miércoles, 19 de agosto de 2015

NOVENA DE PREPARATORIA A LA FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD DEL COBRE, PATRONA DE CUBA

Silueta de la Virgen de la Caridad 
JUNTO A LA VIRGEN DE LA CARIDAD,
ESPERANDO AL PAPA FRANCISCO
MISIONERO DE LA MISERICORDIA

Introducción:
La devoción a nuestra Madre de la Caridad moviliza no sólo a los miembros de las comunidades que forman las parroquias sino que despierta el corazón creyente de nuestro pueblo; por eso la convocatoria la hace Ella que, con su corazón de Madre, atrae a todos sin excluir a nadie; personas tan distintas y en situaciones o etapas de la vida muy diferentes se sienten atraídos, en los campos y las ciudades, en las casas por los barrios y pueblos, en los hospitales y en las cárceles.
Este es uno de los momentos más propicios para la misión y quisiéramos vivir este tiempo de Gracia intensamente, sin ahorrar esfuerzos, y según la invitación del Plan Pastoral a la “Conversión pastoral” ayudar a allanar el camino para que todos puedan tener una experiencia de Dios más sencilla y profunda, puedan sentirse acogidos y reconocerse como miembros de la familia de Jesús que es la Iglesia.

Este año, además, podremos vivir éstas celebraciones en las vísperas de la visita del Papa Francisco, que vendrá, si Dios quiere, del 19 al 22 de Septiembre, por lo que será una gran oportunidad de preparar a nuestro pueblo para acoger a quien llegará a nuestra patria como “Misionero de la Misericordia”. La alegría que ha generado su visita es asombrosa y ha despertado una gran expectativa, que renueva la esperanza y anima a comprometernos en trabajar por construir entre todos una patria de hermanos. Resuena en nuestros corazones la bellísima carta que nos envió el año pasado con motivo de la fiesta de la Caridad. Los tres verbosalegrarse, levantarse y perseverar que nos invitó a practicar a ejemplo de María todavía aparecen en carteles en algunas Casas de Misión y templos, él nos decía:
“Hoy, que se celebra con fervor la fiesta de María Santísima, la Virgen Mambisa, me uno a todos los cubanos que ponen sus ojos en su Inmaculado Corazón para pedirle favores, encomendarle a sus seres queridos e imitarla en su humildad y entrega a Cristo, de quien fue la primera y mejor de sus discípulos…
…Tener alegría y compartirla con los que nos rodean. Levantar el corazón y no sucumbir ante las adversidades, permanecer en el camino del bien, ayudando infatigablemente a los que están oprimidos por penas y aflicciones: he aquí las lecciones importantes que nos enseña la Virgen de la Caridad del Cobre, útiles para el hoy y el mañana. En sus maternas manos pongo a los pastores, comunidades religiosas y fieles de Cuba, para que Ella aliente su compromiso evangelizador y su voluntad de hacer del amor el cimiento de la sociedad. Así no faltará alegría para vivir, ánimo para servir y perseverancia en las buenas obras.
A los hijos de la Iglesia en Cuba les pido, por favor, que recen por mí pues lo necesito.
Que Jesús les bendiga y la Virgen Santa los cuide siempre”.
Fraternalmente, Francisco


¿Cómo vamos a organizar cada encuentro de la Novena?
Algunas sugerencias para el animador o guía
1.El lugar donde nos reuniremos: preparar un lugar digno con la imagen de la Virgen, el libro de la Palabra de Dios,  una vela y cuatro hojas en blanco donde anotaremos los difuntos de las familias del barrio, los enfermos, los presos y aquellas situaciones por las que deseamos especialmente rezar.
2.Preparar cada día de la Novena, buscando crear un clima familiar, festivo y la participación de los que asisten, de modo que puedan tener el espacio para expresarse, para compartir sus experiencias que son valiosas, enriquecedoras, también a través de los cantos. Las lecturas que nos propone la guía pueden hacerlas entre 2 o más personas que lean claro y alto. Dar tiempo a que contesten las preguntas sin apurarlos, animando a que no sean siempre los mismos que contesten. Sería bueno, comenzar y terminar los encuentros cantando, lo cual ayuda a darle un sentido de celebración.
3. Los “Hechos de vida” intentan ayudarnos a valorar nuestra propia experiencia, descubrir que sobre lo que vamos a hablar todos sabemos algo porque tiene que ver con nuestra vida, en la cual Dios nos habla.
4. Texto bíblico:Es un momento importante, por eso quien guía debe conocer muy bien el texto que vamos a proclamar y compartir, ayuda contarlo primero con nuestras palabras a modo de introducción y leerlo más de una vez, para partir de lo que la Palabra nos dice para iluminar la vida.
5. Reflexión: Es el tiempo para conocer la enseñanza de la Iglesia, en esta Novena seguiremos lo que nos dice el Papa Francisco en “La alegría del Evangelio” y en la invitación “El rostro de la Misericordia” por el Año Santo, también de algunas catequesis ocasionales y el Plan de Pastoral 2014-2020 “Por el camino de Emaús".
6. Intenciones o peticiones libres:Es hacer oración a partir de lo que hemos compartido y reflexionado juntos, lo ponemos en común sabiendo que Jesús prometió estar en medio de nosotros cuando nos reunimos en su Nombre, puede ayudar el preparar algunas intenciones y repartirlas para que algunos las lean creando un clima de oración y confianza fraterna, después agregamos otras libremente.
7. Gesto de Caridad: Sugerimos preparar una caja o un canasto, con algún letrero alusivo a la Caridad hacia los más pobres e invitar que a lo largo de la Novena vayamos ofreciendo algo que exprese nuestra solidaridad hacia los más necesitados: ropa, alimentos, medicinas, aseo… y ponernos de acuerdo para entregárselo a quienes consideramos que más lo necesitan en el barrio.
8. Servicio de información: Muchos de los que van a las Novenas, no participan habitualmente de la vida de la Iglesia, por eso es una oportunidad para hacerles conocer algunas informaciones útiles, por ejemplo: horarios de Misas no sólo de la fiesta de la Virgen y si hay Procesión, sino también las misas de difuntos, los Bautizos de niños y si son mayores qué hay que hacer, catequesis para las distintas edades, cuando conseguir agua bendita… además todo lo que hace referencia a la visita del Papa Francisco.
No sólo darle la información, sino también seguimiento a quien esté interesado, motivarlo…


ORACIÓN INICIAL
Quédate con nosotros Señor, acompáñanos
aunque no siempre hayamos sabido reconocerte.
Quédate con nosotros porque tú eres
el Camino, la Verdad y la Vida.

Quédate en nuestras familias,
ilumínalas y sostenlas en las dificultades.
Quédate en nuestros niños y nuestros jóvenes,
en ellos está la esperanza y la riqueza de nuestra Patria.
Quédate con los que sufren, confórtalos y protégelos.

Quédate con nosotros Señor, cuando surge la duda,
el cansancio o la dificultad;
ilumina nuestras mentes con tu Palabra;
aliméntanos con el Pan de Vida,
ayúdanos a sentir la belleza y el gozo de creer en ti.

Quédate Señor con la comunidad de tus discípulos.
Renueva en nosotros el don de tu amor.
Anímanos y consérvanos en la fidelidad,
para que anunciemos a todos con alegría, que tú has resucitado
y que nos has dado la misión de ser tus testigos.

Que la Virgen de la Caridad, discípula y misionera,
Madre de todos, nos acompañe y proteja.  Amén.
Día 1 - Enseñar al que no sabe

1. Nos ponemos en presencia de Dios haciendo la señal de la cruz, luego un canto y oración inicial.

2. Hecho de vida:
El hijo de Arturo un día compartió esta experiencia familiar: Nosotros vivíamos a unos 15 km del pueblo, un día, tanto mi padre como yo, debíamos resolver algunas cosas en el pueblo, además de reparar algo del carro. Salimos temprano, acordamos encontrarnos a las 5 pm, yo me ocuparía de llevar el carro al taller. A la hora acordada mi padre estaba esperando y como me demoraba llamó al taller para saber si había algún problema, pero le informaron que ya había recogido el carro a las 2 pm. Cuando llegué por fin a recogerlo, con una hora de atraso, abrió la puerta del carro y antes de subir le dije: “en el taller se demoraron un poco, pero el carro quedó bien, sin problemas”. Pero él tiró la puerta y me contestó: “Ve tú, yo iré caminando, tengo mucho que meditar, acerca de mis actitudes equivocadas, que han provocado que mi hijo me tenga que mentir, porque no ha podido confiar en mí”. Les aseguro que fueron las 3 horas más largas de mi vida, lo seguí con el carro a paso de hombre, meditando en absoluto silencio, por supuesto que desde ese día tomé conciencia de la gravedad de la mentira y me he esforzado mucho en la vida para no volver a caer en ella.

Ø  ¿Qué enseñanza nos deja ésta anécdota familiar?
Ø  ¿De qué modos intentamos compartir lo que aprendimos, enseñando a los demás?
Ø  ¿Cómo se sienten ustedes cuando pueden enseñar a otros a conocer y comprender el camino de Jesús?

3. Texto bíblico: Leemos del Evangelio de San Lucas 1, 39-45

“Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: “¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mi vientre ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!”
Palabra de Dios/Te alabamos, Señor

  • Entre todos reconstruimos el relato que escuchamos.
  • ¿Qué nos llamó más la atención?
  • ¿Por qué María partió sin demora a llevar la Buena Noticia a su prima Isabel?
  • ¿Y nosotros, qué importancia le damos a compartir la enseñanza que recibimos?

