jueves, 2 de febrero de 2017

PRIMER VIERNES DEL MES DE FEBRERO, SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - 2 FEB. 2017


 PRIMER VIERNES DEL MES DE FEBRERO 
DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS




BREVE CONSIDERACIÓN.- Jesús habla a su sierva Margarita María de Alacoque:"Es tanta mi satisfacción al contemplar tu corazón, hija mía, que quisiera ponerme en su lugar y servirte Yo mismo de corazón.... Te irás, pues, sin corazón; el tuyo no saldrá jamás de aquí. Lo he de llenar con un báslsamo precioso, que alimentará el fuego del amor. Y todo cuanto sufras por mi causa, ponlo en mi Sagrado Corazón, a fin de que, por mi gracia, sirva de aceite de esa lámpara, y seas eternamente consumida, de esta suerte, por mi amor"





ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 

Yo te suplico, Jesús mío, que no  me hagas conforme a la vida (la cual, según nuestros sentidos, es vida de muerte) que llevas en el Santísimo Sacramento, donde te haces obediente hasta el aniquilamiento a la sola voz del Sacerdote. Haz, Salvador mío, que en honra de tu obediencia y anonadamiento, sea yo también humilde y obediente por amor y para gloria de tu Sagrado Corazón.

Por Ti, Jesús, sacrifico mi libertad y mi propia voluntad a la tuya, y esto sin reservas. Detesto de todo corazón y renuncio  los respetos, repugnancias y desabrimientos que me sugiera  el amor prohibido, en cuanto me sea mandado o prohibido.

Este es el contrato que mi corazón hace con el tuyo,  !Oh Divino Jesús!, de obrar en todo por amor y con humildad, pues quiero vivir y morir en este ejercicio de amor perfecto. Suplícote que te hagas dueño de mi corazón y de cuanto pueda darte gloria en mí, en el tiempo y en la eternidad. Amén.

(Santa Margarita María de Alacoque.)


SEGUNDA PROMESA:
"Les daré mucha paz en sus familias"


(Recitemos las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús en gratitud a la promesa y para que se cumpla en nosotros...)

Bendigamos a Jesús por esta preciosa promesa, y  pidámosle la cumpla con todos sus apóstoles, recitando las Letanías del Sagrado Corazón de Jesús.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, ten piedad de nosotros.
R: Cristo, ten piedad de nosotros.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, óyenos.
R: Cristo, óyenos.
V: Cristo, escúchanos.
R: Cristo, escúchanos.

V: Dios, Padre celestial,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Hijo, Redentor del mundo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Espíritu Santo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Trinidad Santa, un solo Dios,

R: ten piedad de nosotros.

V: Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
R: Ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el
seno de la Virgen María, R/.
Corazón de Jesús, unido substancialmente al
Verbo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, de majestad infinita, R/.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, R/.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor, R/.
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, R/.
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, R/.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, R/.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros
de la sabiduría y la ciencia, R/.
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud
de la divinidad, R/.
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus
complacencias, R/.
Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, R/.
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, R/.
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, R/.
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, R/.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, R/.
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, R/.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, R/.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, R/.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, R/.
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, R/.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, R/.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren
y esperan, R/.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, R/.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: perdónanos, Señor.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: óyenos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: ten piedad y misericordia de nosotros.
V: Jesús, manso y humilde de corazón,
R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
V: Sagrado Corazón de Jesús,
R: en Vos confío.

V: Sagrado Corazón de María,
R: salvad el alma mía.

V: Jesús y María os quiero con toda mi alma,
R: salvad almas y salvad el alma mía.


UNA PALABRA DE MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE A SUS HERMANOS ASOCIADOS: "Así como Jesús está celoso de vuestro corazón, estadlo también vosotros del suyo ternísimo, amándole, como a nadie, en la tierra; y para probárselo, no perdaís jamás una sola Comunión, lo que regocijará grandemente al Amado, entristeciendo y confundiendo mucho al enemigo"

(UN PADRE NUESTRO Y AVEMARÍA POR LOS AGONIZANTES Y PECADORES)




ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.

Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén


Corazón Divino de Jesús, ten misericordia de nosotros (Tres veces)

Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

San José, Ruega por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

ESTAMPAS CON JACULATORIAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS















LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 2 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 2




Entre los cristianos es muy frecuente representar a la Virgen con las manos juntas en actitud de oración, como queriendo decirnos que debemos elevar nuestros ojos hacia arriba, hacia el cielo, hacia Dios.

María Inmaculada, con las manos juntas hacia arriba, elevados sus ojos hacia las alturas, arropada con el manto azul, símbolo de su ideal, nos señala cuál debe ser nuestra meta.

¡Qué necesario es responder a la invitación litúrgica que dice. “Levantemos el corazón!” No puede el cristiano vivir arrastrándose a ras de tierra; debe elevarse hacia las alturas y lanzarse hacia Dios sin olvidarse de su misión en el mundo.

