sábado, 27 de octubre de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 27 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
27 de Octubre



El Reino de Dios no es reino de muerte, sino de vida; no son sus hijos los muertos, sino los vivos, los que gozan de la vida de la gracia.

Tienes que vivir esa Vida divina en ti; ese tu Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ha de tener en ti su asiento y su morada; reflexiona que eres verdaderamente templo de Dios, morada del Espíritu Santo.

Inicia una nueva vida menos cómoda y más entregada, menos egoísta y más generosa, pensando menos en ti y algo más en los demás; levántate de una vida encerrada en ti, en tus gusto y comodidades, a una vida abierta a los demás y a las conveniencias del Evangelio.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 26 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
26 Octubre



Ir a Jesús, porque en él encontramos cuanto desea nuestro corazón, solamente en él hallamos la paz, la tranquilidad y la seguridad que tanto anhelamos.

Escuchar las palabras de Jesús: ¿Quién podrá ser mejor Maestro que él? ¿Quién tiene un mensaje más verdadero y santo que el mensaje de Jesús? No dejes caer en el vacío las palabras de tu Maestro, que es Jesucristo; él desparrama sus palabras, pero cada palabra de Jesús es como un pájaro que busca la rama de un árbol donde anidar, cada palabra de Jesús busca un corazón donde puede ser aceptada.

Poner en práctica las palabras de Jesús: no bastará que escuches la Palabra de Dios, que la aceptes, que te llenes de ella; debes hacer todo eso, pero en orden a la vivencia.


P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 27 OCTUBRE 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 29ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, sábado, 27 de octubre de 2018



Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,7-16):

A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Por eso dice la Escritura: «Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres.» El «subió» supone que había bajado a lo profundo de la tierra; y el que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenar el universo. Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. Para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados al retortero por todo viento de doctrina, en la trampa de los hombres, que con astucia conduce al error; sino que, realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo, del cual todo el cuerpo, bien ajustado y unido a través de todo el complejo de junturas que lo nutren, actuando a la medida de cada parte, se procura el crecimiento del cuerpo, para construcción de sí mismo en el amor

Palabra de Dios


Salmo
Sal 121,1-2.3-4a.4b-5

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron: 
«Vamos a la casa del Señor»! 
Ya están pisando nuestros pies 
tus umbrales, Jerusalén. R/. 

Jerusalén está fundada 
como ciudad bien compacta. 
Allá suben las tribus, 
las tribus del Señor. R/. 

Según la costumbre de Israel, 
a celebrar el nombre del Señor; 
en ella están los tribunales de justicia, 
en el palacio de David. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,1-9):

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. 
Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.» 
Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas."»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 27 de octubre de 2018
 Carlos Sánchez


Hola, amigos y amigas:

Ayer veíamos que Jesús nos invitaba a interpretar los hechos históricos sociales y personales en clave de fe, pero hoy Él mismo nos hace caer en la cuenta de que esta tarea no es fácil y que puede llevarnos a confusiones, por ejemplo, sus interlocutores interpretaron la muerte de los galileos en manos de Pilato y la de aquellos que fueron aplastados por la torre de Siloé en clave de castigo divino por sus pecados. Jesús los conduce hacia otra clave, la de la conversión. Es curioso que el evangelista Lucas coloque a continuación la parábola de la higuera estéril, que resalta la paciencia y la misericordia de Dios frente a la impaciencia del que no encuentra los frutos que esperaba y quería cortar del todo la higuera. Con cuánta facilidad nosotros también tendemos a interpretar los momentos difíciles de la vida como castigo divino, ya sea para nosotros mismos o para los demás; qué tranquilizador es pensar que a los demás les va mal porque se lo merecen, así nos sentimos mejores. Cuántas veces nos viene muy bien a nuestros intereses la imagen de un Dios castigador e impaciente; muchos discursos religiosos insisten en ello, poniendo siempre a los “otros” como los castigados.

Jesús nos invita a interpretar los acontecimientos desde otra clave, la de la constante llamada a la conversión que nos hace un Dios paciente y misericordioso, que quiere nuestro bien y lo busca de mil maneras cada día, sin impacientarse ni rendirse. Cuando nos movemos en estas claves de interpretación de nuestras vidas, podemos desterrar el terror religioso, el temor, la culpabilización y la pasividad. Toda la vida de Jesús nos anuncia la buena nueva de un Dios enamorado de los seres humanos, que espera con solicitud de padre la hora en que cada uno de sus hijos e hijas descubran la hondura de su amor y las consecuencias que esto supone en su vida personal, familiar y social.

