sábado, 2 de mayo de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY SÁBADO 2 DE MAYO DE 2020

Lecturas de hoy Sábado de la 3ª semana de Pascua
Hoy, sábado, 2 de mayo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (9,31-42):

EN aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en el temor del Señor, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo.
Pedro, que estaba recorriendo el país, bajó también a ver a los santos que residían en Lida. Encontró allí a un cierto Eneas, un paralítico que desde hacía ocho años no se levantaba de la camilla.
Pedro le dijo:
«Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y arregla tu lecho».
Se levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Sarón, y se convirtieron al Señor.
Había en Jafa una discípula llamada Tabita, que significa Gacela. Tabita hacía infinidad de obras buenas y de limosnas. Por entonces cayó enferma y murió. La lavaron y la pusieron en la sala de arriba.
Como Lida está cerca de Jafa, al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres a rogarle:
«No tardes en venir a nosotros».
Pedro se levantó y se fue con ellos. Al llegar, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron todas las viudas, mostrándole con lágrimas los vestidos y mantos que hacía Gacela mientras estuvo con ellas. Pedro, mandando salir fuera a todos, se arrodilló, se puso a rezar y, volviéndose hacia el cuerpo, dijo:
«Tabita, levántate».
Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él, dándole la mano, la levantó y, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.
Esto se supo por todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor.

Palabra del Señor

Salmo
Sal 115,12-13.14-15.16-17

R/. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor. R/.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. R/.

Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor. R/.

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio segun san Juan (6,60-69):

EN aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús dijeron:
«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?».
Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:
«¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen».
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar.
Y dijo:
«Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede».
Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
«¿También vosotros queréis marcharos?».
Simón Pedro le contestó:
«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».

Palabra del Señor


Comentario al Evangelio de hoy sábado, 2 de mayo de 2020
Alejandro Carbajo Olea, cmf


Queridos amigos paz y bien.

¡Qué sensación más conocida! Cuántas veces se oye eso de que seguir a Jesús “es duro”. Se ve que no es nuevo. Ya incluso en tiempos de Jesús. Y no lo dicen los de fuera, sino sus mismos discípulos. No son pocos los amigos que han dejado el Seminario, para tomar otros caminos. Compañeros de colegio, que no han vuelto a pisar una iglesia desde que terminaron los estudios…

Es la grandeza (o el problema) de la libertad. Es la elección personal de cada uno. De ahí la importancia de la pregunta de Jesús: “¿también vosotros queréis marcharos?” Cada uno elige su camino. Hace algún tiempo pudimos ver la última trilogía de “la guerra de las galaxias”. Nueve películas (tres series de tres) en las que, de alguna manera, podíamos ver el proceso de evolución de algunos de los protagonistas. Allí se habla de que existe “el lado oscuro de la fuerza”. El deseo de dominar a los demás, de adquirir un poder superior al de los otros. Y usarlo para el mal. No es difícil hacer un símil con nuestra fe, con la posibilidad de hacer el bien o hacer el mal a los demás. La lucha es intensa, algunos de los actores hasta el final no pueden decidirse, y siempre queda lugar para el arrepentimiento.

Es duro ser siempre bueno. A veces nos apetecerían unas vacaciones, para poder vivir como viven los demás, o hacer lo que hacen los otros. Es nuestra elección dejarse llevar por esa tentación. O no. Sabemos que con Jesús se puede ser feliz. Muchos de nosotros lo hemos sido, lo estamos siendo hoy. A pesar de la pandemia, a pesar de las dificultades. Porque ser feliz no significa no tener problemas. Ser feliz significa estar donde tienes que estar, y aceptarlo. Es hacer lo que hizo Jesús, que fue capaz de morir por nuestra salvación. Nosotros escuchamos la pregunta del Maestro, “¿también vosotros queréis marcharos?”, y tenemos que pensar la respuesta.

