viernes, 3 de febrero de 2017

AGRANDA LA PUERTA, PADRE


Agranda la puerta, Padre



Jesús en cierta oportunidad dijo que al Cielo entrarán los que son como niños. ¿Cómo son los niños? Sencillos, sinceros, humildes, confiados, puros, inocentes… Pareciera que la puerta del Paraíso es tan baja y estrecha que, si no nos empequeñecemos, no podremos entrar. El famoso escritor y poeta Unamuno lo expresó en un breve poema:

Agranda la puerta, Padre, porque no puedo pasar.
La hiciste para los niños, yo he crecido a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta, achícame por piedad.
Vuélveme a la edad aquella en que vivir es soñar.

Para lograr esta ansiada metamorfosis, medita con frecuencia en las actitudes del mismo Cristo, manso, humilde y puro de corazón, de quien escribió G. Papini: “La limpidez de su mirada era  la de quien sólo una vez ha nacido y ha permanecido niño aún en la madurez. Infancia intacta que nunca se empañó”. San Pablo nos exhorta, “Revístanse de Cristo”.


* Enviado por el P. Natalio

SE ACERCA SAN VALENTÍN

Se acerca San Valentín
Autor: Edward Alberto Grullón Pimentel



Si amas solamente a quienes te aman, ¿Qué mérito tiene? Y 

si saludas sólo a tus amigos, ¿Qué tiene de especial?




Ya estando muy cercanos a la celebración del día de San Valentín, “el día de la amistad y del amor”, es posible que muchos se estén cuestionando ante el hecho: ¿Qué le regalaré a "x"? ¿Qué le podrá gustar a "x"? Otros, los comerciantes, están preparando sus ofertas, estratégicas, propagandas y demás movimientos para acaparar la atención de quienes en esos días se lanzan en busca de adquirir aquel objeto que sirva para hacer sentir bien a la persona que le despierta sentimientos de amor, aprecio o cariño, ya sea su pareja o un amigo (a) cercano (a).

Ciertamente el acontecimiento es una costumbre que ha traspasado la barrera de los años logrando así configurar cierta esfera de afecto y cercanía entre las personas que practican dicha costumbre; intercambio de regalos, declaraciones de amor (tanto anónimas como públicas), declaraciones de perdón, disposición de reconciliación, entre otros son algunas de las características que rocían este tiempo, el cual gira en torno a un sólo día: el día de San Valentín.

Es precioso ver el ambiente que se forma en los centros de estudios, lugares de trabajo, núcleos familiares o cualquier otro grupo que congregue personas con la llegada de esta fecha. Es precioso el rostro de los amigos que, luego de varias semanas de intercambio secreto logran descubrirse el uno al otro y darse de mano a mano aquel obsequio tan esperado; es precioso el sentimiento que acompaña en el interior de la persona que de su pareja recibe un especial "cariñito" que de seguro otorgará una bella velada a ambos.

Encontramos, sin lugar a dudas, personas que nos alegran y que se entristecen con nosotros, que nos comprenden, que nos apoyan, que nos corrigen; que nos aman; encontramos amigos. Tanto es el amor que nos demuestran que quisiéramos expresarle nuestro afecto recíproco con un detalle, que en la mayoría de los casos es material, pero que definitivamente significa y dice mucho.

No muy distante ni distinto es nuestro San Valentín. Hacemos un bello obsequio a esa persona que tanto queremos en honor al cariño que le tenemos y esa persona que tanto nos quiere nos favorece con igual expresión de estima.

Este esquema es el que ha permanecido interno dentro de la celebración del día de San Valentín. Podemos decir que el mismo es el regente de tal acontecimiento.

Hoy día, mirando lo delicado de la realidad de las relaciones interpersonales, es necesario trascender tal esbozo; es necesario romper con lo plástico de algunos parámetros que nos rigen: “Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿Qué mérito tiene? Y si saludan sólo a sus amigos, ¿Qué tiene de especial? (Mt. 5, 46a.47a)

La contradicción y la duda puede acercarse a nuestra mente: “¿Cómo no premiar con un detalle especial para el día de San Valentín a aquella persona que tanto hace por mí, que tanto me comprende.....?”

Es normal que a algunos les choque y les contradiga la propuesta, y de ello no son totalmente culpables, porque es lo que la sociedad nos ha enseñado, es el molde con el que nos han venido encauzado durante nuestra vida, al menos desde que tenemos uso de razón. Entonces, ¿Es una mala práctica obsequiar un presente a alguien que queremos mucho en el día de San Valentín? Claro que no, por supuesto que no.

No estamos en contra de tan sublime práctica
!Jamás!, pero lo que sí buscamos es aquel "trascender" (al que anteriormente hicimos alusión) la mera ejecución de la misma: Dar y recibir, recibir y dar, dar a quien da; doy ya que me dan.

La invitación es a la reflexión para tan especial y esperada fecha:

¿Quién se sentirá mejor con recibir un regalo mío (sea una llamada, una visita, especialmente si esta persona está enferma, etc.) aquel a quien a menudo le sonrío, le manifiesto mi cariño, acompaño..., o aquel que necesita de mi perdón, de mi comprensión, de mi atención, de mi cercanía, de mi mano, de mi voz...?

