viernes, 21 de septiembre de 2018

HOY HACE 100 AÑOS EL PADRE PÍO RECIBIÓ LOS ESTIGMAS


Hoy hace 100 años el Padre Pío recibió los estigmas
POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa
Padre Pío. Foto: Isabel Díaz / ACI Prensa




El 20 de septiembre de 1918, exactamente hace 100 años, el Santo Padre Pío de Pietrelcina recibió los estigmas de Cristo.

El relato de la aparición de los estigmas lo hizo el mismo Padre Pío un año después, en 1921, y está contenido en un libro escrito por el italiano Francesco Castelli titulado “El Padre Pío bajo interrogatorio: La autobiografía secreta”.

"El 20 de septiembre de 1918 luego de la celebración de la Misa mientras estaba en el debido agradecimiento en el Coro repentinamente fui presa de un temblor, luego me llegó la calma y vi a Nuestro Señor en la actitud de quien está en la cruz, pero no vi si tenía la cruz, lamentándose de la mala correspondencia de los hombres, especialmente de los consagrados a Él que son sus favoritos".

En esto, continuó el Padre Pío "se manifestaba que Él sufría y deseaba asociar las almas a su Pasión. Me invitaba a compenetrarme en sus dolores y a meditarlos: y al mismo tiempo ocuparme de la salud de los hermanos. En seguida me sentí lleno de compasión por los dolores del Señor y le pregunté qué podía hacer. Oí esta voz: 'te asocio a mi Pasión'. Y en seguida, desaparecida la visión, he vuelto en mí, en razón, y vi estos signos de los que salía sangre. No los tenía antes".

El relato del Padre Pío se dio en respuesta a algunas de las 142 preguntas que le hizo Mons. Carlo Raffaelle Rossi en 1921 por encargo del Santo Oficio, un dicasterio vaticano que años después se convertiría en la actual Congregación para la Doctrina de la Fe.

Mons. Rossi, explica Castelli, también examinó cada una de las heridas del Padre Pío y le iba preguntando algunos detalles.

El Obispo, que años después se convertiría en cardenal, pudo apreciar cómo la llaga del costado, por ejemplo, "cambiaba frecuentemente de aspecto y en ese momento había asumido una forma triangular, nunca observada antes. Sobre las llagas el Padre Pío me daba respuestas precisas y detalladas explicando además que las llagas de los pies y del costado tenían un aspecto iridiscente".

Tras el examen, el Prelado escribió que “los estigmas en cuestión no son ni obra del demonio ni un grueso engaño, ni un fraude, ni un arte malicioso o malvado; menos producto de la sugestión externa, ni tampoco las considero efecto de sugestión".

La investigación de Mons. Rossi comenzó el 14 de junio de 1921 y duró ocho días, tras lo cual pudo comprobar que los elementos distintivos "de los verdaderos estigmas se encontrarían en los del Padre Pío".

Además el Prelado pudo oler un perfume especial que emanaban las heridas, hecho que ayudaba a comprobar el hecho como cierto.

Mons. Rossi escribió también que el Padre Pío era muy gentil; muy amado por sus superiores por ser "gran ejemplo y no murmurador"; dedicaba entre 10 y 12 horas al día a confesar y celebraba Misa "con extraordinaria devoción".


Los estigmas

Los estigmas son las llagas que Cristo sufrió en la crucifixión: dos en los pies, dos en las manos y una en el costado; que han aparecido en algunos místicos.

Si bien los estigmas son heridas, el punto de vista médico difiere con esta definición ya que no cicatrizan, ni siquiera cuando son curados; no se infectan ni se descomponen, no degeneran en necrosis, no tienen mal olor, y sangran constante y profusamente.

Los estigmas, además, son la reproducción exacta de las llagas de Jesús, según los estudios de la Sábana Santa o Síndone que según la tradición habría envuelto el cuerpo de Cristo.

Para reconocer los estigmas como válidos o reales, la Iglesia exige algunas condiciones precisas: deben aparecer todos al mismo tiempo, deben provocar una importante modificación en los tejidos, deben mantenerse inalterados y deben carecer de infecciones o cicatrización.