4.Reflexión: Permiso, gracias, perdón, son las tres palabras que el Papa Francisco escribiría en el dintel de la puerta de cada familia porque son la clave para vivir bien y en paz dentro y fuera de ella
La primera palabra es "permiso''. ''Entrar en la vida del otro, incluso cuando es parte de nuestra vida, requiere la delicadeza de una actitud no invasiva, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva no autoriza a dar todo por sentado. Y el amor, cuanto más íntimo y profundo es, más exige el respeto de la libertad y la capacidad de esperar a que la otra persona abra la puerta de su corazón''.
La segunda palabra es "gracias". ''A veces parece que nos estamos convirtiendo en una sociedad de malos modales y malas palabras... La amabilidad y la capacidad de dar las gracias se ven como un signo de debilidad, e incluso despiertan recelo. Esta tendencia hay que combatirla ya en el seno de la familia. Tenemos que ser inflexibles en educación para la gratitud y el agradecimiento: tanto la dignidad de la persona como la justicia social, pasan por aquí. Si la vida familiar descuida esta forma de ser, también la vida social, la perderá''.
La tercera palabra es "perdón" porque ''cuando falta, las pequeñas grietas se ensanchan... para convertirse en brechas profundas. No en vano, en la oración enseñada por Jesús, el "Padre Nuestro", que resume todas las preguntas clave para nuestras vidas, nos encontramos con esta expresión: "Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden". Reconocer nuestros errores y estar dispuestos a restituir lo que se ha quitado - el respeto, la honestidad, el amor, nos hace dignos del perdón... Si no somos capaces de pedir disculpas, quiere decir que tampoco somos capaces de perdonar... Muchas heridas en los afectos, muchas lágrimas en las familias comienzan con la pérdida de esta preciosa palabra: "Perdón." En el matrimonio se discute tantas veces... pero les doy un consejo: Nunca terminen el día sin hacer las paces''.
''Estas tres palabras clave de la familia son sencillas, y tal vez al principio nos hacen sonreír. Pero... nuestra educación, tal vez, las descuida demasiado. El Señor nos ayude a devolverlas al lugar que les corresponde en nuestros corazones, en nuestras casas, e incluso en nuestra sociedad civil''.
(Catequesis de la audiencia general del 13 de mayo 2015)

Ø  ¿Cómo estoy yo con estás tres palabras?  ¿Cuál me cuesta más de ponerla en práctica en mi vida diaria?
Ø  ¿Cómo pudiera enseñarlas en esta Novena a alguien que lo necesita?

5. Intenciones o peticiones libres: Pongamos en común lo que le pedimos al Señor para nuestro pueblo, para nuestras familias, respondemos:

VIRGEN DE LA CARIDAD, RUEGA POR NOSOTROS

Rezamos el Padrenuestro, el Dios te salve María y el Gloria, así como la Oración por el Papa Francisco y su visita a Cuba. Terminamos con uncanto.
Día 2– Dar consejo al que lo necesita

1. Nos ponemos en presencia de Dios haciendo la señal de la cruz, luego un canto y oración inicial.

2. Hecho de vida:
María Emilia acaba de cumplir 50 años, es médico, ahora trabaja en el Hospital, pero ha tenido experiencias muy variadas en su vida laboral y nos contaba hace unos días en la comunidad: La verdad es que estoy muy contenta, porque me doy cuenta qué lindo es poder volcar toda la experiencia que he tenido al servicio no sólo de los pacientes sino también en la formación de los futuros médicos. Al principio la parte docente me costaba mucho, pero ahora la disfruto muchísimo, al poder impartir tanto la asignatura que me corresponde como la oportunidad de aconsejar a los jóvenes en muchos aspectos humanos, éticos y prácticos, fruto de la experiencia. Gracias a Dios tuve la oportunidad de formarme y trabajar junto a personas muy sabias que dieron consejos muy valiosos tanto para mi vida laboral como para mi vida personal y familiar. Hoy en día sigo buscando consejos, otros puntos de vista tanto en médicos mayores como en las nuevas generaciones que nos aportan nuevas ideas y formas de tratar mejor a los demás.

Ø  ¿Qué les llamó más la atención del testimonio de María Emilia?
Ø  ¿Conocen el refrán: “El que no oye consejo, no llega a viejo”? ¿Qué les parece?
Ø  ¿Por qué les parece que es tan importante dar y recibir consejos en la vida?  Podemos compartir algunas experiencias en que los consejos recibidos nos hayan ayudado en la vida.

3. Texto bíblico: Leemos del Evangelio según San Juan 2, 1-11

“Tres días más tarde se celebraba una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.También fue invitado Jesús a la boda con sus discípulos.Sucedió que se terminó el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Jesús le respondió: “¿Qué quieres de mí, mujer? Aún no ha llegado mi hora.”
Pero su madre dijo a los sirvientes: “Hagan lo que él les diga.”
Había allí seis recipientes de piedra, de los que usan los judíos para sus purificaciones, de unos cien litros de capacidad cada uno. Jesús dijo: “Llenen de agua esos recipientes.” Y los llenaron hasta el borde. “Saquen ahora, les dijo, y llévenle al mayordomo.” Y ellos se lo llevaron.Después de probar el agua convertida en vino, el mayordomo llamó al novio, pues no sabía de dónde provenía, a pesar de que lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Y le dijo: “Todo el mundo sirve al principio el vino mejor, y cuando ya todos han bebido bastante, les dan el de menos calidad; pero tú has dejado el mejor vino hasta ese momento.”
Esta señal milagrosa fue la primera, y Jesús la hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él”.
Palabra de Dios/Te alabamos, Señor

  • Entre todos reconstruimos el relato que escuchamos.
  • ¿Qué les llamó más la atención del relato?
  • Miremos la actitud de María en esta situación: ¿Qué consejo tan valioso nos deja a todos?

4. Reflexión:El Papa Francisco nos ayuda a reflexionar: “¡Sin embargo, qué bonito es el aliento que el anciano consigue transmitir al joven en búsqueda del sentido de la fe y de la vida! Es verdaderamente la misión de los abuelos, la vocación de los ancianos. Las palabras de los abuelos tienen algo especial para los jóvenes. Y ellos lo saben. Las palabras que mi abuela me dio por escrito el día de mi ordenación sacerdotal, las llevo aún conmigo siempre en el breviario. Y las leo a menudo y me hace bien.”  (Catequesis del Papa en la audiencia del Miércoles 11 de Marzo 2015)
 
Ø  ¿Por quién me dejo yo aconsejar? ¿A quién doy consejos en mi vida cotidiana?

5. Intenciones o peticiones libres: Pongamos en común lo que le pedimos al Señor para nuestro pueblo, para nuestras familias, respondemos:

VIRGEN DE LA CARIDAD, RUEGA POR NOSOTROS

Rezamos el Padrenuestro, el Dios te salve María y el Gloria, así como la Oración por el Papa Francisco y su visita a Cuba. Terminamos con uncanto.
Día 3- Corregir al que se equivoca

1. Nos ponemos en presencia de Dios haciendo la señal de la cruz, luego un canto y oración inicial.

2. Hecho de vida: Elsita es una mujer sencilla, servicial y perseverante, su presencia es muy valiosa en la comunidad, sin llamar la atención ni sobresalir es capaz de dar pasos que la mayoría aún no nos atrevemos. En la Cuaresma pasada nos dio un ejemplo que vale la pena compartir con ustedes: En la comunidad, una de las que podríamos decir es de las fundadoras, poco a poco fue tomando actitudes chocantes que nos molestaban a todos, por eso la criticábamos, sin embargo ninguno de nosotros se atrevió a hablarle. Pero Elsita, con absoluta discreción se acercó a ella en varias oportunidades y le fue haciendo tomar conciencia de esas actitudes o expresiones que estaban dañando la comunidad. Esta mujer fue la que nos contó después de un tiempo, que Elsita la había ayudado a darse cuenta de sus errores y a tratar de cambiar, que ella al principio la maltrató pero Elsita no la abandonó. Incluso en una ocasión le llevó a la Hermana Carmen Lucía, que visita nuestra comunidad, para hablar con ella. Por eso nos pedía perdón y ayuda a todos para poder cambiar.

Ø  ¿Les parece que lo que ocurría en esa comunidad nos ocurre a nosotros también?
Ø  ¿Por qué nos cuesta tanto acercarnos a quien se equivoca?
Ø  ¿Qué enseñanza nos deja Elsita para nuestra vida?

3. Texto bíblico: Leemos del evangelio según san Mateo 18, 15-18

“Escuchemos con atención lo que Jesús nos enseña:
“Si tu hermano ha pecado, vete a hablar con él a solas para reprochárselo. Si te escucha, has ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma contigo una o dos personas más, de modo que el caso se decida por la palabra de dos o tres testigos.Si se niega a escucharlos, informa a la asamblea. Si tampoco escucha a la iglesia, considéralo como un pagano o un publicano.
Yo les digo: “Todo lo que aten en la tierra, lo mantendrá atado el Cielo, y todo lo que desaten en la tierra, lo mantendrá desatado el Cielo”.
Palabra de Dios/Te alabamos, Señor

  • Entre todos reconstruimos el relato que escuchamos.
  • ¿Cuáles son los pasos que nos propone recorrer Jesús para vivir la “corrección fraterna”?
  • ¿Somos capaces de aceptar una corrección fraterna o de hacerla a otro? ¿Por qué?