La respuesta real, más que por pura lógica, sin lugar a dudas, está basada en el ejemplo de aquel que supo amar de verdad, que supo, con la donación de su vida al servicio de los menos atendidos, de los olvidados, "vivir un san Valentín en cada día": "No es la gente sana la que necesita médicos, sino los enfermos" (Mt. 9, 12)

Ciertamente la decisión es arriesgada, incluso, para muchos podría ser un escándalo. No es sencillo lidiar con nuestros hermanos; personas de carácter fuerte, de personalidad inestable, de sonrisa engañosa, de blanda fe, en fin, personas que tienen tanto valiosas virtudes como marcados defectos. La verdad que para muchos no lo es.

Pero, "nuestro sumo sacerdote no se queda indiferente ante nuestras debilidades, pues ha sido probado en todo igual que nosotros, a excepción del pecado." (Heb. 4, 15) Confiemos en él, en Jesús, quien llevando el peso de su propia debilidad supo comprender a los impacientes, a los gruñones, a los mal hablados, en fin a todos (cfr. Heb. 5, 2b), para que nos ayude, nos conceda y renueve cada día el don del amor en nuestra vida.

En este próximo San Valentín, y más aún todos los días, fijémonos un poco más en aquellos a quienes menos prestamos atención, a quienes necesitan de nuestra compañía, de nuestra comprensión, de nuestro apoyo, y también fijémonos y celebremos (porque no es un error hacerlo) con nuestros más cercanos allegados, con nuestros amigos.

Queridos, si Dios nos amó aún siendo nosotros unos ingratos, unos mal geniosos, unos inmisericordes, unos egoístas, también nosotros debemos amarnos mutuamente. (cfr. 1 Jn. 4, 11)

"Pero Yo les digo, amen a aquellos con quienes es difícil la convivencia, traten de hacerlo, para que así sean hijos de su Padre que está en el Cielo. (cfr. Mt. 5, 44-45)

COHERENCIA



Coherencia



El semáforo se puso amarillo justo cuando él iba a cruzar en su automóvil y, como era de esperar, hizo lo correcto, se detuvo en la línea de paso para los peatones, a pesar de que podría haber rebasado la luz roja, acelerando a través de la intersección.

La mujer que estaba en el automóvil detrás de él estaba furiosa.  Le tocó la bocina por un largo rato e hizo comentarios negativos y vulgares en alta voz, ya que por culpa suya no pudo avanzar a través de la intersección... y para colmo, se le cayó el celular y se le corrió el maquillaje. En medio de su pataleta, oyó que alguien le tocaba el cristal de su lado.

Allí, parado junto a ella, estaba un policía mirándola muy seriamente.

El oficial le ordenó salir de su coche con las manos arriba, y la llevó a la comisaría donde la revisaron de arriba abajo, le tomaron fotos, las huellas dactilares y la pusieron en una celda.

Después de un par de horas, un policía se acercó a la celda y abrió la puerta.

La señora fue escoltada hasta el mostrador, donde el agente que la detuvo estaba esperando con sus efectos personales.
- Señora, lamento mucho este error le explicó el policía. Le mandé bajar mientras usted se encontraba tocando la bocina fuertemente, queriendo pasarle por encima al automóvil del frente, maldiciendo, gritando improperios y diciendo palabras soeces.  Mientras la observaba, me percaté que:
- De su retrovisor cuelga un rosario.
- Su auto tiene una calcomanía que dice: "Sonríe, Jesús te ama",
- Su patente tiene un borde que dice "Amor y paz",
- En la parte de atrás hay una oblea que dice" La paciencia es la madre de las virtudes”
- Otra calcomanía que dice: "Practica la meditación"
- Y, finalmente, el emblema cristiano del pez.
¡Como es de imaginarse... supuse que el auto era robado!

Esta historia muestra la importancia de ser coherentes entre lo que creemos, lo que decimos, y lo que hacemos.

5 MANERAS PARA SANTIFICAR TU DÍA


5 maneras para santificar tu día
Recordarnos, a nosotros mismos la presencia de Dios en nuestras vidas, requiere buenos hábitos diarios


Por: Sam Guzman | Fuente: CatholicGentleman.net // PildorasDeFe.net 




Todos nosotros vivimos vidas muy ocupadas, corriendo al trabajo, apresurando a traer mandados y manejando en tráfico intenso. Con todas estas ocupaciones tan agitadas, es difícil llevar una vida de oración y darse cuenta de la plena presencia de Dios, aun cuando lo deseemos. Pero, en última instancia, la quietud viene desde dentro, e incorporar hábitos santos en nuestras vidas nos puede ayudar a mantenernos recogidos en medio de todo el ruido y caos del mundo moderno.

A continuación presento cinco maneras para bajar el ritmo y vivir una vida más pacífica y llena de oración.


1.- Dedica un tiempo para orar en las mañanas.

Créeme, sé lo difícil que es el escaparse de la cama en la mañana. El sentimiento de debilidad matutina es tan difícil de sacudirse. Pero es importante iniciar el día con la oración. Por experiencia les digo que mi día es tan productivo y pacífico en la misma proporción que mi disposición para levantarme de la cama y dedicar un tiempo en oración y lectura espiritual. Cuando hago esto, me encuentro a mí mismo más tranquilo, más paciente hacia los demás, y en estado de recogimiento hacia la presencia de Dios. Pero cuando presiono el botón del despertador para quedarme un rato más, entonces el resto del día, incluyendo el trato con los demás, parece venirse en contra.