Convertirnos no supone cambiar de conducta de la noche a la mañana, sino, más bien, se trata de un proceso continuo que nos permite descubrir el amor paciente de Dios que no nos ha destruido ni cortado del todo, sino que siempre y a través de todo nos está invitando a ser más humanos y más hermanos, tal como nos lo mostró con su vida Jesús de Nazaret. Este amor posibilita la conversión que nos capacita para cambiar nuestros modos de pensar, empezar nuevos procesos de relaciones, desterrar viejos hábitos insanos y emprender otros nuevos que sean más evangélicos y nos hagan más sencillos, alegres y solidarios.

Un saludo fraterno
Carlos Sánchez Miranda, cmf.

FELIZ SÁBADO!




jueves, 25 de octubre de 2018

ELLA ES JANINA, ASESINADA POR SU AMOR AL ROSARIO EN LA UNIÓN SOVIÉTICA


Ella es Janina, asesinada por su amor al Rosario en la Unión Soviética
Redacción ACI Prensa
 Crédito: National Catholic Register




Janina Jandulska fue una mujer ucraniana con discapacidad que a los 30 años organizó un grupo para rezar el Rosario, pero que en 1937 fue arrestada y acusada por la Unión Soviética de dirigir una organización política subversiva, lo que finalmente le costaría la vida.

El National Catholic Register recogió la historia de esta mujer católica de Ucrania, un país que después de la Revolución Bolchevique de 1917 empezó a formar parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

En aquel tiempo, el dictador Iósif Stalin y las autoridades comunistas habían tomado las riendas del antiguo Imperio ruso. Una vez afianzados en el poder, persiguieron a todos los cristianos que vivían en su territorio.

En 1937, Janina Jandulska vivía con su madre en la aldea ucraniana de Wierzboviec y, al igual que muchas personas de su pueblo, empezó a formar parte de un grupo de oración llamado Rosario Viviente.

Este tipo de grupos organizados por laicos, que ayudaron en la enseñanza del catecismo a jóvenes y proporcionaron apoyo espiritual y moral a muchos católicos, empezaron a surgir luego de que la URSS iniciara el cierre de seminarios y el arresto de sacerdotes.

A pesar de los riesgos, Janina aceptó ser anfitriona de una de las reuniones del Rosario Viviente en su casa. Sin embargo, un oficial comunista fue alertado de este hecho e informó a las autoridades.


Cuando la policía llegó a casa de Janina, esta fue arrestada y el fiscal le hizo algunas preguntas. A continuación la descripción:

-“¿Eres la encargada del Rosario?”

-“Sí, soy la encargada del Rosario Viviente. Pero no es una organización, simplemente le rezamos a Dios”.

-“¿Cuántos de ustedes están ahí?”

-“Quince”

-“¡Quince! Y dices que no es una organización. ¿Quién te reclutó y quién te envió literatura?

El fiscal no aceptó la respuesta de Janina de que el Rosario Viviente simplemente se reunía para orar a Dios. Entonces él le recordó:

-“¡Pero no hay Dios!”


-“Para ti no hay Dios, pero para nosotros Dios existe”.

El fiscal miró a la mujer discapacitada frente a él, y señaló: -“Pero estás aquí ahora (entonces) ¿quién te reemplazará?”

-“Alguien que cree en Dios”, respondió Janina.

Al poco tiempo, la madre de Janina fue informada de que su hija estaba muerta. La causa de muerte se definió falsamente como una “infección del hígado”, sin embargo, tiempo después se descubrió que Janina había recibido un disparo en la cabeza.

Actualmente, en el pueblo de Wierzboviec existe una humilde iglesia católica, y al interior, hay una foto de Janina, donde aún le rezan y la recuerdan.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 25 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
25 Octubre



Jesús nos propone tres aspectos, tres grados, tes dimensiones en nuestra relaciones con nuestro prójimo:

- sean misericordiosos... y la misericordia, la compasión, se realiza con el prójimo; el que es misericordioso no se atreverá nunca a hacer sufrir a los demás y cuando ve que los demás sufren, se siente tocado por ese mismo sufrimiento;

- no juzguen: esto es también difícil de practicar; Jesús nos dice que no juzguemos; no estamos en condiciones de hacerlo porque no conocemos la profundidad, las intenciones o los móviles de los demás a los que pretendemos enjuiciar.

