viernes, 21 de diciembre de 2018

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 21 DE DICIEMBRE 2018


Lecturas de hoy 21 de Diciembre. Feria de Adviento
Hoy, viernes, 21 de diciembre de 2018



Primera lectura
Lectura del libro del Cantar de los Cantares (2,8-14):

¡LA voz de mi amado!
Vedlo, aquí llega,
saltando por los montes,
brincando por las colinas.
Es mi amado un gamo,
parece un cervatillo.
Vedlo parado tras la cerca,
mirando por la ventana,
atisbando por la celosía.
Habla mi amado y me dice:
«Levántate, amada mía,
hermosa mía y ven.
Mira, el invierno ya ha pasado,
las lluvias cesaron, se han ido.
Brotan las flores en el campo,
llega la estación de la poda,
el arrullo de la tórtola
se oye en nuestra tierra.
En la higuera despuntan las yemas,
las viñas en flor exhalan se perfume.
Levántate, amada mía,
hermosa mía, y vente.
Paloma mía, en las oquedades de la roca,
en el escondrijo escarpado,
déjame ver tu figura,
déjame escuchar tu voz:
es muy dulce tu voz
y fascinante tu figura».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 32,2-3.11-12.20-21

R/. Aclamad, justos, al Señor;
cantadle un cántico nuevo.

V/. Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones. R/.

V/. El plan del Señor subsiste por siempre;
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R/.

V/. Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos. R/.

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,39-45):

EN aquellos días, María se levantó y puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy viernes, 21 de diciembre de 2018
 Edgardo Guzman, cmf


Queridos amigos y amigas:

El texto de Lucas nos ofrece una imagen bellísima: la visita de María a su prima Isabel, según la tradición en el pequeño pueblo de Ain Karem. En este lugar lejos de todo centro de poder se encuentran dos mujeres que han sido visitadas por Dios y llamadas a formar parte del proyecto de salvación. Podemos imaginar el abrazo efusivo con que se saludarían, ambas se saben embarazadas, llenas de vida, portadoras de una esperanza nueva, irrumpen en cantos de alabanza, de acción de gracias, por las maravillas que Dios ha obrado en ellas.

Este relato de la Visitación está íntimamente ligado al de la Anunciación, no solo por el clima verdaderamente humano, por el gesto de servicio; sino, sobre todo, porque se convierte en el signo dado por el ángel Gabriel a María: «también tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”». Por otra parte, las palabras de bendición que el Espíritu suscita en Isabel, confirman la especial complacencia de parte de Dios a María. La salvación que ella porta en el secreto de su propia maternidad es el fruto de su fe en la Palabra del Señor: «Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

Podemos tomar este icono de la Visitación de referencia para cantar agradecidos como Isabel y María por la salvación que Dios nos regala. ¿Somos capaces de reconocer lo bueno que hay en nuestros y en nuestro mundo? ¿Tenemos conciencia de que estábamos habitados por la gracia de Dios? ¿Reconocemos la presencia del amor de Dios en los mas pobres y pequeños? ¿Por qué no alzamos nuestra voz llena de alegría y jubilo por la manifestación de Dios en un niño envuelto en pañales?

La celebración de la Navidad debería ser un encuentro agradecido con el Dios que nos salva. En un mundo que se mueve en la lógica de comprar y vender, dentro una estructura donde lo que reina es el capital no cabe el espacio para el agradecimiento. Del evangelio de hoy podemos aprender que nuestra vida se transforma cuando sabemos vivir desde la gratuidad. Solo en un corazón abierto a la sorpresa y a la acción de gracias es capaz de ver y escuchar la voz de Dios que nos susurra al oído que su promesa de amor se ha cumplido. 

