jueves, 1 de febrero de 2018

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 1 DE FEBRERO DEL 2018


Lecturas de hoy Jueves de la 4ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, jueves, 1 de febrero de 2018




Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (2,1-4.10-12):

Estando ya próximo a morir, David hizo estas recomendaciones a su hijo Salomón: «Yo emprendo el viaje de todos. ¡Ánimo, sé un hombre! Guarda las consignas del Señor, tu Dios, caminando por sus sendas, guardando sus preceptos, mandatos, decretos y normas, como están escritos en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todas tus empresas, dondequiera que vayas; para que el Señor cumpla la promesa que me hizo: "Si tus hijos saben comportarse, caminando sinceramente en mi presencia, con todo el corazón y con toda el alma, no te faltará un descendiente en el trono de Israel."»
David fue a reunirse con sus antepasados y lo enterraron en la Ciudad de David. Reinó en Israel cuarenta años: siete en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. Salomón le sucedió en el trono, y su reino se consolidó. 

Palabra de Dios


Salmo
1Cro 29,10.11ab.11d-12a.12bcd

R/. Tú eres Señor del universo

Bendito eres, Señor, 
Dios de nuestro padre Israel, 
por los siglos de los siglos. R/.

Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, 
la gloria, el esplendor, la majestad, 
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R/.

Tú eres rey y soberano de todo. 
De ti viene la riqueza y la gloria. R/.

Tú eres Señor del universo, 
en tu mano está el poder y la fuerza, 
tú engrandeces y confortas a todos. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,7-13):

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. 
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.» 
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. 

Palabra del Señor


Comentario al Evangelio de hoy jueves, 1 de febrero de 2018
Ciudad Redonda


Queridos amigos y amigas:

Del evangelio de hoy me quedo con una paradoja. Jesús envía a los Doce de dos en dos como misioneros. Les pide que no lleven encima casi nada, lo cual nos deja desconcertados a quienes nos sentimos aludidos por ese mismo envío. Pero, previamente, les había regalado algo importantísimo: “poder sobre los espíritus inmundos”. Con sólo eso les era suficiente para evangelizar.  

Hoy le tendríamos que pedir al Señor que nos conceda a raudales ese extraño poder. Lo exige la endeblez y flaqueza de nuestros jadeantes esfuerzos misioneros, tan tercamente ineficaces. ¿De qué poder se trata? ¿Con qué poder capacita Jesús a los Doce? ¿Qué clase de poder tenemos que pedir a Dios para evangelizar hoy? Lo evoca el mismo texto evangélico.

Es el poder de la comunión, o sea, el ir siempre de dos en dos. Su secreto consiste en la facultad de ser amigos. La amistad se asienta sobre todo en la capacidad de hablar uno con el otro. El lenguaje constituye la irrupción de la forma más elevada de comunión, cuya cumbre es el silencio (no la mudez). Nos la jugamos en eso de aprender a escuchar y a hablar. Por ese orden. El diálogo es un poder que destroza los espíritus inmundos del individualismo, de la competitividad, del particularismo, de la xenofobia.

Es el poder de la pobreza, contrario a toda deificación de los bienes y del dinero. De seminarista había oído que “a los misioneros nos envía la obediencia y nos hace creíbles la pobreza”. Pero la pobreza no es nada si no se la “ve”. Ella modera nuestros deseos sin límites, cuya violencia puede llegar a ser voraz y destructiva. Aniquila ese maldito afán de “quererlo todo, quererlo ya y quererlo al precio que sea” cuyo exponente primero  es el consumismo y la adicción que más desencadena es el comprar.

Es el poder de la paz. Lo podemos traducir en tantas expresiones: mansedumbre, ternura, cordialidad, empatía, serenidad,… Lo de menos es el nombre. Lo más importante es luchar por esa paz. Hemos sido enviados con capacidad para irradiar la paz. El lenguaje de la hostilidad, de la acusación, del victimismo y de la acepción deben haber desaparecido de nuestras relaciones y hábitos.

El escritor francés Charles Péguy narra la historia de un hombre que muere y va al cielo. Al encontrarse con el ángel que registra las acciones buenas y malas de las personas, éste le pide: “Enséñame tus heridas”. Y el hombre le contesta: “¿Qué heridas? No tengo ninguna herida”. Y el ángel le replica: “¿Jamás se te pasó por la cabeza que pudiera haber algo por lo que mereciera la pena luchar?”. Por el evangelio merece la pena luchar así.