María, punto de enlace del cielo con la tierra, ayúdanos con tu presencia para que el Evangelio no se desencarne ni se desfigure
 (cf Puebla 301)


* P. Alfonso Milagro

BIENVENIDO FEBRERO


miércoles, 1 de febrero de 2017

MARÍA, ROSA MÍSTICA

María Rosa Mística



Brescia, Italia.- La Virgen María se aparece a una humilde enfermera llamada Pierina Gilli. Ella quiso consagrarse al Señor como hermana de la orden de las Siervas de la Caridad, sin poder lograrlo debido a los problemas que afectaban su salud: el Plan de Dios para Pierina indicaba que su vida debía ser la de un instrumento que recibiría a la Madre del Salvador.

Sin embargo, con anterioridad a María, Pierina recibió las apariciones de una Santa mujer, la fundadora de la orden a la que ella quiso ingresar, Santa María Crucificada de la Rosa. Ella preparó la venida de la Virgen: María finalmente se presentó durante 1944 en una primera oportunidad, mostrando tres espadas que atravesaban su Corazón. Las espadas representaban las heridas producidas por las faltas de las almas consagradas, sacerdotes y religiosas. Este mensaje indicó a las claras el sentido de toda la revelación que María nos iba a entregar a través de la humilde enfermera de Brescia.

rosa mistica 2Pero fue en la primavera italiana de 1947 en que la Virgen acentuó su presencia ante Pierina: allí se manifiesta con la conocida imagen de las Tres Rosas engarzadas en su pecho, y una actitud que de tan amorosa llena de amor a los corazones más fríos y alejados. María Rosa Mística es el nombre con el que la Virgen se manifiesta a Pierina, para alegría de quienes vemos en la Madre de Dios a nuestra guía y capitana: ¡Ella nos lleva a su Hijo, Jesús!

Los mensajes de la Virgen se centran a partir de entonces en la necesidad de ayudar a las almas consagradas, religiosas y sacerdotes, mediante la oración, el sacrificio y la penitencia, siendo estos los mensajes representados en las tres Rosas que María lleva en su imagen. El propósito de ésta misión es claro: Dios necesita a los que integran Su Cuerpo Místico con la función de ser pastores de las almas, y también a quienes con su oración sostienen espiritualmente a la Iglesia. El mundo no puede salvarse, si la iglesia no tiene en su interior a las fieles almas consagradas que muevan a los hombres a la conversión verdadera. ¡Ellos son las venas por los que corre la Sangre espiritual del Cuerpo Místico!

Pero sin dudas que la conocida imagen de la Rosa Mística ha sido el signo que ha caracterizado a ésta aparición: las miles de estatuas que inundaron el mundo han generado cientos de milagros, en la forma de lacrimaciones, lacrimaciones de Sangre, escarchas de colores, exudación de aceite perfumado y sanaciones de cuerpos y almas.

Todas estas Gracias han tenido un efecto maravilloso: la Rosa Mística se transforma rápidamente en una de las imágenes de María más difundidas en el mundo actual. La Reina del Cielo nos enamora profundamente, nos lleva a Su Corazón Inmaculado con la seguridad de quienes saben que tienen la protección de Dios.

¡María Rosa Mística, llena nuestro corazón de tu Gracia, mueve nuestras almas con suavidad y ternura, como lo hacías con tu Niño en Nazaret!


Fuente: Reina del Cielo

CONOCE A SAN JUAN BOSCO


San Juan Bosco
Debemos acostumbrarnos a vivir siempre en la presencia de Dios, puesto que Él está presente en todo.


Por: Pedro García, Misionero Claretiano | 




Un Santo tan popular, tan universalmente venerado, tan querido de todos. Un hombre tan grande, con una idea fija: ¡Señor, dame almas!... Almas, almas, sobre todo de niños y de jóvenes, para llevarlas a ti.

Al hablar de San Juan Bosco hay que empezar por su madre, la famosa mamá Margarita, porque la madre dejó impresa en Juan una huella indeleble, de mucha trascendencia en su vida y en su misión educadora. Margarita forma a su hijo en el temor santo de Dios, y le dice con gravedad:

- Dios nos ve; Dios está en todas partes; Dios es nuestro Padre, nuestro Redentor y nuestro Juez, que de todo nos tomará cuenta, que castigará a los que desobedecen sus leyes y mandatos, y premiará con largueza infinita a los que le aman y obedecen. Debemos acostumbrarnos a vivir siempre en la presencia de Dios, puesto que Él está presente en todo.

Esto dice una madre cristiana, tan amorosa pero tan seria, que sabe poner un fundamento indestructible. Juan aprende bien la lección, y ese temor de Dios será la base de su sistema educativo.

Pronto descubre el niño Juan, a sólo nueve años de edad, lo que va a ser su vida.