- perdonen: no queramos ser jueces, pero tampoco pretendamos ser verdugos.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 24 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
24 Octubre




El precepto más difícil que nos impone Jesús es quizá éste de amar a nuestros enemigos; pero es que el precepto va más allá: si amamos a nuestros enemigos, nadie tiene propiamente por enemigo al que verdaderamente ama; luego, el precepto del Señor apunta no sólo a no odiar, sino a amar positivamente y, aún más, a no tener a nadie como enemigo.

Ese es el cristiano; y si el cristiano a nadie tiene como a enemigo, aun a aquellos que lo persiguen y molestan y le causan un poco mal, el cristiano a todos ama, a todos procura toda clase de bienes, por todos reza, a todos bendice y a todos desea las mejores bendiciones de Dios.

No es que el cristiano nos sienta el mal que le hace o el odio con que lo persiguen; el cristiano tiene un corazón humano sensible y acusa el impacto que recibe; pero aunque lo sienta, el cristiano ama a los que le producen mal, reza por los que lo persiguen, desee el bien a todos cuantos le desean mal.



P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 25 OCTUBRE 2018


Lecturas de hoy Jueves de la 29ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, jueves, 25 de octubre de 2018



Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (3,14-21):

Doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, os conceda por medio de su Espíritu robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; y así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano. Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios. Al que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos, con ese poder que actúa entre nosotros, a él la gloria de la Iglesia y de Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 32,1-2.4-5.11-12.18-19

R/. La misericordia del Señor llena la tierra

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.

Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.

Pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R/.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,49-53):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy jueves, 25 de octubre de 2018
Carlos Sánchez


Hola, amigos y amigas:

Qué diferente el Jesús del Evangelio de hoy con tantas predicaciones que insisten en presentar la imagen de un Jesús tan dulce y tan suave, que “no mata ni una mosca”. El Jesús del Evangelio es un hombre apasionado por el Reino de su Padre y un hombre que no ha venido a traer un mensaje adormecedor a sus seguidores, sino a despertarlos a la fuerza irrefrenable y transformadora del amor. Por supuesto que Jesús no quiere la división de las familias ni de la sociedad, pero sabe que, cuando una persona se encuentra de verdad con Él, no queda indiferente: su vida se transforma y sus valores le llevan a luchar por lo que considera valioso, al punto de cuestionar incluso tradiciones y lazos que perecían tan sagrados e incuestionables como son los familiares. El Evangelio es una luz que todo lo ilumina; su claridad trae nuevos criterios de vida y, si los tomamos en serio, se convierten en un fuego que nos purifica de lo que no sirve y enciende en nosotros procesos de vida abundante al servicio del Reino de Dios

¿Has sentido ese fuego dentro de tu vida? No se puede ser cristianos de verdad sin estar poseídos por este fuego, y no me refiero a un carácter apasionado o a un temperamento impulsivo que muchas veces arrasa con la vida de las personas provocando daño y división sin más. Me refiero al fuego del amor que tiene su origen en el perdón que recibimos, en la alegría de saber que Dios nos busca cuando nos creíamos perdidos, en la confianza de saber que Él nunca nos ha abandonado y en la fortaleza de contar con el amor de Aquel que se entregó hasta el extremo por nosotros. Cuando este fuego enciende su llama en nuestro interior se convierte en luz para nuestros pasos y deja al descubierto todo aquello que se opone al Reino de Dios para denunciarlo y transformarlo. No se trata de un fuego violento y vengativo, sino de un fuego que ofrece calor, luz y aliento de vida a toda costa.

¿Quieres vivir encendido en ese fuego? No olvides la frase de los discípulos de Emaús: “¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?” (Lc 24, 32). Deja que la escucha de su Palabra encienda ese fuego en tu corazón.

Un saludo fraterno
Carlos Sánchez Miranda, cmf.

FELIZ JUEVES





martes, 23 de octubre de 2018

HAY QUE LLEVAR A LOS NIÑOS PEQUEÑOS A MISA AUNQUE LLOREN?


¿Hay que llevar a los niños pequeños a misa aunque lloren?
El sacerdote José Ramírez responde con argumentos


Por: Redacción | Fuente: ACI Prensa 




“Un niño pequeño llorando en la Misa, es una señal que la Iglesia sigue viva y continúa con su misión de evangelizar a las naciones”, señaló el sacerdote José Ramírez en Idaho Falls (Estados Unidos).