BUENOS DÍAS




miércoles, 31 de enero de 2018

PEQUEÑAS ORACIONES - MEDITACIÓN


Pequeñas oraciones



La Reina de la Paz es una excelente maestra de oración en sus mensajes. Hoy rescata y valoriza esas pequeñas oraciones, con las que puedes unirte al Señor a lo largo del día. Son como flechazos de amor que envías al corazón de Dios y que te ayudan a unirte a él en medio de tus actividades cotidianas.

“¡Queridos hijos! Hoy los invito a la oración con el corazón. Durante este tiempo de gracia yo deseo que cada uno de ustedes esté unido con Jesús, pero sin la oración incesante ustedes no podrán experimentar la belleza y la grandeza de la gracia que Dios les ofrece. Por tanto, hijitos, en todo momento llenen sus corazones incluso con las más pequeñas oraciones. Yo estoy con ustedes y velo incesantemente por cada corazón que se entrega a mí. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

“Iáculum”, en latín es “dardo” o cualquier arma arrojadiza; de allí deriva la palabra “jaculatoria”, que designa esas breves oraciones que enviamos a Dios. Ejemplos: “Mi Dios y mi todo”, “Señor, ¿qué quieres que haga?”, “Jesús mío, misericordia”, “Señor mío y Dios mío”, “Señor, aumenta mi fe”. Hoy María, Reina de la Paz, te recomienda uses jaculatorias.



* Enviado por el P. Natalio

LA HISTORIA DE UN MILAGRO POCO CONOCIDO DE DON BOSCO Y MARÍA AUXILIADORA


La historia de un milagro poco conocido de Don Bosco y María Auxiliadora
Redacción ACI Prensa





La presencia de Don Bosco en la ciudad italiana de Génova está ligada a muchas anécdotas, historias y también algunos milagros como el que relata el sacerdote salesiano P. Mauricio Verlezza.

El P. Verlezza, responsable de la Obra de Don Bosco en Sampierdarena (Génova), desde donde salieron las primeras expediciones misioneras hacia Argentina, contó a ACI Prensa que el santo sacerdote celebró una Misa en 1872 en la que participaba una gran cantidad de benefactores.  

Al final, y luego de escuchar su catequesis, todos pasaron por la sacristía de la Catedral de San Siro para recibir la bendición del fundador de los salesianos. A cada uno le obsequiaba una medallita de María Auxiliadora.

“Las medallitas que tenía en una pequeña bolsa eran muy pocas y el milagro fue que todos pudieron recibirla, pese a que la bolsita que el secretario le dio a Don Bosco realmente tenía poquísimas”.

Aquí, explicó también el sacerdote, “San Juan Bosco miraba sus sueños misioneros con un mapamundi que se conserva en el pequeño cuarto en el que reposaba durante su permanencia en Sampierdarena”.

“Uno solo es mi deseo: que sean felices en el tiempo y en la eternidad”, dejó escrito a sus jóvenes Don Bosco, que San Juan Pablo II declaró “padre y maestro de la juventud”.


San Juan Bosco partió a la Casa del Padre un 31 de enero de 1888, después de haber hecho vida aquella frase que le dijo a su alumno Santo Domingo Savio: “aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.

Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Stampa

ORACIÓN A SAN JUAN BOSCO

SAN JUAN BOSCO, PRESBÍTERO, 31 DE ENERO




31 de enero
San Juan Bosco
Presbítero (1815-1888)



 San Juan BoscoEra natural de la aldea de los Becchi, a 25 kilómetros de Turín. En esta historia no puede faltar la figura de la madre, Margarita, mujer incomparable, que educó a sus hijos en la pobreza y fortaleza del más alto nivel.

Cuando era jovencito, Juan iba con su madre al mercado a vender los productos del campo. Era un mozarrón despierto y vigoroso que aún no sabía leer.

En esto, se le ocurre ser sacerdote. Y para iniciar sus experiencias, atrae los domingos a la gente junto a su casa, en un predio donde crecían dos perales. Allí hace de saltimbanqui y prestidigitador. Así entretiene santamente a todos los convecinos.

Empieza a estudiar en una escuela pública, a 5 kilómetros de su pueblo. Luego entra a estudiar en el liceo de Chieri. Para pagar sus estudios trabaja en toda clase de oficios. Por fin, a sus 26 años celebra la primera misa en Turín. Lo primero que hace es recoger chiquillos de la calle. Le siguen como si fuera un titiritero. Para eso funda los Oratorios de San Francisco de Sales. Más tarde, para atender a esa gente pequeña, funda la Congregación de los Padres Salecianos, que se extiende pronto por toda Italia, Francia y España. Es el educador de los tiempos modernos; se hace periodista, predica, confiesa, escribe y propaga la devoción a María Auxiliadora, publica libros de ciencia y religión. Es el auténtico tipo de audaz soldado de Cristo.