¿Crees y sabes que Cristo es el Santo de Dios? ¿Crees que Él es el que da la vida eterna? ¿Acudes a su Palabra, para salir adelante cuando el camino se hace cuesta arriba? Valen más los hechos que las buenas palabras. Ojalá que podamos demostrar que somos de los de Jesús, que no le abandonamos a las primeras de cambio, y que nos permite ser felices, a pesar de todos los pesares. Una de las frases de Anthony de Mello más citadas y recordadas nos puede ayudar: “la felicidad no puede depender de los acontecimientos. Es tu reacción ante los acontecimientos lo que te hace sufrir”.

Que la fe en Cristo y la respuesta afirmativa a su pregunta nos libre de nuestras parálisis y resucite nuestras zonas muertas. Así sea.

Vuestro hermano en la fe,
Alejandro. C.M.F.

EL PAPA FRANCISCO REZA PARA QUE DIOS DÉ FUERZA A GOBERNANTES EN ESTOS MOMENTOS DE CRISIS


El Papa Francisco reza para que Dios dé fuerza a gobernantes “en estos momentos de crisis”
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Vatican Media.




Al presidir la celebración de la Misa en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco pidió esta mañana a Dios ayude y dé fuerzas a los gobernantes de todo el mundo “en estos momentos de crisis”.

De acuerdo a Vatican News, al comenzar la celebración de la Eucaristía, el Santo Padre señaló que “oramos hoy por los gobernantes que tienen la responsabilidad de cuidar a sus pueblos en estos momentos de crisis: jefes de estado, presidentes de gobierno, legisladores, alcaldes, presidentes de regiones. Para que el Señor los ayude y les dé fuerzas, porque su trabajo no es fácil”.

“Y cuando haya diferencias entre ellos, entiendan que, en tiempos de crisis, deben estar muy unidos por el bien de los pueblos, porque la unidad es superior al conflicto”, dijo el Papa.

El Santo Padre indicó en su homilía que en la historia de la Iglesia hay tiempos de paz en los que “la Iglesia crece. La Iglesia es pacífica, tiene el consuelo del Espíritu Santo, está en consuelo”.


“Pero existen tiempos sin paz en la Iglesia primitiva: tiempos de persecuciones, tiempos difíciles, tiempos que ponen a los creyentes en crisis. Tiempos de crisis”, señaló.

“Un momento de crisis es un momento de elección, es un momento que nos coloca frente a las decisiones que tenemos que tomar: todos en la vida han tenido y tendrán momentos de crisis. Crisis familiares, crisis matrimoniales, crisis sociales, crisis laborales, muchas crisis. Esta pandemia es también un momento de crisis social”, añadió.

Tras recordar que Jesús dijo en el Evangelio que “si comes mi cuerpo y mi sangre, resucitarás el último día”, un grupo de discípulos dejó de seguirlo, el Papa indicó que ese fue también un momento de crisis para muchos.

“¿Cómo reaccionar en ese momento de crisis? ‘En ese momento, muchos de sus discípulos regresaron y nunca más fueron con él’. Jesús toma la decisión de interrogar a los apóstoles: ‘Entonces Jesús dijo a los Doce: ¿También quieren irse? Tomen una decisión’. Y Pedro hace la segunda confesión: ‘Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tienes palabras de vida eterna y creímos y supimos que eres el Santo de Dios’”.

El Santo Padre destacó que “Pedro confiesa, en nombre de los Doce, que Jesús es el Santo de Dios, el Hijo de Dios”.

“Esto nos ayuda a todos a vivir los momentos de crisis”, dijo el Papa Francisco, y recordó que “en mi tierra hay un dicho que dice: ‘Cuando vas a montar a caballo y tienes que cruzar un río, no cambies de caballo en medio del río’. En tiempos de crisis, se debe ser muy firme en la convicción de fe. Los que se fueron, cambiaron de caballo, buscaron otro maestro que no fuera tan duro, como le dijeron”.

