de manos alzadas al cielo, millones de rodillas que toquen la tierra rezando, millones de lenguas y corazones que unan su voz y su amor en una oración gigantesca y sonora a la Reina de México, para que venga a auxiliarnos en esta hora difícil.

Para los que tienen fe, hay un faro de esperanza en la Colina del Tepeyac que se llama Santa María de Guadalupe.

El tesoro más rico que México y el mundo entero tiene es una tilma sencilla donde la Madre de Dios se pintó a sí misma para que al contemplarla oyéramos todos su dulce mensaje: “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”
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