Tiene una visión extraordinaria. Contempla en una pradera a muchos niños que gesticulan, blasfeman, roban y se entregan a toda suerte de fechorías. Entonces él, Juan Bosco, se tira en medio de ellos, y empieza a repartir golpes y bastonazos furiosos... Hasta que le detiene el Señor, que se le aparece y le amonesta:

- ¡No; así no se hace! Ponte en medio de ellos, y enséñales lo feo que es el pecado y lo bella que es la vida cristiana.

Aparece también la Señora, que le muestra una manada de animales extraños y feroces, cambiados después en corderos juguetones y que balan amorosos, mientras la Señora le dice:

- ¡Mira lo que te espera! Hazte bien humilde, fuerte, bueno, y verás lo que vas a hacer.
Juan se echa a llorar. Pero sigue la Señora:
- Llegará un tiempo en que lo comprenderás todo.

Y desapareció la visión. En ella está encerrada la misión que le espera a Juan Bosco: Jesucristo y la Virgen le encomiendan la salvación de los niños y los jóvenes. En vez de ser unos maleantes y unos perdidos en la sociedad, como los animales aquellos, serán ciudadanos dignos y unos cristianos ejemplares, como corderitos mansos.

Ya sacerdote, Juan Bosco está en la sacristía y ve cómo el sacristán golpea sin compasión a un muchacho de quince años porque no sabe ayudar a Misa. Juan Bosco se enternece.

- Ven, muchacho. Vamos a rezar.
- Yo no sé rezar, Padre.
- No tengas miedo, ya lo harás conmigo.
Se arrodillan los dos, y rezan a la Virgen. Don Bosco le encarga:
- Vente aquí el domingo por la tarde.

Y allí que se presenta el chico con otros compañeros. ¡Nacía entonces en Turín la obra de los Ora-torios festivos, y con ella toda la obra inmensa de Don Bosco! Los Salesianos, las Hijas de María Auxiliadora... Y por doquier, oratorios, escuelas, templos de fuerte espiritualidad...

Nos hemos acostumbrado a pensar en un Don Bosco que pasa la vida riendo y haciendo reír. Pero hay que adentrarse en aquella alma de santo troquelada en la pobreza, el abandono y la comprensión de los principios del Oratorio, que era emigrante hasta que se asentó de manera estable. Los chicos le vieron por primera vez llorar. Y su madre, la clásica mamá Margarita, mujer santa de veras, aunque vivía feliz en el seno del hogar con su hijo José y sus nietecitos, abandona decidida todo para vivir en plenitud la pobreza y las angustias de su hijo Juan, el sacerdote de quien está tan orgullosa. La madre de Don Bosco es también la madre también de cientos y de miles de muchachos del Oratorio bendito.

¿Dónde está el secreto de Don Bosco? Está en su Sistema Preventivo, que se ha hecho famoso.
Al niño, al joven, hay que darle Religión, Temor santo de Dios, Sacramentos, Oración. Para cuando el demonio venga, llegará tarde.

Después, meter grandes convicciones en el niño y en el joven, para que actúen siempre con sentido de responsabilidad, por sí mismos, y no por miedo.

Y, finalmente, tratarlos con mucho amor. La familiaridad con ellos, les llevará al amor. El amor, les inspirará confianza. Con la confianza en el educador, se tiene todo ganado.

Así lo hacía Don Bosco. Su mejor alumno, Domingo Savio, que con sus quince años está en los altares, dirá: -Nosotros aquí hacemos consistir la santidad en mucha alegría.

En 1887, poco antes de morir, Don Bosco llega a Roma para inaugurar la Basílica del Sagrado Corazón, hasta quince veces interrumpe la Misa con el llanto. ¿Por qué llora?... Le han venido a la mente las palabras de la Virgen en aquella visión: -A su tiempo lo entenderás todo. Así es. Tantos niños y jóvenes como se hubieran perdido, son en sus oratorios y escuelas una gloria de la sociedad y de la Iglesia. ¡Miles y miles de jóvenes en camino de salvación!... Su sed de almas está saciada...

Don Bosco, San Juan Bosco, es uno de los hombres más providenciales suscitados por Dios en la Iglesia de nuestros días.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 1 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 1



Dice el Evangelio que Cristo vino a este mundo a traernos la Vida, la verdadera Vida de Dios en nosotros. Cristo es esa Vida y esa Vida ha venido a nosotros por María.

El que vive esa Vida divina es más hijo de Dios y es más hijo de María, nada hay más importante y decisivo para el cristiano que vivir la vida de Dios, y desde ese “lugar”, desde esa experiencia, contemplar y vivir todo lo demás.

Para vivir esa vida divina nos ayudará poderosamente la vigilancia y protección de la Santísima Virgen, tratando de imitar sus virtudes en todos nuestros actos, no olvidando recurrir a ella con frecuentes y fervientes plegarias.

Ven, Espíritu Santo, y ayúdanos a crecer en el silencio y la contemplación como María, para que sepamos conservar y meditar en nuestro corazón las palabras de Jesús.