Fraternalmente, 
Edgardo Guzmán, cmf. 
eagm796@hotmail.com

BUENOS DÍAS





jueves, 20 de diciembre de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 20 DE DICIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
20 de Diciembre




Ese anuncio de Cristo, ese predicar a Cristo, ese dar a conocer a Cristo, ese gritar a todo viento y a toda voz, oportuna e inoportunamente, como dice el apóstol Pablo, que Jesucristo es el Salvador, que solamente en Cristo podemos tener esperanza, pero que la esperanza en Cristo es una esperanza cierta y fundada; ese aprovechar la oportunidad para iluminar las tinieblas que nos circundan con la Luz, que es Cristo; ese presentar a todos, no tanto un sistema filosófico, político o social, cuanto una  persona, que es el Camino, la Verdad y la Vida: Cristo, en el que se halla en el que únicamente se halla la iluminación de todos los problemas y los caminos de solución para todas las situaciones de opresión, injusticia y miseria que están ahogando al mundo actual.

Ese es el anuncio de la salvación, la proclamación "kerigmática"; eso es encender una antorcha que ilumine la ruta del hombre y del mundo; eso es enseñarle a este mundo, que se debate en al negrura de un horizonte sin salida, que sí hay esperanza, que no está todo perdido, que si el hombre y el mundo de hoy se hallan desesperados y agónicos es porque aún no acudieron al único que es capaz de remediar sus males.

Esa primera proclamación de la fe, ese evangelizar al mundo, constituye la razón de ser del cristianismo. Evangelizar, es dar a conocer el Evangelio, la Buena Noticia de que el Señor Jesús ha venido para estar con nosotros y ha querido quedarse con nosotros, porque nos quiere salvar.



P. Alfonso Milagro

GRACIAS, MADRE, MIL GRACIAS, POR HABER DICHO QUE SÍ


Gracias, Madre, mil gracias, por haber dicho que sí
Sin luz, sin amor, sin sentido de vivir. ¿Qué hubiera sido de nosotros, sin Ti, Virgen Misericordiosa?


Por: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net 




Gracias, Madre, mil gracias, Bendita,
por haber dicho que sí.
Nos trajiste lo mejor.
Estábamos destinados al eterno dolor
Éramos enemigos del Dios que tú amas.
Éramos hijos pródigos devorando bellotas,
Éramos casi como los animales que las comían,
pues apacentamos nuestras feas pasiones.
en los campos de Satanás.

La desesperación hubiera sido nuestra forma de vivir,
una tristeza creciente, sin cambio, sin sol.
Las tinieblas de muchos pecados
nos ocultaban el sol del amor.
Sin luz, sin amor, sin sentido de vivir.
¿Qué hubiera sido de nosotros, sin Ti,
Virgen Misericordiosa?

No había esperanza para nosotros,
prisioneros de ese campo de concentración
que hubiera sido el mundo.
El número de suicidas hubiera sido mayor
que el de los que quisieran seguir viviendo,
Pero llegaste Tú, la elegida, la abogada,
la llena de gracia…

Y nuestro mundo triste y amargado
se convirtió en lugar de consuelo y de paz.
Gracias por haber existido, por ser quien eres, por ser como eres.
Gracias mil veces porque nos trajiste la salvación.

Durante nueve meses, como todas las madres,
paseaste a Jesús en tu seno
por las calles de Nazareth, de Belén,
por los caminos y campos de Palestina,
La noche del mundo se convirtió en mediodía
cuando diste a luz al que se llamaría a sí mismo
Luz del mundo.
Tú fuiste la esclava sublime del Dios Altísimo.
Tú respondiste al Dios tres veces Santo
en nuestro lugar.
Borraste todas nuestras indignas respuestas
con tu sí heroico y generoso.
Y Dios, al complacerse en Ti.
nos miró también a nosotros con amor.
Porque eres de carne y hueso como nosotros,
Eres de nuestra raza
Y nuestra raza dió en Ti
la respuesta que Dios esperaba.

Jesús viene. Es el salvador,
pero ha querido venir a través de Ti.
Antes de ser de todos como redentor
fue todo tuyo, porque nadie lo sabía,
ni siquiera José, tu fiel esposo,
Luego, desde la cuna de Belén
no lo quisiste solo para Ti,
nos lo diste a todos los hombres.
A mí me has dado con inmenso amor
el fruto de tus entrañas purísimas.
Jesús es tuyo y Jesús es mío, `
porque Él es mi hermano y salvador
desde que Tú eres madre de ambos.
¿Qué cosa más grande, más hermosa,
más maravillosa podías darnos que a Jesús?

