viernes, 10 de mayo de 2013

FLORECILLAS A MARIA : 10 DE MAYO DEL 2013

FLORECILLAS A MARIA
Flor del 10 de mayo:
Virgen digna de alabanza

Meditación: “Bendita tú entre las mujeres” (Lucas 1,42). “Mi alma engrandece al Señor” (Lucas 1,46). Cuando cumplimos la profecía de llamarla Bienaventurada, hablamos de las maravillas que hizo en Ella el Todopoderoso. Unimos nuestra voz a la suya, alabando perpetuamente al Señor. Imitemos a María agradecida, a María serena, a María llena de sacrificio, a María alegre, a María confiada, a María llena de Gracia y fortaleza para cumplir así nuestra misión en la tierra.

Oración: ¡Oh Madre!, que te hiciste la más pequeña, siendo realmente excelsa, enséñame a amarte, a alabarte y a agradarte del mismo modo en que vos lo hiciste con el Señor, para que también nosotros lleguemos a El. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Ser pequeños y humildes como María nos pide, para crecer en la Gracia.







 

jueves, 9 de mayo de 2013

FLORECILLAS A MARIA: 9 DE MAYO DEL 2013

FLORECILLAS A MARIA
Flor del 9 de mayo:
 Madre del buen consejo
Meditación: María nos aconsejó en las bodas de Caná, “Haced lo que El os diga” (Juan 2,5), y nos lo vuelve a dictar. ¿Qué quiere Cristo de mi?. ¿Lo podemos seguir cuando nos dice “deja todo y sígueme?”.
“Hijo, ¿por qué nos haz hecho esto?” (Lucas 2,48). Cristo tenía que mostrarnos ante todo más el amor a Dios que el de la familia. ¡Pero cuántas veces abandonamos a nuestra Madre por amores, caprichos, vanidades y miedos!.

Oración: ¡Oh dulce consejera del alma, oh hermosa Esclava!. Entrega a Dios nuestra alma para que se haga santa, que abramos nuestros oídos y seamos hijos solícitos. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Ser un verdadero Cristo al aconsejar a mi hermano.

MAGNIFICAT - ORACIÓN



Magnificat
Santísima Virgen María


Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.

Su nombre es Santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo,
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes.


A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos despide vacíos.
 
Auxilia a Israel su siervo,
acordándose de su santa alianza
según lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Amén.

CON MIRADAS A MARIA


Con miradas a María
Padre Pedro García, Misionero Claretiano

Recordamos, para empezar, una frase famosa de hace muchos siglos. San Bernardo, que pasa como el gran amante de María, escribió una página ardorosa, en la que va repitiendo como un estribillo: ¡Mira la Estrella, invoca a María!...

Y esta frase del gran Santo y Doctor, nos trae a la memoria una anécdota más cercana a nuestros días. El Papa Pío XI, hombre genial, investigador y artista, tenía su capilla privada llena de cuadros de la Virgen, que él mismo se entretenía en colocar y ordenar según su propio gusto. Cuando las paredes de la capilla quedaron llenas y ya no cabía nada más, los cuadros asaltaron la habitación contigua, mientras el Papa repetía sonriendo:
- ¡Siempre es hermoso mirar a la Señora!...

¡Mirar a la Virgen!... Se pueden gastar nuestros ojos en contemplar muchas maravillas en el mundo. Pero llegar a ver una maravilla mayor que la Mujer más bella salida de las manos de Dios, nos va a ser un imposible. Habrá que esperar al otro mundo, de bellezas muy distintas al nuestro...

Ahora, sin embargo, nos preguntamos: ¿Para qué miramos tanto a María? Alguna razón poderosa debe haber en ello... ¿Por puro gusto estético? No es motivo suficiente... ¿Porque esperamos algo de Ella? Tampoco, pues muchas veces no sentimos necesidad especial... ¿Por qué será?

Y hay que buscar razones más poderosas. La primera de todas, la más convincente, será siempre el amor: María es nuestra Madre, la queremos sin más, y por eso no nos cansamos nunca de mirarla...
Este amor se convertirá para nosotros en una aventura divina. Porque nos va a comprometer toda la vida, que, por ser totalmente mariana, será también totalmente cristiana.