* P. Alfonso Milagro

BIENVENIDO FEBRERO!!



martes, 31 de enero de 2017

AYUDA INESPERADA

Ayuda inesperada



Hoy celebramos a San Juan Bosco. No tuvo una vida fácil. A los dos años quedó huérfano de padre. Pero se constituyó en padre de numerosos huérfanos. Y millares de jóvenes de toda raza y nación, lo aclaman como “Padre y maestro de la juventud”. Su vida transcurrió en la pobreza, pero dedicó sus mejores energías a la juventud indigente y necesitada. El mismo refiere algunas de las persecuciones que sufrió.

“Era una noche lluviosa y volvía yo de la ciudad, cuando observo en un lugar desierto a dos hombres que marchan delante de mí, acelerando o disminuyendo el paso, conforme andaba yo. Quise cambiar de vereda, pero no me dieron lugar, se fueron hacia atrás y en el mayor silencio me arrojaron un manto a la cara. Uno me ciñó la boca con un pañuelo, para que no gritase. En ese momento apareció un perro enorme y, gruñendo como un oso, plantó las zarpas en el rostro de uno y el hocico en el del otro, obligados así a atender al perro antes que a mí. —¡Llame a su perro!, me gritaron aterrados. —Sí, lo llamaré, pero déjenme libre. —¡Pronto, llámelo! El perro seguía rugiendo como lobo rabioso. Los asaltantes huyeron y el perro se me puso al lado y me acompañó hasta el hospital Cottolengo, a donde me dirigía”.

Dios lo protegió repetidas veces en forma prodigiosa. Don Bosco, el santo turinés, anunciaba, a través de revelaciones nocturnas, el futuro de la Iglesia y de la Congregación Salesiana. Por su intercesión, personas afectadas de diversas enfermedades se curaron milagrosamente. Y hubo hasta multiplicación de panecillos, hostias y avellanas. Todos estos dones y su vida entera los consagró a sus queridos jóvenes.

* Enviado por el P. Natalio

DIME QUÉ PADRE ERES Y TE DIRÉ QUÉ HIJO TENDRÁS


Dime qué padre eres y te diré qué hijo tendrás
Si en su matrimonio hay violencia, ¿por qué extrañarse de que su hijo sea violento con sus amigos? Si no hay respeto, ¿por qué mostrarse sorprendidos cuando el hijo se ha convertido en el buleador de su salón?


Por: Adolfo Güémez | Fuente: Analisis y Actualidad 




Pancho estaba saliendo de haber cenado con sus abuelos en un restaurante. Cuando ya se estaban subiendo a un taxi, un chico se acercó a pedirles una limosna.

El abuelo metió la mano en el bolso y le dio unas monedas con una sonrisa: «Perdona, pero no tengo más».

El chico lo miró con desprecio y le dijo: «Eres un miserable», y le escupió.

Pancho se enojó e iba a salir del auto a pegarle al niño, pero su abuelo lo paró y le dijo: «No, no es su culpa. Imagínate la familia que el pobre debe de tener.»

Lo que les escribo no lo inventé. Sucedió tal cual. Y no me sorprende. Porque, efectivamente, lo que los padres son, en eso se convierten los hijos. La familia determina directamente su personalidad.



Esto conlleva una gran responsabilidad de parte los papás.

En primer lugar, tomar conciencia de esta realidad. No sólo para saberlo, sino para cambiar lo que tengan que cambiar.

Si en su matrimonio hay violencia, ¿por qué extrañarse de que su hijo sea violento con sus amigos? Si no hay cariño, sino sólo reprimendas, ¿por qué escandalizarse cuando me entero de que mi hijo es buleado en el colegio? Si no hay respeto, ¿por qué mostrarse sorprendidos cuando el hijo se ha convertido en el buleador de su salón?

Padres, sus hijos son sus espejos. Nada –escuchen bien, ¡nada!– de lo que hagan o digan, es indiferente para ellos. Ustedes están formando hoy en su hogar lo que sus hijos serán el día de mañana.

Y aquí no vale el sofisma de que “para eso lo metieron a tal o cual escuela”, para que lo formen, para suplan lo que ustedes no le pueden dar. ¡No! La responsabilidad total de la educación es de ustedes.

Pero no escribo esto para angustiarles. Porque soy muy consciente de que no hay matrimonio perfecto. Sé muy bien que todos tenemos mucho que cambiar y mejorar.

No se espanten ni tengan miedo de sus limitaciones. Dios suple todas las carencias que ustedes puedan tener. Pero con una sola condición: que cada uno de ustedes ponga todo lo que está de su parte para dar lo mejor para educar a sus hijos.

Por eso lo segundo que tienen que hacer es estar dispuestos a cambiar lo que haya que cambiar en su persona, en su actitud, en su situación actual para mejorar la paz y la armonía en sus hogares.

Si has visto con claridad que hay comportamientos, vicios, maneras de tratarse que no le harán un bien a sus hijos, entonces, ¿qué esperan para cambiarlos?

