lunes, 29 de agosto de 2016

BENDITA SEA TU PUREZA


Bendita sea tu pureza

Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, Madre mía¡

A LOS JÓVENES ESPOSOS


A los jóvenes esposos


Cuando Dios regala a una familia un hijo, la alegra con una preciosa donación, confiando que los padres de la criatura con responsabilidad la cuidarán hasta la edad adulta. Se ha escrito mucho sobre cómo educar a los niños y a los adolescentes. Por eso, cuando encuentro sobre el tema una orientación luminosa, breve y perfecta, siento el deseo de compartirla para que todos  aprovechen ese condensado de sabiduría. Lee y medita.

Si el supremo Creador te da un hijo, tiembla por el sagrado depósito que confía a tus cuidados. Haz que ese hijo hasta los diez años, te admire. Hasta los 20, te ame. Y hasta la muerte, te respete. Sé para ese hijo hasta los diez, su padre. Hasta los 20 años, su maestro y hasta la muerte, su amigo.

Qué metas simples pero exigentes: ser para el hijo un padre, un maestro y un amigo, poniendo sin embargo el acento hasta los diez años, en la paternidad protectora, hasta los veinte en la docencia del difícil arte de vivir honestamente, y hasta la muerte en la amistad que todo lo comparte con humildad y sabiduría. Gracias, hermano/a, por acercarte a este sitio, donde encontrarás cada día una lucecita y una animación. Hasta mañana.


* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 29 DE AGOSTO


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 29


La angustia y la desesperación invade a muchos hombres de hoy; fruto de ello es el afán de tanta gente que busca analizarse por el psiquiatra, siendo así que lo que esa gente necesita es su autoanálisis, el ponerse frente a la conciencia y a la propia vida.

Y la angustia viene por no ver en el horizonte una orientación para la vida; y la desesperación se apodera del hombre cuando éste ve que el horizonte se acerca y, sin embargo, no se le vio sentido al camino recorrido hasta él.

En cambio, la paz y la tranquilidad comienzan a invadir al hombre cuando éste se siente ubicado en la vida, cuando conoce con íntima claridad los tres básicos puntos de la vida humana: sabe de dónde viene, adónde va y por dónde debe ir.

Un principio, un origen; un fin o término y un camino por recorrer; cada paso dado en la vida de ese hombre es un acercarse a la luz, al término, que es victoria y felicidad, a la fuente de todo bien, que es Dios.

“Las personas y los grupo sociales están sedientos de una vida plena y de una vida libre, digna del hombre, poniendo a su servicio las inmensas posibilidades que les ofrece el mundo actual” (GS 9). Cada uno de los cristianos ha de ser un agente de la consecución de la plenitud de esa vida, sabiendo que el hombre debe aspirar a la Vida de la Gracia.


* P. Alfonso Milagro

MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA, 29 DE AGOSTO


Hoy 29 de agosto celebramos el martirio de San Juan Bautista, ejemplo de firmeza en la verdad


(ACI).- Cada 29 de agosto la Iglesia Católica conmemora el Martirio de San Juan Bautista, quien murió decapitado por anunciar y denunciar la verdad. Juan Bautista es el único santo en la Iglesia a quien se le celebra su nacimiento (24 de junio) y su muerte por medio del martirio. 

Esta memoria “se remonta a la dedicación de una cripta de Sebaste, en Samaria, donde, ya a mediados del siglo IV, se veneraba su cabeza. Su culto se extendió después a Jerusalén, a las Iglesias de Oriente y a Roma, con el título de Decapitación de san Juan Bautista”, según explicó Benedicto XVi en 2013. 

Añadió que “en el Martirologio romano se hace referencia a un segundo hallazgo de la preciosa reliquia, transportada, para la ocasión, a la iglesia de San Silvestre en Campo Marzio, en Roma. Estas pequeñas referencias históricas nos ayudan a comprender cuán antigua y profunda es la veneración de San Juan Bautista”.

El relato de la muerte de San Juan Bautista está en el Evangelio de San Marcos, capítulo 6, del 17 al 29, en el que narra el banquete ofrecido por Herodes por su cumpleaños, donde danzó Salomé, hija de Herodías, la esposa de su hermano con quien tenía una relación adúltera.