Está muy bien, ante todo, el entusiasmo que sentimos por la Virgen. Porque el entusiasmo se halla siempre en la base de la entrega. San Antonio María Claret, que sabía bien lo que significa amar apasionadamente a María, les hacía repetir con él a los penitentes, cuando habían acabado su confesión:
- ¡Viva la Virgen Santísima! ¡Viva la Virgen Santísima!...
De ese amor entusiasta nacerá después el hacer por la Virgen cualquier cosa en la vida cristiana, por ardua y difícil que sea.
Vendrán después las manifestaciones sencillas del amor. Por ejemplo, el llevar colgada al pecho la medalla de la Virgen o su estampa encerrada en la billetera. Por ejemplo, poner ante su imagen una flor o prenderle una vela. Por ejemplo, visitarla en una ermita o capilla suya...

¿Que todo esto son niñerías? No lo creamos. La Virgen, con esas manifestaciones de amor, se lleva muchos besos, y esos besos nacen solamente de los labios de amantes sinceros.
De esos labios nacerán también plegarias fervorosas. No fallarán las tres Avemarías por la noche antes de dormir. Se desgranará el Rosario, la devoción mariana por excelencia. Se le invocará a la Virgen en cualquier apuro, en cualquier necesidad.

Con todo esto, se mantendrá siempre el recuerdo y el trato entre Madre e hijos. Y así, se estará viviendo siempre de María, y Ella seguirá dándonos siempre la vida de Dios por la Gracia que nos irá comunicando.
 
Finalmente, se manifestará en nosotros esa dependencia de María, viviendo como Ella. Si nos hemos consagrado a la Virgen, querremos tener sus mismos sentimientos --que, por otra parte, son los sentimientos de Jesús--; querremos actuar como Ella; querremos que nuestra vida resulte en todo igual que la suya.
Entonces, María se habrá convertido de hecho en el modelo y ejemplar de la vida cristiana para cada uno de nosotros, y llegaremos así a la perfección a que Dios nos ha destinado.
Hemos empezado hoy mirando a María, igual que la miraban un Doctor de la Iglesia y un Papa: como algo hermoso y como Estrella de Salvación.

Y se me ocurre ahora recordar la mirada de un sentenciado a muerte. El criminal se había obstinado en su crimen. Lo malo no era el no reconocer nada ante los hombres, sino que rehusaba todo el auxilio que le brindaba Dios. Llaman al sacerdote, pero todo resulta inútil. Se niega a la confesión y permanece impenitente. No hace ningún caso del padre que le ofrece el perdón de Dios, aunque le hayan condenado los hombres como criminal.

Pero, mientras el padre le habla sin que él le preste ninguna atención, se pone a mirar la estampa Milagrosa que lleva el mismo sacerdote, la cual presenta al descubierto su Corazón, lo mismo que el Niño sentadito en sus rodillas. Esta mirada a la Virgen se hace cada vez más intensa. Sigue el condenado a muerte sin escuchar al sacerdote, porque su pensamiento lo tiene en otra parte. Hasta que prorrumpe en esta exclamación salvadora:

"Muy hermosa es la Virgen de la estampa, pero más hermosa la voy a ver yo muy pronto en el Cielo."
Recibe la absolución, sube los peldaños del cadalso, y su alma se escapaba hacia las alturas de la Gloria, donde le esperaba una Virgen María radiante de hermosura.
Nuestras miradas a la Virgen no se van a acabar con nuestra vida en la tierra. ¡Hay que ver cómo la miraremos allá arriba, y para siempre!...


MARÍA: CONSUELO DE LOS AFLIGIDOS


María: Consuelo de los afligidos
Padre Tomás Rodríguez Carbajo

. Ante el dolor por el que todos tenemos que pasar en este valle de lágrimas, no hay uniformidad en las reacciones, dependiendo éstas del sentido que le den. Hay quienes se rebelan por considerarse víctimas de un fatal destino, otros intentan pasar por él con una tranquilidad estoica , y no faltan quienes lo asumen como un medio para purificarse, una oportunidad para victimarse en unión con Jesús en la Eucaristía.