El momento para hacerlo no es mañana. Es hoy. La fuerza para lograrlo no llegará en una semana. La tienes hoy. Porque Dios te la da.

Queridos padres, sus hijos quieren vivir en el mejor hogar posible. Dios quiere que sus hijos sean lo mejor. ¿Ustedes querrán también lo mismo?

SAN JUAN BOSCO, 31 DE ENERO


Hoy celebramos a San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud - 31 de enero



¡Feliz Fiesta de San Juan Bosco! ¡Viva Don Bosco!





 (ACI).- “Uno solo es mi deseo: que sean felices en el tiempo y en la eternidad”, dejó escrito a sus jóvenes el gran San Juan Bosco, fundador de la Familia Salesiana y declarado “padre y maestro de la juventud” por San Juan Pablo II.

Don Bosco nació un 16 de agosto de 1815 en I Becchi, Castelnuovo D’ Asti (Italia). A sus dos años murió su padre y su mamá, la “Sierva de Dios” Margarita Occhiena, siendo analfabeta y pobre, se encargó de sacar adelante a sus hijos.

A los nueve años Juanito tuvo un sueño profético en el que vio una multitud de chiquillos que se peleaban y blasfemaban. Él trató de hacerlos callar con los puños, pero se apareció Jesús y le dijo que debía ganarse a los muchachos con la mansedumbre y la caridad. Asimismo, Cristo le mostró a la que sería su maestra: la Virgen María.


Luego, la Madre de Dios le indicó que mirara donde estaban los muchachos y Juan vio a muchos animales que después se transformaron en mansos corderos. Al final, la Virgen le dijo estas memorables palabras: “A su tiempo lo comprenderás todo”.

Poco a poco fue creciendo en Juan un gran interés por  los estudios, así como su deseo de ser sacerdote para aconsejar a los pequeños. No obstante, para lograrlo, muchas veces tuvo que abandonar su casa y trabajar en diferentes oficios que, en el futuro, él enseñaría a sus muchachos para que se  ganen un sustento.

Ingresó al seminario de Chieri y conoció a San José Cafasso, quien le mostró las prisiones y los barrios bajos donde había jóvenes necesitados. Recibió el orden sacerdotal en 1841 y buscando prevenir que los muchachos se pierdan en malos pasos, entonces inició el oratorio salesiano que desde  sus inicios reunió a cientos de jóvenes.


 Al principio esta obra no tenía lugar fijo hasta que logra establecerse en el barrio periférico de Valdocco. En una ocasión cayó gravemente enfermo, pero al recuperarse Don Bosco prometió dar hasta su último aliento por los jóvenes.


San Juan Bosco se entregó de lleno a consolidar y extender su obra. Brindó alojamiento a chicos abandonados, ofreció talleres de aprendizaje y, siendo un sacerdote pobre, construyó una iglesia en honor a San Francisco de Sales, el santo de la amabilidad.

En 1859 fundó a los Salesianos con un grupo de jóvenes y más adelante cofunda las Hijas de María Auxiliadora con Santa María Mazzarello. Luego también dio  inicio a los Salesianos Cooperadores. Además, sólo con donaciones, construyó la Basílica de María Auxiliadora de Turín y la Basílica del Sagrado Corazón en Roma.

San Juan Bosco partió a la Casa del Padre un 31 de enero de 1888, día que la Iglesia celebra su fiesta, y después de haber hecho vida aquella frase que le dijo a su alumno Santo Domingo Savio: “Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.

PAPA FRANCISCO INVITA A EXPERIMENTAR EL ENCUENTRO CON JESÚS


Papa Francisco invita a experimentar el estupor que produce el encuentro con Jesús
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 31 Ene. 17 / 05:12 am (ACI).- El Papa Francisco invitó a los cristianos a dejarse sorprender por el encuentro con Jesús, a experimentar el estupor que produce en cada uno el ver a Jesús con su mirada fija en los problemas que sufren las personas.

El Santo Padre, durante la homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, comentó el Evangelio de San Marcos de hoy, en el que se recogen dos milagros de Jesús.


Por un lado, la resurrección de la hija de Jairo, uno de los jefes de la sinagoga. Por otro lado, la curación de la hemorroísa, la mujer anciana que padecía flujo de sangre desde hacía doce años y que se curó al tocar el manto de Jesús.

Estos dos ejemplos, explicó el Pontífice, ilustran la importancia que el Señor da a los problemas: los grandes y los pequeños. “La mirada de Jesús se dirige tanto a los problemas grandes como a los pequeños. Así mira Jesús: nos mira a todos, a cada uno de nosotros".

"Dirige la mirada hacia nuestros grandes problemas, hacia nuestras grandes alegrías, y mira también nuestras cosas pequeñas. Porque es cercano a nosotros. Jesús no tiene miedo de las cosas grandes, y también tiene en cuenta las pequeñas. Así nos mira Jesús”.