Según el relato del evangelio, "Herodes había mandado poner preso a Juan Bautista, y lo había llevado encadenado a la prisión, por causa de Herodías, esposa de su hermano Filipos, con la cual Herodes se había ido a vivir en unión libre. Porque Juan le decía a Herodes: 'No le está permitido irse a vivir con la mujer de su hermano'. Herodías le tenía un gran odio por esto a Juan Bautista y quería hacerlo matar, pero no podía porque Herodes le tenía un profundo respeto a Juan y lo consideraba un hombre santo, y lo protegía y al oírlo hablar se quedaba pensativo y temeroso, y lo escuchaba con gusto".

El baile le gustó tanto a Herodes que le prometió a la joven cumplirle cualquier deseo. Por eso ella, a sugerencia de su madre, pide la cabeza de Juan Bautista, la cual le fue entregada en una bandeja.


San Juan Bautista, mártir de la verdad

El 30 de agosto de 2012, Benedicto XVI dedicó su catequesis de la Audiencia General a esta memoria. "La Iglesia celebra hoy la memoria del Martirio de San Juan Bautista, el precursor de Jesús, que testimonia con su sangre su fidelidad a los mandamientos de Dios. Su vida nos enseña que cuando la existencia se fundamenta sobre la oración, sobre una constante y sólida relación con Dios, se adquiere la valentía de permitir que Cristo oriente nuestros pensamientos y nuestras acciones", dijo.

Benedicto XVI destacó que "celebrar el martirio de san Juan Bautista nos recuerda también a nosotros, cristianos de nuestro tiempo, que no se puede descender a negociar con el amor a Cristo, a su Palabra, a la Verdad. La Verdad es verdad y no hay componendas".

"La vida cristiana exige, por decirlo de alguna manera, el 'martirio' de la fidelidad cotidiana al Evangelio, es decir, el valor de dejar que Cristo crezca en nosotros y sea Él quien oriente nuestro pensamiento y nuestras acciones. Pero esto sólo puede suceder en nuestra vida si la relación con Dios es sólida".

"La oración no es tiempo perdido, no es robar espacio a las actividades, incluso a las apostólicas, sino que es exactamente lo contrario: sólo si somos capaces de una vida de oración fiel, constante y confiada, será el mismo Dios quien nos dará la capacidad y la fuerza para vivir de modo feliz y sereno, para superar las dificultades y testimoniarlo con valor. Que san Juan Bautista interceda por nosotros, a fin de que sepamos conservar siempre la primacía de Dios en nuestra vida", agregó.

SIETE HÁBITOS DE LAS PERSONAS QUE CONFÍAN RADICALMENTE EN DIOS


7 hábitos de las personas que confían radicalmente en Dios
Quienes tienen gran confianza en el Señor comparten aspectos en común de los cuales podemos aprender para nuestro progreso espiritual


Por: Jennifer Fulwiler | Fuente: PildorasDeFe.net 




He leído muchas biografías y memorias sobre personas inspiradoras que depositaron su confianza radicalmente en Dios. Por “radical” no quiero decir de manera imprudente, me refiero a la dificultad, muy contracultural actualmente, de reconocer a Dios absolutamente sobre todas las áreas de nuestras vidas.

En libros como "He Leadeth Me", "God´s Smuggler", "Mother Angelica", "The Heavenly Man" y "The Shadow of His Wings", encontré historias reales sobre religiosos, consagrados y laicos, hombres o mujeres que confiaron plenamente en Dios, y todos ellos tienen claras similitudes en sus enfoques sobre la vida y el Señor.

Encontré fascinante los puntos en común en las vidas de estas increíbles personas, que se encomendaron con tanta confianza en el Señor, y decidí compartirlas para que sirvan de inspiración a otros.

1. Aceptaron el sufrimiento
Una de las cosas más poderosas que leí en esas memorias es la historia del Hermano Yun, en el libro "The Heavenly Man" (El hombre celestial), se cuenta como fue perseguido en China por ser predicador. Luego de haber sido torturado por semanas, incluyendo electrocución, hambruna, golpes y que clavaran agujas debajo de sus uñas, fue arrojado a una caja que tenía un poco más de 1,2 metro de largo y alto y menos de un metro de ancho, en donde se quedaría indefinidamente.

El día después de ser colocado en esta mini celda, se sintió movido a rezar pidiendo por una Biblia, lo cual parecía una idea ridícula considerando que en ese momento mucha gente estaba en prisión por poseer tal contrabando. Inexplicablemente, a la mañana siguiente, los guardias tiraron una Biblia en su celda. Él escribió: 

Me arrodillé y lloré, agradeciendo al Señor por su gran regalo. ¡No podía creer que mi sueño se hiciera realidad! A ningún prisionero se le permitía tener una Biblia o ningún libro de literatura cristiana, sin embargo, extrañamente, ¡Dios me otorgó una Biblia! A través de esta acción el Señor me mostró que independientemente de las maldades que esos hombres planeaban para mí, Él no me había olvidado y estaba en control de mi vida.
 