En la Italia del siglo pasado, uno de los divertimentos más esperados de los pobres era los que traían los titiriteros.

 San Juan BoscoHubo cierta "troupe" que, a sabiendas, representaba sus obras a la hora de la misa y, claro, las gentes, en especial los niños, se "salteaban" la misa.

Pero había un niño, Juan Bosco, que se decidió a hacer algo para que los niños volvieran a la misa.

Se las arregló para aprender trucos de prestidigitación, malabarismos y otras habilidades por el estilo. Para eso, observó mucho, entrenó más y se ejercitó con los amigos.

Más tarde llegó a desafiar a los titiriteros y malabaristas, les ganó las apuestas y se tuvieron que ir de allí humillados.

Juan se hizo dueño del domingo, de los compañeros y amigos. Comenzó de niño los domingos y acabó moviendo masas de jóvenes, organizando su tiempo libre, montando talleres y escuelas profesionales...

Se inventó el sistema de "educar jugando y aprender gozando".

Su espíritu de saltimbanqui le daba agilidad al cuerpo y ponía alas a su vocación de educador.

Les decía a los niños: "Haremos muchos juegos y entretenimientos sin que tengan que pagar nada, pero con una condición: que vengan después todos conmigo a la iglesia".

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 31 DE ENERO 2018

Lecturas de hoy Miércoles de la 4ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, miércoles, 31 de enero de 2018



Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (24,2.9-17):

En aquellos días, el rey David ordenó a Joab y a los jefes del ejército que estaban con él: «Id por todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Berseba, a hacer el censo de la población, para que yo sepa cuánta gente tengo.» 
Joab entregó al rey los resultados del censo: en Israel había ochocientos mil hombres aptos para el servicio militar, y en Judá quinientos mil. 
Pero, después de haber hecho el censo del pueblo, a David le remordió la conciencia y dijo al Señor: «He cometido un grave error. Ahora, Señor, perdona la culpa de tu siervo, porque ha hecho una locura.»
Antes que David se levantase por la mañana, el profeta Gad, vidente de David, recibió la palabra del Señor: «Vete a decir a David: "Así dice el Señor: Te propongo tres castigos; elige uno, y yo lo ejecutaré."» 
Gad se presentó a David y le notificó: «¿Qué castigo escoges? Tres años de hambre en tu territorio, tres meses huyendo perseguido por tu enemigo, o tres dias de peste en tu territorio. ¿Qué le respondo al Señor, que me ha enviado?» 
David contestó: «¡Estoy en un gran apuro! Mejor es caer en manos de Dios, que es compasivo, que caer en manos de hombres.» 
Y David escogió la peste. Eran los días de la recolección del trigo. El Señor mandó entonces la peste a Israel, desde la mañana hasta el tiempo señalado. Y desde Dan hasta Berseba, murieron setenta mil hombres del pueblo. El ángel extendió su mano hacia Jerusalén para asolarla. 
Entonces David, al ver al ángel que estaba hiriendo a la población, dijo al Señor: «¡Soy yo el que ha pecado! ¡Soy yo el culpable! ¿Qué han hecho estas ovejas? Carga la mano sobre mí y sobre mi familia.»
El Señor se arrepintió del castigo, y dijo al ángel, que estaba asolando a la población: «¡Basta! ¡Detén tu mano!»

Palabra de Dios

Salmo
Sal 31,1-2.5.6.7

R/. Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado

Dichoso el que está absuelto de su culpa, 
a quien le han sepultado su pecado; 
dichoso el hombre a quien el Señor 
no le apunta el delito. R/.

Había pecado, lo reconocí, 
no te encubrí mi delito; 
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa», 
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R/.

Por eso, que todo fiel te suplique 
en el momento de la desgracia: 
la crecida de las aguas caudalosas 
no lo alcanzará. R/.

Tú eres mi refugio, 
me libras del peligro, 
me rodeas de cantos de liberación. R/.

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,1-6):

En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?»
Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.»
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

Palabra del Señor


Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 31 de enero de 2018
Ciudad Redonda



Queridos hermanos:

El evangelio de hoy aplica a Jesús una de las leyes elementales del crecimiento humano y espiritual de cualquier persona que persigue su madurez: Por su dinámica propia la libertad exige una dosis de autoafirmación que en ocasiones se hace valer con formas tajantes y ásperas. Jesús jamás se mostró como un pelele al que pudieran manipular los demás, ni siquiera sus más allegados familiares, incluida su buena Madre.