Un niño nos ha nacido,
un hijo se nos ha dado, confirma la Sagrada Biblia.
Desde entonces puedo llamar padre a Dios,
igual que te llamo a Ti madre.

Mi Padre bendito, mi Madre bendita.
Desde entonces Jesús es mi Dios, mi compañero, mi padre, mi grande y único amor
y la única razón de mi existencia.
Desde entonces he bebido una y mil veces
de la fuente de agua vivas
en los sacramentos de la Iglesia.

Tú asististe a mi bautismo.
El primer beso en mi frente de niño cristiano
lo recibí de tus labios, oh Madre.

Tú preparaste mi alma para recibir
por primera vez a tu Jesús y a mi Jesús.
¡Qué día tan hermoso para mí,
para Ti y para Jesús.

Tú estuviste presente en mis bodas de Caná
Deseándome que me fuera como a Ti
en tu matrimonio con José.
Tal vez no me ha ido lo mismo…
Tú sabes mejor que nadie cómo me ha ido
en mis amores..
Ten misericordia de mi matrimonio,
esposa magnífica, como no ha habido
ni habrá ninguna.

Misericordia de mis hijos.
Aunque estén en malos pasos
quiero dejarlos siempre en tus manos buenas,
para que los salves del maligno,
del mundo y de sus pasiones.
Concédeme de parte de Dios una Navidad,
si no totalmente feliz, al menos en paz, alegría,
en amor, como debe ser.

Vienes a darnos, a darme otra vez a Jesús.
Y hoy es el día y la noche buena.
Si alguna vez y algún día debo estar feliz,
es en esta noche buena y el día de Navidad.
Permíteme disfrutar algo de la felicidad del cielo
en esta Navidad
porque viene a mi corazón y a mi familia
el cielo entero con Jesús.
Pero viene el cielo, viene Dios
de la forma más sorprendente.

A todos nos ha dejado sin palabra ese Dios niño,
ese gitanillo precioso.
Perdona que así lo llame,
porque ha nacido como otros gitanillos,
si no debajo de un puente,
sí en un portal de animales.
Gitanillo se hizo por mí,
por amor, por amor, por amor.

El Niño Jesús es todo amor,
sólo amor y siempre amor para mí.
Déjame besarlo, abrazarlo con cariño,
y amarlo con todas las fuerzas de mi alma.
Déjame besarte, déjame abrazarte, Madre querida,
con toda la ternura de mi corazón.

¿Cómo no amarte, ángel de mi vida, Madre bendita,
si nos has traído al tres veces Santo,
si nos has dado al Verbo de Dios,
si has convertido al Hijo eterno del Padre
en un niño de esta tierra.
Con qué seriedad y cariño se llamará a sí mismo
el Hijo del Hombre.
El Hijo amadísimo del Padre
en quien tiene todas sus complacencias
insiste en llamarse el Hijo del Hombre,
para que quedara claro cuánto nos amaba.

Pues Tú, Madre bendita, convertiste al Hijo de Dios
en hijo del hombre, al darle tu sangre.
Nos diste un Dios niño, con cuerpecito de niño,
con un corazón de niño.
Pero a través de sus latidos
nos ama el Dios que es Amor.
Lloraba ese niño lágrimas de niño
y lágrimas de Dios.

Latía aquel corazón chiquito
como el de cualquier niño
pero era el corazón de Dios
que nos ha amado con eterno amor.
Madre admirable,
Enséñame a amar a tu Hijo divino…
Enséñame a amarlo todo lo que Él quiera,
todo lo que Tú quieras.

¿Será tan difícil amar entrañablemente
a un niño como el tuyo, María,
a un Dios que se hace niño por mí,
a un salvador que me ama con infinito amor?