Ahora, entre nosotros, alguien menos santo quizá hubiese reaccionado un poco diferente en esa situación. Si yo hubiera sido torturada y arrojada a una celda/ataúd, mi reacción al recibir una Biblia hubiera sido algo más parecido a las siguientes líneas: “Gracias por la Biblia, Señor, pero ¡¿podríamos hacer algo respecto a sacarme de esta caja antes?!

Yo ni siquiera hubiera considerado la Biblia como una respuesta a mis plegarias, empezando porque mi plegaria principal – reducir mi sufrimiento físico – continuaba sin respuesta.

Sin embargo, lo que veo una y otra vez en personas como el Hermano Yun, es que, tienen muy claro que sufrir no es el peor mal de todos: el pecado lo es.

Por supuesto que preferirían no sufrir, pero esto se encuentra mucho más abajo en su lista de prioridades que en la de nosotros – ellos se enfocan mucho más en no pecar que en no sufrir. Están totalmente encaminados en llevarse a sí mismos y a otros al cielo. En el caso del Hermano Yun, vio en la respuesta a esa plegaria que Dios le permitía crecer espiritualmente y predicar a sus captores, así que esas circunstancias de sufrimiento e incomodidad se volvieron casi irrelevantes para él.

2. Aceptan la inevitabilidad de la muerte.
Similar al caso anterior, la gente que deposita total confianza en Dios solo puede hacerlo con una visión del mundo centrada en el cielo. Ellos piensan en términos de eternidad, no en términos de los años del calendario. Su objetivo no es maximizar sus años en la tierra, sino lograr encaminarse a sí mismos y a tanta gente como puedan hacia el cielo. Y si Dios requiere reducir su tiempo de vida para eso, ellos lo aceptan.

El libro "The Shadow of His Wings" (La sombra de sus alas), está lleno de las asombrosas historias de las milagrosas escapadas de la muerte que tuvo el Padre Goldmann durante la Segunda Guerra Mundial, lo que nos deja con la pregunta: “¿Qué sucede con la toda la gente que no escapó de la muerte?”

El Padre Goldmann probablemente respondería diciendo, que el hecho de que Dios lo salvara de la muerte no era la bendición en sí misma – después de todo, cada uno de nosotros morirá eventualmente – la bendición era salvarlo de la muerte para que así pudiera continuar su misión de llevar el Evangelio a los Nazis. Finalmente, él murió mientras construía una iglesia en Japón, y seguramente aceptaría que Dios traería algún bien de su fallecimiento, aunque indudablemente había mucho más trabajo que él querría hacer.

3. Tienen citas diarias con Dios
Nunca he escuchado de una persona que tenga una profunda y calmada confianza en el Señor, que no apartara un tiempo para concentrarse en la oración diaria. Tanto en los libros que leí, como en la vida real, he notado que este tipo de gente siempre pasa al menos algunos momentos – y hasta una a dos horas si las circunstancias lo permiten – centrados solamente en orar, todos los días.

También, tiende a ser la primera cosa que hacen en las mañanas, concentrándose en Cristo antes de hacer cualquier otra cosa que pueda traer el día.

4. Durante la oración, escuchan más de lo que hablan
Anteriormente he escrito sobre el asombro que me genera que la gente más confiada en Dios parece recibir más respuesta a sus plegarias que la mayoría de nosotros. He escuchado historias de gente que pide por algo realmente específico y luego lo reciben; entonces comienzo a preguntarme si ellos son psíquicos o si le agradan a Dios un poco más que el resto de nosotros.

Pero, la verdad es que he notado que no piden cualquier cosa, sino que sus ideas sobre cuáles cosas debían pedir, provenían directamente del Espíritu Santo, ya que pasan mucho tiempo a diario buscando la voluntad de Dios en sus vidas.

Tomaré como ejemplo la historia publicada en la biografía de la famosa Madre Angélica del canal católico EWTN. Un día tocó a su puerta un empleado de la compañía de satélite solicitando el pago de $600.000, de no hacerlo tendría que devolver la antena parabólica y esto arruinaría los planes de la nueva estación. Ella corrió a la capilla a rezar y, de repente, un hombre desconocido llamó al azar ofreciendo donar $ 600.000. Su oración no tuvo rápida respuesta por su interés personal en el canal o porque fuese algo que ella realmente quería, sino que funcionó porque supo distinguir correctamente el plan de Dios en el cual ella iba tendría que iniciar una estación de televisión.