El episodio que recoge el evangelio de hoy viene referido a una de las visitas que Jesús hizo a su pueblo natal tras haberse emancipado de su familia y haber ya iniciado su vida itinerante y misionera. Su ya notable fama de sabio y de milagrero suscita gran expectación en Nazaret. Todos le esperan con curiosidad.

Tal vez, en el fondo sus paisanos deseaban ser testigos en primicias de una enseñanza inédita de aquel joven sabio o de algún milagro portentoso. Nadie quería privarse de tal espectáculo. O posiblemente, alguno de sus paisanos, pensaría hacer negocio redondo  con este afamado hijo del pueblo, convirtiendo la aldea en un centro de turismo religioso y sanitario. 

El caso es que Jesús defrauda a sus paisanos. Lo hace sin contemplaciones. Como nos defrauda también en tantas ocasiones a todos nosotros cuando buscamos tenerle bajo nuestro control y  hacer de la fe o del seguimiento un negocio rentable a nuestro favor o un venero de gratificaciones o de ventajas.

¿Podremos reconocer alguna lección para nosotros? El texto insinúa al menos éstas:

Es dinámica sana y saludable el experimentar el desgarro y la separación del propio ambiente y de las figuras afectivas que nos han acompañado en una etapa de la vida. Para crecer hay que cortar en un cierto momento. Jesús fue Hijo “ex-patriándose” del Abbá; y fue hermano nuestro distanciándose de su familia. Eso no es una grosera rebeldía, es una ley de crecimiento.

Estamos amenazados por la tentación permanente de querer convertir la religión en espectáculo, apoyándola en milagros, en exaltaciones deslumbrantes, en impresionantes movidas, en emociones de vértigo… La fe se autentifica como verdadera cuando viene envuelta de pobreza, discreción, normalidad y sencillez. Es de una altísima madurez cristiana el ver a Dios en las cosas ordinarias, aquellas precisamente que con frecuencia nos resultan cansinas y rutinarias.

Hay veces en las que, para seguir la voluntad de Dios, debemos defraudar y hacer sufrir a los más cercanos y queridos. La docilidad infantil huele a chamusquina. Todos hemos dicho o hemos oído que hay muchas veces en la vida en las que tenemos que decir “no”. Eso, aunque nuestra autoimagen lo acuse y resienta, es robustez de espíritu. Es una forma no popular de imitar a Jesús.

BUENOS DÍAS




lunes, 29 de enero de 2018

DÓNDE ESTÁ JESÚS?


¿Dónde está Jesucristo?
Jesús camina siempre a nuestro lado, en el camino de la vida, aunque a veces no lo reconozcamos.


Por: P. Máximo Alvarez | Fuente: Catholic.net 




En los Catecismos de nuestra infancia, de preguntas y respuestas, había una pregunta que decía así: “¿Dónde está Jesucristo?”. En realidad nos urge conocer la respuesta, pues si decimos que Jesús está vivo y que es el centro de nuestra fe, debemos saber cómo localizarlo para relacionarnos con Él.

El viejo catecismo respondía: “Jesús está en el Cielo y en el Santísimo Sacramento del altar”. La respuesta” es válida, pero incompleta, pues o bien habrá que esperar a que lleguemos al Cielo para encontrarlo o fuera de la Misa o del Sagrario debemos considerarlo como ausente. En este sentido cabe señalar que a veces da la impresión de que para muchos Jesús es un personaje del pasado, que a lo sumo está distante, allá en el Cielo, como lo pueden estar nuestros antepasados de tal manera que sólo después de la muerte podremos encontrarnos con Él, por lo que de momento deberemos tener paciencia hasta que llegue ese encuentro.

Sin embargo, en el Evangelio aparece claro este mensaje de Jesús: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Quizá un relato de San Lucas, leído en uno de los domingos de Pascua, nos puede dar la clave para buscar a Jesús aquí y ahora. Nos habla de dos discípulos que tras la muerte del Maestro marchan tristes y decepcionados desde Jerusalén hasta su pueblo, llamado Emaús. Mientras van de camino se les acerca un extraño compañero de viaje. Se une a su conversación en la que los dos discípulos de Emaús comentaban acerca del fracaso de Jesús de Nazaret, en quien habían puesto tantas esperanzas e ilusiones. Es entonces cuando el caminante desconocido intenta demostrarles con citas tomadas de la Biblia que no tienen por qué estar tristes, pues ya estaba anunciado en los Profetas que tendrían que ocurrir estas cosas. Y la verdad es que ellos al oír esta explicación recobran la calma y la confianza. Se sienten muy a gusto. Al llegar al pueblo lo invitan a cenar con ellos, dado que ya es muy tarde. Al final de la cena el invitado toma el pan, lo parte, lo bendice... y de pronto se dan cuenta de que es el mismo Jesús que está repitiendo lo que hizo en la Ultima Cena. En ese instante desparece, pero ellos ya no dudaron un instante de la identidad del acompañante.