Ramírez explicó que el llanto no es excusa para no llevar a los niños a Misa, y que los padres deben aprender a disciplinarlos con paciencia y respetando la solemnidad de la celebración.

La Iglesia del mañana 

“¿Si no hay niños en la Misa de hoy, entonces dónde estará la iglesia del mañana?. Los niños pueden ir integrándose a la comunidad de fe, y al principio va ser difícil”, expresó el Ramírez en su artículo titulado “Los Niños en la Misa” para el sitio web de la Diócesis de Idaho.

El sacerdote advirtió que los padres dejan de llevar a sus hijos a Misa porque tienen miedo de llamar la atención, o que “el padrecito los vaya a regañar”, mientras que existen otros que “convenientemente” no van con la excusa de que irán cuando los niños sean más mayores y sepan comportarse.

Años importantes

Los padres no se dan cuenta de que “estos años en la vida de un niño son sumamente importantes para que vayan descubriendo lo que es la Misa, y puedan ir modificando su comportamiento para participar activamente” de ella, exhortó el sacerdote.

La forma como está estructurada la Misa “puede ser difícil para cualquier niño” indicó el presbítero, podrá llevar tiempo y dedicación a los padres y no será fácil, “pero con una disciplina de fe y un buen ejemplo la lección será bien aprendida”.

Bienvenida a familias jóvenes

Recordó que mientras se busca “mantener la solemnidad de la Misa, por el otro lado tenemos que tener un ambiente de bienvenida para las familias jóvenes. La vía media no es dar licencia para que todo pase”, explicó que se debe educar desde pequeños con fe, paciencia y sin ofender. “Yo agradezco familias jóvenes que vienen a la iglesia a pesar de tener a varios niños pequeños”.

El presbítero, al contar su experiencia de niño aseguró que “gracias a Dios yo pude aprender la lección rápido, pero no quiero imaginarme qué hubiera pasado si un sacerdote hubiera parado la Misa para regañarme, posiblemente no hubiera regresado a la iglesia”.

Resaltó la importancia de los consejos de la familia que “me fui dando cuenta de que la iglesia no era un lugar para jugar sino para orar”.

Al concluir escribió las palabras del Señor en el Evangelio de San Mateo “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el Reino de los Cielos es de quienes son como ellos”.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 23 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
23 Octubre



La oración más que un acto, un momento, unos minutos, es un ambiente en el que se debe desarrollar la actividad del hombre cristiano; es el respirar del alma que no puede suspenderse, que en su espirar e inspirar tiene presente a Dios, es un mirar fijamente y con dulzura el rostro de Dios y no apartar la vista del rostro de Dios en ninguna circunstancia por amarga y contraria que se le quiera suponer.

Pero si la oración es un ambiente, el hecho y el ejemplo que nos da Jesús de retirarse a orar, nos convence de que es preciso dedicar a la oración determinados momentos en el día y en la semana, en los que te dediques a la oración, a la meditación de la Palabra de Dios de un modo consciente y profundo e intenso.

Cuanto mayores sean los problemas que te preocupen y las angustias que te apenen, tanto más debes rezar y tanto mejor debes ser tu oración. Sé hombre de oración y serás hombre espiritual.



P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 23 OCTUBRE 2018


Lecturas de hoy Martes de la 29ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, martes, 23 de octubre de 2018



Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,12-22):

Antes no teníais un Mesías, erais extranjeros a la ciudadanía de Israel y ajenos a las instituciones portadoras de la promesa. En el mundo no teníais ni esperanza ni Dios. Ahora, en cambio, estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu. Por lo tanto, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo. Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 84,9ab-10.11-12.13-14

R/. Dios anuncia la paz a su pueblo

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,35-38):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy martes, 23 de octubre de 2018
Carlos Sánchez


Hola, amigos y amigas:

Tanto hoy como mañana, las lecturas evangélicas nos invitan a la vigilancia en el seguimiento del Señor. La vigilancia es una actitud cristiana indispensable: un cristiano que deja de vigilar fácilmente se convierte en un cumplidor rutinario o, en el peor de los casos, en un creyente mediocre o disipado. No se trata de una vigilancia al estilo de muchos de los actuales medios de comunicación que se fijan detenidamente en la vida de los demás para criticarles o para cotillear, tampoco de una vigilancia exhaustiva de nuestros propios actos ya sea por miedo a la condenación o por afán de perfeccionismo. Jesús nos invita a otro tipo de vigilancia; veamos dos detalles del texto de hoy que convierten a la vigilancia en una actitud de fe capaz de renovar la vida del creyente.