5. Limitan las distracciones
De todas las extraordinarios historias en el libro "God´s Smuggler" (El contrabandista de Dios), una de las líneas que más me impactó estaba en el epílogo, cuando el autor habla sobre como el trabajo del Hermano Andrew continuaba en el siglo XXI:

“Ni siquiera consideraré instalar una de esas monstruosidades de llamada en espera, interrumpen una conversación telefónica para anunciar otra.” La tecnología, decía Andrew, nos hace demasiado accesibles a las demandas y premuras del momento. “Nuestra prioridad número uno debería ser escuchar con paciencia y silencio la voz de Dios.”

“Demasiado accesibles a las demandas y premuras del momento”, esa línea me ha seguido desde el momento en el que la leí.

Amo la tecnología, pero ella trae consigo la gran tentación de sentir un aumento en la urgencia de nuestras vidas: ¡Necesito responder a ese e-mail!, ¡Responder a ese comentario en Facebook!, ¡Retwittear ese Tweet!, ¡Leer ese mensaje directo!, ¡Escuchar ese mensaje de voz!

Aquí en la era de la conexión, nos encontramos constantemente bombardeados con demandas que requieren – o parecen requerir – nuestra atención constante. Periodos de silencio donde podemos cultivar la quietud interior y esperar por los susurros del Espíritu Santo a nuestra vida, son cada vez más raros.

Una de las cosas que todas estas personas comparten es la poca presión por todas estas falsas urgencias. Es difícil de imaginar al Padre Ciszeck dar con los impresionantes puntos de vista que comparte sobre Dios en su libro "He Leadeth Me" (Él me guía), mientras su iPhone vibra cada pocos minutos, o al Hermano Yun observando la sutil belleza del plan de Dios en el medio de una persecución mientras mantiene su Twitter actualizado minuto a minuto.

6. Someten su discernimiento espiritual a otros
Las personas que tienen experiencia observando la manera como Dios trabaja en sus vidas, notan que a menudo Él habla a través de amigos de fe, miembros de su familia y el clero. 

Si ellos disciernen que Dios les está llamando a algo, especialmente si se trata de algo grande, piden a otros cristianos de su confianza que oren respecto al asunto para ver si ellos también disciernen el mismo llamado del Señor.

Y cuando otros les advierten sobre no seguir ciertos caminos – en especial si se trata de su cónyuge, confesor o director espiritual –toman esos consejos muy seriamente.

7. Ofrecen completa e incondicional obediencia al Señor
Una de mis partes favoritas del libro "God´s Smuggler", es cuando el Hermano Andrew recibe la visita de un hombre llamado Karl de Graaf, quien formaba parte de un grupo de oración en el cual las personas oraban durante mucho tiempo, pero más que nada escuchaban en silencio:

- Me acerqué al porche delantero, allí estaba Karl de Graaf, “Hola” dije sorprendido.
- -“Hola Andy. ¿Sabes conducir?”
- -“¿Conducir?”
- -“Un automóvil. “
- -“No” dije desconcertado. “No sé hacerlo”
- -“Anoche durante la oración recibimos una palabra del Señor sobre ti, es importante que aprendas a manejar.”
- “¿Por qué razón?” dije. “Seguro nunca tendré un vehículo propio”
- “Andrew” el Sr. De Graaf habló pacientemente, como si se dirigiera a alguien con dificultades de aprendizaje, “no estoy argumentando sobre la lógica del caso, solo te estoy transmitiendo el mensaje.”

A pesar de su inicial indecisión el Hermano Andrew logró distinguir el llamado del Señor en ese mensaje, así que aprendió a conducir. Parecía una completa pérdida de tiempo, un malgasto ilógico de sus recursos, pero él fue obediente ante el llamado del Señor. Después de recibir recibió su licencia de conducir, saber hacerlo resultó ser crucial para el futuro de su misión, la cual eventualmente llevó la palabra del Evangelio a miles de personas en el Bloque Comunista Europeo.

Me gusta pensar en la respuesta que el Sr. De Graaf le dio al Hermano Andrew cuando este se preguntaba sobre el significado del extraño mensaje del Señor: “Esa es la emoción de la obediencia,” le dijo, “descubrir luego cual era el plan en la mente de Dios.”