En esta Navidad, Madre querida,
dame al Jesús de tus entrañas adorables,
al Jesús de tu alma y de tu vida,
al Jesús que amas como Virgen purísima
y como Madre amantísima.
Quiero amar a tu hijo con todo mi ser,
al mismo Jesús que Tú amas así,
quiero amarlo yo también,
con mi pobre corazón,
con mi vida que no es tan pura,
con mi alma que necesita ser redimida por Él.
Quiero amar y servir a ese ser divino
pero que es también carne de tu carne
y sangre de tu sangre,
rosa de tu rosal, a Jesús niño.

Reto a los ateos a que vengan al portal de Belén
¿A quién niegan? ¿A quién odian?
A un pedacito de carne, de carne viva
que se ha hecho niño por amor a ellos.
Él te ha dado la vida, ateo desconcertante,
ateo inexplicable, ateo desagradecido.
No sabes a quién desprecias.
Odias no a un ser cualquiera,
odias al ser más adorable,
al que han adorado hasta el martirio
millones y millones de tus hermanos hombres
Que vengan los perversos…
¿Quién no puede arrodillarse ante ese Dios hecho niño?

Te adoro, mi Dios, con cuerpecillo de niño.
Te adoro mi Rey en trono de paja.
Te adoro mi Señor, que no sabes ni hablar.
Te adoro y te amo…

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 20 DE DICIEMBRE 2018


Lecturas de hoy 20 de Diciembre. Feria de Adviento
 Hoy, jueves, 20 de diciembre de 2018




Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (7,10-14):

EN aquellos días, el Señor habló a Ajaz y le dijo:
«Pide un signo al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Ajaz:
«No lo pido, no quiero tentar al Señor».
Entonces dijo Isaías:
«Escucha, casa de David: ¿no basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo. Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 23,1-2.3-4ab.5-6

R/. Va a entrar el Señor; él es el Rey de la gloria.

V/. Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

V/. ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede entrar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

V/. Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):

EN el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazarat, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
Él ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?»
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido en hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 20 de diciembre de 2018
 Edgardo Guzman, cmf


Queridos amigos y amigas:

En el evangelio de hoy leemos uno de los textos mas bellos de la Sagrada Escritura. El acontecimiento central de nuestra fe cristiana: misterio de la Encarnación de Dios. El texto bíblico es rico en referencias veterotestamentarias y tienen un hondo calado teológico sobre la figura histórica de Jesús de Nazaret. Estamos delante del cumplimiento de las promesas hechas de Dios a su pueblo.  Las palabras del Ángel a María no son solo un anuncio gozoso de la salvación por la venida del Mesías, son también el testimonio de la amorosa predilección de Dios por su humilde sierva.

María orienta su corazón a la voluntad de Dios y se adhiere plenamente a su proyecto universal de la salvación: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». De esta manera el sí de María abre las puertas de nuestra salvación. La tradición cristiana ha visto cumplida la profecía del profeta Isaías: «la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel». Esta disponibilidad absoluta de María al plan de salvación de Dios la convierte en el prototipo del creyente cristiano. Con razón se dice que antes de concebir a Jesús en su vientre lo concibe por la fe en su corazón.

Nuestro mundo, está hoy más que nunca, urgido de una humanidad nueva. Cada día vemos con tristeza y dolor tantas situaciones de injusticia que deshumanizan la creación. La Navidad nos recuerda que Dios abraza la humanidad para redimirla, para humanizarla, para salvarla. Nosotros creyentes en este Dios que se hace presente en nuestra historia, estamos llamados abrazar también nuestra propia humanidad caída, frágil y pecadora para redimirla. Dejando que el Espíritu nos conduzca como a María a una plena comunión con el proyecto del Padre, a través de una vida de fe y de amor, vivida en fidelidad al Evangelio.

Decir tu nombre, María

Decir tu nombre, María, 
es decir que la Pobreza 
compra los ojos de Dios.

Decir tu nombre, María, 
es decir que la Promesa 
sabe a leche de mujer.