Francisco recordó que Jesús “estaba siempre en medio de la multitud. No iba con una guardia que le hiciera de escolta con el objetivo de que no le tocasen. No. Él se quedaba con la gente y la gente se acercaba a Él. Cada vez que Jesús salía al encuentro de la gente, la multitud aumentaba. Él no buscaba la popularidad".

"Buscaba otra cosa: buscaba a la gente. La gente se le acercaba: la gente tenía los ojos fijos en Él, y Él tenía los ojos fijos en la gente, en cada una de las personas. Esta es la particularidad de la mirada de Jesús. Jesús no masifica a la gente: Jesús mira a cada uno”.

El Santo Padre animó a no tener miedo de cruzar la mirada con la de Jesús: “avanzo, camino delante, fijo la mirada en Jesús y, ¿qué es lo que encuentro? ¡Que Él ha fijado su mirada en mí! Y eso me hace sentir un gran estupor. Es el estupor del encuentro con Jesús. ¡Pero no tengamos miedo!"

"No tengamos miedo, al igual que no tuvo miedo aquella mujer anciana de tocar su manto. ¡No tengamos miedo! Corramos por ese camino, con la mirada siempre fija en Jesús y nos encontraremos con esa bella sorpresa: Nos llenará de estupor porque el mismo Jesús ha fijado su mirada en mí”.


Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Marcos 5:21-43
21 Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a él mucha gente; él estaba a la orilla del mar.
22 Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies,
23 y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva.»
24 Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía.
25 Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años,
26 y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor,
27 habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.
28 Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré.»
29 Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal.
30 Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?»
31 Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"»
32 Pero él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho.
33 Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante él y le contó toda la verdad.
34 El le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad.»
35 Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos dicendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?»
36 Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe.»
37 Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
38 Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos.
39 Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida.»
40 Y se burlaban de él. Pero él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña.
41 Y tomando la mano de la niña, le dice: « Talitá kum », que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate.»
42 La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor.
43 Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 31 DE ENERO


Los cinco minutos de María
Enero 31



Si María santísima es el modelo del cristiano, lo es de un modo muy señalado para la juventud, porque María siempre fue joven; muy joven cuando fue Madre de Dios, y siempre joven de espíritu; la fuente de su juventud está en la bondad de su corazón.

María tuvo siempre un ideal joven y por eso se ha convertido en el ideal de los jóvenes; ella fue siempre noble y digna, pura y limpia, inmaculada y santa, como debe ser todo ideal.

Si todo ideal es azul, como el color del cielo, la juventud toma el manto azul de la Inmaculada como el ideal de sus pensamientos y el imán que atrae sus afectos.

Aunque pasen los años por nosotros, no perdamos la juventud de nuestro espíritu, no perdamos la juventud de la Inmaculada.
Señor, ayúdanos a vivir como María, y, así, crecer en seguridad y alegría.


* P. Alfonso Milagro

LA HISTORIA DE UN MILAGRO POCO CONOCIDO DE DON BOSCO Y MARÍA AUXILIADORA


La historia de un milagro poco conocido de Don Bosco y María Auxiliadora




 (ACI).- La presencia de Don Bosco en la ciudad italiana de Génova está ligada a muchas anécdotas, historias y también algunos milagros como el que relata el sacerdote salesiano P. Mauricio Verlezza.

El P. Verlezza, responsable de la Obra de Don Bosco en Sampierdarena (Génova), desde donde salieron las primeras expediciones misioneras hacia Argentina, contó a ACI Prensa que el santo sacerdote celebró una Misa en 1872 en la que participaba una gran cantidad de benefactores.  

Al final, y luego de escuchar su catequesis, todos pasaron por la sacristía de la Catedral de San Siro para recibir la bendición del fundador de los salesianos. A cada uno le obsequiaba una medallita de María Auxiliadora.


“Las medallitas que tenía en una pequeña bolsa eran muy pocas y el milagro fue que todos pudieron recibirla, pese a que la bolsita que el secretario le dio a Don Bosco realmente tenía poquísimas”.

Aquí, explicó también el sacerdote, “San Juan Bosco miraba sus sueños misioneros con un mapamundi que se conserva en el pequeño cuarto en el que reposaba durante su permanencia en Sampierdarena”.

“Uno solo es mi deseo: que sean felices en el tiempo y en la eternidad”, dejó escrito a sus jóvenes Don Bosco, que San Juan Pablo II declaró “padre y maestro de la juventud”.


San Juan Bosco partió a la Casa del Padre un 31 de enero de 1888, después de haber hecho vida aquella frase que le dijo a su alumno Santo Domingo Savio: “aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.



Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Stampa

FELIZ MARTES


lunes, 30 de enero de 2017

EL ALUMNO


EL ALUMNO 


El alumno, según él, había terminado el cuadro. Llamó a su maestro para que lo evaluara. Se acercó el maestro y observó la obra con detenimiento y concentración durante un rato.