El primer detalle es la manera como se debe vigilar: “Tened ceñida la cintura y las lámparas encendidas”; esto nos recuerda la noche pascual, en la cual Dios sacó a su pueblo de la esclavitud de Egipto y en la que pidió a los israelitas que durante la cena estén atentos a su paso y listos para emprender el camino liberador hacia la Tierra prometida. Los cristianos esperamos la Palabra de cada día con el cinturón puesto y con la lámpara encendida, listos para descubrir las llamadas de Dios que nos sacuden de la somnolencia, de la rutina y de la mediocridad y nos abren caminos nuevos, que nos sacan de los miedos, los pesimismos y las esclavitudes para hacernos resucitar y vivir con mayor coraje, amor y esperanza.

El segundo detalle es que los criados esperan que su amo regrese de una boda. El tema de la boda tiene para nosotros una fuerte resonancia pascual y escatológica: la boda del cordero es la fiesta de la unión plena de Cristo con su Iglesia, con la humanidad, con nosotros. Me llama la atención que en el texto se resalte dos veces la dicha o la felicidad de los criados que están listos para servir a su señor. Ellos tendrán la dicha de ser servidos por su señor. Sorprende cómo Lucas entreteje magistralmente en este pequeño texto el servicio, la espera, la vigilancia y la dicha. No tenemos otra manera de esperar como seguidores de Jesús: estar atentos a los que necesitan nuestro servicio, nuestra espera, nuestro cariño, nuestro esfuerzo, nuestro sacrificio; seguro que allí encontraremos nuestra felicidad, nuestro gozo porque descubrimos que en ese servicio misteriosamente somos servidos por el Señor.

Un saludo fraterno
Carlos Sánchez Miranda, cmf.

BIENVENIDOS




lunes, 22 de octubre de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 22 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
22 Octubre




La vida de Jesús fue una vida de una actividad fuera de lo común, de un dinamismo apostólico inalcanzable para nosotros; y sin embargo, a pesar de todo eso, Jesús pasó toda la noche en oración con Dios.

Debes orar por una exigencia íntima de tu propio corazón; no retacees el tiempo que debes dedicar a la oración y esto aunque sea con pretexto del apostolado; aprende a dejar a los hombres por Dios, para que luego no caigas en el nefasto error de pensar que todo lo que se hace por Dios es oración y así lanzarte a un torbellino de cosas que no te dejen tiempo ni humor para la oración.

Todo lo que se hace por Dios será oración si verdaderamente se hace por Dios; pero no podrá hacerse verdaderamente por Dios si previamente, antes de realizar esa acción, no se le ha dado vida por medio de la oración.


P. Alfonso Milagro

SAN JUAN PABLO II, 22 OCTUBRE


Juan Pablo II



(Karol Wojtyla; Wadowice, Cracovia, 1920 - Roma, 2005) Papa de la Iglesia católica (1978-2005). Elegido para el solio de Pedro en octubre de 1978, cuando ocupaba el puesto de cardenal-arzobispo de Cracovia, el prelado polaco Karol Wojtyla fue el primer pontífice no italiano en más de cuatro siglos.


Juan Pablo II

Hijo de un oficial de la administración del Ejército polaco y de una maestra de escuela, de joven practicó el atletismo, el fútbol y la natación; fue también un alumno excelente y presidió diversos grupos estudiantiles. Desarrolló además una gran pasión por el teatro, y durante algún tiempo aspiró a estudiar literatura y convertirse en actor profesional.

Durante la ocupación nazi de Polonia compaginó sus estudios y su labor de actor con el trabajo de obrero en una fábrica, para mantenerse y evitar su deportación o encarcelamiento. Fue miembro activo de la UNIA, organización democrática clandestina que ayudaba a muchos judíos a encontrar refugio y escapar de la persecución nazi.