Decir tu nombre, María, 
es decir que nuestra carne 
viste el silencio del Verbo.

Decir tu nombre, María, 
es decir que el Reino viene 
caminando con la Historia.

Decir tu nombre, María, 
es decir junto a la Cruz 
y en las llamas del Espíritu.

Decir tu nombre, María,

es decir que todo nombre 
puede estar lleno de Gracia.

Decir tu nombre, María,
es decir que toda suerte
puede ser también Su Pascua.

Decir tu nombre, María, 
es decirte toda Suya, 
Causa de Nuestra Alegría

(Pedro Casaldáliga)

Fraternalmente, 
Edgardo Guzmán, cmf. 
eagm796@hotmail.com

BUENOS DÍAS





miércoles, 19 de diciembre de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 19 DE DICIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
19 de Diciembre




Para esto está el cristiano: para anunciar al mundo con toda su vida, que a pesar de todas las injusticias, de todos sus crímenes, de todos los odios, de todas las miserias que están asfixiando al hombre de hoy, no debemos perder la esperanza, porque existe Alguien que vino a traernos la justicia, la verdad, la paz y el amor. Y ese alguien es Cristo.


P. Alfonso Milagro

QUÉ LE PUEDES REGALAR A TU AMIGO SACERDOTE ESTA NAVIDAD?


¿Qué le puedes regalar a tu amigo sacerdote esta Navidad?
5 sugerencias para que tu amigo sacerdote se sienta querido


Por: Diego López Marina | Fuente: ACI Prensa 




Falta cada vez menos días para la celebración de la Navidad, en la que tradicionalmente se obsequian regalos a quienes más amamos y, por qué no, a aquellos sacerdotes que participan de los momentos más significativos de la vida y brindan el mayor obsequio de todos: el Santísimo Sacramento.

Aquí algunas ideas sobre qué regalarle a un amigo sacerdote esta Navidad:

1. Invitarlos a cenar a casa

Aunque no parezca, muchos sacerdotes no son invitados a casas de familias para cenar y a veces pueden llegar a sentirse realmente solos.

Recuerde que el sacerdote es una persona involucrada en actividades agotadoras; dejan atrás a su familia, abandonan la idea de tener una propia y a la vez se comprometen a servir a Cristo y su rebaño de por vida.

Los sacerdotes deben sentirse queridos y necesitan experimentar el amor familiar de alguna manera. Por tanto, siempre es una buena idea invitarle a cenar en Navidad u otro día del año para demostrar el aprecio que se tiene a su trabajo.

2. Regalos católicos

Puede ayudar a su amigo sacerdote a conectarse más profundamente con su fe y comunidad comprándole libros, películas, objetos o música católica.

Piense en su santo favorito, si suele citar un libro en particular con frecuencia, su artista católico preferido o una película que le pueda sumar a su vida espiritual.

3. Una invitación a hacer algo divertido

También puede invitar a su amigo sacerdote a ver una película, al teatro, a ver un partido de fútbol o a un concierto a fin de estrechar los lazos de amistad y ayudarle a distraerse de sus actividades cotidianas.

4. Una giftcard o dinero

¿Su amigo sacerdote tiene un hobby como tocar algún instrumento o practicar algún deporte? ¿O quizás necesita algo con urgencia, como una prenda de vestir? Nunca está demás, si no conoce sus gustos específicos, obsequiarle una giftcard o algo de dinero para que adquiera algo que realmente necesite.

5. Orar por sus intenciones u ofrecer una Misa por él

Este es el mejor regalo que podemos dar a cualquiera esta Navidad, pero especialmente a nuestros sacerdotes que necesitan fortaleza para resistir al maligno y vivir su ministerio fielmente.

EL PAPA FRANCISCO INVITA A DEJARSE SORPRENDER POR JESÚS EN ESTA NAVIDAD


El Papa Francisco invita a dejarse sorprender por Jesús en esta Navidad
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



El Papa Francisco aseguró que “la Navidad trae cambios de vida inesperados y si nosotros queremos vivir la Navidad debemos abrir el corazón, estar dispuestos a las sorpresas, es decir, a un cambio de vida inesperado”.