4. Reflexión: de “La Alegría del Evangelio”
“98. Dentro del Pueblo de Dios y en las distintas comunidades, ¡cuántas guerras! En el barrio, en el puesto de trabajo, ¡cuántas guerras por envidias y celos, también entre cristianos! La mundanidad espiritual lleva a algunos cristianos a estar en guerra con otros cristianos que se interponen en su búsqueda de poder, prestigio, placer o seguridad económica”.
“99. El mundo está lacerado por las guerras y la violencia, o herido por un difuso individualismo que divide a los seres humanos y los enfrenta unos contra otros en pos del propio bienestar. A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pedirles especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo se cuidan unos a otros, cómo se dan aliento mutuamente y cómo se acompañan:«En esto reconocerán que son mis discípulos, en el amor que se tengan unos a otros» (Jn 13,35). Es lo que con tantos deseos pedía Jesús al Padre: «Que sean uno en nosotros […] para que el mundo crea» (Jn 17,21). ¡Atención a la tentación de la envidia! ¡Estamos en la misma barca y vamos hacia el mismo puerto! Pidamos la gracia de alegrarnos con los frutos ajenos, que son de todos”.
Ø  ¿Cuáles son los peligros que nos advierte el Papa que dañan una auténtica vida fraterna en la comunidad?
Ø  ¿A qué nos invita el Papa, para que nuestra comunidad dé testimonio evangelizador?
5. Intenciones o peticiones libres: Pongamos en común lo que le pedimos al Señor para nuestro pueblo, para nuestras familias, respondemos:

VIRGEN DE LA CARIDAD, RUEGA POR NOSOTROS

Rezamos el Padrenuestro, el Dios te salve María y el Gloria, así como la Oración por el Papa Francisco y su visita a Cuba. Terminamos con uncanto.
Día 4– Perdonar las ofensas

1. Nos ponemos en presencia de Dios haciendo la señal de la cruz, luego un canto y oración inicial.

2. Hecho de vida:
El Chino es un hombre tan servicial como temperamental o explotado, como a veces decimos, que ya está pisando los 60 y sigue luchando con ésos arranques violentos que le han causado no pocos problemas en la vida. Él nos contaba: Gracias a Dios, hace unos 4 años, un buen compañero de trabajo, después de un conflicto grande que tuve en la fábrica, me invitó a una pequeña comunidad cerca de su casa, porque allí se iban a impartir unos talleres sobre el perdón y la reconciliación. Recuerdo que los guió una monjita joven con voz serena y clara. Ella poco a poco nos fue ayudando a tomar conciencia de nuestros conflictos y nos fue guiando para ayudarnos a enfrentarlos y resolverlos saludablemente. Nunca pensé que sería capaz de perdonar algunas personas y de perdonarme a mí mismo. Había personas con las cuales no me hablaba hace años y la verdad, con pena lo digo, los ignoraba sin problemas. Con ésas herramientas que nos brindó la monjita he aprendido a superar y sanar las heridas, he aprendido a perdonar de corazón aunque a veces me lleva mucho tiempo y trabajo, ahora sí puedo afirmar sin dudas que: “¡para Dios no hay nada imposible!”

Ø  ¿Conocen personas como el Chino?
Ø  ¿Él pudo solo resolver y superar su situación?  ¿Qué le hizo falta?
Ø  ¿Creemos que “para Dios no hay nada imposible”, en lo que hace al perdón? Compartamos experiencias.

3. Texto bíblico: Leemos del evangelio según san Mateo 18, 21-35

“Entonces Pedro se acercó con esta pregunta: “Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas de mi hermano? ¿Hasta siete veces?” Jesús le contestó: “No te digo siete, sino setenta veces siete.”
“Aprendan algo sobre el Reino de los Cielos. Un rey había decidido arreglar cuentas con sus empleados, y para empezar, le trajeron a uno que le debía diez mil monedas de oro. Como el hombre no tenía con qué pagar, el rey ordenó que fuera vendido como esclavo, junto con su mujer, sus hijos y todo cuanto poseía, para así recobrar algo. El empleado, pues, se arrojó a los pies del rey, suplicándole: “Dame un poco de tiempo, y yo te lo pagaré todo.” El rey se compadeció y lo dejó libre; más todavía, le perdonó la deuda.
Pero apenas salió el empleado de la presencia del rey, se encontró con uno de sus compañeros que le debía cien monedas. Lo agarró del cuello y casi lo ahogaba, gritándole: “Págame lo que me debes.” El compañero se echó a sus pies y le rogaba: “Dame un poco de tiempo, y yo te lo pagaré todo.” Pero el otro no aceptó, sino que lo mandó a la cárcel hasta que le pagara toda la deuda.
Los compañeros, testigos de esta escena, quedaron muy molestos y fueron a contárselo todo a su señor. Entonces el señor lo hizo llamar y le dijo: “Siervo miserable, yo te perdoné toda la deuda cuando me lo suplicaste. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero como yo tuve compasión de ti?”  Y tanto se enojó el señor, que lo puso en manos de los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Y Jesús añadió: “Lo mismo hará mi Padre Celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a su hermano.”
Palabra de Dios/Te alabamos, Señor

·         Entre todos reconstruimos el relato que escuchamos.
·         ¿Ustedes no se han preguntado muchas veces como Pedro: hasta cuándo tengo que soportar esto?
·         ¿Qué enseñanza nos deja Jesús a través de esta parábola?  ¿No les parece que a veces actuamos así?
·         ¿Qué significa para nosotros: “perdonar de corazón”? ¿Somos capaces de hacerlo?

4. Reflexión: Escuchemos al Papa Francisco en “El Rostro de la Misericordia”:
“9. Provocado por la pregunta de Pedro acerca de cuántas veces fuese necesario perdonar, Jesús responde: «No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete» (Mt 18,22) y pronunció la parábola del "siervo despiadado". Este, llamado por el patrón a restituir una gran suma, lo suplica de rodillas y el patrón le perdona la deuda. Pero inmediatamente encuentra otro siervo como él que le debía unos pocos centésimos, el cual le suplica de rodillas que tenga piedad, pero él se niega y lo hace encarcelar. Entonces el patrón, advertido del hecho, se irrita mucho y volviendo a llamar aquel siervo le dice: «¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?» (Mt 18,33). Y Jesús concluye: «Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos» (Mt 18,35)”.
“La parábola ofrece una profunda enseñanza a cada uno de nosotros. Jesús afirma que la misericordia no es solo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en el criterio para saber quiénes son realmente sus hijos. Así entonces, estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia. El perdón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y para nosotros cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir. ¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices. Acojamos entonces la exhortación del Apóstol: «No permitan que la noche los sorprenda enojados» (Ef 4,26). Y sobre todo escuchemos la palabra de Jesús que ha señalado la misericordia como ideal de vida y como criterio de credibilidad de nuestra fe. «Dichosos los misericordiosos, porque encontrarán misericordia» (Mt 5,7) es la bienaventuranza en la que hay que inspirarse durante este Año Santo”.
Ø  Compartir experiencias de ser perdonados o de haber perdonado.
Ø  ¿Qué enseñanzas nos deja el Papa Francisco para nuestra vida?

5. Intenciones o peticiones libres: Pongamos en común lo que le pedimos al Señor para nuestro pueblo, para nuestras familias, respondemos:

VIRGEN DE LA CARIDAD, RUEGA POR NOSOTROS

Rezamos el Padrenuestro, el Dios te salve María y el Gloria, así como la Oración por el Papa Francisco y su visita a Cuba. Terminamos con un canto.
Día 5– Consolar al triste

1. Nos ponemos en presencia de Dios haciendo la señal de la cruz, luego un canto y oración inicial.

2. Hecho de vida:
    Blanquita es una de ésas personas de pocas palabras, pero atenta a los demás, es muy discreta y por tanto confiable, es una mujer de fe sencilla y profunda, creo que conoce mejor que nadie las dolencias y sufrimientos de los demás, sus huellas están marcadas en las calles de nuestro pueblo, ha sido y es una incansable misionera de la misericordia. Es reconfortante escuchar testimonios por acá o por allá, cómo la presencia cercana de ella ha sido signo del consuelo de Dios para tantas personas, para tantas familias. Podemos decir que ella encarna esa oración de la misa tan linda que dice: Señor, danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspira el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayúdanos a mostrarnos siempre disponibles ante quien se siente explotado y deprimido…

Ø  ¿Conocen personas como Blanquita en sus comunidades o en el barrio?
Ø  ¿Por qué tendrá un corazón tan compasivo y misericordioso? ¿Qué la mueve?
Ø  ¿Por qué muchas veces nos cuesta tener actitudes semejantes a ella?

3. Texto bíblico:Leemos de la segunda carta de san Pablo a los Corintios 1, 3-7

“Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, Padre lleno de ternura, Dios del que viene todo consuelo. Él nos conforta en toda prueba, para que también nosotros seamos capaces de confortar a los que están en cualquier dificultad, mediante el mismo consuelo que recibimos de Dios.
Pues en la misma medida en que los sufrimientos de Cristo recaen abundantemente sobre nosotros, el consuelo de Cristo también nos llega con mayor abundancia. Estas pruebas nuestras son para consuelo y salvación de ustedes, y de igual modo nuestro consuelo será consuelo para ustedes cuando tengan que soportar los mismos sufrimientos que ahora padecemos nosotros. Si ustedes comparten nuestros sufrimientos, también compartirán nuestro consuelo; se lo decimos y lo esperamos con mucha firmeza.”
Palabra de Dios/Te alabamos, Señor

  • Entre todos reconstruimos el relato que escuchamos¿Qué les llama la atención del relato?
  • ¿Qué significa para nosotros la palabra “consuelo”, “consolar”?
  • ¿Ustedes creen que tenemos capacidad de consolar a los demás? ¿Cómo?

4. Reflexión: Escuchemos al Papa Francisco en “El Rostro de la Misericordia”:
15. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención. No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.
Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos.
Ø  ¿Conocían las obras de misericordias corporales y espirituales?
Ø  ¿Cuál les llama más la atención? ¿Con cuál nos sentimos más identificados para ponerla en práctica?

5. Intenciones o peticiones libres: Pongamos en común lo que le pedimos al Señor para nuestro pueblo, para nuestras familias, respondemos:

VIRGEN DE LA CARIDAD, RUEGA POR NOSOTROS

Rezamos el Padrenuestro, el Dios te salve María y el Gloria, así como la Oración por el Papa Francisco y su visita a Cuba. Terminamos con un canto.
Día 6– Sufrir con paciencia los defectos
del prójimo

1. Nos ponemos en presencia de Dios haciendo la señal de la cruz, luego un canto y oración inicial.

2. Hecho de vida:
    Rogelio lleva años en la comunidad, a lo largo del tiempo ha hecho un poco de todo, menos animar el coro porque canta como un perro, ja,ja!! Él siempre está dispuesto a dar una mano pero también está atento para aprender cosas nuevas, para seguir formándose a lo largo de su vida. Hace poco nos contaba cuánto le ayudó una catequesis que impartió el padre Rafael, cura nuevo de la parroquia vecina. Nos decía: En mi familia somos varios conviviendo de distintas generaciones y para colmo las casas de los vecinos están muy pegadas a la nuestra, por eso por momentos es difícil convivir en paz…El padre Rafael, nos animó en la Cuaresma a intentar dejar de lado las quejas inútiles que nos caracterizan y son pesadas, para tratar de ofrecer a Dios como camino de purificación, lo que nos molestaba de los demás sin decir nada y les aseguro que para mí ha sido un cambio bien grande, aunque a veces reconozco que me descuido y caigo en quejas o críticas, pero enseguida reacciono; esto me ha hecho mucho bien, y aunque la situación exterior sigue igual, me ha dado mucha paz.

