viernes, 21 de enero de 2022

HOY SE INICIA EL TRIDUO A SAN FRANCISCO DE SALES, PATRONO DE LA PRENSA CATÓLICA - DEL 21 AL 23 DE ENERO

 



Hoy se inicia el Triduo a San Francisco de Sales, patrono de la prensa católica

Redacción ACI Prensa



“La verdadera y sólida devoción consiste en una voluntad constante, resuelta, pronta y activa de ejecutar lo que se conoce ser del agrado de Dios”, decía San Francisco de Sales, Patrono de la prensa católica, Doctor de la Iglesia y conocido como el Santo de la amabilidad.

San Francisco de Sales era muy propenso a la ira, por lo que hizo grandes esfuerzos para luchar contra ella en su vida cotidiana, logrando tener una dulzura y una amabilidad que fueron admirables.

Se cuenta que al hacerle la autopsia al morir, le encontraron el hígado endurecido como piedra, resultado tal vez de la fuerza que puso para hacer frente a su mal carácter.

El santo llego a escribir: “No nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos con nuestros hermanos y compañeros con dulzura, paz y amor; y te lo digo con toda claridad y sin excepción alguna: no te enojes jamás, si es posible; por ningún pretexto des en tu corazón entrada al enojo”.

Próximos a la fiesta litúrgica de este Santo francés que se celebra cada 24 de enero, aquí un Triduo de oraciones en su honor para pedir su intercesión ante Dios misericordioso.


Oración inicial

Glorioso San Francisco de Sales, 

vuestro nombre porta la dulzura del corazón mas afligido;

vuestras obras destilan la selecta miel de la piedad;

vuestra vida fue un continuo holocausto de amor perfecto

lleno del verdadero gusto por las cosas espirituales,

y del generoso abandono en la amorosa divina voluntad.

Enséñame la humildad interior,

la dulzura de nuestro exterior,

y la imitación de todas las virtudes que has sabido copiar

de los Corazones de Jesús y de Marí­a. Amén


Oración para pedir la gracia que se necesita

Señor, Dios nuestro, tú has querido que el santo obispo Francisco de Sales se entregara a todos generosamente para la salvación de los hombres; concédenos, a ejemplo suyo, manifestar la dulzura de tu amor en el servicio a nuestros hermanos. Te rogamos por su intercesión nos alcances la gracia de...…., que tan ardientemente deseamos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Se dice un un Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Luego se repite tres veces: “San Francisco de Sales, ruega por nosotros”.


