jueves, 2 de julio de 2020

HOY SE INICIA LA NOVENA A SAN BENITO ABAD, PATRONO DE EUROPA, DEL 2 AL 10 DE JULIO


Novena a San Benito, Patrón de Europa
2 al 10 de julio 


 (ACI).- Cercanos a la fiesta San Benito Abad que se celebra cada 11 de julio, ACI Prensa ofrece una novena de preparación en honor al Patrón de Europa y Patriarca de los monjes occidentales.

Por su legado e influencia este santo es uno de los más venerados de toda la cristiandad. Su amor y fuerza los encontró en Cristo crucificado y, como exorcista, sometió a los espíritus malignos con la famosa “cruz de San Benito”.




Primer Día de la Novena a San Benito


Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Primer día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, que desde tu infancia reconociste la vanidad del mundo y únicamente deseaste los bienes eternos! Alcánzanos un vivo deseo del cielo y que recordemos frecuentemente a Dios, nuestro último fin, y hacia Él ordenemos toda nuestra vida para que en todo Él sea glorificado.

San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.




Segundo Día de la Novena a San Benito

Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Segundo día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, humilde de corazón, que supiste desdeñar las alabanzas de los hombres! Alcánzanos la humildad, tú que amaste a Dios sobre todas las cosas y le entregaste sin reservas tu corazón, consíguenos también el amor de Dios. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



Tercer Día de la Novena a San Benito

Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Tercer día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, que consagraste tus labios a la oración y cantaste noche y día las alabanzas divinas! Alcánzanos el espíritu de oración. Tú, que cual lirio entre espinas, guardaste una castidad angelical por medio de la humildad, de la vigilancia continua, de la oración y de la mortificación de los sentidos, consíguenos el don de la pureza.San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



Cuarto Día de la Novena a San Benito

Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Cuarto día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito que venciste al demonio y triunfaste de sus engaños! Alcánzanos la gracia de resistir sus sugestiones y de huir de toda ocasión de pecado. Tú que enseñando una vida austera, de renuncia y trabajo, aborreciste la ociosidad, inspíranos amor al trabajo y a la abnegación de nosotros mismo para seguir a Cristo. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



Quinto Día de la Novena a San Benito

Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Quinto día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, que amaste el silencio, y no abriste la boca jamás a palabras ligeras e impuras, a quejas, murmuraciones, y a juicios contra el amor al prójimo! Alcánzanos la gracia de no decir jamás palabras impuras y contra la caridad, a perdonar y guardar nuestra lengua de todo pecado. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.




Sexto Día de la Novena a San Benito


Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Sexto día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, que fuiste blanco de persecuciones y guardaste la paz de tu alma por medio de la dulzura de la paciencia! Alcánzanos el don de la paciencia y la gracia de perdonar las ofensas, tú que perdonaste a los que atentaron contra tu vida y te expulsaron de tu país, y que misericordiosamente pediste al Señor les perdonara, llorando su ceguera y terrible fin. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



Séptimo Día de la Novena a San Benito

Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Séptimo día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, que animado por un ardiente celo para asistir al prójimo en sus necesidades, instruiste a los ignorantes, socorriste a los pobres, curaste a los enfermos, resucitaste a los muertos, libraste a los cautivos del demonio y de sus pasiones, consolaste a los afligidos y convertiste a los pecadores! Consíguenos la gracia de amar al prójimo y de hacer con él las obras de misericordia. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.




Octavo Día de la Novena a San Benito


Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Octavo día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, que inundaste de consuelo el corazón de tu hermana Santa Escolástica, llenándolo del amor de Dios y de las bienaventuranzas del cielo! Concédenos la gracia de santificar nuestros afectos más queridos. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



Noveno Día de la Novena a San Benito


Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Noveno día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, cuya alma en tu dichosa muerte, fue elevada al cielo en medio de ángeles y santos, siendo consolados tus discípulos por la revelación de tu gloria! Concédenos del Señor, la gracia de la perseverancia final, de una buena muerte y de tu asistencia e intercesión en nuestro último día. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.


BUENOS DÍAS




miércoles, 1 de julio de 2020

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 1 DE JULIO DE 2020


Lecturas de hoy Miércoles de la 13ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 1 de julio de 2020



Primera lectura
Lectura de la profecía de Amós (5,14-15.21-24):

Buscad el bien y no el mal, y viviréis, y así estará con vosotros el Señor Dios de los ejércitos, como deseáis. Odiad el mal, amad el bien, defended la justicia en el tribunal. Quizá se apiade el Señor, Dios de los ejércitos, del resto de José. «Detesto y rehúso vuestras fiestas –oráculo del Señor–, no quiero oler vuestras ofrendas. Aunque me ofrezcáis holocaustos y dones, no me agradarán; no aceptaré los terneros cebados que sacrificáis en acción de gracias. Retirad de mi presencia el estruendo del canto, no quiero escuchar el son de la cítara; fluya como el agua el juicio, la justicia como arroyo perenne.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 49

R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios

«Escucha, pueblo mío, que voy a hablarte;
Israel, voy a dar testimonio contra ti;
"yo, Dios, tu Dios".» R/.