. Nuestras limitaciones humanas no nos permiten desentrañar el sentido pleno del dolor, nunca podremos comprender el alcance del mismo, pero hemos de reconocer que algún sentido y grande tiene que tener, cuando Cristo lo asumió y con él nos redimió.

. No podemos tildar de castigo al dolor y al sufrimiento, pues, a todos los que ama Dios no los excluye de este círculo, tenemos el ejemplo claro de María. Ella la amada y la preferida de Dios pasó por el dolor, la amargura y el sufrimiento. Su actitud nos sirve para consolarnos en las penas, sostener nuestro ánimo y alimentar la esperanza de que nuestro sufrimiento puede tener un buen fruto, cuando como Ella lo asumimos y ofrecemos al Señor.

. María sabe lo que es sufrir, estuvo al pie de la cruz (Jn.19,25) en el Calvario.. Su corazón sensible ante el dolor ajeno y su gran pesar por las grandes injusticias, ingratitudes y tormentos por los que estaba pasando su Hijo, le preparaban para doctorarla en la difícil asignatura del dolor salvífico, es decir, hacia el significado cristiano del sufrimiento, pues, lo que para algunos puede ser obstáculo de su felicidad o motivo para alejarse de Dios, para un creyente no puede ser una maldición, ya que Jesús proclamó bienaventurados los que lloran(Mt.5,5).

. Ante un dolor insoportable hay quien se queja, acusando de injusto a Dios; pero la queja muere en los labios de quien contempla a Cristo Crucificado, que sufre voluntaria e inocentemente. No se puede acusar a un Dios solidario con los sufrimientos humanos!

. De María se nos dice varias veces n el Evangelio que guardaba todo en su corazón. Es de suponer que una pregunta fuera ésta : Por qué tanto dolor". A nivel humano no encontramos explicación, pero eso no quiere decir que no lo tenga. Cristo no sólo nos redimió con el sufrimiento, sino que el mismo sufrimiento quedó redimido.

. A las personas se les puede ayudar con palabras y con ejemplos, refiriéndonos al dolor, nos sirve más modelos a imitar que palabras de consuelo. En esta línea tenemos a María, a quien podemos contemplar como una imagen viva del Evangelio del sufrimiento:

- María sufrió pobreza en Nazaret.
- María sufrió humillación en Belén.
- María sufrió estrecheces en la huida a Egipto.
- María sufrió dolor al quedarse viuda.
- María sufrió angustia por la pérdida de su Hijo.
- María sufrió temor, cuando sus parientes tuvieron a su Hijo por loco.
- María sufrió el constante presagio de la espada anunciada por Simeón.
- María sufrió incertidumbre ante el desenlace que tomaría el ritmo de la pasión.
- María sufrió desprecios por ser la Madre del ajusticiado.
- María sufrió soledad, cuando murió su Hijo.
- María culminó todos sus dolores difíciles de imaginar, pero fecundos para la salvación de los hombres en la cima del Calvario.
. María fue preservada del pecado, pero no del sufrimiento. Al contemplar a la Virgen Dolorosa penetramos más íntimamente en el misterio de Cristo y de su dolor salvífico.

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miércoles, 8 de mayo de 2013

NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN - 8 DE MAYO

Autor: . | Fuente: ACI Prensa
Nuestra Señora de Luján
Advocación Mariana, 8 de mayo




Nuestra Señora de Luján
Patrona de la Argentina

A 60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se halla la villa de Luján. En 1630 no había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del puerto de Buenos Aires.

Sucedió que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada en Sumampa.

Partió entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos no se movían. Vinieron en su ayuda troperos y peones pero no tuvieron suerte. Finalmente juzgaron que era necesario aliviar el peso de la carreta. Descargaron las imágenes y en ese momento los bueyes pudieron moverse con facilidad. Queriendo cerciorarse si el obstáculo provenía de las imágenes las pusieron nuevamente en la carreta y no se pudo mover. Entonces viendo que las imágenes se querían quedar en aquel lugar decidieron que una de ellas permaneciera en la Cañada y la entregaron al dueño de esas tierras. La fama del prodigio corrió hasta Buenos Aires y no faltaron quienes emprendieron un viaje a Luján para contemplar la imagen.