En tales circunstancias, la muerte de su padre le causó un profundo dolor. La lectura de San Juan de la Cruz, que entonces buscó como consuelo, y la heroica conducta de los curas católicos que morían en los campos de concentración nazi fueron decisivas para que decidiera seguir el camino de la fe. Mientras se recuperaba de un accidente, el futuro pontífice decidió seguir su vocación religiosa, y en 1942 inició su formación sacerdotal. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, fue ordenado sacerdote (1 de noviembre de 1946), amplió sus estudios en Roma y obtuvo el doctorado en Teología en el Pontifico Ateneo Angelicum.

De regreso a Polonia desarrolló una doble actividad evangelizadora y docente: llevó a cabo su labor pastoral en diversas parroquias obreras de Cracovia e impartió clases de ética en la Universidad Católica de Lublin y en la Facultad de Teología de Cracovia. En 1958 fue nombrado auxiliar del arzobispo de Cracovia, a quien sucedió en 1964. Ya en esa época era un líder visible que a menudo asumía posiciones críticas contra el comunismo y los funcionarios del gobierno polaco. Durante el Concilio Vaticano II destacó por sus intervenciones sobre el esquema eclesiástico y en los debates acerca de la constitución pastoral Gaudium et spes, dedicada al papel de la Iglesia en el mundo contemporáneo.

En 1967 el Papa Pablo VI lo nombró cardenal, y el 16 de octubre de 1978, a la edad de cincuenta y ocho años, fue elegido para suceder al papa Juan Pablo I, fallecido tras treinta y cuatro días de pontificado. De este modo se convirtió en el primer Papa no italiano desde 1523, y en el primero procedente de un país del bloque comunista. Desde sus primeras encíclicas, Redemptoris hominis (1979) y Dives in misericordia (1980), Juan Pablo II exaltó el papel de la Iglesia como maestra de los hombres y destacó la necesidad de una fe robusta, arraigada en el patrimonio teológico tradicional, y de una sólida moral, sin mengua de una apertura cristiana al mundo del siglo XX. Denunció la Teología de la Liberación, criticó la relajación moral y proclamó la unidad espiritual de Europa.

El 13 de mayo de 1981 sufrió un grave atentado en la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde resultó herido por los disparos del terrorista turco Mehmet Ali Agca. A raíz de este suceso, Juan Pablo II tuvo que permanecer hospitalizado durante dos meses y medio. El 13 de mayo de 1982 sufrió un intento de atentado en el Santuario de Fátima durante su viaje a Portugal. Sin embargo, el pontífice continuó con su labor evangelizadora, visitando incansablemente numerosas regiones, en especial los países del Tercer Mundo de África, Asia y América del Sur.

Igualmente, siguió manteniendo contactos con numerosos líderes religiosos y políticos, destacando siempre por su carácter conservador en cuestiones doctrinales y por su resistencia a la modernización de la institución eclesiástica. Entre sus encíclicas cabe mencionar Laborem exercens (El hombre en su trabajo, 1981), Redemptoris mater (La madre del Redentor, 1987), Sollicitudo rei socialis (La preocupación social, 1987), Redemptoris missio (La misión del Redentor, 1990) y Centessimus annus (El centenario, 1991).



Entre sus exhortaciones y cartas apostólicas destacan Catechesi tradendae (Sobre la catequesis, hoy, 1979), Familiaris consortio (La familia, 1981), Salvifici doloris (El dolor salvífico, 1984), Reconciliato et paenitentia (Reconciliación y penitencia, 1984), Mulieris dignitatem (La dignidad de la mujer, 1988), Christifidelis laici (Los fieles cristianos, 1988) y Redemptoris custos (El custodio del Redentor, 1989). En Evangelium vitae (1995) trató las cuestiones del aborto, las técnicas de reproducción asistida y la eutanasia. Ut unum sint (Que todos sean uno, 1995) fue la primera encíclica de la historia dedicada al ecumenismo. En 1994 publicó el libro Cruzando el umbral de la esperanza.

El pontificado de Juan Pablo II no estuvo exento de polémica. Su talante tradicional le llevó a sostener algunos enfoques característicos del catolicismo conservador, sobre todo en lo referente a la prohibición del aborto y los anticonceptivos, la condena del divorcio y la negativa a que las mujeres se incorporen al sacerdocio. Sin embargo, también fue un gran defensor de la justicia social y económica, abogando en todo momento por la mejora de las condiciones de vida en los países más pobres del mundo.