«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños.» R/.

«Pues las fieras de la selva son mías,
y hay miles de bestias en mis montes;
conozco todos los pájaros del cielo,
tengo a mano cuanto se agita en los campos.» R/.

«Si tuviera hambre, no te lo diría:
pues el orbe y cuanto lo llena es mío.
¿Comeré yo carne de toros,
beberé sangre de cabritos?» R/.

«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?» R/.



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,28-34):

En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?»
Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando. Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.»
Jesús les dijo: «Id.»
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.

Palabra de Dios




Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 1 de julio de 2020
Fernando Torres cmf


      Conviene que nos detengamos por un momento en la primera lectura. No es difícil de comprender como otras lecturas de los profetas. Va directo al centro de la cuestión: “Buscad el bien y no el mal, y viviréis.” Aquí podríamos terminar el comentario porque de golpe hemos  entrado en lo más importante de nuestra relación con Dios, con nosotros mismos, con los que nos rodean y hasta con este planeta. “Buscar el bien y no el mal” es la clave para caminar por la vida. Dios no espera de nosotros ni necesita que cantemos a cuatro veces un aleluya permanente. Las nubes de incienso de nuestras celebraciones no llegan al cielo. Se quedan bastante más abajo. Lo que sí llega al cielo es cuando me esfuerzo por hacer el bien y renuncio a hacer el mal, cuando ayudo al hermano o hermana en lugar de quitarle lo poco que tiene, cuando cuido este mundo porque es la casa común que Dios nos ha regalado a todos,, cuando abro las puertas de mi casa y de mi corazón para escuchar y acoger de verdad al que viene cansado y agobiado. Todo eso es hacer el bien. No es tan difícil saber cuando hacemos el bien y cuando no. 

      La primera lectura se cierra con una frase que también conviene que guardemos en el corazón. “Retirad de mi presencia el estruendo del canto, no quiero escuchar el son de la cítara; fluya como agua el juicio, la justicia como arroyo perenne.” Conclusión: ser justos y obrar la justicia es la mejor forma de alabar a Dios. Mejor que la cítara y los cantos y los inciensos y los golpes de pecho. 

      Claro que a veces obrar la justicia, ayudar al hermano me/nos trae malas consecuencias y dificultades para nuestra vida. ¡Qué le vamos a hacer! No iba a ser tan fácil seguir el camino de Jesús. El Evangelio es un ejemplo claro. Jesús cura al endemoniando. Era un hombre que sufría y eso, para Jesús es suficiente para actuar. Pero al pueblo no le gustó lo que había hecho Jesús. Entre el endemoniado y la piara, no tuvieron muchas dudas: preferían la piara.  Ya estaban acostumbrados al sufrimiento de aquel hombre. Lo podían soportar. Pero perder la piara... eso ya era demasiado. Así que rogaron a Jesús que se fuese del país, que dejase de molestar, que estaban tranquilos como estaban antes con su endemoniado y su piara de cerdos. 

      A veces nos pasa a nosotros algo parecido. Antes que asumir las incomodidades de hacer el bien preferimos la comodidad de seguir como estábamos. Con nuestros endemoniados pero también con nuestra piara. Pero ese no es el camino de Jesús. 

FALLECE GEORG RATZINGER, HERMANO DE BENEDICTO XVI


Georg Ratzinger, hermano de Benedicto XVI, descansa en paz
Redacción ACI Prensa
 Foto: Paul Badde / EWTN




Este 1 de julio falleció en Ratisbona (Alemania) el hermano mayor del Papa Benedicto XVI, Mons. Georg Ratzinger, a los 96 años de edad.

Georg Ratzinger nació el 15 de enero de 1924 en Pleiskirchen; cerca de Altötting, en Alemania. Sus padres fueron Joseph Ratzinger, un oficial de policía, y María Ratzinger. Además del Papa Emérito Benedicto XVI, tenía una hermana, María, que falleció en 1991.

Hizo los estudios eclesiásticos en el seminario de la Arquidiócesis de Münich y Freising, y fue ordenado sacerdote junto con su hermano, Benedicto XVI, el 29 de junio de 1951, en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo.