El Papa remarcó que “en tiempos de crisis hay perseverancia, silencio”, y señaló que “es el momento de fidelidad, de fidelidad a Dios, de fidelidad a las cosas que hemos tomado antes; además, es el momento de la conversión porque esta fidelidad sí, nos inspirará algunos cambios para bien, no para alejarnos de lo bueno”.

Los cristianos, dijo el Papa Francisco, “debemos aprender a manejar” tanto los “momentos de paz y momentos de crisis”.

“Algún padre espiritual dice que el momento de crisis es como atravesar el fuego para fortalecerse. Que el Señor nos envíe al Espíritu Santo para saber cómo resistir las tentaciones en tiempos de crisis, para saber cómo ser fieles a las primeras palabras, con la esperanza de vivir después de momentos de paz”, señaló.

“Piensen en nuestras crisis: crisis familiares, crisis de vecindario, crisis laborales, crisis sociales en el mundo, en el país. Muchas crisis, muchas crisis. Que el Señor nos dé la fuerza, en tiempos de crisis, para no vender la fe”, finalizó.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 2 DE MAYO

Los Cinco Minutos de María
2 de mayo


Las diferencias que puedan existir entre los hermanos, nadie mejor que la Madre las puede suavizar y aun hacer desaparecer.

Si los cristianos no hemos logrado aún la unidad que nos pide el Evangelio y que hasta el mundo no creyente reclama de nosotros, es porque no hemos tratado de unirnos en nuestra Madre común.
El Concilio ha centrado el culto y la devoción a María en el ministerio de Jesús y de la Iglesia, pueblo de Dios. Cuando peregrinamos bajo la protección consciente de María, caminamos hacia la unidad; todo lo que hagamos por difundir el amor y la devoción a María, según la orientación del Concilio, será siembra de unidad.

Madre y Virgen, que engendraste al Creador, sé tú el punto de unión de Dios y del hombre y de todos los hombres entre si.


Padre Alfonso Milagro

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viernes, 1 de mayo de 2020

IMÁGENES DE MAYO, MES DE MARÍA


















IMÁGENES DE SAN JOSÉ OBRERO



















¿POR QUÉ MAYO ES EL MES DE MARÍA?


¿Por qué mayo es el Mes de María?
Debemos darle un lugar especial a María porque es nuestra Madre, la madre de todo el mundo y porque se preocupa por todos nosotros


Por: Marge Fenelon | Fuente: National Catholic Register // ACI Prensa




Durante siglos la Iglesia Católica ha dedicado todo el mes de mayo para honrar a la Virgen María, la Madre de Dios. Aquí te explicamos por qué.

La costumbre nació en la antigua Grecia. El mes mayo era dedicado a Artemisa, la diosa de la fecundidad. Algo similar sucedía en la antigua Roma pues mayo era dedicado a Flora, la diosa de la vegetación. En aquella época celebraban los ludi florals o los juegos florales a finales de abril y pedían su intercesión.

En la época medieval abundaron costumbres similares, todo centrado en la llegada del buen tiempo y el alejamiento del invierno. El 1 de mayo era considerado como el apogeo de la primavera.

Durante este período, antes del siglo XII (doce), entró en vigor la tradición de Tricesimum o "La devoción de treinta días a María". Estas celebraciones se llevaban a cabo del 15 de agosto al 14 de septiembre y todavía puede observarse en algunas áreas.

La idea de un mes dedicado específicamente a María se remonta a los tiempos barrocos - siglo XVII (diecisiete)-. A pesar de que no siempre se llevó a cabo en mayo, el mes de María incluía treinta ejercicios espirituales diarios en honor a la Madre de Dios.


Fue en esta época que el mes de mayo y de María se combinaron, haciendo que esta celebración cuente con devociones especiales organizadas cada día durante todo el mes. Esta costumbre se extendió sobre todo durante el siglo XIX (diecinueve) y se practica hasta hoy.

Las formas en que María es honrada en mayo son tan variadas como las personas que la honran.

Es común que las parroquias tengan en mayo un rezo diario del Rosario y muchas erijan un altar especial con una estatua o imagen de María. Además, se trata de una larga tradición el coronar su estatua, una costumbre conocida como Coronación de Mayo.