Podemos decir que esa escena se repite en la actualidad. No importa, pues, que haya desaparecido la presencia física de Jesús para sentir el efecto de su cercanía:

-Jesús camina siempre a nuestro lado, en el camino de la vida, aunque a veces no lo reconozcamos, como el amigo invisible. “Se acercó a ellos, mientras iban de camino”
-En los momentos más tristes Él se acerca como de incógnito y la escucha de su palabra y la respuesta de la oración nos ayudan a recobrar el ánimo. “¿No ardía nuestro corazón mientras nos explicaba las Escrituras?”
-De manera especial la celebración de la Eucaristía nos hace presente a Jesús. La Misa o la oración ante el Sagrario son momentos privilegiados para el encuentro con Él. “Lo reconocieron al partir el pan”. “Donde están dos o más reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.

-La Hospitalidad, la acogida al prójimo, al hermano... nos acercan verdaderamente a Jesús. Tal vez si los de Emaús lo hubieran rechazado o si no lo hubieran invitado a quedarse con ellos no habrían tenido la ocasión de descubrir su identidad. Las palabras que Jesús dirá en el Juicio Final: “Venid, benditos, porque tuve hambre y me disteis de comer... cuando se lo hacías a uno de estos a mí me lo hacíais” no dejan lugar para la duda. Cabría recordar aquí el extraordinario mensaje de la canción: “Con vosotros está y no le conocéis” ¡Y son tantas las ocasiones en que ese Jesús pasa, necesitado, a nuestro lado... !

Para terminar permítannos hacer un pequeño retoque al viejo catecismo:
¿Dónde está Jesucristo? Jesucristo está en el Cielo, en la Eucaristía, en su palabra, en el prójimo y en la Comunidad Cristiana.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 29 DE ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
29 de enero




Si cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su Maestro (Lc. 6,40), nosotros también debemos ponerse nuestro afán de imitar a Jesús; él nos enseña que no nos basta una mera o teórica aceptación de la Palabra del Padre, sino que se requiere el cumplimiento práctico y real de esa divina voluntad.

No basta que aceptes a Jesús como tu Maestro, si luego no llevas a la práctica sus enseñanzas, si no vives sus Palabras y su Verdad; con esto Jesús te pone en alerta contra un cristianismo de meras fórmulas o de simples aceptaciones de verdades y dogmas, pero que no llega a que esas verdades se hagan vida.



* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 29 DE ENERO


LOS CINCO MINUTO DE JESÚS
28 de enero



La verdadera compasión no se contenta con lamentar el mal; lo remedia, si puede, y cuando no lo puede remediar, comparte, al menos, la aflicción y el dolor.

Jesús pone toda su omnipotencia al servicio de su compasión y así realiza aquel estupendo milagro de la multiplicación de los panes y los peces.

No puedes decir que no te presentan a ti cien y mil ocasiones de ejercer la compasión con tu prójimo que sufre; acepta voluntariamente y con sincero corazón el sacrificio que debas imponerte para remediar las necesidades de tu prójimo; siente como  tuyas sus penas y aflicciones y cumple así el mandamiento de la caridad, amado como dice San Juan: No con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad (1 Jn 3,18)


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 29 DE ENERO 2018


Lecturas de hoy Lunes de la 4ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, lunes, 29 de enero de 2018



Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (15,13-14.30;16,5-13a):