Sé lo difícil que es realizar un tiempo de oración al levantarse, así que compartiré en otro artículo mi propia rutina matutina.


2.- Pronuncia un Ave María antes de iniciar el trabajo.

Cuando me siento a trabajar en la computadora, mi primer impulso es empezar ansiosamente a checar los correos y leer mis noticieros favoritos online. Pero en lugar de darle rienda suelta a mis impulsos, he tomado el hábito de rezar un Ave María antes de realizar cualquier otra cosa, y muchas de las veces incluso antes de encender la computadora. Pido a Nuestra Señora que bendiga mi día y guíe mis prioridades. Mi jornada laboral es inevitablemente menos estresante o correteada cuando la inicio de esta manera.


3.- Reza el Ángelus.

El Ángelus es una oración hermosa y honorable que nos recuerda el milagro de la Encarnación y la importancia de alinearse a la voluntad de Dios. Es también una manera grandiosa de ponerle pausa al día, elevar nuestros corazones a la voluntad de Dios y tomar un respiro profundo, y así podremos hablar en medio de un día frenético. Tradicionalmente es rezado al medio día, pero quizás podrías empezar tu receso para la comida rezándolo.

Ángelus

V. El Ángel del Señor anunció a María,
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Avemaría.

V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Avemaría.

V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Avemaría.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oración: Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que con los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

No todos tenemos un trabajo que permita rezar el Ángelus, pero si tú tienes la fortuna de tenerlo, te reto a que en este momento pongas una alarma en tu celular o reloj y empieces a rezarlo.


4.- Reza el Rosario.

El rosario es una de las más populares y conocidas oraciones católicas, y por una muy buena razón. Cuando lo rezamos con concentración y devoción, se convierte en una de las mejores oraciones que podemos realizar. Nuestra Señora de Fátima pidió a todos los creyentes que se rezara el rosario a diario, así que debería ser La Oración que nosotros  prioricemos, aun cuando no nos quede tiempo para cualquier otra cosa.

Considera rezar el rosario después de la cena. Es una manera hermosa de dedicarles tiempo a Jesús y a María al final del día. Si tienes una familia, récenlo juntos. Si de plano no encuentras tiempo para rezarlo, puedes hacerlo en el automóvil camino al trabajo. Cualquiera que sea tu ocupación, REZA EL ROSARIO.


5.- Examina tu conciencia antes de ir a la cama.

El pecado es una realidad en nuestras vidas, y se nos escapa a lo largo del día cuando hablamos, pensamos y hacemos cosas que desagradan a Dios. Si tú no crees esto, entonces te estás auto engañando. Ve a la cama, pero con conciencia limpia, examinándote diariamente. Haz una pausa, revisa tus pensamientos e interacciones con otros y pregúntate si has hecho algo que desagrade a Nuestro Señor. Luego piensa en Jesús Crucificado y lleno de amor hacia ti. Dile lo mucho que te apenan tus faltas y realiza un acto de contrición para determinarte en hacerlo bien de aquí en adelante.

Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén


Conclusión

Es muy fácil distraerse y olvidar la presencia de Dios a lo largo del día. Recordarnos a nosotros mismos la presencia de Dios, a menudo requiere santificar nuestro día con buenos hábitos diarios.



Artículo publicado originalmente en Catholic Gentleman
Adaptado y traducido al español por Rafael Ruiz, para PildorasdeFe.net

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 3 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 3



Toda comunidad debe tener una cabeza y un corazón; la comunidad cristiana tiene a Jesucristo como Cabeza y a María como Corazón.
El corazón es el motor que impulsa y da fuerza. María Santísima fue la que en los primeros días de la Iglesia dirigió a los Apóstoles, los animó, los orientó y les dio las fuerzas que necesitaban para ir por el mundo y evangelizarlo.

Si quieres que tu apostolado sea fecundo y que el cansancio no mine tu acción apostólica, ponte bajo la protección de la Reina de los Apóstoles.

María, alma de la primitiva comunidad, acompaña nuestros pasos y ayúdanos a formar la comunidad cristiana.



* P. Alfonso Milagro

BIENVENIDO FEBRERO


jueves, 2 de febrero de 2017

FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR, 2 DE FEBRERO


Fiesta de la Presentación del Señor
2 de Febrero

Aunque esta fiesta del 2 de febrero cae fuera del tiempo de navidad, es una parte integrante del relato de navidad. Es una chispa de fuego de navidad, es una epifanía del día cuadragésimo. Navidad, epifanía, presentación del Señor son tres paneles de un tríptico litúrgico.


Es una fiesta antiquísima de origen oriental. La Iglesia de Jerusalén la celebraba ya en el siglo IV. Se celebraba allí a los cuarenta días de la fiesta de la epifanía, el 14 de febrero. La peregrina Eteria, que cuenta esto en su famoso diario, añade el interesante comentario de que se "celebraba con el mayor gozo, como si fuera la pascua misma"'. Desde Jerusalén, la fiesta se propagó a otras iglesias de Oriente y de Occidente. En el siglo VII, si no antes, había sido introducida en Roma. Se asoció con esta fiesta una procesión de las candelas. La Iglesia romana celebraba la fiesta cuarenta días después de navidad.