Ø  ¿Conocen personas como Rogelio, que han perseverado tanto tiempo? ¿Qué aprendemos de ellos?
Ø  ¿A ustedes no les ha ocurrido algo semejante en la convivencia familiar o entre vecinos?
Ø  ¿Qué enseñanza nos deja Rogelio al compartir su experiencia? ¿Les parece que es posible?

3. Texto bíblico: Leemos la Carta de san Pablo a los Colosenses 3, 12-16

Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia. Sopórtense y perdónense unos a otros si uno tiene motivo de queja contra otro. Como el Señor los perdonó, a su vez hagan ustedes lo mismo.
Por encima de todo pongan el amor, que lo hace todo perfecto. Así la paz de Cristo reinará en sus corazones, pues para esto fueron llamados y reunidos. Finalmente, sean agradecidos.
Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza.
Palabra de Dios/Te alabamos, Señor

  • Entre todos reconstruimos el relato que escuchamos.
  • ¿Qué les llama más la atención de éstos consejos que nos da san Pablo?
  • ¿Qué significa para nosotros: “Sopórtense y perdónense unos a otros si uno tiene motivo de queja contra otro”?

4. Reflexión: de “La Alegría del Evangelio”
“101. Pidamos al Señor que nos haga entender la ley del amor. ¡Qué bueno es tener esta ley! ¡Cuánto bien nos hace amarnos los unos a los otros en contra de todo! Sí, ¡en contra de todo! A cada uno de nosotros se dirige la exhortación paulina:«No te dejes vencer por el mal, antes bien vence al mal con el bien»(Rm12,21). Y también: «¡No nos cansemos de hacer el bien!» (Ga 6,9). Todos tenemos simpatías y antipatías, y quizás ahora mismo estamos enojados con alguno. Al menos digamos al Señor: «Señor yo estoy enojado con éste, con aquélla. Yo te pido por él y por ella». Rezar por aquel con el que estamos irritados es un hermoso paso en el amor, y es un acto evangelizador. ¡Hagámoslo hoy! ¡No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno!”

Ø  ¿Qué enseñanza nos deja el Papa respecto al amor fraterno?
Ø  ¿Cuál es el ideal del amor fraterno?

5. Intenciones o peticiones libres: Pongamosen común lo que le pedimos al Señor para nuestro pueblo, para nuestras familias, respondemos:

VIRGEN DE LA CARIDAD, RUEGA POR NOSOTROS

Rezamos el Padrenuestro, el Dios te salve María y el Gloria, así como la Oración por el Papa Francisco y su visita a Cuba. Terminamos con uncanto.
Día 7– Rogar a Dios por vivos y difuntos

1. Nos ponemos en presencia de Dios haciendo la señal de la cruz, luego un canto y oración inicial.

2. Hecho de vida:
Si hay algo que se ha respetado en nuestro pueblo aún en tiempos bien difíciles para vivir la fe, es la oración por los difuntos; en varios casos, como consecuencia del Novenario por algún difunto ha nacido una nueva comunidad, como es el caso que nos cuenta Raquel: Hace años visito la Iglesia y he participado muchas veces en los Novenarios por difuntos, hasta que el Padre me pidió que me ocupara de hacerlo en mi barrio, que buscara alguien que me acompañe, que era un servicio muy valioso en un momento tan triste para una familia, además que es un campo de misión muy propicio. Así comencé esta misión casi siempre acompañada por alguna persona de la comunidad. Recuerdo que hace unos años, mientras hacíamos el Novenario por Rubén, un muchacho joven del barrio, que estuvo enfermo casi 3 años, una de las vecinas que participaba me preguntó: ¿no podemos seguir reuniéndonos después del Novenario?  -¿Por qué? Le pregunté.
Ella respondió que querían llegar un día a tener la fe que demostraron tanto Rubén como sus padres, que en momentos tan dramáticos para ellos, mantuvieron la serenidad y la fortaleza que ellos decían que era fruto de la oración y del apoyo que les brindaron con su presencia y oración tantos otros que los acompañaron. Así es como una situación tan triste como la muerte de este joven se convirtió en fuente de vida y esperanza para la comunidad que desde entonces nos reunimos en el barrio.

Ø  ¿Qué les parece el testimonio que nos dejó Raquel? ¿Conocen casos parecidos?
Ø  ¿Han participado en algún Novenario por un difunto? ¿Qué han experimentado ésos días?
Ø  ¿Les parece que un Novenario de difuntos es un campo fértil para la misión? ¿Cómo podemos aprovecharlo mejor?

3. Texto bíblico: Leemos del evangelio según san Mateo 25, 31- 40       

“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de gloria, que es suyo. Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y separará a unos de otros, al igual que el pastor separa las ovejas de los chivos. Colocará a las ovejas a su derecha y a los chivos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo. Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver.”
Entonces los justos dirán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o sin ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”El Rey responderá: “En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí.”
Palabra de Dios/Te alabamos, Señor

  • Entre todos reconstruimos el relato que escuchamos.
  • Esta imagen del Juicio final, nos enseña cual es el criterio con que Dios valora nuestra vida. Cuando pensamos en alguien que ya murió, ¿Qué es lo que más recordamos? ¿Por qué?
  • ¿Somos capaces de descubrir presente a Jesús en los más pobres y necesitados? ¿Cómo los tratamos? ¿Qué hacemos por ellos?

4. Reflexión: Escuchemos al Papa Francisco en “El Rostro de la Misericordia”:
“15. No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero (cfr Mt 25,31-45).
Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido; si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos cualquier forma de rencor o de violencia que conduce a la violencia; si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros; finalmente, si encomendamos al Señor en la oración nuestros hermanos y hermanas. En cada uno de estos "más pequeños" está presente Cristo mismo. Su carne se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga... para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado. No olvidemos las palabras de san Juan de la Cruz: «En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en el amor»”.

Ø  ¿Qué significa que “al final de nuestras vidas seremos juzgados en el amor”?

5. Intenciones o peticiones libres: Pongamos en común lo que le pedimos al Señor para nuestro pueblo, para nuestras familias, respondemos:

VIRGEN DE LA CARIDAD, RUEGA POR NOSOTROS

Rezamos el Padrenuestro, el Dios te salve María y el Gloria, así como la Oración por el Papa Francisco y su visita a Cuba. Terminamos con un canto.
Día 8– Visitar y cuidar a los enfermos

1. Nos ponemos en presencia de Dios haciendo la señal de la cruz, luego un canto y oración inicial.


2. Hecho de vida:
Tito es un hombre mayor que sufrió un grave accidente con su motor y como consecuencia de ello quedó cuadripléjico; a pesar de esto es admirable como ha mantenido su sonrisa y sentido del humor. Él nos cuenta su experiencia desde su cama donde ha permanecido los últimos 5 años: Para mí ha sido muy duro y difícil este tiempo, pasé casi 6 meses ingresado y desde que regresé a casa poco tiempo en el día bajo de la cama a la silla de ruedas. Si no fuera por Bety mi esposa, que es incansable, a la cual le estoy eternamente agradecido, por la familia, por algunos vecinos y personas de la Iglesia que me visitan y atienden, ya estaría muerto hace rato. Desde este lugar uno cambia mucho su modo de ver la vida y uno agradece tanto la más mínima mejoría como cualquier gesto, visita o interés que se tomen por mí y por mi familia. Las visitas me animan y hacen más llevadero el día, me ayudan a no sufrir tanto por ser una carga para los demás, algo que me angustia mucho. Siempre le pido a Dios que me dé paciencia, pero también le pido mucho por los que me atienden y visitan, también le pido por los otros enfermos, en especial los que están más solos y para que existan personas de buen corazón dispuestas a visitar y cuidar a los enfermos, a sus familias.

Ø  ¿Conocen situaciones semejantes a las de Tito?
Ø  ¿Qué valor tenían para él las visitas?

3. Texto bíblico: Leemos del Evangelio de San Marcos 2 1-12

Tiempo después, Jesús volvió a Cafarnaúm. Apenas corrió la noticia de que estaba en casa,se reunió tanta gente que no quedaba sitio ni siquiera a la puerta. Y mientras Jesús les anunciaba la Palabra, cuatro hombres le trajeron un paralítico que llevaban tendido en una camilla.
Como no podían acercarlo a Jesús a causa de la multitud, levantaron el techo donde él estaba y por el boquete bajaron al enfermo en su camilla. Al ver la fe de aquella gente, Jesús dijo al paralítico: “Hijo, se te perdonan tus pecados.”
Estaban allí sentados algunos maestros de la Ley, y pensaron en su interior:“¿Cómo puede decir eso? Realmente se burla de Dios. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?”Pero Jesús supo en su espíritu lo que ellos estaban pensando, y les dijo: “¿Por qué piensan así? ¿Qué es más fácil decir a este paralítico: Se te perdonan tus pecados, o decir: Levántate, toma tu camilla y anda? Pues ahora ustedes sabrán que el Hijo del Hombre tiene en la tierra poder para perdonar pecados.” Y dijo al paralítico: “Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.”
El hombre se levantó, y ante los ojos de toda la gente, cargó con su camilla y se fue. La gente quedó asombrada, y todos glorificaban a Dios diciendo: “Nunca hemos visto nada parecido.”
Palabra de Dios/Te alabamos, Señor

  • Entre todos reconstruimos el relato que escuchamos.
  • ¿Quiénes son las “4 personas” que han cargado con mi vida en momentos difíciles?
  • ¿Nos damos cuenta que Jesús vela por la integridad de la persona, tanto corporal como espiritual? ¿Les parece que también lo hacemos nosotros como iglesia?

4. Reflexión: Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial del enfermo, 11 de Febrero 2015
“Sabiduría del corazón es salir de sí hacia el hermano.A veces nuestro mundo olvida el valor especial del tiempo empleado junto a la cama del enfermo, porque estamos apremiados por la prisa, por el frenesí del hacer, del producir, y nos olvidamos de la dimensión de la gratuidad, del ocuparse, del hacerse cargo del otro. En el fondo, detrás de esta actitud hay con frecuencia una fe tibia, que ha olvidado aquella palabra del Señor, que dice: «A mí me lo hicieron» (Mt 25,40).