A menudo, la corona está hecha de hermosas flores que representan la belleza y la virtud de María, y también es un recordatorio a los fieles para esforzarse en imitar sus virtudes. Esta coronación es en algunas áreas una gran celebración, y por lo general, se lleva a cabo fuera de la Misa.

Sin embargo, los altares y coronaciones en este mes no son solo cosas "de la parroquia". Podemos y debemos hacer lo mismo en nuestros hogares para participar más plenamente en la vida de la Iglesia.

Debemos darle un lugar especial a María no porque sea una tradición de larga data en la Iglesia o por las gracias especiales que se pueden obtener, sino porque María es nuestra Madre, la madre de todo el mundo y porque se preocupa por todos nosotros, intercediendo incluso en los asuntos más pequeños.

Por eso se merece todo un mes en su honor.

LA FIESTA DE SAN JOSÉ OBRERO


La Fiesta de San José Obrero



El origen  de la fiesta litúrgica de San José Obrero se remonta al 1 de Mayo de 1955. Ese día, Roma era un hervidero de gentes venidas de muchas partes del orbe, y en la Ciudad Eterna parecía correr un aire nuevo, recién estrenado. Era un encuentro multitudinario y gozoso de más de 200.000 obreros con el Papa Pío XII. Ese mismo día, 1 de Mayo de 1955, en el incomparable marco de la plaza de San Pedro repleta de trabajadores, el Papa proclamaba la Fiesta del Trabajo, y en el calendario de la Iglesia universal nacía la fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores.

Al menos, desde 1891, en que León XIII abordó el tema del trabajo y la situación de los trabajadores con su importantísima encíclica ‘Rerum Novarum’, la Iglesia ha sido pródiga en la publicación de documentos sobre la llamada "cuestión social". Entre estos documentos, se puede destacar ‘Quadragesimo Anno’, de Pío XI; ‘Mater et magistra’, de San Juan XXIII; la ‘Gaudium et spes’, del Concilio Vaticano II; ‘Populorum Progressio’, de San Pablo VI, y la ‘Laborem exercens’, de San Juan Pablo II, en la que se profundiza sobre la espiritualidad del trabajo.

A continuación, la oración con la que el papa San Juan XXIII terminaba su alocución en esta fiesta el año 1959:

"¡Oh glorioso San José, que velaste tu incomparable y real dignidad de guardián de Jesús y de la Virgen María bajo la humilde apariencia de artesano, y con tu trabajo sustentaste sus vidas, protege con amable poder a los hijos que te están especialmente confiados!
Tú conoces sus angustias y sus sufrimientos porque tú mismo los probaste al lado de Jesús y de su Madre. No permitas que, oprimidos por tantas preocupaciones, olviden el fin para el que fueron creados por Dios; no dejes que los gérmenes de la desconfianza se adueñen de sus almas inmortales. Recuerda a todos los trabajadores que en los campos, en las oficinas, en las minas, en los laboratorios de la ciencia no están solos para trabajar, gozar y servir, sino que junto a ellos está Jesús con María, Madre suya y nuestra, para sostenerlos, para enjugar el sudor, para mitigar sus fatigas. Enséñales a hacer del trabajo, como hiciste tú, un instrumento altísimo de santificación".



* Web Católico de Javier

EL PAPA FRANCISCO DEFIENDE LA DIGNIDAD DEL TRABAJO FRENTE A LA EXPLOTACIÓN LABORAL Y LA ESCLAVITUD


El Papa defiende la dignidad del trabajo frente a la explotación laboral y la esclavitud
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




El Papa Francisco defendió este viernes 1 de mayo, fiesta de San José Obrero, en la Misa celebrada en Casa Santa Marta, la dignidad del trabajo humano y condenó la esclavitud a la que muchas personas se ven sometidas con trabajos injustos, mal pagados o forzados.