Entre las iglesias orientales se conocía esta fiesta como "La fiesta del Encuentro" (en griego, Hypapante), nombre muy significativo y expresivo, que destaca un aspecto fundamental de la fiesta: el encuentro del Ungido de Dios con su pueblo. San Lucas narra el hecho en el capítulo 2 de su evangelio. Obedeciendo a la ley mosaica, los padres de Jesús llevaron a su hijo al templo cuarenta días después de su nacimiento para presentarlo al Señor y hacer una ofrenda por él.

Esta fiesta comenzó a ser conocida en Occidente, desde el siglo X, con el nombre de Purificación de la bienaventurada virgen María. Fue incluida entre las fiestas de Nuestra Señora. Pero esto no era del todo correcto, ya que la Iglesia celebra en este día, esencialmente, un misterio de nuestro Señor. En el calendario romano, revisado en 1969, se cambió el nombre por el de "La Presentación del Señor". Esta es una indicación más verdadera de la naturaleza y del objeto de la fiesta. Sin embargo, ello no quiere decir que infravaloremos el papel importantísimo de María en los acontecimientos que celebramos. Los misterios de Cristo y de su madre están estrechamente ligados, de manera que nos encontramos aquí con una especie de celebración dual, una fiesta de Cristo y de María.



La bendición de las candelas antes de la misa y la procesión con las velas encendidas son rasgos chocantes de la celebración actual. El misal romano ha mantenido estas costumbres, ofreciendo dos formas alternativas de procesión. Es adecuado que, en este día, al escuchar el cántico de Simeón en el evangelio (Lc 2,22-40), aclamemos a Cristo como "luz para iluminar a las naciones y para dar gloria a tu pueblo, Israel".

FIESTA DE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA, 2 DE FEBRERO


Hoy 2 de Febrero la Iglesia celebra
 la Fiesta de la Virgen de la Candelaria

 (ACI).- La Fiesta de “La Candelaria” se celebra cada 2 de febrero, coincidiendo con la celebración de la presentación del Señor y la purificación ritual de la Virgen María. A mediados del siglo V esta celebración era conocida como la “Fiesta de las luces”.

Algunos sostienen que comenzó en oriente con el nombre del “Encuentro” y luego se extendió a occidente en el siglo VI, llegándose a celebrar en Roma con carácter penitencial.

Se desconoce con certeza cuándo comenzaron las procesiones con velas relacionadas a esta fiesta, pero ya en el siglo X se celebraban con solemnidad.

La advocación mariana de la Virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de la Candelaria tuvo su origen en Tenerife (España). Según la tradición, la Virgen se apareció en 1392 a dos aborígenes “guanches” que pastoreaban su rebaño. Ellos al llegar a la boca de un barranco, vieron que el ganado no avanzaba.

Uno de los pastores avanzó para ver lo que pasaba y vio en lo alto una pequeña imagen de madera de una mujer, como de un metro de alto. En la imagen, la señora portaba una vela en la mano izquierda y cargaba a un niño en el brazo derecho, mientras que el pequeño llevaba en sus manos un pajarito de oro.

La Virgen de la Candelaria, patrona de Canarias, y se venera en la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria en Tenefire.

Más adelante, esta devoción se extendió y llegó también a América. En Argentina, por ejemplo, su fiesta se celebra en la localidad de Candelaria (Misiones), tomado de las antiguas reducciones jesuíticas (capital de los treinta pueblos guaraníes que incluía a Paraguay, Argentina y Brasil). Actualmente hay procesiones y se espera a la Virgen con serenata popular.

Asimismo, en la ciudad de Humahuaca, Jujuy, se realiza la tradicional danza de los toritos y fuegos artificiales. Mientras que en la provincia de Tucumán, en la localidad de Villa de Leales, esta festividad es una de las más multitudinarias. En Guaraní, provincia de Buenos Aires, la Virgen de la candelaria es patrona de la ciudad.

En Copacabana – la paz, en la Bolivia de 1583, fue tallada la imagen de la Virgen de la Candelaria de Copacabana por Francisco “Tito Yupanqui”. El Templo de Copacabana es el segundo templo más antiguo de Hispanoamérica.

En este país altiplánico, la Virgen de la Candelaria es patrona de Aquile (Cochabamba), Rurrenabaque (Beni), Samaipata (Santa Cruz), Azurduy (Chuquisaca) y de la comunidad de La Angostura en Tarija.

En la Iglesia de San Antonio, en la isla Mancera en Valdivia (Chile), hay registros del culto a la Virgen de la Candelaria que datan del año 1645. Es venerada en los sectores mineros del norte del país.

En la ciudad chilena de Copiapó existe un santuario de la Virgen de la Candelaria y en el pueblo de Mincha, comuna de Canela, se encuentra un templo donde hay gran devoción a la Candelaria y que es monumento histórico nacional desde 1980.

La ciudad de Medellín en Colombia fue erigida en sus orígenes como “Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín” y por ello la Virgen aparece en el escudo de la ciudad.

De igual manera, la primera Catedral de la actual Arquidiócesis de Medellín fue la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria. Otras ciudades colombianas también la tienen como patrona.