Según la Enciclopedia Católica los estigmatizados son alrededor de 60, entre santos y beatos. Algunos de los más famosos son San Francisco de Asís, Santa Catalina de Siena (quien rezó a Dios para que no fueran visibles), Santa Catalina de Ricci, Santa Juan de Dios, la Beata Anne Catherine Emmerich, entre otros.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 21 SEPTIEMBRE 2018

Lecturas de hoy San Mateo, apóstol y evangelista
 Hoy, viernes, 21 de septiembre de 2018


Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios
 (4,1-7.11-13):

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 18,2-3.4-5 

R/. A toda la tierra alcanza su pregón

El cielo proclama la gloria de Dios, 
el firmamento pregona la obra de sus manos: 
el día al día le pasa el mensaje, 
la noche a la noche se lo susurra. R/.

Sin que hablen, sin que pronuncien, 
sin que resuene su voz, 
a toda la tierra alcanza su pregón 
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,9-13):

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»
Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy viernes,
 21 de septiembre de 2018
CR


Hace ta algunos años escuchaba un programa de televisión con motivo de la beatificación de Escrivá de Balaguer. Como siempre en esos programas de debate, los responsables habían intentado que entre los participantes hubiese unos que estuviesen a favor y otros en contra. El programa se desarrollaba según lo previsto. Hasta que uno de los que estaban en contra comenzó a sacar algunas historias de juventud de Escrivá de Balaguer. Intentaba desautorizar así la beatificación. Si había hecho aquellas cosas, no merecía semejante premio.

Lo curioso fue que entonces intervino un teólogo, llamado allí precisamente por ser de los de en contra. Dijo, con muy buen tino, que lo que hubiese hecho Escrivá de Balaguer en su juventud tenía relativamente poca importancia, que la santidad no es algo con lo que se nace sino algo que se va haciendo poco a poco, a base de entrega, de encuentro con Jesús, de asimilar la buena nueva del Evangelio en la propia vida. Por eso decía aquel teólogo que era relativamente poco importante lo que hubiese hecho en su juventud Escrivá, que lo importante era ver el proceso y cómo había terminado.

Lo dicho se puede aplicar perfectamente a Mateo, el apóstol y evangelista que hoy celebramos. Era un publicano cuando Jesús se lo encontró. Para entendernos, uno que había hecho el juego a los romanos invasores y colaboraba con ellos en la recaudación de impuestos. Hoy cualquiera diría que los funcionarios de Hacienda no son necesariamente malos, que tienen una profesión que es un servicio a la sociedad. Un servicio necesario. Pero no era así en aquella época. Los romanos subcontrataban el cobro de los impuestos a los publicanos. Y no se preocupaban más. Estos abusaban del pueblo porque del mismo cobro de impuestos sacaban su beneficio. Mateo era uno de estos. Uno de los explotadores que se aprovechaban de la situación para hacerse ricos a costa de los demás. Pero Jesús vino a llamar a los pecadores. Cuando Mateo se encontró con Jesús, se le abrió la puerta a una vida nueva. Escuchó el “sígueme” de Jesús y lo siguió. ¿Y nosotros? ¿Estamos dispuestos a cambiar de vida? ¿O vamos a dejar que Jesús pasé de largo sin escucharle?

FELIZ VIERNES




jueves, 20 de septiembre de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 20 SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
20 septiembre



Que estás en el cielo: o mejor, que el cielo está donde estás tú, porque tú eres el cielo, porque tú eres el amor, y donde hay amor estás tú, y donde estás tú está el cielo.


Santificado sea tu nombre: que todos te conozcan, te alaben, te sirvan y te amen. Santificar a Dios es dejarse santificar por él, dejar que obre en nosotros la acción de su gracia, que es obra de santificación.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 19 SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
19 septiembre



Por rezar el Padre nuestro tan frecuentemente, quizá nos hayamos mecanizado en su recitación; detengámonos ahora brevemente en su meditación.

Padre: eres Tú el que quieres que te llamemos así; y quieres que así te llamemos porque lo eres de verdad.

Nuestro: entonces, todos somos hermanos... debemos querernos como hermanos, ayudarnos y tratarnos como hermanos...


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 18 SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
18 septiembre



Jesús detalla la proyección del amor al prójimo cuando explicita que debemos amar a los que nos odian y persiguen, nos maldicen, nos calumnian y están dispuestos a hacernos todo el mal que pueden.