Obviamente no podemos crecer más cerca de Dios imitando las acciones de otros, pero podemos encontrar ejemplos como estos, que nos ayuden a reflexionar sobre nuestro progreso espiritual. Espero que les hayan servido tanto como a mí.
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Jennifer Fulwiler, la autora de este artículo, se hizo católica en 2007 pero ya desde 2005 publicaba en internet -y ahora también en la radio- sus hallazgos espirituales

FELIZ SEMANA!!!




sábado, 27 de agosto de 2016

EL PODER DEL AGUA BENDITA


El poder del agua bendita



Un amigo sacerdote me aseguró que innumerables católicos, aun de los más instruidos, no saben para lo que sirve el agua bendita. ¡Es una lástima!  ¡Por eso no se benefician con este precioso instrumento instituido por la Iglesia para ayudarlos en prácticamente todas las circunstancias y dificultades de la vida! 

Hay varias formas de usarla. La más común es persignarse con ella. Otra es aspergirla (salpicarla) sobre sí mismo, sobre otras personas, lugares u objetos. Cualquier laico o laica puede hacer esto. Naturalmente, si lo hace un sacerdote tiene más valor. 

Su efecto más importante es alejar al demonio, que “ronda como león rugiente”, buscando toda especie de mal, como nos advierte San Pedro (I Pe 5,8). Los espíritus malignos, cuyas misteriosas y siniestras operaciones afectan incluso las actividades físicas del hombre, quieren ante todo inducirnos al pecado grave, que conduce  al infierno. Para ello emplean todos los recursos. 

A veces, por ejemplo, nos provocan un sinnúmero de molestias físicas o psicológicas. Otras veces provocan pequeños incidentes en nuestra vida diaria, causar enredos que parecen tener causas meramente naturales.  Por ejemplo, al momento de cumplir un deber, la persona siente un inexplicable malestar, un inesperado desánimo, un raro dolor de cabeza... 

En ciertas oportunidades, sin motivo alguno, el marido se irrita repentinamente con la esposa, o viceversa, de eso surge una discusión y se rompe la paz del hogar. O si no, el padre o la madre se dejan llevar por un movimiento de impaciencia y reprenden duramente al hijo, en vez de amonestarlo con dulzura. El hijo se rebela, sale de casa. ¡Se creó un problema! Todo eso puede evitarse ahuyentando al demonio con una simple señal de la cruz hecha con agua bendita. Cuando sienta usted una irritación extraña, haga la prueba y ponga atención al efecto saludable que produce. Enseguida volverá la serenidad. 

Además, el agua bendita es un sacramental que nos alcanza el perdón de los pecados veniales, puede librarnos de accidentes (tránsito, asaltos, caídas), y ayuda hasta a curar enfermedades. El agua bendita, como todo sacramental, nos invita en las diversas circunstancias del día a invocar el socorro del Divino Espíritu Santo, para el bien de nuestra alma y de nuestro cuerpo. 

Otro beneficio muy interesante y poco conocido: se la puede usar eficazmente en provecho de personas que se encuentran distantes de nosotros.  Y aún más, cada vez que la utilizamos para hacer la señal de la cruz por la intención de las almas del purgatorio, ellas son aliviadas en sus sufrimientos. 

¿De dónde viene ese poder maravilloso?  Viene del hecho de ser un sacramental instituido por la Santa Iglesia Católica. El sacerdote bendice el agua como ministro de Dios, en nombre de la Iglesia y como su representante, seguro que nuestro Divino Salvador siempre la atenderá con benevolencia. Es importante recordar que para que sea agua bendita debe ser bendecida por el sacerdote según el ceremonial prescrito por la Iglesia, en el “Ritual de Bendiciones” y en el propio “Misal Romano”.

Son hermosas y altamente significativas las oraciones para la bendición del agua. Por ejemplo, esta:  “Señor, Padre Santo, dirige tu mirada sobre nosotros, que redimidos por tu Hijo, hemos nacido de nuevo del agua y del Espíritu Santo en la fuente bautismal; concédenos, te pedimos, que todos los que reciban la aspersión de esta agua queden renovados en el cuerpo y en el alma y te sirvan con limpieza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén”.

¡Así que no se olvide! Es muy conveniente llevar siempre consigo agua bendita para usar en cualquier circunstancia. Por ejemplo, santiguarse con ella al salir o entrar en la iglesia, en casa o en el lugar de trabajo; al iniciar una oración, un trámite, un viaje. 