En Puno, al sur de Perú, la Fiesta de la Candelaria es una de las más importantes de la región. Allí la imagen de la Virgen de la Candelaria es sacada en procesión por las calles de la ciudad, acompañada de danzas y música tradicional.

En noviembre del 2014, la UNESCO declaró la Festividad de la Virgen de la Candelaria de Puno como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Otros países donde se festeja a la Virgen de la Candelaria son Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico, Uruguay, Venezuela y muchos más.

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Fiesta de la Candelaria

Llamada también Fiesta de la Purificación de María (griego, Hupapante), Fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el Templo. En el rito latino se observa el día 2 de febrero.

De acuerdo a la ley mosaica, una madre que había dado a luz a un hijo varón era considerada impura por siete días; además debía permanecer treinta y tres días "en purificación de su sangre"; pero si daba a luz a una niña, se duplicaba el tiempo que excluía a la madre del santuario. Al cumplirse el tiempo de su purificación (cuarenta u ochenta días) la madre debía traer al Templo un cordero para el holocausto y un pichón de paloma o una tórtola por el pecado"; si no era capaz de ofrecer un cordero, podía presentar dos tórtolas o dos pichones; el sacerdote oraba por ella y entonces quedaba limpia. (Levítico 12,2-8).

Cuarenta días después del nacimiento de Cristo María cumplió con este precepto de la Ley; ella redimió a su primogénito en el Templo (Números 18,15), y fue purificada por la oración del Bendito Simeón, en la presencia de Ana la profetisa (Lucas 2,22 ss.). Sin duda, la primitiva Iglesia de Jerusalén celebraba este acontecimiento, la primera presentación solemne de Cristo en la casa de Dios. Lo encontramos testimoniado para la primera mitad del siglo IV por la peregrina de Burdeos, Egeria o Silvia. El día (14 de febrero) se guardaba solemnemente con una procesión a la Basílica Constantiniana de la Resurrección, una homilía sobre Lucas 2,22 ss., y el Santo Sacrificio. Pero todavía la fiesta no tenía nombre propio; se le llamaba simplemente día cuadragésimo después de la Epifanía. Esta última circunstancia prueba que la Epifanía en Jerusalén era entonces la Fiesta del Nacimiento de Cristo.

Desde Jerusalén esta fiesta del día cuadragésimo se extendió a toda la Iglesia, y más tarde se celebraba el 2 de febrero, ya que en los últimos veinticinco años del siglo IV se introdujo la fiesta romana de la Natividad de Cristo (25 de diciembre). Fue atestiguada en Antioquía en 526 (Cedrenue); el emperador Justiniano I la introdujo a todo el Imperio Oriental (542) en acción de gracias por el cese de la gran pestilencia que había despoblado la ciudad de Constantinopla. En la Iglesia Griega fue llamada Hypapante tou Kyriou, el encuentro (occursus) del Señor y su Madre con Simeón y Ana. Los armenios la llaman: "La Venida del Hijo de Dios al Templo" y todavía la observan el 14 de febrero (Tondini di Quaracchi, Calendrier de la Nation Arménienne, 1906, 48); los coptos la llaman "la presentación del Señor en el Templo" (Nilles, Kal. Man., II 571, 643). Quizás el decreto de Justiniano también le dio ocasión a la Iglesia Romana (¿a Gregorio I?) para que introdujera esta fiesta, pero aún falta información definida sobre este punto.

La fiesta aparece en el sacramentario gelasiano (tradición manuscrita del siglo VII) bajo el nuevo título de Purificación de la Santísima Virgen María, pero no se menciona la procesión. El Papa Sergio I (687-701) introdujo una procesión para este día. El gregoriano (tradición del siglo VIII) no habla de esta procesión, cuyo dato prueba que la procesión de Sergio era "la estación" ordinaria, no el acto litúrgico de hoy. Ciertamente que el Papa Gelasio no introdujo esta fiesta para suprimir los excesos del “lupercalia” [1] (Migne, Missale Gothicum, 691), y esto se extendió lentamente en Occidente; no se encuentra en "el Leccionario" de Silos (650), ni en el "Calendario" (731-741) de Santa Genoveva de París. En Oriente se celebraba como un fiesta del Señor; en Occidente como una fiesta de María; aunque el invitatorio (Gaude et lætare, Jerusalén, occurrens Deo tuo), las antífonas y responsorios nos recuerden su concepción original como una fiesta del Señor. La bendición de las velas no entró al uso común antes del siglo XI; esto no tiene nada en común con la procesión del “lupercalia”. En la Iglesia Latina esta Fiesta (Purificatio B.M.V.) es una doble de segunda clase. En la Edad Media tenía una octava en la mayoría de las diócesis; también hoy día las órdenes religiosas cuyo objeto especial es la veneración de la Madre de Dios (carmelitas, servitas) y muchas diócesis (Loreto, la provincia de Siena, etc.) celebran la octava.