Tras un proceso de intenso deterioro físico que le impidió cumplir en reiteradas ocasiones con las habituales apariciones públicas en la plaza de San Pedro, Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005. Su desaparición significó para algunos la pérdida de uno de los líderes más carismáticos de la historia reciente; para otros implicó la posibilidad de imaginar una Iglesia católica más acorde a la sociedad moderna. En cualquier caso, su muerte ocurrió en un momento de revisionismo en el seno de la institución, de una evaluación sobre el protagonismo que ha de tener en el mundo contemporáneo y el que pretende tener en el del futuro. Su sucesor, Benedicto XVI, anunció ese mismo año el inicio del proceso para la beatificación de Juan Pablo II, que tuvo lugar el 1 de mayo de 2011. El 27 de abril de 2014 fue canonizado, junto con Juan XIII, en una ceremonia oficiada por el papa Francisco, que había sido elegido pontífice en marzo de 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 22 DE OCTUBRE DEL 2018


Lecturas de hoy Lunes de la 29ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, lunes, 22 de octubre de 2018



Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,1-10):

Hubo un tiempo en que estabais muertos por vuestros delitos y pecados, cuando seguíais la corriente del mundo presente, bajo el jefe que manda en esta zona inferior, el espíritu que ahora actúa en los rebeldes contra Dios. Antes procedíamos nosotros también así; siguiendo los deseos de la carne, obedeciendo los impulsos de la carne y de la imaginación; y, naturalmente, estábamos destinados a la reprobación, como los demás. Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo –por pura gracia estáis salvados–, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Somos, pues, obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 99,2.3.4.5

R/. El Señor nos hizo y somos suyos

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.

Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R/.

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.» R.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,13-21):

En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida." Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy lunes, 22 de octubre de 2018
Carlos Sánchez


Hola, amigos y amigas:

He sido testigo cercano de amargas batallas familiares a la hora de distribuir las partes de una herencia; si no se hace con un espíritu de libertad y de fraternidad, esta acción legal termina creando hondas heridas familiares y resentimientos de por vida. Jesús percibe que detrás del reclamo de uno de los hermanos que disputan una herencia familiar, podría anidar un mal mayor; por eso, aprovecha la ocasión para ir a la raíz del problema: la codicia que atrapa al corazón del hombre. El relato de una persona insensata que vive bajo el dominio del deseo de tener cada vez más le sirve al evangelista para dejar al descubierto la necedad de una vida cuyo objetivo central es acumular riquezas sin tener en cuenta a los demás. Es muy propio del evangelista Lucas resaltar que la riqueza puede llegar a absorber de tal forma al ser humano que le lleve a vivir sumergido en el egoísmo y en el vacío. Termina el texto con una afirmación de Jesús, que se convierte para nosotros en una máxima evangélica: “Así le sucede a quien atesora para sí, en lugar de hacerse rico ante Dios”.

¿Qué significa “hacerse rico ante Dios”? Lo contrario es atesorar para sí mismo, es decir, vivir sólo pensando en uno mismo, olvidándose de los demás; llevar una vida encerrada e insolidaria. El que vive así pierde su vida porque deja de lado a sus hermanos y se aísla de la familia humana que nos ha dado el Padre Dios. “Hacerse rico ante Dios” supone, en primer lugar, vivir en plena confianza en el Abbà, abierto a su Providencia que nos cuida; segundo, vivir en libertad absoluta de todo ídolo que quiera apoderarse de nuestro corazón para convertirnos a nosotros mismos en el objeto de nuestra propia adoración y, tercero, vivir en generosa apertura a la solidaridad y al servicio, que se plasma en la preocupación por las necesidades de los demás.

En tiempos de tanto individualismo e indiferencia social es muy fácil caer en la tentación de pensar sólo en uno mismo y, a lo mucho, en los que pertenecen al propio núcleo familiar, sin tener en cuenta a los demás, especialmente a quienes más necesitan de nuestro apoyo. Más aún, en tiempo de crisis económica, como la que estamos atravesando a nivel mundial, nos vemos empujados a tener una mentalidad de sobrevivencia individualista: acumular para subsistir y protegernos de los peligros que puedan sobrevenir. El evangelio es claro: nos invita a “hacernos personas ricas ante Dios”, a vivir la confianza en Dios, que nos libera de toda codicia y nos lanza a compartir con los más necesitados; es decir, vivir en la misma clave con la que Jesús entregó su vida hasta el final, sin reservas ni exclusiones.

Un saludo fraterno
Carlos Sánchez Miranda, cmf.
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