En aquellos días, uno llevó esta noticia a David: «Los israelitas se han puesto de parte de Absalón.»
Entonces David dijo a los cortesanos que estaban con él en Jerusalén: «¡Ea, huyamos! Que, si se presenta Absalón, no nos dejará escapar. Salgamos a toda prisa, no sea que él se adelante, nos alcance y precipite la ruina sobre nosotros, y pase a cuchillo la población.»
David subió la cuesta de los Olivos; la subió llorando, la cabeza cubierta y los pies descalzos. Y todos sus compañeros llevaban cubierta la cabeza, y subían llorando. Al llegar el rey David a Bajurín, salió de allí uno de la familia de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá, insultándolo según venía. 
Y empezó a tirar piedras a David y a sus cortesanos –toda la gente y los militares iban a derecha e izquierda del rey–, y le maldecía: «¡Vete, vete, asesino, canalla! El Señor te paga la matanza de la familia de Saúl, cuyo trono has usurpado. El Señor ha entregado el reino a tu hijo Absalón, mientras tú has caído en desgracia, porque eres un asesino.»
Abisay, hijo de Seruyá, dijo al rey: «Ese perro muerto ¿se pone a maldecir a mi señor? iDéjame ir allá, y le corto la cabeza!»
Pero el rey dijo: «¡No os metáis en mis asuntos, hijos de Seruyá! Déjale que maldiga, que, si el Señor le ha mandado que maldiga a David, ¿quién va a pedirle cuentas?»
Luego dijo David a Abisay y a todos sus cortesanos: «Ya veis. Un hijo mío, salido de mis entrañas, intenta matarme, ¡y os extraña ese benjaminita! Dejadlo que me maldiga, porque se lo ha mandado el Señor. Quizá el Señor se fije en mi humillación y me pague con bendiciones estas maldiciones de hoy.»
David y los suyos siguieron su camino.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 3,2-3.4-5.6-7

R/. Levántate, Señor, sálvame

Señor, cuántos son mis enemigos,
cuántos se levantan contra mí;
cuántos dicen de mí:
«Ya no lo protege Dios.» R/.

Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria,
tú mantienes alta mi cabeza.
Si grito, invocando al Señor,
él me escucha desde su monte santo. R/.

Puedo acostarme y dormir y despertar:
el Señor me sostiene.
No temeré al pueblo innumerable
que acampa a mi alrededor. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (5,1-20):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la orilla del lago, en la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, desde el cementerio, donde vivía en los sepulcros, un hombre, poseído de espíritu inmundo; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para domarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras.
Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó a voz en cuello: «¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes.»
Porque Jesús le estaba diciendo: «Espíritu inmundo, sal de este hombre.»
Jesús le preguntó: «¿Cómo te llamas?»
Él respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos.»
Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos hozando en la falda del monte. 
Los espíritus le rogaron: «Déjanos ir y meternos en los cerdos.»
Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al lago y se ahogó en el lago. Los porquerizos echaron a correr y dieron la noticia en el pueblo y en los cortijos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Se quedaron espantados. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su país. Mientras se embarcaba, el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia.»
El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy lunes, 29 de enero de 2018
 Ciudad Redonda


Queridos hermanos:

La narración de la curación del endemoniado de Gerasa parece estar escrita en superlativo. Todo es en ella desmesurado: Los formidables síntomas de posesión de aquel hombre, la infinidad de de demonios, la espectacularidad de la sanación, el excesivo número de cerdos,… hasta la dura negativa de Jesús a que el enfermo le siguiera, una vez sanado. Por otra parte, según los entendidos el relato está cargado de indicios que aluden al mundo pagano dominado por el maligno. Al seleccionar algunos puntos para nuestra meditación sugiero éstos:

Detengámonos en dos efectos del mal que padece este hombre poseído: Por un lado, la fuerza sobrehumana que le hace capaz de romper cadenas y cepos y, por otro, vivir en el cementerio entre sepulcros. En dos pinceladas el evangelista hace un retrato certero del Maligno: Tiene una fuerza irresistible y conduce a la muerte.

Los seres humanos somos incapaces de resistir la furia del mal, especialmente si hemos crecido en ambientes hostiles o hemos sido marcados por experiencias dañinas. Con nuestros propios medios humanos no conseguiremos jamás romper sus cadenas. Necesitamos al más fuerte, a Jesús, el Hijo de Dios. El vino a la tierra no tanto para enseñarnos a vivir mejor, sino sobre todo para liberarnos luchando contra el mal. ¡Ojalá que nuestra vida sea permanente lucha contra el mal, combatiendo bajo la bandera del Maestro bueno!

Por otra parte, el destino de muerte que graba nuestra cultura, afecta a muchos de nuestros hábitos, deseos y opciones. La cultura de la muerte nos causa mucho daño. Es Jesús quien puede pronunciar sobre nosotros aquella palabra que nos rescata de sus garras de tristeza y de muerte. Su resurrección consistió en hacernos vivir de alegría. En palabras de Dostoievsky: “No fue el dolor de la gente , sino su alegría lo que Cristo vino a ver. Realizó su primer milagro para contribuir al contento humano”.