Bendición de las velas y procesión

De acuerdo al Misal Romano, después de tercia el celebrante, vestido con la estola y capa pluvial de color púrpura, se para la lado del altar desde donde se lee la epístola y bendice las velas (las cuales deben ser elaboradas con ceras de abeja) habiendo cantado o recitado las cinco oraciones prescritas, rocía e inciensa las candelas. Luego de haber cantado o recitado las cinco oraciones prescritas, asperja e incensa las velas; luego las distribuye al clero y a los laicos mientras el coro canta "El Cantico de Simeón (Nunc Dimittis). Se repite la antífona "Lumen ad revelationem gentium et gloriam plebis tuæ Israel" después de cada verso, según la costumbre medieval de cantar las antífonas. Durante la procesión que ahora sigue, y en la que todos los presentes llevan velas encendidas en sus manos, el coro canta la antífona "Adorna thalamum tuum, Sion", compuesta por San Juan Damasceno, una de los pocas piezas cuyos texto y música la Iglesia Romana ha tomados prestados de los griegos. Las otras antífonas son de origen romano.

La procesión solemne representa la entrada de Cristo, que es la Luz del Mundo, al Templo de Jerusalén. Forma una parte esencial de los servicios litúrgicos del día, y se debe celebrar en cada parroquia donde se pueda tener los ministros requeridos. La procesión siempre se celebra el 2 de febrero aun cuando el Oficio y la Misa de la fiesta fueran transferidas al 3 de febrero. Antes de la reforma de la liturgia latina por Pío V (1568), en las iglesias del norte y del oeste de los Alpes esta ceremonia era más solemne. Después de la quinta oración se cantaba un prefacio. La antífona “Ave María” precedía al "Adorna". Mientras que ahora la procesión se celebra dentro de la iglesia, en la Edad Media el clero abandonaba la iglesia y visitaba el cementerio que lo rodeaba. Una vez que regresaba la procesión, un sacerdote con la imagen del Niño Dios, la recibía en la puerta y entraban a la iglesia con el clero, quienes cantaban el cántico de Zacarías, el “[[[Benedictus|Benedictus Dominus Deus Israel]]". En la conclusión, al entrar al santuario, el coro cantaba el responsorio, "Gaude Maria Virgo" o la prosa, "Inviolata" o alguna otra antífona en honor a la Santísima Virgen.

PRIMER VIERNES DEL MES DE FEBRERO, SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - 2 FEB. 2017


 PRIMER VIERNES DEL MES DE FEBRERO 
DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS




BREVE CONSIDERACIÓN.- Jesús habla a su sierva Margarita María de Alacoque:"Es tanta mi satisfacción al contemplar tu corazón, hija mía, que quisiera ponerme en su lugar y servirte Yo mismo de corazón.... Te irás, pues, sin corazón; el tuyo no saldrá jamás de aquí. Lo he de llenar con un báslsamo precioso, que alimentará el fuego del amor. Y todo cuanto sufras por mi causa, ponlo en mi Sagrado Corazón, a fin de que, por mi gracia, sirva de aceite de esa lámpara, y seas eternamente consumida, de esta suerte, por mi amor"





ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 

Yo te suplico, Jesús mío, que no  me hagas conforme a la vida (la cual, según nuestros sentidos, es vida de muerte) que llevas en el Santísimo Sacramento, donde te haces obediente hasta el aniquilamiento a la sola voz del Sacerdote. Haz, Salvador mío, que en honra de tu obediencia y anonadamiento, sea yo también humilde y obediente por amor y para gloria de tu Sagrado Corazón.

Por Ti, Jesús, sacrifico mi libertad y mi propia voluntad a la tuya, y esto sin reservas. Detesto de todo corazón y renuncio  los respetos, repugnancias y desabrimientos que me sugiera  el amor prohibido, en cuanto me sea mandado o prohibido.

Este es el contrato que mi corazón hace con el tuyo,  !Oh Divino Jesús!, de obrar en todo por amor y con humildad, pues quiero vivir y morir en este ejercicio de amor perfecto. Suplícote que te hagas dueño de mi corazón y de cuanto pueda darte gloria en mí, en el tiempo y en la eternidad. Amén.

(Santa Margarita María de Alacoque.)


SEGUNDA PROMESA:
"Les daré mucha paz en sus familias"


(Recitemos las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús en gratitud a la promesa y para que se cumpla en nosotros...)

Bendigamos a Jesús por esta preciosa promesa, y  pidámosle la cumpla con todos sus apóstoles, recitando las Letanías del Sagrado Corazón de Jesús.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, ten piedad de nosotros.
R: Cristo, ten piedad de nosotros.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, óyenos.
R: Cristo, óyenos.
V: Cristo, escúchanos.
R: Cristo, escúchanos.

V: Dios, Padre celestial,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Hijo, Redentor del mundo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Espíritu Santo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Trinidad Santa, un solo Dios,

R: ten piedad de nosotros.

V: Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
R: Ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el
seno de la Virgen María, R/.
Corazón de Jesús, unido substancialmente al
Verbo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, de majestad infinita, R/.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, R/.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor, R/.
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, R/.
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, R/.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, R/.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros
de la sabiduría y la ciencia, R/.
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud
de la divinidad, R/.
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus
complacencias, R/.
Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, R/.
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, R/.
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, R/.
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, R/.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, R/.
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, R/.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, R/.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, R/.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, R/.
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, R/.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, R/.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren
y esperan, R/.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, R/.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: perdónanos, Señor.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: óyenos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: ten piedad y misericordia de nosotros.
V: Jesús, manso y humilde de corazón,
R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
V: Sagrado Corazón de Jesús,
R: en Vos confío.