En 1887 la imagen fue coronada canónicamente por el Papa León XIII

GRACIAS MARÍA



Gracias María...

María, ayúdanos a darnos cuenta de las maravillas que Dios va haciendo en nosotros: la vida, la familia, la educación, los amigos...

Ayúdanos a admirarnos con sencillez de lo bueno de cada día y a ser sencillamente agradecidos.

Que no nos pueda el orgullo de ser más que los demás, sino que sintamos el deber de poner lo que tenemos al servicio de los demás.

 Ojalá aprendamos que ‘amor con amor se paga’, y hagamos de nuestra vida un acto de servicio a Dios y al prójimo.

¡Santa María, mujer agradecida, ruega por nosotros!



MARÍA PROVOCA LA PRIMERA SEÑAL

Autor: P. Fintan Kelly | Fuente: Catholic.net
María provoca la primera "señal"
Además de la gran confianza que María mostró en su Hijo, ella fue el medio que Dios usó para dar comienzo a la manifestación de Jesús.
 
María provoca la primera

Ojalá puedas leer en el Evangelio Jn 2, 1-12, cuando María le pide a su Hijo que les falta el vino en una boda donde fueron invitado en Caná.

A mí me llama poderosamente la atención ese detalle de María de acercarse a visitar a su prima santa Isabel tras tener conocimiento de su estado de gestación, también su fina observación en las bodas de Caná, en una situación de tanto embarazo para aquellos jóvenes esposos. Todo ello habla de un corazón amable, sencillo, bondadoso, atento, comprensivo, servicial en nuestra madre del cielo".

Una contemplación superficial del episodio de la boda de Caná nos dice que lo más milagroso fue el hecho de que Jesús mostró su dominio absoluto sobre la materia, convirtiendo agua en vino. Sin embargo, el Evangelista nos da a entender que no fue así al decir "Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzó a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos" (Jn 2, 11).

Según el Evangelista la finalidad intrínseca de este milagro fue el convencer a sus discípulos que Él era lo que decía que era: el Hijo de Dios. Así manifestó su "gloria" que era su divinidad, pues María le obligó a "hacer llegar su hora" de mostrar su gloria o divinidad.

Independientemente de la gran confianza que María mostró en su Hijo, como hemos comentado antes, está el hecho de que ella fue el medio que Dios usó para dar comienzo a la manifestación de Jesús de Nazaret como su Hijo. Aquí María aparece como aquella que hace conocer a Cristo. Uno podría pensar que tal vez su misión fuese solamente traer al Hijo al mundo y después dejarlo manifestarse como le pareciera mejor. Dios en su providencia quería hacer las cosas de otra manera: quería dar a conocer a su Hijo al mundo por medio de su Madre. Nosotros podemos no estar de acuerdo con esta metodología, pero no se puede negar que Él quiso adoptarla para manifestar a su Hijo.

Parece ser que el Padre sigue usando esta metodología para dar a conocer a su Hijo. Son elocuentes las múltiples apariciones de la Virgen en estos dos últimos siglos. Pensemos en Lourdes, Fátima...

ACTO DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


ACTO DE CONSAGRACIÓN AL
INMACULADO CORAZÓN DE MARIA.



¡Oh Inmaculado Corazón de María!, Reina de Cielo y tierra, y Madre tierna de todos los hombres, de acuerdo con tu fervoroso deseo revelado en Fátima, yo consagro a ti mi patria, mis semejantes y a mi mismo.

Reina en nuestros corazones, Madre queridísima, para que seamos verdaderamente seguidores de Cristo sus enseñanzas, en lo próspero y en lo adverso, en la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la muerte.

Quiero expiar por todos mis pecados y por los de todos los hombres. Deseo la bendición de Dios sobre mi patria y el mundo entero, paz entre las naciones, con amor y justicia por todos los hombres. Amén
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