Para alejar del hogar la influencia maléfica de los demonios, es muy aconsejable aspergir en la casa algunas gotas de vez en cuando. Esto puede hacerlo cualquier persona de la familia. Claro está que pedirle a un sacerdote que bendiga la casa es mucho mejor. ¡Por lo tanto, el agua bendita es siempre benéfica y eficaz!

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 27 DE AGOSTO


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 27



Testigo es el que testifica, el que testimonia, el que da fe de algo o de alguien; ser testigo es afirmar la veracidad y la rectitud de algo o de alguien, es exponer y comprometer la propia palabra y la propia vida por defender a esa persona o a esa posición.

Todos debemos ser testigos de la verdad y del bien; en todas partes debemos dar testimonio de la verdad y del bien, defenderlos aún a costa de nuestra personalidad, debemos comprometer nuestra rectitud y toda nuestra vida; eso será ser testigo.

Siendo testigos, estaremos dispuestos a sacar siempre la cara por la verdad y por el bien; aunque ello suponga para nosotros ciertas incomodidades, la pérdida de ciertas posiciones o conveniencias, ya que por encima de todo eso, que es nuestro, debemos ubicar la bondad y la verdad.

Debemos pues, ser testigos de la verdad y del bien, pero como Cristo ha dicho que Él es la Verdad y el Bien, debemos ser testigos de Cristo; y eso con todas las consecuencias que antes hemos mencionado.

“Recibirán la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre ustedes y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra” (Hch 1,8). No puede haber ningún lugar donde el discípulo de Cristo no se sienta ‘testigo del Señor’, con su voz y con su vida, con su palabra y su testimonio.


* P. Alfonso Milagro

MARÍA Y UN RÍO DE ROSAS


María y un Río de Rosas
Miro tu rostro, María y tu sonrisa me inspira confianza, como siempre…


Por: Susana Ratero | Fuente: Catholic.net 




Durante estos días, en los que debí guardar cama por mi salud, he pensado muchísimo, Señora, en el tema del Santo Rosario…, tú siempre nos dices que debemos rezarlo, la Iglesia misma nos aconseja y yo… amiga mía, trato de hacerlo, pero… me falta constancia… es que entre el trabajo, la casa, la familia, rara vez hallo el tiempo de rezarlo completo y… no te molestes pero… a veces me baja sueño, es... tan monótono, decir siempre lo mismo, siento que termino no diciendo nada… María, no te me enojes, por favor, es que no entiendo como ese simple cordón lleno de cuentas iguales, sin nada en particular, puede ayudar a salvar mi alma…

- No quiero ni levantar mi mirada hacia ti, Señora, pues supongo que estarás muy desilusionada de mí… todo es silencio en la Parroquia de Lujan, en esta tarde de domingo…

- Hija querida ¡Si supieras cuanto te amo! Sabrías que no puedo entristecerme por tan poco…

Miro tu rostro y tu sonrisa mansa me inspira confianza, como siempre…

- Lo que sucede contigo, es que del Rosario sólo ves las cuentas…

- No entiendo, Señora…

- Claro, hija, dejas que el árbol te oculte el bosque…te quedas en las cuentas… en la repetición monótona… así ¡Hasta yo me dormiría!

- Y… ¿Qué debo ver, entonces?

- Debes ver las rosas…- dices con voz angelical, que, viniendo desde los comienzos del tiempo, parece un eco de tu respuesta al ángel…

- Perdón María pero... ¿Qué rosas?

- Trataré de explicarte, el Rosario es… un río de rosas, un hermoso, difícil, triste y glorioso río de rosas que, si puedes verlo en cada uno de sus misterios, te aseguro te parecerán pocas las cuentas del cordón…

- Enséñame, Señora, a ver tan bello río.