En nuestro corazón hemos de fomentar el amor a nuestros enemigos, no excluyéndolos de las muestras externas de respeto en nuestras conversaciones, en nuestro trato y, sobre todo, en nuestras oraciones por ellos.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 17 SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
17 septiembre


Cristo es la verdadera luz que ilumina a todo hombre (cf Jn 1,9; 8,12); pero quiso que los hombres participaran de su luz, a fin de que ellos pudieran, a su vez, transmitir la luz a los otros.

No digas que no tienes cualidades para ser luz del Evangelio; el esplendor de la gloria dinámica de Dios se manifiesta en las obras de sus hijos e invita a todos a encontrarse con el Padre.

No basta que nosotros llevemos una vida que en sí sea signo; es preciso que la realidad, signada por esa vida, sea lo que significa, de suerte que cuantos nos vean no puedan menos de convencerse de la realidad salvadora del Evangelio.


P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 20 SEPTIEMBRE 2018


Lecturas de hoy Jueves de la 24ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 20 de septiembre de 2018



Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (15,1-11):

Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado vuestra adhesión a la fe. Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mí. Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 117,1-2.16ab-17.28

R/. Dad gracias al Señor porque es bueno

Dad gracias al Señor porque es bueno, 
porque es eterna su misericordia. 
Diga la casa de Israel: 
eterna es su misericordia. R/. 

«La diestra del Señor es poderosa, 
la diestra del Señor es excelsa.» 
No he de morir, viviré para contar 
las hazañas del Señor. R/.

Tú eres mi Dios, te doy gracias; 
Dios mío, yo te ensalzo. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (7,36-50):

En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. 
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: «Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.» 
Jesús tomó la palabra y le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.» 
Él respondió: «Dímelo, maestro.» 
Jesús le dijo: «Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?» 
Simón contestó: «Supongo que aquel a quien le perdonó más.» 
Jesús le dijo: «Has juzgado rectamente.» 
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama.» 
Y a ella le dijo: «Tus pecados están perdonados.» 
Los demás convidados empezaron a decir entre sí: «¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?» 
Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy jueves, 20 de septiembre de 2018
 CR


La lectura de san Pablo nos centra en lo más fundamental del mensaje evangélico: “que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, según las Escrituras.” Ahí está lo más esencial de nuestra fe. Olvidarnos de eso, significa olvidarnos de casi todo. La vida y la muerte de Jesús son el testimonio más vivo y luminoso del amor de Dios para con nosotros que ha habido nunca. Y su resurrección es la confirmación de ese amor de Dios que quiere nuestra vida y nos abre a una esperanza que es más fuerte que la muerte. Hasta ahí todo claro.

Pero nos podemos hacer la pregunta por quién es ese Cristo de que habla Pablo. No es una figura celestial o angélica. No es un superhombre ni nada parecido. Es Jesús de Nazaret. Su vida se nos relata en los Evangelios. Fue un hombre normal, anduvo por nuestros caminos, se sentó a nuestra mesa, tuvo una forma concreta de actuar. En realidad, su forma de actuar, de hablar, fue el modo concreto como se nos reveló Dios. Dios es el que resucitó a Jesús de entre los muertos. Pero Dios es también el que se nos manifiesta cuando Jesús se relaciona con los fariseos, con los pecadores, cuando cura a los enfermos, cuando cuenta las parábolas y cuando entona las bienaventuranzas. Así es Dios. Lo vemos en los gestos y las palabras de Jesús.

El Evangelio de hoy es muy iluminador a este respecto. Jesús entra a comer en casa de un fariseo. Tiene una actitud abierta. No condena a nadie. En los Evangelios vemos a los fariseos como enemigos de Jesús. Pero no parece que Jesús esté cerrado a ellos. Le invitan a comer y va. Sin problema. Claro que eso no significa que actúe como ellos esperarían que actuase. Cuando la pecadora se acerca a él, Jesús no aparta sus pies. Deje que le toque y le haga impuro. Y de paso denuncia el rigor y la falta de corazón de los fariseos. Dios es Dios de misericordia, de perdón. Dios es amor y sólo el que ama mucho es capaz de perdonar mucho. Así es Jesús. Así es Dios.