Por esto, quisiera recordar una vez más «la absoluta prioridad de la "salida de sí hacia el otro" como uno de los mandamientos principales que fundan toda norma moral y como el signo más claro para discernir acerca del camino de crecimiento espiritual como respuesta a la donación absolutamente gratuita de Dios». De la misma naturaleza misionera de la Iglesia brotan «la caridad efectiva con el prójimo, la compasión que comprende, asiste y promueve»”.

Ø  ¿Les parece que somos capaces de vencer la prisa, de dejar nuestras preocupaciones o comodidades para tender una mano al enfermo, al que sufre?

5. Intenciones o peticiones libres: Pongamos en común lo que le pedimos al Señor para nuestro pueblo, para nuestras familias, respondemos:

VIRGEN DE LA CARIDAD, RUEGA POR NOSOTROS

Rezamos el Padrenuestro, el Dios te salve María y el Gloria, así como la Oración por el Papa Francisco y su visita a Cuba. Terminamos con uncanto.
Día 9 – Dar de comer al hambriento
Denles ustedes de comer

1. Nos ponemos en presencia de Dios haciendo la señal de la cruz, luego un canto y oración inicial.

2. Hecho de vida:
Nos cuenta Lily: Nuestra comunidad está ubicada en un barrio donde hay cada vez más personas deambulantes, pidiendo ayuda de todo tipo y algunos duermen en el lugar donde los coja la noche, esta situación es muy dolorosa y nos preocupa mucho. Por eso en el verano del año pasado, nos pusimos a reflexionar sobre qué es lo que nos pedía Jesús que hiciéramos. Como fruto de ello un grupo cogió una responsabilidad en nombre de la comunidad y con el apoyo de ésta. Se decidió dar almuerzo 2 veces por semana a un grupo de ancianos y postrados, unos se ocuparían de buscar los alimentos y pedir ayuda en la comunidad y en el barrio, otros se dedicarían a preparar los alimentos los días acordados y otros de llevárselos a los postrados e impedidos físicos. Esto nos ha hecho crecer a todos dentro de la comunidad y en relación al barrio; además hace poco más de dos meses Lina, una maestra retirada y muy querida en el barrio, comenzó a repasar en su casa un grupo de muchachos de secundaria en Matemáticas y Español. Todo está en empezar como se puede, poco a poco y esto va generando deseos de ser más solidarios en nosotros y en muchas otras personas.

Ø  ¿Cuál fue el camino o proceso que nos contó Lily que siguió su comunidad para dar alguna respuesta ante tantas necesidades?
Ø  Podemos compartir lo que estamos haciendo por ayudar a los más necesitados. ¿Les parece que podemos hacer algo más? ¿Cómo? ¿Quiénes quieren comprometerse para ello?

3. Texto bíblico: Leemos del evangelio según san Marcos 6, 34-44

“Al desembarcar, Jesús vio toda aquella gente, y sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles largamente.
Se había hecho tarde. Los discípulos se le acercaron y le dijeron: “Estamos en un lugar despoblado y ya se ha hecho tarde; despide a la gente para que vayan a las aldeas y a los pueblos más cercanos y se compren algo de comer.”  Jesús les contestó: “Denles ustedes de comer.” Ellos dijeron: “¿Y quieres que vayamos nosotros a comprar doscientos denarios de pan para dárselo?” Jesús les dijo: “¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a ver.” Volvieron y le dijeron: “Hay cinco, y además hay dos pescados.”
Entonces les dijo que hicieran sentar a la gente en grupos sobre el pasto verde. Se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomó Jesús los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Asimismo repartió los dos pescados entre todos.
Comieron todos hasta saciarse; incluso se llenaron doce canastos con los pedazos de pan, sin contar lo que sobró de los pescados. Los que habían comido eran unos cinco mil hombres.”
Palabra de Dios/Te alabamos, Señor

  • Entre todos reconstruimos el relato que escuchamos.
  • ¿Qué es lo que más nos llamó la atención?
  • ¿Qué significa lo que nos dice Jesús: “Denles ustedes de comer.”? ¿Cómo lo podemos poner en práctica?

4. Reflexión: del “Plan Pastoral de la Iglesia de Cuba”
“123. El testimonio fue y sigue siendo la consecuencia natural, espontánea, de quien se ha encontrado con Jesús de Nazaret y ha sentido arder su cora­zón. Regresaron a la comunidad, donde también había cundido la falta de fe, la falta de esperanza, y pusieron en común lo que ellos habían vivido”.
“124. El testimonio es esencial a la misión, ya que la fe se muestra por las obras. Jesús nos recuerda que en el amor que nos tengamos los unos a los otros la gente reconocerá que somos sus discípulos. Una Iglesia que quiere ser evangelizadora, que quiere que Dios llegue al corazón de todos tiene que preguntarse: ¿damos testimonio? ¿qué testimonio estamos dando? La gente necesita, más que ideas sobre Dios y la fe, testimonios de lo que Dios y la fe hacen en la vida de los creyentes. Después vendrán las ideas. Y no es un testimonio que se queda en lo individual, sino que es también un testimonio comunitario”.
“125. El testimonio, que se convierte en anuncio junto a la palabra, tiene lu­gar cuando sentimos “la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas”y así nuestro pueblo de Cuba, que busca la felicidad en medio de sus angustias y desespe­ranzas, pueda recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, pesimistas y criticones, sino a través de cristianos y ministros del Evangelio, cuya vida irradia lo que han recibido, la misericordia y la alegría de Cristo”.

Ø  ¿Les parece que estamos dando testimonio de nuestra fe en el barrio, en el trabajo, en nuestra familia?
Ø  ¿Cómo lo estamos haciendo, sólo de modo personal o también comunitariamente?

5. Intenciones o peticiones libres: Pongamos en común lo que le pedimos al Señor para nuestro pueblo, para nuestras familias, respondemos:

VIRGEN DE LA CARIDAD, RUEGA POR NOSOTROS

Rezamos el Padrenuestro, el Dios te salve María y el Gloria, así como la Oración por el Papa Francisco y su visita a Cuba. Terminamos con uncanto.


ORACIÓN POR
EL PAPA FRANCISCO
Y SU VISITA A CUBA



Oh, Dios, Padre bueno y rico en misericordia:
por intercesión de la Virgen de la Caridad,
Madre de tu Hijo y Madre nuestra,
dirige tu mirada amorosa
y derrama tu gracia
sobre tu siervo el Papa Francisco,
a quien has hecho
Pastor de la Iglesia Universal.
Concédele que su palabra y testimonio de amor
lleguen al corazón del pueblo cubano,
que él viene a visitar
como Misionero de la misericordia.
Te lo pedimos a Ti,
que vives y reinas con Jesucristo, tu Hijo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.  Amén.

martes, 18 de agosto de 2015

IMÁGENES DE SAN JOSÉ





HÁBLANOS DE AMISTAD - REFLEXIÓN


Háblanos de amistad
Autor: Khalil Gibran




Y un adolescente, dijo: Háblanos de la amistad.

Y él respondió, diciendo: Vuestro amigo es a la medida de vuestras necesidades.

 Él es el campo que sembráis con cariño y cosecháis con agradecimiento. 

Es vuestra mesa y el fuego de vuestro hogar. Pues vais a él con vuestro hambre y lo buscáis en procura de paz. Cuando vuestro amigo manifiesta su pensamiento, no teméis el "no" de vuestra propia opinión, ni ocultáis el "sí". 

Y cuando él se calla, vuestro corazón continúa escuchando a su corazón. Porque en la amistad, todos los deseos, ideas y esperanzas, nacen y son compartidas sin palabras, en una alegría silenciosa. 

Cuando os separéis de vuestro amigo, no os aflijáis. Pues lo que amáis en él, puede tornarse más claro en su ausencia, como para el alpinista aparece la montaña más clara, vista desde la planicie. 

Y que no haya otra finalidad en la amistad que no sea la maduración del espíritu. Pues el amor que procura otra cosa que no sea la revelación de su propio misterio no es amor, sino una red tendida, y sólo lo inútil será en ella atrapado. Y que lo mejor de vosotros mismos sea para vuestro amigo. Si él debe conocer el flujo de vuestra marea, que conozca también su reflujo. 

Pues, ¿qué será de vuestro amigo si sólo le buscáis para matar el tiempo? Buscadle siempre para las horas vivas. Pues el papel del amigo es el de henchir vuestras necesidades, y no vuestro vacío. Y en la dulzura de la amistad, que haya risa y compartir de placeres. Pues en el rocío de las pequeñas cosas, el corazón encuentra su amanecer y halla su frescor.

¡OH CORAZÓN DE MARÍA!


¡Oh Corazón de María!
Hna. Teresa del Carmen Rodríguez Perez 



Oh Corazón de María, 
traspasado por la lanza
anunciada por Simeón.

Oh corazón generoso
admirable, amoroso
herido por el AMOR.

Mendigas Madre a mi puerta,
permaneces esperando
por si la dejara abierta.

Pasas la noche anhelando
que mi corazón ingrato, 
descanse en tu regazo
y se abandone a tu abrazo.

Al pie de la cruz tomaste
a tus Hijos redimidos
con la sangre de Jesús
nuestro Cordero Divino.

Permaneciste segura,
ofreciéndote con él,
cual sacerdote al celebrar,
el sacrificio del Altar.

Eres admirable Madre
no guardaste para Ti
nada que no fuera tuyo
pues tu misma te entregaste
en oblación con el Cristo
el Señor, el Redentor.

Del Corazón de tu Hijo
brotó Madre, Agua y Sangre
y tus manos se elevaron
llevando al Altar del Cielo,
tus plegarias, tu corazón 
inocente, Inmaculado, 
traspasado de dolor 
y sostenido por el AMOR.

Ese Corazón herido
Madre hoy quiero consolar,
abrazar, no despreciar.

Tengo temor yo de mí,
pongo mi confianza en Ti,
me llevarás a tu casa,
tu hija me llamarás
y en mí tu corazón
Madre mía triunfará.