Por último, ¿Por qué Jesús no le permite al hombre liberado el poder seguirle como  discípulo? El, que solía pedir que le siguieran, niega ahora a este hombre su deseo.

No sabemos exactamente por qué actúa así Jesús, pero sí deja en claro que no todos debemos responder de la misma manera a sus llamadas. A unos les pide vivir en comunidad de vida con El, a otros permanecer en sus casas… Pero a todos les envía (¡ve!) a anunciar y a compartir la buena noticia de sentirse liberado y salvado por Él. Es la consigna de la evangelización: salir a compartir la experiencia de sentirnos amados y liberados por el Señor.

BUENOS DÍAS




sábado, 27 de enero de 2018

RESTAURAN EL ÍCONO MARIANO FAVORITO DEL PAPA FRANCISCO


Restauran el ícono mariano favorito del Papa Francisco
 Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)




(ACI).- El ícono mariano favorito del Papa Francisco, la Salus Populi Romani, ha sido restaurado y podrá apreciarse el próximo 28 de enero en la Basílica Santa María La Mayor, cuando el Santo Padre celebre la Misa por la fiesta de su traslación.


Icono de la Salus Populi Romani antes de la restauración (Foto: Vatican Media / ACI Prensa)

La restauración de la Salus Populi Romani (Salud del pueblo romano), fue informada por la Basílica a través de un comunicado.


Icono de la Salus Populi Romani después de la restauración (Foto: Vatican Media / ACI Prensa)

El ícono, ante el cual reza el Santo Padre antes y después de cada uno de sus viajes internacionales, muestra a María sosteniendo al Niño Jesús que a su vez porta un libro dorado.


La directora de los Museos Vaticanos, la doctora Barbara Jatta, explicó que la restauración permitió revelar los delicados colores de los rostros de María y Jesús, así como el brillo de las vestiduras doradas del Niño y la túnica azul de la Madre de Dios.

Además de limpiar la imagen y corregir restauraciones previas, los expertos diseñaron un nuevo marco para el ícono que es más liviano y permitirá su traslado con mayor facilidad.

En el proceso de la restauración también intervino una comisión presidida por el Arcipreste de la Basílica de Santa María La Mayor, Cardenal Stanislaw Rylko.

Los trabajos de restauración también ayudarán a los expertos a precisar sus orígenes. Algunas tradiciones señalan que habría sido pintado por el mismo San Lucas.

Sin embargo, en un artículo publicado en L’Osservatore Romano, Jatta señaló que es más probable que el ícono se haya pintado entre los siglos XI y XIII.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 27 DE ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
27 de enero




Las gentes siguieron a Jesús sin preocuparse de sus necesidades más perentorias, como era el alimento; es que la Palabra de Jesús los cautivaba y su poder los atraía irresistiblemente, hasta el punto de olvidarse de lo más necesario para la vida: la comida.

Ejemplo para muchos cristianos que siguen a Jesucristo  mientras no  sufran menoscabo sus intereses materiales, mientras no se intente tocarles el bolsillo, pues cuando el cumplimiento de la ley de Dios les suponga algún sacrificio material, anteponen sus beneficios al cumplimiento de su deber.



* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 27 DE ENERO 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 3ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, sábado, 27 de enero de 2018



Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (12,1-7a.10-17):

En aquellos días, el Señor envió a Natán a David.
Entró Natán ante el rey y le dijo: «Había dos hombres en un pueblo, uno rico y otro pobre. El rico tenía muchos rebaños de ovejas y bueyes; el pobre sólo tenía una corderilla que había comprado; la iba criando, y ella crecía con él y con sus hijos, comiendo de su pan, bebiendo de su vaso, durmiendo en su regazo: era como una hija. Llegó una visita a casa del rico, y no queriendo perder una oveja o un buey, para invitar a su huésped, cogió la cordera del pobre y convidó a su huésped.» 
David se puso furioso contra aquel hombre y dijo a Natán: «Vive Dios, que el que ha hecho eso es reo de muerte. No quiso respetar lo del otro; pues pagará cuatro veces el valor de la cordera.» 
Natán dijo a David: «¡Eres tú! Pues bien, la espada no se apartará nunca de tu casa; por haberme despreciado, quedándote con la mujer de Urías, el hitita, y matándolo a él con la espada amoníta. Asi dice el Señor: "Yo haré que de tu propia casa nazca tu desgracia; te arrebataré tus mujeres y ante tus ojos se las daré a otro, que se acostará con ellas a la luz del sol que nos alumbra. Tú lo hiciste a escondidas, yo lo haré ante todo Israel, en pleno día."» 
David respondió a Natán: «¡He pecado contra el Señor!» 
Natán le dijo: «El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás. Pero, por haber despreciado al Señor con lo que has hecho, el hijo que te ha nacido morirá.»
Natán marchó a su casa. El Señor hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y cayó gravemente enfermo. David pidió a Dios por el niño, prolongó su ayuno y de noche se acostaba en el suelo. Los ancianos de su casa intentaron levantarlo, pero él se negó y no quiso comer nada con ellos.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 50,12-13.14-15.16-17