Por eso no conviene olvidar que el Cristo resucitado de que habla Pablo es este mismo Jesús que en sus palabras y gestos manifiesta y revela a Dios.

FELIZ JUEVES




domingo, 16 de septiembre de 2018

DAMIANA NATALI NOS HABLA SOBRE SU ESPECIAL DEVOCIÓN A LA VIRGEN MARÍA

Damiana Natali nos habla sobre su especial devoción a la Virgen
Damiana Natali cuenta su experiencia cercana a la muerte y cómo influye la fe en su vida


Por: Javier Lozano | Fuente: Carri Filli News 



Damiana Natali es una mujer que ha dedicado su vida a la música, una pasión que desarrolló junto a la fe que le transmitieron y de la que ahora hace gala orgullosa. Esta italiana del Piamonte es una de las pocas directoras de orquesta que hay en el panorama italiano e internacional, a lo que hay que sumar su vertiente como compositora.
“Cuando dirijo las notas que me llegan de lo Alto, pasan por mis manos y las devuelvo como si fuera un instrumento que coordina algo ya presente en la inmensidad”, explica esta mujer, que además es la fundadora de Ars Armónica una orquesta formada por profesionales de la música y que tiene un fin social.
Una composición dedicada a la Virgen
Para Damiana, música y fe son prácticamente una unidad desde que con cinco años en la sala de estar de su abuela imitara a los directores de orquesta. Ahí empezó el germen de lo que es ahora, donde da gracias a Dios, y también a la Virgen por la vida que ha tenido. Y eso que no lo ha tenido nada fácil.
En una entrevista con el semanario Credere, Damiana Natali afirma que “tengo en el corazón el deseo de componer un Ave María para voz solista y orquesta, dedicada a la figura de la amada Virgen María. Espero estar inspirada y que sea digna de ser ejecutada”.
Este, confiesa, es un deseo que viene de lejos, y para el que necesita tiempo y paz interior, pues no quiere componer cualquier cosa. Para ella, la Virgen María es algo más que una figura de la historia, sino que la une un vínculo profundo y personal desde que intercedió para curarla de una grave enfermedad.
El día que la Virgen la rescató de la muerte
Esta directora y compositora recuerda que “a los 18 años me dieron unos pocos meses de vida, debido a que nací con una malformación a nivel cardiovascular, un síndrome raro. Fui operada en Lyon, la cirugía fue un éxito, pero entonces mi corazón se detuvo, me sentí privada de la vida y que descendía a una velocidad indescriptible e introduciéndome un túnel negro. Fue entonces cuando apareció una mujer con la silueta de la Virgen, revestida de un blanco cegador que extendió su mano, y dijo: ‘ahora no’. Me envió de vuelta mucho más rápido de lo que estaba cayendo”.
Mientras relata este testimonio explica que en la ciudad francesa de Lyon “se encuentra la estatua dorada de la Virgen en la gran colina en la que se encuentra la basílica de Nuestra Señora de Fourvière”.
Precisamente, cuando Damiana despertó de la operación días después asegura que “cuando abrí los ojos, me encontré colgada en la pared, cerca de mi cama en el hospital una imagen de aquella Virgen y de la basílica. Más tarde me di cuenta también de que era visible desde la ventana, iluminada por el sol y el blanco de la nieve”.
Una segunda oportunidad 
Debido a la operación, perdió la movilidad de un brazo, aunque después de un duro año  pudo volver a moverlo y a hacer vida normal. Ella tiene claro que “me dieron una segunda oportunidad que iba más allá de cualquier expectativa que había sobre mí, sólo pude darle la bienvenida con gratitud y dar gracias por esta nueva vida”.
“Nunca me habría imaginado poder volver a la música y más aún a la dirección, pero aquí estoy”, asegura esta música italiana.
Desde entonces, la vida de Damiana ha sido una continuación de retos, metas y éxitos fruto del sacrificio, la pasión y todo ello combinado con la capacidad de confiar en el Señor. Para ella, “la música es la voz de Dios, un instrumento con el que nos habla y muestra la belleza del universo”.
Con la pasión que muestra por la música insiste en que “es el lenguaje universal, utilizado en todo el mundo con los mismos símbolos. Es el alfabeto más corto que existe, pero puede expresar cada emoción, sin limitaciones sociales, de lugar y tiempo, nacionalidad, raza o sexo”.
Influencia religiosa en su obra
Y con estas simples siete notas, Damiana Natali ha compuesto ya varias piezas de inspiración religiosa, como Dona Pacem, donde muestra su deseo de paz para toda la humanidad, el bien universal y la comunión. En 2001 también compuso Soffio di luce, dedicado a San Juan Pablo II, escrito para flauta, solista de violín y orquesta de cuerda. “Está dedicado a un hombre que trajo luz al mundo, incluso si su vida fue corta, como un soplo, en comparación con la eternidad. Es una oración breve”.
Entre concierto y concierto, y sus clases en el Conservatorio de Milán, esta italiana siempre ha tenido una especial dedicación a los más jóvenes. En su opinión, “la música, a menudo, se acerca a los niños, especialmente a los de más talento, sin que ellos lo busquen. El talento es algo que tienes que cultivar y hacer fructificar, tal vez con dificultad, como enseña la parábola de los talentos. Nuestra tarea como profesionales y docentes es encontrar aquellos talentos que a menudo están bajo tierra y ayudar a quienes lo poseen para hacerlos crecer”.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 16 SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
16 septiembre