En su homilía, el Santo Padre recordó que Dios, que creó el mundo, “dio una misión al hombre: gestionar, trabajar, llevar adelante la creación”.

El Papa subrayó que “la palabra ‘trabajo’ es la que usa la Biblia para describir esta actividad de Dios: ‘Concluyó el trabajo que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera’”.

A continuación, “entrega esa actividad al hombre: ‘Debes hacer esto, custodiar aquello, aquello otros… Debes trabajar para crear conmigo este mundo para que avance’. Hasta el punto de que el trabajo es la continuación del trabajo de Dios. El trabajo humano es la vocación del hombre recibida de Dios al final de la creación del Universo”.

“El trabajo es aquello que asemeja el hombre a Dios, porque con el trabajo el hombre es creador, es capaz de crear, de crear muchas cosas, también de crear una familia para sacarla adelante”.


El Pontífice continuó: “El hombre es un creador, pero crea con el trabajo. Esa es la vocación. Y dice la Biblia que ‘Dios vio lo que había hecho y vio que todo era bueno’. Es decir, el trabajo tiene dentro de sí una bondad. Crea la armonía de las cosas: belleza, bondad, e implica a todo el hombre: en su pensar, en su sentir, en su actuar. Todo el hombre se implica en el trabajar”.

Por lo tanto, “la primera vocación del hombre es trabajar. Y eso da dignidad al hombre, la dignidad que lo asemeja a Dios. La dignidad del trabajo”.

Sin embargo, lamentó que “por desgracia, la dignidad del trabajo está muy pisoteada. En la historia hemos leído las brutalidades que hacían con los esclavos. Los llevaban de África a América. Pienso en esa historia que toca a mi tierra, y decimos qué barbaridad”.

“Pero también hoy hay muchos esclavos”, advirtió. “Tantos hombres y mujeres que no son libres de trabajar. Son forzados a trabajar para sobrevivir, nada más. Son esclavos. Son trabajos forzados, injustos, mal pagados, y que lleva al hombre a vivir con la dignidad pisoteada. Hay tanto en el mundo. Tantos…”.

El Papa Francisco afirmó que “la esclavitud de hoy. Es nuestra indignidad, porque quita la dignidad al hombre, a la mujer. A todos nosotros”.

En ese sentido, señaló que la esclavitud laboral no es sólo algo de países lejanos, “también aquí, donde estamos nosotros. Piensa en los trabajadores, en los jornaleros, que trabajan por una retribución mínima y no 8, sino 12, 14 horas al día. Esto sucede hoy aquí, en todo el mundo, pero también aquí. Piensa en la empleada del hogar que no tiene retribución justa. Que no tiene seguridad social. Que no tiene derecho a pensión. Esto no sucede solo en Asia. Sucede aquí”.

“Toda injusticia que se hace sobre una persona que trabaja es pisotear la dignidad humana, incluida la dignidad de quien comete esa injusticia. Se baja el nivel y termina en esa relación entre dictador y esclavo”.

Por el contrario, “la vocación que te da Dios es muy bella: crear, recrear, trabajar. Pero esto se puede hacer cuando las condiciones son justas y se respeta la dignidad de la persona”.

“Hoy nos unimos a muchos hombres y mujeres, creyentes y no creyentes, que conmemoran hoy la jornada del trabajador, la jornada del trabajo, por aquellos que luchan para tener justicia en el trabajo, por aquellos empresarios valientes que llevan adelante su trabajo con justicia, incluso si pierden”.

El Papa Francisco finalizó la homilía invitando a pedir “a San José que nos ayude a luchar por la dignidad del trabajo, para que haya trabajo para todos y que haya trabajo digno, no trabajo de esclavos”.



Lectura comentada por el Papa Francisco:

Génesis 1:26--2:3
26 Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra.
27 Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó.
28 Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»
29 Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para vosotros será de alimento.
30 Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento.» Y así fue.
31 Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. Y atardecío y amaneció: día sexto.
1 Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato,
2 y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera.
3 Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.
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