R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, 
renuévame por dentro con espíritu firme; 
no me arrojes lejos de tu rostro, 
no me quites tu santo espíritu. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación, 
afiánzame con espíritu generoso: 
enseñaré a los malvados tus caminos, 
los pecadores volverán a ti. R/.

¡Líbrame de la sangre, oh Dios, 
Dios, Salvador mío, 
y cantará mi lengua tu justicia. 
Señor, me abrirás los labios, 
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,35-41):

Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.» 
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. 
Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?» 
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: «¡Silencio, cállate!» 
El viento cesó y vino una gran calma. 
Él les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?» 
Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy sábado, 27 de enero de 2018
Severiano Blanco, cmf


Queridos Hermanos:

Gran parte del ministerio de Jesús se desarrolló en torno al lago de Genesaret, y sus navegaciones con los discípulos a través del mismo debieron de ser frecuentes. En ellas es normal que no hayan faltado momentos de viento adverso y avance dificultoso. Pero la narración evangélica de hoy no quiere que nos detengamos en algo tan anodino. La Iglesia primitiva contempló los episodios de la vida de Jesús en profundidad, buscó su significado y acabó componiendo sobre ellos verdaderos tratados teológicos.

Para exprimir la enseñanza encerrada en los mismos tuvo dos recursos principales: la fuerza transfigurante de las experiencias pascuales y numerosos pasajes del AT, su principal, casi único, “libro de teología”. Probablemente el primer encuentro de Pedro con el Resucitado tuvo lugar durante una faena pesquera en el mar de Galilea. Pedro, con la duda y temor de si sería un fantasma, se echó al agua al encuentro de Jesús (Jn 21,8), y experimento la propia debilidad, comenzó a hundirse (cf. reminiscencia en Mt 14,30). La gloria del Resucitado suscita inevitablemente la admiración: “¿Quién es este?”. Ese acontecimiento pascual, cuyos contornos se nos escapan, sirvió para colorear antiguas travesías del lago, quizá muy normales, en compañía del Maestro pescador de hombres.

Volvamos a la travesía que hoy se nos narra. No es probable que Jesús durmiese plácidamente mientras los discípulos forcejeaban contra los elementos; él no había venido a ser servido. El dato del sueño nos remite inconfundiblemente a la leyenda de Jonás, que sesteaba en las bodegas del barco mientras los marineros luchaban contra el oleaje. Pero la superposición de lo sucedido a Jonás con lo de Jesús y sus discípulos, a pesar de las semejanzas, nos sirve para marcar diferencias. A Jonás le pide que invoque a su Dios para que traiga la calma, mientras que Jesús, con autoridad propia, increpa directamente al mar, como si fuese un demonio: “silencio, cállate”. Y llegó la bonanza.

La Iglesia naciente aplicó muy pronto al Resucitado el título de “Señor”, hasta entonces reservado a Yahvé. Enaltecido a su derecha, tiene igual poder y gloria que él. Y el señorío deYahvé se describe frecuentemente en el AT como dominio sobre el mar: “Hasta aquí llegarás, no más allá. Aquí se romperá el orgullo de tus olas”, diría Dios al océano (Job 38,11). Y Dios es alabado con expresiones como: “Tú acallas el estruendo de los mares, el tumulto de sus olas” (Sal 65,8).

En cada pequeña narración, los evangelistas fueron plasmando su propia confesión de fe. Hoy se nos enseña que la Iglesia puede pasar por situaciones turbulentas; pero debe saber que, en medio de ella, está presente su Señor, contra el cual no pueden las fuerzas descontroladas del mal. Y esa Iglesia tiene que ser contemplativa, vivir admirada, en su incapacidad de responder satisfactoriamente a la pregunta “¿quién es este?”. Ante Cristo glorioso, es más acertado admirar y adorar que explicar o especular.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf

FELIZ FIN DE SEMANA




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