V: Sagrado Corazón de María,
R: salvad el alma mía.

V: Jesús y María os quiero con toda mi alma,
R: salvad almas y salvad el alma mía.


UNA PALABRA DE MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE A SUS HERMANOS ASOCIADOS: "Así como Jesús está celoso de vuestro corazón, estadlo también vosotros del suyo ternísimo, amándole, como a nadie, en la tierra; y para probárselo, no perdaís jamás una sola Comunión, lo que regocijará grandemente al Amado, entristeciendo y confundiendo mucho al enemigo"

(UN PADRE NUESTRO Y AVEMARÍA POR LOS AGONIZANTES Y PECADORES)




ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.

Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén


Corazón Divino de Jesús, ten misericordia de nosotros (Tres veces)

Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

San José, Ruega por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

ESTAMPAS CON JACULATORIAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS















LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 2 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 2




Entre los cristianos es muy frecuente representar a la Virgen con las manos juntas en actitud de oración, como queriendo decirnos que debemos elevar nuestros ojos hacia arriba, hacia el cielo, hacia Dios.

María Inmaculada, con las manos juntas hacia arriba, elevados sus ojos hacia las alturas, arropada con el manto azul, símbolo de su ideal, nos señala cuál debe ser nuestra meta.

¡Qué necesario es responder a la invitación litúrgica que dice. “Levantemos el corazón!” No puede el cristiano vivir arrastrándose a ras de tierra; debe elevarse hacia las alturas y lanzarse hacia Dios sin olvidarse de su misión en el mundo.

María, punto de enlace del cielo con la tierra, ayúdanos con tu presencia para que el Evangelio no se desencarne ni se desfigure
 (cf Puebla 301)


* P. Alfonso Milagro

BIENVENIDO FEBRERO


miércoles, 1 de febrero de 2017

MARÍA, ROSA MÍSTICA

María Rosa Mística



Brescia, Italia.- La Virgen María se aparece a una humilde enfermera llamada Pierina Gilli. Ella quiso consagrarse al Señor como hermana de la orden de las Siervas de la Caridad, sin poder lograrlo debido a los problemas que afectaban su salud: el Plan de Dios para Pierina indicaba que su vida debía ser la de un instrumento que recibiría a la Madre del Salvador.

Sin embargo, con anterioridad a María, Pierina recibió las apariciones de una Santa mujer, la fundadora de la orden a la que ella quiso ingresar, Santa María Crucificada de la Rosa. Ella preparó la venida de la Virgen: María finalmente se presentó durante 1944 en una primera oportunidad, mostrando tres espadas que atravesaban su Corazón. Las espadas representaban las heridas producidas por las faltas de las almas consagradas, sacerdotes y religiosas. Este mensaje indicó a las claras el sentido de toda la revelación que María nos iba a entregar a través de la humilde enfermera de Brescia.

rosa mistica 2Pero fue en la primavera italiana de 1947 en que la Virgen acentuó su presencia ante Pierina: allí se manifiesta con la conocida imagen de las Tres Rosas engarzadas en su pecho, y una actitud que de tan amorosa llena de amor a los corazones más fríos y alejados. María Rosa Mística es el nombre con el que la Virgen se manifiesta a Pierina, para alegría de quienes vemos en la Madre de Dios a nuestra guía y capitana: ¡Ella nos lleva a su Hijo, Jesús!

Los mensajes de la Virgen se centran a partir de entonces en la necesidad de ayudar a las almas consagradas, religiosas y sacerdotes, mediante la oración, el sacrificio y la penitencia, siendo estos los mensajes representados en las tres Rosas que María lleva en su imagen. El propósito de ésta misión es claro: Dios necesita a los que integran Su Cuerpo Místico con la función de ser pastores de las almas, y también a quienes con su oración sostienen espiritualmente a la Iglesia. El mundo no puede salvarse, si la iglesia no tiene en su interior a las fieles almas consagradas que muevan a los hombres a la conversión verdadera. ¡Ellos son las venas por los que corre la Sangre espiritual del Cuerpo Místico!

Pero sin dudas que la conocida imagen de la Rosa Mística ha sido el signo que ha caracterizado a ésta aparición: las miles de estatuas que inundaron el mundo han generado cientos de milagros, en la forma de lacrimaciones, lacrimaciones de Sangre, escarchas de colores, exudación de aceite perfumado y sanaciones de cuerpos y almas.

Todas estas Gracias han tenido un efecto maravilloso: la Rosa Mística se transforma rápidamente en una de las imágenes de María más difundidas en el mundo actual. La Reina del Cielo nos enamora profundamente, nos lleva a Su Corazón Inmaculado con la seguridad de quienes saben que tienen la protección de Dios.

¡María Rosa Mística, llena nuestro corazón de tu Gracia, mueve nuestras almas con suavidad y ternura, como lo hacías con tu Niño en Nazaret!


Fuente: Reina del Cielo

CONOCE A SAN JUAN BOSCO


San Juan Bosco
Debemos acostumbrarnos a vivir siempre en la presencia de Dios, puesto que Él está presente en todo.


Por: Pedro García, Misionero Claretiano | 




Un Santo tan popular, tan universalmente venerado, tan querido de todos. Un hombre tan grande, con una idea fija: ¡Señor, dame almas!... Almas, almas, sobre todo de niños y de jóvenes, para llevarlas a ti.