- Bien, comenzaré por decirte que este río tiene una fuente inagotable, que son los Misterios Gozosos, y tres poderosos afluentes que son los misterios dolorosos, gloriosos y luminosos. El río nace pleno de rosas blancas allá en Nazaret… aún recuerdo el perfume del Ángel Gabriel… piensa, hija, siente y medita ese momento, acompáñame a la pequeña habitación, quédate conmigo mientras repites los 10 Ave María... Escucha el saludo del ángel… escucha con el alma como describe la Encarnación del Hijo de Dios en su más humilde esclava…

- ¡Es cierto, Señora!... Reina mía, es cierto, pocos resultan los diez rezos para acompañarte en semejante momento…

- Luego, hija mía, las rosas se van salpicando de arena, porque me acompañan en la caravana a casa de Isabel, afrontan conmigo el viento y la soledad, y me cubren con sus pétalos para que nadie sospeche el secreto…Mientras rezas este misterio, escucha el sonido del viento, deja que me apoye en tu hombro, porque el viaje es largo y estoy un poco cansada…

Ya estamos entrando al tercer misterio, las rosas se han tornado rosadas y con una increíble suavidad… muchas decidieron dejar sus pétalos en el pesebre, morir allí, para ser cuna de Cristo, decidieron entregar sus pétalos, para que no lastimasen al niño las espinas ¿Comprendes, hija? Ya había espinas esperando a Jesús... Oye, mientras rezas, como cantan los ángeles, percibe desde el alma como el cielo, expectante, espera en Belén…

- Señora… ahora voy comprendiendo, como debe mi alma entrar en cada misterio, conocerlo profundamente, aprender de cada gesto, de cada palabra del Maestro y tuya… así, no soy yo quien reza, sino mi alma, extasiada de amor, hace brotar de mis labios la oración hecha alabanza…

- Me alegras mucho, querida, me alegras al esforzarte por comprender… tú sólo pon la voluntad de comprender, que mi Hijo te iluminará al alma, ni lo dudes… Sigamos ahora, si miras las rosas con atención, veras que tienen fulgores plateados… me esperan ansiosas a la puerta del Templo… Jesús es reconocido por Simeón, pero el color de las rosas me habla de espadas que aún no puedo ver…

En el último misterio las rosas están azuladas de angustia… mi Hijo no está conmigo, son tres días de búsqueda desesperada, tres días que son prefacio de los que llegarán después. Al tercer día las rosas se van dirigiendo al Templo, las sigo, ya casi no razono pues un atroz dolor me desgarra el alma…, entro al Templo, tras José ¡Allí está! Bendito Dios, no entiendo, no importa, le abrazo, le pregunto, le miro, le beso… mi hijo, mi querido amor. Volvemos a casa, las rosas nos siguen... por dieciocho años el río vivirá oculto en mi corazón… serán largos y difíciles años, en los que la rutina contrastará con la magnificencia del anuncio del ángel, pero será tiempo de aprendizaje para mí… valiosos años, hija, muy valiosos. Dime ahora, querida mía ¿Te has aburrido rezando los misterios gozosos?

- Para nada, hermosa Madre mía, mil horas te escucharía… me has regalado una inmensa alegría al despertar en mí esta forma de rezar el Rosario…

- Pero aún nos queda un problema, hija…, tú me decías que no hallabas tiempo entre las muchas tareas que realizas... piensa hijas, las tareas, son eso, tareas, necesarias unas, superfluas otras, pero ¿Todas son beneficiosas para la salvación de tu alma?... Trata de que nunca te falte tiempo para la oración… este tiempo es más bien un estado interior…, verás como la oración es el camino para hallar la paz, sentirás que tienes de donde aferrarte para superar las tormentas del alma… sólo la oración te acerca al corazón amoroso de Dios… no existe sitio más bello……

Te marchas ahora, María, me dejas tu mejor sonrisa, un beso en el alma, y una profunda enseñanza… te vas y te quedas, siempre estarás cuando te necesite… no, mejor decir, siempre estarás… no solo cuando te necesite, sino siempre, siempre… querida madre mía… aún debes contarme como sigue este río de rosas, como han llegado las rosas a ser cuentas y las cuentas oración… pero eso será otro día… ahora… ahora sostengo el rosario entre mis manos… ya no será más un cordón con cuentas… ahora, tú me has enseñado a ver en él un Río de Rosas….

NOTA

"Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a la imaginación de la autora, sin intervención sobrenatural alguna."

FELIZ FIN DE SEMANA!!!

viernes, 26 de agosto de 2016

PALABRAS HIRIENTES


Palabras hirientes


En verdad las palabras pueden doler como los golpes físicos. Los padres deben saber que la crítica, el desprecio y los insultos –aun cuando se los diga en broma– pueden lastimar el amor propio, o dañar la autoestima, o detener el crecimiento de una imagen sana de sí mismo en los niños.