En 1964, graduado como músico eclesial y compositor, Mons. Georg Ratzinger asumió el cargo de director del coro de la Catedral de Ratisbona, conocido como Los Gorriones. En 1976 fue nombrado Prelado de honor del Papa, razón por la cual tenía el título de monseñor.

El 15 de enero de 2014, al cumplir 90 años, su círculo de amigos organizó un concierto en su honor en Radio Vaticana que contó con la presencia de su hermano Benedicto XVI y al que asistió un reducido grupo de personas, entre los cuales se hallaba el secretario del Papa Emérito y prefecto de la Casa Pontificia, Mons. Georg Gänswein, el cardenal Gerhard Ludwig Müller, entonces prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe, entre otros.


En 2016, Mons. Georg Ratzinger respondió a las acusaciones sobre abusos físicos y sexuales cometidos entre la década de 1950 y 1990 en el coro de la Catedral de Ratisbona, que él dirigió musicalmente durante 30 años.

Mons. Georg Ratzinger, director musical del coro desde 1964 hasta 1994, dijo a la revista alemana Passauer Neuer Presse que “no he conocido nada sobre abusos sexuales durante mi tiempo” como director del coro.

Las nuevas acusaciones, seis años después de las primeras denuncias, aparecieron en el marco de una investigación encabezada por el abogado del coro de la Diócesis de Ratisbona, Ulrich Weber.

El número de maltratos y abusos sexuales sería mayor al estimado previamente en el coro de la Catedral de Ratisbona, pues al menos 231 niños habrían sido golpeados o abusados sexualmente por sacerdotes y profesores de la diócesis alemana.

Weber señaló que “los casos reportados de abuso sexual en Ratisbona estuvieron concentrados principalmente en el periodo de mediados a fines de la década de 1970”, y dijo que “50 víctimas hablaron de 10 perpetradores”.

Consultado sobre si creía que Mons. Georg Ratzinger pudo haber sabido sobre los casos de maltrato físico y abusos sexuales, Weber señaló que “después de mi investigación, asumo que sí”.

Sin embargo, Mons. Ratzinger aseguró en esa ocasión que él no tuvo conocimiento de ningún caso de abuso sexual, pero reiteró su pedido de perdón a las víctimas.

Sobre la violencia física, Mons. Ratzinger reconoció que los “golpes, es decir, bofetadas, eran comunes no solo en el coro de la Catedral, sino en todos los ámbitos de la educación, así como en las familias”.


“En el coro de la Catedral estos (golpes) no tenían otro significado que en las áreas antes mencionadas”, indicó.

Sobre la relación que mantiene con su hermano, hace unos años dijo que siempre fue estrecha. Juntos se criaron, juntos crecieron y estudiaron en el seminario y juntos fueron ordenados sacerdotes.

En 2014 contó que “tengo un segundo teléfono en el dormitorio con un número que sólo él conoce. Si suena ese teléfono, entonces sé que mi hermano, el Papa, me llama".

Estos y otros datos fueron revelados por Mons. Ratzinger en el libro “Mi hermano, el Papa” (Mein Bruder, der Papst), que refleja la entrevista concedida al periodista y escritor alemán Michael Hesemann.

La última vez que Mons. Georg vio a su hermano Benedicto XVI fue cuando el Papa Emérito viajó de Roma a Alemania para visitarlo, esto debido al delicado estado de salud del mayor de los Ratzinger. El encuentro se dio del 18 al domingo 21 de junio de 2020, día en que celebraron Misa juntos. Al día siguiente Benedicto XVI regresó a la capital italiana. 

IMÁGENES DE NUESTRA SEÑORA DE ITATÍ












ARQUIDIÓCESIS COMIENZA NOVENA DE LA VIRGEN DE ITATÍ EN FORMA ONLINE


Arquidiócesis comienza novena de la Virgen de Itatí en forma online
Redacción ACI Prensa
Crédito: Arzobispado de Corrientes.



Este martes 30 comenzó la novena dedicada a la patrona de Corrientes (Argentina), Nuestra Señora de Itatí en el santuario que lleva su nombre y sin presencia de fieles.

Las autoridades locales de gobierno y eclesiales determinaron que para evitar la propagación de la pandemia por el COVID-19, las actividades sean transmitidas por redes sociales como el Facebook Basílica de Nuestra Señora de Itatí; TV Cable Itatí - canal 9; FM Fe; Pacuri FM online, FM Carbel; Itatí Digital; y Noticias Itateñas.

A eso de las 6:15 p.m. los obispos de la región noreste de Argentina animan el rezo del Santo Rosario y presiden la Misa de cada jornada, actividades que son alentadas por el lema “María, Madre del pueblo, esperanza nuestra”.


Este martes, el Obispo de Reconquista, Mons. Ángel José Macín, encabezó el Santo Rosario y la Misa.