Letanías a San Francisco de Sales

Señor ten piedad, Señor ten piedad

Cristo ten piedad, Cristo ten piedad

Señor ten piedad, Cristo ten piedad

Cristo óyenos, Cristo óyenos

Cristo escúchanos, Cristo escúchanos

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros

Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros

Trinidad Santa un solo Dios, ten piedad de nosotros

-S Francisco admirable obispo, ruega por nosotros

-S Francisco amado de Dios, ruega por nosotros

-S Francisco imitador de Jesucristo, ruega por nosotros

-S Francisco lleno de los dones del Señor, ruega por nosotros

-S Francisco favorito de la madre de Dios, ruega por nosotros

-S Francisco devoto de los santos, ruega por nosotros

-S Francisco encendido de amor por la Cruz de Cristo, ruega por nosotros

-S Francisco unido íntimamente a la Divina Voluntad, ruega por nosotros

-S Francisco vaso de elección, ruega por nosotros

-S Francisco luz de la Iglesia, ruega por nosotros

-S Francisco modelo perfecto de religioso, ruega por nosotros

-S Francisco fuente de sabiduría, ruega por nosotros

-S Francisco defensor de la fe Católica, ruega por nosotros

-S Francisco buen pastor de su rebaño, ruega por nosotros

-S Francisco predicador incomparable, ruega por nosotros

-S Francisco azote de las herejías, ruega por nosotros

-S Francisco modelo de justicia, ruega por nosotros

-S Francisco espejo de humildad, ruega por nosotros

-S Francisco despegado del mundo, ruega por nosotros

-S Francisco amante de la pobreza, ruega por nosotros

-S Francisco maestro de dulzura, ruega por nosotros

-S Francisco conquistador de las pasiones carnales, ruega por nosotros

-S Francisco terror de los demonios, ruega por nosotros

-S Francisco pronta ayuda de los penitentes, ruega por nosotros

-S Francisco refugio de los pecadores, ruega por nosotros

-S Francisco providencia de los pobres, ruega por nosotros

-S Francisco consolador de los afligidos, ruega por nosotros

-S Francisco ejemplo de perfección, ruega por nosotros

-S Francisco arca de santidad, ruega por nosotros

-S Francisco imitador de la pureza de los ángeles, ruega por nosotros

-S Francisco querubín de sabiduría, ruega por nosotros

-S Francisco serafín de amor, ruega por nosotros

-S Francisco nuestro santo patrono, ruega por nosotros

-S Francisco nuestra dulce luz, ruega por nosotros

-S Francisco nuestro poderoso protector, ruega por nosotros

-S Francisco nuestro guía en los caminos de Dios, ruega por nosotros

-S Francisco nuestro refugio, ruega por nosotros

-S Francisco competencia de los ángeles, ruega por nosotros

-S Francisco imitador de los Apóstoles, ruega por nosotros

-S Francisco participante de la gloria de los mártires, ruega por nosotros

-S Francisco gloria de los santos confesores, ruega por nosotros

-S Francisco maestro y doctor de vírgenes, ruega por nosotros

-S Francisco glorioso ciudadano de todos los santos, ruega por nosotros

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,

Ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,

Escúchanos Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,

Ten misericordia de nosotros.


V. Ruega por nosotros oh bendito San Francisco de Sales

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Oración final

Oh Dios, que por tu santa voluntad el bendito Francisco, tu confesor y obispo, se dio a todos los hombres por la salvación de sus almas, concédenos que llenos de tu dulce amor, podamos, por la guía de sus consejos y la ayuda de sus méritos, obtener los goces de la vida eterna. Amén.

SANTA INÉS, VIRGEN Y MÁRTIR, 21 DE ENERO

21 de Enero: Santa Inés, virgen y mártir


Texto del Evangelio (Mt 13,44-46): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel. También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra».




«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo»

Fr. Joseph BELLERIVE

(Kissimmee, Forida, Estados Unidos)



Hoy la santa Iglesia celebra la festividad de Santa Inés, virgen y mártir (s. IV). En esta ocasión, la liturgia nos presenta un pasaje del Evangelio que expresa el sentido y profundidad de la actitud esta joven que no tenía más que trece años. Ella prefirió sufrir el martirio antes que renunciar al amor de su divino Maestro siéndole infiel. La explicación radica en que, en determinado momento de su vida, tuvo un encuentro excepcional con Jesucristo. Y como lo subraya el Evangelio: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel» (Mt 13,44).

Santa Inés tuvo fe en la amorosa presencia de Jesucristo y, desde el principio quiso convertirse en su esposa. Jesús le ha revelado palabras de amor y la ha hecho entrar en comunicación con Dios, presente en ella. Desde aquel momento, ella ha comprendido que su misión era la de corresponder a esa fe en el abandono, pero con disponibilidad total y colocándose en segundo plano. A causa del ejemplo que ella nos da, san Jerónimo escribe: «Todas las naciones celebran su ejemplo en la fe y le rezan».

Es a ese mismo regalo total al que Jesucristo nos llama: el de dar nuestra vida. Sin embargo, trabajar para Jesucristo no nos dispensa de la cruz cotidiana ni de las dificultades de la vida. Santa Inés lo ha comprendido así y es en ese sentido que respondió al verdugo que la amenazaba de muerte: «Teñirás, si quieres, la espada con mi sangre. Pero no mancillarás mis miembros con la lujuria». Su martirio, tal como nos ha sido relatado en la Depositio Martyrum, es la gran manifestación de Jesucristo ofreciendo su vida por la salvación de todos nosotros, al asumir los pecados del mundo.  

EL PAPA FRANCISCO PROCLAMA DOCTOR DE LA IGLESIA A SAN IRENEO DE LYON



El Papa Francisco proclama Doctor de la Iglesia a San Ireneo de Lyon

POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa

Crédito: Daniel Ibáñez - ACI Prensa




La Oficina de Prensa del Vaticano informó que este viernes 21 de enero, el Papa Francisco proclamó a San Ireneo de Lyon como Doctor de la Iglesia.