IMÁGENES CON MENSAJES DE LA VIRGEN MARÍA








lunes, 17 de agosto de 2015

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA


ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA


"Bajo tu amparo nos refugiamos,
Santa Madre de Dios.
Nuestras súplicas no las rechaces en la necesidad,
mas líbranos en el peligro,
¡Oh sola casta, Oh sola bendita!".

Amén.

ESTAMPA CON ORACIÓN A LA MEDALLA MILAGROSA



ESTAMPAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS





MEDITACIÓN SOBRE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA


La Asunción de la Virgen María


La Madre de Dios fue asociada estrechamente, por voluntad del Padre, a los misterios de su Hijo. Por eso, como dice el Prefacio, «el Señor no quiso que conociera la corrupción del sepulcro la mujer que, por obra del Espíritu, concibió en su seno al autor de la vida». Al respecto escribía Pío XII: «A la manera que la gloriosa resurrección de Cristo fue parte esencial y último trofeo de su más absoluta victoria sobre la muerte y el pecado, así la lucha de la bienaventurada Virgen, común con su Hijo, había de concluir con la glorificación de su cuerpo virginal... Por eso, la augusta Madre de Dios, misteriosamente unida a Jesucristo desde toda la eternidad, consiguió, al fin, como corona suprema de sus privilegios, ser conservada inmune de la corrupción del sepulcro y, del mismo modo que antes su Hijo, vencida la muerte, ser levantada en cuerpo y alma a la suprema gloria del cielo». Y la Constitución papal que en 1950 declaró el dogma de la Asunción concluía con esta definición: «Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial».

Oración: Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y alma a los cielos a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, te rogamos, que, aspirando siempre a las realidades divinas, lleguemos a participar con ella de su misma gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


© Directorio Franciscano    

sábado, 15 de agosto de 2015

IMÁGENES DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA A LOS CIELOS 15 DE AGOSTO






EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 15 DE AGOSTO, LA ASUNCIÓN DE MARÍA


El triunfo definitivo de María
Solemnidades y Fiestas



Lucas 1, 39-56. Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María. Que asunta hoy al cielo, sea siempre nuestra Madre, guía y compañera de camino hasta la eternidad. 


Por: P. Sergio Córdova LC | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56
En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!Y dijo María: Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia- como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos. María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa. 

Oración introductoria
María, madre de Jesús y madre mía, tú escuchaste siempre a tu Hijo. Tú supiste glorificarlo y te llenaste de júbilo al saber reconocer a Dios. Estrella de la mañana, refugio de los pecadores, háblame de Él y muéstrame el camino para seguir a Cristo por el camino de la fe.

Petición
María, ayúdanos a imitar tu docilidad, tu silencio y escucha. María, háblanos de Jesús.

Meditación del Papa Francisco
Esperanza es la virtud del que experimentando el conflicto, la lucha cotidiana entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal, cree en la resurrección de Cristo, en la victoria del amor. El Magnificat es el cántico de la esperanza, el cántico del Pueblo de Dios que camina en la historia. Es el cántico de tantos santos y santas, algunos conocidos, otros, muchísimos, desconocidos, pero que Dios conoce bien: mamás, papás, catequistas, misioneros, sacerdotes, religiosas, jóvenes, también niños, que han afrontado la lucha por la vida llevando en el corazón la esperanza de los pequeños y humildes. “Proclama mi alma la grandeza del Señor”, así canta hoy la Iglesia en todo el mundo. Este cántico es especialmente intenso allí donde el Cuerpo de Cristo sufre hoy la Pasión. Y María está allí, cercana a esas comunidades, a esos hermanos nuestros, camina con ellos, sufre con ellos, y canta con ellos el Magnificat de la esperanza.
Queridos hermanos y hermanas, unámonos también nosotros, con el corazón, a este cántico de paciencia y victoria, de lucha y alegría, que une a la Iglesia triunfante con la peregrinante, que une el cielo y la tierra, la historia y la eternidad. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 15 de agosto de 2013).
Reflexión
Hay, en Jerusalén, dos basílicas cristianas dedicadas a la Asunción de la Santísima Virgen. Una, más pequeña y modesta en su fachada, pero muy hermosa por dentro, se encuentra al lado del huerto de Getsemaní. Está en el fondo del torrente Cedrón y muy cerquita de la basílica de la "Agonía" o de "Todas las naciones". La fachada es cruzada, pero el interior es la cripta de la primitiva iglesia bizantina construida a finales del siglo IV, durante el reinado de Teodosio el Grande (379-395). Y se cree que en este santo lugar yació el cuerpo de la Virgen María antes de ser asunta a los cielos.

La otra iglesia, ubicada en el Monte Sión, es una de las iglesias católicas más grandes y más magníficas de Jerusalén, y se le conoce con el nombre de "iglesia de la Dormición", pues en ella se pretende recordar y celebrar el "tránsito" de la Virgen de este mundo al otro. Está ubicada a unos cuantos pasos del Cenáculo, en donde nuestro Señor celebró la Última Cena con sus discípulos y en donde instituyó la Eucaristía.

Otra tradición dice que María murió en Éfeso, bajo el cuidado del apóstol san Juan. Pero no consta, ni parece verosímil que la Virgen se fuera a una ciudad tan lejana, ya anciana, siendo que en Jerusalén tendría a muchos de sus familiares. Además, la antiquísima veneración del sepulcro de la Virgen en Getsemaní y la celebración de la fiesta de la Dormición de María en Jerusalén inclinan la balanza hacia esta afirmación.

Sea como sea, el hecho es que, desde los primerísimos años de la Iglesia, ya se hablaba del "tránsito" de la Santísima Virgen, de su "dormición" temporal y de su “asunción” a los cielos. Y, sin embargo, aunque era una creencia general del pueblo cristiano, la Iglesia no proclamó este dogma sino hasta el año santo de 1950. Ha sido, hasta el presente, el último dogma mariano. La bula declaratoria de Pío XII reza así: "Proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial".

La Asunción de María no se contiene de modo explícito en la Sagrada Escritura, pero sí implicítamente. El texto del Apocalipsis que escuchamos en la primera lectura de la Misa de hoy puede ser un atisbo, aunque no tiene allí su fundamento bíblico. Más bien, los Santos Padres y los teólogos católicos han visto vislumbrada esta verdad en tres elementos incontestables de nuestra fe: la unión estrecha entre el Hijo y la Madre, atestiguada en los Evangelios de la Infancia; la teología de la nueva Eva, imagen de la mujer nueva y madre nuestra en el orden de la gracia; y la maternidad divina y la perfecta redención de María por parte de Cristo. Todo esto "exigía" la proclamación de la Asunción de nuestra santísima Madre al cielo.

En efecto, la persuasión de todo el orbe católico acerca de la excelsa santidad de María, toda pura e inmaculada desde el primer instante de su concepción; el privilegio singularísimo de su divina maternidad y de su virginidad intacta; y su unión íntima e inseparable con Jesucristo, desde el momento de la Encarnación hasta el pie de la cruz y el día de la Ascensión de su Hijo al cielo, han sido siempre, desde los inicios, los argumentos más contundentes para creer que Dios no permitiría que su Madre se corrompiera en la oscuridad del sepulcro. Ella no podía sufrir las consecuencias de un pecado que no había conocido jamás.

"Con razón no quisiste, Señor –rezamos en el prefacio de la Misa de hoy— que conociera la corrupción del sepulcro la mujer que, por obra del Espíritu, concibió en su seno al autor de la vida, Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro".

La Asunción de nuestra Madre santísima constituye, además, una participación muy singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección y del triunfo definitivo de los demás cristianos, hijos suyos.

Ella, glorificada ya en los cielos en cuerpo y alma, es la imagen y primicia de la Iglesia que llegará a su plenitud en el siglo futuro. Y ya desde ahora, María brilla ante el pueblo de Dios, aún peregrino en este mundo, como faro luminoso, como estrella de la mañana, como señal de esperanza cierta, como causa de nuestra alegría, como auxilio de los cristianos, refugio de los pecadores y consuelo de los afligidos. ¡El triunfo de María es ya nuestro triunfo!

Propósito
¡Acójamos hoy a su regazo maternal y que María santísima, asunta hoy al cielo, sea siempre nuestra Madre, nuestra guía, nuestra protectora y abogada, nuestra reina y nuestra compañera de camino hasta la eternidad!
Diálogo con Cristo 
"No se aparte María de tus labios ni de tu corazón; y para conseguir su ayuda intercesora, no te apartes tú de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si la contemplas. Si ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; si ella es tu guía, no te fatigarás; y si ella te ampara, llegarás felizmente al puerto". Texto de san Bernardo

Preguntas o comentarios al autor  P. Sergio Cordova LC

LA VIRGEN MARÍA EN SAN MATEO



María en San Mateo
María en los Evangelios


Mateo enriquece la figura de María manifestando dos rasgos de la Madre del Mesías: Virgen y esposa de José, hijo de David.


Por: Redacción Catholic.net | Fuente: Catholic.net 



1. De Marcos a Mateo

Marcos, cuya imagen de María ya hemos contemplado, escribió su evangelio para la comunidad cristiana de Roma; y lo hizo atendiendo especialmente a explicar un hecho del que sin duda pedían explicación los judíos de la diáspora romana a los misioneros cristianos: ¿cómo es posible que, siendo Jesús el Hijo de Dios y Mesías, no fuera reconocido, sino rechazado y condenado a muerte por los jefes de la nación palestina?

Todo el evangelio de Marcos muestra, por un lado, la revelación de Jesús como Mesías, como Cristo o como Ungido –estos tres términos significan exactamente lo mismo–; y por otro lado, muestra el progresivo descreimiento de muchos, la incomprensión, incluso por parte de sus fieles, respecto del carácter sufriente de su mesianidad. La escueta presentación que Marcos nos hace de María –ya lo vimos– es un engranaje en esta perspectiva marcana. Muestra una de las formas que asumió el rechazo y la oposición de los dirigentes palestinos hacia Jesús y cómo involucraron en su campaña de difamación y hostigamiento la condición humilde y el origen galileo de su parentela.

Ante este ataque, Jesús responde –sin arredrarse– a quienes le pedían un signo genealógico, confrontándolo con la necesidad de creer sin pedir signos, y dando un testimonio –velado para los incrédulos, pero elocuente para quienes creían en Él– a favor de su Madre y sus discípulos.