Las palabras dichas con amor ofrecen un real elemento constructivo de elogio, aliento, gratitud, disculpa a quien escucha. Nuestras palabras pueden herir o reconfortar, impedir o ayudar, frustrar o inspirar a la acción. He aquí algunas frases que son dulce música al oído y al corazón: “¡Muy buen trabajo!”. “Déjame ayudarte”. “Cometí un error, perdóname”. “¡Felicitaciones!”. “Estamos orgullosos de ti”. “Gracias”. “Te quiero”. “Admiro tu capacidad”. “Tú puedes hacerlo muy bien”.

“No profieran palabras inconvenientes; al contrario, que sus palabras sean siempre buenas, para que resulten edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que las escuchan” (Efesios 4, 29). San Francisco de Sales escribió: “El trato cortés y delicado es la crema de la caridad”. Que este mensaje oriente cada día tu conducta.


* Enviado por el P. Natalio

IMÁGENES DE LA VIRGEN MARÍA CON MENSAJES




















LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 26 DE AGOSTO


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 26


Nos resulta difícil admitir a los otros tal como ellos son; siempre tratamos de corregirlos, de hacerlos como somos nosotros.
Pero, ¿con qué derecho pretendemos anular su personalidad, hacerlos de distinta forma de como los hizo Dios?

Por otra parte, si nosotros pretendemos cambiarlos, para que sean como nosotros, es porque inconscientemente estamos convencidos de que nosotros somos como hay que ser, de que nuestra forma de ser es la mejor de todas; por eso quisiéramos que los demás fueran como nosotros.

Y tener ese convencimiento es evidentemente un orgullo desmedido.

Cada uno tiene su personalidad y todos debemos respetar la personalidad de los demás; reconocer que ellos tienen derecho a ser distintos de nosotros y a pensar que la forma de ser de ellos es mejor que la nuestra.

En conclusión: hay que aceptar a los demás tal como son y sin pretender cambiarlos a nuestro gusto.

“Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados… porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes” (Lc 6,36-38).


* P. Alfonso Milagro

SEÑOR, A QUIÉN IREMOS?


Señor, ¿a quién iremos?



Un día decidimos subir a tu barca,
confiarte el timón.
Desde entonces
navegamos por la vida
y escuchamos sonidos diversos,
el ruido del trueno
que anuncia la tormenta,
los cantos de sirena
que prometen paraísos imposibles,
el bramido de un mar poderoso
que nos recuerda nuestra fragilidad,
las conversaciones al atardecer
con distintos compañeros de viaje,
los nombres de lugares
que aún no hemos visitado,
y los de aquellos sitios
a los que no volveremos.

A veces nos sentimos tentados
de abandonar el barco,
de cambiar de ruta,
de refugiarnos en la seguridad
de la tierra firme.
Pero, Señor,
¿a quién iremos…
si solo tú puedes ayudarnos
a poner proa
hacia la tierra del amor
y la justicia?

José Mª Rodríguez Olaizola, sj

FELIZ FIN DE SEMANA!!!



jueves, 25 de agosto de 2016

ORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO POR LOS ENFERMOS


ORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO 
POR LOS ENFERMOS


Oh amado mi señor Jesús Sacramentado, tu que estas vivo en el Sagrario ante tu pies te pongo toda las intenciones de nuestros enfermos del mundo entero, para que con esa luz tan brillante y llena de piedad y misericordia los ilumines en los momentos difíciles y angustiado que viven en su cuerpo y en su alma derrama esa paz que eres tu Señor en ellos.

Amén

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 25 DE AGOSTO


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 25



Fíjate cuánta prudencia hay en estos consejos de un hombre de edad para los que quieren que su vida sea desdichada: no tienen más que hacer lo que sigue y pronto lo conseguirán.

Habla siempre de ti mismo y critica siempre a los demás.

Trata de que la palabra “yo” no se caiga apenas de tus labios.

Presta atención a lo que los demás dicen de ti.

Espera ser apreciado y haz lo que puedas para serlo.

Busca siempre divertirte y pasarla lo mejor posible.

Elude tus deberes siempre que puedas, siempre que para cumplirlos debas hacer algún sacrificio; busca siempre el camino más fácil.

Haz lo menos que puedas a favor de los demás.

Ámate a ti mismo en grado superlativo; olvídate de los otros; se egoísta y no mires si los demás pueden sufrir por tus actitudes.

Haz todo esto y te doy mi palabra de que muy pronto tu vida será hondamente infeliz y desdichada.

Receta infalible y garantizada.

“Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes, y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud” (Mc 10,43-45).


* P. Alfonso Milagro

IMÁGENES DEL SANTO ROSARIO, LOS MISTERIOS DOLOROSOS



















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