Así lo dijo durante la Audiencia General de este miércoles 19 de diciembre en el Aula Pablo VI del Vaticano, dedicada a la Navidad.

En su catequesis, el Santo Padre recordó que en seis días será Navidad y alertó que la publicidad anima a intercambiar regalos nuevos para dar sorpresas. También interrogó si es esta la fiesta que le gusta a Dios y preguntó: “¿Cuál es la Navidad que querría Él, cuáles regalos y sorpresas?” y, por eso, animó a recordar la primera Navidad de la historia llena de sorpresas para “descubrir los gustos de Dios”.

En esta línea, el Papa explicó que la “Navidad es celebrar lo inédito de Dios, o mejor, es celebrar a un Dios inédito” que cambia lógicas y expectativas. De este modo, la Navidad es acoger las sorpresas del Cielo.

“La Navidad inaugura una época nueva, donde la vida no se programa, sino que se da; donde no se vive más para sí, en base a los propios gustos, sino para Dios; y con Dios, porque en la Navidad Dios es el Dios-con-nosotros, que vive con nosotros, que camina con nosotros”, afirmó.

Asimismo, el Santo Padre recordó que “la Navidad es la venganza de la humildad sobre la arrogancia, de la sencillez sobre la abundancia, del silencio sobre el estruendo, de la oración sobre ‘mi tiempo’, de Dios sobre mi yo”.

En este sentido, el Papa Francisco exhortó a vivir la Navidad “como Jesús, venido para nosotros necesitados, y bajar hacia quien necesita de nosotros” y agregó que se requiere seguir el ejemplo de María y San José. “Como María: confiar, dóciles a Dios…, como José: alzarse para realizar lo que Dios quiere, incluso si no es según nuestros planes” afirmó.

“San José es sorprendente: en el Evangelio no habla nunca, no hay una palabra de San José en el Evangelio y el Señor le habla en el silencio, le habla en el sueño” explicó el Santo Padre quien añadió que “Navidad es preferir la voz silencio de Dios a los estruendos del consumismo”.


Guardar silencio

En este sentido, el Papa invitó en esta Navidad a “estar en silencio delante al pesebre”. “Date un poco de tiempo, ve delante al pesebre, quédate en silencio, y sentirás, verás la sorpresa”, exclamó.

Al finalizar, el Santo Padre alertó a no equivocarse de fiesta en la Navidad que no sea “solo una bella fiesta tradicional, donde al centro estamos nosotros y no Él. Por favor, ¡no mundanicemos la Navidad!”, pidió.

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 19 DE DICIEMBRE 2018


Lecturas de hoy 19 de Diciembre. Feria de Adviento
 Hoy, miércoles, 19 de diciembre de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de los Jueces (13,2-7.24-25a):

EN aquellos días, había en Sorá un hombre de estirpe danita, llamado Manoj. Su esposa era estéril y no tenía hijos.
El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo:
«Eres estéril y no has engendrado. Pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora guárdate de beber vino o licor, y no comas nada impuro, pues concebirás y darás a luz un hijo. La navaja no pasará por su cabeza, porque el niño será un nazir de Dios desde el seno materno. Él comenzará a salvar a Israel de la mano de los filisteos».
La mujer dijo al esposo:
«Ha venido a verme un hombre de Dios. Su semblante era como el semblante de un ángel de Dios, muy terrible. No le pregunté de dónde era, ni me dio a conocer su nombre. Me dijo: “He aquí que concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, pues, no bebas vino o licor, y no comas nada impuro; porque el niño será nazir de Dios desde el seno materno hasta el día de su muerte”».
La mujer dio a luz un hijo, al que puso de nombre Sansón. El niño creció, y el Señor lo bendijo. El espíritu del Señor comenzó a agitarlo.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 70,3-4a.5-6ab.16-17

R/. Que se llene mi boca de tu alabanza,
y así cantaré tu gloria.