Mateo, de cuya imagen de María nos ocuparemos ahora, no ignora la visión de Marcos, sino que la retoma en el cuerpo de su evangelio (Mt 12, 46-50; 13, 53-57), como también lo hará San Lucas en el suyo (Lc 8, 19-21; 4, 22). No hay necesidad de volver aquí sobre esos pasajes, que son copia casi textual de Marcos o de una fuente preexistente y en los que Mateo introduce sólo algún ligero retoque. Vamos a ocuparnos más bien de los que Mateo agrega a la figura de María como rasgos de su cosecha. Ellos son un desarrollo de lo que estaba implícito en Marcos.


2. María, Virgen y esposa de José

Mateo enriquece la figura de María respecto de la imagen de Marcos manifestando dos rasgos de la Madre del Mesías:

1) María es Virgen.

2) María es esposa de José, hijo de David.

Ambos rasgos los explicita Mateo no por satisfacer curiosidades, sino por lo que ellos significan en el marco de su presentación teológica del misterioso origen del Mesías.

Que María es Virgen es un rasgo mariano que está en íntima conexión con la filiación y origen divino del Mesías. Este nace de María sin mediación del hombre y por obra del Espíritu Santo, nos dice Mateo.

Que María sea esposa de José, hijo de David, es un rasgo mariano que está a su vez en íntima conexión con la filiación davídica y el carácter humano del Mesías.

Jesús, el Mesías, es, por tanto, Hijo de Dios por el misterio de la virginidad de su Madre, e Hijo de David por el no menos misterioso matrimonio con José, hijo de David.


3. El origen humano-divino del Mesías, Hijo de David, hecho hijo de mujer

Es inmensa la galería de pintores cristianos que nos presenta a la Madre con el Niño. De esa larga galería, nos parece Mateo el precursor y pionero. Y sin embargo, el texto más antiguo que poseemos de Jesús y su Madre es muy probablemente de San Pablo.

La concisa parquedad mariológica de Pablo merece aquí, aunque sea lateralmente y de paso, el homenaje de nuestra atención. Hacia el año 51 de nuestra era, o sea unos veinte años antes de la fecha probable de composición del evangelio de Mateo, escribe Pablo a los Gálatas:

«Pero al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, hecho hijo de mujer, puesto bajo la ley para rescatar a los que se hallaban bajo la ley y para que recibiéramos la filiación adoptiva» (Gál 4, 4-5).

Y entre diez y doce años más tarde, entre el 61-63 de nuestra era, escribe el mismo Pablo desde su primera cautividad a los fieles de Roma:

«Pablo, siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios, quien había ya prometido por medio de sus profetas en las Sagradas Escrituras a su Hijo, nacido del linaje de David según la carne, constituido Hijo de Dios con poder» (Rom 1, 1-3).

Estos dos textos de Pablo nos muestran la presencia, en el estado más primitivo de la tradición, de tres elementos esenciales que vamos a encontrar en los pasajes marianos de Mateo.

El primero consiste en que lo que se dice de Jesucristo se presenta como sucedido según las Escrituras, como cumpliendo las Escrituras, como la realización de lo predicho por los profetas, que hablaron en nombre de Dios e ilustrados por el Espíritu.

El segundo elemento es la doble fijación de Jesús, Hijo de Dios y al mismo tiempo hijo de David. Pablo ve en Jesús dos filiaciones: una filiación espiritual, por la cual es Hijo de Dios por obra del Espíritu que nos permite clamar ¡Abba!, Padre; y una filiación según la carne, por la cual es hijo de David.

Y notemos –tercer elemento a tener en cuenta– que no especifica el cómo de dicha descendencia davídica diciéndonos: «engendrado por José» o «nacido de varón», sino diciéndonos: «hecho hijo de mujer».

He aquí los elementos constitutivos de uno de los problemas al que va a responder Mateo en su evangelio.

Es el mismo problema del origen del Mesías que se trata en los textos de Marcos, que ya vimos. Pero no ya planteado en términos de objeción en boca de los enemigos, sino en términos de respuesta a la objeción. Respuesta que se inspira, sin duda, en la que el mismo Jesús había dado en los tiempos de su carne mortal y que los tres sinópticos nos narran en sus evangelios (Mt 22, 41ss. y paralelos).

«Estando reunidos los fariseos le propuso Jesús esta cuestión: “¿Qué pensáis acerca del Mesías? ¿De quién es Hijo?”

«Dícenle: “De David”.

«Replicó: “Pues ¿cómo David, movido por el Espíritu le llama Señor, cuando dice: `Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies?´ (Sal 110, 1). Si, pues David le llama Señor, cómo puede ser Hijo suyo?”.

«Nadie es capaz de contestarle nada; desde ese día ninguno se atrevió a preguntarle más».

Ya Jesús había alertado, por lo tanto, a sus oyentes contra el peligro de juzgarlo exclusivamente según la carne. No es que rechazara el origen davídico del Mesías, pero señalaba que ese origen davídico encerraba un misterio, y que el misterio de la personalidad del Mesías no se explicaba exclusivamente por su ascendencia davídica, sino por una raíz que lo hacía superior a su antepasado según la carne y que abría espacio, en el misterio de su origen, a la intervención divina, pues, «Señor» era título reservado a Dios.

Y precisamente en esta filiación doble y compleja del Mesías, en la convergencia de estos dos títulos –Hijo de Dios e hijo de David–, es donde Mateo ve enclavado el misterio de María.


4. La revelación de la virginidad de María

Al finalizar su genealogía de Jesús, Mateo nos dice: y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. La fórmula es ya intrigante. A lo largo de toda la genealogía con la que comienza su evangelio, Mateo ha hablado empleando el verbo engendrar: Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob. Y cuando, contra lo usual en las genealogías hebreas, nombra a una madre, dice: Judá engendró de Tamar a Fares; David engendró de la que fue mujer de Urías a Salomón… Jacob engendró a José, el esposo de María.

José es el último de los «engendrados». De Jesús ya no se dice que haya sido engendrado por José de María, sino que José es el esposo de María de la cual nació Jesús.

Se abre, pues, para cualquier lector judío avezado en el estilo genealógico, un interrogante al que Mateo va a dar respuesta versículos más abajo:

«El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a convivir ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo».

He aquí la revelación de la virginidad de María. Nos asombra la sobriedad, casi frialdad de Mateo al referirse a este portento. No hay ningún énfasis, ninguna consideración encomiosa ni apologética, ninguna apreciación que exceda el mero anunciado del hecho. Mateo está más preocupado por su significación teológica que por su rareza, más preocupado por el problema de interpretación que plantea al justo José que el que puede plantear a todas las generaciones humanas después de él.

¿Qué significa –teológicamente hablando– la maternidad virginal de María?

A Mateo no le interesa dar aquí argumentos que la hagan creíble o aceptable. Y no pensemos que sus contemporáneos fueran más crédulos que los nuestros ni más proclives a aceptar sin más este misterio de la madre virgen. Hemos visto las dificultades que levantaban contra un Jesús reputado hijo carnal de José y María. Imaginemos las que podían levantar contra alguien que se presentara –o fuera presentado– con la pretensión de ser Hijo de Madre Virgen, de haber sido engendrado sin participación de varón y por obra directa de Dios en el seno de su madre.


5. La genealogía

Entenderemos mejor por dónde va el interés de Mateo en la concepción virginal de Jesús y su adopción por José tomando a María por esposa; nos explicaremos mejor por qué Mateo engarza esta gema en el contexto –tan poco elocuente para nosotros– de una genealogía, si nos detenemos un poco a considerar qué función cumplía este género literario genealógico en el contexto vital del pueblo judío en tiempos de Jesús.

En tiempos de Jesús, la genealogía de una persona y una familia tenía suma importancia jurídica e implicaba consecuencias en la vida social y religiosa. No era, como hoy entre nosotros, un asunto de curiosidad histórica o de elegancia, o de mera satisfacción de la vanidad.

Una genealogía se custodiaba como un título familiar. Posición social, origen racial y religioso dependían de ella.

Sólo formaban parte del verdadero Israel las familias que conservaban la pureza de origen del pueblo elegido tal como lo había establecido, después del exilio, la reforma religiosa de Esdras.

Todas las dignidades, todos los puestos de confianza, los cargos públicos importantes, estaban reservados a los israelitas puros. La pureza había que demostrarla y el Sanedrín contaba con un tribunal encargado de validar las genealogías e investigar los orígenes de los aspirantes a los cargos.

El principal de todos los privilegios que reportaba una genealogía pura se situaba en el domino estrictamente religioso. Gracias a la pureza de origen, el israelita participaba de los méritos de sus antepasados. En primer lugar, todo israelita participaba en virtud de ser hijo de Abraham, de los méritos del Patriarca y de las promesas que Dios le hiciera a Abraham. Todos los israelitas –por ejemplo– tenían derecho a ser oídos en su oración, protegidos en los peligros, asistidos en la guerra, perdonados de sus pecados, salvados de la Gehena y admitidos a participar del Reino de Dios. Literalmente: el Reino de Dios se adquiría por herencia. Jesús impugna enérgicamente esta creencia:

«Dios puede suscitar de las piedras hijos de Abraham» (Lc 3, 8).

«Los publicanos y prostitutas los precederán en el Reino de los Cielos» (Mt 21, 31).

Porque, según Jesús, el título que da derecho al Reino no es la pureza genealógica de la raza ni la sangre, sino la fe (Jn 3, 3ss.; 8, 3ss.).


6. Hijo de David

Pero además, y en segundo lugar, la pureza de una línea genealógica daba al descendiente participación en los méritos particulares de sus antepasados propios.

Un descendiente de David, por ejemplo, participaba de los méritos de David y era especialmente acreedor a las promesas divinas hechas a David.

Por eso, cuando Mateo comienza su evangelio ocupándose del origen genealógico del Mesías comienza por un punto candente para todo judío de su época: el origen davídico del Mesías.

Según la convicción común y corriente de los contemporáneos de Jesús, fundada con razón en la Escritura, el Mesías sería un descendiente de David. En la Palestina de los tiempos de Jesús había, además de los hijos de Leví, otros grupos familiares o clanes que llevaban nombres de los ilustres antepasados de los que descendían. Existía un clan de descendientes de David –uno de los cuales era José–, que debía de ser muy numeroso no solo en Belén, ciudad de origen de David, sino también en Jerusalén y en toda Palestina.