“San Ireneo de Lyon, venido de Oriente, ha ejercido su ministerio episcopal en Occidente: Él fue un puente espiritual y teológico entre cristianos de orientales y occidentales”, afirma el decreto del Santo Padre.

El decreto indica que “su nombre, Ireneo, expresa esa paz que viene del Señor y que reconcilia, reintegrando en la unidad. Por estos motivos, luego de haber tenido el parece de la Congregación de las Causas de los Santos, con mi Autoridad Apostólica, lo declaro Doctor de la Iglesia con el título de Doctor unitatis” (Doctor de la unidad).

“Que la doctrina de tan grande Maestro pueda alentar siempre más el camino de todos los discípulos del Señor hacia la plena comunión”, concluye el decreto.

“Doctor de la Iglesia” es un título que la Iglesia Católica, a través del Papa o un concilio ecuménico, otorga de manera oficial a algunos santos, reconociéndolos como maestros eminentes de la fe para los fieles católicos de todos los tiempos.

San Ireneo es el segundo Doctor de la Iglesia proclamado en el pontificado del Papa Francisco. El primero fue San Gregorio de Narek, quien recibió el título en 2015.

El Vaticano había anunciado inicialmente en octubre la intención del Papa de proclamar a San Ireneo de Lyon como doctor de la Iglesia; y ayer mediante un comunicado habían concretado la decisión, que finalmente se anunció hoy.

El Papa Francisco recibió la propuesta de la Congregación para las Causas de los Santos durante la audiencia que concedió el jueves al prefecto del dicasterio, Cardenal Marcello Semeraro.

San Ireneo nació en el año 125 en Asia Menor, probablemente en Esmirna, en el territorio que corresponde a la actual Turquía.

Recibió una sólida formación académica y religiosa, tuvo amplios conocimientos en Sagradas Escrituras, literatura y filosofía, estuvo en estrecho contacto con discípulos de los Apóstoles, como San Policarpo.

Como Obispo de Lyon en Galia, la actual Francia, destacó por combatir las diferentes herejías de la época con fuertes argumentaciones que expuso en cinco libros donde desmontaba las diferentes sectas al ponerlas ante la correcta doctrina emanada de las enseñanzas de los Apóstoles y de las Sagradas Escrituras.

Consiguió rebatir el gnosticismo, una corriente herética que suponía la principal amenaza para la fe y la Iglesia de la época, que considera que la salvación se puede conseguir por medio del conocimiento.

La Enciclopedia Católica explica que “Ireneo escribió en griego muchas obras las cuales le han asegurado un lugar excepcional en la literatura cristiana, debido a que, en asuntos religiosos controvertidos de importancia vital, exhiben el testimonio de un contemporáneo de la era heroica de la Iglesia, de uno que había escuchado a San Policarpo, el discípulo de San Juan, y quien, de cierta manera, perteneció a la era apostólica”.

“Ninguno de estos escritos nos ha llegado en el texto original, aunque muchos grandes fragmentos de ellos existen como citas en escritores posteriores”, agrega.

Se desconoce el año de su muerte. Según la tradición, San Ireneo fue martirizado.

Sus restos mortales, como lo indica Gregorio de Tours, fueron sepultados en una cripta, bajo el altar de la que entonces se llamaba Iglesia de San Juan, pero más adelante se llamó de San Ireneo.

Esta tumba o santuario fue destruida por los calvinistas en 1562 y, al parecer, desaparecieron los últimos vestigios de sus reliquias.


Para saber qué otros santos y por qué han sido proclamados Doctores de la Iglesia, puede ingresar a este enlace https://ec.aciprensa.com/wiki/Doctores_de_la_Iglesia  

IMÁGENES DE CALENDARIOS RELIGIOSOS 2022









 

BUENOS DÍAS!!!!





  

domingo, 9 de enero de 2022

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 9 DE ENERO DE 2022 - EL BAUTISMO DEL SEÑOR - CICLO C

 



El Bautismo del Señor (C)

Domingo 9 de enero de 2022



1ª Lectura (Is 40,1-5.9-11): «Consolad, consolad a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén y decidle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del Señor castigo doble por todos sus pecados».

Una voz clama: «Preparad el camino del Señor en el desierto, construid en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán». Así ha hablado la boca del Señor.

Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén. Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: «Aquí está tu Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo. El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá solícito a sus madres».

______________________________

O bien (Is 42,1-4.6-7): Mirad a mi Siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará, hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas. «Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas».




Salmo responsorial: 103

R/. Bendice, al Señor, alma mía.

Bendice al Señor, alma mía: Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto.

Por encima de las aguas construyes tu morada. Las nubes son tu carro; los vientos, tus alas y mensajeros; y tus servidoras, las ardientes llamas.

¡Que numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría! La tierra está llena de tus creaturas, y tu mar, enorme a lo largo y a lo ancho, está lleno de animales pequeños y grandes.

Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su tiempo: les das el alimento y lo recogen, abres tu mano y se sacian de bienes.

Se retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y renueva el aspecto de la tierra.

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O bien: Sal 28

R/ El Señor bendice a su pueblo con la paz.

Hijos de Dios, aclamad al Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor, postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

La voz del Señor sobre las aguas, el Señor sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es potente, la voz del Señor es magnífica.

El Dios de la gloria ha tronado. En su templo un grito unánime: «¡Gloria!». El Señor se sienta sobre las aguas del diluvio, el Señor se sienta como rey eterno.

2ª Lectura (Tit 2,11-14; 3,4-7): Querido hermano: La gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y Salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza. Él se entregó por nosotros para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien.

Al manifestarse la bondad de Dios, nuestro salvador, y su amor a los hombres, él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo digno de merecerlo, sino por su misericordia. Lo hizo mediante el bautismo, que nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a quien Dios derramó abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro salvador. Así, justificados por su gracia, nos convertiremos en herederos, cuando se realice la esperanza de la vida eterna.

______________________

O bien (Hch 10,34-38): En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Ahora comprendo con toda verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la Buena Nueva de la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él».


Versículo antes del Evangelio (Cf. Lc 3,16): Aleluya. Ya viene otro más poderoso que yo, dijo Juan el Bautista; él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Aleluya.

Texto del Evangelio (Lc 3,15-16.21-22): En aquel tiempo, como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos, diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego».

Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre Él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: «Tú eres mi hijo; el Amado, en ti me he complacido».





«Tú eres mi hijo; yo hoy te he engendrado»

+ Rev. D. Joan BUSQUETS i Masana

(Sabadell, Barcelona, España)



Hoy contemplamos a Jesús ya adulto. El niño del Pesebre se hace un hombre completo, maduro y respetable, y llega el momento en el que ha de trabajar en la obra que el Padre le ha confiado. Así es como le encontramos en el Jordán en el momento de empezar esta labor: uno más en la fila de aquellos contemporáneos suyos que iban a escuchar a Juan y a pedirle el baño del bautismo, como signo de purificación y renovación interior.

Allí, Jesús es descubierto y señalado por Dios: «Puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre Él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: ‘Tú eres mi hijo; yo hoy te he engendrado’» (Lc 3,21-22). Es la etapa preparatoria del gran camino que está dispuesto a emprender y que le conducirá hasta la Cruz. Es el primer acto de su vida pública, su investidura como Mesías.

Es también el proemio de su modo de actuar: no obrará con violencia, ni con gritos y asperezas, sino con silencio y suavidad. No cortará la caña quebrada, sino que la ayudará a mantenerse firme. Abrirá los ojos a los ciegos y librará a los cautivos. Las señales mesiánicas que describía Isaías, se cumplirán en Él. Nosotros somos los beneficiarios de todas estas cosas porque, como leemos hoy en la carta de san Pablo: «Él nos salvó, no por nuestras buenas obras, sino en virtud de su misericordia, por medio del bautismo regenerador y la renovación del Espíritu Santo que derramó abundantemente sobre nosotros (...). De este modo, salvados por su gracia, Dios nos hace herederos conforme a la esperanza que tenemos de alcanzar la vida eterna» (Tit 3,5-7).

La fiesta del Bautismo de Jesús debe ayudarnos a recordar nuestro propio Bautismo y los compromisos que por nosotros tomaron nuestros padres y padrinos al presentarnos en la Iglesia para hacernos discípulos de Jesús: «El Bautismo nos ha liberado de todos los males, que son los pecados, pero con la gracia de Dios debemos cumplir todo lo bueno» (San Cesáreo de Arlés). 

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