Lo que pesa en la ofrenda que se presenta a Dios no es lo material, sino la espiritualidad del que ofrece lo material. Dicho con palabras de San Juan de la Cruz: "Dios no mira lo que le ofrecemos, sino el amor con que se lo ofrecemos".

A ejemplo del Señor, que se nos dio todo entero, nosotros debemos darnos íntegros, sin reservarnos nada para nosotros mismo. Eso es, precisamente una consagración: una entrega total, absoluta, sin excepciones ni limitaciones de ninguna clase.


P. Alfonso Milagro

PAPA FRANCISCO A JÓVENES: DIGAN NO A LA RESIGNACIÓN Y RECUERDEN QUE TODO PUEDE CAMBIAR


El Papa a jóvenes: Digan no a la resignación y recuerden que todo puede cambiar
POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media


En la Plaza Politeama en Palermo (Italia), el Papa Francisco resaltó que los jóvenes deben decir siempre “no” a la resignación, siendo creadores de esperanza y de futuro, recordando además que “¡Todo puede cambiar!”

Ante miles de jóvenes presentes y en medio de un gran ambiente de fiesta, el Santo Padre respondió a tres preguntas que los jóvenes le hicieron a su llegada: ¿Cómo escuchar al Señor?, ¿Cómo acoger a los demás? Y ¿Cómo ser joven en esta tierra?

En sus respuestas, el Papa recordó a los jóvenes que “tienen en el corazón y en las manos la posibilidad de hacer nacer y crecer esperanza”.

“Por favor, no a la resignación. Escuchen bien, un joven no puede ser resignado. Todo puede cambiar. ¿Dónde debo llamar? A tu corazón, a tus sueños. Generen una civilización nueva, acogedora, fraterna, del amor. ¡Todo puede cambiar!”, continuó.

Respondiendo a la primera pregunta, el Santo Padre cuestionó: “¿Cómo se escucha al Señor? ¿Dónde habla el Señor? ¿Tienen el número de teléfono del Señor para llamarlo? Les diré esto y esto es en serio: Al Señor no se le escucha estando en un sillón. ¿Entienden? Con una vida cómoda, sin hacer nada, te aseguro que escucharás cualquier cosa menos al Señor”.

El Pontífice indicó que “quedarse sentados crea interferencia con la Palabra de Dios que es dinámica. Si estás estático, no puedes escucharla. A Dios se le descubre caminando, no esperando que en la vida mágicamente algo ocurra”.


“Lo vemos en esa fascinante historia de amor que es la Biblia. Aquí el Señor llama continuamente a la gente joven y ama hablar a los jóvenes mientras están en camino –por ejemplo, piensen en los dos discípulos de Emaús– o mientras hacían sus cosas: piensen en David que pastoreaba a su grey, mientras sus hermanos estaban en la casa tranquilos”.

Francisco subrayó también que “Dios detesta la pereza y ama la acción. Métanse bien esto en el corazón y en la cabeza. Los perezosos no podrán escuchar la voz del Señor. ¿Entendido?”