Entonces, le pidió al alumno la paleta y los pinceles. Con gran destreza dio unos cuantos trazos aquí y allá. Cuando el maestro le regresó las pinturas al alumno el cuadro había cambiado notablemente.

El alumno quedó asombrado; ante sus propios ojos la obra había pasado de mediocre a sublime.

Casi con reverencia le dijo al maestro:

- ¿Cómo es posible que con unos cuantos toques, simples detalles, haya cambiado tanto el cuadro?

- Es que en esos pequeños detalles está el arte. Contestó el maestro.
Si lo vemos despacio, nos daremos cuenta que todo en la vida son detalles. Los grandes acontecimientos nos deslumbran tanto que a veces nos impiden ver esos pequeños milagros que nos rodean cada día. Un ave que canta, una flor que se abre, el beso de un hijo en nuestra mejilla, son ejemplos de pequeños detalles que al sumarse pueden hacer diferente nuestra existencia.

Todas las relaciones -familia, matrimonio, noviazgo o amistad- se basan en detalles. Nadie espera que remontes el Océano Atlántico por él, aunque probablemente sí que le hables el día de su cumpleaños. Nadie te pedirá que escales el Monte Everest para probar tu amistad, pero sí que lo visites durante unos minutos cuando sabes que está enfermo. 

IN PERSONA CHRISTI: LA EUCARISTÍA


In Persona Christi: La Eucaristía
La expresión de que el sacerdote actúa In Persona Christi significa que actúa como Cristo mismo.


Por: Mons. Carlos Briseño Arch | Fuente: vicariadepastoral.org 




Hoy día, en el mundo que nos toca vivir, se ha perdido mucho el sentido de lo sagrado. Entramos a un templo y nos cuesta mucho leer los signos religiosos en los que nos quiere envolver un templo.

Vemos una imagen o un cuadro y nos interesa más su antigüedad o quién lo pintó. Y, sobretodo, si es valiosa económicamente. Más que descubrir en la obra, el mensaje de fe de quien la hizo.

El incienso, las velas encendidas, el ornamento de los que celebran, poco nos dicen. Todo ello es muestra de que hemos perdido mucho el sentido de lo sagrado.

Antes se le besaba la mano al sacerdote, porque eran manos consagradas, hoy ese signo no se entiende.

En este contexto nos cuesta mucho entender, la expresión de que el sacerdote actúa In Persona Christi significa actúa como Cristo mismo, nuestro Señor y Sumo Sacerdote ante Dios Padre.


Muchos sinónimos se usan para expresar esta realidad que configura al sacerdote, por el carácter recibido en la ordenación, así: vicem Dei, vicem Christi, in persona Dei, gerit personam Christi, in nomini Christi, representando a Cristo, personificando a Cristo, representación sacramental de Cristo Cabeza, etc.

La actuación del sacerdote in persona Christi es muy singular. Específicamente la podemos ver en la consagración de la Misa.

Como las formas de los sacramentos deben ajustarse a la realidad, la forma de la Eucaristía difiere de los demás sacramentos en dos cosas:

1 Porque las formas de los demás sacramentos significan el uso de la materia, como en el bautismo, la confirmación, etc.; por el contrario, la forma de la Eucaristía significa la consagración de la materia que consiste en la transubstanciación, por eso se dice: "Esto es mi cuerpo" - "Este es el cáliz de mi sangre".

2 Las formas de los otros sacramentos se dicen en la persona del ministro ("ex persona ministri"), como quien realiza una acción: "Yo te bautizo…" - "Yo te absuelvo…"; o, en la Confirmación y en la Unción de los enfermos, en forma deprecativa: "N.N., recibe por esta señal el don del Espíritu Santo" - "Por esta Santa Unción y por su bondadosa misericordia…", etc.
                                           
Por el contrario, la forma del sacramento de la Eucaristía se profiere en la persona de Cristo que habla, in persona Christi loquendi, dando a entender que el sacerdote ministerial no hace otra cosa más que decir las palabras de Cristo en la confección de la Eucaristía (Cf. S. Th., III, 78, 1.).

Por eso decía el gran San Ambrosio: "La consagración se hace con palabras y frases del Señor Jesús. Las restantes palabras que se profieren alaban a Dios, ruegan por el pueblo, por los reyes, por todos. Cuando el sacerdote se pone a consagrar el venerable sacramento, ya no usa sus palabras, sino las de Cristo. La palabra de Cristo, en consecuencia hace el sacramento" ( De Sacramentis, L.4, c.4.).