Al hablar de San Juan Bosco hay que empezar por su madre, la famosa mamá Margarita, porque la madre dejó impresa en Juan una huella indeleble, de mucha trascendencia en su vida y en su misión educadora. Margarita forma a su hijo en el temor santo de Dios, y le dice con gravedad:

- Dios nos ve; Dios está en todas partes; Dios es nuestro Padre, nuestro Redentor y nuestro Juez, que de todo nos tomará cuenta, que castigará a los que desobedecen sus leyes y mandatos, y premiará con largueza infinita a los que le aman y obedecen. Debemos acostumbrarnos a vivir siempre en la presencia de Dios, puesto que Él está presente en todo.

Esto dice una madre cristiana, tan amorosa pero tan seria, que sabe poner un fundamento indestructible. Juan aprende bien la lección, y ese temor de Dios será la base de su sistema educativo.

Pronto descubre el niño Juan, a sólo nueve años de edad, lo que va a ser su vida.



Tiene una visión extraordinaria. Contempla en una pradera a muchos niños que gesticulan, blasfeman, roban y se entregan a toda suerte de fechorías. Entonces él, Juan Bosco, se tira en medio de ellos, y empieza a repartir golpes y bastonazos furiosos... Hasta que le detiene el Señor, que se le aparece y le amonesta:

- ¡No; así no se hace! Ponte en medio de ellos, y enséñales lo feo que es el pecado y lo bella que es la vida cristiana.

Aparece también la Señora, que le muestra una manada de animales extraños y feroces, cambiados después en corderos juguetones y que balan amorosos, mientras la Señora le dice:

- ¡Mira lo que te espera! Hazte bien humilde, fuerte, bueno, y verás lo que vas a hacer.
Juan se echa a llorar. Pero sigue la Señora:
- Llegará un tiempo en que lo comprenderás todo.

Y desapareció la visión. En ella está encerrada la misión que le espera a Juan Bosco: Jesucristo y la Virgen le encomiendan la salvación de los niños y los jóvenes. En vez de ser unos maleantes y unos perdidos en la sociedad, como los animales aquellos, serán ciudadanos dignos y unos cristianos ejemplares, como corderitos mansos.

Ya sacerdote, Juan Bosco está en la sacristía y ve cómo el sacristán golpea sin compasión a un muchacho de quince años porque no sabe ayudar a Misa. Juan Bosco se enternece.

- Ven, muchacho. Vamos a rezar.
- Yo no sé rezar, Padre.
- No tengas miedo, ya lo harás conmigo.
Se arrodillan los dos, y rezan a la Virgen. Don Bosco le encarga:
- Vente aquí el domingo por la tarde.

Y allí que se presenta el chico con otros compañeros. ¡Nacía entonces en Turín la obra de los Ora-torios festivos, y con ella toda la obra inmensa de Don Bosco! Los Salesianos, las Hijas de María Auxiliadora... Y por doquier, oratorios, escuelas, templos de fuerte espiritualidad...

Nos hemos acostumbrado a pensar en un Don Bosco que pasa la vida riendo y haciendo reír. Pero hay que adentrarse en aquella alma de santo troquelada en la pobreza, el abandono y la comprensión de los principios del Oratorio, que era emigrante hasta que se asentó de manera estable. Los chicos le vieron por primera vez llorar. Y su madre, la clásica mamá Margarita, mujer santa de veras, aunque vivía feliz en el seno del hogar con su hijo José y sus nietecitos, abandona decidida todo para vivir en plenitud la pobreza y las angustias de su hijo Juan, el sacerdote de quien está tan orgullosa. La madre de Don Bosco es también la madre también de cientos y de miles de muchachos del Oratorio bendito.

¿Dónde está el secreto de Don Bosco? Está en su Sistema Preventivo, que se ha hecho famoso.
Al niño, al joven, hay que darle Religión, Temor santo de Dios, Sacramentos, Oración. Para cuando el demonio venga, llegará tarde.

Después, meter grandes convicciones en el niño y en el joven, para que actúen siempre con sentido de responsabilidad, por sí mismos, y no por miedo.

Y, finalmente, tratarlos con mucho amor. La familiaridad con ellos, les llevará al amor. El amor, les inspirará confianza. Con la confianza en el educador, se tiene todo ganado.

Así lo hacía Don Bosco. Su mejor alumno, Domingo Savio, que con sus quince años está en los altares, dirá: -Nosotros aquí hacemos consistir la santidad en mucha alegría.

En 1887, poco antes de morir, Don Bosco llega a Roma para inaugurar la Basílica del Sagrado Corazón, hasta quince veces interrumpe la Misa con el llanto. ¿Por qué llora?... Le han venido a la mente las palabras de la Virgen en aquella visión: -A su tiempo lo entenderás todo. Así es. Tantos niños y jóvenes como se hubieran perdido, son en sus oratorios y escuelas una gloria de la sociedad y de la Iglesia. ¡Miles y miles de jóvenes en camino de salvación!... Su sed de almas está saciada...

Don Bosco, San Juan Bosco, es uno de los hombres más providenciales suscitados por Dios en la Iglesia de nuestros días.
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