“No se trata de moverse para ponerse en forma, se trata de mover el corazón, de poner el corazón en camino”. “Si quieres escuchar la voz del Señor ponte en camino y vive a la búsqueda. Aquí el Señor habla a quien está en búsqueda. Quien busca, camina”.

El Pontífice alertó luego: “Estar en camino es siempre sano. Sentir que ya has llegado, sobre todo para ustedes, es trágico. No se sientan nunca que ya han llegado. Nunca”.

“Me gusta decir, retomando lo del sillón, me gusta decir que es feo ver a un joven jubilado. Es feo. El joven debe estar en camino. La juventud es esto. Si te jubilas a los 22 años, te has envejecido muy rápido”.

Tras explicar que a Dios no se le encuentra en el teléfono, ni en la televisión, ni en “la música ensordecedora que atonta”, el Papa subrayó que “el Señor te hará sentir qué cosa quiere de ti, pero si estás en camino y buscando a los otros, buscando diálogo y comunidad con los otros. Sobre todo en la oración. Reza con tus palabras”.

“Hay otra cosa que les puede ayudar. Sueñen en grande, a lo grande, porque en los grandes sueños encontrarás muchas palabras del Señor que dice algo. Caminar, buscar, soñar. Y un último verbo que ayuda para escuchar la voz del Señor es servir, hacer algo por los otros, no replegado sobre uno mismo”.

Sobre la segunda pregunta, el Santo Padre dijo a los jóvenes que “su vocación será ser hombres y mujeres de encuentro, porque el mundo de hoy es un mundo de desencuentros, de guerra, la gente no se entiende”.

“Dios nos quiere salvados juntos, no solos. Que seamos felices juntos, no solos. Que seamos un pueblo. Ustedes son un pueblo con una identidad grande y deben estar abiertos a los pueblos que vienen a ustedes. Un cristiano que no es solidario no es cristiano. La solidaridad es la marca del cristiano”.


“Yo les diré a ti y a todos: ¿Cómo va tu amor? ¿Cómo está el termómetro de tu amor? A veces olvidamos la simplicidad del amor. Dios ama y da con amor. Es necesario involucrarse. Es necesario ensuciarse las manos. Si no son capaces de ensuciarse las manos nunca podrán ser acogedores, nunca podrán pensar en los otros”.

Francisco dijo luego que si un joven está triste, es posible que sea porque no está amando: “La tristeza es la medida de que esto es bajo. Sin eso no podrán ser constructores de futuro. El futuro está en sus manos. El futuro deben hacerlo ustedes con sus manos, con sus sueños, con los otros, siendo acogedores en el servicio a los otros”.

En cuanto a la tercera pregunta, Francisco refirió que actualmente el mundo vive en crisis, y ante ella es necesario descubrir las propias raíces.

“Padre, ¿dónde puedo encontrar las raíces? En su cultura, en el diálogo con los otros, pero sobre todo, y esto lo quiero subrayar, hablen y escuchen a los viejos. Pero, padre, siempre dice lo mismo. Ellos deben darte las raíces, ellos te pueden ayudar con la esperanza. No se puede andar y crear esperanza sin raíces. Lo que el árbol ha florecido, viene de lo que está enterrado, de las raíces”.

En el mundo actual, refirió el Pontífice, “hay desorientación La palabra crisis significa que te hacen bailar en la incertidumbre. No puedes estar firme porque todo se cae y todo se pierde”.

Ante este panorama, el Papa destacó: “Ustedes son la esperanza, y la tienen en sus manos hoy. Les pregunto, en este tiempo de crisis, ¿tienen raíces? Cada uno responde en su corazón, ¿cuáles son mis raíces? ¿Soy un joven con raíces o un joven desenraizado?”

EL EVANGELIO DE HOY 16 SEPTIEMBRE 2018


Lecturas de hoy Domingo 24º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
 Hoy, domingo, 16 de septiembre de 2018


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (50,5-9a):

El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado. Tengo cerca a mi defensor, ¿quién pleiteará contra mí? Comparezcamos juntos. ¿Quién tiene algo contra mí? Que se me acerque. Mirad, el Señor me ayuda, ¿quién me condenará?