Hay que aclarar que como todos los sacramentos son acciones de Cristo, algunos dicen, que el sacerdote en todos ellos obra in persona Christi, pero, eso sólo se puede decir en sentido amplio. De hecho, el ministro del bautismo válido y lícito, puede ser un laico, una mujer, un no bautizado; y los ministros del sacramento del matrimonio, válido y lícito, son los mismos cónyuges; y ninguno de los ministros mencionados de estos sacramentos tiene el carácter que les da el poder de obrar in persona Christi. Por otra parte, la concelebración eucarística se justifica desde el actuar de los concelebrantes in persona Christi, dice al respecto Santo Tomás, respondiendo a la objeción de que sería superfluo que lo que puede hacer uno lo hicieran muchos: "Si cada sacerdote actuara con virtud propia, sobrarían los demás celebrantes; cada uno tendría virtud suficiente. Pero, como el sacerdote consagra en persona de Cristo y muchos son "uno en Cristo" (Gal 3, 28), de ahí que no importe si el sacramento es consagrado por uno o por muchos…" (S. Th., III, 82, 2, ad 2) Y no hay, propiamente, concelebración en los otros sacramentos. Es de hacer notar que en la concelebración "se manifiesta apropiadamente la unidad del sacerdocio" (Concilio Vaticano II, Sacrosanctum Concilium, n. 57) y, en otro documento se enseña: "se expresa adecuadamente la unidad del sacerdocio y del sacrificio, como también la de todo el pueblo de Dios" (Normas generales del Misal Romano, n. 153), por razón de que los sacerdotes, debido al carácter sacerdotal, obran in persona Christi.

Además, más adelante, agrega Santo Tomás refiriéndose al sacramento-sacrificio: " …éste sacramento es de tanta dignidad, que se hace en la persona de Cristo. Todo el que obra en persona de otro debe hacerlo por la potestad que le han conferido… Cristo, cuando se ordena al sacerdote, le da poder para consagrar este sacramento en persona de Cristo. Así pone a éste sacerdote en el grado de aquellos a quienes dijo: "Haced esto en conmemoración mía"". (En III, 82, 2 agrega: "El sacerdote entra a formar parte del grupo de aquellos que en la Cena recibieron del Señor el poder de consagrar"). "Es propio del sacerdote confeccionar este sacramento" (Cf. S. Th., III, 82, 1). Y obrar en persona de Cristo es absolutamente necesario para que el sacrificio de la Misa sea el mismo sacrificio de la cruz: no sólo es necesaria la misma Víctima, también es necesario el mismo Acto interior oblativo y el mismo Sacerdote. Sólo así se tiene, sustancialmente, el mismo y único sacrificio, sólo accidentalmente distinto.

El no valorar correctamente la realidad del carácter sacerdotal que habilita para actuar in persona Christi debilita el sentido de identidad sacerdotal, ni se ve cómo los ordenados que se vuelven herejes, cismáticos o excomulgados consagran válidamente -aunque ilícitamente- (Cf. I Concilio de Nicea, Dz. 55; San Atanasio II, Dz. 169; San Gregorio Magno, Dz. 249; ver Dz. 358. 1087), al igual que el porqué el sacerdote pecador consagra válidamente. El debilitar la importancia del obrar in persona Christi.

Todos los cristianos, los bautizados en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, debemos ser otro Cristo, vivir y actuar como Cristo, pero el sacerdote actúa de manera especialísima In Persona Christi, Cristo mismo, cuando preside la Liturgia de la Sagrada Eucaristía. Esto tiene una consecuencia en nuestra relación con la Eucaristía y el sacerdote que la celebra. Vamos a la Eucaristía a encontrarnos con Cristo en la persona del sacerdote. Por lo tanto, Cristo debe ser el motivo principal. Cuando perdemos este aspecto, centramos la Eucaristía en la persona del sacerdote, desvinculándola de su carácter mistérico. Centrándonos en las cualidades físicas, de dicción o de elocuencia del que preside. De ahí la importancia de recobrar y ayudar a los fieles a recobrar esa visión sobrenatural de la Eucaristía. Es importante hacer un esfuerzo por descubrir, en el sacerdote anciano, enfermo, con limitaciones de todo tipo, a Cristo que se hace frecuente en él. Así como Cristo en el Evangelio nos invita a descubrirlo en el que tiene hambre, sed, está desnudo , enfermo o en la cárcel…

Es cierto que es necesario que el sacerdote al actuar In Persona Christi haga un esfuerzo en su vida personal para  ser un instrumento y mediación de amor y misericordia, convirtiéndose en misericordia y amor con su conducta, como dijo san Agustín de Hipona.

Por ello les invito a que oremos para que todo sacerdote vaya adelantando y perfeccionando su ser y, transparente a Cristo en su vida.

Oración por los Sacerdotes
Oración del Apóstol (s.XIV)

Cristo, no tiene manos,
tiene solamente nuestras manos
para hacer el trabajo de hoy.

Cristo no tiene pies,
tiene solamente nuestros pies
para guiar a los hombres en sus sendas.

Cristo, no tiene labios,
tiene solamente nuestros labios
para hablar a los hombres de sí.

Cristo no tiene medios,
tiene solamente nuestra ayuda
para llevar a los hombres a sí.

Nosotros somos la única Biblia,
que los pueblos leen aún;
somos el último mensaje de Dios
escrito en obras y palabras.
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