De igual forma se sumarán los Obispos de Goya, Posadas, Resistencia, Formosa, San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, Neuquén, Santo Tomé y el Arzobispo de Resistencia.

La celebración del jueves 9 de julio, día de Nuestra Señora de Itatí, será encabezada por el Arzobispo de Corrientes, Mons. Andrés Stanovnik.

Más información AQUÍ


BUENOS DÍAS!!!




martes, 30 de junio de 2020

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 30 DE JUNIO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 13ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, martes, 30 de junio de 2020



Primera lectura
Lectura de la profecía de Amós (3,1-8;4,11-12):

Escuchad esta palabra que dice el Señor, hijos de Israel, a todas las familias que saqué de Egipto:
«A vosotros solos os escogí, entre todas las familias de la tierra; por eso os tomaré cuentas por vuestros pecados. ¿Caminan juntos dos que no se conocen? ¿Ruge el león en la espesura sin tener presa? ¿Alza su voz el cachorro en la guarida sin haber cazado? ¿Cae el pájaro por tierra si no hay una trampa? ¿Salta la trampa del suelo sin haber atrapado? ¿Suena la trompeta en la ciudad sin que el pueblo se alarme? ¿Sucede una desgracia en la ciudad que no la mande el Señor? Que no hará cosa el Señor sin revelar su plan a sus siervos, los profetas. Ruge el león, ¿quién no teme? Habla el Señor, ¿quién no profetiza? Os envié una catástrofe como la de Sodoma y Gomorra, y fuisteis como tizón salvado del incendio, pero no os convertisteis a mí –oráculo del Señor–. Por eso, así te voy a tratar, Israel, y, porque así te voy a tratar, prepárate a encararte con tu Dios.»

Palabra de Dios


Salmo
Salmo 5,5-8

R/. Señor, guíame con tu justicia

Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/.

Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R/.

Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con toda reverencia. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,23-27):

En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.
Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole: «¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!»
Él les dijo: «¡Cobardes! ¡Qué poca fe!»
Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.
Ellos se preguntaban admirados: «¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy martes, 30 de junio de 2020
Fernando Torres cmf


      Vamos a echar un poco la mirada atrás, a la vida de nuestra familia y a nuestra vida personal. ¿Quién no se ha sentido alguna vez como los discípulos en la barca zarandeada por el temporal? Un temporal en el mar no es cosa de risa. Da miedo al más valiente. Recuerdo mis tiempos jóvenes en el seminario menor. Tenía por entonces 15 o 16 años. Y el Seminario estaba situado en una pequeña y preciosa ciudad del norte de España. En verano la playa se llenaba de veraneantes pero en invierno era otra cosa. La ciudad tenía su puerto, dedicado básicamente a la pesca. Un largo dique de cemento protegía el interior del puerto de los embates del mar. Tenía unos diez metros de ancho por otros 10 de alto sobre el nivel del mar. Aquel dique se quedó roto por la mitad una noche de temporal. ¿Os podéis imaginar la fuerza de las olas? 

      Pues hay personas que se sienten así ante las inclemencias de la vida: incapaces de mantenerse estables ante los golpes que parece que se suceden uno detrás de otro sin solución de continuidad. Enfermedades, problemas económicos, injusticias, problemas familiares, infidelidades... Todo parece que se junta para hacer la vida más difícil. 

      Y entonces, recurrimos a Dios. Seguro que alguna vez se nos ha venido a la mente la oración, simple, sencilla, urgente, de los discípulos, despertando a Jesús al grito de “¡Señor, sábanos, que nos hundimos!”

      El Evangelio cuenta la reacción de Jesús. Les increpa diciendo: “¡Cobardes! ¡Qué poca fe!” Alguno pensará que les riñe, que no quiere que acudan a él en esos momentos de dificultad, en que se sienten amenazados por fuerzas insuperables. Yo prefiero pensar que es la reacción  normal de alguien a quien le despiertan de golpe durante un buen sueño. Lo más importante no son las palabras de Jesús sino lo que hace. Jesús se pone en pie, increpa a los vientos y al lago. Y, como resultado, vino una gran calma. 

      No hay que tener miedo a quejarse a Jesús. No hay que tener miedo a repetir la oración de los discípulos cuando la vida se nos pone de frente como un toro amenazándonos con sus cuernos. No hay que tener miedo a molestar a Jesús con nuestros gritos y peticiones de socorro. Lo que no hay que hacer nunca es tirarnos al agua, desesperarnos. Hay que mantenerse firmes ante la tribulación porque Jesús está ahí, cerca de nosotros. No sabemos cómo va a responder a nuestras oraciones. Pero, como somos gente de fe, de lo que estamos seguros es de que responderá.
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