Palabra de Dios


Salmo
Sal 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9
R/. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante, 
porque inclina su oído hacia mí 
el día que lo invoco. R/.

Me envolvían redes de muerte, 
me alcanzaron los lazos del abismo, 
caí en tristeza y angustia. 
Invoqué el nombre del Señor: 
«Señor, salva mi vida.» R/.

El Señor es benigno y justo, 
nuestro Dios es compasivo; 
el Señor guarda a los sencillos: 
estando yo sin fuerzas, me salvó. R/.

Arrancó mi alma de la muerte, 
mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída. 
Caminaré en presencia del Señor 
en el país de la vida. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago (2,14-18):

¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta. Alguno dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe.»

Palabra de Dios


Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,27-35):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino, preguntó a sus díscípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»
Él les prohibió terminantemente decirselo a nadie. Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.» Se lo explicaba con toda claridad. 
Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»
Después llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.»

Palabra del Señor


Comentario al Evangelio de hoy domingo, 
16 de septiembre de 2018
 Fernando Torres cmf


Es tiempo de decidirnos por Jesús

      En la vida hay tiempos y momentos que exigen decisiones serias, que luego deben ser asumidas con todas sus consecuencias. Jesús puso a los apóstoles ante una de esas decisiones en aquel diálogo que tuvo con ellos cerca de Cesarea de Filipo. Les pidió, ni más ni menos, que se definieran ante él. Hoy la pregunta resuena también para nosotros. “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” No es baladí la cuestión. Pedro da la impresión de que es capaz de responderla casi de golpe. A bote pronto. Pero no es difícil darse cuenta de que su respuesta no tiene mucho peso. En realidad no había entendido nada o casi nada. Cuando Jesús les comienza a explicar lo que significa que él es el Mesías, entonces Pedro se empeña en tratar de disuadirlo. Pero Jesús se desentiende de él y sigue planteando lo que va a ser su vida y la vida de sus seguidores. “El que quiera venirse conmigo...”



      Es que el cristiano puede ser que encuentre resistencia en los que le rodean o en la sociedad. El ambiente le puede hacer más difícil ser cristiano. Es verdad. Pero hay otra resistencia que proviene de dentro de la persona. Es la resistencia a la Palabra de Dios. A ella alude la lectura del profeta Isaías: “El Señor me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia”. El profeta no la opuso pero nosotros quizá sí. Quizá nos da miedo asumir las consecuencias de seguir a Jesús, de comportarnos como cristianos en nuestra familia o en nuestro barrio, de acercarnos a los más débiles y necesitados y compartir con ellos nuestro tiempo o nuestros bienes, de perdonar con generosidad como Dios nos perdona. Hay que ser fuertes a veces para ser cristiano y amar a todos como Dios nos ha amado en Cristo. En nuestros oídos vuelven a resonar las palabras de Jesús: “El que quiera venirse conmigo...”

      Porque ser cristiano no es cuestión de pegar un grito en un momento determinado, decir “Sí, yo quiero seguir a Jesús”, y luego olvidarse de lo dicho y seguir como si nada hubiese cambiado en nuestra vida. Ser cristiano significa comportarse como tal no sólo los domingos sino también los días de entre semana. No vaya a ser que se nos presente el apóstol Santiago y nos pregunte (segunda lectura): “¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no lo demuestra con obras?” Se puede decir más alto pero no más claro. Además, sabemos que es verdad. La fe se demuestra en las obras, en la forma de relacionarnos con nuestros hermanos y hermanas, en nuestra capacidad para compartir la vida y lo que tenemos, en nuestra capacidad de amar sin medida y perdonar con generosidad. Decidirnos por Jesús no sólo es confesar como Pedro en Cesarea que es el “Mesías”. Decidirnos por Jesús es vivir las consecuencias cada día de nuestra vida. 



Para la reflexión

      ¿Qué creemos que nos pide Jesús que hagamos para seguirle? ¿Nos cuesta escuchar su Palabra? ¿Nos comportamos siempre como cristianos? ¿En que podríamos mejorar para ser más coherentes entre nuestro ir a misa los domingos y lo que hacemos el resto de los días?

FELIZ DOMINGO!!!







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