No es exagerado estimar el número de los hijos de David, como cifra baja, en unos mil o dos mil. Ser hijo de David era, pues, llevar un apellido corriente que no necesariamente daba al portador demasiado brillo ni gloria. Y si comparamos el título Hijo de David con uno de nuestros apellidos, equivaldría a la frecuencia de nuestros Pérez, González o Rodríguez.

Los parientes cercanos de Jesús aparecen en el evangelio como un grupo numeroso, y seguramente fue importante en la comunidad primitiva de Jerusalén, quizás cerca de un centenar.

Entre los hijos de David había, sin duda, familias pobres y familias acomodadas. Habría, sin duda también, miembros de la aristocracia de Jerusalén. Y la pretensión y lustre mesiánico de Jesús, su éxito y el fervor popular que despertaba su persona, habría levantado ronchas y envidias entre los hijos de David más acomodados e ilustrados, puesto que vendría a frustrar las expectativas de elección divina de más de alguna madre davídica orgullosa de sus hijos, dotados de más títulos, relaciones y letras que el pariente galileo.

La afirmación de Mateo del origen davídico merece toda fe. Que no sea una invención tardía del Nuevo Testamento para fundamentar el origen mesiánico de Jesús, haciéndolo descendiente de David, nos lo muestra el testimonio unánime de todo el Nuevo Testamento y el de otras fuentes históricas. Eusebio registra en su Historia Eclesiástica el testimonio de Hegesipo, que escribe hacia el 180 de nuestra era, recogiendo una tradición palestina, según la cual los nietos de Judas, hermano del Señor, fueron denunciados a Domiciano como descendientes de David y reconocieron en el transcurso del interrogatorio dicho origen davídico.

Igualmente Simón, primo del Señor y sucesor de Santiago en el gobierno de la comunidad de Jerusalén, fue denunciado como hijo de David y de sangre mesiánica, y por eso crucificado. Julio el Africano confirma que los parientes de Jesús se gloriaban de su origen davídico, a todo lo cual se suma que ni los más encarnizados adversarios de Jesús ponen en duda su origen davídico, lo que hubiera sido un poderoso argumento contra él de haberlo podido alegar ante el pueblo.

Para Mateo, todo hubiera sido a primera vista más sencillo si hubiera podido presentar a Jesús como engendrado por José, a semejanza de todos sus antepasados. En realidad, el origen virginal de Jesús le complica las cosas. No sólo introduce un elemento inverosímil en su relato, una verdadera piedra de escándalo para muchos, sino que complica la evidencia del origen davídico de Jesús al transponerlo del plano físico al de los vínculos legales de la adopción.

¿Qué significado teológico encerraba el título Hijo de David –de suyo tan vulgar– aplicado al Mesías? ¿Y cómo lo entiende Mateo como título aplicable a Jesús?

El evangelio de Mateo se abre con las palabras: Libro de la Historia de Jesús el Ungido, Hijo de David, Hijo de Abrahám.

Mateo parte de los títulos mesiánicos más comunes y recibidos para mostrar en qué medida son falsos y en qué medida son verdaderos; para mostrar que no son ellos los que nos ilustran acerca de la identidad del Mesías, sino que son el Mesías –Jesús– y su vida los que nos enseñan su verdadero sentido.

Como Hijo de David, Jesús es portador de las promesas hechas a David para Israel. Como Hijo de Abrahám, trae la promesa a todos los pueblos. Como Hijo de David es rey, pero un rey rechazado por su pueblo y perseguido a muerte desde su cuna, pues ya Herodes siente amenazado su poder por su mera existencia y ordena para matarlo la Degollación de los Inocentes. No son los sabios de su pueblo, sino los de los paganos, venidos de Oriente, los que preguntan por el rey de los judíos y le traen presentes y regalos. Como Hijo de David, también le corresponde nacer en Belén, pero su origen es ignorado, pues luego es conocido como galileo nazareno.

El sentido que tiene este reconocimiento inicial de los dos títulos –Hijo de David, Hijo de Abrahám– lo explicita ya el final de la genealogía: Hijo de María –por obra del Espíritu Santo–, esposa de José.

María y José, al culminar la lista genealógica arrojan sobre ella una luz que la transfigura. Esta genealogía misma encierra en su humildad carnal el testimonio perpetuo de la libre iniciativa divina, que ha de brillar deslumbrante al término de ella. Porque Abrahám es su comienzo absoluto, puesto por una elección gratuita de Dios. Porque este hombre se perpetúa en una mujer estéril. Porque la primogenitura no la tiene Ismael, sino Isaac, y más tarde no es Esaú, sino Jacob, quien la hereda, contra lo que hubiera correspondido según la carne; y lo mismo pasa con Judá que hereda en lugar del primogénito, y con David, que es el menor de los hermanos. En la larga lista se cobijan justos, pero también grandes pecadores.

A quienes se enorgullecían de la pureza de su origen davídico, o pensaran el origen davídico del Mesías en orgullosos términos de pureza racial, no podía dejarles de llamar la atención que Mateo introdujera en la genealogía, contra lo habitual, el nombre de cuatro mujeres, todas ellas extranjeras y ajenas no sólo a la estirpe sino a la nación judía:

Tamar, cananea, que disfrazándose de prostituta arranca a su suegro la descendencia que correspondía a su marido muerto, según la ley del levirato, y que sus parientes le negaban. Rajab, otra cananea, gracias a la cual los judíos pueden entrar en Jericó en tiempos de Josué, y que, según las tradiciones rabínicas extra bíblicas, fue madre de Booz, que a su vez, de Rut –extranjera también y, más aún, de la odiada región moabita– engendró a Obed, abuelo de David. BatSeba, por fin, la adúltera presumiblemente hitita como su marido Urías, general de David, a quien éste pecaminosamente hace morir en combate para arrebatarle a su mujer, la cual fue luego nada menos que madre de Salomón, hijo de la promesa.

¿Dónde queda lugar para el orgullo racial, para gloriarse en la pureza de la sangre o en los méritos de los antepasados? No están escritas en el linaje del Mesías, en cuanto provienen de David, ni la impoluta pureza de la sangre ni la justicia sin mancha. Más bien, por el contrario, si el Mesías se debe a sus antepasados, se debe también a los extranjeros y a los pecadores, y también los extranjeros y pecadores tienen títulos de parentesco que alegar sobre el Mesías.

Mateo se complace en señalar así la verdadera lógica genealógica inscrita en la historia del linaje davídico del Mesías y en contradecir con ella el orgullo carnal y el culto al linaje.

Aquellas mujeres extranjeras, a las cuales se debió la perpetuación del linaje de David, son prefiguración de María: ajena también al linaje de David según la carne, despreciable por los que se gloriaban en sus genealogías. María, aunque eternamente extranjera al linaje de mujeres que conciben por obra de varón, es la madre del nuevo linaje de hombres que nace de Dios por la fe.


7. Hijo de David e Hijo de Dios

María Virgen y María esposa de José no son rasgos que se yuxtaponen, sino que se articulan y dan lugar a una explicación teológica: iluminan cómo debe entenderse el título mesiánico Hijo de David. La pertenencia del Mesías al linaje de David no se anuda a través de un vínculo de sangre, pues José, hijo de David, no tiene parte física en su concepción. La pertenencia del Mesías a la casa de David se anuda a través de una Alianza. Una alianza matrimonial, que no se explica tampoco por mera decisión o elección humana, sino por dos consentimientos de fe a la voluntad divina y que, por tanto, a la vez que alianza matrimonial entre dos criaturas, es alianza de fe entre dos criaturas y Dios.

El Mesías no es Hijo de David por voluntad ni por obra de varón ni por genealogía, sino que entra en la genealogía en virtud de un asentimiento de fe que da José, hijo de David, a lo que se le revela como operado por Dios en María.

El Mesías no es Hijo de Dios por voluntad ni obra de varón, sino en virtud de un asentimiento de fe que da María a la obra del Espíritu en ella.

Para que el Mesías, Hijo de Dios e Hijo de David, viniera al mundo y entrara en la descendencia davídica, se necesitaron, pues, dos asentimientos de fe: el de María y el de José. Ambos fundan el verdadero Israel, la verdadera descendencia de Abraham, que nace, se propaga y perpetúa no por los medios de la generación humana, sino por la fe.

Mateo subraya que la filiación davídica de JesúsMesías no es signo genealógico que pueda ser leído, rectamente comprendido ni interpretado al margen de la fe. No es un signo que Dios haya dado en el campo de la generación humana, accediendo a la carnalidad de los judíos que pedían signos para creer.

Parece más bien antisigno, porque, en realidad, el Mesías existió anterior e independientemente a su incorporación en el linaje de David a través del matrimonio de su Madre con un varón de ese linaje.

Los hechos, que Mateo no elude, más bien contradicen los modos concretos de la expectación mesiánica judía.

Mateo da muestras de un coraje y una honestidad intelectual muy grandes cuando acomete la tarea de exponer estos hechos –aunque increíbles– sin endulzarlos ni camuflarlos, en la confianza de que ellos manifiestan una coherencia tal con el Antiguo Testamento que no podrán menos de mover a reconocerlos –si se perfora la costra superficial de su apariencia– como signos de credibilidad.

De ahí su recurso al Antiguo Testamento, en paralelo continuo con los hechos, mostrando cómo no son las profecías las que condenan al Jesús Mesías, sino que es la vida real y concreta del JesúsMesías la que arroja luz sobre el contenido profético del Antiguo Testamento y la que amplía la extensión de su sentido profético a regiones insospechadas para los carriles vulgares de la teología judía de su tiempo.

Tanto para justificar la traducción «hecho hijo de mujer», en vez de «nacido de mujer», como para comprender el sentido mesiánico de la alusión a la madre, véase el artículo de José M. Bover, SJ, Un texto de San Pablo (Gál 4, 45) interpretado por San Ireneo («Estudios Eclesiásticos» 17, 1943, pp. 145-181). De él hemos tomado la traducción del pasaje de Gálatas.
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