V/. Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/.

V/. Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R/.

V/. Contaré tus proezas, Señor mío;
narraré tu justicia, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,5-25):

EN los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón, cuyo nombre era Isabel.
Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.
Una vez que Zacarías oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según la costumbre de los sacerdotes, le tocó en suerte a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso.
Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.
Pero el ángel le dijo:
«No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría y gozo, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos hijos de Israel al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, “para convertir los corazones de los padres hacía los hijos”, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto».
Zacarías replicó al ángel:
«¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada».
Respondiendo el ángel, le dijo:
«Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena noticia. Pero te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento oportuno».
El pueblo, que estaba aguardando a Zacarías, se sorprendía de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo.
Al cumplirse los días de su servicio en el templo, volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir de casa cinco meses, diciendo:
«Esto es lo que ha hecho por mí el Señor, cuando se ha fijado en mi para quitar mi oprobio ante la gente».

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 19 de diciembre de 2018
 Edgardo Guzman, cmf


Queridos amigos y amigas:

En la liturgia de la Palabra de este día encontramos dos anuncios de nacimiento. El primero es del libro de los Jueces que nos narra el anuncio del nacimiento de Sansón. El autor utiliza un género literario clásico de la anunciación bíblica de los grandes personajes. Este modelo sigue un esquema que se repite: aparición del Ángel del Señor, turbamento o temor de la persona visitada, comunicación del mensaje del Señor y signo de reconocimiento.

Una característica común de estos “anuncios de nacimiento” es que Dios se los realiza siempre a personas con un corazón pobre y humilde. Las condiciones de posibilidad para responder al llamado de Dios están en la colaboración plena con su proyecto salvador y la fidelidad a su designio de amor: “ahora guárdate de beber vino o licor, y no comas nada impuro”. Este texto del libro de los Jueces se convierte en una profecía del anuncio del nacimiento de Juan el Bautista y de Jesús.

En el relato de Lucas aparecen estos mismos elementos de la anunciación bíblica que encontramos en el Antiguo Testamento. Con ellos se describen el anuncio del nacimiento de Juan. El evangelista le da un rico valor simbólico, teológico y espiritual. Como vemos ambos textos son un claro preludio del anuncio del nacimiento del Mesías salvador. Aunque también podemos notar sus diferencias simétricas. Veamos algunas de estas diferencias para sacar de ellas algunas implicaciones practicas.  
Mientras el anuncio del nacimiento de Juan se hace en el gran templo de Jerusalén, el anuncio que el Ángel Gabriel le hace a María se da en la simplicidad de una casa de Nazaret. Frente a la incredulidad de Zacarías contrasta la fe de María. El nacimiento del precursor se da en el seno de una mujer casada estéril, en cambio el Mesías nace en el seno de una virgen. Como signo de reconocimiento Zacarías quedará mudo, en cambio María saldrá a anunciar llena de jubilo a su prima Isabel el don de su maternidad. 

De este paralelismo bíblico podemos sacar algunas deducciones. De alguna forma se nos está queriendo decir que al llegar la plenitud del tiempo de salvación solo hay espacio para una fe humilde y para acoger con humildad la Palabra de Dios. Vivimos en un tiempo donde la idea de Dios se da por descontado. Cada vez nos movemos mas en ambientes secularizados. Nuestro mundo pierde cada día no solo la sensibilidad religiosa, sino también la sensibilidad humana. Nosotros podemos dar testimonio con humildad y con coraje de que vale la pena creer en este Dios de la vida. 

Los anuncios de nacimiento que leemos hoy son una invitación para saber esperar y para no dejar de escuchar Aquel que llama eternamente. A partir de esta escucha silenciosa y fiel hacemos posible que Dios se siga encarnando hoy en nuestra historia, nuestras culturas, nuestros ambientes y nuestras familias para hacer germinar un tiempo nuevo de salvación.

Fraternalmente, 
Edgardo Guzmán, cmf. 
eagm796@hotmail.com

BUENOS DÍAS





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